Chile
Chile
Chile
ISSN: 0717-6945
ISSN: 0718-5162
Universidad Católica de la Santísima Concepción. Facultad
de Educación
DOI: https://doi.org/10.21703/rexe.20212043castillo19
__________________________________________
Revista de Estudios y Experiencias en Educación
REXE
journal homepage: http://www.rexe.cl/ojournal/index.php/rexe/
__________________________________________
Inclusión educativa en la formación docente en
Chile: tensiones y perspectivas de cambio
Pablo Castillo Armijo
Universidad de Santiago de Chile, Santiago, Chile.
RESUMEN
_______________________________________________________________________________
_____________________
*
Correspondencia: [email protected] (P. Castillo).
a
https://orcid.org/0000-0002-5708-4618 ([email protected]).
ABSTRACT
_______________________________________________________________________________
Educational inclusion in Chile is an issue that has gained relevance in the last de-
cade, and has gradually positioned itself on the national public agenda, not before
facing difficulties due to the multiple meanings that the concept of inclusion acqui-
res and which still there is no broad consensus. Based on an analytical-critical ap-
proach to the literature and educational policies on inclusion in the Chilean case,
we present the main approaches currently being developed and the prospects for
improvement proposed by some of its main actors, such as the trainers of trainers.
Among the main changes demanded, it is intended to generate a profile of compe-
tences that teachers should have to attend diversity, highlighting collaborative work,
professional responsibility to critically analyze educational policies, the design and
implementation of inclusive didactic strategies that generate well-treating clima-
tes and democratic in the classrooms among others. Finally, recommendations are
given for their correct implementation in initial teacher training, especially tho-
se aimed at real modifications in the curricular meshes of all pedagogical careers.
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1. Introducción
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Lo criterios de selección de los textos fueron dos: profundidad del concepto de inclusión
educativa trabajado, es decir, que fueran autores con una vasta trayectoria investigativa sobre
el fenómeno y el otro criterio fue buscar autores contrarios a procesos de inclusión masivos y
que defienden la postura de un trabajo especializado y bajo una visión clínica de tratamiento
de las personas con discapacidad.
Aclaramos que no pretende ser una revisión documental exhaustiva, sino que selectiva
sobre el fenómeno de la inclusión educativa, ya que la idea principal es establecer un debate
crítico y reflexivo de la necesidad de abordar en varios frentes el trabajo hacia una cultura
inclusiva en el amplio campo educativo y social.
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También existe una corriente contraria a estos procesos de inclusión de toda la diversidad,
y este discurso proviene de investigaciones que establecen más perjuicios que beneficios en la
integración y asimilación de estudiantes con discapacidades al sistema educativo oficial-tra-
dicional, como que el profesorado de las escuelas no está especializado para el tratamiento de
ciertas patologías y por ende la escuela no será capaz de resolver las problemáticas específicas
diagnosticadas por especialistas, ni menos ayudar en su óptimo desarrollo educativo (Allan
y Slee, 2008). Según Slee (2006) esta fractura y fragmentación del concepto de inclusión,
no nos debe de sorprender, al considerar sus orígenes relativamente recientes al léxico de
investigadores y actores políticos y tecnocráticos, ya que la educación inclusiva tiene innega-
bles orígenes interdisciplinarios y aplicaciones confusas. Al respecto existe un debate abierto
sobre el rol de los especialistas de educación especial en la escuela oficial-tradicional, si es
de apoyo a los estudiantes con NEE o deben modificar sus prácticas en favor de capacitar y
trabajar en colaboración directa con el profesorado, familias y todos los estudiantes, estén o
no diagnosticados.
Barton (2011), al igual que Allan y Slee (2008), señalan que algunos investigadores de la
educación inclusiva, no explican sus posicionamientos epistemológicos, ni de dónde vienen
sus análisis, creencias y actitudes sobre el fenómeno, lo que ha llevado a una mayor confusión
sobre el término.
