La Memoria en La Interpretación Pianistica
La Memoria en La Interpretación Pianistica
La Memoria en La Interpretación Pianistica
Córdoba, 2015
TITULO: La memoria en la Intepretación pianística: su evaluación en el contexto
de la Enseñanza musical superior
www.uco.es/publicaciones
[email protected]
TITULO DE LA TESIS: La memoria en la lnterpretación pianírstica: su evaluación en el
contexto de la enseñanza musicalsuperior
ffi*rx
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Programa de Doctorado: Psicología Aplicada
TESIS DOCTORAL
Directoras
Dra. Rosario Ortega Ruiz
Dra. Esther María Vega Gea
Córdoba, 2015
A mi padre
“The ordinary person may lead a blameless life although unable to explain the true cause of
error. For the teacher this is impossible. It is his business to understand the real cause of
error and to be able to remove them!” (J. Adams)
5|
Agradecimientos
En primer lugar expresar mi gratitud a mi tutora, Dra. Rosario Ortega, por orientar y guiar
con generosidad y dedicación mi etapa de formación como doctorando. Agradecer la labor
de asesoramiento en estadística que con paciencia me han brindado mi co-directora Dra.
Esther Vega y Olga Gómez, con las que siempre estaré en deuda. A mi hermano Luis
Rubén por su intensa labor de corrección y su confianza en mi trabajo. A mi madre, a
Laura y a mis sobrinas que siempre han estado y estarán a mi lado. A Indalecio por su
comprensión en los malos momentos y por su cariño incondicional. A todos mis
compañeros de conservatorio que me han ofrecido desinteresadamente su colaboración y
sus consejos, fruto de la experiencia de años de dedicados a enseñar. Y a los verdaderos
promotores de este proyecto, nuestros alumnos, cuyas metas e inquietudes han guiado el
trabajo de principio a fin.
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CONTENIDO
RESUMEN ................................................................................................................ 19
ABSTRACT ................................................................................................................ 21
INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 23
9|
3.7. Imaginación, Expresividad y Movimiento ............................................................ 124
3.8. Hacia una memoria explícita: ensayo de elaboración .......................................... 129
3.8.1. Verbalización ................................................................................................. 131
3.8.2. Repetición elaborativa en la superación del efecto de dependencia
contextual.................................................................................................................. 132
3.8.3. El papel de la improvisación ....................................................................... 138
3.9. Estrategias de repetición: segmentación e integración ....................................... 140
3.10. Etapas en el proceso de aprendizaje memorístico ............................................ 143
10 |
Capítulo 5. Resultados e interpretación de los datos ............................................... 213
11 |
Bibliografía de referencia ......................................................................................... 281
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ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Fases y procesos de la investigación ........................................................................... 167
Tabla 2. Alumnado matriculado en la especialidad de piano en Andalucía 2012/2014 ..... 169
Tabla 3. Estadístico descriptivo de la edad de la muestra ....................................................... 173
Tabla 4. Estadístico descriptivo de la distribución de la muestra por edades ...................... 174
Tabla 5. Distribución de la muestra por curso y género ......................................................... 174
Tabla 6. Estadístico descriptivo de la muestra según el Conservatorio donde cursan sus
estudios .................................................................................................................................. 175
Tabla 7. Dimensiones, variables e indicadores implicados en la Investigación ................... 177
Tabla 8. Tipos de ítems agrupados por variedad de respuesta ............................................... 180
Tabla 9: Bloque I de preguntas para el estudio de los años de práctica memorística ......... 182
Tabla 10. Bloque II de preguntas para el estudio de la variable Actividades y Metas profesionales
................................................................................................................................................ 183
Tabla 11: Bloque III de preguntas para el estudio de la variable Utilidad ............................. 185
Tabla 12. Bloque IV de preguntas para el estudio de la variable Valor................................. 186
Tabla 13. Bloque V de preguntas para el estudio de la variable Ansiedad Cognitiva ......... 187
Tabla 14. Bloque VI de preguntas para el estudio de la variable Autoeficacia .................... 188
Tabla 15. Bloque VII de preguntas para el estudio de la variable Memoria Analítica-Organizativa
................................................................................................................................................ 189
Tabla 16. Bloque VIII de preguntas para el estudio de la variable Modalidad perceptual-contextual
................................................................................................................................................ 189
Tabla 17. Bloque IX de preguntas para el estudio de la variable Memoria Gestual –emocional
................................................................................................................................................ 190
Tabla 18. Bloque X de preguntas para el estudio de la variable Memoria Conceptual-elaborativa
................................................................................................................................................ 191
Tabla 19. Bloque XI de preguntas para el estudio de la variable Regulación de la Práctica
memorística ........................................................................................................................... 192
Tabla 20. Descriptivo del cuestionario de valoración de expertos ........................................ 194
Tabla 21. Selección de ítems para valoración temática por expertos .................................... 197
Tabla 22. Frecuencia de opción de respuesta correcta en el emparejamiento ítem-tema del
cuestionario de evaluación .................................................................................................. 199
Tabla 23. Porcentaje de tiempo estimado de cumplimentación del cuestionario general .. 203
Tabla 24. Estadístico descriptivo de los ítems que conforman el CCMMP ......................... 213
Tabla 25. Índice KMO y prueba de Esfericidad del CCMMP ............................................... 214
13 |
Tabla 26. Ítems del CCMIP con los pesos factoriales estandarizados, sus comunalidades y
los autovalores de cada componente ................................................................................ 215
Tabla 27. Índices de ajuste del CCMMP para el modelo de cuatro dimensiones del CCMMP
................................................................................................................................................ 216
Tabla 28. Análisis de la consistencia interna de las distintas subescalas del CCMMP ........ 219
Tabla 29. Estadístico descriptivo de los ítems que conforman el CEMIP ........................... 220
Tabla 30. Índice KMO y prueba de Esfericidad del CCMMP ............................................... 221
Tabla 31. Ítems del CEMIP con los pesos factoriales y estandarizados, sus comunalidades y
los autovalores de cada componente ................................................................................ 222
Tabla 32. Índices de ajuste del CCMMP para el modelo de cinco dimensiones del CEMIP
................................................................................................................................................ 223
Tabla 33. Análisis de la consistencia interna de las distintas subescalas del cuestionario
Modalidad Memorística....................................................................................................... 226
Tabla 34. Descriptivo de las variables motivacionales............................................................. 226
Tabla 35. Descriptivo de las estrategias memorísticas ............................................................. 229
Tabla 36. Correlación entre las Creencias motivacionales y las estratégicas en la
memorización pianística...................................................................................................... 231
Tabla 37. Correlación ente las variables del CCMIP y CEMIP según el índice de correlación
de Pearson ............................................................................................................................. 233
Tabla 38. Estadísticos descriptivos de Años de práctica memorística por Curso académico. 234
Tabla 39. Comparación de medias para Creencias motivacionales y Estrategias de
memorización (variable de agrupación Curso académico) .................................................. 234
Tabla 40. Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Experiencia en práctica memorística) .................................................................... 238
Tabla 41. Prueba U de Mann-Whitney para muestra independientes para las variables de
Utilidad (variable de agrupación Experiencia en práctica memorística) ................................. 239
Tabla 42. Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Experiencia en tocar de memoria en público) ......................................................... 241
Tabla 43. Descriptivo del ítem “Inicio la memorización desde el primer acercamiento o
lectura de la partitura” ......................................................................................................... 244
Tabla 44. Estimación de la media y desviación típica de las variables del CCMMP y CEMIP
(variable de agrupación Inicio de la memorización en la etapa preliminar del planeamiento
instrumental) ............................................................................................................................ 244
14 |
Tabla 45. Correlación entre la frecuencia en el inicio de la memorización en la etapa
preliminar y la variables motivacionales ........................................................................... 246
Tabla 46. Correlación entre la frecuencia en el inicio de la memorización en la etapa
preliminar y las estrategias de memorización ................................................................... 246
Tabla 47. Descriptivo de medias y Prueba U de Mann-Whitney para las variables de los
CCMMP y CEMIP (variable de agrupación Participación en concursos) ................... 249
Tabla 48. Correlación entre años de práctica memorística y Metas Profesionales ................... 250
Tabla 49. Frecuencia y porcentaje de preferencia por una Meta profesional ........................... 251
Tabla 50. Correlación entre las variables motivacionales y variables Metas profesionales ...... 251
Tabla 51. Correlación entre las estrategias de memorización y las variables Actividades y metas
profesionales.............................................................................................................................. 253
Tabla 52. Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Género) ............................................................................................................. 255
Tabla 53. Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Conservatorio Superior de Música) .............................................................. 257
15 |
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Relación entre experiencia y rendimiento en el logro de la competencia experta 59
Figura 2. Creando automatismo como principio de la memorización (de elaboración propia
adaptado de Levin, 1992) .................................................................................................... 103
Figura 3. Captura del formulario Google Docs del cuestionario La memoria en la
Interpretación Pianística ..................................................................................................... 205
Figura 4. Histograma de la distribución de respuestas a los ítems del CCMMP ................. 214
Figura 5. Coeficientes estandarizados del AFC en los ítems del CCMMP ........................... 217
Figura 6. Histograma de la distribución de respuestas a los ítems del CEMIP ................... 220
Figura 7. Coeficientes estandarizados del AFC en los ítems del CCMMP ........................... 223
Figura 8. Puntuaciones medias por cada factor del CCMIP ................................................... 228
Figura 9. Puntuaciones medias por cada factor del CEMIP................................................... 231
Figura 10. Porcentaje de participantes de la variable Experiencia en práctica memorística ........ 235
Figura 11. Porcentaje por cada nivel de Experiencia en tocar de memoria en público .................. 236
Figura 12. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por
cada nivel de Experiencia en práctica memorística .................................................................. 237
Figura 13. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por
cada nivel de Experiencia en tocar de memoria en público ....................................................... 240
Figura 14. Comparativa de media de años entre la variable Primera experiencia en práctica
memorística y Experiencia en tocar de memoria ......................................................................... 242
Figura 15. Comparativa de media de años entre la variable Primera experiencia en tocar de memoria
en público y Experiencia en tocar de memoria en público ............................................................ 243
Figura 16. Distribución de las repuestas al ítem “Inicio la memorización desde el primer
acercamiento o lectura de la partitura” ............................................................................. 244
Figura 17. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP a
tenor de la frecuencia en el inicio de la memorización en la etapa preliminar de la
práctica instrumental ........................................................................................................... 245
Figura 18. Distribución de los sujetos en función de la variable Participación en concursos.... 247
Figura 19. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP en
función de la variable Participación en concursos ................................................................... 248
Figura 20. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por
Género ..................................................................................................................................... 254
Figura 21. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por
Conservatorio ....................................................................................................................... 256
16 |
TABLAS ANEXOS
Tabla A. 1. Estadísticos univariados del Cuestionario CCMMP............................................ 323
Tabla A. 2. Estadísticos univariados del Cuestionario CEMIP.............................................. 324
Tabla A. 3.Descriptivo de respuestas y puntuaciones de los ítems del CCMIP .................. 325
Tabla A. 4. Descriptivo de respuestas y puntuaciones de los ítems del CEMIP ................. 326
Tabla A. 5. Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov de las variables de los CCMMP y
CEMIP .................................................................................................................................. 327
Tabla A. 6. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para Creencias Motivacionales y Estrategias
de memorización (variable de agrupación Curso académico) ............................................ 327
Tabla A. 7. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP
(variable de agrupación Experiencia en práctica memorística) ............................................... 328
Tabla A. 8. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP
(variable de agrupación Experiencia en tocar de memoria en público ..................................... 329
Tabla A. 9. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP
(variable de agrupación Participación en concursos) .............................................................. 330
Tabla A. 10. Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov para las variables de los CCMMP
y CEMIP (variable de agrupación Género) ........................................................................ 330
Tabla A. 11. Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov para las variables de los CCMMP
y CEMIP (variable de agrupación Conservatorio Superior de Música) ................................ 331
17 |
RESUMEN
Introducción: La memoria es una de las facetas más apreciadas en el área de la praxis interpretativa por las
ventajas artísticas y técnico-interpretativas atribuidas en el logro de una óptima Interpretación, lo que ha
determinado su obligada integración en los procesos de enseñanza-aprendizaje conducentes a la cualificación
profesional. Con el propósito de afrontar el reto de la mejora de los principios instruccionales, el objetivo
principal de este trabajo ha sido evaluar aquellos factores que se dan en los procesos de memorización
considerados claves para el desarrollo de la excelencia por la teoría del desarrollo de la competencia experta
(Chase y Ericsson, 1982; Ericsson, Krampe, y Tesch-Romer ,1993) y la Psicología de la Música (Hallam, 1995;
Misrha, 2004; Chaffin e Imreh, 1997; Lehmann, Sloboda y Woody, 2007; McPherson y Zimmerman, 2002). Así
mismo, dada la escasez de instrumentos de indagación adecuados a esta área del conocimiento, al menos en el
contexto español, se sugiere la necesidad de contribuir con instrumentos válidos y fiables adaptados a la
singularidad del contexto.
Conclusiones: La conclusión general de esta investigación pone de manifiesto que la relación encontrada entre
las preferencias en el uso de técnicas de memorización, el enfoque de su práctica individual y sus creencias
motivacionales determina distintos formas de cómo los estudiantes abordan los procesos de memorización. El
conocimiento obtenido por parte del enseñante derivará en mejoras directas tanto en la diagnosis didáctica
como en la consideración de métodos innovadores que optimicen las capacidades de nuestros estudiantes a fin
de desarrollar al máximo sus competencias instrumento-musicales.
19 |
ABSTRACT
Introduction. Focusing on musical praxis, memory is one of the most appreciated skills thanks to its artistic
and technical advantages which are attributed by the professional performers for achieve an optimal
interpretation. This fact have determined its forced integration into the teaching-learning processes for
professional qualification. In order to improve the instructional principles, the main aim of the present work
has been to evaluate the factors involved in the memorization process which are considered crucial for the
professional excellence following the General Theory of Expertise (Chase & Ericsson, 1982; Ericsson, Krampe
& Tesch-Romer, 1993) and Psychology of Music (Hallam, 1995; Mishra, 2004; Chaffin & Imreh, 1997;
Lehmann, Sloboda & Woody, 2007; McPherson & Zimmerman, 2002). Likewise, the Spanish context has
certain lack of adequate tools for the knowledge area previously expressed -musical praxis-, so it is appropriate
provide valid instruments according to the singularity of the mentioned context.
Content. The research model is presented as a quantitative approach resulting of a non-experimental transverse
methodology. It was fixed on the particular inquiry developed which was designed according to the target and
being considered as a proper tool for obtaining a empirical evidence about the topic. For its implementations,
it was carried out on a specific piano student's profile from higher education at Andalusian public centers.
Through Exploratory and Confirmatory Factorial Analysis, it has been indicated the good adjustment indices
and reliability rates in both models developed. First model identifies four motivational variables; utility, value,
self-efficacy and cognitive anxiety. Second one identifies five types of memorizing strategies; analytical-
organizational memory, perceptual-contextual memory, emotional-gestual memory and self-regulation
processes or meta-cognition. Primarily, the results obtained suggest that students who achieve high rating on
positive motivational variables have lower anxiety degree for memory performing, showing a greater
commitment to dig deeper into the musical material memorized. Nevertheless, use of those strategies do not
reduce the fear for failure during the memory recovery, so it is verified that the use of elaborative-repetition
strategies promotes improving about negative thinking which is generated by the goal of public memory
performance. Secondly, it is found significant differences between certain motivational variables and strategies
by reason of experience, timing of learning process in which the memorizing began, as well as the contextual
elements, professional expectations, learning ambient or gender.
Conclusions. It has been demonstrated that there is relationship between preferences in the use of memorizing
techniques, the focus degree on individual practice and the motivational beliefs, being determined different
ways in which students approach to memorizing process. The knowledge obtained in the present work can be
applied by teachers for a more effective didactical diagnosis as well as tool for the educational innovation,
student’s skills optimization and for catalyse the competences development in the context of the higher music
education.
21 |
INTRODUCCIÓN
Esta preocupación se hace extensible al ámbito educativo dando lugar a la Tesis doctoral que
bajo el título “La memoria musical en la interpretación pianística: una evaluación en el
contexto de la enseñanza superior de música” responde a un ambicioso objetivo general, el
de explorar y evaluar aquellas variables como la experiencia, la orientación motivacional, las
estrategias de regulación de la práctica, estrategias específicas para la adquisición y desarrollo
de la Memoria en la Interpretación pianística, variables personales y ambientales,
contextualizadas en el aula de piano de los Conservatorios Superiores de Música de la
comunidad andaluza, cuyos estudiantes se han considerado en fase de adquisición de la
competencia artística a nivel profesional, con herramientas y procedimientos que aspiran a la
profundización y estructuración de la información, así como a un acercamiento racional y
descriptivo de la realidad artística en su dimensión pedagógica.
La primera de ellas está conformada por cinco capítulos. En el primero de ellos presentamos
los componentes esenciales de la interpretación musical que son objeto de memorización.
También, se analiza las razones por la que la memoria es considerada esencial en la
23 |
Introducción
aprehensión del significado musical y los factores que han llevado a considerarla elemento
ineludible del protocolo escénico del concierto público, a fin de introducir al lector en el
escenario en el que el pianista solista desarrolla su particular visión de la memoria.
El segundo y el tercer capítulo contiene la revisión de las aportaciones previas (marco teórico)
que nos interconecta el objeto de estudio con el campo de conocimientos existentes respecto
al mismo, así como se ha conceptualizado las variables tratando de definir y acotar
teóricamente los principales conceptos implicados, gracias a la revisión documental del
esquema teórico y metodológico de las investigaciones llevadas a cabo dentro del campo de
la Psicología de la Interpretación musical, aportados por autores como Hallam, Misrha,
Lehmann, Chaffin, Sloboda, McPherson, McCormick, Renwick, entre otros, Sin olvidarnos
de los contenidos y posicionamientos técnicos y estéticos respecto a la práctica de la memoria
que nos ofrecen las fuentes primarias relacionadas con la enseñanza y el aprendizaje
instrumental, recogidos en los principales escritos, tratados y movimientos pedagógicos-
didácticos que se han dado en la historia de la Enseñanza del piano (Mathays, Leimer,
Gieseking, Hoffman, Neuhaus…)
Una vez delimitado el objeto de estudio, la segunda parte contiene el estudio empírico
conformada por los capítulos cuarto, quinto y sexto. En el cuarto capítulo se aborda la
descripción de los aspectos metodológicos que han orientado el proceso que genera la
investigación que se presenta, que surgen con una clara intencionalidad educativa al
responder a la inquietud connatural a la figura del profesor, quien asumiendo un papel de
investigador, debe buscar respuestas a cómo aprenden sus alumnos para poder saber cómo
enseñarles. Ante este reto, el profesor no debe confiar tan solo en su experiencia, sino en la
conexión entre la Interpretación Musical e Instrumental -finalidad última de su labor docente
y artística- con la Investigación, considerada principio generador del avance del conocimiento
con el que afrontar con garantías de calidad el proceso educativo, y con ello defender el
reconocimiento de la Enseñanza como una forma de investigación. Para ello, conscientes
que las variable motivacionales y estratégicas del aprendizaje memorístico, son variables que
desde su enfoque psicoinstruccional se ven afectadas por la variabilidad experimentada a
tenor de las diferentes disciplinas educativas, y dada la escasez de instrumentos de indagación
adecuados a esta área del conocimiento, al menos en el contexto español, este trabajo surge
de la necesidad de contribuir con formas de intervención para un mejor desarrollo de la
investigación en praxis instrumental diseñando instrumentos válidos y fiables adaptadas a la
24 |
Introducción
singularidad del contexto y a los objetivos propuestos, y de este modo aportar instrumentos
de diagnosis de aprendizaje, evaluativas, conceptuales, estratégicas e instruccionales que impulse el
desarrollo de habilidades musicales, entre ellas la memorización, que como comentábamos
se ha convertido en sine qua non de la Actuación en público y por ende, esencial en la
formación instrumento-musical a nivel profesional.
25 |
MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL
27 |
CAPÍTULO 1. APROXIMACIÓN A LA MEMORIA
EN LA INTERPRETACIÓN PIANÍSTICA
29 |
Capítulo 1
su referente gráfico o notación musical, y aunque no implica necesariamente que una pieza
musical esté destinada a ser ejecutada de memoria en el transcurso de una Actuación en
público, será en el ámbito escénico donde se engloba la mayor parte de la complejidad y la
exigencia del control de los parámetros integrantes de la Interpretación de memoria (Chaffin,
Imreh y Crawford, 2002). En otras palabras, es en el contexto del Concierto público donde
la memoria ha sido considerado como un logro extraordinario de la capacidad memorística
(Chase y Ericsson, 1982, Elder, 1986, Gruson, 1988 ) ya que el intérprete no solo debe
recordar todos los elementos que integran el hecho musical, sino una amplia y exacta
coreografía de movimientos de manos, brazos y pies, que exige a la memoria un alto grado
de eficacia, fiabilidad, estabilidad y consistencia al convertirse en elemento crucial para dicha
acción (Ginsborg, 2004). De hecho desde la pedagogía tradicional, este tipo de memoria ha
sido identificada como una de las condiciones para alcanzar el conocido virtuosismo de
ejecución,
(…) Otra condición que no está implicada en los supuestos esenciales, pero de la que no puede ya
prescindirse, dada la costumbre general hoy en los pianistas de tocar de memoria en público, es el de
poseer una memoria más que regular… (Riemann, 1928, edición 1988, p. 31)
Los tres apartados que conforman este primer capítulo, de carácter introductorio y que se
constituyen como una aproximación al núcleo central del presente trabajo, tiene el objetivo
de encontrar una respuesta a este interrogante, describiendo, en primer lugar, “qué elementos
memorizamos”, desde una definición de Interpretación acorde a la óptica tratada; en segundo
lugar, “por qué memorizamos”, desde la valoración de las ventajas artísticas y técnico-
interpretativas, e inconveniente atribuidos a la memoria en el logro de una óptima
Interpretación (Williamon, 2002); y por último y tercer lugar, los factores históricos acerca
del origen de la tradición de tocar de memoria en público. La reflexión generada desde sus
30 |
Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
(...) sólo en la música occidental la partitura ha llegado a convertirse en el medio gracias al cual tiene
lugar el acto de la composición, y esto mucho antes de que se oigan efectivamente los sonidos, mientras
el compositor se debate con los problemas de la composición en el silencio y el aislamiento (...) (Small,
1989, p. 103)
31 |
Capítulo 1
que nacen con el fin de perdurar en el tiempo histórico y de trascender a la propia figura del
compositor.
Esta definición nos da una idea de la complejidad de la acepción del término Interpretación
musical. La interpretación es la vía conducente a la compresión de la experiencia musical desde
el reconocimiento, diseño o reconstrucción del estilo musical creado por el compositor.
Además, en este proceso debe restaurar y hacer perceptibles las relaciones estructurales de la
música y dimensiones emocionales y estilísticas de sus elementos. Por todo ello en la
compresión del fenómeno de la interpretación se precisa las aportaciones de distintos
posicionamientos, semiológicos, históricos, estéticos, psicológicos, neuropsicológicos,
incluso sus implicaciones educativas (Rink, 2006).
Desde la óptica tratada, hablar de memoria dentro del compromiso que conlleva ejecutar una
partitura, es hablar de la memorización de todos aquellos elementos que conforman la
Interpretación. En su definición se han identificado tres dimensiones principales, la escritura
musical, que al ser simbólica y referencial plantea el problema de que se produce lejos de la
propia realidad del intérprete tanto en espacio como en tiempo; la técnica instrumental, que nos
permite llevar a cabo el proceso, no menos importante, de la materialización de una idea
intelectual de orden musical en material acústico, es decir el texto hecho sonido y por último,
las impredecibles variaciones que caracterizan una Interpretación calificada de expresiva
fruto de la interacción entre lo cognitivo y lo estético (Tan, Pfordresher y Harré, 2010).
32 |
Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
La escritura musical, conformada por un conjunto de signos específicos regidos por un código
visual, lleva asociada la lectura, proceso de decodificación de la simbología musical, aspecto
que ha sido analizado y estudiado dentro de la disciplina conocida como Teoría musical. El
sistema de escritura desarrollado en el ámbito clásico, a pesar de la complejidad y rigidez que
ha ido adquiriendo y que no se ha dado en ninguna otra cultura, resulta del todo insuficiente,
y su codificación no deja de ser una mera aproximación al hecho musical. De todos los signos
e indicaciones que la componen, son muy pocos los que transmiten mensajes fijos, quizás de
los cuatro parámetros del sonido expresados en la escritura sólo el de las notas mismas
(altura) o de la información de la duración del sonido, serán susceptible de ser fijada de forma
explícita. Por su parte, elementos como la intensidad y la calidad de tono o sonido, vienen
representados con indicaciones que reflejan una metáfora de lo que se quiere alcanzar (Chew,
1980). Además, “(…) la música posee un poder único para modular, tanto en cantidad
como en calidad, de un modo infinito” (Marty, 1996, p. 4). Entonces, si no se indican o
sólo aparecen implícitamente especificados en la grafía, ¿cómo llegar a identificar con
certeza los grupos estructurales, las agrupaciones o niveles métricos más superiores que los
establecidos con la métrica o los modelos del movimiento?, o ¿cómo detectar la tensión y la
relajación en el discurso musical?. Ejemplos que nos muestran que pese al complejo sistema
de signos que lo indican, es difícil conocer las normas que garanticen la comprehensión de la
obra desde la perspectiva de la escritura.
Por otra parte, dentro del ámbito de la música seria o culta, y desde del pensamiento estético
entorno a los problemas de la Interpretación, se ha estudiado la identificación de las figuras
del compositor y del intérprete, entendida como la conexión entre lo que se expresa (imagen
estética), los medios escritos que se utilizan (música impresa) y su relación con un
determinado contexto histórico (convenciones interpretativas). Esta vinculación añade una
dificultad a la grafía, que fruto del distanciamiento temporal y espacial o de intencionalidad
entre la figura del compositor, artífice de la obra musical en tanto objeto, el ejecutante que la
materializa, y el público que la recibe (Rink, 2006).
Además, la relación entre el intérprete y el compositor, es decir entre el texto (la partitura
musical) y lo ejecutado, ha generado un debate acerca de la aceptación de la creatividad en la
interpretación. Esta controversia es tan antigua como la existencia de la propia música,
aunque será a lo largo del XIX, con la estética del romanticismo y en el campo de la estética
y los discursos filosóficos donde se acuñará dos conceptos diferenciados, la concepción del
arte como creación absoluta, y la definición del intérprete especializado, abordándose el
33 |
Capítulo 1
antagonismo surgido entre el compositor como artífice de la obra creativa y el valor creativo
del intérprete (Dorian, 1986). Algunas de estas teorías tendrán como fundamento el
monopolio absoluto del compositor como creador frente a las pretensiones del intérprete,
en tanto afirmación o negación del valor creativo y artístico de su propia actividad, que viene
acompañada de un reconocimiento de la personalidad del intérprete profesional (Fubini,
1994). Otras propuestas versarán respecto a la historicidad en la traducción de la grafía
musical (fidelidad al texto, convenciones interpretativas, etc.) que parecen oponerse a la
posibilidad de las múltiples interpretaciones:
En definitiva, aunque la dependencia gráfica parece limitar el propio concepto de música, tal
y como lo han demostrado el encuentro con otras manifestaciones musicales, lo cierto es que
nos encontramos con un intérprete cuya posibilidad de hacer música o expresarse a través
de ella está estrechamente vinculada al hecho del conocimiento de un sistema de notación,
del que al parecer resulta de una gran dificultad reducir a reglas o normas en el texto musical,
y que como analizaremos en las líneas siguientes, será misión del intérprete, el de descubrir
en él, todas esas inflexiones y modelar todas aquellas intenciones musicales que caracterizan
su controvertida labor estéticamente creativa:
(...) La notación, la escritura de las composiciones, es ante todo un ingenioso expediente para capturar
una inspiración con el propósito de explotarla posteriormente. Pero la notación es a la inspiración lo
que el retrato al modelo viviente. Queda para el intérprete la función de resolver la rigidez de los signos
y volverla a la emoción primitiva... (Busoni, 1982, p. 39)
34 |
Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
sobre el elemento base de la música, el sonido (Coll, 1995). Ahora bien, la destreza técnica,
cuando es referida a la técnica instrumental, va más allá de los aspectos fisiológicos y
psicológicos de la ejecución y de la asimilación de los distintos movimientos, llegando a un
concepto de técnica mucho más amplio que va a relacionar esos movimientos con las diversas
exigencias estéticas y estilísticas que resultan imprescindibles en el proceso de la
Interpretación, integrando en un solo concepto todos los recursos técnicos- musicales para
que ésta se convierta realmente en manifestación artística.
