Weber - La Etica Protestante

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“Los intereses materiales e ideales, y no

las ideas, dominan directamente la


acción de los hombres. Pero muy a
menudo las ‘imágenes del mundo’,
creadas por las ‘ideas’, han determinado
como guardagujas los rieles sobre los que
la acción viene impulsada por la dinámica
de los intereses.”

Max Weber (Ensayos sobre sociología de la religión)


¿Por qué relacionar religión y economía?
• Observación inicial de estadísticas profesionales: la propiedad y empresas capitalistas, así como
las esferas superiores de las clases trabajadoras en países con diversas religiones = son de
carácter protestante…

• Pregunta problema de Weber: ¿Cuál es la causa de esa participación relativamente mayor, de


este porcentaje más elevado en relación con la población total con el que los protestantes
participan en la posesión del capital y en la dirección y en los más altos puestos de trabajo en las
grandes empresas industriales y comerciales? (Pág. 74).

• Reforma protestante (S. XVI): no significaba la eliminación del poder eclesiástico sobre la vida,
sino más bien la sustitución de una forma del poder por otra diferente… uno puramente formal,
suave, apenas perceptible en la práctica cotidiana, por otro que intervenía de modo mucho
mayor en todas las esferas de la vida pública y privada, sometiendo a una pesada regulación a
toda la conducción de vida >>>> formas más insoportables de control eclesiástico sobre la vida
individual sería el calvinismo (siglo XVI en Ginebra y Escocia, siglo XVII en gran parte de los Países
Bajos, Nueva Inglaterra –N.O. de EEUU- y la propia Inglaterra)…

• Hipótesis de trabajo: determinar la influencia de ciertos ideales religiosos en la formación de una


“mentalidad económica”, de un ethos económico, fijándose en el caso concreto de las
conexiones de la ética económica moderna con la ética racional del protestantismo ascético.
El combate entre don Carnaval y doña Cuaresma, obra del pintor flamenco Pieter Brueghel el
Viejo. Es un óleo sobre tabla, pintado en el año 1559. Mide 118 cm de alto y 164 cm de ancho.
Se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena de Viena, Austria
- Para Weber no hay una “causa genética” en el protestantismo en
relación al capitalismo. Ni tampoco propone que la Reforma
Protestante precediera cronológicamente al capitalismo…

- En Economía y Sociedad (pp. 945-1042) ubica los orígenes del


capitalismo moderno en la baja Edad Media (mucho antes que la
aparición de la R.P.)

- Incluso dentro del protestantismo considera una variante específica


de éste: la concepción de racionalismo de dominio del mundo del
ascetismo intramundano del calvinismo, tuvo una importante
influencia y “afinidad electiva”, no con el capitalismo como sistema,
sino con el espíritu del capitalismo (con una manera específica de
concebir la ética de trabajo en la vida cotidiana de la actividad
económica capitalista).
En el siglo XVI el francés Juan Calvino (1483-1564) enuncia doctrina de la
predestinación: el ser humano está predestinado de antemano a condenarse o
salvarse. Esta idea de que Dios determina de antemano la salvación o condenación
de los hombres excluye la libertad de la persona para hacer obras buenas o malas
ante Dios. Si uno está predestinado para salvarse o condenarse, ¿cómo saber de
antemano el final de cada persona? Si a uno le “va bien” en la vida, si sus negocios
son prósperos, es virtuoso y vive con austeridad, es seguro que se salva. En cambio
si uno solo tiene desgracias en esta vida, seguro que está condenado.
Esta doctrina va a traer tres graves consecuencias:

1. Sólo la prosperidad en los negocios es garante de una vida plena de sentido. El


dinero y el poder se convierten en los indicadores de la “calidad humana”.
2. Aquellos que sufren penurias, como enfermedades, pobreza, etc. están de
antemano condenados y no son “humanos dignos”. Pasan a ser ciudadanos de
“segunda clase”.
3. Se crea una clase superior, una élite que es la única capaz de gobernar y dirigir los
destinos de la humanidad por el “buen camino“ (el camino del poder y del dinero).
Mientras Calvino dominó la ciudad de Ginebra (mediados siglo XVI), imperó en ella
una verdadera teocracia (gobierno ejercido por los representantes de Dios), lo que
se tradujo en un extremado puritanismo (rigidez y escrupulosidad excesivas en el
cumplimiento de determinadas normas de conducta moral pública o privada):

