Ferrater Mora - Que Es La Logica PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 40

JO SE FERRATER MORA

QUÉ ES
LA
LÓGICA
Uno de los primeros puestos ©iv
tre quienes filosofan en español per
tencce sin disputa a José Ferrater
Mora. Nació en Barcelona en 1 9 1 2 .
Ha sido profesor de filosofía en la
Universidad de Chile y lo es actual'
mente de la misma disciplina en el
Bryn Mawr College, Pennsylvania,
Estados Unidos. H a colaborado en
muchas revistas de Europa y Amé'
rica, y ha enriquecido la bibliografía
filosófica con una docena de obras
que rápidamente le aseguraron no'
toriedad y prestigio como pensador
original y excelente escritor.
Entre sus méritos se cuenta ser el
autor del Diccionario de filosofía,
instrumento de orientación y trabajo
sin parangón en nuestro idioma y
que iguala y aun supera a muchos
de los más reputados escritos en
otras lenguas. Por la información
abundante y estricta, extendida a las
figuras y doctrinas más recientes; la
organización del material, el método
y el constante acierto en la valora'
ción, el Diccionario justifica el éxito
sin precedentes obtenido en sus va'
rias ediciones y ha llegado a conver'
tirsc en indispensable utensilio de
consulta para todo interesado en fi'
losofía, desde el estudiante al espe'
cialista.
En el amplio registro de la temá'
tica de Ferrater entran tanto los pro'
blcmas que conmueven el espíritu
contemporáneo, captados con una
estremecida emoción de partícipe en
( Continúa en la solapa posterior.)
C O L E C C I Ó N E S Q U E M A S

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Vutda hecho el depósito que previene la ley número 1 1 .7 2 3 .


Copyright hy Editorial Columba, Buenos Aires, 1957.
JO S E F E R R A T E R M ORA

OUE ES LA LOGICA

JO SÉ F E R R A T E R M O R A
E D IT O R IA L C O L U M B A
I

N A T U R A L E Z A D E L A L Ó G IC A

1 . Dos ejemplos de sofismas

/ ^ por el entusiasmo de la multitud, un


a ld ea d o
orador proclama:
N o hay duda, ciudadanos: bastará llevar a cabo
la unión sagrada de los ruritanios para que se
ponga fin a la desintegración de nuestro país,
tramada en la sombra por nuestros enemigos
seculares. Pero la unión sagrada no es suficien­
te; es menester también que aportemos nues­
tro óbolo a la cruzada por la supervivencia
histórica en la que estamos empeñados. H e
dicho.

D e regreso en su hogar, la esposa del orador dice a


éste:
¿Sabes la gran noticia? ¡Ana se ha ido a vivir
con su madre! Seguro que Olegario ha vuelto
a salir con Brígida, pues Ana me dijo un día
que en este caso se iría a vivir con su madre.

L o que ha dicho el orador y lo que ha dicho su es­


posa tienen un rasgo común: ser falacias o, como se
dice también, sofismas.
¿E n qué consisten éstos? Para ponerlo en claro es
menester saber lo que el orador y su esposa han dicho
desde el punto de vista lógico.
7
E l primero ha dicho lo siguiente: que salta a la vista como “intuitivamente evidente” . L a
esposa del orador ha seguido en su razonamiento el si'
L a unión sagrada basta y la unión sagrada no
basta. guíente principio erróneo:
Dada la proposición condicional:
Ahora bien: afirmar una proposición y la negación
Si Olegario sale con Brígida, Ana se va a vivir
de ésta constituye una contradicción. Como tal, se ha- con su madre,
lia en flagrante desacuerdo con la llamada de con­
tradicción o el llamado principio de contradicción (que formada por el antecedente:
de un modo más propio deberían ser llamados respecté Si Olegario sale con Brígida,
vamente ley o principio de no contradicción). Según
y por el consecuente:
esta ley, no se admite sentar un enunciado y a la vez
la negación de este enunciado. D e haber obedecido a Ana se va a vivir con su madre,
la lógica (o de no haber pretendido aprovecharse de la afirmación del consecuente:
su violación para fines extralógicos), el orador hubiera Ana se va a vivir con su madre,
tenido que decir sustancialmente:
puede permitir concluir el antecedente:
N o es cierto que la unión sagrada basta y que Olegario sale con Brígida.
la unión sagrada no basta,
¿E n qué consiste el error de este principio? Senci­
lo cual hubiera sido lógicamente correcto — aunque llamente, en el olvido del hecho de que lo sostenido
acaso políticamente ineficaz— . por el consecuente hubiera podido ocurrir por otras ra-
L a esposa del orador viene a decir esto: zones que las indicadas en el antecedente. Para com'
Si Olegario sale con Brígida, Ana se va a vivir prenderlo de una manera más “intuitiva” , consideremos
con su madre. el siguiente razonamiento:
Ahora bien, Ana se va a vivir con su madre. Si Roberto toma demasiada estricnina, se pone
Por lo tanto, Olegario sale con Brígida. enfermo.
Ahora bien, Roberto se pone enfermo.
¿D ónde está aquí el sofisma? D e primer intento, no
Por lo tanto, Roberto toma demasiada estricnina.
resulta fácil descubrirlo. ¿H ay nada más “ natural” que
sostener que Olegario ha salido con Brígida si sabemos Aquí percibimos claramente la incorrección. En
que Ana se ha ido a vivir con su madre y consideramos efecto, un médico que juzgue que el tomar demasiada
lo que Ana había anunciado al respecto? Pero no nos estricnina causa una enfermedad, no concluirá por el
fiemos en lógica de lo que parece “ natural” , ni de lo mero hecho de que Roberto está enfermo que ha to-

8 9
mado demasiada estricnina; puede haber bebido agua sólo las resonancias psicológicas y sociológicas, sino
de un pozo infectado, haber sufrido un ataque del hí- también todas las variaciones lingüísticas que pudieran
gado, etc., etc. Sólo la comprobación empírica le per­ haber representado un obstáculo para tal simplificación.
mitirá concluir que la enfermedad de Roberto se debe L o mismo ocurre con la confidencia de la esposa del
efectivamente a haber ingerido demasiada estricnina. orador. N o nos han importado ciertos matices ( ‘seguro
También aquí, pues, se ha seguido el erróneo principio que’, me dijo un día’ ), ni el tiempo de los verbos
de afirmar el antecedente de una proposición condicio­ ( ‘se iría’ ). Se ha prescindido también de la estructura
nal tras haber sostenido el consecuente de la misma conversacional de la frase para atenerse a un modelo
proposición. Pero como el razonamiento relativo a R o­ de escaso interés humano o literario, pero de indudable
berto es lógicamente el mismo que el que se refiere valor lógico. D e este modo ha aparecido con más cla­
a Olegario, a Ana y a Brígida, este último es exacta­ ridad lo que la esposa del orador decía lógicamente y
mente tan sofístico como el primero. ha sido más fácil descubrir el sofisma que se ocultaba
tras su emotivo razonamiento.
2. Lasimplificación del lenguaje Estas simplificaciones y unificaciones no deben in­
quietarnos; nadie pretende que los humanos deban
Con el fin de descubrir la corrección o incorrección comunicarse unos a otros sus pensamientos (y menos
lógicas de los citados dos ejemplos hemos ejecutado aún sus sentimientos) por medio de frases encajonadas
una operación sin la cual todo análisis lógico resultaría dentro de previas estructuras lógicas. Pero conviene
embarazoso, por no decir imposible: la simplificación dejar bien claro que desde el instante en que preten­
del lenguaje. demos transcribir frases al lenguaje lógico, es menester
L a larga tirada oratoria ha sido reducida a la pro* cribarlas en el sentido indicado. L a recomendación car­
posición ‘L a unión sagrada basta’ unida por la con­ tesiana de atenerse a “ lo claro y distinto” debe cumplirse
junción ‘y’ a la proposición ‘L a unión sagrada no basta’. en la lógica más que en ninguna otra disciplina.
Además, mientras en el texto “primitivo” se ha usado Hay más. En la sección 1 hemos dado simplemen­
en el primer caso un futuro ( ‘bastará’ ) y en el segundo te ejemplos de proposiciones reductibles a esqueletos
un presente ( ‘no es suficiente’ ), en la transcripción lógicos. Cualesquiera otros ejemplos que hubiesen se­
lógica se ha usado siempre un presente ( ‘basta’, ‘no guido la misma pauta habrían sido igualmente ilustra­
basta’ ). Finalmente, en la misma transcripción se ha tivos. Cuando se refiere a las proposiciones, la lógica
prescindido de que en el texto “ primitivo” había ma­ no se interesa, en efecto, por lo que se enuncia en ellas;
tices lingüísticos ( ‘bastar’, ‘ser suficiente’ ) y se ha de­ le es indiferente que se hable de los ruritanios o de los
cidido usar el mismo verbo. Con ello hemos dado un sirios, de unión sagrada o de desunión profana, de
esqueleto lógico de la frase, cercenando de ella no Ana o de Rita, de política o de teología. ¿Se ocupa,
10 11
pues, la lógica (d e las proposiciones) sólo del modo amor y el deber, etc. Podemos, además, no sólo men­
como se enuncia lo que se dice? Sí, pero siempre que tar, describir y conocer, sino también mandar, valorar,
semejante “como” no sea interpretado desde el punto imaginar. D e ahí la riqueza de vocabulario y de ma­
de vista retórico o literario, sino en forma tal que sean tices en cualquiera de dichos lenguajes. D e ahí igual­
evitados todos los equívocos y todas las ambigüedades. mente la considerable dosis de sobreentendidos qué
Podríamos concluir diciendo que ocurre con la ló­ contienen la mayor parte de las expresiones formuladas
gica algo parecido a lo que sucede con la aritmética. en los mismos. De hecho, en los lenguajes naturales se
Así como lo que importa para esta última en la expresión da a entender más de lo que explícitamente se dice, y las
‘2 naranjas más 3 naranjas suman 5 naranjas’ no son manifestaciones indirectas, las metáforas y las ambigüe­
las naranjas de que se habla, sino la ecuación ‘2 + 3 dades desempeñan en ellos un papel fundamental.
5’, en la lógica importan asimismo ciertas formas o
Por otro lado, ciertos lenguajes pueden agruparse
estructuras, eliminándose los “contenidos” . Se dice por
bajo el nombre común de lenguaje científico. Ejemplos
ello que la lógica es una disciplina formal, y aun que
son: el lenguaje de la física, de la biología, de la psi­
‘lógica’ y ‘lógica formar son expresiones equivalentes.
cología. Estos lenguajes pueden emplear como instru­
L o que se ha llamado a veces lógica material no es ló­
mento un lenguaje natural, pero aun entonces intro­
gica, sino metodología. Y lo que se califica de lógica
trascendental, lógica vital, lógica hermenéutica, etc., no ducen en él transformaciones considerables, pues no ce­
pertenece tampoco a la lógica, sino a la teoría del cono­ san de simplificarlos, unificarlos y “purificarlos” de
cimiento, a la filosofía general o a la metafísica. ambigüedades. E l ideal del lenguaje científico es la eli­
minación de los sobreentendidos, de las alusiones y, en
3. E l lenguaje lógico la medida de lo posible, de las metáforas. Aunque no
siempre sea factible definir con toda precisión en dicho
Los lenguajes son de muy diversos tipos. D os mere­ lenguaje los términos empleados, se tiende a que cada
cen ser aquí recordados. expresión sea explícita y resulten eliminadas las reso­
Por un lado, ciertos lenguajes pueden agruparse ba­ nancias afectivas, las que son consideradas como un obs­
jo el nombre común de lenguaje natural. Ejemplos táculo para la obtención de lo que desde el punto de
son: el español, el francés, el alemán. En cualquiera vista científico son virtudes inapreciables: la claridad, la
de estos lenguajes podemos referirnos a multitud de precisión, la univocidad, el rigor, la impersonalidad.
entidades, sensaciones o situaciones: a la pluma que E l lenguaje de la lógica es uno de los lenguajes
usamos al escribir, a un amigo, a nuestro dolor, a la científicos. Debe cumplir, pues, con todas las condi­
simpatía o antipatía que sentimos por una persona o ciones impuestas a ellos. Pero como su formalismo es
una institución determinadas, a un conflicto entre el mayor aún que el de los otros lenguajes científicos — in­
12 13
cluyendo el de la matemática— , lleva tales condiciones de relaciones, se refiere a todas las relaciones, etc. N in ­
a límites extremos. Dos consecuencias se siguen de ello. gún lenguaje escapa a su ojo vigilante. N o sólo hay una
Una es que el lenguaje lógico es limitado. E l nú' lógica de los lenguajes cognoscitivos, sino también una
mero de elementos de su vocabulario, el número de re' de los lenguajes valorativos e imperativos; no hay sólo
glas de la sintaxis de este vocabulario y el número de una lógica de los enunciados, sino también una de las
reglas de inferencia que permiten combinar en formas interrogaciones. Un número infinito de expresiones en­
válidas las fórmulas admisibles previamente obtenidas cajan dentro del número finito de sus medios. Ya he­
son reducidos al mínimo. mos visto que la lógica de las proposiciones no se inte­
L a simbolización del vocabulario es por ello indis- resa por los “ contenidos” de éstas. ‘L a unión sagrada
pensable. Así, cuando trata de proposiciones como ta­ basta’ y ‘E l agua pesada hierve a los 1 0 1 ,4 grados cen­
les la lógica las simboliza mediante letras, las cuales son tígrados’ son enunciados muy distintos. Ambos pueden
unidas por medio de un número reducido de signos de ser considerados, empero, por la lógica como ejemplos
conectivas — que se leen ‘no’, ‘y’, V , ‘si. . .entonces’, de enunciados afirmativos. En el lenguaje ordinario po­
etc.— . Cuando trata de enunciados descomponibles en demos decir: ‘Mauricio es el mejor amigo que tiene
sujetos y predicados, la lógica simboliza mediante otras Pedro’. En el lenguaje científico podemos enunciar ‘L a
letras cada uno de éstos y suele anteponer signos que Luna es el único satélite de la Tierra’. Ambos enuncia­
los cuantifican — y que se leen ‘todos’, ‘algunos’, etc.— . dos son ejemplos de un mismo tipo de relación, la re­
Cuando trata de clases, simboliza éstas mediante otras lación expresada por ‘es igual a’ y que se advierte cla­
letras y las relaciona con una serie limitada de signos ramente cuando unificamos el lenguaje de los citados
— que se leen ‘está incluido en’, ‘es igual a’, etc.— , y ejemplos y decimos respectivamente: ‘Mauricio es igual
así sucesivamente. L a sintaxis está constituida por una al mejor amigo que tiene Pedro’, ‘L a Luna es igual al
serie de reglas que permiten establecer fórmulas admi­ único satélite de la Tierra’. Así, no sólo hay una infi­
sibles ( “bien formadas” ), esto es, fórmulas que, una vez nidad de ejemplos posibles para cada fórmula lógica,
traducidas (o interpretadas) dan lugar a expresiones sino que también las expresiones que enlazan unos ele­
lógicamente correctas. E l ideal de la lógica es construir mentos con otros — ‘es igual a’, ‘s i. . . entonces’, etc.—
lenguajes cuyos elementos y cuyas reglas para combi­ alojan dentro de sí una gran cantidad de posibles mo­
narlos sean muy reducidos. dos lingüísticos. Siendo el más general y abstracto de
Otra consecuencia es que el lenguaje lógico es uni­ todos los marcos lingüísticos, la lógica aparece, pues,
versal. Dentro de la limitación apuntada, este lenguaje como el más universal de todos los lenguajes y como la
pretende engastar la mayor cantidad posible de expre­ más universal — y básica— de todas las ciencias.
siones lingüísticas. Cuando habla de proposiciones, la
lógica se refiere a todas las proposiciones; cuando trata
14 15
4. E l ideal de la precisión Así, el primer ejemplo:

