Via Crusis Viviente
Via Crusis Viviente
Via Crusis Viviente
Narrador: Poncio Pilato fue el quinto procurador romano que dirigió Palestina desde que Roma quito a
Arquélao, hijo de Herodes el grande. La dura disciplina de la Legión lo hizo exigente. Veía mal a los
Judíos, ya que Palestina era un islote en el imperio, que no seguía las costumbres romanas, despreciaban
abiertamente a los invasores, sintiéndose elegidos por Dios, y tenían muchos privilegios de autonomía
concedidos por Cesar Augusto. Apenas llegado Pilato de Cesárea, metió de noche las insignias y banderas
romanas al templo, y al siguiente día la multitud ocupo el palacio dispuestos a Morir antes que ser
desalojados, mientras una comisión en Cesárea pedía su destitución, hasta que cinco días después cedió
Pilato. En el palacio de Herodes coloco unos escudos de oro en honor de Tiberio, pero las presiones del
Pueblo le obligaron a retirarlos por orden del mismo emperador. Se red de espionaje lo habían mantenido
bien informado sobre la acción de Jesús de Nazaret. Bien sabía que si ahora los zorros judíos acudían a él
era porque intentaban tenderle una trampa y tramaban una maldad.
-TARSICIO: Vengo de parte de los sumos sacerdotes y de los escribas, a traerte este regalo y esta
misiva…
-PILATOS: Veamos de que se trata, pero toma asiento…(lee el recado)… ¡Ah! Con que esos zorros de
Anas y Caifás conspiran contra el nazareno. Y dime ¿Tu que sabes de ese hombre?
-TARSICIO: Se trata de Jesús de Nazaret, un hombre pobre y humilde, cariñoso con los pobres y
enfermos y que se ha ganado a las multitudes. Pero ha suscitado envidias entre los sacerdotes del pueblo.
-TARCISIO: Si es la religión del amor. Escucha, se oye el tropel, parece que traen al reo.
-PILATOS: Háganlo pasar al tribunal… (Baja Pilatos del balcón)… ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
+JESUS: ¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?
-PILATOS: ¿Qué acaso yo soy judío?, tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí, dime,
¿Qué mal has hecho?
+JESUS: Mi reino no es de este mundo, si fuera Rey como los de este mundo mis servidores habrían
luchado para que no cayera en manos de los judíos, pero mi reino no de acá.
+JESUS: Así es, como tú lo has dicho, para esto nació, para esto vine al mundo, para decir la verdad.
Todo hombre que este de parte de la verdad escucha mi voz.
-PILATOS: ¿La verdad?, ¿Qué es la verdad?... (se pregunta desconcertado, sale su esposa)
-SUMO SACERDOTE: Eres traidor al Cesar si aceptas un rey rival que agita al pueblo. Además, tiene
gente armada, ha dicho muchas ofensas contra el imperio y sus instituciones, tiene contactos con la
guerrilla y con los terroristas. Por algo Herodes no lo quería en Galilea.
-PILATOS: ¿Es Galileo? Entonces está bajo la jurisdicción de Herodes, el cual se halla ahora en la
ciudad; llévenlo a Herodes, pues yo no quiero problemas con él.
-SUMO SACERDOTE: No conviene, pues la ciudad ya está despierta y no queremos que, en plena
víspera de fiesta, se haga publicidad.
-PILATOS: Llévenselo al palacio de Idumeo, esta será nuestra reconciliación después de que degollé sin
su consentimiento a unos galileos. ¡Fuera!.
NARRADOR: Herodes Antipas, hijo de Herodes el grande, era un hábil político que se mantuvo a flote
cerca de 40 años, y el emperador le concedió el título de Tetrarca, es decir, un verdadero rey en un mundo
en que las fortunas subían y bajaban rápidamente. Traumatizado por las brutalidades de su padre, que en
su demencia recordaba a la esposa y hermanos que había asesinado, era supersticioso, temeroso y
vacilante. Su capital estaba en Seforis. Casado con la hija del rey Aretas, públicamente vivía en
concubinato con la mujer de su hermano Filipo, y por Herodías mato a Juan Bautista, cuyo fantasma le
perseguía. Sus policías le tenían bien informado del nuevo enemigo por eliminar, sobre todo cuando le
llamo zorro, por astuto y al mismo tiempo insignificante, pues no era un león poderoso sino un zorro, que
presume de un poder del que carece. Pero a Jesús debía desaparecerlo con mayor delicadeza; no podía
repetir el error cometido con el bautista. Ahora que Pilato le manda a Jesús, se le presenta la ocasión de
demostrar a Jesús su poder. Invito a los suyos para presentarles un espectáculo de prestidigitador, ya que
le han contado sus prodigios.
