Caso de La Masacre de Mapiripán. Colombia
Caso de La Masacre de Mapiripán. Colombia
Caso de La Masacre de Mapiripán. Colombia
Colombia
1 Cfr. Caso Myrna Mack Chang, Sentencia del 25 de noviembre de 2003, Serie C,
No. 101, prrs. 106 a 108.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 453
[] En lo que respecta a los hechos objeto del proceso, este Tribunal con-
sidera, como lo ha hecho en otras ocasiones, que no es admisible alegar
nuevos hechos distintos de los planteados en la demanda, sin perjuicio de
exponer aquellos que permitan explicar, aclarar o desestimar los que han
sido mencionados en la demanda, o bien, responder a las pretensiones del
demandante. Adems, hechos que se califican como supervinientes podrn
ser remitidos al Tribunal en cualquier estado del proceso antes del dictado
de la sentencia.
[] Asimismo, en lo que atae a la incorporacin de otros derechos
distintos a los ya comprendidos en la demanda de la Comisin, esta Corte
ha establecido que los peticionarios pueden invocar tales derechos. Son
ellos los titulares de todos los derechos consagrados en la Convencin
Americana, y no admitirlo sera una restriccin indebida a su condicin de
sujetos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Se entiende
que lo anterior, relativo a otros derechos, se atiene a los hechos ya conte-
nidos en la demanda.
[] Igualmente, este Tribunal tiene la facultad de analizar la posible
violacin de artculos de la Convencin no incluidos en los escritos de de-
manda y contestacin de la demanda, as como en el escrito de solicitudes
y argumentos de los representantes, con base en el principio iura novit
curia, slidamente respaldado en la jurisprudencia internacional, en el
sentido de que el juzgador posee la facultad e inclusive el deber de aplicar
las disposiciones jurdicas pertinentes en una causa, an cuando las partes
no las invoquen expresamente, en el entendido de que se le dar siempre
a las partes la posibilidad de presentar los argumentos y pruebas que es-
timen pertinentes para apoyar su posicin frente a todas las disposiciones
jurdicas que se examinan.
29. En los trminos en que se han expresado las partes, la Corte observa
que subsiste la controversia entre aqullas en cuanto a la excepcin preli-
minar referente a la falta de agotamiento de recursos internos; el alcance
del reconocimiento de responsabilidad del Estado sobre hechos ocurridos
en el presente caso no abarcados en el reconocimiento de responsabilidad
formulado por el Estado; las supuestas violaciones a los artculos 1.1, 8.1
y 25 de la Convencin Americana; las supuestas violaciones a los art-
culos 19 y 22 de dicho instrumento alegadas por los representantes, as
como lo referente a las eventuales reparaciones y costas.
30. Por otro lado, al haber efectuado un reconocimiento de responsa-
bilidad en el presente caso, el Estado ha aceptado implcitamente la plena
competencia de la Corte para conocer del presente caso, por lo cual la
segunda excepcin opuesta por el Estado ha perdido el carcter de cues-
tin preliminar. Adems, el contenido de dicha excepcin se encuentra
ntimamente relacionado con el fondo del presente asunto, en particular
en lo referente a la supuesta violacin de los artculos 8o. y 25 de la Con-
vencin. Por lo tanto, dicha excepcin preliminar debe ser desestimada
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 455
B) Medidas Provisionales
Medidas provisionales
C) Fondo
[] En lo que respecta a los hechos objeto del proceso, este Tribunal con-
sidera, como lo ha hecho en otras ocasiones, que no es admisible alegar
nuevos hechos distintos de los planteados en la demanda, sin perjuicio de
exponer aquellos que permitan explicar, aclarar o desestimar los que han
sido mencionados en la demanda, o bien, responder a las pretensiones del
demandante. Adems, hechos que se califican como supervinientes podrn
ser remitidos al Tribunal en cualquier estado del proceso antes del dictado
de la sentencia.
[] Asimismo, en lo que atae a la incorporacin de otros derechos
distintos a los ya comprendidos en la demanda de la Comisin, esta Corte
ha establecido que los peticionarios pueden invocar tales derechos. Son
ellos los titulares de todos los derechos consagrados en la Convencin
Americana, y no admitirlo sera una restriccin indebida a su condicin de
sujetos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Se entiende
que lo anterior, relativo a otros derechos, se atiene a los hechos ya conte-
nidos en la demanda.
[] Igualmente, este Tribunal tiene la facultad de analizar la posible
violacin de artculos de la Convencin no incluidos en los escritos de de-
manda y contestacin de la demanda, as como en el escrito de solicitudes
y argumentos de los representantes, con base en el principio iura novit
curia, slidamente respaldado en la jurisprudencia internacional, en el
sentido de que el juzgador posee la facultad e inclusive el deber de aplicar
las disposiciones jurdicas pertinentes en una causa, an cuando las partes
no las invoquen expresamente, en el entendido de que se le dar siempre
a las partes la posibilidad de presentar los argumentos y pruebas que es-
timen pertinentes para apoyar su posicin frente a todas las disposiciones
jurdicas que se examinan.5
No. 124, prr. 91; Caso De la Cruz Flores, Sentencia del 18 de noviembre de 2004, Serie
C, No. 115, prr. 122; Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prrs.
124 a 126.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 461
todas las partes, debe evaluar y decidir sus alcances en cada caso en par-
ticular.6
subsist[a] la controversia entre [las partes] en cuanto [al] alcance del re-
conocimiento de responsabilidad del Estado sobre hechos ocurridos en el
presente caso no abarcados en el reconocimiento de responsabilidad for-
mulado por el Estado; las supuestas violaciones a los artculos 1.1, 8.1 y
25 de la Convencin Americana; las supuestas violaciones a los artculos
19 y 22 de dicho instrumento alegadas por los representantes, as como lo
referente a las eventuales reparaciones y costas.7
miento de Responsabilidad, Sentencia del 7 de marzo de 2004, Serie C, No. 122, prr. 29.