Sería un error, sin embargo, concluir que la lógica Guillermo es modesto


tiende solamente a la simplificación y universalización conserva la misma forma, ya que el ‘es’ constituye uno
del lenguaje. Ya hemos visto que junto a este ideal — e de los modos de adscribir un predicado (o atributo) a
inseparable de él— hay que considerar el de la máxima un sujeto, por lo cual este enunciado pertenece a la
precisión. lógica llamada, según los casos, atrihucional,
En el lenguaje natural empleado en la vida cotidiana cacionál o de los términos.
no prestamos atención desmedida a los diversos signifi­ E l segundo ejemplo equivale lógicamente a:
cados que puede tener el mismo vocablo. Ello se debe
Vaz Ferreira es igual al más conocido de los filó-
en parte a que el significado correcto — o suficiente—
sofos uruguayos,
es sobreentendido, y en parte a que no nos preocupa­
mos excesivamente del "significado correcto” . por lo cual este enunciado pertenece a la lógica llamada
Toda desidia al respecto es inconcebible en la lógi­ de la identidad, donde ‘es igual a’ se expresa con fre­
ca. Consideremos, en efecto, las siguientes frases: cuencia por ‘es idéntico a’.
E l tercer ejemplo equivale lógicamente a:
Guillermo es modesto,
Vaz Ferrcira es el más conocido de los filósofos La clase de los argentinos está incluida en la clase
uruguayos, de los sudamericanos,
Los argentinos son sudamericanos,
El Brasil es mayor que Albania. por lo cual este enunciado pertenece a la lógica llama­
da de las clases.
E l verbo usado en cada una de las cuatro frases es E l cuarto ejemplo:
el mismo: el verbo ‘ser’. Pero la función lógica de tal
verbo es en cada caso distinta. En el primer ejemplo E l Brasil es mayor que Albania
predicamos una virtud de una persona; en el segundo conserva la misma forma, pero mientras en el lenguaje
identificamos una persona con el filósofo más conocido ordinario podemos tender a considerar ‘es mayor que
de un cierto país; en el tercero incluimos una comuni- Albania’ como un atributo, en la lógica se establece
dad humana dentro de otra comunidad más amplia; en claramente que lo que une el Brasil con Albania es una
el cuarto relacionamos de una cierta manera un país con relación (la relación mayor que), por lo cual tal enun­
otro. Conviene, pues, precisar lo más posible cada una ciado pertenece a la lógica llamada de las relaciones.
de estas funciones del verbo 'ser’ . L a lógica lo hace ex- Como las leyes que rigen cada una de estas lógicas
plicitando la partícula ‘es’ (o ‘son’ ) de un modo per' (o , mejor, ramas de la lógica) no son las mismas, la
fectamente claro. distinción entre estos tipos de enunciados no es una me­
16 17
ra cuestión de pulcritud lingüística, sino una condición (com o en ‘es paseante por el parque’ ) . En segundo
fundamental para la interpretación lógica correcta y, término, estimamos que es inútil conservar el papel
por consiguiente, para la obtención de la precisión. fundamental de la cópula representada por el verbo
E l lector puede preguntarse si con esto no queda ‘ser’ si se nos advierte que dentro de esta cópula pue­
invalidado lo que hemos puesto de manifiesto en la den darse enunciados que expresan predicación, identi­
sección 3 acerca de la simplificación y unificación del dad, pertenencia a una clase y relación. M ejor es a
lenguaje lógico. En efecto, aquí aparece como si la sim- nuestro juicio sentar de antemano una distinción como
plificación y unificación fueran practicadas más bien por la que hemos propuesto al comienzo y como la que se
el lenguaje ordinario, que se limita a usar el mismo ver- expresa con toda claridad en los signos especiales intro­
bo ‘ser para distintos tipos de enunciados. N o ignora- ducidos por los lógicos (y de los que aquí prescindiré-
mos que algunos autores se inclinan a afirmarlo y a pro- remos para conservar el carácter elemental de nuestra
clamar que el verbo ‘ser es la cópula fundamental en exposición). Por consiguiente, la simplificación y uni­
todos los enunciados, de modo que cualquier enunciado ficación que hemos puesto de relieve no concierne
puede reducirse a otro que siga la forma general: meramente a los términos del lenguaje ordinario em­
pleados, sino también y sobre todo a las funciones que
S es P,
expresan las distintas partículas lógicas. Sólo ateniéndo­
donde ‘S’ representa el llamado sujeto y ‘P ’ representa nos a este aspecto funcional tiene sentido y puede resultar
el llamado predicado. Por ejemplo, según esta teoría, fecunda la mencionada precisión.
los enunciados:
Cristóbal bebe, 5. Características de la lógica
Rita se pasca por el parque,
( 1 ) L a lógica es un lenguaje que forma parte de
pueden transformarse en los enunciados:
los lenguajes cognoscitivos. Dentro de tales lenguajes
Cristóbal es bebedor, la lógica forma parte, además, de los lenguajes cientí­
Rita es paseante por el parque, ficos.
donde ‘bebedor5 y paseante por el parque' son consi- ( 2 ) E l lenguaje de la lógica está compuesto de ex­
derados como los predicados respectivamente de los su­ presiones que no se refieren a hechos, sino a otras ex­
jetos designados por ‘Cristóbal y R ita . Nosotros di­ presiones. Éstas pueden ser tanto las de los lenguajes
sentimos de esta opinión por dos razones. En primer ordinarios como las de los científicos. Pero como el ri­
lugar, estimamos que el llamado predicado de una pro­ gor que la lógica postula es más frecuente en los últi­
posición está constituido tanto por el verbo (como en mos, la lógica suele tener predominantemente como
‘bebe’ ) como por el verbo y el llamado complemento objeto las expresiones de los lenguajes de las ciencias.

18 19
( 3 ) L a adecuación del marco lógico a un lenguaje nada tiene que ver con el citado salto, habría que decla­
determinado es tanto mayor cuanto más completo sea el rar falso el condicional de referencia.
formalismo alcanzado por este último. Esto explica que En cambio, si escribimos el condicional:
la lógica sea especialmente adecuada para servir de mar­
Si el electrón de hidrógeno salta de una órbita
co al lenguaje de la matemática. a una subórbita, entonces el electrón de hidró­
( 4 ) Los términos de que se compone el vocabula­ geno salta de una órbita a una subórbita,
rio lógico son de varios tipos. Unos designan proposi­
tendremos un ejemplo de verdad lógica, es decir, una
ciones, clases, relaciones, etc. Otros designan diversos
afirmación cuya verdad depende exclusivamente de la
modos de enlazar tales proposiciones, clases, relaciones,
forma.
etc. Supongamos, por ejemplo, que tenemos la pro­
Puede alegarse que si así es las verdades lógicas son
posición:
enteramente triviales. Pero no es difícil dar ejemplos
El electrón de hidrógeno salta de una órbita a de verdades lógicas cuya complejidad ofrece menos
una subórbita flanco a semejante “objeción” . Así, la oración que si­
gue (que expresamos para mayor facilidad de lectura
y la proposición: en lenguaje más "coloquial” que el debido) es, no me­
E l electrón de hidrógeno irradia una cierta can­ nos que el anterior, un ejemplo de verdad lógica:
tidad de energía. Suponiendo que si la política fuera una actividad
fatigosa, la filosofía sería un buen pasatiempo,
Podemos unir estas proposiciones mediante el condicio­
y que si el amor diera muchos sinsabores, la
nal ‘s i . . .entonces’, y decir: amistad procuraría grandes alegrías, y que,
además, la política es una actividad fatigosa o
Si el electrón de hidrógeno salta de una órbita a
el amor da muchos sinsabores, habría que con­
una subórbita, entonces irradia una cierta can­
cluir que la política es una actividad fatigosa
tidad de energía.
o la amistad procura grandes alegrías.
E l ejemplo anterior constituye una verdad científica (5 ) L a lógica es una disciplina formal que usa un
perteciente a la física, esto es, una afirmación cuya ver­ método deductivo. A veces se distingue entre lógica de­
dad depende del contenido de lo que se dice y de su ductiva y lógica inductiva, pero estas calificaciones son
comprobación mediante la experiencia (o mediante su poco apropiadas en vista del carácter deductivo de to­
consistencia con otras afirmaciones que son comproba­ das las ramas de la lógica. L a diferencia entre la lógica
das por la experiencia). Si la experiencia mostrara que deductiva y la lógica inductiva se refiere más bien a los
el electrón de hidrógeno no salta de una órbita a una problemas que cada una de ellas trata preferentemente
subórbita, o que la mencionada irradiación de energía y al hecho de no usar o usar respectivamente ciertas
20 21
nociones (como la de probabilidad). Puesto que aquí no son las propiedades físicas de estos signos, sino una
excluiremos estas últimas, la lógica de la cual hablare­ cierta estructura que puede manifestarse en muy diver­
mos es la que tradicionalmente se llama lógica deductiva. sos espacios y tiempos y con muy distintos “materiales” .
E llo ha permitido decir que la lógica es una ciencia
( 6 ) Como toda ciencia, la lógica se presenta dividida
ideal, pero hay que tener buen cuidado de no inter­
en varias secciones. Las más importantes son las ya men­
pretar esta expresión en sentido puramente metafísico,
cionadas: lógica de las proposiciones (o enunciados),
como si hubiera unos objetos situados en un mundo es­
de los términos (o cuantificacional), de las clases y de
pecial suprasensible de los que la lógica fuera su ciencia.
las relaciones. Expondremos sumariamente estas seccio­
nes de la lógica en la parte II de esta obra. E n cada ( 8 ) Las expresiones del lenguaje lógico se mani­
una de ellas se estudian los diversos modos de enlace fiestan asimismo en forma de procesos psíquicos que,
de las expresiones con el fin de formar ciertas estructu­ como tales, tienen lugar en una mente. En vista de ello
ras, las varias leyes válidas enunciadas mediante tales varios autores se han inclinado a considerar la lógica co­
estructuras y las reglas de inferencia que permiten de­ mo un apartado de la psicología o, cuando menos, co­
ducir unas fórmulas de otras para alcanzar conclusiones mo una ciencia íntimamente relacionada con la psicolo­
lógicamente aceptables. gía. Pero lo mismo que ocurre con la física, el hecho
( 7 ) Las expresiones del lenguaje lógico se mani­ de que la psicología pueda ocuparse de los procesos psí­
fiestan por medio de inscripciones, tales como las que quicos por medio de los cuales tienen lugar las expre­
siones lógicas no significa que la lógica se ocupe de ac­
figuran sobre el papel al hacer constar enunciados y
tividades psíquicas como tales.
fórmulas. Algunos autores han supuesto que si las ins­
cripciones en cuestión ocupan un espacio, ello quiere ( 9 ) Las expresiones del lenguaje lógico se ordenan
decir que son asimismo objetos de una ciencia real, con frecuencia en ciertas formas que responden a estruc­
por ejemplo de la física. Ahora bien, si es cierto que turas gramaticales. Por este motivo algunos autores han
la física estudia efectivamente objetos materiales y, por proclamado que la lógica depende de la gramática. A
lo tanto, también las condiciones materiales de la mani­ ello debe contestarse que la coincidencia de las es­
festación de las inscripciones de que trata la lógica, ta­ tructuras lógicas con las gramaticales no se manifiesta
les inscripciones no son para la lógica objetos físicos, siempre y, sobre todo, que sólo se hace patente cuando
sino objetos ideales. L o que interesa lógicamente en la usamos como expresiones lógicas ejemplos sacados del
siguiente verdad: lenguaje natural. Así, el hecho de que podamos dar
ejemplos lógicos mediante expresiones sometidas a cier­
Si Kant fue un gran filósofo, entonces Kant fué
tas reglas gramaticales no implica que haya identidad
un gran filósofo o Lavoisier fué un gran quí­
mico, entre la gramática y la lógica.