En ese mismo sentido Barton (2008), señala que la educación inclusiva es clave para lu-
char contra la discriminación escolar y social, por lo que también debe involucrar asuntos de
justicia social, derechos humanos y dilemas transculturales, es decir, nos complica aún más
en sus límites y relaciones, que como educadores deberíamos introducir en nuestras prácti-
cas pedagógicas cotidianas.
Indagando en aspectos prácticos o aplicabilidad del concepto, llegamos a la experiencia
de escuelas inclusivas, específicamente el proyecto pedagógico denominado Comunidades
de Aprendizaje (CdA), construido desde postulados socio-críticos y fundamentado desde el
aprendizaje dialógico (Valls, 2000). Este proyecto de escuela inclusiva, nacido en España,
es un ejemplo de una práctica real de inclusión y permite verificar una re-construcción del
concepto tradicional de una escuela reproductora de desigualdades y fomentar una socie-
dad más solidaria e inclusiva (Morganti, 2018). Los diferentes proyectos de comunidades
de aprendizajes, que se han extendido por varios países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, México, Perú y España)1 representan un verdadero cambio hacia un currículum
abierto y situado, con estrategias de aprendizajes innovadas y una participación de muchos
otros actores, en especial las familias y voluntarios del entorno social de las CdA (Castillo,
Puigdellívol y Antúnez, 2017).
Por su parte, Essomba (2008, 2006), conceptualizará la educación inclusiva en relación a
la importancia socio-cultural que posee la escuela, y como esta identidad o cultura escolar,
junto a su proyecto educativo institucional (PEI) es capaz o no de gestionar ese trabajo hacia
la diversidad e inclusión educativa. Este planteamiento teórico, también coincide en la nece-
sidad de participación de todos los actores educativos, es decir, profesorado, equipo directi-
vo, familias, estudiantes y ciudadanos de los barrios, villas o pueblos donde se localicen los
diferentes centros educativos. El trabajo de concienciación, participación y corresponsabili-
dad en los aprendizajes de los estudiantes, junto a la creación de identidad, llevará a obtener
mejores resultados en calidad y equidad.
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1. https://www.comunidaddeaprendizaje.com.es/participe.
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Debemos mencionar, que una de las conceptualizaciones que recibe mayor aceptación en
las actuales políticas educativas de varios Estados nacionales, es la que efectúa la UNESCO
(UNESCO, 2009), que define la educación inclusiva como aquella que favorece la participa-
ción de todas y todos sin exclusiones y que aspira a conseguir aprendizajes de calidad. Varios
autores adscriben a esta definición, como Ainscow, Booth y Dyson (2006); Booth y Ainscow
(2011).
Por otro lado, autores como Ryan (2016) y Echeita (2013) manifiestan que antes de hablar
de inclusión, se deben exponer los procesos de exclusión educativa que se dan continuamen-
te en los diversos contextos escolares. Entre las injusticias mayormente detectadas están las
exclusiones por diversidad de capacidades, género, etnia y clases social, incluso el propio
currículum y formas de enseñar y evaluar pueden ser barreras para el aprendizaje de algunos
estudiantes. Se hace necesario superar estas exclusiones, para avanzar en una real educación
inclusiva, como una mirada desafiante para garantizar la mayor equidad en toda la educación
(Ainscow, 2016; Echeita, Sandoval y Simón, 2016).
Durán y Giné (2017), siguiendo la misma línea argumentativa anterior, señalan que los
esfuerzos deben dirigirse a adaptar una propuesta educativa con estudiantes diversos, no
solo a los que poseen una discapacidad. Las autoras coinciden con Ainscow (2005), al señalar
que la inclusión es un proceso de mejora y compromiso constante para todos los estudiantes.