(…) Entre el ejecutante, pura y simplemente tomado como tal, y el intérprete propiamente dicho, existe
una diferencia de naturaleza que es de un orden ético más que estético... no se puede exigir al ejecutante
más que la traducción material del intérprete al que tenemos el derecho de exigir, además de la perfección
de esta traducción material, una complacencia amorosa (…) (I. Strawinsky, 1977, p. 123)
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Capítulo 1
propios recursos técnicos de ejecución así como las intenciones comunicativas para expresar
su particular visión de una partitura (Juslin y Sloboda, 2001).
Estos temas han sido tratados con gran interés por estudios empíricos que han permitido,
dentro de ciertos márgenes, el acercamiento de forma objetiva a los parámetros que
determinan el acto creativo de la Interpretación, tales como los estudios de Hevner, 1936;
Marchand, 1975; Shaffer 1980, 1981, 1984a; Clarke 1982, 1985a; Shaffer, Clarke y Todd 1985;
Repp 1992, 1994; Meyer 1992, 1994; Deliège y Sloboda, 1996; Palmer, 1997; Juslin y Sloboda,
2001, Juslin y Laukka, 2003, entre otros muchos (Juslin and Sloboda, 2001). Estudios que no
han dudado en basar sus hallazgos en las teoría recogidas en los tratados sobre práctica
musical que se han sucedido desde el siglo XVIII como los de Bach, Quantz, Mathesson,
Cortot, etc. (Chiantore, 2001), que nos han aportado una base teórica acerca de la
expresividad fundamentada en la conexión existente entre estructura formal e Interpretación.
Con ello se descubren ciertos elementos asociados a la percepción de la estructura (variables
de dinámica, signos de puntuación, ligaduras de expresión…) que no sólo condicionan la
acción interpretativa, sino que proporcionan, al ser sistemáticamente enumerados y
categorizados, una tipificación de los recursos de producción musical (Ferguson, 1975).
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
Sin embargo, la estabilidad no debe confundirse con la falta de flexibilidad, ya que todo rasgo
expresivo se puede acentuar, exagerar o variar, con el fin de subrayar algunos aspectos del
discurso musical aun no concordando con lo establecido como norma, ya que estas
estructuras expresivas bien pueden imitarse, replicarse o diferenciarse (Seashore 1938; Clarke
1985, 1989; Gabrielsson, 1987, 1999) lo que sugiere que son de carácter intencional,
pudiendo concluir que la interpretación también presenta una dimensión no racional,
“...un músico emociona a los demás sólo si él mismo está conmovido: es imprescindible que sienta
todos los estados de ánimo que quiere suscitar en los oyentes, ya que de este modo les hará comprender
sus sentimientos y los hará partícipes de sus emociones..." (C. P. Bach, 1753/1762 , facsímil
1978, p 122).
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Capítulo 1
En definitiva, tal y como iniciábamos este capítulo, podemos concluir afirmando que la
interpretación será el resultado de la síntesis de varios elementos relacionados con el
movimiento físico (ejecución instrumental), la estructura (organización de las ideas
musicales) y su expresión escrita (la partitura musical) y la emoción (comunicación expresiva),
dodos ellos encaminados al logro de una Interpretación conceptual de una composición musical
(Meyer, 1956, Gabrielsson, 1982).
El debate acerca del uso de la memoria en el trascurso de una Interpretación ha sido objeto
de múltiples controversias y ampliamente debatido en las últimas décadas para tratar de
buscar un equilibrio entre dos posicionamientos. Por un lado nos encontramos con la
hipótesis fundamentada en la experiencia de intérpretes profesionales y defendida por
pedagogos, que sostiene que la memorización de una pieza musical se constituye como un
elemento esencial para la aprehensión del significado musical por parte del intérprete. Según
Mathay (1926) la interpretación musical de memoria, fruto de la fijación de la música en la
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
Desde una perspectiva empírica, actualmente contamos con rigurosas investigaciones que
han abordado el estudio de las ventajas que proporciona lo que en el argot musical se conoce
como tocar sin papel. Un ejemplo de ello es el trabajo de Williamon (1999), quien trató de
verificar la hipótesis que atribuye a la interpretación de memoria, la experimentación de una
mayor libertad de expresión interpretativa. Sin embargo sus resultados no fueron definitivos,
al no encontrar una relación causal entre el aumento significativo de la capacidad del músico
para explorar las características expresivas de la pieza que interpretaba y la ejecución de
memoria, pudiendo atribuir la mejora detectada a una mayor comprensión de la obra y a la
mejora técnica obtenida gracias al aumento en la cantidad de práctica que se precisa para
memorizar, más que por la interpretación de memoria en sí misma.
Las discrepancias sobre el origen de la mejora observada, encuentra una posible explicación
en el hecho de que para todos los instrumentistas en general, cuando las obras no son
especialmente complejas, la capacidad de “leer a primera vista”, fruto de la experiencia, puede
dar lugar a un equívoco en la percepción del nivel de preparación del repertorio de concierto.
La aparente fluidez en la interpretación obtenida de este modo, puede que no se real, y no se
haya alcanzado el nivel de automatización necesario para ejecutarla con la precisión,
expresividad y velocidad que se precisa. Por el contrario, para tocar de memoria es necesario
alcanzar un nivel extremo de seguridad, lo que supone un aporte significativo al
conocimiento técnico-instrumental que inevitablemente afectará positivamente a la
capacidad para ejecutar los elementos e intenciones expresivas (Hough, 2011). Premisa
corroborada por el compositor y pianista Alfredo Casella, para quien “(…) una composición
no retenida mentalmente no está del todo asimilada” (1937, p. 34).
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Capítulo 1
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
la interpretación era de memoria. Por ejemplo, la información visual que el oyente recibe
durante la ejecución instrumental en directo es una de las principales razones que motivan a
la asistencia a los conciertos en vivo frente a la escucha de música popularmente definida como
“música envasada” que hoy día disfrutamos gracias a los medios de grabación de audio (Storr,
1992 citado en Juslin and Sloboda, 2001). El oyente, en especial cuando se trata de un oyente
no músico, consigue gracias al estímulo visual un mayor entendimiento de las intenciones
expresivas, más que incluso con el sonido, y aún más si cabe si la interpretación es de
memoria, al no obstruir la visión directa sobre el músico como ocurre en los casos del uso
de la partitura. Y de este modo puede percibir mejor las facciones, mantener el contacto con
los ojos u otros elementos escenográficos.
Sin embargo no podemos afirmar que estas conclusiones sean definitivas. Por ejemplo, el ya
mencionado trabajo de Williamon (1999) fue llevado a cabo en colaboración de un
violonchelista cuya disposición respecto al público, es frontal, y difiere de la del pianista cuya
visión es de perfil, y por lo tanto queda por determinar si sus conclusiones son aplicables al
contexto de la Interpretación pianística. A lo que habría que añadir que aún no se ha podido
verificar que las supuestas mejoras experimentadas en la interpretación de memoria son
percibidas por los oyentes. Al respecto, Davidson (1993, 1994) demostró que el nivel de
perfeccionamiento logrado gracias a la Interpretación de memoria, sólo era detectado por los
participantes identificados como músicos profesionales, sugiriendo que es necesario cierta
experiencia o formación musical para reconocer las diferencias cualitativas entre una
interpretación de memoria y otra que no lo es. Igualmente son los intérpretes que cuentan
con una mayor formación musical, en los que más se aprecia las diferencias interpretativas al
tocar de memoria (Williamon, 1999).
Y por último, no podemos olvidarnos de la faceta más funcional del uso de la memoria en la
Interpretación. Cuando el pianista en el protocolo que se sigue en el concierto público
prescinde del papel pautado en la interpretación supera inconvenientes como, la distracción
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Capítulo 1
de seguir la partitura, el aparentemente fútil obstáculo del paso de página, y al mismo tiempo
evita al público, la distracción visual derivada de esta acción, que se ha calculado puede llegar
a reiterarse unas 200 veces en un programa de concierto (Williamon, 2004). También se logra
suprimir la presencia del pasante de hojas que actúa de elemento de distracción cuando el interés
debiera de estar centrado en la propia interpretación. Además, eliminar la presencia de la
partitura favorece el control de aspectos físicos como por ejemplo, que el pianista pueda
seguir el movimiento de sus manos o poder conectar visualmente con otros miembros de la
formación instrumental, si se trata de la práctica de música de conjunto. En resumen, tocar
de memoria puede ser considerado un recurso práctico que repercutirá en la puesta en escena
al aumentar la capacidad física y psicológica del artista intérprete o ejecutante de música en
relación a todos aquel elemento que configura la práctica escénica (McMilliam, 2004).
Pero aunque quedan muchos interrogantes sin respuesta, como por ejemplo, en qué medida
la capacidad comunicativa u otros aspectos de la interpretación se desarrollan y cambian en
una Interpretación de memoria, y en qué grado puede ser apreciable tal progreso. Y aunque
las ventajas de tocar de memoria sean más evidente para los intérpretes con mayor
experiencia o que resulten más efectivas según la dificultad o estilo de la pieza. No cabe duda
que, tanto las argumentaciones expuestas como los resultados empíricos indican que el efecto
de la práctica de la memoria es connatural a la propia praxis instrumental y por ende, tocar de
memoria presenta ciertas mejoras, tanto en aspectos técnicos como musicales, sobre aquellas
interpretaciones que no priman a la memoria en su desarrollo. Ventajas que, consideradas en
función del contexto en el que se desarrollará la Interpretación (preparación, examen,
concierto, concurso…), hace que tanto profesionales como estudiantes lleguen al
convencimiento de que no solo merece hacer el esfuerzo que implica la memorizar, sino que
perciben como necesario superar los aspectos negativos asociados a tocar de memoria, como
el miedo a olvidar (Ginsborg, 2004).
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
pianistas, es decir acrecienta los síntomas constitutivos de lo que se ha definido como miedo
o ansiedad escénica (Steptoe, 1989; Watson, 2009).
Aunque con mayor frecuencia en noveles, lo fallos de memoria resultan ser habituales tanto
para los intérpretes profesionales como para principiantes (Hugues, 1915). Una mirada a la
historia del pianismo nos revela ejemplos de pianistas míticos como Vladimir de Pachmann
(1848-1933) o Myra Hess (1890-1965), quienes no dudaron en subir a escena con partitura
en mano (Hughes, 1915); casos como el del pianista y pedagogo Alfred Cortot (1877-1962),
quien sufría notables lapsus de memoria en los conciertos ofrecidos a partir de cumplir los
sesenta años de edad; o el de Arthur Rubinstein (1887-1982) quien abandonó el concierto
público por el hecho de que ya no podía confiar en su memoria en las actuaciones en público.
Y cómo no mencionar al pianista Sviatoslav Richter (1915-1997), el caso más conocido y
controvertido, quien tras más de cuarenta años de ejercicio profesional, en la década de los
ochenta comenzó a tocar con partitura en salas de concierto, apenas iluminadas por una
pequeña lámpara que incluso no posibilitaba apreciar sus rasgos faciales. Con esta forma de
actuar rechazaba la idea de comunicación visual con el público que según sus palabas
recogidas en una entrevista realizada por el Diario El País (5 de enero de1995), “…desvían
su imaginación y se interponen entre la música y el intérprete…”, y de este modo, hacer gala
de la inutilidad que reviste la interpretación de memoria,
“(…) ¡ Qué puerilidad y qué vanidad, fuente de trabajo inútil, es esta especie de concurso y de proeza
de la memoria, cuando de lo que se trata es de hacer buena música que llegue al auditorio (…)”
(Richter, en Morgades, 1995).
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Capítulo 1
Éstas y otras razones han promovido voces que demandan abolir esta práctica, y con ello
volvemos al punto de partida, enfrentando a los defensores del uso de la memoria por las
ventajas asociadas a la Interpretación de memoria, especialmente cuando se hace referencia
a la interpretación solista, y a sus detractores, que avalados por la idea de que no es necesario
abordar la memorización de un tipo de música, la música culta occidental, que encuentra su
esencia en la propia escritura, rechazan el uso de la memoria por las desventajas asociadas a
la pérdida de tiempo y a su estrecha relación con el miedo escénico (Engelbrecht, 2001).
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
Sin adentrarnos en lo que constituirá el largo y costoso proceso de evolución del sistema de
escritura, que se extendió hasta bien entrado el XVIII, podemos observar cómo la mayor
parte de la música instrumental seguía siendo improvisada, y esto a pesar de la precisión
alcanzada en cuanto a simbología musical y a la creciente recurrencia de la escritura para la
composición. El instrumentista de teclado era, al mismo tiempo, compositor e intérprete, y
como parte intrínseca de ambas tareas le era necesario compaginar distintas actividades como
la realización del bajo continuo y la práctica de la ornamentación con la aplicación de todas
las posibilidades de coloraturas a las líneas musicales preexistentes. Su intensa actividad le
obligaba a actuar de forma económica -en cuanto a tiempo se refiere-, a menudo leía a
primera vista, destreza relacionada con la memoria visual y auditiva que anticipa los eventos
posteriores; o componía de forma reducida y económica, y como resultado solía realizar una
escritura que al ser abreviada y esquemática, debía de ser completada en el mismo momento
de la interpretación, como la adición de la cadenza, fundamentada en una improvisación,
entendida como la reelaboración, variación o similar, de elementos musicales que encuentran
su origen en la asimilación memorística de patrones rítmicos, armónicos o formales
previamente establecidos (Levin, 1992).
Sin embargo, la evolución posterior de la música trajo consigo, entre otros aspectos, el inicio
de la separación entre la figura del intérprete y del compositor. Éste último se vuelve más
consciente ante el hecho de que su música va a ser tocada por otros y por ende, la escritura se
va haciendo más precisa para compensar posibles carencias de conocimientos compositivos
del que será su intérprete, e imprescindibles para su interpretación (Dorian, 1986). En este
contexto, será el propio compositor el que rechaza el uso de la memoria por parte del
intérprete. Un ejemplo de ello lo tenemos en Ludwig van Beethoven (1770-1827), quien no
permitía que su alumno e intérprete de sus obras, Carl Czerny (1791-1857), a pesar de su
talento memorístico, interpretase su repertorio de memoria alegando que podía olvidar las
indicaciones detalladas de la partitura (Tomes, 2007).
45 |
Capítulo 1
En el siglo XIX, con la expansión del concierto público de pago, nace la figura del virtuoso-
concertista, el héroe romántico y solitario capaz, de sorprender y agradar a un público que
esperaba precisamente eso, ser sorprendido (Vázquez, 1991). En este marco, la
improvisación se convirtió en una particular prueba de habilidad con la que impresionar al
público, aunque para ello tuvo que sacrificar la espontaneidad que caracteriza a la verdadera
improvisación, configurando unas fórmulas musicales previamente ensayadas y de ese modo
superar los imprevistos propios de su naturaleza, que no siempre aseguraban el éxito. Estas
fórmulas técnicas, predeterminadas (esquemas armónicos, rítmicos, fórmulas de variación de
temas o de escritura instrumental específicas), se convirtieron en gran parte la esencia de la
improvisación, dando lugar a lo que familiarmente llamamos improvisación preparada (Rattalino,
1988), con un supuesto menor valor desde el punto de vista artístico, y que, en cierta manera,
se asemejaba a lo que en manos de los pianistas-virtuosos más relevantes de esta época, como
Clara Wieck (1819-1896), Franz Liszt (1811-1886), Hans von Bülow (1830-1894), entre
otros, comenzaron a poner de moda: la ejecución de memoria del repertorio pianístico (Schonberg,
1990).
En un primer momento, tal innovación no tuvo una buena acogida por el engaño al que podía
llevar el tocar de memoria dada su similitud con la improvisación, o al hacer pensar que la
obra ejecutada era de propia autoría (Hildebrandt, 1986). Ejemplos de ello lo tenemos en los
propios compositores-pianistas, Frédéric Chopin (1810-1839) no permitía a sus alumnos que
tocasen de memoria acusándolos de arrogantes por ello, e incluso uno de los pioneros en la
Interpretación pública de memoria como lo fue Franz Liszt, tocaba sus propias
composiciones con la presencia de la partitura, quizás para demostrar que se trataba de piezas
de composición elaborada y no improvisaciones fugaces. Y por último, cabe mencionar los
apelativos con los que describían los críticos de la época a la pianista Clara Wieck (Schumann)
quien a sus nueve años ya fue calificada como “esa mujer odiosa” por tocar de memoria las
obras de otros compositores, y a quien la filósofa y también músico, Bettina von Arnim
(1785-1859) tras su actuación de memoria, ya como profesional, en el recital ofrecido en
Berlín en 1837, no dudó en llamarla “pretenciosa” por sentarse ante el piano sin partitura
(Reich, 2001).
Una vez superada la novedad se dio paso a una nueva etapa en la historia de la interpretación
solista para piano, la creciente especialización del pianista como intérprete del repertorio de
otros, transformación que se había ido sucediendo desde principios del XIX, desembocará en
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Aproximación a la memoria en la Interpretación pianística
el siglo XX, en el que se produce una definitiva escisión entre las figuras del pianista-
intérprete y el compositor, y con ello se produce un progresivo abandono de una práctica,
como es el de la improvisación que como comentábamos en líneas anteriores, se había
constituido como una exigencia para cualquier músico que se preciase y que encontraba su
origen en los conocimientos relacionados con la teoría de la composición, conocimientos de
los que carecía la nueva figura de “intérprete”. En su lugar, el pianista solista destacará por
mostrar un alto grado de desarrollo de habilidades y destrezas técnico-instrumentales que sin
embargo, ya no llevan asociadas el acto creativo del compositor.
En esta etapa de la historia pianística, aparece el fenómeno definido por Rattalino (1988)
como espejismo de la recreación. Este concepto se basa en tres parámetros, la idea de que la
interpretación solista debe parecer espontánea, que los límites entre la partitura del
compositor y su realización sonora en manos del intérprete se confunden, se complementan
y se unifican, y finalmente, en el que la ejecución de memoria que todavía no se considera como
una exigencia artística, se empieza a reconocer como una habilidad vinculada a la excelencia
artístico musical.
La forma de entender esta nueva habilidad ha ido evolucionando hasta llegar a nuestros días
donde ha adquirido una consideración bien distinta al transgredir el grado de apreciación
positiva de su origen. En otras palabras, la búsqueda del efecto escénico que ha traído consigo
el fenómeno del concertismo, no sólo requiere el prescindir de la partitura sino que su uso es
interpretado como una limitación de las capacidades mostradas por el solista, convirtiendo,
lo que en un principio se consideró una moda sujeta a elección, en parte imprescindible del
protocolo habitual del concertista-solista en su actuación pública (Aiello y Williamon, 2002).
Quizás sea este es el punto que suscita mayor controversia, cuando lo que en apariencia debía
ser una opción, la tradición lo ha convertido en un imperativo ineludible (conciertos,
concursos...), antecediendo a la valoración de los demás aspectos que entran en juego en la
actuación artística. Un debate que se ha transmitido al ámbito educativo donde
constantemente nos preguntamos acerca de cómo y qué grado en la evaluación del progreso
académico del alumno debe ser valorada una destreza cuya implicación en la Interpretación,
especialmente en lo que se refiere a su presentación pública, de naturaleza pragmática o
culturalmente impuesta, aún no ha sido definida o al menos sigue siendo cuestionada.
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CAPÍTULO 2. DESARROLLO DE LA
COMPETENCIA EXPERTA EN LA
INTERPRETACIÓN MUSICAL
Tras una larga tradición de tocar de memoria y una literatura pedagógica que aborda el
proceso de cómo un pianista memoriza y aun siendo uno de los temas que mayor interés ha
despertado en pedagogos, intérpretes e investigadores, seguimos sin contar con una
comprensión sistemática de los problemas implicados (Aiello, 2000; Misrha, 2002;
Williamon, 2004; Mizska, 2013). Esta situación está siendo solventada en las últimas décadas
al convertirse en objeto de estudio por parte de investigadores como Jane Davidson, Edwin
Gordon, Susan Hallam o Aaron Williamon, entre otros muchos, quienes conjugan su
experiencia de intérprete con los conocimientos de la Ciencia de la Psicología
(neuropsicología, psicología cognitiva y evolutiva) en la difícil tarea de entender el gran reto
que supone memorizar la multiplicidad de gestos, miles de símbolos gráficos-musicales y
complejas estructuras musicales que se integran en una pieza musical.
Su estudio ha sido abordado como parte del diseño del proceso de aprendizaje o preparación
de un repertorio musical que se conoce como Planning performance (planeamiento de la
interpretación) y en el que se incluye todas las condiciones innatas o adquiridas necesarias,
estrategias o técnicas de ensayo, así como las etapas o actitudes que conlleva la práctica
instrumental (Gabrielsson, 2003). Y si bien los trabajos empíricos han sido realizados tanto
en estudiantes de distintos niveles como en músicos profesionales, será en el músico con un
alto nivel de experiencia y compromiso, el que actúe como un modelo referente para indagar
sobre los aspectos más significativos relacionados con la praxis interpretativa. Al fin y al cabo,
la Interpretación musical es una experiencia multifacética y multidimensional que ha hecho
que se considere experto al individuo que logra ponerla en práctica con éxito, y en
consecuencia a estudiar el desarrollo de las capacidades o habilidades interpretativo-musicales
desde su consideración como habilidades de realización superior en el dominio de la
Interpretación instrumental (Ericsson, 2009).
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Capítulo 2
De este modo ha ido surgiendo una corriente investigadora dentro del marco de los modelos
explicativos de la adquisición de conocimiento y altas habilidades desarrollados por distintos
autores como Ericsson, Sternberg o Gardner (citados en Gilar y Castejón, 2003), quienes al
comprobar que los expertos de diferentes dominios ponían en práctica similares
mecanismos, les llevó a establecer teórica y empíricamente algunos de los factores que
predicen la adquisición del conocimiento y el desarrollo de habilidades necesarias para
alcanzar la excelencia.
Estos hallazgos están permitiendo identificar aquellos factores que predicen la estructura y
la adquisición de habilidades a nivel de experto dentro de la especialización musical, y cuyas
aplicaciones derivadas están resultando de gran utilidad tanto para los propios
instrumentistas en tanto se correlacionan con la mejora del rendimiento, como para el ámbito
instruccional por su estrecha implicación a la hora de proporcionar las condiciones óptimas
en la formación de los futuros expertos (Ericsson, 2009; Sloboda, 1984; Hallam, 1997a;
Lehmann y Ericsson, 1996).
En el ámbito educativo, las nuevas tendencias pedagógicas nos hablan de una enseñanza por
competencias, término que ha sido utilizado para designar la relación entre conocimiento y
destrezas adquiridas, que proporciona al individuo que aprende la habilidad de enfrentarse a
demandas complejas poniendo en acción, en situaciones concretas, todo tipo de recursos,
actitudes, conocimientos y habilidades (Sanz de Acedo, 2010).
Desde una perspectiva más amplia, una competencia es vista como la posibilidad de un
individuo a adoptar las conductas necesarias en determinadas contextos un “saber en
potencia” (Greima y Courtés, 1979 citado en López, 2004), es decir, adaptaciones de la mente
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
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Capítulo 2
Aunque depende del enfoque desde el que se haya estudiado, el desarrollo de altas
capacidades ha estado comúnmente vinculado a poseer habilidades y capacidades innatas, lo
que generalmente se ha definido con el término de talento, sin este componente se creía y aún
se cree, inviable el logro de altos rendimientos.
El pedagogo y pianista Hugo Riemann (1928) enumeraba dos factores para alcanzar el
“virtuosismo”, manifestación de la excelencia en la ejecución pianística, el “talento musical”
en general, asociado a la imaginación sonora y aun oído excelente, y el “talento pianístico”,
asociado a condiciones físicas y a la estructura anatómica y fisiológica de la mano, que facilita
el desarrollo experto de la ejecución instrumental.
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Por otra parte confiar los resultados al talento innato presupone, en su implicación educativa,
un potencial relativamente insensible a los influjos del medio ambiente y por ende, al
aprendizaje (Bentley, 1966/1983, Gordon, 1989, 1990 citados en Hallam, 2006). De ahí que
la teoría sobre la excelencia basada exclusivamente en la aptitud innata ha sido rebatida por
los actuales posicionamientos constructivistas e interaccionista, que apoyadas en los estudios
longitudinales que trata de los cambios a largo plazo experimentados en el desarrollo de las
destrezas asociadas a la Interpretación musical, han resultado reveladores para conocer cómo,
independientemente de lo conocido como talento natural, se produce el proceso de adquisición
de un aprendizaje complejo en un dominio específico, dando respuesta de este modo a la
falta de correlación entre la presencia de talento y el logro del éxito, manifestación social de
éste (Gabrielsson, 2003).
Estos estudios han llegado a la conclusión de que los diferentes grados de desarrollo de
destrezas instrumento-musicales observados en profesionales y amateurs (Ericsson, 1996;
Ericsson y Charness, 1994, Ericsson, Krampe y Tesch-Romer, 1993; Davidson, Howe y
Sloboda, 1997), no sólo dependen de la capacidad individual o talento innato, sino de la
capacidad para resolver el trabajo difícil gracias a la interacción entre atributo biológico, la
adquisición de unos conocimientos específicos así como la habilidad para organizar esos
conocimientos (Chi, Glaser y Rees, 1982; Ericsson y Lehmann, 1996, 1998; Ceci, 1998;
Charness y Schultetus, 1999; Sternberg y Gringorenko, 2003, citados en Gilar y Castejón,
2003).
A lo que habría que añadir que en la alta ejecución de dominios específicos adquiere especial
significancia ciertos aspectos no-intelectuales que interactúan mutuamente en la predicción de
los más altos niveles de rendimiento (Ericsson y Charness, 1994; Ericsson et al., 1993;
Ericsson, 1999), que son claves para definir las condiciones óptimas de la formación
instrumento-musical a nivel de experto como son:
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Capítulo 2
• poseer una motivación superior e intrínseca hacia la tarea que orienta el esfuerzo
consciente y dedicación que exige el compromiso del músico profesional (Ericsson, et
al., 1993; Ericsson y Lehmann, 1996; Sternberg, 1999; Austin, Renwick, McPherson,
2006; Mizska, 2006, 2012),
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Ericsson y Lehmann (2006) afirmaron que entre los primeros factores que determinan el
logro profesional cabe mencionar la experiencia, que puede ser medida por los años
desempeñados en un determinado dominio (Glaser et al., 1988, citado en Feldon, 2006).
Una de las premisas que se requiere para que esto suceda es que la tarea o actividad a ejecutar
resulte muy familiar, de tal manera que anticipe las demandas de recuperación (Ericsson y
Kintsch, 1995). De ahí que esos conocimientos no resultan ser generales, sino específicos y
propios de su área profesional (Ericsson & Lehmann, 1996), no mostrando tener mejor
memoria en tareas ajenas a ellos (De Groot, 1946/1978; Chase y Simon, 1973; Chi, 1985;
Halpern y Bower, 1982; Sloboda, 1976, citados en Lehmann, 1997).
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Capítulo 2
Las investigaciones que han tratado de corroborar esta teoría en el área de la música se
centraron en la indagación acerca de la relación entre el nivel de conocimiento relativo a la
reproducción de música contemporánea, el proceso de memorización y la forma en que la
experiencia codifica la información para ejecutar de memoria la música, viniendo a demostrar
que la música tonal era más fácil de memorizar que la atonal (Nuki, 1984; Sloboda, Hermelin
y O'Connor, 1985) o que la música modal (Oura y Hatano, 1988). Es posible que tener mayor
experiencia previa respecto a la música tonal frente a la limitada experiencia que
habitualmente tiene el músico de tradición clásica respecto con la música atonal o modal,
hace que éstas sean más difíciles de identificar y por lo tanto requieran más tiempo en su
memorización y con resultados más inestables (Miklaszewski, 1995; Nuki, 1984).
