Documento Interculturalidad
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Documento Interculturalidad
EDUCACIÓN
PARVULARIA
Área de Inclusión / Dirección Nacional de Educación
INTERCULTURALIDAD EN
EDUCACIÓN
PARVULARIA
Paulo Freire
Autor
Carol Núñez Cabello
Edición
Ana María Moraga Silva
Diseño y diagramación
Carla Labra Lattapiat
Derechos reservados.
Prohibida su reproducción.
Material de distribución gratuita.
4 Ámbitos del conocimiento y del saber educativo que deben primar en la educación:
Aprendizajes para la vida 11
15 Bibliografía 60
En esta materia nuestro país cuenta con un marco normativo que se ha ido
enriqueciendo en base al enfoque intercultural, transitando de instrumentos le-
gales que reconocen a grupos históricamente marginados en la sociedad y el
contexto educativo, a uno que llama a transformar las percepciones y las relacio-
nes entre todos los colectivos. Desde el año 1996 Chile cuenta con un Programa
de Educación Intercultural Bilingüe (MINEDUC, 2002) que en la actualidad sigue
manteniendo el énfasis en una interculturalidad basada en el reconocimiento y
la reivindicación de pueblos originarios (Montecinos, 2004) fundamentalmente
en las lenguas y costumbres, pero no contemplando la diversidad étnica y cultu-
ral aportada por los colectivos inmigrantes que llegan hasta nuestro país.
En este sentido, la familia tiene un rol como primer educador, por el vínculo y
socialización primaria que desarrolla en la interacción con sus integrantes,
otorgando un espacio privilegiado, donde niños y niñas crecen y se desa-
rrollan, independientemente de su composición y estructura; donde madres,
padres, familiares, tutores o cuidadores están llamados a otorgar cuidado,
protección, afecto y oportunidades de aprendizaje a sus miembros en base
a sus pautas socioculturales.
En una sociedad donde las tecnologías hacen que cada vez haya menos
interacción entre las personas, es necesario que los niños y niñas adquieran
actitudes, habilidades y conocimientos que los preparen para hacer cosas
junto a otros niños y niñas, con espíritu de equipo, de variadas característi-
cas y objetivos diversos.
Valores
Ser social Aprender a ser Ser persona
Ciudadanía Aprender a vivir Sentido de la
con otros vida
Eduacación
Saber
Capacidades Conocimientos
Aprender Aprender
a hacer a conocer
Ser competente
Trabajo - Acción
Este aprendizaje se define como uno de los principales de la educación contemporánea, es-
pecialmente por el potencial de autodestrucción que se ha acumulado en los últimos años,
con el consecuente riesgo de aumentar los conflictos a escala mundial.
Es una educación que debe enseñar a evitar los conflictos, a promover maneras de reso-
lución pacífica, a fomentar el conocimiento de los demás, de sus culturas y su espiritua-
lidad. En esta línea, los niños y niñas deben aprender a no usar la violencia como forma
a de resolver los problemas, a valorar la identidad cultural de sus pares unido al contacto y
la
comunicación en condiciones de igualdad y de respeto con niños y niñas de grupos cul-
turales diversos.
Los niños y niñas deben contar con oportunidades de aprendizaje que los preparen para
contar con puntos de referencia intelectuales y afectivos que les permitan comprender un
mundo cambiante, desarrollar su autonomía, creatividad e iniciativa personal.
Como primer nivel del sistema educativo, tiene como fin favorecer una edu-
cación de calidad, oportuna y pertinente, que propicie aprendizajes rele-
vantes y significativos en función del bienestar, el desarrollo pleno y la tras-
cendencia de la niña y del niño como personas. Entre sus propósitos, debe
propiciar aprendizajes de calidad en las niñas y los niños que sean perti-
nentes y consideren las necesidades educativas especiales, las diversida-
des culturales, lingüísticas, de género, religiosas y sociales, junto a otros
aspectos culturales significativos de ellos, sus familias y comunidades.
El niño y niña como miembro de una comunidad, se encuentra en un proceso de formación hacien-
do suyo todo el significado cultural, donde la cultura propia cumple un rol primordial; de esta ma-
nera, es fundamental en el desarrollo humano la pertenencia a un grupo y la identificación cultural.