Finalmente y para concluir este breve y complejo recorrido conceptual, encontramos a Es-
cribano y Martínez (2013), quienes para desarrollar la idea de inclusión educativa, la circuns-
criben a dos ejes, el primero entendido como el derecho universal a la educación que tienen
todas las personas por el hecho consagrado de su dignidad humana y el segundo eje, lo cons-
tituye la dinámica misma de escuela en sus procesos de enseñanza y aprendizaje, que tienen
que contar con el rol importante de docentes para frenar cualquier barrera de exclusión que
pueda darse en aspectos como el currículum, la evaluación, estrategias didácticas entre otras.
Con las palabras se construye una realidad y por tanto se debe tener presente el sentido y
significado de las categorías teóricas y discursivas que construye la escuela a diario (Da Silva,
1999). A través de los lentes del post-estructuralismo plantea el autor, se debe intensificar la
calidad y cantidad de políticas públicas para frenar toda forma de exclusión, en especial a
los sectores más vulnerados en sus derechos como son: los niños y niñas, mujeres, adultos
mayores, migrantes y desplazados, minorías culturales/ religiosas/ étnicas/ sexuales y pobres,
ciudadanos que al ser marginadas de las esferas de poder se les niega una educación diversa
y de calidad, que para el caso de las naciones del sur del mundo (Latinoamérica y África) se
les impone una cultura externa, homogénea, blanca y eurocéntrica que rechaza las diferen-
cias individuales e interculturales, y por ende una posible independencia intelectual (Santos
Sousa, 2010).
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Luego para el año 2010, surge la Ley Nº 20.422: Establece normas sobre igualdad de opor-
tunidades e inclusión social de personas con discapacidad (MINEDUC, 2010), donde el con-
cepto de inclusión cobrará relevancia relativa, por una parte, es positivo ya que se consagra
como término en una ley, pero es deficiente en su definición y alcance.
Con la ley Nº 20.845: De inclusión escolar que regula la admisión de los y las estudiantes,
elimina el financiamiento compartido y prohíbe el lucro en establecimientos educacionales
que reciben aportes del Estado (MINEDUC, 2015a), se abre la puerta para incorporar el con-
cepto de inclusión a la reforma educacional a nivel de las escuelas chilenas. Desde esa nueva
política pública, se buscará frenar el lucro económico y la selección de estudiantes para esta-
blecimientos que reciben dinero de la subvención directa del fisco. Esta ley se ha implementa-
do de forma gradual en los últimos años y es resistida por los sostenedores de centros educa-
tivos privados que reciben subvención estatal, en especial por aquellos colegios que durante
años realizan selección de estudiantes para la matrícula y mantención de estudiantes en sus
escuelas y liceos. Lo cierto es que se han ampliado plazos para que estos centros educativos
dejen de cobrar mensualidades a las familias, persistiendo cierta inequidad con las escuelas
municipales, que solo reciben el aporte del Estado por la subvención escolar.
La política de una educación inclusiva, declarada en esta ley de inclusión, solo ha sido
efectiva en el nuevo sistema de admisión escolar (SAE), que ahora debe ser un proceso trans-
parente y sin exigencias para postular a los cupos que establecen cada escuela en sus di-
ferentes niveles. Sin embargo, este hecho también ha sido discutido por algunos sectores
gobiernistas (centro-derecha), que el año 2019 plantearon un proyecto de ley denominado
de admisión justa, que permitiría a ciertas escuelas catalogadas de excelencia, la selección de
un porcentaje de sus estudiantes vía criterio académico, estas y otras iniciativas no han fruc-
tificado en el parlamento chileno, pero sigue latente la tensión entre los que quieren ahondar
en políticas de inclusión y equidad social y aquellos que las niegan en pos de las libertades
individuales y del mercado económico.
Los últimos años, se han desarrollado reuniones de expertos para avanzar en una defi-
nición común y diseñar propuestas hacia la educación inclusiva, en mesas de diálogos en
relación a la educación especial, mandatada por autoridades educativas de gobierno (MINE-
DUC, 2015c).
