Tarea 2 de Redacción
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Lima-Perú
2024
Los valores para una buena amistad
Había una vez un pequeño ratoncito llamado Tito que vivía en un rincón acogedor de la
casa de una familia muy extensa. Este ratoncito era curioso y siempre andaba buscando
aventuras. Un día, mientras exploraba la cocina, encontró un trozo de queso delicioso
que había caído al suelo por descuido de la familia. Tito, emocionado por tal suceso,
decidió llevar el queso a su madriguera para disfrutarlo con tranquilidad.
En su camino a casa, Tito se encontró con su amigo, el gato Simón. Simón, al ver el
queso en las manos de Tito, le dijo con voz amigable: "¿Puedo ayudarte a llevar ese
queso a tu madriguera? Es un poco pesado para ti solo". Tito, aunque desconfiado al
principio, aceptó la ayuda de Simón y juntos se dirigieron hacia la madriguera.
Sin embargo, Simón comenzó a lanzar miradas hambrientas al queso y a lamerse los
bigotes con anticipación. Tito comenzó a sentirse nervioso, sospechando que su amigo
quisiera quedarse con todo el queso solo para él. Entonces, en un momento de valentía,
Tito decidió detenerse y explicarle a Simón que el queso era para compartir, no solo
para uno de los dos.
Simón, avergonzado por su comportamiento egoísta, se disculpó sinceramente con Tito
y juntos continuaron su camino hacia la madriguera. Una vez allí, compartieron el queso
y pasaron una tarde maravillosa conversando y riendo, como buenos amigos.
La amistad verdadera se basa en la confianza, el respeto y la generosidad. Aunque a
veces podamos sentir miedo o desconfianza hacia los demás, es importante recordar que
la verdadera amistad sale a flote cuando aprendemos a compartir y a confiar en los
demás.