Cada niño y niña se encuentra en un proceso frágil de enculturación primaria, que depende del en-
torno y de las personas con quienes interactúa. Es esencial favorecer en ellos la transmisión cultural
mediante experiencias concretas, activas, lúdicas que respondan a su forma básica de aprendizaje,
favoreciendo que sean significativas y con sentido.
Cada niño y niña es parte de una familia y un contexto sociocultural único, de este modo es primor-
dial fortalecer el sentido de pertenencia para lograr, la formación de su etnocentrismo positivo.
El niño y niña coexiste con diferentes ámbitos culturales en grados distintos de influencia.
Es importante formar en niños y niñas un relativismo cultural, para favorecer el respeto de las diversas
culturas, es decir, que aprendan que cada cultura es valiosa por sí misma.
a) Cultura
Para efectos del desarrollo educacional, se entiende por cultura: “Un conjun-
to relacionado, acumulativo y dinámico de creaciones ideacionales y mate-
riales que han sido producidas o adaptadas por una comunidad, en res-
puesta a un sistema de necesidades de todo tipo, y que al ser seleccionadas
a través de una práctica histórica se constituyen como patrimonio social
significativo para su funcionamiento por lo cual son transmitidas, emplea-
das y modificadas permanentemente”. (Peralta, 1996)
d) Identidad cultural
e) Pertinencia cultural
g) Multiculturalidad
Este término se refiere a la naturaleza culturalmente diversa de la sociedad humana, no remite única-
mente a elementos de cultura étnica o nacional, sino también a la diversidad lingüística, religiosa y
socioeconómica. En este sentido, hace referencia al reconocimiento de los diversos grupos culturales
que comparten un espacio determinado (Mineduc, 2014); sin que esto signifique que existen relaciones
equitativas y de valoración mutua entre ellos.
h) Interculturalidad
Definida por la UNESCO como un concepto dinámico, se refiere a las relaciones evolutivas entre gru-
pos culturales. Ha sido definida como “la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la
posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de
una actitud de respeto mutuo”. La interculturalidad supone el multiculturalismo y es la resultante del
intercambio y el diálogo “intercultural” en los planos local, nacional, regional o internacional (UNESCO,
2006:17).
Principio III: La educación intercultural enseña a todos los educandos los cono-
cimientos, actitudes y las competencias culturales que les permiten contribuir al
respeto, el entendimiento y la solidaridad entre individuos, entre grupos étnicos,
sociales, culturales y religiosos y entre naciones” (UNESCO, 2016).
Para profundizar
en algunos de estos
conceptos puedes
acceder al siguiente
código QR
Este enfoque busca la Este enfoque busca crear En este enfoque las diver-
homogeneidad del currícu- una nueva cultura con sidades culturales son ex-
lum, no se toman en cuen- aportes de todos de ma- cluyentes unas de otras, y
ta las diferencias, tampoco nera participativa. les corresponden diseños
considera flexibilización en de atención exclusivas a
los elementos que compo- cada una.
nen el currículum.
Mapuche
Los aymara son el segundo pueblo indígena más numeroso de Chile (después
del Mapuche), de acuerdo con las cifras oficiales, y son identificados en la actua-
lidad por su lengua, su cultura andina y las tierras que habitan, en las regiones
de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Las comunidades aymaras ocu-
pan el altiplano, extendiéndose por una inmensa zona que abarca los alrede-
dores del lago Titicaca (Bolivia), el Norte Grande chileno y el noroeste argentino.
Entre las expresiones artísticas aymaras destaca el arte textil, que resalta
por su excelencia técnica, fineza y colorido principalmente destinado al ves-
tuario y a piezas ceremoniales. La música y el baile son dos expresiones cul-
turales muy importantes, mientras la platería de joyas y objetos de uso ritual
es otra forma de arte en la que sobresalen los aymaras.
Rapa Nui, se ubica en medio del Pacífico Sur, a 3.700 kilómetros del conti-
nente, y forma parte de la Región de Valparaíso. El 80% de la población se
concentra en Hanga Roa, un poblado que es capital de la Isla y la provincia,
y que cuenta con cinco caletas de pescadores (Hanga Piko, Hanga Roa Tai,
Hanga Ho’onu o La Perouse, Hanga Nui y Hanga Te’e en Vaihu). El resto de la
población se localiza en las zonas rurales de la isla.