Las principales conclusiones obtenidas de estas reuniones son: trabajar por una forma-
ción docente que garantice una educación de calidad al alcance de todos los estudiantes,
lograr satisfacer cada una de las NEE presentes en los educandos, reformular el sistema edu-
cativo para que sea capaz de atender con éxito a la diversidad, innovando en propuestas edu-
cativas, recursos humanos y materiales. Otra de las conclusiones obtenidas dentro de estas
mesas técnicas de especialistas, destaca la valoración positiva que tienen las comunidades
educativas (estudiantado, profesorado, otros profesionales, sostenedores, equipos directivos
y familias) en la construcción de una cultura inclusiva. Para favorecer la consecución de estos
objetivos expuestos, se debe contar con un currículum escolar más flexible y situado, que
supere el actual enfoque de acumulación de contenidos, y reconozca que en la diversidad está
la riqueza.
Ese mismo año 2015, se da curso al Decreto Nº 83: Aprueba criterios y orientaciones de
adecuación curricular para estudiantes con necesidades educativas especiales de educación
parvularia y educación básica (MINEDUC, 2015b), para que comiencen procesos pedagógi-
cos que favorezcan adecuaciones curriculares y el desarrollo didáctico de un diseño universal
de aprendizaje (DUA) como una estrategia viable de implementar en las aulas chilena, sin
embargo se cuestionan entre otras cosas, problemáticas de acceso a los centros escolares de
estudiantes con NEE, falta de material adecuado para implementar cambios, el gran número
de estudiantes por salas y la escasa formación docente en temas de inclusión.
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Recién el año 2018, las autoridades educativas de gobierno, a partir del centro de per-
feccionamiento, experimentación e investigaciones pedagógicas (CPEIP), convocará a tres
mesas técnicas sobre formación inicial e inclusión educativa, que reunirá a académicos re-
presentantes de 37 universidades chilenas. En las mesas técnicas ejecutadas, la última en
mayo de 2019, se trabajó con las siguientes preguntas: ¿Qué competencias debería tener el
profesorado para atender la diversidad? (ver tabla 1), y ¿Cuáles son los modos de implemen-
tación en la formación inicial docente? (ver tabla 2).
A continuación, presentamos el conglomerado de las discusiones y que fueron entregadas
a modos de conclusiones a los organizadores de las mesas técnicas. Esta información no ha
sido mayormente difundida por el CPEI y el propio MINEDUC, pero creemos necesario so-
cializarlas ya que representan importantes reflexiones que pueden crear sinergias al interior
de las comunidades de aprendizaje y de esta forma avanzar en la construcción de políticas
educativas que emerjan desde las bases.
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Tabla 1
Competencias que debería tener el profesorado para atender la diversidad.
Analiza críticamente las políticas públicas nacionales e internacionales que
orientan la educación inclusiva para promover el desarrollo de culturas, políti-
Políticas cas y prácticas inclusivas en el sistema educativo.
Comprende los fundamentos históricos, culturales y políticos que están a la base
de la exclusión y discriminación para desarrollar culturas democráticas basadas
en el respeto, valoración y promoción de los derechos humanos.
Diseña, implementa y evalúa colaborativamente experiencias de enseñan-
za-aprendizaje y desarrollo, que aseguren la participación y el reconocimiento
de todos/as los/as estudiantes. Desarrolla de manera cooperativa y colaborativa,
propuestas pedagógicas que incorporan y reconocen las diferentes culturas que
Trabajo conforman su entorno social. Gestiona su trabajo pedagógico en colaboración
Colaborativo con los distintos profesionales involucrados en los procesos socioeducativos de
los/as estudiantes.
Reflexiona individual y colectivamente acerca de las prácticas docente de su ins-
titución para proponer y desarrollar mejoras que beneficien a toda la comunidad
educativa.
Genera propuestas pedagógicas contextualizadas, desde un enfoque de derecho
que incorpora los principios de la educación inclusiva, y que asegure la partici-
pación activa y el progreso de todos los y las estudiantes de manera cooperativa.