22 23
( 1 0 ) En las leyes y en las reglas lógicas se dan ñor- 6 . Lógica, metalógica y semiótica
mas por medio de las cuales se expresan ciertas estruc-
turas lógicas y tienen lugar transformaciones de unas N o debe confundirse la filosofía de la lógica con una
fórmulas en otras. Ciertos autores han declarado que la disciplina que tiene por objeto estudiar los signos em­
lógica es por ello una ciencia normativa. Sin embargo, pleados por la lógica y las cuestiones que plantean los
el que la lógica nos indique cómo deben formularse sistemas de tales signos: la metalógica. Esta última pue­
ciertas estructuras o cómo debe pasarse de unas a otras de definirse como un lenguaje en el cual se habla del
no quiere decir que la lógica nos enseñe cómo debemos lenguaje lógico. Así, cuando decimos:
pensar. Las normas lógicas no tienen un carácter impe­
N o es cierto que el elefante sea un ente micros^
rativo más que en tanto que ciertas convenciones son cópico,
consideradas como normativas si quieren alcanzarse cier­
tos fines. formulamos un enunciado que como tal pertenece a la
( 1 1 ) E l problema de si la lógica es o no una disci­ lógica: un enunciado negativo. En cambio, cuando de­
plina filosófica merece menos comentarios de los que cimos:
suelen dedicársele. L a respuesta a la cuestión puede ser ‘No* es una partícula que designa negación y que
se antepone a un enunciado,
afirmativa o negativa sin que ello afecte en lo más mí­
nimo a la estructura de la lógica. Pero sea o no la ló­ formulamos un enunciado que pertenece a la metalógica.
gica una disciplina filosófica, hay que tener en cuenta L a diferencia entre lógica y metalógica es un caso
que hay diferencia entre la lógica y la filosofía de la ejemplar de la diferencia entre lo que se llama lenguaje
lógica. L a primera no se ocupa de lo que la segunda y lo que se califica de metalenguaje. E l primero es defi­
considera como su misión principal: saber cuál es la na­ nido como el lenguaje que se habla; el segundo, como
turaleza propia de las expresiones lógicas, averiguar qué el lenguaje en el cual se habla acerca del lenguaje
es una ley lógica, examinar cuáles son los supuestos que se habla. T al diferencia corresponde, además, a la
últimos en que se basa la lógica, determinar en qué que se establece entre el uso y la mención de los signos.
medida las leyes lógicas pueden aplicarse al conocimiento En el primer ejemplo, el signo W es usado; en el se­
de la realidad, etc., etc. Naturalmente, en toda exposi­ gundo, el mismo signo es mencionado. Y a el lenguaje
ción de la lógica es inevitable insertar una parte de la ordinario establece tal diferencia, como cuando decimos:
filosofía de ella. L o que hemos expuesto en esta sección
y lo que trataremos en la parte III de este libro perte­ Asunción es la capital del Paraguay,
nece, por ejemplo, casi enteramente a la filosofía de donde ‘Asunción’ es usado, y
la lógica.
'Asunción’ es un vocablo de ocho letras,
24 25
donde ‘Asunción’ es mencionado. Las semicomillas en el
segundo ejemplo sirven para subrayar que estamos an-
te un caso de mención. II
Por lo dicho se comprenderá que en todos los textos
de lógica se insertan enunciados metalógicos y que de E L E M E N T O S D E L A L Ó G IC A
ordinario lógica y metalógica van aparejadas. Sin em­
bargo, hay ciertos problemas dilucidados en tales libros 7. Términos y proposiciones
que son específicamente metalógicos: son los que se re­
fieren a la construcción de sistemas lógicos. Así, el pro­ o n s id e r e m o s las siguientes expresiones:
blema de saber si un sistema lógico es o no consistente
Olga es insoportable,
es un problema fundamental metalógico.
Ser insoportable es poco recomendable.
A su vez, la metalógica es una parte de la llamada
semiótica, o estudio general de los signos. Se ha acor­ Podemos estudiar estas frases como ejemplos de pro­
dado que la semiótica ofrece tres distintas ramas de es­ posiciones y examinar entonces estas proposiciones co­
tudio: la sintaxis, o estudio puro de los signos y de las mo tales, esto es, prescindiendo de su composición. En
relaciones entre los signos aparte de lo que los signos tal caso se tratará de uno de los tipos de proposiciones
designan y la relación con quienes los usan; la a los cuales nos referiremos en la sección 10, y cuyas
tica, o estudio de las relaciones entre signos y objetos leyes y reglas son objeto de la llamada lógica de las pro­
designados, y la pragmática, o estudio de las relaciones posiciones o lógica proposicional.
entre los signos y quienes usan los signos. Por este mo­ Podemos también considerar estas expresiones como
tivo, las cuestiones metalógicas suelen ser estudiadas ejemplos de enunciados en los cuales interesa saber la
desde el punto de vista sintáctico, semántico y pragmá­ composición, esto es, la clase de términos incluidos en
tico. En este libro prescindiremos de estas cuestiones, ellas y el tipo de entidades que tales términos designan.
pero haremos una excepción en la sección 19, al referir­ E n este caso se tratará de los enunciados que dilucida­
nos a una importante cuestión semántica: la de la verdad. remos con más detalle en la sección 14, y cuyas leyes
y reglas son objeto de la llamada lógica de los términos
y, en la medida en que éstos se cuantifican, lógica
cuantificacional.
L a confusión entre estas ramas de la lógica ha sido tan
frecuente como indeseable. E l principal motivo de tal
confusión obedece al hecho de que las mismas frases
pueden ser consideradas desde ambos puntos de vista.
26 27
Ahora bien, lo que interesa en la lógica es la función José Luis es generoso con su tiempo y con su
dinero,
que desempeñan unas fórmulas dadas. H e aquí la ra­
zón por la cual la lógica tiende a simbolizar las frases son enunciados en los cuales José Luis’ representa en
que toma como ejemplo, pues sólo a través de esta sim­ todos los casos el sujeto y 'duerme1, ‘tiene una casa’,
bolización es posible saber inequívocamente si nos las ‘va al cine cada noche’, ‘es inteligente5 y ‘es generoso
habernos con una lógica proposicional o con una ló­ con su tiempo y con su dinero5 representan los distin­
gica de los términos. tos predicados. Tanto los sujetos como los predicados
Supongamos que se nos presentan las dos condicio­ son llamados indistintamente términos de los enunciados.
nes siguientes: Los sujetos pueden designar entidades concretas, en
cuyo caso hablamos de términos singulares. Así, en los
Si Eduardo canta, tiene dolor de cabeza,
ejemplos dados en esta sección, ‘Olga5 y ‘José Luis5 son
Si Eduardo canta, Pablo tiene dolor de cabeza.
términos singulares. Pueden designar también entida­
Desde el ángulo de la lógica de las proposiciones des abstractas, en cuyo caso hablamos de términos ge­
ambos ejemplos son expresados por medio de los mis­ nerales. Así, en el segundo de los ejemplos citados,
mos símbolos, pues uno y otro indican que si se afirma ‘ser insoportable’ es un término general. E s obvio que
una proposición se afirma otra proposición. Desde el lo que en algunos casos aparece en el predicado de un
punto de vista de la lógica de los términos los dos enunciado puede reaparecer en otros en el sujeto de otro
ejemplos no pueden ser expresados mediante los mis­ enunciado. D e hecho, tenemos un caso de tal transpo­
mos símbolos, pues el sujeto del consecuente de cada sición en la expresión ‘ser insoportable5, la cual apa­
condicional es distinto. rece como predicado en:
Diremos ahora unas palabras sobre los términos es­
Olga es insoportable,
tudiados por la lógica de los términos.
Ante todo, recordemos que cada enunciado se com­ y como sujeto en:
pone de dos partes: el sujeto y el predicado. Este últi­ Ser insoportable es poco recomendable.
mo está formado, según los casos, por el verbo, por
el verbo y el complemento o complementos, o por la L a ya citada cuantificación de los términos puede
cópula expresada mediante el verbo ‘ser y el atributo referirse tanto a los sujetos como a los predicados, pero
o atributos. Así, dada la complicación que ofrece esta última, nos refe­
riremos exclusivamente a la primera. Ésta consiste esen­
José Luis duerme,
cialmente en formar los enunciados de tal modo que
José Luis tiene una casa nueva,
José Luis va al cine cada noche, se indique si el sujeto se refiere a todas las entidades
José Luis es inteligente, de la misma especie o bien sólo a algunas (cuando me­
28 29
nos a una). Volveremos sobre este punto al introducir cionada relación inversa. Así, el individuo que tiene
en la sección 14 los elementos fundamentales de la por nombre ‘Jorge’ se sitúa debajo de ‘hombre’; ‘hom­
cuantificación. bre’, debajo de ‘animal’; ‘animal’, debajo de ‘ser vi­
viente’; ‘ser viviente’, debajo de ‘cosa’ o ‘ser en
8. Comprensión y extensión general’. Con ello se ve que para definir ‘Jorge’ se
necesitan más notas o características (el ser un hom­
Se distingue entre la comprensión y la extensión de bre, el ser un animal, el ser un ser viviente, el ser
los términos. L a comprensión está constituida por el algo en general) que para definir el significado de
contenido del término, es decir, por las características ‘hombre’ (el ser un animal, el ser un ser viviente, el
mediante las cuales se define el concepto correspon- ser algo en general), y así sucesivamente. Por el con­
diente. Así, la comprensión del término ‘hombre’ es el trario, la extensión de ‘ser’ es mayor (pues incluye el
significado de este término, significado que distingue ser viviente, el ser animal, el ser hombre, el ser Juan,
‘hombre’ de otros términos, tales como ‘pájaro’, ‘casa’, Pedro, Antonio, etc.) que la de ‘ser viviente’ (q u e
etc., etc., los cuales tienen comprensiones diferentes. L a sólo incluye el ser animal, el ser hombre, el ser Juan,
extensión está constituida por los objetos que caen bajo Pedro, Antonio, etc.).
el concepto correspondiente. Así, el término ‘hombre’ Relacionada con la anterior hay una distinción fun­
tiene como extensión los hombres, lo cual no significa damental: la distinción entre nombrar un objeto y sig­
una cantidad fija de hombres empíricamente determi­ nificarlo (o denotarlo). E s posible, en efecto, que dos
n a re , sino todos los objetos a los cuales apunta el vo­ términos con significaciones diferentes nombren la mis­
cablo ‘hombre’. ma cosa. Para usar un ejemplo hoy clásico, veamos lo
Hay una relación inversa entre la comprensión y que ocurre con los términos ‘L a estrella matutina’ y
la extensión, de modo que a mayor comprensión co­ ‘L a estrella vespertina’. Cada uno de estos términos
rresponde menor extensión y a mayor extensión me­ tiene una significación propia, pero nombra la misma
nor comprensión. Por ejemplo, el término ‘hombre’ entidad: el planeta Venus. L a distinción es importan­
tiene mayor comprensión que el término ‘animal’, pero te, porque permite ver que el mero análisis de las sig­
el término ‘animal’ tiene mayor extensión que el tér­ nificaciones sin comprobación empírica resulta insufi­
mino ‘hombre’. E l término ser’ tiene una extensión ciente para saber si se nombra o no la misma cosa. Sólo
máxima, por referirse a todos los entes que son, pero la observación astronómica revela, en efecto, que el
una comprensión mínima, por cuanto está constitui­ planeta Venus es la sola y única entidad nombrada
do por un número reducidísimo de notas. En el pro­ por los dos términos en cuestión.
ceso usado por las definiciones clásicas suelen situarse
los términos de modo que se vea claramente la men­
30 31
r