Los quechuas se definen como etnia a partir de su lengua, el quechua. Sus comunidades se localizan en la zona
de Ollagüe y en el río San Pedro, un afluente del río Loa (en la región de Antofagasta). Esta región posee relaciones
históricas con el salar de Uyuni (Bolivia), y articulaciones económicas con la cuenca del río Loa y la costa Pacífica.
Además, se han constituido comunidades quechuas en el oasis de Mamiña, y los pueblos de Quipisca y Miñi Miñe,
comuna de Pozo Almonte, (región de Tarapacá). Su economía se basa en la ganadería y agricultura, y hoy conser-
van como artesanía la alfarería y arte textil.
Los atacameños o likan antai ocupan valles, oasis y quebradas del salar de Atacama y la cuenca alta
del río Loa y su afluente, el río Salado, en las comunas de Calama y San Pedro de Atacama, ambas en la
Región de Antofagasta. La lengua de los atacameños es el kunza, casi extinta y en vías de recuperación.
Muchos de sus miembros se autodenominan likan antai, palabra que en kunza significa “habitantes del
territorio”.
En el arte atacameño destaca la cerámica, la cestería, los textiles, la orfebrería, el baile y la música, y su
economía tradicional es de base agro ganadera.
Colla
Los collas actualmente ocupan parte del desierto de Atacama, algunas quebradas precordilleranas y el borde
de la puna de las provincias de Copiapó y Chañaral (Región de Atacama), aunque algunos de sus miembros viven
en pueblos y ciudades.
Su economía tradicional se basa en la ganadería y en menor medida en la agricultura. Mientras que la ar-
tesanía textil, con tejido a telar y a palillos, es una de las actividades artísticas que practican las mujeres
collas, organizados en torno a talleres o emprendimientos individuales.
El pueblo chango es heredero de una tradición marítimo costera de las regiones de Antofagasta, Atacama y Co-
quimbo. Su símbolo más distintivo es la balsa de cuero de lobo que fue un diseño único en la historia de la nave-
gación. Estaban adaptados para prosperar en una franja costera casi sin agua dulce y sin recursos vegetales ni
animales terrestres; por lo tanto, no desarrollaron la agricultura ni la ganadería.
Los changos hoy reconocen al mar y la caleta como referentes clave de su identidad, en los cuales se ha desa-
rrollado la existencia de sus ancestros y la suya propia. El mar, además de los recursos que proporciona, tiene
vida propia.
El pueblo chango fue reconocido formalmente como una etnia indígena chilena a partir de una ley promulgada el
año 2020. Alrededor de cuatro mil personas se reconocen como parte de esta etnia.
Diaguitas
Los diaguitas habitaron originalmente a ambos costados de la cordillera de los Andes. En Chile, antes de la llega-
da de los españoles, ocuparon los valles del Norte Chico ―Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí-Choapa― en las regiones
de Atacama y Coquimbo.
Es en el Valle del Huasco, específicamente en el río Tránsito, donde resurge el proceso de identificación y reconoci-
miento de su etnia diaguita, cuya presencia determina el reconocimiento de los diaguitas en el año 2006, cuando
se modifica la Ley Indígena 19.253, para incorporarlos como pueblo originario de Chile.
La alfarería (a través de cántaros y vajillas) y la producción textil son dos de sus prácticas artesanales tradiciona-
les.
La alfarería (a través de cántaros y vajillas) y la producción textil son dos de sus prácticas artesanales tradiciona-
les.
Kawésqar
Se estima que los kawésqar llegaron a los canales australes hace unos seis mil años. Las teorías del poblamiento
plantean que procedían del norte, y arribaron siguiendo la ruta de los canales desde Chiloé y cruzaron el istmo de
Ofqui. También, podrían provenir del sur, teniendo su origen en las poblaciones cazadoras de la Patagonia Orien-
tal, que se hicieron navegantes.
En su origen, fueron un grupo canoero, nómade, cazador y recolector, y se localizan en Puerto Edén y la ciudad de Punta
Arenas, en la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Sus adornos fueron collares de conchas y plumas, y su vestimenta
era una capa de cuero cuyo material variaba de acuerdo al territorio (lobo marino y venado), y dibujaban su rostro y cuerpo
con rayas y motivos geométricos.