Reflexiona críticamente su propia práctica pedagógica, sus creencias y su prác-
Responsabilidad tica docente inclusiva identificando barreras que obstaculizan el aprendizaje de
profesional todos/as los/as estudiantes, desarrollando la capacidad de transformación para
ser un profesor que reconoce y valora la otredad en su acción pedagógica. Inte-
gra conocimientos actualizados de la aplicación de herramientas de investiga-
ción que se traduzcan en una mejora continua de su quehacer profesional.
Diseña estrategias de enseñanza y aprendizaje inclusivas que promuevan el
aprendizaje colaborativo a partir de las fortalezas y desaf íos que reconoce en las
Práctica y los estudiantes.
profesional o Genera estrategias de enseñanza y aprendizaje para atender a las necesidades
desempeño educativas propias del estudiante y su contexto.
Genera estrategias didácticas diversificadas para asegurar el aprendizaje de to-
das y todos los estudiantes.
Gestionar un clima de respeto, bien tratante y democrático para asegurar la par-
ticipación y el aprendizaje de todas y todos los estudiantes.
Fuente: Basado en Informe de Mesa Técnica de Inclusión, CPEIP (2019).
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Tabla 2
Modos de implementación en la formación inicial docente.
Universidad El diseño, desarrollo curricular y los profesores de las instituciones for-
(autoridades que deben madoras de profesores deben reconocer y comprometerse con la pro-
tomar decisiones) moción de una cultura no discriminadora.
La gestión de la institución formadora de profesores debe ser demo-
crática, participativa, respetuosa de la diversidad, no sexista, abierta y
gratuita (planes de desarrollo, toma de decisiones, etc.).
Jornadas de trabajo colaborativo interdisciplinario para transversalizar
la atención a la diversidad (prácticas tempranas).
Sugerencias de Formación interdisciplinaria para abordar temáticas pedagógicas, desde
modificaciones en la malla distintos enfoques que permitan trabajar la diversidad e inclusión so-
curricular cial y educacional. Incorporar en cursos o módulos interdisciplinarios y
transversales en todas las pedagogías. Conocer y generar estrategias de
enseñanza diversificadas en las asignaturas de didáctica y práctica peda-
gógicas. Crear espacios interdisciplinarios y de reflexión pedagógica en
inclusión educativa.
Conocer y desarrollar experiencias a prácticas interdisciplinarias. Ac-
tividades curriculares de práctica. Desarrollo del pensamiento crítico.
Normativa: conocimientos curriculares y diversificación. Enfoque eco-
lógico: trabajo con redes, comunidad, familia, etc. Características de los
y las estudiantes. Enfoque de derecho y educación inclusiva.
Asignaturas de didáctica que incorporen el abordaje transversal para la
atención a la diversidad.
Aprendizaje basado en metodologías activas y participativas que permi-
tan acercarse a la realidad y resolver problemáticas educacionales con-
cretas o para anticiparse a dichas problemáticas.
Las estrategias metodológicas estén relacionadas con el nivel de avance
curricular en la carrera. (Estudio de caso, aprendizaje basado en proble-
mas (ABP), incidentes críticos, otros).
Investigación: integración de conocimientos.
Docentes y académicos Uso de tecnologías.
Vinculación con el contexto a través de la práctica simulada y real.
Articulación de asignaturas.
Fuente: Basado en Informe de Mesa Técnica de Inclusión, CPEIP (2019).
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Tabla 3
Diagnóstico curricular sobre módulos del área de la inclusión educativa. Escuela de pedago-
gías en inglés.
Carreras Nombre del Aprendizajes Unidades de
Módulo2 declarados 3 aprendizajes y sa-
beres esenciales4
Pedagogía Inclusión: Analiza el desarrollo personal y de habilidades Unidad 1
en educa- respuesta a para trabajar en equipos profesionales interdisci- Comprendiendo
ción media necesidades plinario como fundamentales para contribuir al la conexión entre
en inglés especiales desarrollo sustentable y a la solución de los proble- los derechos hu-
(7º semes- mas que afectan a la sociedad y a la satisfacción de manos y la educa-
tre) necesidades de la población. ción inclusiva.