- La vida religiosa y moral de los ciudadanos era controlada y cada hogar


inspeccionado a lo menos una vez al año.
- La asistencia a los servicios religiosos era obligatoria, so pena de multa.
- La ley prescribía el color y número de trajes que se podía tener, así como lo que se
podía comer.
- Estaban prohibidas las representaciones teatrales, los juegos de azar, los bailes y las
canciones indecentes.
- Los nombres de los niños debían aparecer en el Antiguo Testamento.
- La fornicación era penada con el destierro; el adulterio, la blasfemia y la idolatría,
con la muerte.
- Hablar irrespetuosamente de Calvino y el clero era un crimen, como también lo era
apartarse del credo oficial.
Todo lo que es placer, sensibilidad, toda ostentación, todo afán de apariencia, etc., es rechazado.
Esto supone una tremenda austeridad. De aquí se deriva la inversión, si trabajamos
incansablemente y no gastamos, se producirá mucho y más, se podrá invertir. Esto fomentará el
capital porque no se puede gastar más que lo estrictamente necesario (esto sería en el supuesto
en que llevásemos a cabo las ideas del calvinismo).
El principio de predestinación debió sumergir a los individuos en la más absoluta soledad y
angustia interior. Salvo por los bienes “recibidos”, no había modo de saber si se era elegido o
condenado. Por lo cual los individuos intentarían demostrarse así mismos, y a los demás, que
formaban parte de los primeros, desarrollando la inteligencia, mostrando afán de trabajo, un
comportamiento voluntarioso, haciendo gala de una vida sobria, sin lujos ni ostentaciones.
Según las creencias del calvinismo, el trabajo es el destino del hombre, y las riquezas, tanto las
materiales como las espirituales es en la medida y en la expresión de la gracia de Dios.
- Principio de inversión: el trabajo genera capital y este no puede ser utilizado con bienes
superfluos, es invertido en cometidos útiles, es decir, en máquinas, en la banca, en la educación y
en la ciencia. El Calvinismo no es contrario a la Ciencia y la Filantropía. Las buenas obras no sirven
para la salvación, pero si para demostrar que se pertenece a los elegidos.
De todo esto deriva Weber una serie de valores pertenecientes inicialmente al Calvinismo que
crean y refuerzan una mentalidad que parcialmente ya existía en la sociedad incipientemente,
una mentalidad que será decisiva para el desarrollo del capitalismo: El trabajo profesional, La
organización, El método, La eficacia, El conocimiento (decisivo para el capitalismo en tanto
técnicas y tecnologías), La utilidad, El éxito, La riqueza…
Estos valores, exaltados por el Calvinismo, que supone la ética protestante, van perdiendo con el
tiempo una vinculación religiosa como valores secularizados, pasan a formar parte de lo que
Weber denomina el espíritu del capitalismo.
- Por lo tanto: impacto de la ética del ascetismo intramundano del
calvinismo sobre el desarrollo del capitalismo moderno es indirecto (no
“causal genético”). Aunque esta “ética protestante” tuvo un impacto en
el desarrollo histórico del capitalismo occidental : valores calvinistas
legitiman e impulsan el proceso de racionalización que distingue al
capitalismo occidental del resto de formas históricas del capitalismo.
- El pronóstico de Weber: racionalización terminará por abarcar toda la
esfera de la vida social. Pero multiplicación de reglamentos acorralarán
al individuo, lo conducirá al aislamiento de modos que finalmente
sucumbirá a la organización de… (pensamiento pesimista). Este
planteamiento es próximo al de la alienación de Marx.
- La visión de Weber es más pesimista que la de Marx, y a diferencia de
éste no propone un modelo de sociedad alternativa. Para Weber los
valores que impulsaron el espíritu capitalista, con el tiempo
desaparecen y la riqueza se convierte en un fin en sí mismo (futuro de la
racionalidad capitalista: lucha de todos contra todos, si otro nuevo
sistema de valores, otro nuevo ethos no lo evita).

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