Yagán
Yámana o yagán es el nombre que lleva el pueblo de canoeros más austral del mundo, que ocuparon las islas al
sur de Tierra del Fuego, entre el canal Beagle y el Cabo de Hornos, cuyas últimas familias se asientan hoy en Villa
Ukika y Bahía Mejillones, cerca de Puerto Williams, Región de Magallanes.
Se caracterizan por ser pueblos nómades que desarrollan actividades de caza, pesca y recolección. La canoa fue
central en su forma de vida, y se construía a partir de la corteza completa de un árbol, recortada y modelada como
una góndola.
Selk’nam
Pueblo originario del archipiélago de Tierra del Fuego, localidad que en la actualidad pertenece tanto a
Chile como a Argentina. Eran nómadas terrestres, cazadores y recolectores. Sin embargo, como muchas
comunidades indígenas, fueron víctimas de la colonización. A inicios del siglo XX, sufrieron la persecu-
ción de colonos británicos, chilenos y argentinos. En el Censo del año 2017 en Chile, 1.444 personas se
autoidentificaron como Selk’nam.
Recopilar historias de vida de las familias, comunidad y del pueblo originario al cual pertenece la niña o
el niño. Esto le permitirá tener una ubicación temporal y espacial con su identidad social.
Abordar costumbres, normas, valores y tradiciones propias de los pueblos indígenas. Relación con la
naturaleza (respeto y cuidado del ecosistema), normas de saludo, respeto a los mayores, orientaciones
espaciales, fiestas, comidas, música, historias, entre otras.
Realizar salidas a espacios naturales con los niños y niñas, en los cuales puedan reconocer y valorar el
sentido que tiene para los pueblos indígenas los elementos de la naturaleza.
Brindar espacios en que los adultos mayores de la comunidad, que mantienen su saber, puedan trans-
mitir experiencias de su niñez y aprendizaje de la cultura. Esto les permitirá a los niños y niñas conocer, a
través de la experiencia, el respeto que los pueblos indígenas otorgan a sus mayores, debido a que son el
sustento del saber de la comunidad.
Este contexto corresponde a los diferentes conjuntos de migrantes, tanto internos que se desplazan por las regiones,
como los que ingresan al país (inmigrantes) en busca de oportunidades generalmente laborales o aquellos en situación
de refugiados. En nuestro país el flujo migratorio en la década del noventa, era principalmente desde los países de la
frontera norte (Perú y Bolivia), progresivamente a partir del 2010, se comienzan a diversificar las nacionalidades de origen,
siendo Colombia, Haití y Venezuela algunas a destacar. Desde el año 2018, existe un aumento migratorio hacia nuestro
país, especialmente de personas venezolanas, registrándose como el 77% del total el año 2021. En cuanto a niños y niñas,
a julio del año 2022 ingresaron 6.521, de los cuales 5.264 son de nacionalidad venezolana, 582 colombiana, 337 peruana,
184 ecuatoriana y 21 haitiana (Fuente: datos internos del Servicio Jesuita a Migrantes).
Desde el ámbito educativo nuestro país ha generado avances importantes, en el marco del enfoque de derechos
para facilitar la incorporación de todos los niños y niñas al sistema educativo, sobre todo a la Educación Par-
vularia, ya que se configura como un espacio protector para los niños, niñas y sus familias, donde para muchas
de ellas es el primer acercamiento al funcionamiento de la sociedad chilena, configurándose no solo como un
espacio de enseñanza y aprendizaje, sino también, como una importante red de cuidado y apoyo.
Global
Occidental
Latinoamericano
Nacional
Bienestar
Significado Unidad
Relación Singularidad
Juego Actividad
El proceso educativo debe desarrollarse en un ambiente cálido, acogedor y cercano a la identidad cultural de niños y niñas, esto favo-
rece que desarrollen una autoestima positiva, que les permitirá identificarse con su comunidad.
Unidad
El niño como persona es esencialmente indivisible, por lo que enfrenta todo aprendizaje en forma integral, participando con todo su ser
en cada experiencia que se le ofrece. Ello implica que es difícil caracterizar un aprendizaje como exclusivamente referido a un ámbito
específico Desde este principio se puede comprender la necesidad de abordar la realidad desde una perspectiva holística que permita
reconocer los distintos elementos y múltiples interacciones que conforman un todo.