ESCENA 3
-HERODES: Bienvenido, Jesús toda esta concurrencia te espera; todos teníamos grandes deseos de
conocerte. ¿Cómo es posible que te traigan encadenado y esposado, si tienes fama de santo y milagroso?
-HERODES: ¡Qué bien aprendiste las artes de la magia, para arrastrar a las multitudes y dejarlas
maravilladas! Danos una demostración ¿O acaso se te seco la fuente de tu poder frente a nosotros?
-HERODES: Voltea a ver mi hermoso rostro y mira a esta noble concurrencia. Si nos diviertes, podrás
salvar tu vida, y hasta seremos tus seguidores y propagandistas.
-HERODES: Vamos has aquí los prodigios que sabes: multiplica ahora los panes, convierte el agua en
vino, adivina las conciencias, cura a los leprosos, aplaca las tempestades, haz rendir nuestro dinero, o
descubre a los traidores. ¿Qué paso se te acabo el poder a fuerza de tanto ejercitarlo?
-HERODES: Ya veo que te has empeñado en dejarme en ridículo, pues ni siquiera te has dignado a
levantar la cabeza para verme. Y con todo, me caes bien; hasta me atraes como juguete sexual ¿No te
gustaría meterte con el divino pequeño Cesar?
-HERODES: Me estas colmando la paciencia con tu silencio, Jesús. ¿No crees que deberías ser más
atento conmigo? Puedo salvarte, basta que me lo supliques, como otros que se han arrastrado a mis pies.
-CRIADO: No quiere hacerte caso. ¿Por qué no lo mandas al calabozo y ordenas su muerte?
-HERODES: Mira Jesús, el que ríe al último ríe mejor. (SE DIRGE AL PUEBLO)
Amable concurrencia: Este Galileo medio analfabeto se proclama rey y lleva tres años intentándolo, pero
¿no es cierto que es un pobre infeliz que ni poderes tiene?
-HERODES: No cabe duda que es un loco. Le habíamos creído, pero es un loco de remate. Pongámosle
un vestido brilloso, de los que ya no se usan, y divirtámonos como si fuera nuestro rey. (EL CRIADO LE
PONE UN VESTIDO DE PAYASO) Voy a darle las gracias a Pilato por esta diversión que nos permite.
Y se lo devolveré como regalo de Pascua.
-HERODES: Así terminan los locos que se creen reyes. Salve, mi rey ¿Ordena Algo? Llévenlo a Pilato.
-SOLDADO 2: Estamos a sus pies para NO obedecerlo. Aquí tiene a sus más desleales Servidores.
-SUMO SACERDOTE: Herodes nos remitió de nuevo contigo, para que le apliques la pena de muerte y
te lo manda como rey de burla
-PILATOS: ¡Silencio!, me han traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero ya lo he
interrogado en presencia de ustedes, y yo no encuentro ningún delito de lo que ustedes lo acusan. Así que
lo castigare y lo dejare libre.
-PILATOS: Escuchad, les voy a proponer algo, Como es costumbre, en la pascua se suelta a un reo;
ustedes tienen derecho a escoger. ¡Soldados, traigan a Barrabas!... (Pausa)… ¿A quién quieren que
suelte?, ¿A Barrabas que es un asesino o a Jesús?
-PILATOS: Y ¿Qué hago con Jesús?, por lo visto, ustedes le tienen bastante envidia.
-TODOS: ¡Crucifícalo, porque se ha hecho llamar Hijo de Dios!, y según nuestra costumbre y nuestra ley
¡Él debe morir!
-PILATOS:…(SE DIRIGE A JESUS)…Dime, ¿De dónde eres?, ¿a mí no me contestas?... ¿no sabes que
tengo autoridad para condenarte o para darte la libertad?