464 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
8 Cfr. Caso Acosta Caldern, Sentencia del 24 de junio de 2005, Serie C, No. 129,
prr. 40; Caso Yatama, Sentencia del 23 de junio de 2005, Serie C, No. 127, prr. 106, y
Caso Fermn Ramrez, Sentencia del 20 de junio de 2005, Serie C, No. 126, prr. 43.
9 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 42; Caso Yatama, supra nota 8, prr.
y el Estado junto con los alegatos finales, por considerarlos tiles para el
presente caso.
79. En lo que se refiere a los documentos de prensa presentados por
los representantes, as como otros artculos y noticias publicadas en la
prensa, el Tribunal estima que aun cuando no tienen carcter de prue-
ba documental propiamente dicha, podrn ser apreciadas cuando recojan
hechos pblicos o notorios o declaraciones de funcionarios del Estado,
o corroboren lo establecido en otros documentos o testimonios recibidos
en el proceso.12
81. En relacin con las declaraciones testimoniales rendidas ante feda-
tario pblico (affidvits), la Corte las admite en cuanto concuerden con el
objeto que fue definido en la Resolucin del 28 de enero de 2005 (supra
prr. 25), tomando en cuenta las observaciones presentadas por el Estado
(supra prr. 32) y su reconocimiento de responsabilidad internacional
(supra prr. 34). A su vez, dado que los familiares de las presuntas vcti-
mas tienen un inters directo en el caso, su declaracin no puede ser eva-
luada aisladamente, sino en el conjunto del acervo probatorio, aplicando
las reglas de la sana crtica.13
82. El Estado objet la declaracin jurada del testigo Luis Guillermo
Prez porque slo fue autenticada por fedatario pblico, y entonces con-
sider que no cumple con [la] importante formalidad [de ser rendido
ante fedatario pblico (affidvit) y, adems, porque al testigo] no le cons-
tan los hechos objeto del proceso directamente y por haber actuado como
representante de la parte civil en los procesos internos. Al respecto, la
Corte ha admitido en otras ocasiones declaraciones juradas que no fueron
rendidas ante fedatario pblico, cuando no se afecta la seguridad jurdica
y el equilibrio procesal entre las partes.14 Asimismo, el Tribunal estima
que este testimonio puede contribuir a la determinacin, por parte de la
Corte, de los hechos del presente caso, en cuanto concuerde con el objeto
que fue definido en la referida Resolucin, y lo valora en el conjunto del
12 Cfr. Caso Yatama, supra nota 8, prr. 119; Caso Fermn Ramrez, supra nota 8,
prr. 51, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz, Sentencia del 1o. de marzo de 2005,
Serie C, No. 120, prr. 43.
13 Cfr. Caso Yatama, supra nota 8, prr. 122; Caso Fermn Ramrez, supra nota 8,
prr. 49, y Caso de la Comunidad Indgena Yakye Axa, Sentencia del 17 de junio de 2005,
Serie C, No. 125, prr. 43.
14 Cfr. Caso Yatama, supra nota 7, prr. 115; Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 11, prr. 39, y Caso Lori Berenson Meja, Sentencia del 25 de noviembre de
2004, Serie C, No. 119, prr. 82.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 467
15 Cfr.
Caso Yatama, supra nota 7, prr. 115; Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 11, prr. 39, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 13, prr. 82.
468 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
16 Cfr. Caso Yatama, supra nota 7, prr. 115; Caso de las Hermanas Serrano Cruz,
supra nota 11, prr. 39, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota 13, prr. 82.
17 Cfr. Caso Lori Berenson Meja, supra nota 13,, prr. 81; Caso Tibi, Sentencia del 7
de septiembre de 2004, Serie C, No. 114, prrs. 78 y 85, y Caso Instituto de Reeducacin
de Menor, Sentencia del 2 de septiembre de 2004, Serie C, No. 112, prr. 90.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 469
93. En relacin con las declaraciones rendidas por los testigos y el pe-
rito propuestos por la Comisin, los representantes y el Estado, la Corte
los admite en cuanto concuerden con el objeto del interrogatorio estable-
cido por el Presidente mediante Resoluciones del 28 de enero de 2005 y
18 de febrero de 2005 (supra prrs. 25 y 30) y les da valor probatorio.
94. En este sentido, este Tribunal estima que los testimonios de las
seoras Nory Giraldo de Jaramillo, Marina Sanmiguel Duarte, Viviana
Barrera Cruz, Luz Mery Pinzn Lpez y Mariela Contreras Cruz (supra
prrs. 25 y 38) resultan tiles en el presente caso.18 No obstante, por tra-
tarse de familiares de presuntas vctimas y tener un inters directo en este
caso, no pueden ser valorados aisladamente, sino dentro del conjunto de
las pruebas del proceso.
95. El Estado objet la declaracin rendida ante la Corte Interamerica-
na el 7 de marzo de 2005 por el perito Federico Andreu (supra prrs. 38
18 Cfr. Caso Yatama, supra nota 8, prr. 122; Caso Fermn Ramrez, Sentencia del 20
de junio de 2005, Serie C, No. 126, prr. 49, y Caso de la Comunidad Indgena Yakye
Axa, supra nota 13, prr. 43.
470 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
19 Cfr. Caso Baena Ricardo, Sentencia del 28 de noviembre de 2003, Serie C, No.
104, prr. 96; Caso Hilaire. Excepciones Preliminares, Sentencia del 1o. de septiembre
de 2001, Serie C, No. 80, prrs. 94; Caso del Tribunal Constitucional. Competencia, Sen-
tencia del 24 de septiembre de 1999, Serie C, No. 55, prr. 41, y Caso Ivcher Bronstein.
Competencia, Sentencia del 24 de septiembre de 1999, Serie C, No. 54, prr. 42.
20 Cfr. Caso Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, Sentencia del 23 de
noviembre de 2004, Serie C, No. 118, prr. 69; Caso Baena Ricardo, supra nota 15, prr.