Las primeras indagaciones teóricas en esta línea, nos llevan a Chase y Simon (1973) y su regla
de los 10 años. Esos autores observaron que los expertos ajedrecistas precisaban una
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
preparación de al menos una década para alcanzar el nivel de maestría. Estudios posteriores
realizados con expertos en el campo de la música de piano y violín puso en evidencia que la
diferencia fundamental en el rendimiento observado en músicos expertos parecía estar
relacionado con la cantidad de tiempo de entrenamiento en solitario observada en el
transcurso de su formación musical, lo que implica que en la adquisición de la maestría
adquiere especial significación la práctica o formación que puede extenderse incluso, más allá de
los 10 años en el caso de los músicos expertos. Sosniak (1985) observó períodos de práctica
que podían extenderse 12, 17 e incluso hasta los 25 años de experiencia, contabilizada desde
su primera lección hasta lograr el reconocimiento internacional como pianista profesional.
Los términos de práctica, entrenamiento y formación, suelen utilizarse como sinónimos, sin
embargo, tal y como señala Hallam (2008) ya que la práctica es el término usado
tradicionalmente por los músicos para describir los períodos de ensayo sistemático, es el
término que ha sido adoptado genéricamente para especificar el tipo de actividades asociadas
con el desarrollo de habilidades en una variedad de áreas, tales como los deportes o la música
y haría referencia a las sesiones de trabajo que los intérpretes llevan a cabo con la finalidad
de la preparación o asimilación de una pieza musical para su Interpretación.
Para el estudio de esta variable se han examinado tres aspectos temporales específicos, la
edad de la primera experiencia en ese dominio, la práctica acumulada desde la edad de inicio
hasta alcanzar la profesionalidad y la mayor cantidad de tiempo de práctica en un momento
determinado. Así por ejemplo, Ericsson y sus colaboradores estimaron alrededor de 10.000
horas de práctica a los 20 años en los mejores expertos, alrededor de 5.000 horas para los
menos músicos pero reconocidos como expertos y sólo 2.000 horas para pianistas
aficionados o noveles (Ericsson et al, 1993 citado en Sloboda et al, 1996).
Sin embargo estos estudios presentan grandes dificultades metodológicas en la medida que
la validez de contenido referido a la conceptualización de las variables relativas a la
cuantificación del tiempo de práctica, “práctica acumulada” y “tiempo de aprendizaje”, no es
entendido de la misma manera por todos los investigadores e incluso no es entendida de
forma similar por los participantes. A ello hay que añadir que la dificultad de obtener medidas
fiables relativas a la cantidad de práctica realizada, así como la dificultad de controlar la
causalidad que rodea la práctica, impone el uso de una variedad de instrumentos de estudio
con resultados dispares.
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Capítulo 2
Una de las variables que puede afectar a la cantidad de práctica regular está relacionada con
la dificultad de la tarea, así pues, se ha podido observar diferencias significativas en el tiempo
de práctica atendiendo a la dificultad de la pieza a memorizar, observándose sesiones cortas
para tareas de reducido tamaño o sencillez, asignando sesiones mayores de práctica en la
resolución de tareas de mayor complejidad (Chaffin y Imreh, 1996, 1997; Miklaszewski, 1989;
Williamon y Valentine, 2002). También sabemos gracias a la experiencia anecdótica, que el
tiempo de práctica regular se incrementa en períodos que preceden a un examen, una clase,
concierto, y que disminuye en períodos vacacionales (Lehmann y Ericsson, 1998). Además
el tiempo de práctica varía atendiendo al tipo de actividad o tarea, así por ejemplo, se observa
que en la práctica de conjunto las sesiones se extienden en el tiempo, principalmente porque se
reduce el tiempo de práctica real (Goodman, 2006). Igualmente se ha podido constatar que
las diferencias en la cantidad de práctica se ve afectada por las características organológicas
de los instrumentos, por ejemplo en el caso de los pianistas se ha contabilizado un número
superior de horas de práctica en comparación con otros instrumentistas (Jørgensen, 1997), o
que el inicio de la práctica se produce a edades diferentes por causas determinadas por las
restricciones fisiológicas, por ejemplo, los cantantes o instrumentistas de viento precisan una
madurez física para su ejecución que retrasa su edad de inicio (Godøy y Jørgensen, 2001).
En cualquier caso, las distintas teorías sobre maestría coinciden en que las diferencias
individuales observadas en el grado de ejecución están directamente relacionadas con la
adquisición de capacidades debidas a la cantidad de práctica. Ello explica que aquellos
instrumentistas que alcanzan un alto nivel de especialización, iniciaron su aprendizaje y sus
sesiones de práctica a edades muy tempranas (Davidson, 1997; Hallam 1997; Jørgensen,
2001), y que la alta correlación encontrada entre la práctica acumulada o número de horas reales
dedicadas a la práctica y el tiempo de aprendizaje, es decir, el tiempo transcurrido desde el
momento de inicio del aprendizaje y el logro de rendimiento es determinante para establecer
una fuerte asociación entre práctica y nivel de experiencia alcanzado (Hallam, 1997),
concluyendo que los más altos niveles de desarrollo en habilidades en interpretación están
asociado a un gran número de horas de dedicación al estudio de un instrumento, indicador
más fiable del logro del éxito (Ericsson, et al. 1993). Incluso una vez alcanzado el nivel de
pericia, la práctica debe mantenerse, de ahí que se hable de práctica continuada, ya que la relación
entre cantidad y nivel de habilidad sigue dándose tanto en pianistas profesionales como en
principiantes (Ericsson y Lehmann, 1996; Davidson et al., 1998)
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
La correlación entre cantidad de práctica y logro, fue rechazada por Ericsson y sus
colaboradores (1993), quienes llevaron a cabo uno de los estudios más exhaustivos sobre la
práctica en expertos aplicada a la especialidad de violín. En su trabajo no encontraron
diferencia alguna al comparar la práctica semanal llevada a cabo por “buenos” y “mejores”
estudiantes de violín.
En la búsqueda de una explicación a tal desfase se pudo constatar que en el ejercicio de una
actividad cotidiana, la implicación de la experiencia hace que se pase de una fase cognoscitiva
y asociativa del aprendizaje a una fase de autonomía caracterizada por una automatización
en virtud de la cual se ejecutan acciones tales como escribir o conducir un coche, con un
mínimo de esfuerzo, estabilidad y nivel adecuado (Fitts y Posner, 1967). Para algunos teóricos
de la competencia experta es precisamente en ese alto nivel de automatización de los
procesos donde radica el rasgo cualitativo que diferencia al experto de un novel, ya que como
efecto de la práctica continuada se adquieren automatismos responsables de los procesos de
transformación del conocimiento declarativo en procedimental (Anderson y Schunn, 2000).
En otras palabras, la repetición proporciona la habilidad para que los individuos realicen
procedimientos con mayor rapidez y con menor nivel de esfuerzo (Shiffrin y Schneider, 1977;
Anderson, 1982; Logan, 1988, citados en Feldon, 2006). Y aunque también se da en la
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Capítulo 2
Ahora bien, para alcanzar las cualidades que distinguen al experto, es decir, para aumentar su
rendimiento por encima de la norma de ejecución y detectada la baja relación entre la mera
experiencia y niveles altos de rendimiento, Ericsson (1998) afirmó que era necesario
contrarrestar esa automaticidad y lograr mantenerse en las fases cognitiva y asociativa
evitando de este modo la rutina, que no sólo resulta difícil de modificar sino que se constituye
como un obstáculo para el desarrollo de representaciones mentales más complejas
responsables del logro de un mayor nivel de rendimiento (Ericsson, 2006). Bajo esta premisa,
los estudios sobre la implicación de la experiencia en el desarrollo de la especialización en
diferentes dominios han corroborado los hallazgos de los primeros estudios realizados en la
adquisición de habilidades de Bryan y Harter (1899). En la observación de la práctica para
incrementar la rapidez en la recepción de mensajes en Código Morse, estos autores
comprobaron que si bien con la repetición se lograba alcanzar un determinado nivel de
velocidad, éste no aumentaba sin una determinada recompensa externa, es decir, la mera
experiencia o espontánea participación en actividades no se traduce en el tipo complejo de
conocimientos específicos que adquieren los expertos (Lehmann y Ericsson 1996; Lehmann,
1997). Para que esto ocurra se requiere compromiso y aunque no se rechaza la variable
tiempo, éste debe estar dedicado a actividades consideradas relevantes para el desarrollo de
las habilidades (Sloboda, 2005). En otras palabras, se precisa contar con actividades
intencionales, diseñadas con el único propósito de mejorar de manera efectiva los aspectos
específicos del rendimiento de un individuo que algunos autores han asociado al término de
Práctica deliberada o pertinente (Ericsson et al., 1993; Lehmann y Ericsson, 1996; Ericsson, 1997).
Esta hipótesis ha abierto una línea de investigación dedicada a examinar que el logro del éxito
en el desarrollo de habilidades músico-instrumentales aparece estrechamente relacionado no
sólo con la cantidad de horas dedicadas a la práctica, tal y como veíamos en el capítulo anterior,
sino con la calidad de la práctica que determinará su eficacia, estableciéndose una clara
distinción entre cantidad y la calidad en las horas de ensayo (Williamon y Valentine, 2002).
Hallam (1997b) ya advertía que la cantidad de horas de práctica no conllevaba a lo que ella
denominó práctica eficaz, y que definió como aquel tipo de práctica que alcanza la finalidad
propuesta en el menor tiempo posible sin crear inferencias negativas. Por ejemplo se ha
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
constatado que un exceso de tensión por una práctica instrumental continuada, conllevará
fatiga física y mental que limitaría la consecución del logro (Jørgensen, 2004).
Con el fin de identificar todas aquellas variables relacionadas con la práctica que inciden
directamente en el progreso y el logro de una práctica más óptima, en el área de la
Interpretación musical, las investigaciones más recientes tratan de analizar la práctica
individual que activan los músicos profesionales.
Así vemos que no se ha rechazado el papel dado a los distintos niveles de experiencia
adquiridos tras periodos de formación, al observar la estrecha relación que se da entre el
“conocimiento previo” y “la práctica eficaz”, como lo demuestra la mayor facilidad para
practicar una actividad durante períodos más largos en los sujetos más experimentados
(Ericsson et al., 1993; Deliège, 1987; Jørgensen, 2002). De hecho la práctica eficaz ha sido
considerada como una habilidad que puede y debe desarrollarse gracias a la formación,
responsable de la adquisición de la experiencia (Gruson, 1988; Hallam, 1994, 1997a, 1997b).
Sin embargo cuando hablamos de un tipo de práctica que independientemente del término
por la que se le conoce práctica eficaz, de calidad, práctica deliberada o pertinente, conceptualiza lo
que el pianista y pedagogo Heinrich Neuhaus define como manera de “estudiar sin pérdida de
tiempo y sin dispersar (…) atención” (1958, p. 36), debemos entender que es fruto además de la
experiencia previa, de la interacción con otras condiciones que se revelan como
indispensables en las que se da dicha práctica. Entre éstas cabe mencionar, características
individuales, el contexto de aprendizaje donde se produce, la motivación o compromiso hacia
la práctica, la eficacia percibida, aplicación de la retroalimentación informativa, persistencia
y esfuerzo, dificultad de la tarea, entre otras muchas, que hacen que ésta sea más provechosa
(Ericsson et al., 1993).
Un estudio realizado por Gruson (1988) en el que comparaba el tipo de práctica de pianistas,
desveló diferencias significativas de conducta ejercitadas a lo largo de las sesiones de práctica
en función del grado de experiencia que demostraban previamente los participantes. Así
pudo observar que los pianistas con mayor experiencia abordaban secciones más largas de la
pieza o actuaban de forma diferente ante un error, repitiendo el pasaje en el que se integraba
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Capítulo 2
una dificultad y no sólo la nota errónea. También observó que trabajaban períodos de tiempo
más largos y realizaban menos pausas, así como presentaban mayor conciencia de aquello
que querían conseguir con la práctica, obteniendo en consecuencia, mejores resultados.
Williamon, Lehmann y McClure (2003) llevaron a cabo un análisis de los diarios de práctica
de 12 estudiantes de música del Royal College of Music de Londres mostrando que los tipos de
ensayo observados, el “técnico-instrumental”, el “expresivo-musical” y el de
“comunicación”, aplicado tanto al inicio como en los momentos previos a la actuación
predecían el nivel de rendimiento en la interpretación final.
Estos y otros trabajos apuntan a que la naturaleza de las estrategias usadas durante la práctica
son determinantes para alcanzar el nivel de experto (Gruson, 1988, Nielsen, 1999; Chaffin, e
Imreh, 2001, 2002; Williamon et al., 2003). De ahí que la calidad de la práctica en la
interpretación haya sido estudiada desde la perspectiva del conocimiento y el uso flexible y
deliberado de las estrategias de práctica (Hallam, 1995, 2001), es decir, desde el pensamiento
y los comportamientos implicados en la selección, organización e integración de los
conocimientos o habilidades que adoptan los intérpretes de alto nivel (Williamon, 2004).
McPherson (2005) corroboró que el uso de estrategias específicas es una de las variables más
predictivas en el desarrollo de habilidades como la lectura a primera vista, tocar de oído, la
improvisación y en especial, en la difícil tarea de tocar de memoria. Incluso la propia práctica
instrumental ha sido considerada en sí misma como una estrategia en tanto actividad
intencionada que conduce al logro de unos objetivos determinados (Nielsen, 2001).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Las estrategias de práctica o estrategias activadas en las sesiones empleadas durante el ensayo
individual para alcanzar, sea cual sean los objetivos de interpretación propuestos, incluyen
entre otras, estrategias específicas de memorización, estrategias para el ensayo mental,
organización de la práctica, estrategias para el desarrollo técnico-instrumental, estrategias
para detectar errores, estrategias de repetición, estrategias de distribución de la práctica,
estrategias para los momentos iniciales de preparación de una pieza, estrategias previas al
momento de la interpretación, entre otras muchas (Barry, 1994).
La investigación en este terreno ha dado lugar a distintos modelos que sirven para identificar
los diferentes tipos de estrategias que conlleva el aprendizaje instrumental. Un ejemplo lo
tenemos en el modelo de estrategias propuesto por Jørgensen (2004) que se basa en la
metáfora del autoaprendizaje, donde la práctica es entendida como autoenseñanza, y considera
como variable determinante las características de los individuos, el tipo de instrumento, y los
desafíos físicos y psicológicos asociados, así como los aspectos sociales que rodean a la
práctica e incluye:
- actividades relacionadas con la planificación y preparación de la práctica (selección de
metas y objetivos, tiempo…)
- actividades directamente relacionadas con la ejecución instrumental y actividades
relacionadas de forma indirecta, como el análisis o lectura de la partitura sin
acercamiento físico al instrumento, anotaciones de digitación, pedales u otras
indicaciones en la partitura.
- observación y evaluación de la práctica,
- y por último, actividades metacognitivas de la actividad (control, conocimiento y
regulación de las estrategias)
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Capítulo 2
Aun así todos los autores coinciden en que en el camino hacia la consecución de la
competencia memorística musical a nivel de experto, y por ende, la optimización de la
práctica de la memoria, resulta determinante contar con un número de técnicas y estrategias
de recuperación muy expertas cuyos resultados hayan sido contrastados por el éxito en sus
logros, y que aplicadas de forma efectiva contribuyan a concluir con éxito la codificación,
almacenaje y recuperación de la información independientemente de la naturaleza del
material memorizado (Ericsson y Kintsch, 1995). El capítulo tercero abordará con detalle
algunas de estas técnicas o estrategias que bien por su validación empírica o por el éxito en
su aplicación por intérpretes de prestigio, aplicadas convenientemente en la preparación de
un repertorio lograrán crear el contexto de aprendizaje para facilitar el proceso memorístico
del material musical.
En las pesquisas hacia la comprensión de las condiciones para una práctica eficaz o de
calidad, y remitiéndonos a los estudios sobre las diferencias cualitativas percibidas entre
principiantes y expertos respecto a las condiciones y tipos de práctica, se sugiere que es
necesario entender la práctica tal como lo hacen los músicos profesionales lo que nos lleva a
preguntarnos qué diferencia al músico experto del novel respecto a la práctica que hace que
ésta, resulte más provechosa (Hallam, 1997, 2001b; 2001c; Sloboda et al., 1996; Nielsen,
1999a, 1999b, 2001, 2004).
Hallam (1995-1997) evidenció gracias a las entrevistas a músicos seleccionados por su alto
nivel técnico y artístico y su comparación con noveles, que aunque existían diferencias
individuales en función del nivel de profesionalidad respecto al planeamiento de su práctica,
la interpretación, la memorización y el rendimiento en general, todos ellos compartían una
base común en relación a un tipo de conocimiento que les permitía seleccionar la estrategia
más apropiada en función de las dificultades técnicas o expresivas de la pieza a interpretar,
controlar el progreso hacia la meta y si éste no era satisfactorio recurrir a estrategias
alternativas, así como evaluar los resultados del aprendizaje. Aunque también pudo constatar
que los pianistas profesionales presentaban un mayor grado de conciencia de sus propias
fuerzas y debilidades, y tal y como describíamos anteriormente, contaban con una mayor
variedad de estrategias que seleccionaban intencionadamente en función del momento.
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
“(…) como consecuencia, mis errores y fracasos, llegaron a serme útiles. La base más sólida, sino la
única, del conocimiento, sobre todo para aquel que se dedica al arte, es la que se adquiere por sus
propios medios y por su propia experiencia” (Neuhaus, 1958, p.31).
En efecto, los mecanismo que activan durante las sesiones de estudio individual, hacen que
los intérpretes puedan de forma clara y concisa estimar sus necesidades de trabajo,
seleccionar las estrategias en respuesta a las necesidades percibidas, vincular las estrategias de
práctica y sus estrategias de memoria a la estructura teórica de la obra, detectar dificultades
en el desempeño de una tarea, identificar errores y en definitiva, tener un conocimiento
declarativo de su experiencia (Williamon y Miklaszewski, 1989; Chaffin e Imreh, 1997; Aiello,
2000, 2001; Williamon y Valentine, 2002; Hallam, 2001a; Chaffin et al., 2002; Miklaszewski,
1989).
Este conocimiento o como ha sido nombrado por Nielsen (2001a) “pensar en alto”, presenta
dos vías de aplicación. En primer lugar, dado que los intérpretes, al igual que los expertos en
otras áreas, tienen más definido su capacidad para conocer el proceso por el que aprenden y
un uso más consciente de dichas estrategias que aquellos con menos experiencia musical
(Chase y Simon, 1973; Ericsson et al, 1993; Nielsen, 1999, 2004), se ha logrado un modelo de
producción de informes verbales que ha jugado un valioso papel para la psicología y la
educación como metodología de investigación (Ericsson y Simon, 1980, 1984, 1993). Y en
segundo lugar, gracias a estas técnicas se ha logrado documentar toda acción, actitud o
pensamiento existente en pianistas profesionales, relacionado con su propia forma de
preparar una interpretación. Una inestimable fuente de datos acerca de las estrategias para
aprender, memorizar e integrar los aspectos de su conocimiento musical, con la que vamos
entendiendo el proceder de estos expertos, para los que el alto grado de auto-conocimiento
de los procesos internos que controlan los resultados de su interpretación y la reflexión crítica
que les acompaña, les proporciona habilidades de auto-evaluación con las que controlar y
regular con mayor éxito su propio progreso musical (Wiley et al., 2005; Schraw e Impara,
2000, citados en Leong, 2010), y una mayor profundización en su camino hacia la
comprensión musical (Elliott, 1995, p. 73).
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Capítulo 2
Una de las principales conclusiones que podemos extraer de todo ello, es que el tipo de
ensayo de carácter intencional que hemos definido como práctica deliberada, lleva asociado
ciertos aspectos metacognitivos (Hallam, 1997a, 2001a).
En su aplicación al ámbito del aprendizaje musical, en los últimos años ha surgido una
corriente investigadora con dos directrices de actuación, por una parte se ha ido confirmando
el papel de las metaestrategias en la adquisición de altos niveles de competencia musical y
por otra, en su aplicación en la mejora del aprendizaje, se ha tratado de identificar la
funcionalidad de las habilidades que se derivan del pensamiento metacognitivo en la práctica.
Para entender este último punto, basta recordar que en los largos períodos de práctica en
solitario que debe asumir un estudiante, lejos de la orientación del profesor, y en niveles que
preceden a la adquisición de la maestría, adquiere especial significación el desarrollo de
habilidades relacionadas con la toma de decisión respecto a qué tipo de estrategia puede
resultar la más idónea (tocar más lento, cambiar de digitación, estudiar por fragmentos,
memorizar...), o pensar sobre qué habilidad o destreza debe mejorarse (Jørgensen, 2004). En
definitiva y si bien no todas los individuos utilizan las estrategias metacognitivas de igual
forma (Zimmerman, 1994, 1998 citado en Nielsen, 2001), se ha visto la importancia que
reviste desarrollar la habilidad para aplicar este tipo de estrategias como la vía más eficiente
y eficaz en el camino hacia una mejora global de la Interpretación musical, tras comprobar
su papel esencial en la resolución de problemas relacionados con la práctica en solitario y en
la mejora de la comprensión, retención y transferencia de lo aprendido (Aiello, 2003).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Feltovich y sus colaboradores (2006), constataron que los músicos expertos necesitan
adquirir representaciones mentales para monitorear, controlar y evaluar su propio
desempeño, gracias a las cuales pueden modificar gradualmente los mecanismos que entran
en juego en el feedback de los resultados, tarea que les proporciona información sobre el
logro y las oportunidades de repetición. Durante décadas la mayor parte de las
investigaciones sobre competencia experta en música, apoyadas por las teoría del
procesamiento de la información, han tratado de conocer qué tipo de representaciones se
suceden en la práctica musical, teniendo en cuenta que los pensamientos metacognitivos no
parten de la realidad externa sino de las representaciones mentales de un individuo, e incluye
“lo que sabe, cómo funciona o cómo se siente acerca de esa realidad” (Hacker, 1998, p. 3,
citado en Aiello, 2003).
Desde esta línea de pensamiento, Lehmann (1997, citado en Ginsborg, 2004) propuso la
existencia de una estructura de representaciones mentales propias de la música desarrollada
por profesionales o expertos que vienen mediadas por complejos sistemas integrados de
representaciones definidas por tres elementos esenciales:
El primero de estos elementos encuentra su origen en el requisito que debe darse durante la
práctica de incluir estrategias por las que se adquiere una visión global, obtenida gracias a la
atención explícita a un determinado objetivo a largo plazo, propia de una actividad deliberada
y planeada (Miller, Galanter y Pribram, 1960; Sloboda, 1985; Shaffer, 1995). La visualización
de la imagen ideal de la música, tanto desde el punto de vista estético como técnico, implica
la selección, la expresión y la generación de ideas musicales, ya sea en la Interpretación
musical, composición o improvisación, y se fundamenta principalmente en el establecimiento
de metas previas que predetermina la selección de los objetivos de práctica.
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Capítulo 2
Los intérpretes suelen establecer estos objetivos en función del conocimiento declarativo de sus
propias preferencias, fortalezas y debilidades. Se trata de objetivos asociados a dos elementos
esenciales, en primer lugar, la identificación de áreas problemáticas relacionadas con aspectos
técnico-musicales, entre los que podríamos mencionar a modo de ejemplo, las dificultades
de memorización, y en segundo lugar, el deseo de alcanzarlos, vinculando las metas u
objetivos de práctica con aquellos factores motivacionales que mueven hacia el logro de una
Interpretación de éxito, que serán tratados en el capítulo siguiente.
Una vez definido el objetivo, su representación es utilizada para decidir la forma de ejecutar
y controlar la tarea a realizar (Ericsson, 2002). Este segundo elemento, está asociado a dos
tipos de conocimientos, un conocimiento procedimental de cómo se llevan a cabo la tarea,
integrado por todas aquellas decisiones que el intérprete idea a lo largo de sus sesiones de
estudio, y un conocimiento condicional que responde a la pregunta de por qué y cuándo aplicar
estas decisiones. En definitiva un pensamiento que responde a la reflexión acerca de qué tipo
de estrategias resultará más apropiada o qué resultados se espera obtener (Kluwe, 1987), y
que generalmente está estrechamente asociado al esfuerzo detectado, o a decisiones sobre
cuánto tiempo debe utilizarse antes de cambiar de estrategia (Nielsen, 1999b).
Nielsen (1999a, 1999b, 2001a), Jørgensen (2004) o Chaffin (2002), entre otros autores, nos
han enumerado distintas actividades observadas e implementadas en la práctica por
intérpretes profesionales y estudiantes de diferentes niveles, detallando cómo analizan y
eligen los materiales para hacer frente a la práctica, si estudian por secciones largas o cortas,
si eligen una determinada digitación, si prefijan el tiempo de práctica necesaria, etc. De las
conclusiones de sus indagaciones se desprende que no todos las aplican de igual forma y no
en todas las tareas. Tal y como mencionábamos anteriormente, poseer mayor experiencia
proporciona a los sujetos un mayor conocimiento acerca de la variedad de estrategias con las
que pueden contar. Además, algunas de estas acciones están relacionadas con la realización
de tareas específicas establecidas en función de los distintos elementos de la interpretación,
y su aplicación dependerá si se trate de abordar aspectos técnicos, musicales o memorísticos.
Por último decir que la selección de las metas de aprendizaje, predicción de los resultados y
la programación de estrategias de aprendizaje o práctica se concreta en una determinada y
consciente planificación estratégica que no es otra cosa que el diseño de un plan sistemático para
la selección de las metas de aprendizaje, diseñado en función de los objetivos propuestos
(Weinstein y Mayer, 1986, citado en Nielsen, 2001a). Esta planificación resulta indispensable
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
para compensar las deficiencias detectadas y controlar el progreso hacia la meta. De nuevo
la representación del objetivo a lograr guiará y controlará la ejecución de la tarea, de tal
manera que si a lo largo de este procedimiento se detecta que el avance no es satisfactorio
será necesario plantear un nuevo objetivo de logro o desempeño que implica, recurrir a
estrategias alternativas (Ericsson, 2002).
La observación de músicos expertos han mostrado un alto nivel de planificación que aplican
en función a la organización auto-impuesta de cuándo la práctica debe llevarse a cabo, es
decir, en función del uso de estrategias de gestión del tiempo imprescindible para cumplir plazos
impuestos al compromiso artístico profesional. Y si bien se ha observado que en los menos
expertos su práctica no responde a un plan específico, descubrimos como en la mayor parte
de profesionales hay una práctica regular con una distribución secuencial y lógica, es decir
relacionada con estudiar a la misma hora y con el diseño de un plan diario o semanal ajustado
a los objetivos prefijados (Sloboda et al., 1996, Hallam, 2001a). Esta distribución planeada de
la práctica a través del tiempo favorece la profundidad y el pensamiento de alto nivel en el
que el individuo construye activamente ideas sobre cómo abordar una tarea práctica (Honey
y Mumford, 1986).
Las investigaciones sobre la práctica distribuida, han revelado que puede ser esencial cuando
se trabaja en las instrucciones de noveles que no tienen las estructuras de conocimientos
necesarios, o cuando los estudiantes deben comenzar a generar y aplicar nuevos conceptos.
Sin embargo, también se ha puesto de manifiesto que la práctica masiva puede resultar útil
en dos situaciones: si el objetivo del entrenamiento es un comportamiento particular en lugar
de comprensión, como por ejemplo en la necesaria repetición conducente a la adquisición de
automatismos aplicada incluso en el caso de expertos que ya poseen las estructuras de
conocimiento y que aspiran a superar los límites de la normalidad en el rendimiento (Hallam,
1997b); y en las acciones integradas en el llamado ensayo de “sobreaprendizaje” (Misrha,
2004)
Y por último, el tercer elemento identificado por Lehmann, la representación del momento de la
Interpretación, conlleva acciones de monitoreo, seguimiento y control coincidente con el contexto del
escenario en el que se muestra la ejecución musical, e implica una constante vigilancia y
atención mediante acciones de valoración de la efectividad y la eficiencia de las estrategias
utilizadas en relación a las metas y el logro en el trabajo realizado.