+JESUS: No tendrías autoridad sobre mí, si no te hubiera venido de lo alto, por eso el que me entrego a ti,
tiene mayor pecado.
-TODOS: ¡Si lo dejas libre, no eres amigo del Cesar, porque el que se proclame rey, es enemigo del
Cesar!
-PILATOS: Tomen ustedes y crucifíquenlo, ya que ese es su deseo, yo no encuentro delito en él; Mujer,
tráeme agua para lavarme las manos… (SE LEVANTA Y SE DIRIGE AL PUEBLO MIENTRAS SE
LAVA LAS MANOS)… Pueblo de Jerusalén, pongan atención: yo soy inocente de la sangre de este
justo.
-PILATOS: Tómenlo y llévenselo, allá ustedes, además llévense a Dimas y a Gestas, que son unos
ladrones, y crucifíquenlo junto a él.
-NARRADOR: Fue oprimido, y él se humillo y no abrió la boca. Como un cordero fue llevado al
matadero y como oveja que ante los que la trasquilan esta muda, tampoco el abrió la boca. Fue arrestado y
llevado a juicio sin que nadie se preocupara por el (Is. 53, 7-9)
-NARRADOR: Y con todo, eran nuestras dolencias las que el llevaba, y nuestros dolores los que el
soportaba (Is. 53, 4) «Si alguien quiere ser mi discípulo que renuncie a si mismo, que lleve su cruz
diariamente y que me siga». (Lc. 9, 23)
-NARRADOR: «Pues ciertamente, fue crucificado en razón de su flaqueza, pero, está vivo por la fuerza
de Dios. Asi también nosotros somos débiles en el, pero viviremos en el por la fuerza de Dios». (2Col. 13,
4)
-MADRE DE CLEOFAS: ¡Déjenlo descansar!. Señor, mira nada mas como te han maltratado estos
ingratos.
-MARIA: Hijo mío, ¡Que ingrata es la humanidad!, ¡Hasta donde te ha llevado tu amor!
+JESUS: Si madre, pero no llores, es la voluntad de Dios, que sea lo que él quiera.
María fue una mujer pobre y sencilla, vivió siempre atenta a la voluntad de Dios, por eso, sigue también
con Jesús el camino de la cruz. Ella conoce sus sufrimientos, sufre con el sin acercarse, sin abrasarle, sin
tocarle. Con Jesús, ella también salva al mundo.
Hoy en el mundo existen tantas mujeres que como Jesús son maltratadas, abandonadas y que llevan su
cruz. Pero no quiere Jesús que se queden así, quiere que sigan adelante, que sepan defender sus derechos,
que no permitan que les sigan dando un trato injusto e inhumano, es decir, quiere que sepan resucitar a
una vida nueva con él, como él.
-SOLDADO 1: Soldados, temo que este hombre no llegue con vida, ¡Miren ahí viene un hombre!
-CIRINEO: Si, señor, yo te ayudo, siento lastima de tus sufrimientos, cuando yo necesite ayuda, ayúdame
tu también Señor y ayuda a los oprimidos de sus vicios y por las injusticias de los poderosos.
-NARRADOR: «Lo sacaron para crucificarlo y tomaron a un hombre, llamado Simón Cirineo, que era de
Cirinea y venia del campo… para que ayudara a Jesús a cargar la cruz» (Mc. 15, 20-21)
Desde el día de nuestro bautismo, nos comprometimos a vivir como hermanos ayudándonos unos a otros
para trabajar juntos por un mundo más justo, más humano.
Mientras allá desunión en nuestro pueblo, mientras se pisoteen nuestros derechos. Mientras alguien sufre
por la injusticia y la maldad de los demás, no podemos estar tranquilos.
Juan 4, 7-15.
+JESUS: No escondí mi rostro a los insultos y salivazos; tome sobre mí los crímenes del mundo.
-VERONICA: Eres el más bello de los hombres; la imagen viva del padre; en tus labios se derrama la
gracia.
-SUMO SACERDOTE: Ya saquen a esa mujer que nos está entreteniendo. Esa tarde inicia la gran fiesta
de Pascua y urge que muera antes del atardecer.