9. Leyes lógicas y reglas lógicas nimo. P. ej., es posible en muchos razonamientos lógi­
cos usar una sola regla lógica, que es justamente la que
Todas las partes de la lógica a las cuales nos hemos la esposa del orador no obedeció: la de la separación.
referido tratan de las leyes según las cuales se agrupan
las fórmulas. Así, la ley de identidad a la cual nos re­ 10. Clases de proposiciones
feriremos con más detalle en la sección 11 constituye
una de las leyes (o principios) de la lógica de las pro­ Los lógicos han hablado de muchas clases de pro­
posiciones. posiciones: afirmativas, negativas, categóricas, atributi­
Conviene distinguir entre estas leyes lógicas y lo que vas, particulares, universales, necesarias, contingentes,
se llama reglas lógicas. Para comprender esta diferencia, verdaderas, falsas, condicionales, relativas, exclusivas,
nada mejor que referirnos a los dos ejemplos de sofis­ comparativas, etc., etc. Muchas de las clasificaciones
mas expuestos en la sección 1 de este libro. presentadas adolecen de dos defectos: uno, el que tien­
E l sofisma del orador obedecía, según vimos, a la den a calcar los tipos de proposiciones lógicas sobre los
violación de una ley lógica: la ley o principio de con­ tipos de proposiciones gramaticales; otro, el que sitúan
tradicción. E l sofisma de la esposa del orador se debía, dentro de la lógica de las proposiciones lo que corres­
en cambio, a la inobservancia de las reglas lógicas o, ponde también a la lógica de los términos, de las re­
más exactamente, de las reglas lógicas establecidas en laciones, etc., etc. Ahora bien: dentro de las clasifi­
la lógica proposicional. Por ejemplo, el razonamiento: caciones tradicionales hay una que puede ser tomada
como base para una doctrina más clara sobre la división
Si Roberto toma estricnina, se pone enfermo. de las proposiciones; es la que separa a éstas en dos
Ahora bien, Roberto toma estricnina. grandes grupos: las simples y las compuestas.
Por lo tanto, Roberto se pone enfermo Las proposiciones simples constituyen el núcleo pre­
posicional mínimo, como cuando decimos:
no es un sofisma, sino un razonamiento válido, por obe­
Cristóbal Colón era genovés,
decer a una regla de la citada lógica: la regla de se­ Salvador juega.
paración.
Las proposiciones simples pueden ser afirmativas
Tanto las leyes lógicas como las reglas lógicas son
(com o las mencionadas) o negativas, tales como:
necesarias para llevar a cabo razonamientos correctos.
H ay un número infinito de leyes lógicas, pero convie­ Cristóbal Colón no era genovés,
Salvador no juega.
ne reducirlas a unas pocas con el fin de simplificar el
lenguaje lógico. Hay un número finito de reglas ló­ Debe tenerse en cuenta que aun cuando desde el
gicas, pero aun entonces se tiende a reducirlas a un mi- punto de vista gramatical la negación antecede al pre­
32 33
dicado, desde el punto de vista lógico hay que consi' Las proposiciones compuestas pueden tener más de
derarla como antecediendo a la proposición completa. dos proposiciones simples. Podemos escribir, p. ej.:
D e este modo, los ejemplos dados de proposiciones ne'
Si se bombardean los átomos con neutrones y el
gativas pueden expresarse de un modo más fiel a la número de neutrones aumenta, entonces los
estructura lógica escribiendo: átomos bombardeados se convierten en isóto­
pos pesados,
N o es cierto (no es verdad, no es el caso, etc.)
que Cristóbal Colón fuera genovés, donde tenemos una proposición condicional cuyo primer
N o es cierto (no es verdad, no es el caso, e tc.) miembro es una proposición conjuntiva y el segundo
que Salvador juegue. una proposición simple. O bien podemos escribir:

Esto resuelve un problema que ba preocupado in­ Sofía se queda en casa para estudiar y aprende
necesariamente a algunos lógicos: el de saber si las mucho o no se divierte nada,
proposiciones llamadas negativas son o no, en el fondo, donde tenemos una proposición conjuntiva cuyo primer
proposiciones afirmativas, ya que los mencionados miembro es una proposición simple y cuyo segundo
ejemplos podrían transcribirse respectivamente: ‘Cris­ miembro es una proposición compuesta disyuntiva.
tóbal Colón era no genovés’, ‘Salvador es alguien que
no juega’ . L a anteposición de la negación a la 1 1 . E l principio de identidad
proposición permite ver que se trata efectivamente de
una negación. L a ley de identidad ha sido llamada tradicionalmen-
Las proposiciones compuestas son combinaciones de te — y aquí conservaremos el nombre— principio de
proposiciones simples, afirmativas o negativas. Entre los identidad. Consiste en sostener que si se sienta una
varios tipos de proposiciones compuestas existentes proposición, hay que sentar la misma proposición, o
mencionaremos tres: las conjuntivas (unidas por y ) , también que se sienta una proposición si y sólo si se
las disyuntivas (unidas por ‘o’ ) y las condicionales sienta la misma proposición. Así,
(unidas por ‘s i . . . entonces’ ) . H e aquí ejemplos de
Si Kafka ha ejercido gran influencia, Kafka ha
cada una de ellas: ejercido gran influencia,
Platón escribió el Fedón y Aristóteles escribió las
es un ejemplo del principio de identidad.
Categorías,
Ramón mira la televisión o no mira la televisión*
Formulado de este modo, el principio de identidad
Si la espiral de Andrómeda se ve a simple vista,
se refiere a proposiciones y constituye un principio de
es una espiral relativamente cercana al obser­ índole estrictamente lógica. Algunos autores han seña­
vador. lado que el principio lógico de identidad se basa en
34 35
un principio real (u ontológico), el cual se expresa de tonces la Vía Láctea es (idéntica a la) gala­
varios modos, tales como: “ T oda cosa es igual a sí xia más accesible a la observación telescópi­
ca si y sólo si la galaxia en la cual se halla
misma” , “A —A ” , etc., o bien en un principio mental nuestro sistema planetario es (idéntica a la)
o psicológico, el cual se expresa diciendo: “E s impo­ galaxia mas accesible a la observación teles­
sible pensar al mismo tiempo A y no A ” . N o podemos cópica.
detenernos aquí en un análisis detallado de estas dos
En consecuencia, el problema de la identidad apa­
interpretaciones, pero advertiremos que ambas adole­
rece para nosotros como un problema lógico. Dentro
cen de ciertos defectos. de este marco podemos, además, no sólo identificar
Por una parte, el principio psicológico de identidad objetos concretos, sino también objetos abstractos. Po­
no expresa, propiamente hablando, un principio, sino demos asimismo identificar clases, como cuando deci­
a lo sumo una condición psicológica que, por lo de­ mos: L a clase de los hombres es idéntica a la clase de
más, no aparece siempre patente en nuestros razona­ los animales racionales’. Aunque nos hemos referido
mientos cotidianos. L o único que puede argüirse en fa­ primariamente al principio en la lógica proposicional,
vor de la interpretación psicológica es que constituye la identidad es, pues, más amplia que la que se mani­
uno de los resultados de la doctrina según la cual los fiesta en tal lógica.
seres pensantes tienden a identificar unos términos con
otros (p or lo pronto, lo no conocido con lo conocido),
1 2 . E l principio de contradicción
pero hay gran distancia entre este proceso identificador
de la mente y un principio de identidad tal como el
Las consideraciones anteriores acerca del principio
anteriormente reseñado.
de identidad son asimismo válidas en lo que toca al lla­
Por otra parte, el principio real de identidad puede
mado principio de contradicción (o no contradicción).
traducirse fácilmente a una formulación lógica, aun
En efecto, éste enuncia que es inadmisible sentar una
cuando en este caso ya no pertenece a la lógica de las
proposición y a la vez la negación de esta proposición.
proposiciones, sino a lo que se ha llamado la lógica de
Ejemplo es:
las identidades. En esta última se identifican, en efecto,
unos objetos con otros por medio de las expresiones N o es el caso que Kafka ha ejercido gran in­
*es idéntico a5 o ‘es igual a’, como cuando decimos: fluencia y que Kafka no ha ejercido gran in­
fluencia.
L a Vía Láctea es (idéntica a la) Vía Láctea,
Conviene hacer constar que la proposición negada
L a Vía Láctea es (idéntica a la ) galaxia en la
•cual se halla nuestro sistema planetario, debe ser exactamente la misma que la proposición afir­
Si la Vía Láctea es (idéntica a la) galaxia en mada. Sería un subterfugio inadmisible agregar algo a
la cual se halla nuestro sistema planetario, en­ cualquiera de las dos proposiciones y entender, por

36 37
ejemplo, ‘Kafka ha ejercido gran influencia’ como ‘K a f­ Kafka ha ejercido gran influencia o Kafka no ha
ejercido gran influencia.
ka ha ejercido gran influencia entre los escritores ale­
manes’, y ‘Kafka no ha ejercido gran influencia’ como También aquí, como en el principio de contradic­
‘Kafka no ha ejercido gran influencia entre los escri­ ción, hay que atenerse a la restricción “ al mismo tiem­
tores birmanos’. L a norma de que cuanto se dice ló­ po y en el mismo respecto” , pues sería inadmisible el
gicamente debe decirse “ al mismo tiempo y en el mis­ subterfugio consistente en declarar, pongamos por ca­
mo respecto” es aquí fundamental. so, que Kafka ha ejercido gran influencia entre 1930
L o que se califica a veces de principio psicológico y 1 9 4 0 , pero que no ha ejercido gran influencia en­
de contradicción resulta ser, pues, a la postre una nor­ tre 19 4 0 y 1942.
ma mental por la cual obedecemos el principio lógico Ahora bien: a diferencia de los principios de identi­
de contradicción. En cuanto al llamado principio real dad y de contradicción, que son aceptados por los ló­
(u ontológico) de contradicción — que se enuncia di­ gicos sin grandes discusiones, el principio del tercio
ciendo: “E s inadmisible que una cosa sea y no sea al excluso ha sido objeto de enconados debates. Unos han
mismo tiempo y bajo el mismo respecto” — , puede manifestado que es totalmente imposible prescindir de
considerarse o bien como un ejemplo de la formulación él, ya que si un enunciado cualquiera es verdadero, la
lógica, donde “ Una cosa es” y “ Una cosa no es” re­ negación de este enunciado tiene que ser falsa, y si un
presentan respectivamente una proposición afirmativa y enunciado es falso su negación tiene que ser verdadera.
otra negativa, o bien como un ejemplo de formulación Otros, en cambio, han argüido que no es forzoso supo­
lógica en la cual se enuncia que es inadmisible decir ner que hay solamente estos dos valores lógicos (la
que algo no es idéntico a este algo, tomando entonces verdad y la falsedad). D os propuestas al respecto me­
‘es idéntico a’ en el sentido de la ya mencionada ló­ recen ser mencionadas.
gica de la identidad. Según ciertos autores, puede haber no sólo dos, si­
no tres, cuatro, cinco y, en general, un número cual­
13. Elprincipio del tercio excluso quiera (hasta infinito) de tales valores. Así, por ejem­
plo, puede decirse que al lado de proposiciones co­
E l principio del tercio excluso ( o tercero excluido) mo ‘Kafka ha ejercido gran influencia’ y ‘Kafka no ha
sostiene que, dada una proposición, hay que afirmar ejercido gran influencia’ hay otras proposiciones posi­
esta proposición o la negación de la misma, no ha­ bles, tales como ‘Kafka ha ejercido bastante influen­
biendo, por lo tanto, ninguna tercera proposición vá­ cia’, ‘Kafka ha ejercido más o menos influencia’, etc.,
lida entre la afirmada y la negada. Ejemplo de este que están situadas entre los dos extremos, y sobre todo
principio es: que hay proposiciones en las cuales se afirma que es