99, y Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros, Sentencia del 21 de junio de 2002,
Serie C, No. 94, prr. 83.
21 Cfr. Caso de la Comunidad Indgena Yakye Axa, supra nota 13, prr. 101; Caso
Lori Berenson Meja, Sentencia del 25 de noviembre de 2004, Serie C, No. 119, prr. 220;
Caso Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, supra nota 16, prr. 69, y Caso
Hilaire, Constantine y Benjamin y otros, supra nota 16, prr. 83.
22 Cfr. Caso Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, supra nota 16, prr.
69; Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 205, Caso de los Her-
manos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prrs. 150 a 151. Asimismo, cfr. European Court
of Human Rights, Klass and others v. Germany, judgment of 6 September 1978, Series A
no. 28, 34; Permanent Court of Arbitration, Dutch Portuguese Boundaries on the Island
of Timor (Arbitral Award of 25 June 1914), The American Journal of International Law,
vol. 9, 1915, pp. 250 and 266.
23 Cfr. European Court of Human Rights, Tyrer v. The United Kingdom, judgment of
Garantas del Debido Proceso Legal. Opinin Consultiva OC16/99 del 1o. de octubre
de 1999, Serie A, No. 16, prr. 114. Ver adems, en casos contenciosos, Caso de la Co-
munidad Indgena Yakye Axa, supra nota 13; Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri,
supra nota 2, prr. 165; Caso Juan Humberto Snchez. Interpretacin de la Sentencia
sobre Excepciones Preliminares, Fondo y Reparaciones. (art. 67 Convencin Americana
sobre Derechos Humanos), Sentencia del 26 de noviembre de 2003, Serie C, No. 102,
prr. 56; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni, Sentencia del 31 de agos-
to de 2001, Serie C, No. 79, prrs. 146 a 148, y Caso Barrios Altos, Sentencia del 14 de
marzo de 2001, Serie C, No. 75, prrs. 41-44.
25 Cfr. Caso Ricardo Canese, Sentencia del 31 de agosto de 2004, Serie C, No. 111,
prr. 181; Caso Herrera Ulloa, Sentencia del 2 de julio de 2004, Serie C, No. 107, prr.
184, y Caso Baena Ricardo y otros, Sentencia del 2 de febrero de 2001, Serie C, No. 72.
26 El propio prembulo de la Convencin Americana se refiere expresamente a los
27 Cfr. Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 72; Caso Cinco
Pensionistas, supra nota 2, prr. 63; Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes
Indocumentados. Opinin Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre de 2003, Serie A,
No. 18, prr. 76, y Caso Baena Ricardo y otros, supra nota 15, prr. 178.
28 Cfr. Caso Lori Berenson Meja, supra nota 17, prr. 219; y cfr. Caso Instituto de
Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 206; Caso Cinco Pensionistas, supra
nota 2, prr. 165.
474 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
Humberto Snchez, supra nota 20, prr. 142; Caso Cinco Pensionistas, supra nota 2,
prr. 163.
30 Cfr. Caso 19 Comerciantes, Sentencia del 5 de julio de 2004, Serie C, No. 109,
prr. 141; Caso Maritza Urrutia, Sentencia del 27 de noviembre de 2003, Serie C, No.
103, prr. 41, y Caso de los Nios de la Calle (Villagrn Morales y otros), Sentencia
del 19 de noviembre de 1999, Serie C, No. 63, prr. 75.
31 Cfr. Caso 19 Comerciantes, supra nota 26, prr. 141; Caso Juan Humberto Sn-
chez, supra nota 20, prr. 44, y Caso Cantos, Sentencia del 28 de noviembre de 2002,
Serie C, No. 97, prr. 28.
32 Cfr. Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes Indocumentados, Opinin
del 7 de septiembre de 2004, Serie C, No. 114, prrs. 108; Caso de los Hermanos Gmez
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 475
Paquiyauri, supra nota 18, prr. 91; Caso 19 Comerciantes, supra nota 72, prr. 183;
Caso Maritza Urrutia, supra nota 16, prr. 71; Caso Bulacio, Sentencia del 18 de sep-
tiembre de 2003, Serie C, No. 100, prr. 111; Caso Juan Humberto Snchez, supra nota
10, prr. 81.
34 Cfr. Caso de las Penitenciarias de Mendoza. Medidas Provisionales. Resolucin del
18 de junio de 2005; Caso del Pueblo Indgena Sarayaku. Medidas Provisionales. Resolu-
cin del 6 de julio de 2004; Caso de la Comunidad Kankuamo. Medidas Provisiones. Reso-
lucin del 5 de julio de 2004; Caso de las Comunidades del Jiguamiand y del Curbarad.
Medidas Provisionales. Resolucin del 6 de marzo de 2003, Serie E, No. 4, pga. 169; Caso
de la Comunidad de Paz de San Jos Apartad. Medidas Provisionales. Resolucin del 18
de junio de 2002, Serie E, No. 4, pga. 141, y Caso de la Crcel de Urso Branco. Medidas
Provisionales. Resolucin del 18 de junio de 2002, Serie E, No. 4, pga. 53.