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Capítulo 2
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
las últimas tendencias apuestan por una definición conciliadora, donde el aprendizaje
autorregulado es entendido como una forma de control de la acción en la que se integraría
tanto los componentes metacognitivos como motivacionales. Es decir, aunaríamos el
conocimiento de la cognición referido al aspecto declarativo del conocimiento, “saber qué”;
la regulación de la cognición que nos remite al aspecto procedimental de la metacognición,
“saber cómo” (Brown 1987); así como algunos aspectos motivacionales, relacionados con
una concepción del aprendizaje independiente desde el control de la propia motivación,
emociones y comportamiento (Pintrich, 1999). Y en donde las auto-creencias adquieren
especial significación por la forma en que pueden afectar a su resultado del aprendizaje
(Zimmerman 1989, citado en Zulma, 2006).
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Capítulo 2
Todos y cada uno de estos cuatro componentes fueron estudiados relacionados con otros
hábitos de práctica (tiempo diario de práctica, práctica formal, práctica informal, distribución
de la práctica…). En sus resultados, Mizska (2013) encontró correlaciones significativas,
especialmente entre los hábitos de práctica, tiempo diario y la percepción de eficacia en la
práctica, constatando cómo aquellos alumnos que presentan mayor autorregulación de la
práctica son alumnos que dedican mayor tiempo a la práctica formal y se perciben como más
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
eficaces. También estableció una estrecha relación predictiva entre regulación estratégica de
la práctica y los resultados positivos del aprendizaje musical, conclusiones consistentes con
otros trabajos anteriores como los de Hallam, 2001b; McPherson, 1997; McPherson y
McCormick, 2006, Duke et al., 2009;. Gruson, 1988; Miksza, 2011, 2012.
El esfuerzo físico y mental que requiere el adiestramiento musical con progresos que no
siempre se hacen evidentes y el logro de objetivos basados en la repetición constante durante
largos periodos de tiempo, está asociado a una capacidad de resistencia y de persistencia en
la realización de la actividad (Austin et al., 2006). Por su parte, la continuada práctica deliberada
que definía la superioridad de un experto, tal y como veíamos en apartados anteriores, lleva
implícito poseer una consistente motivación para realizar una acción que no siempre resulta
ser agradable (Ericsson, et al., 1993; Ericsson y Lehmann, 1996, Gabrielsson, 2003). Incluso
los críticos a la teoría del desarrollo experto coinciden en la interacción existente entre
motivación y altas habilidades, al defender la hipótesis de que factores no adquiridos como
el talento natural predispone al individuo a involucrarse con la práctica y por ende, este
compromiso media entre la relación entre ésta y los altos niveles de rendimiento alcanzados
(Gardner, 1982).
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Capítulo 2
Castejón, 2003), siendo este compromiso una de las variables que va a distinguir a los
individuos expertos de aquellos que pueden tener dificultades para cumplir las demandas de
esa práctica (Ericsson et al., 1993).
Por su parte, un análisis de contenido de las biografías de músicos profesionales reveló que
el interés personal hacia la actividad musical y la importancia de maestros, compañeros y en
definitiva, el apoyo socio-emocional proporcionado por el ambiente familiar, son los
aspectos que más impulsan al músico hacia la excelencia, tal y como quedaba patente en el
comportamiento que mostraban hacia la actividad musical a lo largo de su trayectoria como
músicos (Bloom, 1985). Al respecto, recientes estudios sobre la adquisición de la excelencia
de músicos han puesto de manifiesto que la planificación de una carrera musical desde las
primeras experiencias musicales hasta la etapa profesional se caracteriza por una dedicación,
determinación y la voluntad de hacer sacrificios que se va transformando en confianza en sí
mismo y una mayor competencia (MacNamara et al., 2008). Ello nos lleva a poder afirmar
que las expresiones positivas de los aspectos no cognitivos como por ejemplo, una valoración
superior e intrínseca de las actividades o un contexto de apoyo que cree un entorno que
fomente el reto y procesos de aprendizaje de alta calidad, favorecerán la transformación de
los talentos individuales en logros excepcionales (Feldhusen y Hoover, 1986; Gagné, 1993;
Heller, Perleth, y Lim, 2005, citados en Hallam, 2002).
En esta misma línea, Clark, Williamon y Lisboa (2007) exploraron las percepciones
experimentadas en los hábitos de preparación a la Interpretación. Estos autores constataron
que las principales diferencias entre músicos con mayor o menor experiencia se encontraban
en los factores que rodeaban al éxito o al fracaso en la Interpretación. Así pudieron observar
que las interpretaciones de éxito venían acompañadas de sentimientos de estar preparados y
de una mentalidad positiva hacia la música. Por el contrario, las Interpretaciones de menor
éxito estaban vinculadas a percepciones de frustración, falta o inadecuada preparación, y en
definitiva sentimientos negativos generados en el trascurso de la ejecución musical.
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Una forma de conceptualizar todo este proceso lo ofrece el marco teórico de las teorías de
la motivación, que ha sido ampliamente utilizada en el ámbito del aprendizaje y el
rendimiento académico para explicar cómo esos procesos operan como metas, expectativas,
atribuciones, valores y emociones (Schunk y Pajares, 2002) y que hoy en día no son
considerados como proceso psicológicos en sí, sino como parte integral de un aprendizaje
que ayuda al sujeto a desarrollar su más alto potencial (O'Neill y McPherson, 2002).
En su aplicación al ámbito musical, las investigaciones que actualmente se han llevado a cabo,
tratan temas como el interés por la escucha musical, o los propósitos que guían la práctica
musical, centrando sus pesquisas en el estudio de los factores que afectan al interés por tocar
un instrumento como actividad voluntaria y en la motivación implicada en la decisión de
continuidad de la actividad musical en niños y adolescentes. A pesar que son prácticamente
inexistentes en el campo de la Interpretación profesional, los resultados son un referente en
cuanto a la metodología de estudio de las variables motivacionales como las valencias,
expectativas y sentimientos que guían la adquisición efectiva de una habilidad o destreza
instrumento musical, teniendo en cuenta que incluso los individuos más jóvenes son capaces
de estimar lo que les gusta o lo que piensan que es importante para ellos, así como pueden
percibir su propia competencia en un dominio particular (Wigfield, 1994; Wigfield y Eccles,
1992, citados en Schunk y Pajares, 2002). Además hay claras evidencias de que los jóvenes
músicos desarrollan sus habilidades en condiciones ambientales y a través de experiencias
similares a aquellos que logran los más altos niveles de rendimiento (Sloboda, 1985). De ahí
que el marco teórico que orienta estas investigaciones puede y debe de servir para el estudio
de las motivaciones conducentes al desarrollo profesional.
De igual manera, muchas de la investigaciones que hemos recogido en este capítulo se basan
en adaptaciones de los resultados obtenidos en contextos académico generales, donde la
motivación ha sido una de las variables utilizadas para explicar, por ejemplo, la interacción
entre el aprendizaje y el rendimiento, al considerar que la necesidad de alcanzar el logro,
implica una conducta orientada a conseguir el éxito, y aunque no siempre los
comportamientos tienden a la búsqueda de un resultado positivo, ya que en algunos casos lo
que se trata es de evitar el riesgo del fracaso, no cabe duda que la orientación motivacional
juega un papel decisivo en el proceso de aprendizaje (Atkinson, 1964, citado en Pintrich,
2003).
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Capítulo 2
Sin embargo algunos autores como Pintrich y Schunk (1996) insisten en que no se puede
establecer una norma generalizada, sino que los motivos dependen de la naturaleza de la
acción de que se trate, alentando a seguir profundizando para encontrar instrumentos de
indagación adaptados a cada contexto. Por ello en la última década se ha abierto una línea
adicional a la investigación de la calidad de la práctica musical que aborda la gama de
características individuales específicas que resulten predictivas en la calidad del rendimiento
y por ende, de la excelencia musical (McPherson y McCormick, 2006).
La revisión bibliográfica sobre orientación motivacional, nos muestra una gran variedad de
modelos estructurales. Entre ellos contamos con los desarrollados al amparo de las actuales
teorías socio-cognitivas de la motivación, fundamentadas en la aceptación de que nuestro
comportamiento puede estar mediado por nuestros pensamientos y percepciones acerca de
los acontecimientos. En este modelo se integran variables como la personalidad, el yo, la
motivación y la interpretación de la situaciones o los eventos que rodean al individuo, y donde
la motivación se ve como principal factor que media y regula aquellas conductas adaptativas
por las que se llegan a alcanzar las propias metas personales (Mischel, 1973). Algunas de las
propuestas que siguen estos principios se han materializado en teorías como la Teoría de la
autodeterminación de Deci y Ryan (1985), la Teoría atribucional de la motivación del logro
de Weiner (1974), la Teoría de las metas de aprendizaje de Dweck y Elliott (1983), o el
Modelo de eficacia percibida de Schunk (1997), entre otras muchas que han servido de guía
para el delineamiento de un modelo motivacional, multidimensional que trataremos en los
sub-apartados siguientes.
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Hallam (2002) será una de las pioneras en ofrecer un modelo de síntesis de las teorías
motivacionales existentes, Un modelo definido por la interacción entre factores disposicionales
que aluden a las características personales de cada individuo, y factores ambientales que
predeterminarán el compromiso hacia las diferentes facetas de la práctica musical, y por lo
tanto, integrado por dimensiones cognitivas, motivacionales y afectivas. Estas dimensiones
vienen determinadas por la naturaleza de la tarea, y en las que se ha diferenciado entre el reto
que supone un concierto o un examen, el cómo se aborda la preparación de un repertorio, o
los motivos tendentes a mantener la decisión de continuar tocando un instrumento. También
considera que el compromiso hacia la práctica musical tiende a progresar a lo largo de todo
el ciclo vital. Esta evolución se aprecia desde las tempranas experiencias musicales,
espontáneas o derivadas del aprendizaje por juegos, mayormente afectadas por el gusto por
tocar, por el apoyo reportado por las familias o por la influencia de las característica del
profesor; pasando por la etapa intermedia mediada por el aprendizaje y la práctica guiada e
intencionada; hasta llegar a la fase en la que se ha conformado su personalidad artística
profesional, caracterizada por la búsqueda de la efectividad en la práctica y por haber
adquirido el compromiso inherente al músico profesional (Sosniak, 1985; Manturzewska,
1990, Harnischmacher; 1997, citados en Hallam, 2002).
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Capítulo 2
Así mismo, el modelo indaga acerca de cómo se ven afectados los procesos socio-cognitivos
cuando el entorno satisface las necesidades individuales al mediar las metas propuestas
(aspiraciones, objetivos…), las atribuciones causales por el éxito y el fracaso, o bien cómo
los afectos por la música derivados del contexto, la dificultad de la tarea o el nerviosismo
implican un comportamiento determinado. No obstante, será el esfuerzo y la habilidad
musical las causas más frecuentemente citadas por estudiantes de música como la causa que
predispone hacia el interés hacia la música y los aprendizajes que conlleva. De tal manera que
el músico altamente motivado tiende a hacer atribuciones relacionadas con el uso de
estrategias de aprendizaje óptimo, mientras que aquel con baja motivación tiende a atribuir
su fracaso a su carencia de habilidad (Austin, 1993; Austin y Vispoel, 1998, citados en
McPherson y McCormick, 2000).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
“(…) prácticamente nunca he tenido ocasión de oír buena música. El medio “nutritivo” que rodeaba
era totalmente insuficiente para el desarrollo de mis posibilidades (…) El acontecimiento familiar y
musical que marcó mi infancia fue mi encuentro con Félix Blumenfeld, mi tío materno (…) no olvidaré
nunca, cómo siendo aún niño, escuchaba sus maravillosas interpretaciones (…) mi hermana y yo
debíamos tocar para él. Escuchábamos su consejos con atención y durante esos días (…) nos embargaba
un sentimiento de alegría y felicidad” (p. 25).
Por esta razón, el papel de los maestros ha sido considerado clave en el desarrollo musical,
al comprobar que incluso en las etapas más tempranas, los niños que lograban más éxito
veían a sus profesores como más cálidos y simpáticos (Sosniak, 1985).
También se ha demostrado que el apoyo familiar, como por ejemplo tener padres músicos o
con altas y exigentes expectativas en el desarrollo de sus hijos, resultaba esencial a la hora de
promover el desarrollo de altos niveles de habilidad musical (Hallam, 2002).
Sin embargo, a pesar de la evidencias de la relación causal entre motivación y otras variables
derivadas de las demandas sociales, como por ejemplo, el valor dado a los diferentes tipos de
música, factores culturales, económicos, demográficos y políticos, el entorno educativo, el
ambiente familiar, el apoyo de amigos, lugar de trabajo o contexto de aprendizaje, aún se
sabe muy poco acerca de cómo esos factores median en la motivación para tocar un
instrumento musical (Jørgensen, 1997).
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Capítulo 2
El componente valor, reflexiona sobre los motivos, propósitos o razones para implicarse en la
realización de una actividad determinada y revela que la importancia dada a esa tarea resulta
predictiva para que se logre o no, dando respuesta a si los individuos valoran la actividad
como para evaluar el esfuerzo que conlleva realizarla (Eccles, Wigfield y Schiefele, 1998,
Eccles y Wigfield, 1995; Wigfield y Eccles, 1992, 2000, citados en Eccles, 2007). Los
investigadores han documentado que los valores que responden a por qué de lo que estoy
haciendo o aprendiendo, resulta predictivo para un número de procesos de logro, al mismo
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Estos autores también establecieron la estrecha relación entre las creencias valor y el
desarrollo musical en etapas de formación posteriores, distinguiendo diferentes componentes
relacionados con el valor de la tarea (McCormick et al, 2006). El primero de ellos es la creencia
que conlleva la realización bien de la tarea, es decir la importancia dada a ser bueno en música,
también definida como valor de logro, evaluado desde la percepción del costo o la percepción
negativa de ciertos aspectos relacionados con la participación de los estudiantes en
actividades musicales (Eccles, Adler, Futterman, Goff, Klaczala, Meece y Midgley, 1983
citados en McPherson, 2000). Estas percepciones negativas se deben, bien a la ansiedad o al
miedo al fracaso, o bien a la cantidad de esfuerzo necesario para seguir mejorando que desde
un punto de vista funcional se traduce en una opción que conlleva un tiempo que al estar
dedicado a la práctica musical impide la participación en otras actividades, ya sean lúdicas,
deportivas o académicas generales (Eccles et al, 1998 citado en O’Neill y McPherson, 2002).
Junto a este componente, McCormick y McPherson (2003) estudiaron otros dos elementos
de especial importancia que median en la adquisición de altos niveles de habilidad musical, el
interés o valor intrínseco suscitado hacia la práctica de la música y la percepción extrínseca expresada
en términos de si creían que su aprendizaje les sería útil a sus objetivos a corto y largo plazo.
La línea que separa ambas es difícil de cuantificar pues si bien el interés personal por la propia
actividad musical es una de las cualidades que puede darse tanto en músicos profesionales
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Capítulo 2
Estos resultados apuntan a un tercer elemento motivacional definido por el valor o utilidad
extrínseca, que es percibida de forma distinta respecto a aquella derivada de la realización de
la actividad en sí misma. En el campo musical integraría las razones más "extrínsecas" del
compromiso musical asociadas a una finalidad académica, laboral o artística, futura o
presente. Este elemento es lo que Eccles ha definido como valor de uso, valor de utilidad o
percepción de utilidad (Pintrich, 1999a), y conceptualiza la previsión de que una actividad
resultará útil en términos de fines para el futuro de una persona, lo que permite identificarse
con el contenido de las mismas (Eccles, 1980, citado en Pintrich, 2003).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
extrínseco si es considerada como necesaria para cumplir con un requisito académico, como
por ejemplo obtener una recompensa, obtener resultados concretos, el logro de
reconocimiento, evitar la vergüenza del fracaso, la obtención de una beca, evitar un castigo,
recibir un incentivo, entre otras (Eccles et al., 1983, Eccles y Wigfield, 1995; Wigfield, 1994;
Wigfield y Eccles, 1992, citados en Pintrich, 2003). Cada uno de estos prototipos de meta
coinciden con las variedad de razones de orden académico que siguen los alumnos para guiar
su comportamiento, tipificadas en función de los objetivos que se promueve en cada
situación académica. La distinción entre intrínseco y extrínseco coincide con la terminología
que distingue entre metas de aprendizaje, de dominio, metas de tarea o también llamadas metas de
maestría (Ames, 1992, Roberts, 1992; Anderman y Midgley, 1997; Kaplan y Midgley, 1997;
Middleton y Midgley, 1997, citados en Pintrich, 2003) y entre las metas de ego, de ejecución o metas
de rendimiento (Dweck y Elliot, 1983) o de actuación (performance goal) (Nicholls, 1984).
Según Pintich y García (1991) los patrones de motivación generados por un mayor interés
personal se caracterizan por un mayor compromiso con la actividad, mayores niveles de
eficacia, esfuerzo positivo, mayor persistencia o un mayor uso de estrategias cognitivas y
metacognitivas, un mayor nivel de progreso y mayor tiempo de práctica (Eccles et al, 1998;.
Hidi, 1990, Pintrich y Schunk, 2002; Schiefele, Krapp, y Winteler, 1992 citado en Pintrich y
García (1991). Por el contrario, y aunque los resultados no son tan concluyentes, las metas
de rendimiento se asocian a conductas motivacionales menos adaptativas, con efectos
emocionales negativos al crear en los individuos una mayor preocupación por su habilidad,
un menor uso de estrategias y una peor actuación (Ames, 1992, Pintrich y Schunk, 1996;
Pintrich, 2000).
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Capítulo 2
Sin embargo esta clara separación entre motivación extrínseca e intrínseca al ser dependiente
de la naturaleza de la tarea, en la vida real no resulta tan diferenciada. Así vemos que, en la
larga búsqueda en el desarrollo de la experiencia que lleva a un músico a tocar un instrumento,
vemos que se requiere un continuo intrínseco-extrínseco para persistir con las miles de horas
de práctica que se necesitan para lograrlo (Ericsson, et al., 1993). La teoría de la
autodeterminación propuesta por Deci y Ryan (1985) nos ofrece un marco para entender
cómo la regulación externa puede variar en función de la mayor a menor autonomía
experimentada por los individuos.
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Ahora bien, mientras los altos niveles de motivación intrínseca conllevan largas períodos de
prácticas por el puro placer de tocar, en el caso de una meta externa puede derivar en la
utilización de estrategias de aprendizaje eficaces tendentes a optimizar dicha práctica con un
reducción de tiempo logrando en ambos casos rendimiento similares (Hallam, 2002).
En cualquier caso, podemos concluir que la evidencia sobre la motivación para practicar
genera diferentes patrones de motivación según sea autogenerada, influenciada por otros o
mezcla de ambas, repercutiendo en el tipo de aprendizaje y aunque las investigaciones han
revelado resultados de rendimiento similares, aún se precisa profundizar en esta línea de
indagación, tal y como sugiere Susan Hallam (2002).
Un ejemplo de oportunidad para establecer e identificar las metas de ejecución que a corto y
largo plazo guían la práctica hacia el logro en contextos de aprendizaje musical, es el
momento de la evaluación de la Interpretación que se materializa a través de distintas
actividades como los exámenes que las comunidades educativas organizan, los conciertos y
la crítica posterior, la participación en concursos o incluso en la propia acción ejercida por el
profesor o por el propio intérprete para seleccionar las piezas que integrarán un repertorio
(McCormick y et al, 2003). Al respecto, una de las cuestiones más discutidas es si la evaluación
formal de la música o la participación en actividades en la que se espera recibir una valoración
de los demás, puede ser causa que impida o limita la motivación. En este sentido, hay que
puntualizar que cuando el logro se da en contextos en el que participa la opinión de críticos
musicales, profesores o colegas, el rendimiento es considerado altamente competitivo. Los
estudios en áreas de la educación general han mostrado que las metas competitivas que deben
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Capítulo 2
mostrar capacidad o de evitación del fracaso favorecen que los alumnos dejan de valorar la
importancia del aprendizaje, para centrar su atención en los resultados inmediatos o dirigir
su esfuerzo a superar a los otros (Harackiewicz, y Barron, 1998; Harackiewicz, Barron, Carter,
Lehto y Elliot, 1997, citados en Pintrich, 1993).
Por su parte, la experiencia de docentes y pianistas les hace coincidir en que el éxito de
cualquier tipo de evaluación en música, depende en cómo los evaluados se sienten confiados
en realizar una buena Interpretación, solo así podrá demostrar el esfuerzo asociado o el grado
en que ellos creen en sí mismos (Davidson y Scutt, 1999). Tocar bien en un concierto implica
un fuerte sentido de identidad, de ser un músico capaz o como afirma Hallam, “una
motivación íntimamente ligada a un auto-percepción de ser musicalmente eficaz” (2002, p
27). Para un instrumentista que pasa largas sesiones de práctica los sentimientos de confianza
en su capacidad para llevar a cabo la ardua tarea de la interpretación puede desempeñar un
importante papel en el mantenimiento de las estrategias de práctica, y por lo tanto puede
constituirse en un factor fundamental que influirá en el logro del éxito de sus sesiones de
estudio (Pintrich, 1999, Pintrich et al, 1990; Hallam, 2002; McCormick y et al., 1999, 2000,
2003, Nielsen, 2004).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
“(…) muestro “nerviosismo” (lo que llamamos miedo a tocar delante de un público) no será
otro de los nombres que se le da a la autoconciencia, o peor aún, a nuestra mala conciencia por la
seguridad técnica de la partitura? En este último caso se debe perfeccionar su técnica, mientras que en
el primero hay que aprender a desechar todo pensamiento de sí mismo… y concentrar su pensamiento
en el trabajo por hacer. Lo que se logrará gracias a la fuerza de voluntad y la persistencia en su auto-
aprendizaje” (p. 121-122).
Bandura (1997) señala que cuando un individuo se enfrenta a una tarea con elevada creencia
de autoeficacia no sólo rendirá más sino que dedicará más esfuerzo que aquel que dude acerca
de su capacidad y que en consecuencia, obtendrá un rendimiento menor que aquel que se
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Capítulo 2
siente eficaz. Si en los ámbitos académicos generales contamos con un gran número de
trabajos que tratan de corroborar la utilidad predictiva de la autoeficacia en el logro
académico (Schunk y Pajares, 2001), no ocurre lo mismo, en el marco teórico de la música,
aunque tal y como afirma McPherson y McCormick (2006), las exigencias físicas, mentales y
emocionales que se necesita para mantener el compromiso con los largos períodos de
práctica antes de poder ejecutar una obra musical, predicen similares resultados. Estos
autores en sus estudio sobre el papel de la autoeficacia y de la motivación en general en la
interpretación musical, revelaron que la autopercepción de la capacidad de los estudiantes
expresada previamente a la realización de un examen no sólo son predictivos de la calidad de
la interpretación musical, sino que juega un papel decisivo en su futura decisión de continuar
desarrollando esta habilidad (McCormick y et al., 1999, 2003).
Por su parte, la investigadora noruega Siw Graabræk Nielsen (2004) nos ha legado uno de
los estudios más relevantes para esta investigación, al contemplar una población de
características similares a la del presente trabajo, estudiantes de nivel de enseñanza superior
con edades comprendidas entre 18 y 43 años. En su trabajo aborda la correlación entre la
autoeficacia y el uso de estrategias utilizadas durante la práctica, encontrando que el nivel de
confianza de un estudiante en su habilidad para la práctica afecta a la forma en que se practica
y al tipo de estrategia que se utiliza, descubriendo que aquellos estudiantes que cuentan con
un alto grado de autoeficacia son los que más estrategias cognitivas (estrategias de
elaboración, de gestión…) y así como, estrategias metacognitivas involucran en su práctica.
Este mismo trabajo revela gracias a los informes verbales retrospectivos que se realizaron a
los participantes que las experiencias pasadas en concursos y conciertos, las comparaciones
sociales y el refuerzo de otros (compañeros, profesores o familiares) pueden ser una de las
causas que determinan el nivel de autoeficacia. Es decir, el impacto de las respuestas
habituales al fracaso que acontecen en contextos de evaluación del rendimiento, dan lugar a
un esfuerzo redoblado o evitación de la tarea y por lo tanto, son la base sobre la que se delinea
el sentido de la eficacia (O'Neill, 1999a).
Ahora bien, en relación a las creencias sobre la capacidad o competencia y la forma en que
éstas influyen tanto en las metas como en el logro, no todos los aspectos se valoran
positivamente. Desde los modelos de la autorregulación del aprendizaje, hay ciertos peligros
asociados a una percepción demasiado optimista o pesimista de la competencia, si un
estudiante está constantemente sobreestimando sus capacidades, no se sentirá motivado a
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
En esta misma línea, Dweck (2000) distinguió dos tipos de auto-creencias relacionadas con
las habilidades, la creencia de identidad, donde la habilidad es identificada como una
característica fija, estable e incontrolable y por lo tanto asociada con el talento innato, y las creencias
incrementales, aunque inestables puede ser controlables, es decir las habilidades son susceptibles de
mejora gracias al esfuerzo, gracias a la práctica (citado en O, Neill y McPherson, 2002). Sus
investigaciones vinieron a demostrar que aquellos estudiantes con creencia de identidad eran
más propensos a mostrar preocupación e incapacidad para afrontar el fracaso o dificultad.
Por el contrario para aquellos en el que el logro es el punto final del aprendizaje resulta ser
más receptivos para buscar soluciones y nuevas estrategias. Basándose en esta teoría, los
resultados obtenidos en un estudio realizado con jóvenes instrumentistas llevado a cabo por
O'Neill (1999b) sugieren que en la frecuencia de la práctica musical, la valoración de una
actividad musical puede ser más importante que las creencias en la capacidad de éxito.
Las palabras de Pajares nos llevan a describir junto a los componentes motivacionales de
autoeficacia y de valor de la tarea, anteriormente descritas, un componente de especial
importancia, los sentimientos afectivos. Este componente describe los resultados de las reacciones
emocionales que se producen cuando se ha completado la acción como consecuencia de las
explicaciones generadas para explicar sus resultados (Pintrich, et al, 1993).
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Capítulo 2
Y si bien muchas teorías sobre la motivación han incluido como componente motivacional
a las emociones o sentimientos, no todos han reconocido el importante papel que cumple en
los procesos de orientación que promueve cualquier acción. No obstante contamos con
autores que no dudan en considerar determinantes de la motivación a variables como las
atribuciones dadas al resultado de la tarea generadores de emociones (Weiner, 1987) o a la
experiencia óptima o sentimiento de flujo (O'Neill, 1999a; Csikszentmihalyi, 1999), entre
otras, que tratan de explicar cómo los afectos o sentimientos positivos o negativos afectan a
la forma de pensar y en consecuencia se vinculan al rendimiento y a los resultados del
aprendizaje (Alonso Tapia, 1991).