38 39
más verdadero que falso, o más falso que verdadero, ( a ) Se cuantifica universalmente el sujeto de un
que Kafka haya ejercido gran influencia. enunciado afirmativo.
Según otros autores, hay ciertas proposiciones de las ( b ) Se cuantifica universalmente el sujeto de un
que no puede predicarse ningún valor de verdad o de enunciado negativo.
falsedad, proposiciones que no son más o menos ver' ( c ) Se cuantifica particularmente el sujeto de un
daderas o falsas, sino que son enteramente indetermi' enunciado afirmativo.
nadas. Cuando de tales proposiciones no puede decir' ( d ) Se cuantifica particularmente el sujeto de un
se, en efecto, que son verdaderas o falsas, no puede enunciado negativo.
decirse tampoco que son más o menos verdaderas o Ejemplos de cada una de estas cuatro posibilidades
más o menos falsas. son respectivamente:
Solamente esta última propuesta, defendida por ló' Todos los finlandeses son trabajadores,
gicos y matemáticos de la tendencia llamada Ningún hawaiano es existencialista,
nista, merece encajar dentro de la negación del prin' Algunos chinos son coléricos,
cipio del tercio excluso. Pues entonces ya no será po' Algunos gallegos no son emprendedores.
sible decir que hay que afirmar una proposición o la Los enunciados en cuestión suelen ser representados
negación de esta proposición (o viceversa); ciertas mediante ¡as letras ‘A ’ (enunciado universal afirmativo),
proposiciones escaparán a semejante alternativa. Son ‘E ’ (enunciado universal negativo), T (enunciado
las proposiciones que no se pueden probar como ver' particular afirmativo) y ‘O ’ (enunciado particular ne'
daderas o como falsas (especialmente ciertas proposi' gativo). Tales enunciados, además, se hallan relaciona'
ciones matemáticas), las cuales quedarán fuera del ^ dos entre sí en una
A c o n tra r io s
principio del tercio excluso cuando menos hasta tanto forma conocida bajo
no se puedan probar — o se puedan dejar de probar— . el nombre de cuadro
vi de oposición. Se tra-
14. Losenunciados cuantificados g ta del cuadro de la
izquierda.
Las frases referidas en la sección 7, cuya composi­ Según este cuadro,
ción interesa desde el punto de vista lógico, pueden si afirmamos que to-
ser cuantificadas, esto es, puede decirse de ciertos de m dos los finlandeses
sus términos que se refieren a todas las entidades de su son trabajadores no
especie o sólo a algunas. Los términos más usualmen'
I su b c o n tra r io sO Podremos mantener,
te cuantificados son los sujetos. Ahora bien, podemos a riesgo de contra*
considerar cuatro posibilidades: dicción, que algunos finlandeses no son trabajadores;.
40 41
igual ocurrirá si pretendemos sostener que ningún finlan­ siciones alternativas y condicionales) y modales (en
dés es trabajador y a la vez que algunos finlandeses son los que se insertan las modalidades de qúeTíablaremos
trabajadores. Declarar que todos los finlandeses son tra­ en la sección 1 8 ). Aquí nos referiremos sólo a los silo­
bajadores no es compatible con afirmar que ningún fin­ gismos categóricos, que, además de ser los más sencillos,
landés es trabajador, y viceversa. Sostener que algunos son los que han sido tratados con más frecuencia.
finlandeses son trabajadores es compatible, en cambio, Los silogismos categóricos son razonamientos deduc­
con afirmar que algunos finlandeses (por supuesto, otros tivos en los cuales, dada una premisa, se obtiene una
que los anteriores) no son trabajadores, y viceversa. L a conclusión a través de un enunciado intermedio. H e
afirmación de que algunos finlandeses son trabajadores aquí un ejemplo de tales silogismos:
está incluida en la de que todos los finlandeses son tra­ Si todos los plantígrados son lentos,
bajadores, y la afirmación de que algunos finlandeses y todos los osos son plantígrados,
entonces todos los osos son lentos.
no son trabajadores está incluida en la de que ningún
finlandés es trabajador. Se observará que se trata de un condicional cuyo
L a estricta observancia de las anteriores relaciones antecedente está formado por un enunciado compues­
to de tipo conjuntivo y cuyo consecuente está formado
permite aclarar ciertas confusiones que a veces surgen
por un enunciado simple. Por lo general, no se hace
cuando se habla de enunciados contrarios y contradic­
explícita la forma condicional, de tal suerte que el ejem­
torios. En efecto, ya no será posible equiparar la con­
plo corriente de silogismo adopta esta estructura:
trariedad entre enunciados con su mutua contradicción.
Todos los plantígrados son lentos.
Todos los osos son plantígrados.
Por lo tanto, todos los osos son lentos.
15. Los silogismos
Las dos primeras líneas en este ejemplo constituyen
L os enunciados de que acabamos de dar cuenta in­ las premisas; la última línea forma la conclusión. A su
tervienen en cierto tipo de razonamientos muy detalla­ vez, la primera línea es llamada premisa mayor, y la se­
damente examinados por los lógicos de todos los tiem­ gunda premisa menor. E l silogismo tiene tres térmi­
nos (en el ejemplo en cuestión son: ‘plantígrados’, ‘len­
pos y que han constituido durante muchos siglos la
tos’ [o ‘seres lentos’] y ‘osos’ ) . E l primer término de
forma de razonamiento considerada ejemplar: los si­
la conclusión ( ‘osos’ ) recibe el nombre de término
logismos.
mayor; el segundo término de la conclusión ( ‘lentos’
Los silogismos pueden ser categóricbs (o simple­ [o ‘seres lentos’]) el nombre de término menor, y el
mente asertivos), hipotéticos (o formados por propo­ término que aparece en las dos premisas ( ‘plantígra-
42 43
dos’ ) el nombre de término medio. E l término medio un enunciado universal negativo; un silogismo cuyo
no debe aparecer nunca en la conclusión. modo esté representado por las letras A II, o sea, un si­
Se distingue en los silogismos entre la figura y el logismo cuya premisa mayor sea un enunciado uni­
modo. L a figura está determinada por la colocación del versal afirmativo y cuya premisa menor y conclusión
término medio en las premisas. H ay cuatro posibilida­ sean enunciados particulares afirmativos, etc., etc. C o ­
des, que dan origen a cuatro figuras: mo las combinaciones de los enunciados representados
( 1 ) E l término medio es sujeto en la premisa ma­ por las letras A.’, ‘E \ T y ‘O ’ pueden dar lugar a 6 4
yor y predicado en la premisa menor. modos, y como hay cuatro figuras, resulta que debe­
(2 ) El término medio es predicado en ambas ría haber un total de 2 5 6 modos silogísticos.
premisas. En efecto, los hay, pero sólo un número limitado
( 3 ) E l término medio es sujeto en ambas premisas. de estos modos es admisible, esto es, lógicamente vá­
lido. E l número en cuestión varía según los autores,
( 4 ) E l término medio es predicado en la premisa
pero es muy común fijarlo en 19. Con el fin de me-
mayor y sujeto en la premisa menor.
morizar tales modos, los escolásticos forjaron vocablos
Se comprenderá ahora que el ejemplo de silogismo latinos en los cuales se ve claramente la disposición de
dado al principio de esta sección corresponde a la pri­ los enunciados según cantidad y cualidad. Por ejemplo,
mera figura. E l lector puede ensayar fácilmente ejem­ el vocablo * Barbará'( donde vemos la sucesión A A A ),
plos de silogismos correspondientes a las otras figuras. el vocablo * t' donde
elarn
C ( vemos la sucesión E A E ) ,
E l modo está determinado por la disposición de los el vocablo ‘Darii (donde vemos la sucesión A I I ) , etc.
enunciados atendiendo a la cantidad o a la cualidad D e este modo recordamos qué enunciados son univer­
de éstos, es decir, considerando si, y en qué orden, los sales o particulares, afirmativos o negativos. Natural­
enunciados componentes del silogismo son universales mente, hay que saber a qué figura de las cuatro antes
o particulares (cantidad) y afirmativos o negativos citadas corresponde cada uno de tales modos válidos.
(cualidad). Así, puede darse un silogismo cuyo modo H e aquí los vocablos que designan los 19 modos en
esté representado por las letras A A A , o sea, un silo­ cuestión para cada una de las figuras:
gismo en el cual los enunciados (representados por las
Primera figura: Barbara, Celarent, Darii, Ferio.
letras a que hemos hecho referencia en la sección 1 3 )
sean todos universales y todos afirmativos; un silogis­ Segunda figura: Cesare, Camestres, Festino, Baroco
mo cuyo modo esté representado por las letras E A E , Tercera figura: Datisi, Feriso, Felapton,
o sea, un silogismo cuya premisa mayor sea un enun­ Disamis, Bocardo.
ciado universal negativo, cuya premisa menor sea un Cuarta figura: Calemes, Bamalip, Fresison, Fesapo,
enunciado universal afirmativo y cuya conclusión sea Dimatis.
44 45
-rt

Para saber si un silogismo dado es o no válido, bas- N o es válido, porque aunque sigue el esquema A II
ta comprobar, pues, si corresponde o no a uno de los (d e D arii), no corresponde a la primera figura, sino a
modos designados por los vocablos anteriores. Dare­ la cuarta.
mos a modo de ilustración cuatro ejemplos de silogis­ Mucho se ha discutido acerca de cuáles son los mo­
mos: dos válidos y dos no válidos. dos que pueden considerarse como evidentes por sí
mismos y que pueden servir, por consiguiente, como
Ejemplo 1:
axiomas con ayuda de los cuales se prueba la validez
Todos los hombres son racionales. de los demás modos. L o más usual es considerar los
Todos los abisinios son hombres. modos válidos de la primera figura como silogismos
Por lo tanto, todos los abisinios son racionales.
perfectos y los demás como imperfectos o demostrables
Es válido, porque es un ejemplo del modo mediante los perfectos.
en primera figura. Se ha discutido asimismo mucho sobre si los térmi­
nos de los silogismos deben ser concebidos en exten­
Ejemplo 2 :
sión o en comprensión. Las dos concepciones son jus­
Todos los perros son animales. tificadas. En todo caso, es perfectamente admisible
Todos los gatos son animales. considerar los términos del silogismo como clases,
Por lo tanto, todos los gatos son perros. (véase sobre éstas la sección 1 6 ) . Así, en el anterior
N o es válido, porque aunque sigue el esquema ejemplo número 3, los términos ‘político’, ‘tímido’ y
A AA (d e Barbara), no corresponde a la primera fi­ ‘filósofo’ pueden considerarse respectivamente como de­
gura, sino a la segunda. signando la clase de los políticos, la clase de los seres
tímidos y la clase de los filósofos.
Ejemplo 3 :
Ningún político es tímido. 16. Las clases
Todos los filósofos son tímidos.
Por lo tanto, ningún filósofo es un político. Los términos generales de que hemos hablado en la
E s válido, porque es un ejemplo del modo Celarent sección 7 (y los referidos en la sección 1 5 ) pueden
en segunda figura. asimismo ser considerados como designando lo que se
llama clases (lógicas). Decimos, por ejemplo, ‘Goethe
Ejemplo 4 : es escritor’, con lo cual atribuimos a Goethe un predi­
Todos los elefantes son simpáticos. cado — el ser escritor— junto a otros que podríamos
Algunos seres simpáticos son hombres. atribuirle — el ser inteligente, el ser orgulloso, etc.—
Por lo tanto, algunos hombres son elefantes. Pero ‘escritor’ designa también una clase: la de los
46 47
escritores. Por lo general, en el lenguaje ordinario se sa Rosada. Desde el punto de vista lógico es indiferen­
hace a veces la distinción entre predicado y clase an­ te que los objetos pertenecientes a una clase estén or­
teponiendo al término que ha servido como predicado ganizados de un modo o de otro. Además, el hecho de
partículas tales como ‘un’, ‘algo’, etc. Así, cuando de­ que no haya ciertos objetos no quiere decir que deje de
cimos ‘Goethe es un escritor’ vemos más claramente existir la correspondiente clase; p. ej., la clase de los
que aquí queremos significar no que tiene la propiedad centauros es sin ningún género de dudas una clase.
de ser un escritor, sino que pertenece a la clase de los Entre los tipos de clases mencionaremos tres: la cla­
escritores. Por este motivo, la expresión lógica correcta se universal (clase a la cual pertenece todo), la clase
de la adscripción de algo a una clase no es la cópula nula (clase a la cual no pertenece nada) y las clases
expresada mediante el verbo ‘ser’, sino las palabras unimembres (clases que tienen un solo objeto o miem­
‘pertenece a’. Ejemplos en lógica de tal adscripción son: b ro). En una religión monoteísta, por ejemplo, Dios
Descartes pertenece a la clase de los filósofos es una clase unimembre.
(usualmente expresado: Descartes es un filó­ L a clase lógica no debe confundirse con una agru­
sofo), pación concreta de objetos, pues en tal caso la clase se­
Las medusas pertenecen a la clase de los celen­
ría algo concreto. Las clases lógicas son entidades abs­
téreos móviles (usualmente expresado: Las me­
dusas son celentéreos móviles), tractas que pueden tener como miembros cosas concre­
Sonreír pertenece a la clase de los actos ama­ tas. Así, la clase de los argentinos es una entidad abs­
bles (usualmente expresado: Sonreír es algo tracta que tiene como miembros seres concretos: los
amable).
argentinos. Por otro lado, los miembros de una clase
Las clases de que puede hablarse son infinitas. M u ­ plurimembre no están numéricamente definidos: la
chas de ellas responden a modos como parecen estar clase de los llamados a filas en Italia en 1 9 5 7 es siem­
organizados los objetos en la naturaleza: la clase de pre la misma clase, cualquiera sea el número que haya
los leones, la de las estrellas, la de los árboles. Otras — o que quede— de los que han sido llamados.
responden a agrupaciones de objetos fabricados: la cla­ Puesto que, según declaramos, pueden interpretar­
se de las sillas, la de las casas. Otras responden a agru­ se las propiedades como clases, parece que hay que
paciones establecidas por los hombres: la clase de los concluir que a cada propiedad corresponde una clase y
parisienses, la de los peruanos, la de los demócratas. a cada clase una propiedad. Sin embargo, no es así. A
Otras, finalmente, son determinadas de un modo al toda propiedad corresponde, en efecto, una clase (a
parecer arbitrario: la clase de las letras acentuadas en la propiedad de ser escritor corresponde la clase de los
esté libro, la clase de las palabras de más de tres letras escritores), pero a una clase puede corresponder más
en esta página, la clase de los objetos dentro de la C a* de una propiedad ( a la clase de los escritores correspon­
48 49
den varias propiedades: ia de ser inteligente, la de ser 27. Las relaciones
capaz de expresión, etc.).
Las clases pueden estar incluidas en otras clases, como Considerable número de expresiones tanto del lengua'
cuando decimos que la clase de los portugueses está in­ fe ordinario como del lenguaje científico está constituido
cluida en la clase de los europeos (o que los portugue' por relaciones. A l ejemplo de éstas dado en la sección
ses son europeos). Condición indispensable para que 4 agregaremos ahora los siguientes:
pueda hablarse de inclusión es que todos los miembros- L a Cancillería está a la derecha de la Embajada,
de la clase que se incluye sean miembros de la clase en 5 es menos que 10,
la cual se incluye. Cuando así no sucede no puede ha- Krutchev es más astuto que la reina Guillermina,
blarse de inclusión, sino únicamente de pertenencia a E l obelisco de la Plaza de la Concordia es menos
elevado que la Torre Eiffel.
una clase. P. ej., la clase de los portugueses pertenece a
la clase de las comunidades que forman la O .T .A .N ., Por lo general, las relaciones se establecen entre dos
pero no está incluida en tal clase, porque si se puede entidades, pero puede haber tres o más. Relaciones de
decir que Portugal (o la clase de los portugueses) es tres miembros son muy comunes en las expresiones del
un miembro de la O .T .A .N ., no es posible afirmar lenguaje ordinario que tienen un complemento indirec-
que cada portugués sea un miembro de la O .T .A .N . to, tal como ocurre en la oración:
Las clases se suman y multiplican, pero los resultados Sebastián envía su manuscrito a una editorial,
de estas operaciones no coinciden con las aritméticas. Magdalena da una bofetada a Silvia.
En la suma y multiplicación de clases hay que conside­
rar que una clase sumada con otra da la misma clase, y L o mismo que las clases, las relaciones están ligadas
una clase multiplicada por otra da la misma clase. Su­ entre sí de varios modos. Así, una relación puede estar
pongamos, en efecto, que hay en Irán 8 físicos atómi­ incluida en otra (la relación hijo de está incluida en la
cos, 4 de los cuales son, además, especialistas en ravos relación descendiente de), o puede ser idéntica a otra
(la relación cuñado de es idéntica a la relación -
cósmicos, y 4 especialistas en rayos cósmicos, 2 de los
cuales son, además, físicos atómicos. Pues bien: la suma no político de). Las relaciones se suman y multiplican
también entre sí.
de la clase de los físicos atómicos iranios y de los espe'
cialistas en rayos cósmicos iranios da por resultado 10 Terminaremos esta breve exposición informando so­
miembros (y no 1 2 ) , y el producto de las mismas cla­ bre algunas de las varias características que ofrecen cier­
tas relaciones entre dos entidades.
ses da por resultado 4 miembros (y no 3 2 ) .
(1 ) Algunas relaciones son tales, que si el primer
miembro está relacionado de cierto modo con el segun­
do, este esta relacionado del mismo modo con el primero.