35 Cfr. Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinin
[e]l artculo 4o. del [Protocolo II] no slo ordena una proteccin general
a los no combatientes sino que, en desarrollo al artculo 3o. comn a los
Convenios de Ginebra de 1949, consagra una serie de prohibiciones ab-
solutas, que pueden ser consideradas el ncleo esencial de las garantas
brindadas por el derecho internacional humanitario. []
[el principio de] distincin entre poblacin combatiente y no comba-
tiente tiene consecuencias fundamentales. As, en primer trmino, tal y
como lo seala la regla de inmunidad del artculo 13 [del Protocolo II], las
partes tienen la obligacin general de proteger a la poblacin civil contra
los peligros procedentes de las operaciones militares. De ello se despren-
de, como seala el numeral 2o. de este artculo, que esta poblacin, como
tal, no puede ser objeto de ataques militares, y quedan prohibidos los actos
o amenazas de violencia cuya finalidad principal sea aterrorizarla. Ade-
ms, esta proteccin general de la poblacin civil contra los peligros de
la guerra implica tambin que no es conforme al derecho internacional
humanitario que una de las partes involucre en el conflicto armado a esta
poblacin, puesto que de esa manera la convierte en actor del mismo, con
lo cual la estara exponiendo a los ataques militares por la otra parte. []
Independientemente de la situacin jurdica de normalidad o anormalidad
poltica, la sociedad civil vctima de la confrontacin armada debe ser
protegida por parte del Estado.36
37 Cfr. Caso Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, supra nota 16, prr.
16, y Caso Las Palmeras. Excepciones Preliminares, Sentencia del 4 de febrero de 2000,
Serie C, no. 67, prr. 33.
38 Cfr. Caso Hermanas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, supra nota 18, prr.
119; Caso Las Palmeras. Excepciones Preliminares, Sentencia del 4 de febrero de 2000,
Serie C, No. 67, prrs. 32 a 34, y Caso Bmaca Velsquez, Sentencia del 25 de noviembre
de 2000, Serie C, No. 70, prrs. 208 a 209.
39 El Protocolo II fue ratificado por Colombia el 14 de agosto de 1995 y entr en vigor
el 14 de febrero de 1996.
40 Ley 171 del 16 de diciembre de 1994, por medio de la cual se aprueba el Protocolo
42 Cfr. sentencia SU-1184 del 13 de noviembre de 2001, emitida por la Sala Plena de
la Corte Constitucional (expediente de anexos a la demanda, anexo 60, folios 979, 983,
884, 995 y 1002).
482 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
43 Cfr, Sentencia del 15 de febrero de 2005 emitido por la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogot (expediente de prueba presentada por el Estado,
folio 4737).
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 483
44 Cfr.
Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos sobre la situacin de los derechos humanos en Colombia en el ao 1997, E/
CN.4/1998/16, 9 de marzo de 1998, prrs. 29 y 91; Cuarto Informe del Defensor del Pue-
blo al Congreso de Colombia, 1997, pgs. 59 y 60, citado en el citado Informe de la Alta
Comisionada.
484 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
136. El propio modus operandi de los hechos del caso permiten inferir
que, antes de ser ejecutadas, las vctimas fueron privadas arbitrariamen-
te de su libertad y objeto de tortura o graves tratos crueles, inhumanos
o degradantes. Los signos de tortura y las condiciones en que algunos
familiares y testigos encontraron algunos de los cadveres revelan no
45 Cfr. Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prrs. 151 a 152.
47 Cfr.
Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 94, y Caso de las Herma-
nas Serrano Cruz, supra nota 12, prrs. 113 a 115.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 491
48 Cfr. Condicin Jurdica y Derechos Humanos del Nio. Opinin Consultiva OC-
17/02 del 28 de agosto de 2002, Serie A, No. 17, prr. 54. Asimismo, Caso Instituto de
Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 147.
49 Cfr. Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 147; Caso de
los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 164, y Condicin Jurdica y Dere-
chos Humanos del Nio, Opinin Consultiva OC-17/02, supra nota 41, prr. 54.
50 Cfr. Condicin Jurdica y Derechos Humanos del Nio, Opinin Consultiva OC-
17/02, supra nota 41, prr. 56, y Caso Bulacio, supra nota 29, prr. 134.
492 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
rechos del Nio,51 en particular de sus artculos 6o., 37, 38 y 39, y del
Protocolo II a los Convenios de Ginebra, ya que estos instrumentos y
la Convencin Americana forman parte de un muy comprensivo corpus
juris internacional de proteccin de los nios que los Estados deben res-
petar.52 Aunado a lo anterior, en aplicacin del artculo 29 de la Conven-
cin, es considerable lo dispuesto en el artculo 44 de la Constitucin Po-
ltica de la Repblica de Colombia.53 Al respecto, la Corte Constitucional
de Colombia ha sealado que
El numeral 3o. del artculo 4o. del [Protocolo II] confiere un tratamiento
privilegiado a los nios, con el fin de darles el cuidado y la ayuda que s-
tos necesitan, sobre todo en relacin con la educacin y la unidad familiar.
Igualmente se seala que los menores de 15 aos no sern reclutados en las
fuerzas o grupos armados y no se permitir que participen en las hostilida-
des. La Corte considera que esa proteccin especial a los nios armoniza
plenamente con la Constitucin, puesto que no slo ellos se encuentran en
situacin de debilidad manifiesta (CP art. 13) frente a los conflictos arma-
dos sino que, adems, la Carta confiere prevalencia a los derechos de los
nios (CP art. 44) [].54
de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 166; Caso de los Nios de la
Calle. (Villagrn Morales y otros), supra nota 26, prr. 194, y Condicin Jurdica y
Derechos Humanos del Nio, Opinin Consultiva OC-17/02, supra nota 41, prr. 24.
53 Cfr. Artculo 44 de la Constitucin Poltica de la Repblica de Colombia:
prr. 37.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 493
hechos han tenido en los nios y las nias en el presente caso, en el cual,
inter alia, han sido vctimas de la violencia en situacin de conflicto ar-
mado, han quedado parcialmente hurfanos, han sido desplazados y han
visto violentada su integridad fsica y psicolgica.