-SUMO SACERDOTE: La lepra a los leprosos; hay que acabar con los cómplices de los que se burlan de
la ley.
-VERONICA: He aquí el rostro del Señor impreso en mi lienzo. Imprime en mí tus sentimientos.
Efesios 5, 1-6
-LONGINOS: ¡Soldados, el reo se está tambaleando mucho! ¡Ayúdenlo para que no caiga! (JESUS CAE)
¿Por qué no lo detuvieron?, soldados inútiles, ¿Quieren ser premiados luego con castigo?
-SUMO SACERDOTE: Se le subió a la cabeza tanta doctrina, y empezó a tropezar y a caer en el error.
Un ciego que se hace guía de ciegos cae tarde o temprano al hoyo. ¡Muerde el polvo, a ver si es lo
mismo!
Colonícense 3, 12-16
-SOLDADO 2: Es que entre ellas está la noble Juana, la esposa de Cusa el administrador de Herodes.
-LONGINOS: Entonces esperen un momento y sean corteses.
-MUJER 2: Apenas habíamos hallado la felicidad ¿Quién nos guiara ahora en los problemas?
-SOLDADO 3: ¿Qué ganan con llorar? Hubieran estado en el juicio intercediendo por el o poniendo en
juego sus influencias.
+JESUS: Gracias mujeres. No lloren por mí, lloren más bien por ustedes mismas, por sus pecados y por
los hijos, los de los verdugos, los de la ciudad.
-MUJER 1: Bebe Jesús, de esta mirra, que te adormece un poco y te hace sufrir menos.
+JESUS: Te agradezco, pero quiero probar la copa de ira de mi padre totalmente cuerdo.
+JESUS: Se equivocan, pues es ahora cuando se manifiesta la Gloria de mi Padre. Bendice a Dios Juana
por no tener hijos que sufran esto. Madres, lloren por sus hijos, porque esta hora no quedara sin castigo…
¡Y que castigo! …Si esto sucede con el inocente ¿Qué pasara con el culpable? Las madres de aquella hora
lloraran por tener vivos a sus hijos; y será afortunado quien cae bajo los escombros. Las bendigo.
-LONGINOS: Basta, se terminó el permiso, debemos seguir adelante. ¡Mujeres, háganse a un lado!
+JESUS: No lloren por mí, sino más bien por ustedes mismas y por sus hijos. Si esto sucede con el árbol
verde ¿Qué pasara con el seco? Vayan a casa y pidan por mi obra.
Gálatas 5, 13-21
-SOLDADO 2: Es que ya está demasiado débil. Fue mucho flagelarlo y luego mandarlo a la cruz.
-LONGINOS: Levántenlo, y amárrenle sogas a la cintura para que le vallas ayudando; la consigna es que
llegue vivo hasta el lugar de su ejecución.
Efesios 2, 4-16
-LONGINOS: Quiten sus ropas al sentenciado para ajusticiarlos. Recuerden que si hay algo bueno, es su
botín y el pago por su trabajo.
-SOLDADO 1: Túnica hecha a mano, de una sola pieza, ajustada a su talla ¡Vale la pena conservarla!
-SOLDADO 3: Pero dolerá al arrancarla, pues se ha pegado a las heridas y las volver a abrir.
-LONGINOS: No importa que se reaviven las heridas, al fin de cuentas, ya se acerca la hora de su muerte.
-SUMO SACERDOTE: Quedaran al descubierto tus vergüenzas, maldito del Altísimo, como Adán y Eva
cuando pecaron, y no tendrás quien te rescate ni te cubra. Como las prostitutas que enseñan su
desvergüenza.
+JESUS: Desnudo Salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él; bendito sea el nombre del Señor.
-SUMO SACERDOTE: Todos se avergonzaran al verte y voltearan el rostro hacia otro lado, porque Dios
te ha negado su rostro y mueres bajo su maldición.
+JESUS: Nuestro cuerpo es templo de Dios, y el templo de Dios es santo. Glorifiquen al Padre con sus
cuerpos.
Filipenses 2, 5-11
-LONGINOS: Vamos a empezar el trabajo bueno, y no quiero que ninguno se atarugue ¿De acuerdo?