50 51
y-------- -

Chile ha sido elegido miembro del Consejo de


Así, si decimos que Ford tiene tanto dinero como Seguridad de las Naciones Unidas,
Rotschild, deberemos concluir que Rotschild tiene La música de Béla Bartok es popular,
tanto dinero como Ford. La lógica es una disciplina entretenida,
L a Tierra da una vuelta alrededor de sí mis­
(2 ) Algunas relaciones son tales, que no sucede lo ma cada 2 4 horas,
anterior. Así, si decimos qu© Diodoro es padre de An-
tístenes, no por ello podemos decir que Antístenes es escribimos respectivamente:
padre de Diodoro. Es posible que Chile sea (o haya sido) elegido
miembro del Consejo de Seguridad de las
( 3 ) Algunas relaciones son tales, que si un miembro Naciones Unidas,
está relacionado de cierto modo con un segundo y este Es imposible que la música de Béla Bartok sea
segundo está relacionado del mismo modo con un ter- popular,
cero, resultará que el primero estará relacionado también Es contingente que la lógica sea una disciplina
del mismo modo con el tercero. Así, si decimos que entretenida,
Es necesario que la Tierra dé una vuelta alrede­
Roberto es más joven que Recaredo, y Recaredo es dor de sí misma cada 2 4 horas,
más joven que Ricardo, concluiremos que Roberto es
más joven que Ricardo. tenemos en cuenta tales modalidades. A veces se estima
que las modalidades pertenecen a las cosas mismas y
( 4 ) Algunas relaciones son tales, que no sucede lo
son llamadas entonces modalidades reales (u ortológi­
anterior. Así, si decimos que 12 es el doble de 6, y 6 cas). A veces se restringen las modalidades a los modos
es el doble de 3, no por ello podemos decir que 12 como se formulan los enunciados y son llamadas enton­
es el doble de 3. ces modalidades lógicas. Estas últimas son las únicas
que aquí nos interesan. Por consiguiente, debe tenerse
18. Las modalidades bien presente que en un enunciado como:
Es imposible que la música de Béla Bartok sea
Todas las proposiciones indicativas o declarativas que
popular,
hemos usado hasta aquí como ejemplos tenían algo en
común: el ser simplemente afirmativas o negativas, al­ lo que ocupa la atención del lógico es el hepho de an­
ternativas o condicionales, etc. Hemos prescindido, en teponer la modalidad ‘E s imposible que’ a la proposición
efecto, de que estas proposiciones pueden, además, for­ ‘L a música de Béla Bartok es popular’.
mularse de varios modos, es decir, de las llamadas mo­ L a comprensión de las modalidades primera, segunda
dalidades de las proposiciones. En cambio, cuando en y cuarta contenidas en nuestros ejemplos no encierra
graves dificultades. N o ocurre así con la modalidad ter­
vez de escribir:
53
52
cera, en la que se introduce la noción de contingencia. d é una vuelta alrededor de sí misma cada 2 4 horas,
E n efecto, en cierto sentido la idea de contingencia en­ pero si afirmamos que es imposible que la música de
vuelve la de posibilidad, puesto que si es contingente Béla Bartok sea popular no podemos mantener que es
que la lógica sea una disciplina entretenida, es también necesario que la música de Béla Bartok sea popular.
posible que la lógica sea una disciplina entretenida. Pero Otras muchas leyes de este tipo pueden ser fomuladas,
si ‘Es contingente que la lógica sea una disciplina en­ pero llegando a cierto nivel es difícil hacerlas intuitivas
tretenida’ fuera idéntico a ‘E s posible que la lógica sea o siquiera expresarlas en un lenguaje que no sea sim­
una disciplina entretenida ’, habría que excluir entonces bólico. Para que el lector pueda darse cuenta de esta
de la contingencia la afirmación ‘E s posible que la ló­ dificultad lingüística, daremos un ejemplo que corres­
gica no sea una disciplina entretenida’. Ahora bien: su­ ponde a una fórmula perfectamente correcta, pero intui­
cede justamente que cuando se declara que algo es con­ tivamente incomprensible (y literariamente bárbara):
tingente, se afirma que es posible que sea y a la vez Que no sea posible que Egidio no vaya al cine
que es posible que no sea (o que es posible que sea y o que no sea posible que Isabel no se quede
a la vez que es posible que no sea tal como se dice que en casa implica estrictamente que no es posible
e s). Por lo tanto, la modalidad de la contingencia pue­ que no sea el caso que Egidio vaya al cine
o que Isabel se quede en casa.
de entenderse como una combinación de dos posibili­
dades. Semejante combinación es muy frecuente tanto
19. L a verdad y la falsedad
en el lenguaje ordinario como en el científico, de mane­
ra que aunque los lógicos no consideren usualmente la L a proposición:
contingencia como una modalidad primitiva, hay que
reconocer que es sobremanera importante. E l átomo de uranio tiene 9 2 electrones

Como todas las demás ramas de la lógica, las moda­ es verdadera. L a proposición:
lidades están sometidas a ciertas reglas, algunas de las
E l átomo de calcio tiene 9 2 electrones
cuales fueron ya establecidas por escolásticos medieva­
les. Así, de que algo es necesario podemos derivar que es falsa. Ahora bien: aunque los conceptos de verdad
es posible, pero de que algo es posible no podemos y falsedad son centrales en la lógica, ésta no se ocupa
afirmar que es necesario; de que algo es imposible no de averiguar si tales proposiciones son verdaderas o fal­
podemos derivar que es contingente, etc., etc. Algunos sas en su contenido. Definiciones de la verdad tales como
ejemplos pueden hacer comprender intuitivamente va­ “Verdad es lo comprobado en la realidad”, “ Verdad es
rias de estas leyes. Si afirmamos que es necesario que la la correspondencia entre la realidad y la mente” , “ L a
Tierra dé una vuelta alrededor de sí misma cada 24 verdad e sto que es, o existe” , y de la falsedad tales co-
horas, podemos sostener que es posible que la Tierra mo “ Falsedad es "lo nó comprobado o comprobable en

54 55
la realidad”, “Falsedad es la inadecuación entre la reali­ mejante artificio es el deseo de evitar ciertas paradojas,
dad y la mente” , “ La falsedad es lo que no es, o lo que la más conocida de las cuales se manifiesta en la ex­
no existe, o lo simplemente aparente” , etc., etc., no son presión:
asunto de la lógica, sino de la metodología, de la teoría
Soy un mentiroso.
del conocimiento o de la ontología.
D e los conceptos de verdad (y falsedad) estudiados E s fácil ver que esta expresión ofrece ciertas dificul­
por la lógica nos interesan dos: la verdad (y falsedad) tades. En efecto, cuando digo ‘Soy un mentiroso’, re­
semántica, y la verdad (y falsedad) propiamente lógica. sulta que no soy un mentiroso si digo la verdad, de
Desde el punto de vista semántico, la verdad y la modo que soy un mentiroso cuando no soy un mentiroso
falsedad son consideradas como ciertos predicados ads­ y no soy un mentiroso cuando soy un mentiroso. Estas
critos a proposiciones. Tales predicados — expresados dificultades se desvanecen, empero, cuando ‘es verdade­
mediante las locuciones ‘es verdadero’ y ‘no es verda­ ro’ y ‘no es verdadero’ (o ‘es falso’ ) se usan como
dero’ (o ‘es falso’ ) — son metalógicos, es decir, de predicados en la forma antedicha, lo cual nos permite
enunciar sin caer en paradojas:
acuerdo con lo indicado en la sección 6, forman parte
de un lenguaje por medio del cual hablamos acerca de ‘Soy un mentiroso’ es verdadero (o es una pro­
otro lenguaje. Por consiguiente, ‘es verdadero’ y ‘no posición verdadera)
es verdadero’ ofrecen una estructura semántica análoga si queremos mantener la verdad de la proposición, o:
a la locución ‘es una palabra de ocho letras’ en la ex­
‘Soy un mentiroso’ no es verdadero (o no es
presión mencionada en dicha sección: una proposición verdadera),
'Asunción’ es una palabra de ocho letras. si queremos mantener la falsedad de la proposición.
Para destacar tal estructura semántica se usan también Cuando en la lógica se habla de verdad y falsedad
semicomillas, las cuales encuadran la expresión de la se comienza por entender tales conceptos en el sentido
cual afirmamos que es o no es verdadera. Así, cuando semántico apuntado. Ahora bien: los conceptos de ver­
quiere afirmar que es verdad que el átomo de uranio dad y falsedad propiamente lógicos requieren otras pre­
tiene 92 electrones el lógico escribe: cisiones.
Por una parte, y como ya apuntamos en la sección
'E l átomo de uranio tiene 92 electrones’ es ver­ 5 ( § 4 ) , la verdad y falsedad lógicas son formales, no
dadero (o es una proposición verdadera),
dependiendo del contenido, sino de^ lá estructura (o
lo cual equivale a predicar la verdad de la proposición: forma) de las proposiciones. Por eso ciertas proposicio­
‘E l átomo de uranio tiene 92 electrones’. E l motivo nes empíricamente"verdaderas pueden formar parte de
principal que ha empujado a los lógicos a emplear se­ razonamientos lógicamente falsos, y ciertas proposicio­
56 57
nes empíricamente falsas pueden formar parte de razo­ E l Sol no es una estrella
namientos lógicamente verdaderos. Así, desde el punto
es falso. Pero si:
de vista lógico el razonamiento:
L a Luna es un planeta
Si la Luna es un satélite de Júpiter y el Sol es
un planeta, entonces la Luna es un satélite es falso,
de Júpiter,
L a Luna no es un planeta
es verdadero, en tanto que es falso el razonamiento:
es verdadero.
Si la Luna es un satélite de la Tierra y Júpiter
es un planeta, entonces el Sol es una estrella. Se observará que el contenido no tiene nada que ver
en principio con la mencionada necesidad. Hubiéramos
Para evitar ciertas ambigüedades que van adscritas a podido trastrocar los ejemplos, con el resultado de que
los conceptos de verdad y falsedad, se suelen sustituir si uno de ellos es declarado verdadero, el otro debe
en los casos anteriores las locuciones ‘es verdadero’ y ser necesariamente falso y viceversa.
‘no es verdadero’ (o ‘es falso’ ) por las locuciones es Ahora bien, si afirmamos:
válido’, ‘es correcto’, ‘es derivable’ y ‘no es válido’,
‘no es correcto’, ‘no es derivable’ respectivamente. N o es cierto que el Sol es una estrella y el Sol
no es una estrella,
Por otra parte, hay ciertas fórmulas lógicas que inde­
pendientemente de las proposiciones que contienen son tendremos que concluir que la afirmación es necesaria­
necesariamente verdaderas, otras que son necesariamente mente verdadera, tanto si es verdad como si no es ver­
falsas y otras que son verdaderas o falsas según que las dad que el Sol es una estrella. Estas afirmaciones siempre
proposiciones que contienen sean verdaderas o falsas. necesariamente verdaderas son llamadas ta u to lo g ía s .
Daremos tres ejemplos de cada uno de estos casos. Ejemplos muy destacados de ellas son el principio de
(1 ) Una proposición puede ser declarada verdadera identidad, el de contradicción y (para muchos autores)
o falsa sin que tengamos que declararla necesariamente el de tercio excluso presentados en las secciones 11,
verdadera o falsa. Pero una vez establecido que es ver­ 12 y 13. E l ejemplo dado antes corresponde al princi­
dadera, hay que sostener que su negación es necesaria­ pio de contradicción.
mente falsa, y una vez establecido que es falsa hay que ( 2 ) Si afirmamos:
sostener que su negación es necesariamente verdadera.
E l Sol es una estrella y el Sol no es una estrella,
E n consecuencia, si:
tendremos que concluir que la afirmación es necesaria­
E l Sol es una estrella
mente falsa, tanto si es verdad como si no es verdad
es verdadero, que el Sol es una estrella. Estas afirmaciones siempre
58 59
• - •— i
1

necesariamente falsas son llamadas contradicciones. E s


locuciones tales como ‘no es verdadero ni falso’, ‘es más
fácil ver que el ejemplo citado es la negación de la tau­
verdadero que falso’, etc. (aludidas en la sección 1 3 ) .
tología que expresa el principio de contradicción.
L o insinuado hará comprender que si la lógica es una
( 3 ) Consideremos ahora las proposiciones: disciplina amiga de la precisión no es un estudio hostil
El Sol es una estrella, a la sutileza. Su ideal de economía del lenguaje no le
La Luna es un satélite, impide reconocer las complejidades de los temas estu­
El Sol es un satélite, diados. E l lógico no desconoce el “ más o menos” ; quiere
La Luna es una estrella.
sólo forjar un instrumento capaz de tratarlo con el rigor
Declaremos las dos primeras Verdaderas y las dos úl­ más extremo.
timas falsas. Unamos ahora dos de estas proposiciones
por medio de la conjunción ‘o’. Puede advertirse que
el resultado de la unión será verdadero o falso según III
que las proposiciones unidas sean verdaderas o falsas. Así,
L Ó G IC A Y R E A L ID A D
E l Sol es una estrella o la Luna es un satélite,
E l Sol es un satélite o el Sol es una estrella,
E l Sol es una estrella o el Sol es un satélite 2 0 . E l problema