Así vemos que la ansiedad entendida desde su manifestación fisiológica, ha sido uno de los
factores afectivos que más atención ha recibido en el estudio de la calidad en la Interpretación
musical, aunque no cabe duda que cualquiera de la amplia gama de emociones que
experimenta un músico profesional a lo largo de su vida, antes durante y después del acto
creativo, ya sea la composición o de una actuación afectarán irremediablemente a su
rendimiento. De hecho diferentes investigaciones revelan que los músicos profesionales
muestran características de personalidad específicas relacionadas con el impacto que las
sensaciones de introversión, independencia, sensibilidad y ansiedad tienen en el logro del
éxito (Kemp, 1996 citado en Goncy y Waehler, 2006). En entrevistas a músicos
profesionales, se ha observado una gran variedad de ellas que van desde el entusiasmo, la
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Algunas de estas emociones surgen del intenso período de autocrítica que antecede o sucede
a una interpretación. Es el momento de recordar conceptos recogidos principalmente en la
teoría de la atribución de Weiner (1974, 1986). Este autor parte de la premisa de que sentimos
en función de cómo pensamos y que por tanto, las cogniciones son condicionantes directos
de las emociones. Concretamente, en situaciones de logro se ha encontrado que el resultado
de la acción, la atribución particular realizada y la dimensión causal implicada son los
principales determinantes de las emociones sentidas, de tal manera que no es el éxito o el
fracaso en sí, sino la atribución que se hace de estos resultados lo que influirá en si piensan
que van a seguir haciéndolo bien o mal. Por ello la investigación de los patrones de atribución
causal afectivo-emocionales a la realización de la tarea resultan de especial importancia para
entender las variaciones en el rendimiento de intérpretes, estudiantes o profesionales, sobre
todo en un ambiente estresante provocado por las habituales experiencias de evaluación de
la práctica, que se sucede ante un público, un concierto o un examen de música, o por la
acción de instruccional del profesor, teniendo en cuenta el impacto de estas atribuciones en
el valor dado a la tarea en las expectativas para el logro futuro, en la auto-percepción de sus
propias habilidades, en la dificultad percibida de las distintas tareas y otras respuestas
emocionales derivadas (Pintrich y Schunk, 2002; Austin y Vispoel, 1998; Hallam, 1998,
citados en Hallam, 2002).
Austin (1993) encontró que aquellos individuos que atribuían su fracaso como estudiantes
de música a un esfuerzo insuficiente o pobres estrategias de aprendizaje eran más propensos
a anticipar en el futuro un mejor desempeño que los estudiantes que atribuyen el fracaso a la
falta de capacidad. McPherson y McCormick (2000) realizó un estudio con 349
instrumentistas de edades comprendidas entre los 9 y 18 años, que se encontraban en una
situación previa a ser calificados en exámenes de rendimiento. Los resultados demostraron
que más del 50% percibió su resultado del examen como una consecuencia de la cantidad de
esfuerzo dedicado a la preparación para el examen y al esfuerzo ejercido durante el examen.
En ambos estudios la mayoría de los estudiantes con buenos resultados aportaron
autoinformes agradables, es decir atribuciones de éxito a emociones positivas.
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Capítulo 2
No obstante, aún queda un largo camino para conocer cómo diversos afectos positivos y
negativos o las emociones pueden guiar o dirigir la cognición y el aprendizaje tanto en
entornos académico como en música en particular (Hallam, 2002). De hecho sobre las
reacciones positivas o negativas existe cierta controversia dado el papel adaptativo de los
sentimientos positivos o las reacciones emocionales negativas en la cognición y el
aprendizaje. Algunos modelos sugieren que el afecto negativo a excepción de los sentimiento
de vergüenza, tales como la ira, el malestar o la culpa, puede llevar a un más detallada, analítica
y cuidadoso procesamiento de la información, mientras que otros sugieren que es el afecto
positivo el que tiene efectos más beneficiosos para un procesamiento heurístico
(Fredrickson, 2001; Schwartz, y Clore, 1996, citados en Pintrich, 2003).
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Desarrollo de la competencia experta en la Interpretación Musical
Sin embargo no siempre ocurre así, la evidencia científica nos indica que una experiencia
emocional positiva supone un impacto en la autoestima (Sloboda et al, 1996; Hallam, 1998a)
que puede llevar a perseguir los intereses con mayor entusiasmo, a una mayor creatividad, a
un pensamiento más flexible, y por ende a una mayor capacidad para resolver problemas
(Isen, 1987, 2002; Graham, 1996, citados en Pintrich, 2003). Por el contrario, Pintrich et al.
(1991) constataron que los pensamientos negativos como la ansiedad o la excesiva
preocupación activados por los individuos en relación a la tarea afectan negativamente al
rendimiento y correlacionan negativamente con las estrategias de aprendizaje (Pintrich et al.
1996).
Por su parte, Clark et al. (2007) llevaron a cabo un estudio con la finalidad de explorar las
percepciones de los músicos en relación a las rutinas de preparación de una interpretación,
la autopercepción de sí mismos, los factores de stress así como las habilidades no musicales
para hacer frente a ello. Las entrevistas revelaron que las interpretaciones de éxito se
vinculaban a sentimientos de preparación y mentalidad positiva, y a una mayor experiencia
de los participantes, frente a las de menor éxito conectadas a una menor experiencia y a
pensamientos y estado de ánimo que dificultaba su desempeño al estar asociadas a
sentimientos negativos, frustración, incomodidad con la situación, percepción de dificultad
del repertorio o “auto-presión” por los resultados que, en definitiva les impedía disfrutar con
el momento de la interpretación.
Para concluir este capítulo señalar que dado el interés que pueden suponer los afectos y
emociones en el desarrollo de habilidades se insta a contar con un mayor número de
investigaciones sobre ellos (Schutz y DeCuir, 2002) hasta lograr una completa comprensión
en su aplicación al desarrollo de habilidades musicales (Ritchie y Williamon, 2007).
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CAPÍTULO 3. ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS DE
MEMORIZACIÓN: TIPOS DE MEMORIA MUSICAL
Cabe puntualizar que, aunque es habitual elaborar listados de los diferentes tipos de memoria
musical como marco conceptual, para el desarrollo de este trabajo se ha utilizado
indistintamente “modalidad de memoria” y “estrategias de memorización”, teniendo en
cuenta que ambos términos, tanto el procedimiento como la técnicas de retención suelen ser
utilizados como sinónimos al integrar en su explicación, la definición de los distintos sistemas
memorísticos que encontramos en la memorización en la interpretación musical.
95 |
Capítulo 3
En primer lugar, cuando nos referimos a música que va a ser ejecutada de memoria a través
de un instrumento, suele utilizarse los término de “memoria” y “memorización”, y aunque
en apariencia son equivalentes, entre ellos puede establecerse una clara división al diferenciar
entre la imprescindible memoria que se articula para el aprendizaje de una pieza musical y lo
que se ha considerado como el verdadero acto de memorizar. Tal y como señala Chaffin
(2002) en ambos procesos está implicada la memoria, pero se ha de distinguir entre los
recuerdos basados en la entrada de nueva información que interactúa con la ya almacenada
en la memoria a largo plazo, y la Interpretación de memoria propiamente dicha o memorización,
que se revela como un proceso activo y específico que responde a una intencionalidad, un
análisis, una síntesis y una consolidación de lo retenido a largo plazo. Este último concepto
de memoria se basa en dos aspectos básicos, en una necesaria contextualización de la
información en tiempo y espacio (reintegración), y en su presentación completa para su
correspondiente transmisión (reconstrucción) (Ginsborg, 1999). En otras palabras, en el
estudio de la memoria musical diferenciaremos lo que es definido por las teorías de la
información como reconocimiento, que se presenta de forma espontánea al aprender una pieza
musical, y la memoria propiamente dicha donde se exige, entre otras especificidades, que la
información sea procesada explícitamente, de tal manera que las técnicas de codificación o
en cómo se almacena el material serán las claves que asegurarán los posibles fallos en el
proceso de recuperación y reproducción. De ahí que a la hora de memorizar resulta
imprescindible tener presente ambas facetas de la memoria que nos ayudarán a detectar
donde se dan las dificultades en los procesos memorísticos, bien en la codificación y
almacenamiento, o bien en la recuperación de la información (Arroyo-Anyó, 2002).
En segundo lugar, la música se recuerda como parte de una acción. En el caso que nos ocupa
la acción estaría representada por el acto de la Interpretación o ejecución musical. De tal
manera que en la memorización de material musical en su comparación con la memorización
de material verbal, la memoria procedimental de carácter implícito toma protagonismo frente a
la memoria declarativa, por lo que las reglas nemotécnicas habitualmente utilizadas en otras áreas
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Estrategias y Técnicas de memorización
del conocimiento no parecen ser las estrategias más útiles, dado las especiales características
asemánticas de la música (Spender, 1980). Ahora bien, paradójicamente a lo anteriormente
expuesto, en el concepto de asimilación de elementos musicales adquiera un papel esencial
el conocimiento declarativo frente al procedimental. De hecho, tanto la memoria declarativa
como la memoria semántica utilizada de forma específica, como constataremos en los
apartados siguientes, puede llegar a convertirse en una de las técnicas de mayor fiabilidad
para la codificación de los eventos musicales que encontramos en una pieza musical
(Davidson et al., 1997).
Y el tercer elemento a tener en cuenta, se refiere a las dos etapas que básicamente se han
identificado en el proceso de memorización de una partitura. Según los estudios en este
campo, en los pasos previos a la memorización se asimila una primera información que
comienza a llegar al almacén sensorial. Se trata de información táctil, auditiva y/o visual, es
decir recuerdos creados por el tacto de los dedos sobre las teclas del instrumento, el recuerdo
sonoro de la música o la mirada hacia la escritura musical (Ginsborg, 2004), acciones que
resultan esenciales para crear desde la perspectiva de las teorías del procesamiento de la
información, representaciones mentales de la música a nivel parcial o superficial (Craik y
Lockhart, 1972). Posteriormente, si el pianista en su labor mnemónica quiere registrar y
conservar la partitura en la memoria con garantías de fiabilidad, la información debe ser
repetida y elaborada kinestésica, visual y/o auditivamente para crear una representación que
pueda ser transferida a la memoria a largo plazo, que diferenciará al aprendizaje de una pieza
musical de su memorización. Para lograrlo se recurre a un tipo de memoria que integraría la
asimilación conceptual en su conjunto, es decir, la asimilación del texto musical a interpretar,
gracias al uso de representaciones seguras y recuperables que se integrarían en la estructura
del conocimiento general de la memoria semántica (Sloboda, 1978, citado en McMilliam,
2005), fruto de la transformación de la memoria motor, visual y auditiva en memorización
deliberada (Palmer, 2006). En otras palabras, la memoria musical se adquiere gracias a
distintos tipos de repetición pero ayudada por el conocimiento del significado de la música,
explicación que encuentra su paralelismo en los estudios sobre lingüística que desde la
perspectiva psicológica ha estudiado los distintos estadios de profundidad de procesamiento
de la memoria (Segalowitch, Cohen, Chan, Prieur, 2001), y que han concluido en señalar la
ventaja de aquella memoria centrada en la semántica o en aspectos más profundos de cómo
se recuerda la información (Craik y Lockhart, 1972; Roediger y Guynn, 1996, citados en
Ballesteros,1999).
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Capítulo 3
Los tipos de memoria descritos, son generalmente discutidos en conjunto, revelando que las
técnicas de memorización interactúan en diversos grados y en combinación con otras
estrategias a fin de asegurar su efectividad, y no de forma aislada. Este proceder apoyaría la
noción de que cuanto más opciones por los que la información musical es codificada, se
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Estrategias y Técnicas de memorización
crean más asociaciones y conexiones para aquella información que debe ser retenida, y por
tanto es más probable que un individuo pueda recordarla (Noyle, 1987). Al mismo tiempo,
se ha evidenciado empíricamente que la elección de la estrategia o tipo de memoria, depende
de aspectos tales como la experiencia o las características del material musical memorizado
(Gruson, 1987, Noyle, 1987, Hallam,1997b). Así por ejemplo, pasajes de gran dificultad
técnica que precisan gran velocidad de ejecución utilizarán preferentemente un estilo
kinestésico (Palmer, 2005); y el uso de las estrategias conceptuales y analíticas parecen estar
influenciado por la formación y la capacidad del intérprete, de tal manera que aunque la
intuición del pianista le hace confiar principalmente en la memoria motor y auditiva, los más
experimentados por lo general imponen en su preparación el uso de la memoria conceptual
(declarativa) (Aiello, 2000).
La elección o el predominio de una u otra definirán lo que se conoce como estilos de aprendizaje
memorístico. En el área musical contamos con el trabajo llevado a cabo por Jennifer Misrha
(2002, 2004, 2005, 2013) quien en su búsqueda de un modelo sistemático y holístico del
proceso de memorización musical, estableció en función de la frecuencia y de la elección del
tipo de estrategias o técnica de memorización utilizadas, distintos estilos de aprendizaje.
Misrha sugirió que el definido como estilo de aprendizaje memorístico sensorial podría estar
relacionado con los estilos de aprendizaje identificados por Svard y Mack (2002), y en los que
se agruparía todas aquellas estrategias relacionadas con la asimilación fonética, acústica,
gráfica de los elementos musicales, así como de todos aquellos recuerdos kinestésicos. A ello
añadió el estilo de aprendizaje analítico relacionada con la memoria consciente y vinculada al
conocimiento semántico de los elementos musicales.
Todos y cada uno de estos tipos de memoria, iremos analizando con más detalles, en los
apartados siguientes
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Capítulo 3
Para los pianistas no resulta del todo ajeno aquella experiencia que se basa en necesitar
simular la ejecución de una pieza al ser preguntados por una digitación1 o una articulación2 en
particular. También les resulta familiar que el grado de complejidad o velocidad de algunos
pasajes supere toda capacidad de retentiva visual o de reflexión consciente (Hoffman, 1920).
Es el momento de poner en práctica lo que comúnmente se conoce como la memoria de dedos.
Una memoria resultado de la adquisición de conocimiento procedimental adquirido gracias
a la memoria motriz o kinestésica, fruto de la retroalimentación sensorial de las articulaciones, los
músculos, y los receptores del tacto, y responsable del aprendizaje de movimientos
musculares de brazos, manos, dedos, pies, así como de sensaciones táctiles (Liberman y
Mattingly, 1985). Un tipo de memoria estrechamente relacionada con el desarrollo de una
serie de reflejos técnico-mecánicos resultado de las constantes repeticiones parciales o totales
que tienen lugar en todo proceso de asimilación y preparación conducente a la ejecución de
una pieza musical (Matthay, 1926), imprescindible para lograr una memoria fiable ante las
presiones emocionales de la actividad escénica y para alcanzar una interpretación que debe
estar caracterizada por su continuidad y fluidez, es decir, debe resultar espontánea y natural
en su comunicación emocional con el público (Repp, 1998; Sundberg, Friberg, y Frydén,
1991, citado en Ginsborg, 1999).
1 “…seleccionar el orden sucesivo o simultáneo de los dedos con los que ejecutar una obra musical…” (Alber Nieto en La
digitación pianística. Editorial Mira editores, Zaragoza, 1988, p. 13)
2La articulación en música alude a la forma en que se produce la transición de un sonido a otro o bien sobre la misma nota
… buscar definición en Diccionario
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Estrategias y Técnicas de memorización
Algunas de las investigaciones realizadas en este campo han evaluado la importancia de los
movimientos kinestésicos con experiencias de asimilación de piezas basadas en ejercicios
realizados con el uso del teclado pero eliminando el factor de la audición. Los resultados
revelaron que la ausencia de sonido no afectaba a la exactitud en la ejecución, mientras que
se visualizaba la notación musical, y aunque los resultados no fueron tan óptimos en la
ejecución de memoria, se pudo observar que los novatos dependían más de los recursos
motores (posición de manos y uso de la digitación) en mayor grado que los pianistas expertos,
y que el grado de error disminuía en función de la capacidad auditiva interna del ejecutante
(Finney y Palmer, 2003; Meyer y Palmer, 2003; Palmer, 2006).
Siguiendo esta misma línea de investigación, Lisboa, Chaffin y Logan (2002) observaron el
proceso de memorización desarrollado por un violonchelista en su preparación de la Partita
nº 6 para violonchelo solo de J. S. Bach. La metodología aplicada se basó en una prueba
consistente en que tras un previo estudio de los elementos y contenidos de la interpretación
de los que el músico se sirve como guía de recuperación memorística, se le pidió la
interpretación de memoria de la partitura en varios ocasiones a largo de un período de tres
años, tocada y escrita. Los resultados vinieron a confirmar la importancia de los aspectos
motores ya que la recuperación escrita de la misma, vinculada a la memoria semántica o
conceptual, presentaba más dificultades si no era precedida por su ejercitación sensomotora.
Éstas y experiencias similares, a pesar de no ser definitivas en sus resultados, explican la obra
musical como un “programa motor” donde la mecanización de los hábitos motores asegura
que la interpretación, y por extensión la memoria, se muestre en las mejores condiciones, y
que establece una clara diferencia entre las habilidades memorísticas de los instrumentistas y
la de otros expertos. La memoria en la interpretación, no solo es el resultado de la unión de
tareas cognoscitivas como la memoria auditiva y visual, sino que precisan una mayor
presencia y participación de la acciones motoras si se compara con otros expertos como los
actores (Intons-Peterson y Smyth, 1987; Ericsson y Oliver, 1989) u otros memoristas (Luria,
1968; Thompson, Cowan y Frieman, 1993, citados en Chaffin, 2002). Esto supone que
aunque se puede aplicar las generalidades sobre la memoria experta en lo referente a la
participación y la importancia dada al conocimiento conceptual (Chase y Ericsson, 1982 y
Ericsson y Kintsch, 1995, Ericsson y Oliver, 1989), la memoria de los pianistas no puede
estar sujeta a los mismos principios que a éstos, debido al papel esencial que en su desarrollo
cumple la memoria motriz (Palmer, 2006).
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Capítulo 3
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Estrategias y Técnicas de memorización
Figura 2. Creando automatismo como principio de la memorización (de elaboración propia adaptado de Levin,
1992)
Una de las aplicaciones instruccionales de estos principios está relacionada con la elección de
la digitación y el papel primordial que cumple en los procesos memorísticos por su
vinculación con la memoria kinestésica, afirmación acorde a ideas como las expresadas por
Ralph Kirkpatrick “una cuidada y coherente digitación (…) una gran ayuda para la memoria”
(citado en Cook, 1990, p. 45). Estas palabras coinciden con el consejo de profesores e
intérpretes profesionales acerca del uso sistemático de una misma digitación como refuerzo
memorístico. En los estudios de casos de pianistas profesionales se ha podido observar como
una gran cantidad de práctica de las etapas iniciales está dedicada a la toma de decisión de las
combinaciones de digitación para aquellos pasajes que revisten mayor exigencia técnica. Tal
elección es entendida como un plan de los movimientos motores que pueden ser
codificados en la memoria (Chaffin e Imreh, 2003) y por ello, una vez seleccionados se
debe mantener estable durante toda la práctica posterior (Chaffin et al, 2003; Miklaszewski,
1989; Nielsen, 1999a).
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Capítulo 3
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Estrategias y Técnicas de memorización
En definitiva podemos afirmar que los intérpretes, en especial los menos profesionales que
suelen confiar casi exclusivamente en la memoria motor, corren el peligro del inevitable
fracaso de la memoria (Chaffin e Imreh, 1994). La experiencia anecdótica nos muestra que
una memoria dependiente de la retención kinestésica es la causa de la mayor parte de los fallos
memorístico, puesto que una distracción o un pequeño lapsus puede desencadenar en el
olvido kinestésico con fatales consecuencias, como por ejemplo la necesidad de tener que
iniciar la obra desde el principio para poder continuar (Sloboda, 1985, p.91).
Por otra parte, aunque la automatización de la acción motora, fundamentada en una implícita
memoria motriz, resulta imprescindible para lograr una interpretación fluida y espontánea al
favorecer una recuperación suficientemente rápida y fiable de la memoria como para estar
disponible en el momento que lo necesita el ritmo de la Interpretación, cuando ésta supera a
la representación conceptual responsable de la recuperación consciente de la información
memorizada, se produce el fenómeno que coloquialmente conocemos como que las “manos
van solas” (Palmer y Pfordresher, 2003). Para contrarrestar sus efectos negativos se hace
necesario coordinar la memoria motórica con la recuperación de la memoria declarativa a
largo plazo, de manera que esta memoria llegue en la memoria de trabajo en el momento
justo, es decir, antes de la acción motora pero no con demasiada antelación que pueda
interferir en la ejecución motriz (Palmer, Kutas y Mayes, 1987).
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Capítulo 3
Chaffin (2002) identificó cuatro tipos de señales, a saber Estructurales, puntos críticos
relacionados con la estructura formal de la pieza musical y los límites de sus secciones; las
señales Interpretativas, subdivididas en tres categorías, señales Expresivas que representarían
sentimientos musicales, señales específicamente Interpretativas vinculadas con la anteriores y
relacionadas con la expresión explícita o implícita del fraseo, la dinámica y tempo, y por
último señales básicas, dimensión relacionada con la identificación de dificultades técnicas,
lectura de las notas o el reconocimiento de patrones de digitación, entre otras (Chaffin,
Lemieux y Chen, 2004; Chaffin et al., 2002; Chaffin y Crawford, 2007).
Geeves y sus colaboradores (2008), han cuestionado, a pesar del papel crucial concedido a
las señales de interpretación, la hipótesis de la existencia de un esquema de recuperación
jerárquico ordenado de señales en el desarrollo de la memoria experta en la Interpretación
musical, quizás por la confusión en el uso de los términos centrales como “señal', “rasgo” y
“dimensión”. Esta imprecisión terminológica dificulta el entendimiento de esta teoría, y
además, en la práctica se da cierta arbitrariedad en la organización o selección de este tipo de
indicaciones, al ser dependientes de factores tales como, aspectos técnico- instrumentales
según el instrumento del que se trate, experiencia o formación del ejecutante, las
características estilísticas o el grado de preparación de una pieza musical que, entre otras
cosas, impide hablar de un procesamiento jerárquico de la información.
106 |
Estrategias y Técnicas de memorización
En efecto, como veremos en apartados siguientes, los intérpretes de mayor experiencia para
asegurar lo más posible su actuación en público tratan de memorizar lo memorizado, a fin
de compensar la vulnerabilidad de la memoria derivada de la repetición, afectada por las
interferencias _un pensamiento pasajero, un ruido de la audiencia o los cambios de
escenario_ que debilitan el proceso de reproducción basado de forma exclusiva en el
automatismo muscular. Para ello y sin renunciar a la automaticidad que le ofrece la repetición
kinestésica, utilizan en su apoyo todas las estrategias posibles de memorización a fin de
compensar estos aspectos, tales como las técnicas de control basadas en la creación de señales
o claves de recuperación (visuales, auditivas, kinestéisicas, semánticas) con las que trazar un
mapa mental que les facilita el uso de una representación conceptual durante la ejecución
musical, sin interferir en las acciones automáticas. De tal forma que puedan tener acceso a la
información a través de una activación de conceptos o esquemas interconectados
almacenados en la memoria como contenido direccionable, y de este modo poder reproducir o
simplemente pensar en una sección de la partitura y poder recordarla, desarrollando una
interpretación controlada con posibilidad de recuperarse tras un lapsus o fallo de memoria
(Chaffin y Logan, 2006).
El mencionado estudio de Lisboa et al. (2002) no solo confirmó la importancia de los aspectos
motores sino que también vino a corroborar que los elementos referidos a la expresividad y
en especial, los rasgos estructurales eran contenidos con mejor accesibilidad gracias a la
memoria declarativa. Resultados consistentes con la experiencia de pianistas y pedagogos
como Karl Leymer y Walter Gieseking (1931) quienes han defendido una memoria que si
bien es dependiente de la automatización motriz como principio generador, ésta deberá estar
basada en “la reflexión y en el análisis” (de los elementos musicales) (p. 56).
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Capítulo 3
Previo a la defensa del análisis como estrategia memorística, una breve reflexión sobre el
significado que reviste el concepto de análisis nos ayudará a comprender el fundamento de
su importancia. Sabemos que el Análisis Musical es la disciplina que estudia las distintas obras
musicales, desde el aspecto de la forma, estructura interna, técnicas de composición, o acerca
de la relación entre estos aspectos y cuestiones interpretativas, narrativas y dramáticas,
relaciones que son descubiertas gracias a la labor de teóricos y analistas musicales. Se trata de
un campo perteneciente al área de la Teoría de la Música, quizás de las más recientes, de
hecho, su nacimiento como disciplina autónoma se sitúa aproximadamente en la segunda
mitad del siglo XIX, y ha sido entendida desde distintas perspectivas, gracias a las
aportaciones de teóricos como Hugo Riemann o Heinrich Schenker, pasando por los
principios de descomposición formal de la Teoría de la Gestalt o como comentábamos
anteriormente la aplicación de principios de análisis lingüísticos que han sido rebatidos por
los estudios de Lerdahl y Jackendoff (2006) (citado en Ordañana y Laucirica, 2010).
Actualmente, la necesidad de comprender las estructuras musicales, han llevado a recientes
estudios a indagar su relación con otros aspectos de la música como la estilística (Larue,
1970), la práctica interpretativa (Rothstein, 1995), o la capacidad cognitiva humana
(Ordañana y Laucirica, 2010).
Oroñana y Lauricio (2010) nos sintetizan las distintas perspectivas para entender la estructura
de la música. Así por ejemplo, desde la perspectiva de la Teoría de la percepción, cuando
escuchamos música, no oímos sonidos aislados, sino sonidos sucesivos que nos resultan más
o menos coherentes, es decir, organizados de tal manera que nuestra mente es capaz de
comprender y percibir las diferentes elementos de los que se compone la experiencia musical:
melodías, acordes, ritmos (Deutsch, 1994; Pineau & Tillmann, 2001) y que no puede ser
teóricamente abordados sin el uso del concepto de organización (Koffka 1935/1973). En el
contexto de la música tonal occidental, oímos y organizamos de acuerdo con las leyes
perceptivas, que son probablemente las mismas que el compositor utiliza para escribir y que
el intérprete utiliza para llegar a la comprensión de la música, gracias a lo cual puede aspirar
a entender lo que el compositor escribió que facilitará su transmisión en tanto intérprete al
oyente quien podrá, aunque no necesariamente, entenderlo en función de esas mismas leyes.
Por su parte, la Teoría del agruapamiento perceptutal (De Groot, 1946, Chase y Simon, 1973),
propone que la mayor memoria de la que hacen gala los expertos en ajedrez se debe al
reconocimiento de agrupamiento familiares de las piezas del ajedrez. En su aplicación en el
108 |
Estrategias y Técnicas de memorización
área de la música, esta teoría trata de explicar cómo durante la audición o la ejecución
instrumental, los músicos reconocen o crean algunos rasgos característico y familiares que
son agrupados para formar prototipos, patrones que resultan esenciales para la identificación
de los estilos musicales (Invertí, 2003). Estas formaciones actúan como claves que generan
huellas o rasgos que no sólo nos permiten identificar una obra musical, sino que cumplen un
papel relevante en la generación de agrupamientos perceptivos en la memoria a corto y a
largo plazo.
Por otra parte, cuando los músicos construyen agrupaciones, no sólo lo hacen de acuerdo
con ciertas reglas implícitas para formar patrones dentro de una específica gramática, sino
que también deben recuperar de la memoria elementos con los que construir el discurso
musical, nos referimos al uso de esquemas simplificados como por ejemplo los que utiliza el
intérprete para alcanzar una mayor comprensión de la estructuras melódicas, armónicas y
métrica en la preparación de una pieza de música. Esta estructura simplificada, memorizada
previamente, le permitirá a posteriori reconstruir la complejidad del discurso musical
(Imberty, 2005) y como veremos, también está implicada en los procesos de creación de los
mapas mentales que ayudan a la recuperación de la memoria.
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Capítulo 3
Estas y otras teorías nos introducen en el estudio de distintas modalidades de memoria que
se fundamentan en el análisis de la estructura de la composición musical, memoria analítica,
memoria estructural o memoria narrativa.
Susan Hallam (1997b) sugiere que la forma musical y el guion de un programa musical se
derivan del mismo sistema cognitivo. Argumento que nos llevan a identificar la memoria
analítica o estructural con la denominada memoria narrativa definida por Rubin-Rabson (1937),
en tanto memoria de la organización secuencial general o memoria para los eventos
organizados por los esquemas que conectan en una serie temporal, las acciones discretas, a
través de estructuras narrativas basadas en los objetivos de los sujetos involucrados (Mandler,
1984, citado en Snyder, 1946). No obstante, no todos los autores coinciden en asimilar
conceptualmente memoria analítica o estructural con memoria narrativa aun compartiendo raíces
comunes. Por ejemplo, los procesos de codificación son muy similares, son sistemas
cognitivos o representacionales y por lo tanto, pueden actuar independientemente de la
conducta y ambos sistemas pueden identificar a gran escala las relaciones estructurales entre
eventos (Snyder, 1946). La diferencia entre término “programa”, concepto aplicado
explícitamente a la organización narrativa musical, es más fácilmente aplicable incluso a
aquellos con poca experiencia musical, al estar relacionado con la habilidad para contar
historias (memoria episódica). Por el contrario la capacidad de establecer relaciones semánticas
entre los eventos musicales es adquirido por el conocimiento restringido a la experiencia de
un músico experto (memoria semántica) (Spender, 1980).En todo caso, desde la década de 1930
contamos con un gran número de estudios que independientemente del término para definir
el sistema memorístico utilizado, tratan de averiguar la eficacia del análisis de la estructura
musical en los procesos de memorización.