156. La especial vulnerabilidad por su condicin de nios y nias se
hace an ms evidente en una situacin de conflicto armado interno,
como en el presente caso, pues son los menos preparados para adaptar-
se o responder a dicha situacin y, tristemente, son quienes padecen sus
excesos de forma desmesurada. La Corte, citando la II Conferencia Mun-
dial de Derechos Humanos, ha considerado que
55 Cfr. Condicin Jurdica y Derechos Humanos del Nio. Opinin Consultiva OC-
cuestin de los nios en los conflictos armados. Doc. de la Asamblea General de Nacio-
nes Unidas A/54/430 del 1 de octubre de 1999, prr. 25.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 495
Canese, supra nota 21, prr. 115. Comit de Derechos Humanos de Naciones Unidas,
Comentario general no. 27 del 2 de noviembre de 1999, prrs. 1, 4, 5 y 19.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 497
63 Cfr.
Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prrs. 107 a 121; Ver en igual
sentido Caso Ricardo Canese, supra nota 21, prrs. 113 a 120.
498 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
prr. 33.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 499
66 Cfr. sentencia T-025/04 del 22 de enero de 2004, emitida por la Sala Tercera de Re-
da adecuada como elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado y sobre
el derecho de no discriminacin a este respecto, E/CN.4/2005/48, 3 de marzo de 2005,
prr. 38.
500 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
68 Cfr. Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Hu-
72 Cfr. sentencia T-025/04 del 22 de enero de 2004, emitida por la Sala Tercera de Re-
73 Cfr. Caso de la Comunidad Indgena Yakye Axa, supra nota 13, prrs. 162 y 163;
Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 164, y Caso de los Ni-
os de la Calle (Villagrn Morales y otros), supra nota 26, prr. 191.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 505
Garantas del Debido Proceso Legal. Opinin Consultiva OC-16/99 del 1 de octubre de
1999, Serie A, No. 16, prr. 114. Ver adems, en casos contenciosos, Caso de la Comu-
nidad Indgena Yakye Axa, supra nota 13, prr. 125; Comunidad Mayagna (Sumo) Awas
Tingni, supra nota 20, prrs. 146 a 148, y Caso Barrios Altos, Sentencia del 14 de marzo
de 2001, Serie C, No. 75, prrs. 41-44.
75 Cfr. sentencia T-025/04 del 22 de enero de 2004, emitida por la Sala Tercera de Re-
nas Serrano Cruz, supra nota 12, prr. 76, y Caso 19 Comerciantes, supra nota 26, prr.
194.
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77 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 143; Caso de las Herma-
nas Serrano Cruz, supra nota 12, prrs. 57 a 58, y Caso Lori Berenson Meja, supra nota
17, prr. 133.
78 Cfr. Caso 19 Comerciantes, supra nota 26, prr. 165; Caso Las Palmeras, Senten-
cia del 6 de diciembre de 2001, Serie C, No. 90, prr. 152, y Caso Cantoral Benavides,
Sentencia del 18 de agosto de 2000, Serie C, No. 69, prr. 112.
508 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
adquiere una gravedad inusitada, tal como ocurre con los llamados delitos
de lesa humanidad. En estas circunstancias, el caso debe ser atribuido a la
justicia ordinaria, dada la total contradiccin entre el delito y los cometi-
dos constitucionales de la Fuerza Pblica.80
207. Consta en el expediente del caso ante la Corte que los familiares
de cuatro de las vctimas de la masacre de Mapiripn han incoado proce-
sos contencioso administrativos de reparacin directa por los daos pa-
trimoniales y morales por los hechos, ante el Tribunal Administrativo del
Meta y en contra del Ministerio de Defensa, Ejrcito Nacional.
208. Al respecto, la Corte valora positivamente que el 1o. de febrero
de 2005 el Estado y los familiares de Sina Blanco Santamara, lvaro
Tovar Muoz y Jos Rolan Valencia hayan llegado a un acuerdo conci-
liatorio total en la va contencioso administrativa (supra prr. 96.130). El
Estado seal que dichas sentencias han hecho trnsito a cosa juzgada.
Asimismo, en cuanto al estado de dichos procesos al momento de dictar
esta Sentencia, el Tribunal observa que:
a) en el proceso promovido por la seora Nory Giraldo de Jaramillo, com-
paera de Sina Blanco Santamara, ella manifest su voluntad de no conci-
liar frente a la propuesta de conciliacin del Estado (supra prr. 96.132);
b) en la resolucin del Tribunal Administrativo del Meta que aprueba
los acuerdos conciliatorios sealados, tambin se acepta el desistimiento
de las pretensiones de una demanda interpuesta por los familiares del se-
or Nstor Orlando Flrez Escucha (supra prr. 96.131); y
c) segn lo manifestado por el Estado, dichos acuerdos y este ltimo
desistimiento, una vez aprobados, han hecho trnsito a cosa juzgada (su-
pra prr. 96.131).
80 Cfr. sentencia C-358 del 5 de agosto de 1997, emitida por la Corte Constitucional.
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manos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 73, y Caso 19 Comerciantes, supra nota 26,
prr. 181.
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c) Procedimientos disciplinarios
215. Con base en los hechos de julio de 1997, se inici un procedi-
miento disciplinario ante la Procuradura General de la Nacin en contra
de varios miembros de las Fuerzas Armadas y de funcionarios pblicos.
nicamente consta en el expediente ante la Corte que el 24 de abril de
2001 el Viceprocurador General de la Nacin resolvi sancionar discipli-
nariamente, con separacin absoluta de las fuerzas armadas o reprensin
severa, a varios miembros del Ejrcito, y con destitucin a varios funcio-
narios pblicos (supra prr. 96.134). A pesar de constituir una instancia a
la que los familiares de las vctimas no tienen acceso, el Tribunal valora
la decisin de dicha Procuradura en cuanto al valor simblico del men-
saje de reproche que puede significar este tipo de sanciones a lo interno
de las Fuerzas Armadas. No obstante, puesto que las partes no aportaron
mayor informacin al respecto, la Corte no se pronunciar sobre lo actua-
do en dichos procedimientos.
nos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 131, y Caso Myrna Mack Chang, supra nota
1, prr. 157.
87 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 147; Caso Hermanas
Serrano Cruz, supra nota 12, prr. 63, y Caso 19 Comerciantes supra nota 26, prr. 186.