Uno de ustedes se le monta en la cintura para evitar que se mueva mucho en las convulsiones que le
provocaran los clavos y le detendrán los brazos. Dos se encargaran de la mano izquierda: uno la detiene y
otro clava el clavo en el sitio que yo le indique. Otros dos en el otro brazo. Una vez que terminen, lo
levantaremos hasta darle la altura debida.
-NARRADOR: Una crucifixión era un brutal espectáculo de carnicería, sangre, blasfemias y gritos. El
drama del calvario es una tragedia. Jesús se siente tremendamente solo, con el espanto de quien muere
joven, sin ver realizada su obra, odiado, despreciado, sin compañía y tremendamente consciente. Cada
movimiento multiplica los dolores de sus manos; el peso de su cuerpo alarga sus heridas; lucha por
enderezarse a tomar aire; el hundimiento del cuerpo produce asfixia y estertores.
-SOLDADO 1: Tal parece que tu única riqueza son los clavos y el madero, pues todo te han quitado.
-SUMO SACERDOTE: ¿No que venias como mesías y salvador del género humano? ¿Por qué no te
salvas?
-FARISEO: ¿Ya te abandono tu padrino Belcebú? Apenas hace cinco días le pedias que te glorificara
¿Por qué no le recuerdas su promesa?
-SUMO SACERDOTE: Blasfemo; decía que salvaba a los demás con la ayuda de Dios, y ahora no puede
salvarse a sí mismo.
-FARISEO: Ha puesto la confianza en Dios; si Dios lo ama que lo libere, pues el mismo decía: soy Hijo
de Dios.
-SUMO SACERDOTE: Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo. A ver, que ese rey de Israel
baje ahora de la Cruz y creeremos en él.
-FARISEO: Tu que derribas el templo y lo reedificas en tres días, libérate del suplicio, ¡Baja de la cruz si
eres hijo de Dios!
-SUMO SACERDOTE: ¿No sabias que el templo glorioso de Israel es intocable y por eso estas
muriendo?
-FARISEO: Loco que destruyes y reconstruyes, baja de la cruz y creeremos en ti. ¿Quieres que te
creamos? Haz el milagro, no puedes ¿Verdad? Pues tienes las manos clavadas y estas desnudo.
-SUMO SACERDOTE: Fulmínanos si eres Dios, no te tenemos miedo, al contrario mira ¡te escupimos!
-SOLDADO 1: Como molestan esos que solo vienen a un espectáculo de morbo y sangre y ni dejan
trabajar a gusto.
-SUMO SACERDOTE: Cuidado con sus hechicerías, ustedes, los que tienen sus vestidos, pues dentro
esta la señal del infierno.
-LONGINOS: A uno le tocan las sandalias del reo; a otro el manto; a otro el velo de la cabeza y a otro el
cinturón de cuero.
-SOLDADO 2: El único problema es la túnica, sin costura, a su medida, de una sola pieza; sería casi un
pecado hacerla pedazos.
-SOLDADO 1: No importa que no sea túnica de rey, echémosla en suertes, a ver a quien le toca. Echen
los dados en el casco y empecemos.
-SOLDADO 3: Pero alejémonos de la cruz, porque molesta ese maldito goteo de sangre.
-LONGINOS: Los demás soldados tienen con el pago que les da el imperio. ¡Detengan a la gente que no
se arrimen!
Romanos 8, 31-39
ESCENA 1:
-SOLDADO 1: Algo raro encontré en este reo. Los que lo mandaron a la cruz perdieron la cabeza por el
odio acumulado, mientras el condenado está muy tranquilo.
-SUMO SACERDOTE: ¡Que dulce es la venganza! Por fin podremos dormir en paz.
-NARRADOR: Jesús no implora ser quitado de la cruz, ni que se acelere su muerte, ni la comprensión de
sus enemigos o de sus discípulos, sino el perdón para Anás, Caifás, Judas, los sacerdotes y escribas, Pilato
y nosotros. Fiel a su enseñanza, no hay rencor en su corazón, sino amor hasta el extremo. Muere para
salvarnos. Aposto por nosotros cuando podía condenarnos.
ESCENA 2:
-NARRADOR: Los ladrones no eran comparsas de un teatro, sino dos fuera de la ley debatiéndose en la
muerte como castigo a sus equivocaciones pertinaces, rebeldes a unas estructuras injustas, rabiosos contra
sí y contra todo.