Una gran parte de las investigaciones han tenido como objetivo la valoración de los efectos
del pre-análisis en la memorización de obras de piano. Kovacs (1934, citado en Dubé, 2006)
estableció una relación causal entre el análisis de una partitura sin ayuda del teclado y su
memorización a largo plazo, y aunque sus conclusiones no pudieron ser generalizadas por el
reducido tamaño de la muestra, inició una línea de investigación secundada años más tarde
por otra de las pioneras en este campo, Rubin-Rabson, quien en 1937 llevó a cabo la
comparación entre varios grupos de pianistas que memorizaban piezas cortas. Un grupo
utilizaba como referente el teclado y otro analizaba las piezas antes de ser memorizadas,
transcurrido un plazo de tres semanas pudo comprobar cómo aquellos que habían llevado a
110 |
Estrategias y Técnicas de memorización
cabo el análisis, fueron los más rápidos en aprender de nuevo las piezas de memoria y
ejecutarlas con mayor precisión memorística.
Otros estudios han centrado sus pesquisas en cómo los pianistas con experiencia tienden a
conceptualizar una composición en secciones independientes pero relacionadas entre sí,
creando un todo coherente que solemos relacionar con el concepto de estructura musical. La
estructura musical, utilizada como elemento de recuperación en el
aprendizaje mnemotécnico, se convierte en herramienta sobre la que organizar la práctica,
especialmente cuando el proceso de estudio es segmentado o por secciones, y de este modo
iniciar y detener los inicios de las secciones definidas por la forma musical más que en
cualquier otro momento de la pieza (Ericsson y Kintsch, 1995; Gruson, 1988; Hallam, 1997;
Miklaszewski y Sawicki, 1992; Miklaszewski 1983, 1989 y 1995; Williamon y Valentine, 2002).
Sus conclusiones revelan que aquellos pianistas con un alto nivel de capacidad de
memorización eran más propensos que aquellos de nivel inferior, a la práctica de segmentos
coincidentes con los límites estructurales definidos por la forma de la pieza. También se ha
podido observar que la probabilidad de que un pianista utilice estrategias de memorización
basada en la forma, se incrementaba a lo largo de las sesiones de práctica, experimentando
una mejora en las etapas cercanas a la interpretación final y en correlación al momento
temporal de cuando comenzaban a hacerlo (Aiello y Williamon, 2002). Por el contrario, los
pianistas principiantes, tienen más probabilidades de acercarse a una composición como un
conjunto amorfo o como una serie de notas independientes (Gruson, 1988), quizás sea esta
la razón por la que expertos y artistas intérpretes o ejecutantes avanzados parecen utilizar
estrategias de análisis con mayor frecuencia que aquellos intérpretes noveles o con menor
experiencia (Hallam, 1997; Nuki, 1984; Williamon y Valentine, 2002).
Una de las aportaciones más relevantes en esta área es la del profesor de psicología Roger
Chaffin y la pianista Gabriel Imreh (2002) quienes han estado colaborando durante casi una
década en un proyecto de exploración de los procesos cognitivos implicados en el aprendizaje
y la memorización musical, aportando uno de los más detallados y recientes estudios sobre
la utilización de la estrategia de análisis para desarrollar la memoria conceptual para la música. El
propósito de su primer estudio fue producir un registro sistemático de las actividades de una
concertista de piano profesional, mientras que memorizaba el tercer movimiento del
Concierto Italiano para clave de J. S. Bach, a los largo de las 57 sesiones de práctica realizadas
durante 10 meses, grabadas en video y en cinta de audio, donde se anotaban la toma de
decisiones en cada sesión de trabajo realizada hasta completar una memorización con éxito.
111 |
Capítulo 3
Uno de los principales hallazgos de este estudio fue que tras la identificación de la estructura
compositiva de la obra, ésta fue utilizada, no sólo para guiar su práctica a través de la
segmentación, agrupación y asociación de los elementos, sino también como mapa conceptual
que aseguraba la precisión y fiabilidad cuando se tocaba de memoria.
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Estrategias y Técnicas de memorización
la pieza musical (Hallam, 1997). Por ello se aconseja seguir el ejemplo de los pianistas
expertos y abogar para que los intérpretes y músicos en general, lleven a cabo un análisis
formal en profundidad de todas las composiciones a interpretar, y aunque no todos los
pianistas están familiarizados con la estructura de una composición, y por lo tanto no resulta
una propuesta del todo realista, los intérpretes deben desarrollar sus propias estrategias de
análisis, ya que por muy simple que sea su conocimiento de la estructura musical, al parecer,
ejerce una influencia positiva extensible a las demás preferencias para el aprendizaje, bien
visual, kinestésico o con el uso de las distintas modalidades auditivas (Chaffin y Logan, 2006).
Premisas que han llevado a constatar empíricamente que el conocimiento analítico refuerza
la memoria y favorece la rapidez del proceso memorístico, sobre todo, si el análisis se integra
en las primeras etapas del aprendizaje, ya que facilita la división de la música en secciones
más cortas, más fáciles de ser memorizadas, que serán posteriormente integradas en una
memorización global, consolidando la estabilidad y fiabilidad de la memoria, y favoreciendo
la creación de puntos referenciales, señales o claves de recuperación, dentro de una pieza, a
los que se puede recurrir cuando hay una necesidad de reanudar una actuación que
inesperadamente ha sido interrumpida o no se ha resuelto como estaba previsto (Williamon
y Valentine 2002).
Por último hay que señalar los límites de los resultados de estas investigaciones, que no
pueden realmente generalizarse a la memorización de cualquier tipo de música, ya que la
mayoría de los estudios se centran en el aprendizaje musical, el rendimiento y la recepción
de la música tonal del repertorio estándar de instrumentos solistas (a saber, el piano). Por lo
tanto antes de poder alcanzar conclusiones definitivas que se pueden extraer acerca de las
bases neurales de la memoria musical o de la teoría de la memoria de expertos aplicado al
área musical, la investigación adicional debe llevarse a cabo respecto a este punto. Ya que
aunque está bien documentada todos aquellos elementos de la memorización de la música
que normalmente se ajustan a los principios de organización jerárquica (Williamon y
Valentine, 2002), es decir se ajusta a patrones rítmicos, tonales y estructurales que han
definido a la música culta o seria clásica tonal, no podemos dejar de preguntarnos, cómo el
intérprete forma, organiza y utiliza las representaciones mentales en el aprendizaje y la
interpretación de aquella música que desafía a las distintas convenciones compositivas.
Quizás así, descubramos que se da un tipo de cognición que ha permitido a los músicos
asumir la memorización de material musical atendiendo a las demandas semánticas que han
ido evolucionando en cientos de años de historia de la música y de este modo, abordar la
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Capítulo 3
memorización de repertorio que no se ajusta a dichos cánones, como por ejemplo música de
procedencia no occidental o la música de compositores actuales.
La memoria acústica, auditiva, aural (Sandor, 1981) se ha definido como aquella que nos permite
recordar alguna o todas las características acústicas del sonido, altura, timbre, duración e
incluso aquellas cualidades más específicas relacionados con los aspectos rítmicos de los
sonidos (memoria rítmica) (Dowling, 1978). La capacidad para recordar auditivamente una
melodía, en tanto ésta se conforma de una serie de intervalos de tonos o alturas que dibujan
un contorno melódico, está asociada a un tipo de memoria fotográfica de los estímulos
ecoicos (Macek, 1987, citado en Williamon, 2004), que por los general ocurre sin ayuda de
otras modalidades memorísticas, lo que sugiere la existencia de una memoria auditiva
independiente (Reisberg, 2001 citado en Hallam, Cross y Tahut, 2008). Esta hipótesis ha sido
corroborada por recientes estudios neuropsicológicos que nos hablan de la existencia de un
subsistema auditivo separado (Fornazzari et al. 2006), que en definitiva proporciona un tipo
de memoria que consiste en un recuerdo sonoro despojado de una consciente reflexión
musical, responsable de que aun careciendo de formación musical, se pueda recordar tal o
cual canción (Halpern y Bower, 1982).
114 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Por su parte, en el proceso de asimilación y preparación de una pieza musical inédita, distintos
pianistas, pedagogos y psicólogos han defendido la premisa de que el feedback auditivo
cumple un papel esencial para la Interpretación. El entrenamiento auditivo proporciona al
músico información complementaria que le permite ser más preciso en la detección de
errores o en la velocidad de recuperación memorística que aquellos que carecen de esta
formación (Sheldon, 1998). Su desarrollo a través de la escucha de audiciones musicales no
sólo es fundamental para la formación musical en general, sino que los estudios en esta área
sugieren que es una ayuda eficaz para aquellos actos concretos de la música principalmente
basados en dimensiones conceptuales relacionadas con atributos acústicos como tono,
tonalidad, armonía, estructura melódica, logrando que el aprendizaje sea más efectivo para
aquellos que ya la conocen o que anteriormente han experimentado con música de similares
características (Rosenthal, 1984; Rosenthal, Wilson, Evans y Greenwalt, 1988, citados en
Palmer y Meyer, 2000). Así mismo, cada nueva pieza de música que oímos contribuye a este
conocimiento (Sloboda y Parker, 1985), lo que genera una mayor capacidad de
reconocimiento memorístico que actúa como refuerzo en el acto de escuchar (Vermersch,
1994).
Sin embargo, no todos los estudios corroboran la importancia del sonido en la memorización
instrumental que como apuntábamos en apartados precedentes, debe ser entendida no como
reconocimiento sino como reintegración de la información. Schlabah en 1975, trató de
averiguar si la audición tenía un efecto sobre el aprendizaje y reaprendizaje nemotécnico en
la práctica pianística, midiendo cuatro métodos de pre-estudio, el estudio previo auditivo, previo
visual, el pre-estudio auditivo y visual, y por último el estudio sin análisis previo. Los resultados
obtenidos le llevaron a confirmar que el pre-análisis visual –auditivo resultaba de gran eficacia
en aquellos individuos más cualificados en sus habilidades auditivas, rítmicas y tonales,
aunque no resultaba predictiva del rendimiento memorístico si se comparaba con variables
como la capacidad individual, los conocimientos previos o el nivel de dificultad de la obra a
memorizar.
En todo caso, la inconsistencia en los resultados de éste y estudios similares para avalar el
papel del feedback auditivo en el aprendizaje memorístico, se deriva de la multiplicidad de
traducciones del material de una obra musical (visual, auditivo o kinestésico) y su
interdependencia a la hora de la reproducción memorística. Así vemos que junto a la
percepción sonora, interactúan otros componentes de retroalimentación perceptual, cada
uno de ellos aporta una información específica que revertirá su acción sobre el resultado de
115 |
Capítulo 3
la actividad del intérprete. En primer lugar contamos con la información que se recibe del
feedback exteroceptivo y propioceptivo (Sherrington, 1906; Brown, 1989, citados en Davidson y
Correia, 2002) responsables del sistema de control motor que regula el comportamiento
kinestésico y el equilibrio, asociados a la acción en la ejecución musical y artífices de la
producción del sonido (Finney y Palmer, 2003; Palmer y Meyer, 2000). En segundo lugar,
contamos con los receptores visuales y vestibulares que interaccionan en el feedback visual
que regula la información proveniente de los estímulos visuales de la ejecución musical. Por
último, tenemos al ya mencionado feedback auditivo que proporciona una información que
el intérprete recibe relacionada con el sonido resultante de su propia interpretación, que
facilita indicios de lo que va suceder con la que realizar los reajustes motores oportunos para
perfeccionar la ejecución y actúa a modo de claves de recuperación memorística (Finney y
Palmer 2003).
Uno de los estudios más concluyentes en este terreno ha sido el de Highben y Palmer (2003),
quienes verificaron que la ausencia de elementos acústicos durante la práctica de una pieza
inédita no impedía su asimilación, y no afectaba a la exactitud o fidelidad con la que los
pianistas la ejecutaban, siempre y cuando la nota impresa permanecía visible. No obstante,
las conclusiones no resultan definitivas, incluso se puede decir que son contradictorias, ya
que el mismo estudio también reveló que la presencia del sonido favorecía el aprendizaje
memorístico, ya que la ausencia de sonido durante la práctica afectaba negativamente a su
posterior interpretación de memoria, corroborando en cierta medida, la importancia de la
116 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Para concluir este apartado señalar que incluso considerando la no incidencia del factor
auditivo en la memorización, otorgándole sólo un papel mediador y responsable del control
crítico o de evaluación de los resultados en la Interpretación, la experiencia de pianistas
profesionales transmitida por la tradición pedagógica clásica apoyan la tesis de que, dentro
del marco conceptual adecuado, la repetición de lo memorizado acústicamente, si bien no
reviste la misma importancia que para los movimientos kinestésicos, no cabe duda de que se
constituye como una estrategia eficaz en la que fundamentar la práctica de la memorización,
ya que tal y como afirmábamos anteriormente, repetir lo que ha sido memorizado ya sea
cantado en voz alta, ejecutado o imaginado resulta una estrategia de gran eficacia y de
resultados excelentes (Ginsborg, 2004).
117 |
Capítulo 3
Desde la Antigüedad contamos con complejas nemotecnias para asociar imágenes con
música en los procesos de memorización que concluyeron con la invención de la grafía,
resultado de una historia de búsqueda para lograr diseñar todo un vocabulario de términos
abstractos con los que poder expresar los parámetros que definen a los sonidos musicales en
un intento por cuantificar o fijar los límites de la subjetividad, “asemanticidad”, temporalidad
y abstracción que caracteriza a la audición de la música a través de la grafía, máxima expresión
de la transformación de la percepción auditiva en percepción visual (Apel,1953):
"...La música es un discurso abstracto que reside en la memoria. (...) conocemos una obra musical
cuando ya no existe más que en nuestra memoria. Pero es una memoria globalizadora, que comprime
el tiempo en el cual se dilató la música, hasta convertirla en un objeto visual que podemos contemplar
simultáneamente..." (Pliego de Andrés, 1996, p.26).
La evidencia de que la grafía musical ha sido y aún lo sigue siendo, el vehículo más efectivo
para acercarse a la música clásica se muestra en la tradición pedagógica donde la voluntad
acústica no siempre participa activamente, consecuencia lógica de aplicar un sistema de
aprendizaje que centrado en el desarrollo de habilidades técnicas y en los procesos de
codificación y decodificación de procesos musicales ha olvidado el papel esencial de tocar de
oído ha dejado en el último eslabón el acto de escuchar, en detrimento de lo que conforma
la imagen sonora. Por ello no es de extrañar que en los métodos instruccionales tradicionales el
sentido del oído es sustituido por el dominio de los aspectos visuales que se contraponen a
las nuevas propuestas didácticas de la enseñanza del piano que abogan por una perfecta
integración entre el aprendizaje de la grafía musical y la capacidad auditiva musical (Pérez,
1995, 1996).
La visualización sonora suele confundirse con aquella otra memoria visual, que relacionamos
con la capacidad que presentan algunos músicos para recordar la posición en la página de un
determinado fragmento musical e incluso el número de página donde se localiza, y cuyos
efectos negativos experimentan algunos músico cuando trabajan con una edición diferente
con la que iniciaron el aprendizaje de una pieza (Chaffin et al., 2002). La evidencia anecdótica
nos revela músicos con una memoria puramente visual, como la atribuida al director de
orquesta Arturo Toscanini (Marcus, 1979), y cuya existencia ha sido constatada por la
investigación empírica, reconociendo que la conocida como memoria fotográfica, memoria
relacionada con el contexto representado por el diseño gráfico de la partitura, participa
activamente en el proceso de memorización.
118 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Nuki (1984) analizó la frecuencia en el uso de las estrategias kinestésica, visual, sonora, o una
mezcla de las tres, que habían sido utilizadas por un grupo de estudiantes de piano y
composición a quienes se les pidió primero leer a primera vista y después memorizar una nueva
pieza musical. Los estudiantes que afirmaron haber usado una estrategia visual fueron
significativamente más rápidos en memorizar que los que usaron una de las otras estrategias
o mezcla de las tres.
Para contrarrestar sus efectos adversos, existe la posibilidad de que esta técnica sea aplicada
con diferentes niveles de precisión. Una primera opción se basa en la premisa de que es
posible la construcción de una imagen visual precisa, de gran eficacia y que actúa como
refuerzo para el recuerdo, siempre y cuando se supere el aprendizaje incidental relacionado
con la lectura de la partitura y se fundamente en un trabajo cognitivo deliberado adicional no
incidental, como por ejemplo, accediendo a la memoria nominal, entendida como la
memorización de la nota impresa sin su vinculación sonora (Ginsborg, 2004), o a un tipo de
técnica visual basada en utilizar marcas de lápiz propias o de otros, que haga referencia a la
digitación utilizada así como, otro tipo de señales que de alguna forma sean frutos del análisis
consciente de los elementos constitutivos de la música y por lo tanto de alguna forma
vinculada a la memoria semántica, tal y como analizaremos en apartados siguientes. Y en
segundo lugar, retomando los conceptos de la percepción visual y sonora, las teorías
cognitivas proponen que hasta que el momento de la interpretación llega, el contacto con el
signo o imagen gráfico con el que se expresan los sonidos, generará en la mente del músico
un tipo específico de representación que podría mediar en el proceso musical, son las
llamadas imágenes sonoras musicales (Godoy y Jørgensen, 2001) que pueden acaecer fruto de un
uso no-deliberado, como escuchar música en la mente de forma involuntaria, aunque
también pueden ser el resultado de un uso deliberado, fruto del estudio, reflexión y análisis
de la sintaxis melódica, armónica, rítmica y contrapuntística de la música.
119 |
Capítulo 3
En efecto, las imágenes sonoras resultantes presentan una calidad sensorial que es similar a
la experiencia de percibir (Beisteiner, Altenmuller, Lang, Lindinger y Decke, 1994; Zatorre,
Halpern, Perry, Meyer y Evans, 1996; Janata, 2001a, 2001b, citados en Highben y Palmer,
2004), pero su cualidad no necesariamente es auditiva en su origen, puesto que no pueden
ser atribuidas exclusivamente a los eventos o sistemas que son estrictamente auditivos,
aunque presentarían un aspecto similar al fenómeno sonoro que representan, y podrían ser
evocadas gracias al seguimiento del código musical escrito, la notación musical (Baddeley y
Logie, 1992; Brodsky y otros, 2008, citados en Highben y Palmer, 2004) y por ende,
responsables de una mayor fiabilidad en el proceso memorístico, en tanto que la imagen es
más perdurable que lo efímero del sonido.
Para Seashore (1938), la visualización del sonido o capacidad de crear imágenes auditivas, es lo
que distingue la preparación de un músico experto y debe ser vista como una condición
necesaria para el aprendizaje, la retención, recuerdo, el reconocimiento y la anticipación de
eventos musicales. Cabe señalar que no todos los autores comparten estas apreciaciones
mostrando ciertas reservas respecto a la presencia y utilidad de esta habilidad en la práctica
instrumental e incluso dudando de su existencia. Y aunque reconocen que los músicos deben
ser capaces de interpretar una partitura antes de poder ser tocada (Sloboda, 1974, 1984),
desde su perspectiva, esta afirmación no debe confundirse con la capacidad de escuchar en
la mente la música que ha de ser interpretada, que a su juicio es una habilidad estadísticamente
poco frecuente, no puede generalizarse, y desde un punto de vista metodológico, carecemos
de un sistema fiable por el cual estos procesos internos pueden extraerse y ser examinados,
lo que impide obtener evidencias empíricas de su efectividad en la interpretación (Sloboda,
1984).
120 |
Estrategias y Técnicas de memorización
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Capítulo 3
Desde la perspectiva empírica, el uso de las imágenes mentales musicales como predictivas
de la calidad de los resultados en música ha sido ampliamente estudiado aunque relacionado
con la finalidad de reducir los síntomas de la ansiedad provocados por la práctica escénica y
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Estrategias y Técnicas de memorización
Ahora bien, no todos los estudios muestran que la práctica mental sea predictiva de la eficacia
en la práctica en general y por ende en la memoria. Muchos de los resultados contradictorios
derivan de problemas de memorización, dificultades técnicas o simplemente carencia de
ciertos principios que encontramos en la aplicación de la práctica mental, relacionados con
la experiencia previa, la intencionalidad en la utilización de estas técnicas o la alternancia con
la práctica física (Weinberg, 1982 citados en Parncutt, 2002). Por ejemplo, el ensayo mental
de ideas musicales que permite la experimentación, análisis e imaginación de una nueva
partitura debe constituirse si quiere convertirse en estrategia eficaz de práctica instrumental
en acto voluntario y no como una experiencia involuntaria de la mente. Rosenthal y Palmer
(1988, citados en Highben y Palmer, 2004) encontraron que la práctica mental, sin
instrucciones explícitas, seguido por una lectura a vista, no era más eficaz que simplemente
la lectura. Por otra parte, la práctica de técnicas mentales es más eficaz, cuando éstas se
combinan con la práctica física (Coffman, 1990; Rubin-Rabson, 1941; Jorgensen, 2004).
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Capítulo 3
En la definición de memoria auditiva recogida por Edgar Willems, en el capítulo XII del libro
Las bases psicológicas de la educación musical hace referencia a un tipo de memoria que en su
conjunto, es de naturaleza afectiva con tendencia emocional generada por la percepción de
los intervalos melódicos, los patrones armónicos y del sentido tonal, y comprende la memoria
del sonido, la memoria melódica y la memoria armónica. De ahí que la memoria en relación
a la percepción sonora no solo se relaciona con estímulos específicos representados por la
memoria de los sonidos mismos, sino también con estímulos complejos y elaborados
relacionados con las emociones. Estos pueden producirse bien a partir de la propia música
por la creación de una relación afectiva con ella, o pueden ser evocados para contribuir a una
mejor comprensión de una pieza en particular, lo que ha sido definido por Sloboda (1985)
como inducción perceptual.
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Estrategias y Técnicas de memorización
125 |
Capítulo 3
En otras palabras, el análisis de los fenómenos expresivos y dramáticos puede llegar a superar
aquellos meramente determinados por la estructura formal de la composición. No sólo eso,
al parecer la atención y concentración en estos aspectos, resulta ser más efectivos para la
memorización que la atención a los aspectos puramente técnicos o que, incluso a los rasgos
formales (Hatten, 2007).
Por su parte, McPherson, Bailey y Sinclair (1997) en su estudio sobre un modelo en el que
describe y analizan la interrelaciones entre distintos tipos de práctica instrumental, tocar de
oído, improvisar, lectura a primera vista y tocar de memoria, constataron que los intérpretes
de mayor nivel presentaban mayor capacidad para oír y sentir la música físicamente antes de
su interpretación real, describiendo experiencias de intérpretes para los que la integración
entre la realización al teclado y el canto se producción de forma automática e inconsciente.
En efecto, estudios sobre la práctica violinística han revelado que las acciones identificadas
con la técnica instrumental, entendida en su más amplio concepto, tal y como describíamos en
el capítulo primero, precisan la activación de movimientos motores funcionales que están
relacionados directamente con la producción del sonido, y por ende, podemos decir que en
las imágenes o representaciones mentales de los movimientos pueden venir implícito
conceptos relativos tanto a la técnica como al sonido producido (Holmes, 2004). Si bien es
cierto que este fenómeno no se da para en todos los tipos de instrumentos musicales, ya que
esta faceta depende en gran medida, de la naturaleza de producción del sonido derivada de
las características organológicas de cada instrumento, el objetivo interpretativo se constituye
126 |
Estrategias y Técnicas de memorización
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Capítulo 3
Para concluir, se hace necesario puntualizar que desde un punto de vista docente, el
comprometerse activamente con la aportación interpretativa emocional parece trascender
cualquier enfoque analítico, generando de cara a su aplicación en la enseñanza, interrogantes
sobre cómo abordar el aprendizaje de aquellos factores de los que depende este tipo de
memoria tan estrechamente relacionada con la imaginación técnico-expresiva: intuición,
motivación, inspiración y discernimiento. Sin embargo su relevancia para los procesos de
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Estrategias y Técnicas de memorización
reproducción memorística recomienda constituirse como un área por explorar por futuras
investigaciones que logren verificar, tal y como ya se ha hecho en otros campos, que los
músicos expertos se acercan a la tarea de aprender una nueva pieza desde la imagen artística
general de cómo la música suena, centrándose en claves estructurales y expresivas (Neuhaus
1973; Chaffin et al., 2003).
129 |
Capítulo 3
información adquirida (Craik y Watkins, 1973, citado en Segalowitz, et al., 2001). Incluso en
la forma más básica de repetición elaborativa, como por ejemplo, fraccionar una secuencia
de entrada continuada en distintas secciones o elementos que serán repetidos por separado,
podemos encontrar los beneficios memorísticos derivados de este tipo de estrategias. Para
entenderlo es necesario pensar en términos de una metáfora de red interconectada de
recuperación de información -fruto de una memorización deliberada- que transforma las
cadenas asociativas seriales de eventos en contenido direccionable, de tal manera que al aplicar
estas técnicas se favorece la creación de múltiples vínculos entre las representaciones de la
materia final y otros puntos de la red semántica de la información. La existencia de este
amplio conjunto de conexiones entre el objetivo y otras partes de la red facilita la búsqueda
de recuperación, aumentando la probabilidad de que el objetivo sea encontrado (Shiffrin,
1975).
130 |
Estrategias y Técnicas de memorización
3.8.1. Verbalización
Sea cual sea la señal interpretativa, bien el reconocimiento del nombre de las notas, la
identificación de patrones de digitación, notas comunes entre acordes consecutivos,
movimientos paralelos o contrarios efectuados por las manos o bien puntos estructurales
significativos de la pieza o incluso decisiones de interpretación (dinámicas, tempos, uso de
los pedales) y la forma en que éstas se expresan musicalmente, se transformará en
instrucciones verbales vinculadas con una forma de memoria lingüística (Chaffin et al. 2002).
Es cierto que estas dimensiones no necesariamente implican palabras, y de hecho, son
almacenadas en forma de proposiciones de modalidades cinéticas, auditivas, visuales y
emocionales. Sin embargo, ello no significa que no puedan ser normalmente indicadas con
expresiones verbales como por ejemplo, “ahora”, “esto es igual que” (Englekamp 2001).
Vermersch (1994) ha considerado que este tipo de señal verbal juega un papel crucial en el
logro de una óptima asimilación para su posterior reproducción de memoria de una pieza
musical. Este autor ha identificado cuatro tipos de verbalización de la partitura, la
memorización del nombre de las notas, que ofrece mayor seguridad que la memoria auditiva,
la verbalización del contenido consistente en indicar de memoria en qué momento de la
interpretación se encuentra, entendiendo la partitura como una maqueta o mapa donde
encontrar distintos puntos a retener, por ejemplo indicar exactamente donde se encuentra el
inicio del segundo tema del movimiento de una sonata; la verbalización de referencias
relacionadas con la identificación de microestructuras del lenguaje propio del intérprete y por
último, la verbalización del análisis musical que permite sintetizar conceptos musicales
relacionados con la forma, armonía, estilo musical, como por ejemplo la reagrupación de
diferentes modulaciones armónica en progresiones armónicas o la identificación de analogías
armónicas, rítmicas o melódicas.
131 |
Capítulo 3
Algunos de los trabajos iniciales relacionados con este fenómeno, parecían sugerir que las
palabras estudiadas en un determinado contexto espacial o en una determinada habitación se
recordaban mejor cuando la prueba de memoria se realizaba en el mismo contexto espacial
(habitación) (Godden y Baddeley, 1980; Smith, Glenberg y Bjork, 1978).