88 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 146; Caso Hermanas Se-
rrano Cruz. supra nota 12, prr. 61, y Caso 19 Comerciantes, supra nota 26, prr. 112.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 515
90 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 149, y Caso Juan Hum-
berto Snchez, supra nota 20, prr. 127 y 132. En igual sentido, Manual Sobre la Preven-
cin e Investigacin Efectiva de Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y Sumarias de
las Naciones Unidas, Doc. E/ST/CSDHA/.12 (1991).
91 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 148; Caso Hermanas
Serrano Cruz. supra nota 12, prr. 65, y Caso Carpio Nicolle y Otros, Sentencia del 22
de noviembre de 2004, Serie C, No. 117, prr. 129.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 517
[...] el Estado tiene la obligacin de combatir tal situacin por todos los
medios legales disponibles ya que la impunidad propicia la repeticin cr-
nica de las violaciones de derechos humanos y la total indefensin de las
vctimas y de sus familiares.97
96 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 203. Asimismo, Caso de
las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 12, prr. 170, y Caso de los Hermanos Gmez
Paquiyauri, supra nota 2, prr. 148.
97 Cfr. Caso Maritza Urrutia, Sentencia del 27 de noviembre de 2003, Serie C, No.
103, prr. 126. Asimismo, Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 203; Caso
de las Hermanas Serrano Cruz, supra nota 12, prr. 170, y Caso de los Hermanos Gmez
Paquiyauri, supra nota 2, prr. 148.
98 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 153; Caso de las Her-
manas Serrano Cruz. Excepciones Preliminares, supra nota 16, prr. 16, y Caso Bmaca
Velsquez, supra nota 34, prr. 207.
522 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
to Snchez, supra nota 20, prr. 134, y Caso Trujillo Oroza. Reparaciones, Sentencia del
27 de febrero de 2002, Serie C, No. 92, prrs. 99 a 101 y 109.
100 Cfr. Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2, prr. 130, y Caso
de los mecanismos del Estado para combatirlos explican en gran parte el fortalecimiento
de esos grupos.], e Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situacin de los derechos humanos en Colombia en el ao
2002, E/CN.4/2003/13, 24 de febrero de 2003, prr. 34, 74, 75-77 [El hecho de que la
amplia mayora de esos casos permanezca en la impunidad, sin el establecimiento de la
responsabilidad penal de servidores pblicos por su vinculacin con grupos y acciones
paramilitares, es una de las facetas ms cuestionables del compromiso de lucha contra
dichos nexos.].
524 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
D) Reparaciones
103 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 145; Caso Yatama, supra nota 8,
prr. 230, y Caso de la Comunidad Indgena Yakye Axa, supra nota 13, prr. 179.
104 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 146; Caso Caesar, Sentencia del 11
de marzo de 2005, Serie C, No. 123, prr. 121, y Caso Huilca Tecse, Sentencia del 3 de
marzo de 2005, Serie C, No. 121, prr. 87.
105 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr 147; Caso Caesar, supra nota 100,
prr. 122, y Caso Huilca Tecse, supra nota 100, prr. 88.
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na Yakye Axa, supra nota 13, prr. 181, y Caso Caesar, supra nota 100, prr. 122.
107 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 148; Caso de la Comunidad Indge-
na Yakye Axa, supra nota 13, prr. 182, y Caso Caesar, supra nota 100, prr. 123.
526 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
las indemnizaciones que se fijen por daos inmateriales, por falta de in-
formacin la Corte se abstiene de ordenar indemnizaciones por concepto
de dao material a favor de las vctimas y los familiares no individua-
lizados o identificados en este proceso. Sin embargo, el Tribunal aclara
que la determinacin de las reparaciones en esta instancia internacional
no obstaculiza ni precluye la posibilidad de esos familiares de vctimas
no individualizados o identificados de plantear los reclamos pertinentes
ante las autoridades nacionales, a medida que vayan siendo identificados,
incluso a travs de los medios que se fijan en esta Sentencia (infra prrs.
308 y 257.b)).
A) Beneficiarios
108 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 177; Caso Masacre Plan
de Snchez, supra nota 6, prr. 62, y Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra
nota 2, prr. 273.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 527
109 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 178, y Caso Masacre
Plan de Snchez. Reparaciones (art. 63.1 Convencin Americana sobre Derechos Huma-
nos), Sentencia del 19 de noviembre de 2004, Serie C, No. 116, prr. 63.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 529
258. Por otro lado, este Tribunal no puede dejar de mencionar que de
la prueba aportada por los representantes y por la Comisin, as como
de la prueba solicitada por la Corte para mejor resolver, surgen otros
familiares que seran vctimas de desplazamiento y de la violacin a la
integridad personal y a los derechos del nio. Por ejemplo, los hijos de
Luz Mery Pinzn Lpez; la seora Elvina o Elsy Delfina Vaca, madre
de Omar Patio Vaca y Elicer Martnez Vaca; los cuatro hijos de Zuli
Herrera Contreras, as como los cinco hijos de Viviana Barrera. La Corte
desconoce el motivo por el cual los representantes no mencionaron a di-
chas personas como beneficiarios de las reparaciones ni aportaron mayor
prueba para que la Corte pudiera, en su caso, fijarlas en forma individua-
lizada. En consecuencia, estas vctimas podrn acudir al mecanismo ofi-
cial designado para recibir las indemnizaciones correspondientes (infra
prr. 311).