Principio de singularidad
Desde una perspectiva intercultural es importante considerar que cada niño y niña proviene de un contexto o comunidad particular, y esa
pertenencia actúa como uno de los factores determinantes de su singularidad. Considerar la singularidad, por lo tanto, significa reconocer
a cada niño y niña dentro del conjunto de interacciones, biografía y entorno en las que se desarrolla.
Principio actividad
Desde una perspectiva intercultural, la exploración, construcción y comunicación con el entorno debe motivar a los niños/as a compren-
der que son parte de él; a través del contacto, movimiento, exploración, expresión de sentimientos, ideas y pensamientos, se favorece la
construcción de aprendizajes significativos; entendiendo la “actividad” de niños y niñas con y sobre los objetos, con los otros (pares y
adultos) y con la información y el conocimiento.
Principio de relación
Todo aprendizaje se construye desde una perspectiva social y a partir de las relaciones que se establecen con los otros y con el ambiente.
Esto se produce desde las vivencias concretas y los referentes significativos. De ahí la importancia de posibilitar interacciones variadas en
contextos diversos.
Principio de significado
Una situación educativa favorece mejores aprendizajes cuando considera y se relaciona con las experiencias y conocimientos previos de
las niñas y niños, responde a sus intereses y tiene algún tipo de sentido para ellos La posibilidad de significar la realidad se produce debi-
do al cúmulo de experiencias y conocimientos previos que cada niño y niña trae consigo. Las vivencias personales y colectivas en comuni-
dad son la base para la construcción de nuevos saberes.
a) Ambiente humano
Abrir espacios para que tanto el equipo del jardín como las familias
puedan compartir saberes con los niños y niñas, por ejemplo, sobre
hierbas medicinales, formas de cultivo, uso de telares, oficios, etc.
b) Ambiente físico
Organizar el espacio de tal manera que cada niño y niña pueda dispo-
ner de un lugar personal del cual se apropia, y en el que puede guardar
objetos personales significativos y sus propios tesoros.
“El juego es una acción inherente y espontánea que realizan los seres hu-
manos, es el lenguaje natural de los niños y niñas, es su forma de comu-
nicarse, divertirse, aprender y conocer el mundo, les permite interiorizar
valores y costumbres del medio en el cual se desenvuelven, expresan sen-
timientos, emociones, intereses y necesidades” (Fundación Integra, 2017:9).
La Educación Parvularia, reconoce al juego como la actividad rectora, indi-
cando que este es el medio por excelencia del niño y niña para desarrollarse
integralmente y aprender en forma significativa.
Ofrecer oportunidades para que los niños y las niñas puedan jugar
solos, jugar junto a otros y jugar con otros.
Invitar a las familias a jugar con los niños y niñas a la sala cuna o
jardín infantil.
La Educación Parvularia Intercultural requiere establecer un vínculo y labor educativa conjunta con la familia y la
comunidad, a través de una participación activa y protagónica de sus integrantes, en los procesos de aprendizaje
de niños y niñas, trasmitiendo su cosmovisión, costumbres y pautas culturales propias, que contienen una espe-
cificidad identitaria. Este ejercicio pedagógico intercultural resulta relevante ya que nos ayuda a comprender las
mejores formas de propiciar aprendizajes para todos los niños y niñas. Por lo tanto, la participación directa en la
planificación e implementación de diferentes experiencias de aprendizaje es fundamental, la acción educativa debe
ser comprendida y abordada en conjunto.
Comprender a la familia y/o la comunidad como primer espacio educativo, significa reconocerla como tal,
sin prejuicios y con capacidad de comprensión de “lo diverso” frente a nuestras propias certezas, verdades y
formas.
Propiciar un vínculo de apego seguro: generar situaciones progresivas de adaptación y conocimiento de la realidad
tanto para los niños y niñas y sus familias, como para todos aquellos que participan del proceso.
Propiciar interacciones comunicativas, mediante una escucha atenta y activa. Es decir, tener una capacidad recep-
tiva y al mismo tiempo una actitud expresiva, capaz de transmitir mensajes con claridad, de preguntar y no dar por
hecho.
LEY 19.253 (2023). Establece Normas sobre Protección, Fomento y Desarrollo de los
Indígenas, y Crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.