son verdaderos. En cambio,


ha suscitado con frecuencia la cuestión de cómo
E l Sol es un satélite o la Luna es una estrella es posible que las leyes y reglas lógicas, que no
es falso. Todas estas afirmaciones se llaman tratan de los contenidos de las proposiciones o de las
nadas. fórmulas, sino de su pura estructura, sean, sin embargo,
útiles, y hasta indispensables, para referirnos a la reali­
Los lógicos han ingeniado ciertos métodos para esta­
dad. A veces se ha supuesto que tal cuestión está
blecer si una proposición compuesta dada es necesaria­
íntimamente emparentada con otra de carácter más ge­
mente verdadera, necesariamente falsa o indeterminada.
neral: la del modo como se puede establecer una co­
Por desgracia, tales métodos, que son inatacables en la
nexión entre la realidad y el lenguaje. E n gran medida
lógica de las proposiciones, resultan insuficientes en otras
esta suposición es correcta si tenemos presante que la
ramas de la lógica. N o podemos detenernos aquí en una
lógica es, según se dijo, un lenguaje, y, más precisa­
cuestión que sobrepasaría el nivel de la exposición ele­
mente, uno de los lenguajes científicos — el lenguaje
mental adoptado en este volumen. Tampoco podemos
científico “ básico” — . Pero la cuestión de la conexión
detenernos en otras partes más complejas de la teoría de
entre la lógica — o el lenguaje lógico— y la realidad
la verdad lógica: aquellas en las cuales se introducen
no es simplemente un aspecto parcial de la cuestión de
60
61
la relación entre la realidad y el lenguaje. L a solución
dada a ésta no puede, pues, engendrar automáticamente
una solución para aquélla. Por una parte, el problema 2 1 . Doctrinas propuestas
"lenguaje-realidad” ofrece multitud de aspectos que no
interesan directamente al problema “ lógica-realidad” . P or Las teorías forjadas para resolver el problema anterior
otra parte, la cuestión “ lógica-realidad” suscita dificul­ han sido tan abundantes que hay en este respecto un
tades especiales que no plantea la cuestión “ lenguaje- verdadero embarras du choix. Cada una de las grandes
realidad” . E s, pues, forzoso considerar esta última te­ — y no pocas de las pequeñas— filosofías ha querido
niendo en cuenta como trasfondo la primera, pero sin hacer oír su voz en el debate. H e aquí algunas de las
hacer intervenir a ésta directamente. doctrinas más destacadas y a la vez más discutidas.
E l problema “ lógica-realidad” es fundamentalmente ( 1 ) E l acuerdo entre la lógica y la realidad es po­
un problema de aplicabilidad. Aplicamos la lógica — los sible, porque la realidad es últimamente de índole lógi­
esquemas lógicos, las leyes lógicas, las reglas lógicas— ca — o, mejor, lógico-racional— . Las descripciones no
a la realidad en el sentido de que ordenamos lógicamen­ lógicas se refieren entonces sólo a las apariencias de la
te los enunciados relativos a lo real. Los marcos lógicos realidad, pero no al "verdadero ser” o “verdadera subs­
como tales no dicen nada sobre lo real, pero nada es po­ tancia” de ésta. Basta, pues, desarrollar todas las impli­
sible decir acerca de él sin ayuda de los citados marcos. caciones de la lógica para aprehender conceptualmente
E l tipo de aplicabilidad no es, empero, el mismo las estructuras fundamentales de lo real.
cuando se trata de las leyes lógicas (o principios lógicos)
( 2 ) E l acuerdo se debe a que el pensar lógico (en ­
y cuando se trata de las reglas lógicas (o , más exacta­
tonces frecuentemente identificado con “ la Razón” o
mente, metalógicas). Las leyes establecen los modos,
con “ el Pensamiento” ) y la realidad (en tal caso equi­
como alojamos nuestros enunciados en frases lógicas. L as
parada con "el Ser” ) son dos aspectos de un mismo y
reglas prescriben las maneras como usamos las frases ló­
único “ Ente” , el cual se manifiesta a veces como “ pensar
gicas, es decir, regulan nuestro lenguaje lógico. Por tal
lógico” y a veces como “ ser real” .
motivo, la cuestión "lógica-realidad” se plantea con toda
propiedad sólo cuando nos referimos a las leyes, por ( 3 ) Se debe a que cuanto llamamos realidad es
medio de las cuales manejamos de un modo más directo simplemente una proyección de nuestro pensar. En la
— aunque siempre considerablemente remoto— la rea­ medida en que este pensar es lógico, se concluye que
lidad. Tales leyes no se reducen a los principios presen­ la realidad es también lógica. D e hecho, el vocablo
tados en las secciones 11, 12 y 13, pero el lector puede ‘acuerdo’ resulta harto inadecuado para referirse a una
tenerlos en cuenta para comprender las diferentes doctri­ concepción que ha suprimido previamente uno de los
nas propuestas con el fin de solucionar nuestra cuestión. términos del problema.
62 63
( 4 ) E l sujeto que conoce no es ni un mero espejo
que refleja pasivamente la realidad ni un centro activo se supone que el lenguaje es un conjunto de conven­
y creador que la engendra: es una conciencia que or- ciones por medio de las cuales hablamos acerca de lo
dena el supuesto caos de las impresiones de acuerdo real, se concluye que las leyes lógicas son asimismo
con ciertas categorías. Como estas categorías responden convenciones — convenciones “ estilizadas” — . N o hay,
a ciertas estructuras lógicas, se puede decir que lo que pues, conflicto entre lógica y realidad, pero no hay
tampoco identificación de la una con la otra o deriva­
hay de lógico en la realidad es lo que el sujeto en tan-
ción de una partiendo de otra. D e hecho, no hay una
to que sujeto cognoscente ha extraído previamente de
lógica, sino muchas lógicas posibles; la adopción de
las normas lógicas, imponiendo la lógica — y, con ella,
una de ellas depende de su capacidad para operar so­
el orden— a lo real.
bre ciertos aspectos de lo real.
( 5 ) L a realidad no es de índole lógica, pero está
( 9 ) Los principios lógicos son simples tautologías.
articulada y ordenada de tal forma, que los principios
N o se puede hablar de su coincidencia con lo real,
pueden, y deben, seguir fielmente tales articulaciones.
pues son fórmulas enteramente vacías.
L a lógica no depende enteramente de la realidad, ni es
una imposición de la mente a la realidad, pero las leyes ( 1 0 ) E s posible operar sobre la realidad mediante
lógicas están de algún modo fundadas en la estructura formas lógicas, pero ello no significa ni que tales formas
de lo real. sean meras convenciones, como las que adoptamos al
jugar al billar, al tenis, al ajedrez, etc., ni tampoco que
( 6 ) Los principios lógicos son generalizaciones de
sean simples tautologías o fórmulas vacías. A diferencia
observaciones efectuadas sobre lo real. A medida que
de las leyes naturales, y de modo semejante a las leyes
Se van ejecutando abstracciones sobre la realidad se van
convencionales de los juegos, las leyes lógicas pueden
obteniendo relaciones cada vez más generales: el lími­
no ser obedecidas. Pero análogamente a las leyes natu­
te de este proceso — o este proceso proyectado ideal­
rales, y a diferencia de las leyes meramente convencio­
mente al límite— da lugar a las leyes lógicas.
nales, las leyes lógicas se imponen de algún modo, pues
( 7 ) Los principios lógicos pertenecen a una clase es­
son usadas en relación con el conocimiento de la realidad.
pecial de “objetos” , de los cuales no puede predicarse
Analizar o discutir con detalle cada una de estas con­
la existencia empírica ni la existencia supraempírica (o
cepciones nos llevaría muy lejos. N o s limitaremos a for­
“ metafísica” ) , sino otro tipo de existencia: la existencia
mular algunas observaciones críticas sobre cada una de
“ ideal” , la “ subsistencia” , la “ consistencia” , la “ objeti­
ellas y a destacar lo que en varias de ellas nos parece
vidad” , etc., etc.
plausible.
( 8 ) Los principios lógicos son, en último término,
Las soluciones ( 1 ) , ( 2 ) y ( 3 ) exigen un número
reglas del lenguaje. Ahora bien: del mismo modo que
demasiado crecido de suposiciones, todas ellas incompro­
64
65
conjunto de leyes lógicas adoptadas, hay que reconocer
badas e incomprobables. Además, es difícil comprender
que choca con los modos efectivos como se lleva a cabo,
lo que significa que la realidad sea de “índole lógica” ,
qué sea ese "Ente” que puede ser a la vez lógico y real, tanto en el lenguaje ordinario como en el científico, se­
o cómo el pensar es capaz de engendrar cualquier cosa mejante aplicación.
— y menos que ninguna “ la” realidad— . Por si estos L a solución ( 6 ) puede explicar la génesis psicológica
inconvenientes fueran pocos, tales soluciones postulan de ciertas leyes lógicas; poco o nada dice, en cambio,
lo que se trataba justamente de demostrar: afirman que acerca de nuestro problema. Por otro lado, la observa­
la lógica y la realidad concuerdan, porque son en últi­ ción empírica por sí sola no permite alcanzar nunca los
mo término lo mismo, o porque son manifestaciones de principios lógicos ni, en general, ninguna proposición
lo mismo, o porque una produce a la otra. sobre los llamados por algunos “ objetos ideales” (lógi­
L a solución ( 4 ) se presta a menos críticas. E s un cos, matemáticos, etc.). Así como las propiedades de
hecho que el sujeto cognoscente no es un espejo pasivo los triángulos con los cuales operan los geómetras no
— y completamente fiel— de lo que llamamos "la reali­ pueden comprobarse jamás en la realidad, tampoco las
dad” . Pero decir que el sujeto cognoscente utiliza cier­ leyes lógicas son comprobables por el mismo camino.
tas categorías para entender lo real no explica aún cómo L o único que puede decirse en abono de dicha solución
y por qué tales categorías son calcadas de los elementos es que ciertas leyes lógicas y las relaciones matemáticas
lógicos. E l problema de la conexión entre la lógica y pueden concebirse como proyecciones ideales, pero ni
la realidad se retrotrae entonces a la cuestión de la co­ esto sucede con todas ni, una vez obtenidos los límites
nexión entre la lógica y las categorías. buscados, sabemos por qué tales límites, que sobrepa­
L a solución ( 5 ) contiene dos aspectos: ( a ) la su­ san toda observación, pueden ser manejados para ser
posición de que hay en la realidad algo lógico que per­ aplicados a ulteriores observaciones.
mite reseguir sus articulaciones; ( b ) la afirmación de Las diversas formas de la solución ( 7 ) son respues­
que de algún modo la lógica está fundada en el ser de tas al problema sobre el status ontológico de las “ leyes
lo real. E l primer aspecto es muy discutible, sobre todo ideales” ; como la solución ( 6 ) , la ( 7 ) dice, pues, po­
en la medida en que se acerca a la solución ( 1 ) . El se­
co acerca de nuestro problema. Puede alegarse que,
gundo aspecto es plausible; por desgracia, la doctrina
puesto que los principios lógicos no “existen” , sino que
según la cual las leyes lógicas tienen “ un fundamento
“subsisten” — o “consisten” — , la cuestión de su aplí-
en la realidad” es harto vaga. Si con ello se quiere de­
cabilidad a lo real es idéntica a la cuestión de la relación
cir que el lenguaje de la lógica forma parte de los len­
entre la idealidad en general y la realidad, y que puede
guajes informativos, a los cuales sirve de base, no hay
inconveniente en admitirla. Si se pretende sugerir que afirmarse, según los casos, su coincidencia última, su pa­
la estructura de la realidad determina unívocamente el ralelismo, etc. Estimamos, empero, que una solución

66 67
gía y abren el camino para el descubrimiento incesante
fto puede consistir en plantear otro problema susceptible
de nuevas fórmulas y leyes.
de diversas otras soluciones y que, a menos de ser refi­
L a solución ( 1 0 ) es más sutil que las otras y con­
nada considerablemente, la doctrina de la “ subsistencia”
tiene, a nuestro entender, mucho que debe ser admi­
no es necesaria: la cuestión de las “ descripciones” que
tido como válido. Sin embargo, no destaca los motivos
no describen nada y que a pesar de esto son lógicamen­
fundamentales por los cuales se supone que las formas
te admisibles, puede resolverse — y ha sido resuelta—
lógicas no son ni meras convenciones lingüísticas ni
de otros modos menos inútilmente complicados. Por
invariantes que tienen un fundamento objetivo sólo en
desgracia, no podemos extendernos aquí sobre un pro­
la propia lógica. Además, aunque la solución recono­
blema que desbordaría el nivel elemental de nuestra ce la distinción entre leyes y reglas lógicas, no parece
exposición. que la subraye suficientemente. Parece, pues, conve­
L a solución ( 8 ) es correcta en tanto que destaca que niente ensayar una solución de carácter más amplio.
las expresiones lógicas pertenecen a un lenguaje. Olvida,
empero, que aun las reglas lógicas no son enteramente
arbitrarias y convencionales, sino que están guiadas por 2 2 . Ensayo de solución
ciertas exigencias, las cuales vienen determinadas, en
último término, por el conocimiento de la realidad — o, Muchas de las soluciones fallan, porque consciente
si se quiere, por los grupos de teorías forjadas con vis­ o inconscientemente tienden a suponer que lógica v
tas al conocimiento de la realidad— . L a convenciona- realidad son dos “ cosas” que deben relacionarse de al­
lidad y “ arbitrariedad”, por lo tanto, además de mani­ guna manera, ya sea derivando una de la otra, ya sea
festarse menos aún en las leyes que en las reglas, opera encontrando un común fundamento para ambas. Otras
sólo cuando se manejan símbolos sin significación, pe­ soluciones son defectuosas, porque separan tan comple­
ro no — o mucho menos— cuando los símbolos son tamente la lógica de la realidad, que la aplicación de la
interpretados. Es cierto que no hay un solo sistema ló­ primera a la segunda resulta luego inconcebible. Otras,
gico, sino varios posibles sistemas lógicos. M as la elec­ finalmente, son inadmisibles, porque en vez de centrar
ción de un sistema, por convencional que éste sea, no la cuestión en la aplicabilidad mencionada prefieren ex­
es a su vez una operación convencional. plicar lo que son las leyes lógicas, o bien de qué modo
L a solución ( 9 ) ofrece dificultades técnicas que no se originan en el espíritu de quienes las usan.
podemos desarrollar aquí. Apuntaremos sólo que los Ahora bien: la lógica y la realidad no sólo no pue­
límites que se han descubierto para llevar a cabo una den ser dos “ cosas” relacionadas entre sí, mas tampoco
axiomatización completa de ciertos sistemas formales, son respectivamente una forma y un contenido al cual
impiden que la lógica entera sea una ingente tautolo­ aquélla se aplica. ‘Lógica’ es, por lo pronto, el nombre