259. La distribucin de las indemnizaciones entre los familiares de
las vctimas ejecutadas o desaparecidas, por concepto del dao material
e inmaterial correspondiente a dichas vctimas, se har de la siguiente
manera:111
110 Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 178, y Caso Masacre
haban vivido bajo el mismo techo de sus padrastros y tenan con ellos
estrechas relaciones de afecto, sern asimiladas, para efectos de su parti-
cipacin en la distribucin de la indemnizacin, a la condicion de hijas e
hijo de los mismos;
b) el cincuenta por ciento (50%) de la indemnizacin deber ser entre-
gado a quien fuera cnyuge, o companera o compaero permanente de la
vctima, al momento de la muerte o desaparicin de sta. En el caso de
la esposa y la companera permanente del seor Sina Blanco Santamara
(supra parr. 97.138 y 97.139), la indemnizacin correspondiente se les
repartir en partes iguales;
c) en el caso de que la vctima no tuviere hijos o hijas, ni cnyuge o
compaera o compaero permanente, la indemnizacin se distribuir de
la siguiente manera: el cincuenta por ciento (50%) se les entregar a sus
padres. Si uno de ellos ha muerto, la parte que le corresponde acrecer a
la del otro. El restante cincuenta por ciento (50%) se repartir en partes
iguales entre los hermanos de dicha vctima; y
d) en el evento que no existieren familiares en alguna o algunas de las
categoras definidas en los literales anteriores, lo que le hubiere correspon-
dido a los familiares ubicados en esa o esas categoras, acrecer proporcio-
nalmente a la parte que les corresponda a las restantes.
B) Dao material
Durante la noche no nos quedamos en la casa porque nos dio miedo, Em-
pacamos algunas cosas y nos quedamos en el centro de salud []. Toda la
gente estaba en el aeropuerto para poder irse.113
112 Cfr. Caso Yatama, supra nota 8, prr. 242; Caso de la Comunidad Indgena Yakye
Axa, supra nota 13, prr. 193, y Caso Huilca Tecse, supra nota 100, prr. 93.
113 Cfr. declaracin testimonial rendida ante fedatario pblico (affidavit) por la seora
Nadia Mariana Valencia Sanmiguel el 4 de febrero del 2005 (expediente sobre declara-
ciones rendidas o autenticadas ante fedatario pblico, folio 4536).
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 533
114 Cfr.
Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 288; Caso
Molina Theissen, supra nota 6, prr. 57, y Caso Bulacio, supra nota 29, prr. 84.
534 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
prr. 236, y Caso Instituto de Reeducacin del Menor, supra nota 2, prr. 289, Caso 19
Comerciantes, supra nota 26, prr. 240.
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116 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 158; Caso Caesar, supra nota 100,
prr. 125, y Caso Huilca Tecse, supra nota 100, prr. 96.
117 Cfr. Caso Tibi, supra nota 29, prr. 244; Caso Instituto de Reeducacin del Me-
nor, supra nota 2, prr. 300, y Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2,
prr. 217.
536 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
118 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prr. 159; Caso Caesar, supra nota 100,
prr. 126, y Caso Huilca Tecse, supra nota 100, prr. 97.
119 Cfr. Caso Acosta Caldern, supra nota 8, prrs. 159 a 160; Caso Caesar, supra nota
100, prr. 126, y Caso Huilca Tecse, supra nota 100, prr. 97.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 537
la Corte fija la cantidad de US$ 80.000,00 (ochenta mil dlares de los Es-
tados Unidos de Amrica);
b) al momento de su desaparicin eran menores de edad dos de las
vctimas, a saber: Diego Armando Martnez Contreras y Hugo Fernando
Martnez Contreras. En consecuencia, es de presumir que los sufrimien-
tos causados por los hechos del caso asumieron caractersticas de parti-
cular intensidad en relacin con dichos menores de edad. Por tal motivo,
la compensacin del dao a que se refiere el prrafo anterior, debe ser
compensado en equidad, adems, por la cantidad de US$ 10.000,00 (diez
mil dlares de los Estados Unidos de Amrica), que acrecer a la suma
indicada anteriormente;
c) algunos de los familiares que vivieron personalmente los hechos de
la masacre han sido identificados y declarados vctimas de la violacin
a su integridad personal, lo cual debe ser tomado en cuenta. Si bien es
imposible para el Tribunal determinar claramente cuales familiares de las
vctimas, hayan sido o no individualizados, se encontraban en Mapiripn
los das de los hechos, es razonable suponer que en las circunstancias de
este caso todos los familiares han sufrido profundamente los daos provo-
cados por el dolor de perder a un ser querido. Adems, dichos familiares
han sufrido violaciones a las garantas judiciales y a la proteccin judicial;
ms an, fue un objetivo de la masacre aterrorizar a la poblacin, lo que
ha fomentado que muchos de dichos familiares permanezcan hasta la fe-
cha sin denunciar lo ocurrido (supra prr. 96.47 y 96.175). Asimismo, se
toma en cuenta que los restos de la gran mayora de las vctimas no han
sido identificados y entregados a sus familiares; nicamente los familiares
de Sina Blanco Santamara y Jos Rolan Valencia pudieron dar sepultura
a los restos de su ser querido. Por tanto, la Corte considera que el dao
correspondiente debe ser compensado mediante el pago, a favor de cada
uno de los familiares, de las cantidades de dinero que se indican a conti-
nuacin:
i. US$ 50.000,00 (cincuenta mil dlares de los Estados Unidos de Am-
rica) en el caso de la madre, del padre, del o de la cnyuge o de la compa-
era o compaero permanente y de cada hijo e hija;
ii. US$ 8.500,00 (ocho mil quinientos dlares de los Estados Unidos de
Amrica) en el caso de cada hermana o hermano; y
iii. estas cantidades sern acrecidas mediante el pago de US$ 5.000,00
(cinco mil dlares de los Estados Unidos de Amrica) para quienes eran
nios y nias al momento de la masacre y perdieron a seres queridos, ya
que dichos sufrimientos aumentaron por su condicin de menores de edad
y la desproteccin a la que se vieron sometidos por el Estado.