Emplea conocimientos pedagógicos para formular
Número de objetivos de corto y largo-plazo.
créditos Reconoce el rol del maestro como alguien que nutre Unidad 2
3 SCT- integralmente al adolescente, incluido el desarrollo Instrucción dife-
Chile social y emocional. renciada (DI).
Reconoce un enfoque centrado en el estudiante.
54 horas Conduce la clase usando tareas y actividades efica-
de trabajo ces en el aula y fuera de aula. Unidad 3
presencial Emplea varias formas para diagnosticar las forta- Diseño universal
lezas y las necesidades del estudiante y sus intere- de aprendizaje
27 horas ses, y utiliza los resultados para actividades que se (DUA).
de trabajo adapten y fortalezcan las habilidades del estudian- Evaluación y Di-
autónomo te. versidad5.
Identifica necesidades y situaciones conflictivas,
incluyendo asuntos que pueden ser abordados con
metodología de enseñanza en el aula, y las circuns- Unidad 4
tancias en las cuales esto sucede. Apoyando el de-
Emplea los protocolos que guían el proceso de de- sarrollo social y
sarrollo académico de los estudiantes. emocional.
Propone estrategias de enseñanza-aprendizaje que
potencien el desarrollo integral del adolescente.
Interactúa con sensibilidad y respeto por la diver- Unidad 5
sidad. Dificultades de
aprendizaje espe-
cífico y común.
Unidad 6
Inclusión de estu-
diantes con disca-
pacidad f ísica.
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2. El nombre del módulo cambia para la carrera de pedagogía en educación parvularia, las otras dos carreras tienen
el mismo nombre para el módulo.
3. Se entregan tal cual son descritos en sus respectivos syllabus.
4. Se presentan sólo el número y nombre de cada unidad. Para revisar los contenidos debe verse cada syllabus, exis-
tiendo pequeñas variaciones al agregar y quitar algún contenido específico por unidad, pero en lo sustancial son casi
idénticos.
5. La unidad 3 evaluación y diversidad, es exclusiva para la carrera de educación parvularia, mención inglés.
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3. Conclusiones y discusión
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Las necesidades de mejorar las trayectorias formativas de los futuros docentes se recono-
cen como una falencia del actual sistema de FID, pero no debemos olvidar al profesorado en
ejercicio, que se le recarga con 45 niños(as) en sala, con aulas no implementadas para atender
a la diversidad y con escasa preparación y capacitación que los PEI y PME necesitan para
lograr sus objetivos.
El actual sistema educativo tradicional y oficial, debe modificar sus culturas anquilosadas
en una forma de educar propias del siglo XX, basadas aún en la reproducción de contenidos y
que no han logrado la adhesión de un estudiantado que exige un nuevo trato educativo, acor-
de al avance científico, tecnológico, cultural y social. Las escuelas, colegios y liceos chilenos,
deben ser centros de bienestar y de aprendizaje para todos y todas, con una nueva convic-
ción de trabajo bien hecho, sin prisas, pero sin pausas. El camino de la mejora educativa y
la sostenibilidad de la innovación y buenas prácticas, requiere de un profesorado y equipos
directivos comprometidos y capacitados para la labor de educar en diversidad y en procesos
amplios de inclusión educativa y social.
Durante muchas décadas, los profesores de Chile han denunciado un sistema educativo
que no les entrega el liderazgo que les corresponden para emprender los cambios, ni menos
las condiciones materiales, de recursos e infraestructura que se necesitan para implementar
prácticas inclusivas en todas las escuelas, en especial bajo el nuevo sistema de educación
pública que se está gestando y que aún no ve la luz con toda la fuerza que se requiere. Es lide-
razgo, deberá ir de la mano del cumplimiento de las metas institucionales y de la efectividad
en los aprendizajes de los estudiantes.
