Resumen II
Resumen II
Resumen II
Con el gobierno de los Tudor, los nobles permitieron que los actores tuvieran más libertad.
Primeros teatros en Londres Se presentaban en patios de posadas, adaptados para su nueva función,
y provistos de un tablado. Los actores buscaban posada al llegar a
Londres para alojarse, al punto en que las posadas solo los albergaban
a ellos.
• En 1576, se construyó el primer Teatro en Shoreditch. Con el éxito de los teatros, se empezaron a
construir aún más de ellos.
Compañías de actores Eran empleados por capitalistas, y eran inquilinos de ellos por el tiempo
que trabajaban en su teatro.
En los primeros años del teatro isabelino, la calidad literaria de las representaciones infantiles y la fuerza de la
costumbre les habían dado cierta ventaja. Además, los niños podían proporcionar el encanto de la música.
Actuaban en la Corte y el público general-
También, a las mejores compañías se las invitaba a representar en una esfera más bien privada, donde era un
honor participar. El Maestre de Fiestas de la Corte elegía las piezas y las compañías para la diversión del Rey
o de la Reina, especialmente en la época de la Navidad.
Es obvio, no obstante, que el teatro de la Corte o de las casas particulares difería del teatro público. En el
primero, las piezas se representaban bajo techo, en un salón, y con luz artificial. Las características principales
de estas representaciones tuvieron su paralelo en los teatros “privados” de la época isabelina, tercera categoría
de los teatros profesionales londinenses, que hemos de añadir a los de los patios de posada y a los nuevos
teatros “públicos”.
Teatros públicos Teatros privados
• Interpretación más natural y convincente de • Empleaba más tramoyas.
los papeles masculinos. • Compañía de niños que actuase en aquel, ante un
• Los niños se encargaban de los papeles auditorio selecto.
femeninos (voz aguda y sin barba). • Estilo interpretativo más íntimo y menos realista.
La escenificación isabelina
Mascarada Se daba en la Corte, combinaba la danza y la música con el disfraz simbólico, y con un
aparato escénico y arquitectónico crecientemente complicados.
El repertorio de obras
Las compañías teatrales obtenían sus piezas tanto de los actores dramaturgos que formaban parte de ellas,
como de otros dramaturgos independientes a quienes las encargaban. Otras veces una compañía que pasaba
por un apuro económico podía vender a otra una de sus piezas, o cederla a un editor, con lo que la obra, una
vez publicada, se hacía de propiedad general. Todos los textos de las piezas estaban a cargo de un miembro
de la compañía, llamado “bibliotecario”.
La representación
• Se realizaban por la tarde, después de la comida. Empezaban a las dos y duraban generalmente dos horas.
• Para anunciarlas se imprimían carteles que se fijaban en sitios adecuados o se distribuían.
• Si las cortinas del escenario eran negras, presagiaban una tragedia; si de colores vivos y asuntos
mitológicos, una comedia.
• El “platt” o sinopsis de la pieza, estaba colgado de una percha para que los actores lo consultasen.
• Los actores estaban ya vestidos y dispuestos cuando sonaba una trompeta anunciando la función, que se
iniciaba al tercer toque.
• El “Prólogo”, vestido con capa negra, presentaba la obra y solicitaba una acogida favorable.
• Le seguía la representación (al principio, sin interrupciones; después, con intervalos).
• Por último, el “Epílogo”, solicitaba el aplauso. Aunque el público podía manifestar sus opiniones en el curso
de la función. Se consideraba que era elegante llegar tarde, no prestar atención a la obra, indicar su
desaprobación, y retirarse antes de que terminara. Una buena respuesta al “Epílogo” podía tranquilizar a
los actores.
• En los teatros públicos, la función terminaba con una jiga (canción y danza entre tres o más actores).
Los actores
• La de actor era una profesión que un padre decente podía dar a un hijo, aunque no a una hija.
• Sus miembros se reclutaban entre los “aprendices” que servían a un actor principal o “socio”.
• Recibían una instrucción adecuada.
• Graduados a su debido tiempo, pasaban del canto, los papeles femeninos y la tutela, a la condición de
hombres y a una posición independiente.
Eran, al principio, aquellos que esgrimían argumentos morales y teológicos. Pero en los tiempos de
Shakespeare, el único enemigo serio del teatro fue la peste, que los clausuró durante largos períodos entre
1592 y 1594, y entre 1603 y 1604.