68 69
que se da a ciertas operaciones por medio de las cuales sean más satisfactorias que otras depende en considera­
describimos ciertos modos posibles de ordenación de ble medida de la propia realidad.
realidades, efectivas o meramente posibles. A su vez Con ello obtenemos dos ventajas. En primer lugar,
‘realidad’ es, por lo pronto, el nombre que se da a no tenemos que separar por completo las diferentes or­
ciertos modos posibles de comportamiento de lo dado denaciones de hechos, del lenguaje lógico mediante el
a nuestras percepciones o inferido mediante nuestras cuál las describimos, o en el cual las alojamos. Las for­
percepciones. Así consideradas, la lógica y la realidad mas lógicas siguen refiriéndose a los hechos, aunque de
constituyen dos órdenes — órdenes diversos, múltiples, modo indirecto, pues se limitan a ordenar las distintas
cambiantes según las varias disposiciones de sus par­ estructuras en las que pueden presentarse los hechos. En
tes— . Por este motivo no puede decirse que las expre­ segundo término, no nos vemos obligados a establecer
siones de que se vale la lógica sean entidades “ subsis­ ninguna identificación — empírica o metafísica— entre
tentes” o “consistentes” , fórmulas vacías de todo conte­ la lógica y la realidad. Ambas poseen su propio modo
nido, convenciones más o menos cómodas, normas lin­ de “ ser” y, junto a ello, sus propios modos de ordena­
ción. Por eso podemos hablar lógicamente acerca de lo
güísticas, o idealizaciones de nuestras observaciones o
real sin por ello suponer ni que imponemos — por con­
experiencias. L a adecuación de la lógica a la realidad
vención o por necesidad— nuestro pensar lógico a la
es la adecuación entre dos modos de ordenaron.
realidad, ni que nos limitamos a reflejar pasivamente las
Sucede de este modo que la lógica se relaciona con
estructuras de esta realidad.
la realidad no en la forma de una copia ni siquiera en
A las citadas dos ventajas se agrega otra: la de poder
la de una analogía, sino de un modo isomórfico. Las entender de un modo sumamente flexible el menciona­
operaciones lógicas, y en particular las leyes lógicas, do concepto fundamental de “ aplicabilidad” . En efec­
se aplican, pues, al orden de la realidad — o a los dis­ to, la lógica no es simplemente aplicable a lo real;
tintos órdenes de la realidad— de modo parecido a co­ e;s aplicable a los órdenes de lo real de muy distintas
mo “ aplicamos” un mapa a la realidad para nuestra me­ maneras y en muy varios niveles. Esto explica que la
jor orientación en ella. E l mapa nos proporciona un aplicabilidad de la lógica sea tanto mayor cuanto más
cierto conocimiento de lo real, pero no nos dice lo que susceptible de ordenación sea el orden al cual se refiere.
la realidad es, sino únicamente cómo se halla estructu­ Así, la aplicabilidad de la lógica es máxima en la mate­
rada — o, si se quiere, los distintos modos como puede mática, menor en la física o en la biología, y escasa ( aun­
ser estructurada— . Mediante la lógica cuadriculamos, que no inexistente) en el lenguaje de la vida cotidiana.
por así decirlo, lo real. A tal efecto usamos ciertas con­
venciones, por cuanto lo real puede cuadricularse de
muy diversos modos. Pero el que unas convenciones
70 71
B I B L I OGR A F Í A
Nos limitaremos a señalar algunos libros sobre lógica y
problemas lógicos escritos en español o traducidos al español.
Para la lógica de orientación aristotélico-escolástica, y es* ÍNDICE
pecialmente aristotélico-tomista (llamada a veces "lógica tra­
dicional” ), puede consultarse la Lógica formal (o Pequeña Pag.
lógica), de J a c q u e s M a r i t a i n . Todos los tratados de fi-
losofía escoIasHca"^yr rieoescolástlca contienen asimismo una I* N aturaleza de la l ó g i c a ............................. 7
parte consagrada a la lógica formal. 1. Dos ejemplos de so fism a s ........................... 7
Para la lógica orientada en Bolzano, Brentano y, sobre to- 2 . La simplificación del le n g u a je .................... 10
do, Husserl y Pfaender, el volumen de F r a n c i s c o R o m e r o 3. El lenguaje lógico ....................................... 12
y E . P u c c i a r e l l i , Lógica, el cual contiene asimismo ele­ 4 . El ideal de la p re c isió n ............................... 16
mentos de la teoría del conocimiento y de la metodología de 5. Características de la lógica ......................... 19
las ciencias, y el libro de A. P f a e n d e r , Lógica. Las ideas 6. Lógica , metalógica y semiótica .................... 25
lógicas de H u s s e r l , en las Investigaciones lógicas de este
autor, traducidas por M . García Morente y José Gaos. II. E lementos de la lógica .......................... 27
7. Términos y proposiciones ............................. 27
Para la lógica concebida como disciplina regulativa de las
8. Comprensión y exten sión ............................... 30
ciencias: M . R . C o h é n , Iniciación a la lógica.
9 . Leyes lógicas y reglas ló g ic a s ........................ 32
Para la lógica orientada en la teoría del conocimiento: 10. Clases de proposiciones ............................... 33
K . J. G r a u , Lógica. 11. El principio de id e n tid a d ............................. 35
Para la lógica simbólica o matemática: Jo sé F e r r a t e r 12. E l principio de contradicción ...................... 37
M o r a y H . L e b l a n c , Lógica matemática; M . G r a n e l l , 13. El principio del tercio excluso ................... 38
Lógica; F. M ir ó Q u e s a d a , Lógica, y G. S t a h l , Intro- 14. Los enunciados cuantificados ........................ 40
ducción a la lógica simbólica. Todos estos libros han sido es­ 15. Los silo g ism o s ................................................ 42
critos directamente en español. Entre las obras traducidas 16. Las clases ...................................................... 47
descuella la de A. T a r s k i , Introducción a la lógica y a la 17. Las relaciones ................................................ 51
metodología de las ciencias deductivas. 18. Las m odalidades ............................................. 52
19. La verdad y la fa ls e d a d ............................... 55
Información sobre trabajos actuales en historia de la ló­
gica se encontrará en los artículos del autor del presente libro: III, L ógica y realidad .......................................... 61
"D os obras maestras de historia de la lógica” , Notas y estu­ 2 0 . El problema .................................................. 61
dios de filosofía, IV ( 1 9 5 3 ) , 1 4 5 -1 5 8 , y "D e Boecio a 21. Doctrinas prop u estas ...................................... 63
Alberto de Sajonia: un fragmento de historia de la lógica” , 22 . Ensayo de solución ...................................... 69
Imago Mundi, I, 3 ( 1 9 5 3 ) , 3-22.
Bibliografía ............................................... 72
72
1 .— -T — 1 ............

C O L E C C IÓ N ESQUEMAS

1. F r a n c is c o R o m e r o , Q u é es la filosofía ( 3? e d .) . . . . $ 12
2. J o r g e L u i s B o r g e s , E l “ M artín Fierro” . (Con la colabo­
ración de Margarita Guerrero.) ( 2 ? e d .) .............................. „ 8
3. J u l io E. P ayró , E l im presionismo en la pintura ( 2 * e d .) „ 10
4. V i c e n t e F a t o n e , Introducción al existencialism o ( 3 ?
edición) .............................................................................................. ,, 12
5. M a r c o s V ic t o r ia , Q u é es el psicoanálisis ( 2 * e d .) . . „ 8
ó. C a r m e l o M . B o n e t , E scu elas literarias ( 2 * e d .) . . . . ,, 8
7. J o r g e R o m er o B r e s t , Q u é es el arte abstracto ( 2 * ed.) ,, 10
8. José Luis R o m e r o , L a cultura o c c i d e n t a l .................... „ 8
9. J u l i á n M a r ía s , Id ea de la m etafísica ( 2 * e d . ) .............. „ 10
10. A l f r e d o L. P a l a c io s , M asas y élites en Iberoam érica
( 2 * e d . ) ................................................ ........................................... „ 12
11. I s m a e l Q u i l e s , Q u é es el catolicism o ( 2 * e d . ) ........... ,, 12
12. Luís J u a n G u e r r e r o , Q u é es la belleza ( 2 ? e d .) . . . „ 12
13. B. F o s t e r S t o c k w e l l , Q u é es el protestantism o ( 2 ?
edición) ............................................................... ............................. „ 12
14. Á. M e l i Án L a f i n u r , El rom anticism o l i t e r a r i o ........... „ 10
15. F r a n c is c o R o m e r o , U bicación del hom bre ................ „ 10
16. J. M. M o n n e r S a n s , Introducción al teatro del siglo X X „ 10
17. V i c e n t e F a t o n e , E l hom bre y D ios ........................... „ 10
1 8 . G u il l e r m o d e T o r r e , Q u é es el su p e r re a lism o ........... „ 10
19. José B a b i n i , Q ué es la ciencia ...................................... „ 12
2 0 . M a r c o s V ic t o r ia , Introducción a la psicología . . . „ 12
21. J u l io E. P ayró , Q u é es el “ fauvism o” ........... . ........... „ 12
2 2 . B e r n a r d o A. H o u s sa y , L a investigación científica . . . „ 12
2 3 . O sv a l d o L o u d e t , Q u é es la l o c u r a ............................. >, 12
2 4 . R a f a e l A. A r r ie t a , Introducción al m odernism o literario „ 12
2 5 . R o d o l fo M o n d o l f o , E l genio helénico ....................... „ 12
2 6 . D e s id e r i o P a p p , Q ué es el á t o m o .......................... . „ 12
2 7 . F. E sc a r d ó , Q ué es la p e d i a t r í a ................................... „ 12
2 8 . K u r t P a h l e n , Q ué es la m úsica .................................. ,, 12
2 9 . T e ó f il o I s n a r d i , T eo ría de la relatividad .................. „ 12
3 0 . á n g e l V a s s a l l o , E l problem a m oral ......................... „ 12
31. R o d o l fo M o n d o l f o , A rte , religión y filosofía de los
griegos ........................... ..................................................... „ 12
3 2 . N ic o l á s R e p e t t o , Q u é es él socialism o .................... „ 12
3 3 . José F e r r a t e r M o r a , Q u é es la l ó g i c a .................... „ 12
3 4 . J u a n M a n t o v a n i , L a crisis de la educación .............. „ 12

EDITORIAL COLUMBA

SARMIENTO 1889, 5“ piso BUENOS AIRES


(V ie n e de la solapa anterior.)

las más hondas y vitales preocupa­


ciones de la hora, como el análisis
y la discusión rigurosa de difíciles
cuestiones teóricas, Lntre sus libros
se destacan tal sentido de la muerte,
L l nomore en la encrucijada, Cua­
tro vuiones de la histona universal,
Variaciones sobre el espimu, Cues-
tiones disputadas y Unamuno: bos-
quejo de una jilosojía. L n colabora­
ción con el prolesor 11. Leblanc ha
puDiicaüo una notable Lógica mate-
matica, en la cual se exponen más téc­
nicamente algunos de los temas con­
tenidos en el presente libro. L a ver­
sación de Ferrater Mora en esta ma­
teria es ya generalmente reconocida,
y su capacidad especulativa se ates­
el^S d'k™ i-Se termin de imprimir tigua en que no se restringe, como
Ileres
«eres G r ffic
G rá * 957 en 1L° * Vr
r o*s* Argentinos suelen otros tratadistas, al aspecto
Rosso, Doblas ,
951 Buenos A i r í meramente operativo o funcional, si­
no que advierte y examina los asun­
tos de fondo, el sentido y las impli­
caciones que confieren al formalismo
lógico su plena dignidad filosófica.
Qué es la lógica, pues, no se limi­
ta a exponer en forma clara y senci­
lla los elementos de esta disciplina,
sino que plantea asimismo el proble­
ma de la naturaleza de la lógica y el
de la relación entre la lógica y la
realidad. Las páginas sobre esta última
cuestión pueden ser consideradas co­
mo una valiosa contribución original
a un tema metafísico muy debatido.
Francisco Romero.

También podría gustarte