538 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
Dao inmaterial
Sina Blanco Santamara US $80,000,00
Nory Giraldo de Jaramillo (compaera) US $50,000.00
Carmen Johanna Jaramillo Giraldo (hijastra) US $55,000.00
lvaro Tovar Muoz US $80.000,00
Jos Rolan Valencia US $80.000,00
Gustavo Caicedo Rodrguez US $80,000,00
Diego Armando Martnez Contreras US $90,000,00
Hugo Fernando Martnez Contreras US $90,000,00
Mariela Contreras Cruz (esposa) US $150,000,00
Yur Mary Herrera Contreras (hijastra y hermana) US $67,000,00
Zuli Herrera Contreras (hijastra y hermana ) US $67,000,00
Maryuri Caicedo Contreras (hija y hermana) US $72,000,00
Gustavo Caicedo Contreras (hijo y hermano) US $72,000,00
Rusbel Asdrbal Martnez Contreras (hijastro y hermano) US $72,000,00
Enrique Pinzn Lpez US $80,000,00
Jorge Pinzn Lpez US $80,000,00
Luis Eduardo Pinzn Lpez US $80,000,00
Jos Alberto Pinzn Lpez US $80,000,00
Teresa Lpez Triana de Pinzn (madre) US $200,000,00
Mara Teresa Pinzn Lpez (hermana) US $34,000,00
Sara Paola Pinzn Lpez, (hermana) US $34,000,00
Esther Pinzn Lpez, (hermana) US $34,000,00
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 539
lle, supra nota 87, prr. 128, y Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri, supra nota 2,
prr. 261.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 541
123 Cfr.
Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 206; Caso de las Herma-
nas Serrano Cruz, supra nota 12, prr. 172; Caso de los Hermanos Gmez Paquiyauri,
542 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
supra nota 2, prr. 175; Caso 19 Comerciantes, supra nota 26, prr. 262; Caso Molina
Theissen. Reparaciones, Sentencia del 3 de julio de 2004, Serie C, No. 108, prrs. 83 a
84; Caso Myrna Mack Chang, supra nota 1, prrs. 276 a 277; Caso Bulacio, supra nota
29, prr. 116; Caso del Caracazo. Reparaciones, Sentencia del 29 de agosto de 2002, Se-
rie C, No. 95, prr. 119; Caso Trujillo Oroza. Reparaciones, Sentencia del 27 de febrero
de 2002, Serie C, No. 92, prr. 106; Caso Barrios Altos. Interpretacin de la Sentencia
de Fondo, Sentencia del 3 de septiembre de 2001, Serie C, No. 83, prr. 15; Caso Barrios
Altos, supra nota 146, prr. 41; Caso Castillo Pez. Reparaciones, Sentencia del 27 de
noviembre de 1998, Serie C, No. 43, prr. 105, y Caso Loayza Tamayo. Reparaciones,
Sentencia del 27 de noviembre de 1998, Serie C, No. 42 prr. 168.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 543
311. El Estado debe designar, dentro del plazo de seis meses, contado
a partir de la notificacin de esta Sentencia, un mecanismo oficial que
operar durante dos aos, en el cual tengan participacin los familiares
de las vctimas del presente caso o los representantes que ellos designen,
que estar encargado de las siguientes funciones:
v. coordinar las acciones necesarias para que los familiares de las vcti-
mas, as como otros ex pobladores de Mapiripn, que se hayan visto des-
plazados, puedan regresar en condiciones de seguridad a Mapiripn, en
caso de que as lo deseen (infra prr. 313).
g) Monumento
Costas y gastos
Axa, supra nota 13, prr. 231, y Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr. 222.
548 CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA
que la actividad desplegada por los familiares de las vctimas o sus re-
presentantes con el fin de obtener justicia, tanto a nivel nacional como
internacional, implica erogaciones que deben ser compensadas cuando la
responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una sen-
tencia condenatoria. En cuanto a su reembolso, corresponde al Tribunal
apreciar prudentemente su alcance, que comprende los gastos generados
ante las autoridades de la jurisdiccin interna, as como los generados en
el curso del proceso ante el sistema interamericano, teniendo en cuenta
la acreditacin de los gastos hechos, las circunstancias del caso concreto
y la naturaleza de la jurisdiccin internacional de proteccin de los dere-
chos humanos. Esta apreciacin puede ser realizada con base en el princi-
pio de equidad y tomando en cuenta los gastos sealados y comprobados
por las partes, siempre que su quantum sea razonable.
323. En el concepto de costas, para los fines que ahora se examinan,
quedan comprendidas tanto las que corresponden a la etapa de acceso a la
justicia a nivel nacional, como las que se refieren a la justicia a nivel in-
ternacional ante dos instancias del sistema interamericano de proteccin
de los derechos humanos: la Comisin y la Corte.126
324. La Corte toma en cuenta que algunos de los familiares de las vc-
timas ejecutadas y desaparecidas en los hechos de Mapiripn actuaron a
travs de representantes, tanto ante la Comisin como ante la Corte. En
este caso ha sido establecido que, por las mismas circunstancias de este
caso, la reducida participacin de los familiares en los procesos penales,
ya sea como parte civil o como testigos, ha sido consecuencia de las ame-
nazas sufridas durante y despus de la masacre, la situacin de despla-
zamiento que enfrentaron y el temor a participar en dichos procesos. En
efecto, nicamente algunos familiares han rendido testimonio en el pro-
ceso penal y han iniciado procesos contencioso administrativos. Consta,
adems, que slo la compaera de una de las vctimas, la seora Nory
Giraldo, se ha constituido en parte civil en dicho proceso penal y, segn
informaron los representantes, lo ha hecho como apoderada de la misma
organizacin no gubernamental que la representa ante este Tribunal.
325. En razn de lo anterior, no es posible asignar una compensacin
por concepto de costas y gastos directamente a los familiares de las vc-
timas, para que stas la distribuyeran entre quienes les hayan brindado
126 Cfr. Caso Yatama, supra nota 8, prr. 264; Caso de la Comunidad Indgena Yakye
Axa, supra nota 13, prr. 231, y Caso de la Comunidad Moiwana, supra nota 5, prr.
222.
CASO DE LA MASACRE DE MAPIRIPN. COLOMBIA 549
Modalidades de Cumplimiento