Hoy por hoy los resultados de las investigaciones sobre el efecto contextual en el aprendizaje,
aunque no son concluyentes e incluso contradictorios, van encaminadas a la demostración
de dos hipótesis fundamentales. La primera de ellas asume un efecto negativo por ambiente
o en situaciones especiales o experimentales, se produce una mayor ansiedad responsable de
un detrimento en el rendimiento. La segunda hipótesis directamente vinculada con el
refuerzo de la memoria (Nixon y Kanak, 1985; Smith, 1979), sugiere que durante el
aprendizaje se establecen asociaciones incidentales entre estímulos del contexto y el material
aprendido, de forma que cuando el recordar lo aprendido se produce en el contexto físico
donde se aprendió, las asociaciones contextuales ayudarán al proceso de recuperación. La
constatación empírica de tales hipótesis está resultando compleja ya que el efecto del
contexto ambiental en la memoria ha resultado ser bastante difícil de cuantificar, debido a la
complejidad para manipular experimentalmente la variable resultante del contexto ambiental
(Fernández y Glenberg, 1985). Una de estas variables atiende a las distintas funciones y
significados que adquiere el contexto o entorno físico en relación a la memoria, así por
ejemplo en la memorización de palabras, el contexto, siempre y cuando no se le confiera
artificialmente una relación semántica, se manifiesta meramente incidental, mientras que
cuando se memoriza una anécdota vivencial, el vínculo con el contexto en el que se ha
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Estrategias y Técnicas de memorización
producido resulta ser de mayor significancia. Esta ambigüedad, suscitada por la implicación
y relación del contexto en los procesos memorísticos, ha determinado el uso de una gran
variedad de términos en su descripción. En el caso que nos atañe haremos referencia a dos
tipos de contexto, el contexto externo o ambiental, relacionado con el entorno físico donde se
lleva a cabo el aprendizaje y su reproducción y el contexto interno que describiría el estado
anímico que rodea al intérprete en el momento que se encuentra frente al público (Davies,
1986, citado en Fernández y Alonso, 1997). Así mismo, podemos recurrir a la clasificación
llevada a cabo por Baddley (ciado en Godden y Baddley, 1980) quien nos hablará del contexto
interactivo, posteriormente denominado por Smith (1988) como contexto significativo, que resulta
ser procesado y almacenado junto al material memorizado y el contexto independiente o
incidental que no mantiene relación alguna con el material a memorizar.
133 |
Capítulo 3
Según Fernández y Glenberg (1985), el efecto del cambio de contexto o ambiente provocado
por la disrupción física y psicológica en la que se produjo el aprendizaje podrá ser paliado
con actividades encaminadas a reducir los efectos negativos de la dependencia del ambiente
físico. Este mismo autor propone, atendiendo a estudios precedentes, la reinstauración mental
del contexto ambiental previamente experimentado, gracias a la conocida como memoria
guiada o al uso de la entrevista cognitiva que lleva a imaginar aquellos espacios en los que se
produjo el aprendizaje inicial (Smith, 1979, 1984, 1988; Nixon y Kanak, 1981, Davies y Milne,
1985 citado en Fernández y Alonso, 1994).
134 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Por otra parte, si aumentamos el número de estímulos físicos asociados con el material
memorizado aumentará las posibilidades de recuperar la información. Para ellos contamos
con distintas técnicas.
La primera de ellas, es sugerida por Misrha (2002), teniendo en cuenta que los movimientos
musculares son los más afectados por los cambios de contexto (Anderson,Wright, y Immink,
1998; Wright y Shea, 1991), y que éstos se ven mitigados por la presencia de la visión de la
notación (Lisboa, 1992), que actuaría de referencia para el recuerdo o reconocimiento de la
piezas musical, en consecuencia la memorización explícita de la notación que hemos definido
como memoria nominal, podría reducir la influencia de los cambios contextuales relacionados
con los automatismos en la Interpretación.
En segundo lugar contamos con técnicas que se basan en la diversificación del lugar habitual
de estudio que incluye la práctica en distintos instrumentos. Dos argumentos avalan su
eficacia, por una parte cada contexto se convierte en clave específica de codificación, de
manera que en el momento de la recuperación ejerce como múltiple ruta de conexión para
acceder a la información (Smith, Glenberg, y Bjork, 1978; Smith, 1982, 1984; Magrath, 1983
citados en Misrha, 2000). Por otra parte, la variación de contextos o el uso de contextos
múltiples resultan ser de utilidad para la memoria al actuar como claves organizadoras del
material (Smith, 1988). En el ámbito educativo, contamos con varias investigaciones en las
que se ha tomado como variable el nivel de especialización del sujeto y en las que se han
venido a confirmar que los estudiantes con un nivel bajo de habilidad suelen confiar más en
el medio ambiente como claves para ayudar a recordar la información, mientras que para los
estudiantes de mayor capacidad, el recordar resulta ser independientemente respecto a los
cambios que se producen en su entorno (Saufley, Otaka, and Bavaresco, 1985; Spear y Riccio,
1994; Abernethy, 1940; Wright y Shea, 1991, citados en Misrha, 2000). Efectivamente, en el
área de la interpretación musical observamos que aquellos intérpretes con mayor experiencia
en practicar o ensayar en una variedad de contextos y con una mayor familiaridad con la
Interpretación ante un público, resultan ser los menos afectados por los cambios de escenario
(Rubin-Rabson, 1940), confirmando que la diversificación de los espacios donde se lleva a
cabo la preparación del repertorio puede llevar a aumentar la experiencia necesaria para
afrontar o superar los efectos del cambio contextual (Misrha, 2000).
135 |
Capítulo 3
Lehmann y Ericsson (1996, 1998) han aportado pruebas de que las representaciones internas
no sólo se forman y se utilizan durante la ejecución sino que pueden ser manipuladas. Al
medir la capacidad de memorización en general atendiendo al número de ensayos necesarios
para realizar un fragmento de la Sonata de Schubert, op. 137 para violín y piano, se observó
correlaciones significativas entre la capacidad de memorización y la capacidad para la
realización de otras tareas musicales, como la de repetir diferentes segmentos en distintas
tonalidades, practicar con cada mano por separado con y sin pedal, practicar segmentos con
la estructura melódica pero alterando la rítmica, u otras posibles combinaciones, lo que
sugiere que estas habilidades son mediadas por un representación mental subordinada que
permite que la información codificada pueda ser reproducida y manipulada con precisión.
136 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Cada uno de los ejemplos de técnicas de introducción de variabilidad en las repeticiones que
podemos mencionar, predictivas de la mejora la retención y la transferencia de los esquemas
motrices pueden hacerse extensible para la retención de cualquier otro elemento constitutivo
de una Interpretación sea cual sea su origen (motriz, visual, auditivo o semántico).
Entre otro tipo de técnicas variadas, aunque consideradas por distintos autores como
enmarcadas dentro de las llamadas de “sobreaprendizaje”, término aplicado al ensayo más allá
del que se precisa para su correcta asimilación, y cuyo valor se centra en el aumento de la
atención y el fomento del análisis cognitivo. Un ejemplo de esta técnica se a la práctica,
recomendada por pianista y pedagogos, de tocar de memoria una pieza o sección en tempo
más lento del indicado o del tempo final que ya se practica, lo que puede servir para centrar
la atención cognitiva y aumentar la concentración, reforzando el proceso de recuperación
memorística (Lehmann y Ericsson, 1998; Chaffin et al. 2002). Estas afirmaciones y
experiencias tienen como base la tesis de que como la memoria kinestésica puede desarrollar
con gran rapidez y sin pensamiento consciente la memorización de la notación basándose
casi exclusivamente en la práctica de la repetición, es posible que la reducción de tempo,
reduzca la automaticidad de los movimientos físicos, permitiendo reforzar la atención en las
asociaciones que favorecen el desarrollo cognitivo, aumentando la comprensión musical y al
mismo tiempo proporcionar un conocimiento preciso de la grafía.
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Capítulo 3
movimiento conjunto. (Ginsborg, 2000). Sin embargo, estudios más recientes, han defendido
que sin renunciar a la efectividad del estudio tal y como se ejecutará en la fase final (con
ambas manos), el conocimiento memorístico de los movimientos realizados por cada una de
las manos de forma independiente proporciona una mayor precisión en su ajuste
coreográfico cuando deban actuar conjuntamente (Chaffin, 2002). La hipótesis plantea que
si se ensaya con manos conjuntas, la atención que precisa cada mano al ser realizadas al
mismo tiempo hace que los patrones técnicos –musicales ejecutados por cada una de ellas
corran el peligro de pasar inadvertidos. Por el contrario, al ser automatizadas
individualmente, son más fácilmente identificables al obligar al pianista a construir una
representación tanto de lo que realiza con ambas manos como las que realiza
independientemente, generando representaciones que logran un mayor dinamismo y
flexibilidad de esos movimientos kinestésicos que deben observarse simultáneamente, y en
definitiva, ayudan a la consolidación de la memoria del intérprete (Nielsen, 1999).
Por último mencionar, que las técnicas de variabilidad también están referidas al horario de
la práctica. La práctica masiva no sólo ha sido considerada como causa de un aprendizaje
ineficaz sino que la práctica distribuida a través del tiempo y localizada en distintos momentos
temporales del día, también es asociada a la diversificación o variabilidad de contextos interiores.
(Baddeley, 1999; Underwood, 1961; Underwood, Kapelack, y Malmi, 1976). En efecto, se ha
teorizado que en cada sesión de ensayo se producen cambios fisiológicos y estados mentales,
por lo que el incremento de distintos períodos de ensayo se asocia a distintas posibilidades
de experimentar distintos estados anímicos en el momento de la ejecución. La retención de
la información que se aprende en múltiples estados anímicos aumentará en su rendimiento
de forma similar al aumento detectado en los ensayos en diferentes contextos ambientales
(Rubin-Rabson, 1940, Sloboda, 1996, Misrha, 2002).
De las diversas y variadas definiciones que encontramos en la indagación teórica que rodea
a la práctica de la improvisación, encontramos la de uno de los pioneros en esta área, Ernest
Ferand (1967) que la definirá como la creación de música en el momento de la interpretación.
Breve y concisa, esta descripción de improvisación incluirá en su significado dos hechos
esenciales del proceso musical, por un lado, la creación y su vinculación con la composición
musical, y por otro, la interpretación entendida como acto creativo que lleva al intérprete a
una materialización sonora de un hecho sonoro o musical.
138 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Su significación dentro del contexto del aprendizaje instrumental ha sido expresado por
Emilio Molina (1996) al definir la práctica de la improvisación como la capacidad que permite
“(…) saber expresarse musicalmente más allá de lo que está escrito en una partitura” (p. 20)
que apoya las premisas constatadas en diferentes estudios sobre el papel de la improvisación en
cualquiera de sus dimensiones como requisito imprescindible en el desarrollo integral del
intérprete, tanto en su proceso de desarrollo musical como en su perfeccionamiento técnico
en tanto estrategia que expresamente nos conduce al desarrollo de las habilidades de
experimentación e imaginación sonora (Davidson, Sloboda y Davidson, 2002).
139 |
Capítulo 3
Aiello (2000) realizó un estudio en el que entrevistó a siete pianistas de concierto, seis de
ellos pensaron que con el desarrollo de la habilidad para improvisar aumentaba su
rendimiento respecto a la fiabilidad en su aprendizaje memorístico, ya que la improvisación
suponía la interiorización de las características de un estilo musical y que este conocimiento
podía ser utilizada para la comprensión y asimilación memorística del repertorio.
Afirmaciones que no nos sorprenden, dado que desde un enfoque teórico, la memoria musical
comparte con la improvisación un principio generador común, a saber,
140 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Posteriormente un estudio llevado a cabo por Brown en 1928 le lleva a proponer un tercer
método que promueve el enfoque global al mismo tiempo que proporciona instrumentos de
repetición seccional para corregir errores. Un enfoque mixto que permite aprender
memorísticamente más fácilmente y a mayor velocidad, si bien el nivel de eficiencia estaba
directamente relacionado con la dificultad de la obra, encontrando que a mayor dificultad
menor eficacia.
Estudios más recientes llevados a cabo por Misrha (2003, 2004) han analizado el papel de la
segmentación del material musical como estrategia en el proceso de memorización
distinguiendo hasta cuatro estrategias de procesamiento independientemente de la técnica de
memorización que se les aplica. Desde el estudio por secciones consistente en aislar las partes o
elementos de la pieza para su práctica, definido como procesamiento de segmentación. Al que le
sigue una fase progresiva de integración en secciones o segmentos más grandes gracias al
procesamiento de adición. Fase que se prolongará hasta alcanzar el procesamiento holístico, aquel que
aborda los elementos simultáneamente para organizarlos en una unidad más compleja, y en
donde el estudio de la pieza se lleva acabo tras su realización en su totalidad. Aunque teniendo
en cuenta que en la fase de asimilación de una pieza musical no siempre se logra completar
su reproducción desde principio a fin, cuando se percibe que los errores o fallos en la
memoria se suceden es el momento de aplicar una repetición desde el principio de la unidad,
superando en cada repetición los fallos o errores cometidos, en lugar de un esfuerzo
concertado hasta el final, en este caso, deberemos de hablar del procesamiento serial.
Cada una de estas técnicas puede resultar eficaz por sí misma, obteniendo como resultado
tras su aplicación una interpretación de memoria (Misrha, 2003), la elección dependerá de las
características de la técnica de memorización que se está utilizando, la complejidad de la tarea,
la duración de la pieza y las preferencias individuales (Hallam, 1997).
Así vemos que una técnica global de procesamiento puede ser utilizado para la música más
sencilla, simple y de corta duración, por el contrario una pieza técnicamente difícil, o con
más secciones difíciles dentro de una pieza, puede requerir el aislamiento y la atención
dedicada propia del estudio segmentado. De igual manera, secciones difíciles pueden requerir
la práctica en segmentos más pequeños (Chaffin, Imreh, y Crawford, 2002; Miklaszewski,
1989; Nielsen, 1999a).
141 |
Capítulo 3
Los procedimientos también pueden ser alternados para lograr resultados óptimos. Un
período de práctica holística se puede insertar en la práctica que es principalmente
segmentada. Esta alternancia entre el trabajo transversal intensivos (segmentado) que da paso
al procesamiento global (holística) es frecuentemente recomendado y practicado por
pianistas profesionales (Chaffin, et al., 2002; Hallam, 1997; Miklaszewski, 1989, 1995;
Williamon, 1999). Este tipo de alternancia suele seguir las reglas de la Teoría del
Procesamiento de la Información para el Aprendizaje desarrollada por Miller, Galanter y
Pribram (1960), basada en un modelo cibernético de resolución de problemas a través de los
bucles de retroalimentación de auto-corrección, en el que se conciben las acciones en
unidades T.O.T.E. (Test-Operate-Test-Exit) acumuladas jerárquicamente desde las más
generales a las más específicas, que operan con un solo propósito de alcanzar un objetivo. Si
éste no se consigue, se ejecuta otro grupo de operaciones para que permita alcanzar la meta
o el abandono de la misma (citado en Miklaszewski y Sawicki, 1992).
Por otra parte, las estrategias de adición y de procesamiento serial, presentan características
similares al estar ambas basadas en la práctica por secciones, en el primer caso la sección se
va alargando progresivamente, y en el caso serial, el fragmento que ha sido practicado
independientemente, se vincula al anterior y/o posterior sucesivamente. A pesar de su
similitud, investigaciones al respecto, vienen a validar resultados diferentes. Así vemos que
la práctica basada en el procesamiento serial es más afectada por el efecto de primacía, si bien
éste fenómeno aparece relacionado con el recuerdo inmediato, en la práctica de la repetición
por fragmentos también se ve afectado por el denominado efecto de posición en la serie, por
el que se retienen mejor los primeros elementos (efecto de primacía) que los últimos (efecto
de recencia) más recientemente oídos, leídos o vistos, o en el caso que nos ocupa, cantados
o realizados instrumentalmente, existiendo mayor probabilidad de que se pierdan aquellas
que ocupan el lugar intermedio de la serie (Miklaszewski y Sawicki, 1992).
En todo caso, el procesamiento segmentado (en partes) y holístico (completo), son los dos
tipos de que han recibido la mayor atención de las investigaciones aunque con resultados
mixtos. Por ejemplo, Aiello (1999, 2001) realizó un estudio sobre la base de la observación
de siete pianistas, cinco de los cuales afirmaban memorizar de forma integral, con el fin de
beneficiarse del valor musical de pensar en unidades más grandes. Sin embargo, en las etapas
de preparación precisaban la división en secciones más cortas para fortalecer los resultados
memorísticos. Estos resultados nos lleva a poder afirmar que tal y como iniciábamos el
142 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Uno de los primeros interrogantes que se nos plantea en relación a los procesos de
memorización, tanto desde la perspectiva del intérprete como del alumno o docente, se
refiere al momento temporal en la preparación de un repertorio musical inédito en el que se
debe iniciar o integrarse la práctica de la memoria, es decir, ¿cuándo iniciar la memorización?.
143 |
Capítulo 3
Este planteamiento coincide al menos en los aspectos básicos, con la teoría acerca de la
metodología del estudio en el aprendizaje instrumental propuesta por Coso (1988), quien
afirma que en líneas generales, el proceso de estudio o asimilación de una pieza musical
constaría de tres etapas básicas. La primera etapa o iniciación es aquella en la que se produce
la primera lectura de la partitura musical, seguida de una segunda etapa caracterizada por el
crecimiento e integración de los distintos elementos técnico-musicales, y por último una etapa
de madurez en la que se sucede el análisis y la reflexión de dichos elementos, y determinada
por las cualidades, aptitudes y la propia madurez del intérprete, y en la que acontecería el
desarrollo técnico y expresivo.
Sin embargo el estudio más referenciado en relación a esta cuestión, es el de Misrha (2004,
2005), quien aborda la descripción e integración en un “planning” detallado de cómo la
música es aprendida para su posterior interpretación. Su importancia se debe principalmente,
tanto a su labor de síntesis de la literatura e investigaciones previas, como a la especial
atención prestada a la integración del proceso de memorización en la práctica general. El
modelo propuesto define tres etapas en la memorización de una partitura: la etapa preliminar,
la práctica escénica, la etapa final.
144 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Los tipos de descripción previa de la partitura sin presencia del movimiento físico (pre-
análisis armónico-formal visual y auditivo, pre-identificación de patrones técnicos…) no
exclusivamente se han de utilizar en esta primera fase, por el contrario su uso dependerá de
las preferencias individuales del intérprete, del progreso en el aprendizaje de la pieza o de la
propia habilidad del intérprete. En cualquier caso, el estudio analítico previo, resulta clave
para la asimilación de los patrones familiares y se cree, puede aumentar la precisión en la
interpretación (Barry y Hallam, 2000). Además reduce el número de pruebas físicas
necesarias para lograr la competencia técnico-instrumental (Rubin-Rabson, 1937).
Conclusiones derivadas de la premisa de que el análisis formal e interpretativo junto al ensayo
mental, actúa como un escaneado de la música capaz de identificar los posibles obstáculos y
hacer consciente los elementos constitutivos de la música (tonalidad, tempo,…), acciones
que se prevén ayudarán al intérprete a ejecutarla con mayor precisión (McPherson, 1994).
Ahora bien, respecto a la influencia que pueda tener sobre la memorización el estudio
analítico previo de la notación, los resultados son algo contradictorios, puesto que aunque se
ha observado que no tienen ningún efecto a largo plazo (Jones, 1990; Shockley, 1980), se ha
encontrado que puede ayudar a la rapidez en los primeras etapas de la memorización (Rubin-
Rabson, 1941a y 1941b).
145 |
Capítulo 3
Ahora bien, el inicio de las estrategias de memorización deliberada o consciente, son incluidas en
una segunda etapa, la Práctica escénica, que ocurre gracias al avance y progreso que se consigue
gracias a los procesos de ejecución de la notación, acción imprescindible en la búsqueda de
la precisión en la realización de la música impresa, que por efecto de la repetición sobreviene
el descubrimiento de los patrones y el reconocimiento de la estructura y patrones familiares
y en consecuencia, puede iniciarse la memorización consciente (Misrha, 2004).
Sin embargo, los informes verbales pianistas de distintos niveles hablan de la existencia de
un tipo de memoria inconsciente que se activa desde los primeros pasos del aprendizaje,
aunque no se constituya como el objetivo primario, desarrollándose junto a otros aspectos
técnicos-interpretativos de la pieza. Esta memorización sin previa planificación, ocurre
independientemente del nivel de formación del pianista, ya sea novel o experto e incluso en
los casos en que la memorización no es la finalidad principal (citados en Mishra et al, 2004).
Miklaszewski (1989 y 1995) calculó la cantidad de memoria incidental, mediante la observación
de los fragmentos que se memorizaban con motivo del cambio de página. Evidenciando en
ambos casos la existencia de una memoria automática o inconsciente (Hopkins y Nation,
1994) especialmente en piezas, que son relativamente cortas y simples, aunque no resultó tan
significativo para el estudio de memoria de piezas más complejas que van a requerir otro tipo
de estrategias que supere a la memorización automática (Hallam, 1997).
En cualquier caso, con la finalidad de paliar las posibles efectos negativos de este tipo de
aprehensión memorística, algunos pianistas y profesores de prestigio, como Leimer,
Gieseking (1931), defienden la hipótesis acerca de la importancia que reviste que desde esas
primeras etapas la memoria tenga la atención y la dedicación que precisa, recomendando
iniciar la memorización consciente desde el primer contacto con la partitura, de tal manera
que tras una primera aproximación para conocer y examinar la esencia de las características
de la música a estudiar, se iniciaría de inmediato, el proceso memorístico (Hughes, 1915;
Lehmann y Ericsson, 1996).
Por último nos encontramos con la etapa final, aquella en la que el intérprete es capaz de
ejecutar la pieza sin ayuda del papel pautado, no obstante continúa practicándola, poniendo
en práctica la aplicación de las técnicas de sobreaprendizaje (up-learning), re-automatización y
los ensayos de mantenimiento y de prueba (Misrha, 2004). Las investigaciones en este terreno
aún son escasas y de resultados inciertos, en tanto los protocolos aplicados suelen
fundamentarse en la memorización del repertorio como objetivo y no en su uso en la
146 |
Estrategias y Técnicas de memorización
Actuación en público. Investigaciones que en cualquier caso, revisten una gran complejidad por
lo difícil que resulta sistematizar la multiplicidad de datos que se necesitan para lograr
resultados concluyentes referidos a la cantidad, y a las diversas y variadas estrategias y
motivaciones que se precisan para poder tocar una pieza de memoria ante un público, e
incluso para poder afirmar que los procedimientos son eficientes o realmente necesarios.
Por otra parte, debido a que el proceso de memorización parece conllevar un carácter
dinámico al cambiar a medida que avanza la práctica hacia el objetivo final de un concierto,
no resulta extraño que la evidencia observacional en la práctica de noveles y amateur,
confirme que es, en esta última etapa final de la práctica o preparación de un repertorio, el
inicio del proceso intencional memorístico, dificulta aún más la superación de los
automatismos en pro de una memoria consciente, fiable y segura (Chaffin e Imreh, 1997).
En definitiva podemos decir que el modelo de memorización propuesto por Misrha (2004),
es un modelo no secuencial, ya que tanto su organización como aplicación de técnicas y
estrategias dependerá de las preferencias y de las características de los intérpretes, de su
experiencia y formación, de la complejidad de la pieza, de la finalidad de la interpretación, así
como si está próximo su presentación en público, e incluso una vez superada una etapa no
es de extrañar que se vuelva a ella. A pesar de esa flexibilidad, y tal como nos anima a
pensar Misrha (2004), eso no se contradice con la necesidad de seguir buscando un modelo
de memorización constituido por las estrategias de memorización lo más eficientes
posibles, fundamentado en las respuestas y nuevas preguntas acerca de cómo los músicos
memorizan.
147 |
ESTUDIO EMPÍRICO
149 |
CAPÍTULO 4. METODOLOGÍA DE LA
INVESTIGACIÓN
Tras delimitar los conceptos claves teóricos, las teorías referenciales y los resultados de los
estudios empíricos precedentes revisados en los tres primeros capítulos que ha posibilitado
definir conceptualmente aquellas variables relacionadas con el constructo de la Práctica de la
Memoria musical en la Interpretación pianística, en los siguientes apartados abordaremos los
aspectos metodológicos que han orientado el proceso que genera la investigación que se
presenta.
Cabe puntualizar que la elaboración del trabajo empírico no ha estado exenta de limitaciones,
por un lado las peculiaridades del contexto social-educativo rodeado de connotaciones
subjetivas que dificulta el control sobre la multiplicidad de variables sometidas a estudio, y
por otro, el campo de conocimiento donde se inscribe pertenece a un dominio específico a
nivel de experto, donde la adquisición de las destrezas interpretativas, cognitivas y motoras,
que participan en la Interpretación conducentes al “perfeccionamiento musical” que han sido
estudiadas, no coinciden con lo que es habitual, de ahí que los factores claves que determinan
su evolución en términos de excelencia o maestría precisan para su estudio ciertas
peculiaridades y adaptaciones metodológicas.
151 |
Capítulo 4
Los interrogantes que surgen desde una materia de estudio específica vienen delimitados, a
menudo, tanto por las evidencias que sobre la naturaleza a estudiar sugiere la visión del
investigador, como las que emanan del contexto. Es por ello que a la hora de plantear el
problema de investigación debemos señalar que los interrogantes que rodea a la praxis de la
memoria en la interpretación solista para piano, adquieren nuevos significados dentro del
ámbito educativo de investigación. Si bien una gran mayoría de investigaciones abordadas
desde la perspectiva de los intérpretes profesionales, se cuestionan sobre si la reproducción
de memoria favorece o no los resultados de una ejecución musical, desde una perspectiva
docente, el interés se centra en las desventajas que puede conllevar una mala práctica
memorística (Gabrielsson, 2003). Por ejemplo, un estudiante que no memoriza
correctamente en las primeras etapas de asimilación de una pieza musical, puede llevarle a
errores que el estudio memorístico refuerce y con vierta en difíciles de subsanar. Además, un
futuro pianista que no esté bien preparado o que no haya desarrollado una correcta labor de
memorización, no sólo puede fracasar en el momento de la ejecución musical, sino que verá
incrementado los factores de ansiedad escénica propios de la actividad artística, que podrá
afectar al resultado de la interpretación del momento, y muy posiblemente tendrá
consecuencias negativas de cara a sus próximas actuaciones (Ginsborg, 2004, 2008).
152 |
Metodología de la Investigación
No obstante, tal y como nos apunta los estudios de Arbeau y Vermersch (1996), una revisión
de la literatura sobre técnica pianística pone en evidencia que pese a la importancia dada a la
interpretación de memoria y a los problemas que su fallo conlleva, no todos dedican sus
páginas a un tema de estas características, y si lo hacen, tan solo incluyen algunos consejos
generales o recomendaciones. La causa puede atribuirse a que los grandes intérpretes en su
anhelo de no perder su faceta de genialidad, afirman que la memorización les ocurre de forma
natural y no constituye un problema que analizar o resolver (Noyle, 1987). Sin embargo, esta
afirmación no es del todo cierto. La observación anecdótica de nuestro entorno revela que
la memorización es uno de los principales obstáculos en la práctica interpretativa y que una
gran parte de los intérpretes solistas conviven con la amenaza de sufrir el imprevisible fracaso
de la memoria, viéndose obligado a construir y a desarrollar, mal que bien, su propio sistema
de memorización, en pro de una práctica más óptima que logre el anhelado éxito en su
interpretación de memoria (Hallam, 1995; Ginsborg, 2004).
153 |
Capítulo 4
De ahí el gran interés que durante décadas ha orientado la investigación en praxis interpretativa
para tratar de solventar las carencias que la experiencia docente ha observado en los
principios instruccionales relacionados con la adquisición de la habilidad memorística, como
lo demuestra el hecho de que las primeras investigaciones empíricas desarrolladas en 1916,
por el pianista húngaro Sandor Kovacs (citado en Jørgensen, 2004), versarán sobre las
dificultades de memorización de piezas musicales de sus alumnos. No obstante, aún
seguimos preguntándonos acerca de cuáles deben ser los pilares para el diseño de un modelo
de instrucción que impulse y favorezca el desarrollo del aprendizaje y adquisición de dichas
habilidades.