-GESTAS: Maldita la hora en que nací, maldito el gobernador Romano, maldita la sociedad hipócrita,
enemiga de todos los miserables, que siempre ha protegido a los ricos y se vuelve contra nosotros;
malditos todos ustedes, si pudiera les daría un golpe con la cruz en la cabeza, empezando por el centurión.
-DIMAS: Es muy duro tener que acabar así Gestas, pero ¿de qué valdrían las leyes sin castigo? Hemos
robado, atracado, violado y agredido, y sufrimos las consecuencias de nuestra impertinencia; de nada
sirve lamentarse, vamos a morir como vivimos ¿no te dice nada la dignidad de este profeta de Galilea?
-GESTAS: ¡Que esclavo tan despreciable! Si todo lo que dice de el es verdad, y hace milagros ¿Por qué
no hace una proeza de magia y se libra de la maldita cruz? Camina humildemente a su muerte como un
impotente. ¿Así que tú eres el Cristo? Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros.
-DIMAS: ¿No temes tu a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros lo tenemos merecido, pero él no
ha hecho nada malo.
-NARRADOR: Dimas se jugó la última carta al salir de tragedia, descubrir la dignidad de Jesús y la
justicia. Solo a muerte de un justo puede hacer girar al mundo. Y, por su acto de fe, Jesús le da la gloria
inmediatamente.
ESCENA 3:
-NARRADOR: Ha llegado la hora de Jesús, y reaparece su madre, pues tendrá un lugar central en la
historia de la salvación. Jesús la cita al calvario para encomendarle una nueva misión.
+JESUS: Nueva Eva, madre de los vivientes ¡Que huérfano va a quedar el mundo ahora que me voy!
Mujer, ahí tienes a tu hijo. Discípulo amado, prodigo que vuelves a ser hijo: ahí tienes a tu madre.
Recíbela en tu casa y cuéntala entre tus pertenencias íntimas. Tú harás mis veces.
-NARRADOR: María vuelve a sentir su seno estallar de fecundidad, como en la anunciación. La muerte
de Jesús es agonía y parto; María está dando a luz entre grandes dolores.
ESCENA 4:
+JESUS: Si conocieras el don de Dios y quien es el que te pide de beber. ¡Tengo sed! ¡Tengo sed! ¡Tengo
sed!
-NARRADOR: Con miles de moribundos, Jesús pronuncia esta frase. Tiene una sed inmensa de nuestra
salvación; no se sacia con agua y vinagre, sino con nuestro cambio de mentalidad y vida.
ESCENA 5
-SOLDADO 2: A ver si se aplacan con los chubascos, pues esta nublado desde el mediodía, hay bochorno
y viento frio y borrascas de tierra negra.
-NARRADOR: Había anunciado Amos: “Entenebreceré la tierra en pleno mediodía” (Amos 8,9). Le
dolía hasta el alma el silencio de Dios. La ausencia de su padre ¿no es acaso el infierno? Jesús, cargando
con los pecados de la humanidad es objeto de la ira maldición de Dios, y eso origina angustia y temor por
la propia salvación. Cristo se hizo maldición por nosotros (Gálatas 3,13), se hizo pecado (2 Corintios
5,21), Jesús en la cruz se experimenta pecador. Como si sus manos hubieran acuchillado inocentes y
ametrallado en las catorce mil guerras de la historia, todas las blasfemias, todos los insultos y hubieran
dado todos esos besos sucios. Como si su corazón fuera un bloque de odios, envidias, avaricias,
incredulidades y crueldad. Y recita el salmo con nosotros pecadores.
-SOLDADO 1: ¡Que raro! Sufrió la flagelación sin gritar; y no ha gritado durante la cruel ejecución.
ESCENA 6:
-NARRADOR: Morir no es trágico salto al vacío, sino descansar en los brazos amorosos de un padre,
dedicado a ser padre, solo padre, ante todo padre, sobre todo padre, y centralmente padre. Jesús vino a
cumplir la voluntad de su padre. Jesús tomo la vivencia de todos los moribundos de la tierra, para
devolverla al padre hecha ofrenda.