El construir un nuevo perfil docente, debe ser un proceso vital de participación de todos
los actores educativos, donde el trabajo mancomunado entre los equipos directivos y profe-
sorado lideren las discusiones y propuestas pedagógicas, escuchando siempre a los estudian-
tes, familias y sostenedores, ya que la construcción de una verdadera comunidad educativa
depende de todos sus actores, sin exclusiones.
Presentamos en la investigación, las conclusiones y sendas propuestas realizadas por los
académicos e investigadores representantes de las universidades chilenas, las cuales fueron
entregadas a las autoridades políticas educativas hace más de dos años y a la fecha no se ha
experimentado ningún avance en la materia. Nos queda claro, que no existe una voluntad
política de parte del actual gobierno de Sebastián Piñera de avanzar hacia una política de
inclusión total como se pretende por la inmensa mayoría de los chilenos.
El sistema educativo chileno vive una auténtica lucha ideológica a partir de la educación,
por un lado están los defensores de la meritocracia y la libertad de enseñanza que quieren
mantener escuelas y liceos de primera, segunda y tercera categoría, a modo de darwinismo
social y de esta forma soportar un modelo económico y social neoliberal presente en Chile
desde la dictadura de Pinochet en la década de los ochentas.
Las movilizaciones de estudiantes secundarios el año 2006 denominada Revolución Pin-
güina, luchó por mejorar condiciones de infraestructura de las escuelas y liceos, el movimien-
to de los estudiantes universitarios del año 2011 sembró la semilla para lograr una educación
gratuita y comenzar el proceso de reforzar la educación pública, la movilización del profeso-
rado chileno de junio del 2019, apunta por un cambio de sistema educativo hacia la inclusión
y justicia social. Pero quizás la gran transformación no solo deba ser educativa, sino que
como lo ha demostrado el movimiento social de protesta iniciado en Chile el 18 de Octubre
de 2019, busca romper décadas de exclusión e injusticias económicas- sociales-culturales y
por supuesto educativas. Esperáramos que el proceso constituyente que se inicia a fin de este
año 2021, sea el comienzo de un Chile más concienciado, probo, inclusivo y fraterno.
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La coyuntura histórica chilena está en pleno proceso y seguro desencadenará varios cam-
bios en todos los ámbitos, por lo pronto se ha logrado por la vía democrática una conforma-
ción de constituyentes mayoritariamente independientes y éste puede ser el inicio de trans-
formaciones de fondo en nuestro sistema social, cultural, económico y educativo.
Debe ser necesario instalar en la discusión de la nueva constitución el componente educa-
tivo basado en el concepto de lo inclusivo, y así aspirar a una mayor equidad social, que según
Echeita (2017), pasa a convertirse en un mandato de todos aquellos países que han firmados
los acuerdos internacionales para una educación de calidad y sostenible en el tiempo.
Como plantea la UNESCO (2015) en la Declaración de Incheon, se hace necesario replan-
tearnos los fines de la educación y la construcción del conocimiento en un mundo cambiante
y complejo, y por, sobre todo, cumplir los acuerdos para una educación para todos y todas,
inclusiva y de calidad y para ello los formadores de formadores debemos estar a la vanguardia
y proponer alternativas reales de cambio y mejora educativa.
En este punto crítico es donde establecemos lo complejo que encierra hoy trabajar en
torno a la inclusión educativa, ya que va de la mano con lo social, lo económico, lo cultural y
lo político; ¿cuáles deben ser los nuevos objetivos de aprendizaje que permitan un reconoci-
miento del otro en toda su complejidad y diferencias? ¿queremos homogeneidad o heteroge-
neidad en las escuelas? ¿estamos preparados para afrontar los nuevos retos de construir una
escuela inclusiva y un nuevo Chile?
Referencias
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