-LONGINOS: ¡Ha muerto Jesús de Nazaret! Inclinando la cabeza, entrego su espíritu. Verdaderamente
este hombre era hijo de Dios. (Se arrodilla)
-SOLDADO 1: Ha llegado la orden de quebrarles los pies a los ajusticiados para que mueran de asfixia y
se echen a la fosa común hoy mismo, antes de que empiece la gran descanso.
-LONGINOS: Jesús ya está muerto. Démosle la lanzada de certificación (Le asesta la lanzada)
2 Corintios 5, 14-21
-LONGINOS: Señor José de Arimatea: ha llegado el permiso de que disponga del cuerpo del difunto
Jesús de Nazaret.
-JOSE DE ARIMATEA: ¿Quién nos ayuda? ¿Dónde están sus doce incondicionales?
-JUAN: Aquí estoy yo señor, y nos puede ayudar el rabino Nicodemo. Entre nosotros y otros voluntarios
vamos a irlo bajando.
(Ponen el lienzo al pecho para que caiga el peso; María está sentada en la piedra a un lado)
-JOSE DE ARIMATEA: Debemos darnos prisa, pues en menos de una hora empieza el descanso de
pascua.
-MARIA: Pero ¿Dónde lo vamos a sepultar? No tengo dinero para los gastos ¿Quién nos prestara un
lugarcito para dejar a mi hijo?
-JOSE DE ARIMATEA: Tengo un sepulcro nuevo que mande excavar para mi familia. Con gusto lo cedo
para el Maestro, señora María.
-MARIA: Dios se lo ha de pagar, Señor. Muchachas ayúdenme a lavar sus heridas, consigan agua ¡ojala
tuviéramos perfumes y mirra para preparar el cadáver!
-JOSE DE ARIMATEA: He traído cien libras, si le sirven, ahí están; pero rápido, inicien la operación,
porque el tiempo vuela.
(Las mujeres toman las ánforas y rodean a Jesús sin tapar la vista al público)
-NICODEMO: Unjamos al Mesías salvador, esperando que él nos unja a nosotros para nacer del agua y
del espíritu.
-MARIA: (Al estar haciendo las unciones) Hijo, no pude cerrar tus ojos en tu muerte, pero ahora lo hago.
¡Cómo te han dejado estos nuevos hijos que me diste, hijo de mi alma! Limpio tu rostro pálido y
sangrante. Limpio y beso tu corazón herido, tus manos y pies perforados. Acaricio tus manos que
acariciaron tantas almas. Como me duele la herida de tu costado, donde tu corazón latió de amor hacia tu
Padre y hacia todos los seres humanos. Como tu madre, te doy mi última bendición; pero tú, como el
redentor, bendíceme ahora a mí.
-MARIA: Mi Jesús, si mi dolor es útil para la obra de salvación que viniste a realizar, aquí esta, tómalo.
Yo seguiré ahora recibiendo a cada uno de tus seguidores como a mis hijos, y tendré los mismos cuidados
que tuve contigo. Gracias, Hijo, por invitarme a colaborar contigo.
Romanos 6, 3-11
-JUAN: No alcanzamos a preparar bien el cuerpo, pues casi empieza el gran sábado. Así que no haremos
toda la operación, será algo provisional.
-MARIA MAGDALENA: Nosotras vendremos, en cuanto pase el sábado, para embalsamar el cuerpo y
terminar la operación.
-JOSE DE ARIMATEA: Por lo pronto, colocan su cadáver en el nicho del fondo de la cueva. Si quieren
pueden dejar en el pórtico, sobre la loza, los perfumes y mirra que sobraron, para que las mujeres puedan
después continuar con más calma la preparación del cuerpo.
-SUMO SACERDOTE: Señores y señoras, desalojen por favor el lugar, porque las autoridades judías y
romanas clausuraran la tumba. ¿Apoco creen que será fácil robarse el cadáver y luego afirmar que
resucito? ¡Se equivocan!
-SOLDADO 1: Por orden del poder judicial imperial, rueden la piedra de la entrada del sepulcro, y los
soldados colocaran los sellos imperiales. Quien se atreva a violarlos, será reo del imperio. Ha hablado
Roma Imperial.