Ahora bien, a fin de delinear esos nuevos entornos de aprendizaje, en las últimas décadas se
está aplicando al área de la música los hallazgos de los modelos explicativos de la adquisición
de la competencia experta (Corbi y Castejón, 2003) que tratan de identificar teórica y
empíricamente todas aquellas variables que independientemente del talento natural, inciden
en el progreso y el logro de una práctica eficaz y por ende, son predictivas de la adquisición
de habilidades interpretativas-musicales a nivel profesional y que han sido utilizadas por
154 |
Metodología de la Investigación
Hallam (1997) sugiere que los estudiantes principiantes recurren a la memoria incidental o no
consciente de la música obtenida por un proceso de memorización fruto del aprendizaje de una
pieza musical por simple repetición, frente a una memoria desarrollada en intérpretes
expertos, más segura y fiable al estar principalmente confiada a la memoria conceptual o
asimilación explícita del material musical. Esta premisa nos lleva preguntarnos si nuestros
estudiantes activan en sus sesiones de preparación de un repertorio musical, recursos y
estrategias específicas de memorización que avaladas por pianistas profesionales y las
evidencias empíricas, conducen a una memoria vinculada al conocimiento semántico de los
elementos musicales, proporcionándoles mayor estabilidad, fiabilidad y consistencia en su
reproducción memorística (Aiello y Williamon, 2002). Además, dada la influencia del
conocimiento y regulación metacognitiva de la práctica en el rendimiento (Gruson, 1988,
Miksza, 2007, 2012), cabe preguntarse si nuestros estudiantes a lo largo de los años de
formación han adquirido hábitos de ensayo planteados en términos de autoenseñanza
(Jørgensen, 2004) que les lleve a aprender de forma autónoma, es decir, si poseen habilidades
de selección, control y planificación de estrategias de práctica individual (McPherson y
Zimmerman, 2002; McPherson y McCormick 2003, 2006).
También ayudará en nuestras pesquisas saber si han adoptado creencias apropiadas que le
ayuden a tener éxito, como por ejemplo, si valoran la utilidad de la memoria en el desempeño
interpretativo o si poseen un alto grado de autopercepción de competencia, creencias
precursoras desde un enfoque teórico de los motivos que impulsan a mantener el
compromiso hacia el tipo de práctica que se precisa para alcanzar la maestría (expertise), y
predictivas de los resultados positivos en el aprendizaje musical (McPherson y Renwick,
2001, 2009; Austin, et al., 2006; McPherson y McCormick, 2006; Mizska, 2013).
155 |
Capítulo 4
Sin olvidarnos que atendiendo a las tendencias actuales de las teorías de la motivación donde
las emociones no son consideradas como proceso psicológico en sí, sino como parte
integral de un aprendizaje que ayuda al sujeto a desarrollar su más alto potencial (O'Neill y
McPherson, 2002), deberemos valorar cómo los afectos o sentimientos pueden afectar a la
forma de pensar y por ende se vinculan a los resultados del aprendizaje (Tapia, 1977; Sloboda
et al, 1996; Hallam, 1998a ; O'Neill y McPherson, 2002; Davidson y Sloboda 2002).
Para abordar el estudio de las variables descritas, contamos con una amplia variedad de
técnicas metodológicas de investigación ideadas desde las teorías cognitivas del aprendizaje
para evaluar el conjunto de “…preferencias, tendencias y disposiciones que tiene una persona para hacer
algo y que se manifiesta a través de un patrón conductual y de distintas fortalezas que lo hacen distinguirse
de los demás…” (Lozano, 2000, citado en Cué, 2009, p. 17). Tales preferencias, en el ámbito
educativo general describen la relación del discente con el contexto de aprendizaje, de tal
manera que gracias a estas técnicas se logra obtener indicadores estables de cómo los
estudiantes, “…perciben, interrelacionan y responden a sus ambientes de aprendizaje…”
(Keefe, 1988, citado en Alonso, Gallego y Honey, 2002), y que cuentan con la validez y
fiabilidad probada a lo largo de los años como los de DeBello, (1990), Heineman, (1995);
Gallego (2004), e-Learning Centre (2005), García Cué (2006), entre otros muchos (citados
156 |
Metodología de la Investigación
Además, para obtener evidencias empíricas sobre el desarrollo de altas habilidades, la mayor
parte de los investigadores han fundamentado su metodología de estudio no en la
observación real de la realización de la tarea, sino en su recreación artificial con el fin de
acotar la complejidad de las variables estudiadas (Ericsson y Ward, 2007). En su aplicación
al estudio de la memoria, los avances tecnológicos han permitido concebir protocolos
experimentales innovadores que nos acercan cada día más a la comprensión de los procesos
por los que se llega a fijar y evocar la imagen musical, al extraer información de una serie de
tareas relacionadas con la habilidad memorística en un laboratorio, donde se le puede aplicar
una variedad de métodos de estudio para evaluar dichos procesos. Sin embargo, para lograrlo
deben restringir la observación a pequeños fragmentos de apenas unos pocos compases que
deben ser memorizados en sesiones de práctica temporalmente fijadas. Los resultados
obtenidos se ven limitados por lo inviable de reproducir la realidad que vive el intérprete a la
hora de estudiar o tocar una partitura de memoria (Chaffin, Logan, Begosh, 2009).
157 |
Capítulo 4
velocidad para garantizar la precisión y fluidez de ejecución que se necesita para lograr con
éxito su praxis bajo la presión que caracteriza su presentación ante un público. Tal vez, como
Sloboda y Parker (1985) señalan, sea ésta la causa que explica por qué son más habituales los
estudios relacionados con la capacidad de reconocimiento memorístico del tono musical o la
melodía, con un mejor control de los estímulos involucrados al limitar al músico en sus
respuestas, facilitando su análisis empírico (Dowling y Harwood, 1986; Pechmann, 1998), y
sin embargo, son menos los trabajos involucrados directamente en el estudio del
procesamiento memorístico en la Interpretación musical (Eysenck, 1979; Bellezza, 1996;
Palmer, 2002, 2003, 2007), o en cómo los instrumentistas pueden ejecutar una pieza musical
de memoria. Trabajos en los que cuantificar la Memoria musical, especificar qué información
se codifica, almacena y recupera de la memoria o cuáles y cómo son los mecanismos
cognitivos utilizados cuando se está aprendiendo y memorizando un repertorio para su
ejecución en público, conlleva una gran dificultad puesto que la memorización de música, ya
sea cantada, realizada en un instrumento, o por escrito, es altamente compleja y los datos a
recordar tienden a ser "desordenados" (Sloboda et al., 1985, p. 147).
Además, en las últimas décadas está adquiriendo protagonismo recurrir al método de encuesta
como estrategia en investigaciones que evalúan cuestiones relativas a las percepciones,
sentimientos, actitudes o conductas que transmite el encuestado y que resultan esclarecedoras
para abordar temáticas como el análisis del comportamiento a lo largo de la preparación a la
ejecución, estrategias de estudio o procesos cognitivos que median en la ejecución musical y
158 |
Metodología de la Investigación
El uso de estas técnicas de indagación suele ser muy cuestionado, por su escaso rigor desde
una estricta perspectiva científica, pero también es cierto que aportan inmediatez en la
obtención de resultados, logrando “abarcar un amplio abanico de cuestiones (objetivas y/o
subjetivas) en un mismo estudio” (Cea, 2004, p. 30), convirtiéndose en una herramienta
metodológica que puede abordar la multiplicidad de factores de un tipo investigación que
depende tan estrechamente de la naturaleza y el contexto de la tarea, el nivel de conocimiento,
así como de las diferencias personales entre individuos, intereses, valores y el compromiso
sobre la propia práctica instrumental, tal y como lo ha demostrado los trabajos de Hallam
(1997, 2012), de Davidson et al. (1998), Miksza (2007, 2013) o McPherson y sus
colaboradores (2000, 2001, 2010).
En efecto, la mayoría de los instrumentos que podrían haber sido utilizados a lo largo de este
proyecto fueron diseñados y aplicados a una población de menor edad que la población a
estudio. Por ejemplo, este trabajo es deudor de otros estudios que readaptaron subescalas del
Cuestionario MSLQ (Motivated Strategies for Learning Questionnaire) de Pintrich y De
Groot (1991), utilizado para la evaluación de los componentes motivacionales y afectivos
(orientación a la metas, valor, autoeficacia y ansiedad) y de las estrategias de aprendizaje
(cognitivas, metacognitivas y de contexto) en estudiantes procedentes de ámbitos académicos
generales, y que en el área de la interpretación musical ha orientado los trabajos sobre
aprendizaje musical de McCormick y McPherson (1999, 2000, 2003, 2006) o Peter Miksza
(2006, 2012), quienes lo aplicaron a poblaciones con edades comprendidas entre los 8 y 18
años.
159 |
Capítulo 4
Por su parte la readaptación del MSLQ de Nielsen (2004) al contexto noruego de educación
superior, fue aplicada a estudiantes que respondían al perfil con dedicación a la música no
profesional, lo que limitaba su uso a los objetivos propuestos basados en el estudio de la
adquisición de la competencia memorística desarrollada en ámbitos profesionales.
Asimismo, tanto los trabajos citados como otros desarrollados en el contexto español, entre
los que cabe mencionar el estudio sobre estrategias metacognitivas de García (2010), han
abordado el enfoque de la práctica y sus efectos sobre el aprendizaje musical en general y no
la circunscrita al contexto específico representado por el aprendizaje memorístico. En esta
línea de investigación, el cuestionario The Musical Memorization Inventory de Misrha (2002),
creado para identificar las modalidades memorísticas relacionadas con la asimilación
kinestésica, acústica o gráfica de los elementos musicales, ha guiado el estudio de las
dimensiones relativas a las estrategias específicas de memorización. Sin embargo, este
inventario no evalúa el estilo de aprendizaje memorístico analítico o los efectos de
dependencia contextual derivado de una memoria incidental, a pesar de que ambas variables
fueron propuestas teóricamente por la propia Misrha (2004), así como tampoco incluye
componentes que indaguen cómo los objetivos expresivos y técnicos-interpretativos del
pianista al ser deliberadamente ensayados pueden actuar como señales de recuperación de la
memoria (Chaffin, 2002).
160 |
Metodología de la Investigación
161 |
Capítulo 4
162 |
Metodología de la Investigación
En relación al Objetivo 1:
En relación al Objetivo 2:
En relación al Objetivo 3:
En relación Objetivo 4:
En relación al Objetivo 5:
163 |
Capítulo 4
En relación al Objetivo 6:
o Hipótesis 7: Los sujetos que aspiran a un itinerario profesional que precisan en su
desempeño mayor desarrollo de esta destreza, han adquirido una mayor experiencia
en práctica memorística.
En relación al Objetivo 7:
En relación al Objetivo 8:
En la búsqueda epistemológica que más acorde resultase a la naturaleza del campo de estudio,
la Interpretación pianística y su Enseñanza y los propios objetivos y finalidades de nuestra
investigación, y a tenor del amplio y variado abanico en los procesos de generar
investigaciones educativas musicales que hemos encontrado a lo largo de la revisión de la
literatura relacionada con la temática, nos ha llevado a comprender que derivado de los
propios perfiles de la diversidad en la investigación en el terreno educativo, se impone
estudios de carácter interdisciplinarios en un proceso que se define como multimetódico
(Keeves, 1988). Un estudio que en palabras de Víctor García Hoz (1994), al ser:
164 |
Metodología de la Investigación
"... hipotéticamente exhaustivo de una realidad o un problema pedagógico, podría establecerse una
especie de continuo o línea de investigación que nos llevaría al conocimiento más completo de cualquier
problema educativo: investigación histórica, investigación fenomenológico-descriptiva, investigación
cuantitativa, investigación cualitativa, investigación filosófica de la situación…". (p. 38)
Esta perspectiva de estudio global viene a avalar que los interrogantes teórico y por ende, el
conocimiento que podemos formular en torno a la praxis instrumental y su enseñanza, va a
exigir una formación multidisciplinar donde se aunará las aportaciones que en este terreno
nos van a ofrecer tanto las Ciencias Cognitivas aplicadas a la Educación como las disciplinas
que conforman la Musicología y de este modo, hacer confluir distintos conocimientos en
psicología, historia, filosofía, sociología, e incluso algunas áreas de medicina, enfocadas al
apoyo de la solución de problemas educativos, sin olvidar las correspondientes competencias
en el terreno musical. De cada una de estas parcelas se tomarán los conocimientos teóricos
y prácticos que se precisan: el vocabulario específico, sus herramientas procesales, y en
definitiva, todo aquello que resulte útil y necesario para llevar a buen fin, la realidad única, en
su complejidad, que significa toda investigación musical (Chailley, 1991).
165 |
Capítulo 4
Por todo los expuesto, el enfoque epistemológico de este proyecto ha sido el etnográfico
holístico caracterizado, por el estudio de una situación o realidad determinada desde el punto
de vista de sus partícipes, a saber, los estudiantes de música, incluyendo sus opiniones,
actitudes, creencias, valores (Ogbu, Sato y Kim, 1997, citado en Aliaga, 2000), y en donde, el
profesor, implicado directamente, ha actuado tanto como partícipe activo como observador
en su doble papel de docente-investigador.
Ahora bien, tal y como comentábamos en líneas anteriores, la utilización de una metodología
preferentemente interpretativa, no exime de la posibilidad y la necesidad de cuantificar
algunos de los datos, recurriendo al enfoque empírico-inductivo, apoyado en la observación
sistemática mediante instrumentos de recogida de datos de información estructurados que
en este caso nos ofrece la metodología selectiva, que hoy en día se ha conceptualizado
denominándose metodología de encuesta (Anguera-Argilaga, et al., 2007). Esta metodología
basada en un proceso de aplicación de estrategias no experimentales, han proporcionado una
taxonómica observación seguida de una metódica organización y procesamiento de la
información gracias a la utilización de procedimientos de estadística inferencial dirigidos
hacia muestras intencionales, con el fin de describir las características o propiedades de la
población sometida a estudio, y que al responder a un paradigma asociativo, en el tipo de
hipótesis planteadas no se aplica la relación causal sino la covariación, cuya verificación se ha
basado en la constatación de contigüidad o simultaneidad (Arnau, 1995, citado en Balluerka y
Vergara, 2002).
166 |
Metodología de la Investigación
En la Tabla 1 se resume las acciones y tareas que han integrado las distintas fases seguidas en
la puesta en marcha de la investigación que se presenta.
Tabla 1.
Fases y procesos de la investigación
FASES PROCESOS
FASE I. PLANTEAMIENTO Identificación del problema de investigación
Revisión bibliográfica: Elaboración del Marco teórico
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Capítulo 4
Los siguientes apartados recogen los criterios de selección de la muestra así como la
descripción de los participantes a tenor de su edad, curso y centro donde cursan sus estudios
superiores de música.
168 |
Metodología de la Investigación
Tabla 2.
Alumnado matriculado en la especialidad de piano en Andalucía 2012/2014
Córdoba Granada Jaén Málaga Sevilla Total
Curso 2012/2013 59 69 21 72 64 285
Nuevo ingreso 2013/2014 8 15 7 20 12 62
Curso 2013/2014 55 65 24 65 67 276
Población estimada 2012/2014 67 84 28 92 76 347
Fuente: Unidad de Estadística y Cartografía de la Conserjería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta d Andalucía
Ahora bien, para hacer viable la fase empírica se ha tenido en cuenta diversos factores como
el limitado tamaño de la muestra accesible. La primera intención fue seguir los pasos
recomendados por Cea D´Ancona (2004) en la aplicación de un muestreo probabilístico, de
tal manera que una vez definida la población a estudiar se procedería a la selección del marco
muestral con criterios aleatorios. Para ello se contactó con profesorado de cada uno de los
centros implicados, solicitándoles el listado de alumnos matriculados en la especialidad de
piano, así como sus datos de contacto (correo electrónico preferentemente). Sin embargo,
derivado de los obstáculos de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección
de Datos de Carácter Personal, así como de la dificultad para obtener un listado completo,
fiable y actualizado de los datos personales de la población sometida a estudio, obligó a
aplicar la selección de las unidades de muestra por el método de muestreo no probabilístico.
Si bien es cierto que este método no asegura su extrapolación a población general de interés
(Cohen y Manion, 1990), también hay que señalar que este requisito no se ha constituido
como prioritario en la presente investigación, ya que resultados derivados del análisis aplicado
posteriormente, no aspira desde su enfoque cualitativo, a su transferibilidad a otras
poblaciones. La información obtenida que nos ofrece la posibilidad de emplear un alto
control estadístico, no pretenden ser una representación directa del fenómeno en estudio,
sino una forma de captar La Práctica de la memoria seguida por los encuestados, es decir, representan
una concepción idiográfica del contexto educativo, criterio de indagación que considera que
cada situación o individuo es específico y que por lo tanto su generalización dependerá del
investigador que aborde la réplica en otros contextos (Latorre, Del Rincón, y Arnal, 2003).
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Capítulo 4
170 |
Metodología de la Investigación
Junto al criterio de homogeneidad, la muestra a estudiar responde a otros criterios que vienen
a justificar su elección. Así vemos que una investigación que tiene por objeto el estudio y
descripción del desarrollo de capacidades o destrezas resultantes de un modelo de enseñanza
aplicado a un determinado sector, deberá tener en cuenta el extremo o etapa superior de esa
enseñanza, que permitirá averiguar y evaluar los resultados fruto de la aplicación sistemática
de esa determinada metodología. De esta forma podremos obtener datos acerca de lo que
resulta habitual o coincide con el promedio general, y mostrará aquellos aspectos que al salirse
de la norma conforman una excepción, definiendo unos valores que la caracterizan o
diferencian, y en cualquier caso permitirá una enumeración de los aspectos positivos o
negativos que de ello se derive.
Además, cabe señalar que según Sloboda (1984), podemos enumerar hasta cuatro etapas o
fases en la formación de una artista de élite. La primera etapa incluye un período del que no
se ha llegado a especificar cuánto tiempo es necesario, aunque si se ha determinado que se
trata un período vinculado a la práctica lúdica dentro de un dominio particular. La segunda
fase de este proceso se inicia cuando una persona revela talento en ese dominio e inicia un
período de práctica continuada y deliberada apoyada por una instrucción estructurada y formal.
A esta etapa le sigue una tercera fase que comienza cuando se asume un gran compromiso
para alcanzar los niveles más altos posibles en el dominio y en los que se busca las
condiciones más óptimas de formación (Bloom, 1985; Sosniak, 1985, 1990). Por último en
el camino para alcanzar la excelencia, se llega a aquella etapa concebida como ir más allá de
los conocimientos disponibles en el dominio, con el fin de producir una contribución única,
y lograr un desarrollo más allá de las habilidades y conocimientos que los maestros expertos
saben y pueden proporcionar a los alumnos en particular (Ericsson, 1996; Ericsson y
Charness, 1994; Ericsson, et al., 1993, citados en Papageorgi et al., 2010).
171 |
Capítulo 4
Una última premisa a favor de la idoneidad de la muestra, se refiere a la unificación del criterio
en relación al género musical y a la dificultad del repertorio a interpretar, que tal y como han
constatado distintos estudios comparativos basados en estas variables inevitablemente se
convierten en variables extrañas que afectan a los resultados de la investigación (Nuki, 1984).
De ahí el interés por la muestra seleccionada, en tanto que representa a un determinado
colectivo limitado por los principios didácticos que comparten al pertenecer al mismo nivel
académico. Esta condición conlleva la práctica de un tipo de música interpretada desde el
referente gráfico representado por la partitura y considerada con similares parámetros de
dificultad al estar preestablecida en los programas curriculares de los diferentes instrumentos
en general y de la especialidad de piano, en particular.
Además, las piezas musicales que integra los programas o repertorios que deben interpretar
los estudiantes de piano de nivel superior, aunque clasificadas con una variedad de términos
según distintos estilos de música, a saber, barroco, clásico, romántico, impresionista…, todas
ellas conciernen a un periodo de la literatura de música de tradición clásica para piano acotada
172 |
Metodología de la Investigación
entre los siglos XVIII y principios del XX que comparten similares principios técnicos-
interpretativos y compositivos.
4.4.2. Participantes
La muestra presenta una mayor incidencia de estudiantes con edades que oscilan entre los
19 y 22 años (61.1%), de los cuales un 14.9% son estudiantes de 19 años de edad, un 12,4%
tienen 20 años, un 15.7% tienen 21 años, y por último el 18.2% de la muestra tiene 22 años
de edad, tal y como se recoge en la Tabla 4.
173 |
Capítulo 4
Tabla 4.
Estadístico descriptivo de la distribución de la muestra por edades
Frecuencia Porcentaje válido Porcentaje acumulado
Válidos 18 6 5.0 5.0
19 18 14.9 19.8
20 15 12.4 32.2
21 19 15.7 47.9
22 22 18.2 66.1
23 7 5.8 71.9
24 7 5.8 77.7
25 7 5.8 83.5
26 6 5.0 88.4
27 6 5.0 93.4
28 1 .8 94.2
29 2 1.7 95.9
30 3 2.5 98.3
31 1 .8 99.2
34 1 .8 100.0
Total 121 100.0
Tabla 5.
Distribución de la muestra por curso y género
Género
Hombre Mujer Total
Curso 1º Recuento 16 19 35
% del total 13.2% 15.7% 28.9%
Curso 2º Recuento 9 11 20
% del total 7.4% 9.1% 16.5%
Curso 3ª Recuento 15 16 31
% del total 12.4% 13.2% 25.6%
Curso 4º Recuento 15 20 35
% del total 12.4% 16.5% 28.9%
Total Recuento 55 66 121
% del total 45.5% 54.5% 100.0%
174 |
Metodología de la Investigación
Tabla 6.
Estadístico descriptivo de la muestra según el Conservatorio donde cursan sus estudios
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado
Conservatorio C.S.M. Córdoba 69 57.0 57.0
C.S.M. Granada 6 5.0 62.0
C.S.M. Jaén 15 12.4 74.4
C.S.M. Málaga 11 9.1 83.5
C.S.M. Sevilla 20 16.5 100.0
Total 121 100.0
175 |
Capítulo 4
Los apartados siguientes recogen cada una de las consideraciones correspondiente al diseño
de los instrumentos de observación, siguiendo algunas de las propuestas de Cea D´Ancona
(2004), a saber:
- procedimientos de administración,
176 |
Metodología de la Investigación
Para garantizar la obtención de resultados acordes a los objetivos plateados, los elementos
sometidos a estudio han sido agrupados en distintas dimensiones, tales como, el contexto de
formación, la experiencia, variable motivacionales o creencias que median en la
interpretación de memoria y las estrategias utilizadas en los procesos de memorización en la
Interpretación pianística. Cada una de las dimensiones enumeradas consta de un número
determinado de indicadores que representan a un universo de ideas acerca de la práctica de
la memoria, relacionados entre sí, conducentes a la descripción de la complejidad de todo
proceso relacionado con la memorización de una partitura música, y que ha dado lugar a la
estructura que se recoge en la Tabla 7.
Tabla 7.
Dimensiones, variables e indicadores implicados en la Investigación
Contexto de formación Variable académica del individuo, por Conservatorio de Música en el que realizan
la que participa en alguna forma sus estudios
organizada de aprendizaje, dentro de
una institución educativa
Continúa
177 |
Capítulo 4
Continúa
Memoria analítica-organizativa Uso del análisis formal y armónico de la
estructura musical como base de la
organización de la información para su
memorización
En relación a las variables a estudiar, es necesario aclarar que siguiendo la crítica de Geeves
(2009) a los trabajos de Chaffin (2002) en los que se obvia la diferenciación entre la conciencia
del intérprete durante la Interpretación en el trascurso de una ejecución en público
(concierto, examen…) y los procesos que se activan en la preparación de un repertorio, y
teniendo en cuenta que en el estudio de procesos relacionados con la interpretación juega un
papel decisivo las variables contextuales y temporales del momento de la interpretación que
dificultan la obtención de resultados invariables, a lo largo de este proyecto se ha tratado de
especificar en qué momento temporal del desempeño de la memoria nos encontramos, ya
que se ha optado por el estudio de las estrategias de memorización aplicadas para el logro de
una memorización con efectos en la Interpretación en público pero basada en las estrategias
específicas activadas durante el período de ensayo.
178 |
Metodología de la Investigación
Los indicadores recogidos en la tabla anterior han sido transformados en ítems cuya
formulación y límites han sido definidos desde el modelo teórico-conceptual referente y la
identificación de incidentes críticos aportados por los propios participantes y tamizados por
la experiencia del docente-investigador, quien mediante la observación directa e entrevistas
informales ha identificado experiencias, comportamientos, opiniones, valoraciones y
percepciones del alumnado considerados relevantes para definir el constructo a estudio.
179 |
Capítulo 4
Tabla 8.
Tipos de ítems agrupados por variedad de respuesta
Nº Bloque de ítems Tipo de respuesta
Datos identificativos (3 ítems) Abierta
Bloque I
(4 ítems) Semi-cerrada
(1 ítem) Cerrada
1 –nunca/ 2- rara vez/ 3- a veces/4- casi siempre/ 5- siempre
Bloque II
(1 ítems) Cerrada con texto
(4 ítems) Múltiple codificada (indicación de orden de preferencia del 1 al 5)
Cerrada
Bloque IV (3 ítems)
Bloque V (8 ítems) 1 –nunca/ 2- rara vez/ 3- a veces/4- casi siempre/ 5- siempre
Bloque VI (6 ítems)
Bloque VII (6 ítems)
Bloque VIII (10 ítems)
La redacción, tanto desde el punto de vista del léxico como la semántica empleada en la
elaboración de los ítems del cuestionario, corresponde al empleo habitual en el ámbito
académico-musical. La consideración de las implementaciones propias de la tropología
musical constituye una herramienta de control de errores y variables extrañas y dado que el
primer control de la validez está en la misma redacción de los ítems, se ha considerado
oportuno utilizar los conceptos y usos pedagógicos de profesores y alumnos, de modo que
reflejasen su modo habitual de expresión para referirse a los diferentes aspectos del tema
tratado. Pretendemos evitar que, por el empleo descontextualizado de ciertas expresiones,
más allá de su corrección científica, quede lesionada la comprensión esencial de las variables
a estudio por parte de los participantes. Y aunque se ha tratado de que tuviesen una extensión
similar y concisa para favorecer su lectura y respuesta, la complejidad de las variables tratadas
ha limitado cumplir esta premisa.
180 |
Metodología de la Investigación
Para el estudio de la dimensión Experiencia previa, en primer lugar, se consideró las respuestas
a la pregunta Curso, incluida en datos de identificación, indicador del nivel académico y por
ende de los conocimientos previos de los participantes, elemento que desde un punto vista
teórico y operacional define a la experiencia adquirida en relación al desarrollo de una
determinada competencia (Hallam et al. 2012).
En segundo lugar, se redactó un primer bloque de cuatro preguntas que tras su recodificación
en años, nos correlacionará la Práctica de la memoria con la Práctica deliberada, en su faceta
temporal (Ericsson et al., 1993), al facilitarnos información sobre el tiempo de práctica
continuada que los participantes llevan memorizando su repertorio, delimitando la variable
que hemos renombrado como Experiencia en práctica memorística, así como los años que llevan
tocando de memoria en su Interpretaciones en público (exámenes, audiciones, conciertos,
concursos, pruebas de acceso…), que nos describirá la variable Experiencia en tocar de memoria
en público. También nos aportará datos para conocer cuándo fue la primera vez que
memorizaron una pieza musical y cuándo experimentaron por primera vez la memoria en
sus interpretaciones ante un público (ver Tabla 9).
181 |
Capítulo 4
La información obtenida será la vía para explorar si los estudiantes cuentan con una larga
experiencia en años de práctica memorística que verifique que, en relación al desarrollo de
esta destreza y tomando como referente las teoría del desarrollo de la competencia experta
(Ericsson, et al., 1993) se les pueda calificar de expertos, o si por el contrario es una
competencia recientemente utilizada y por lo tanto, tan solo se les puede aplicar el calificativo
de noveles o aprendices. También podremos explorar la sincronía entre los años de práctica
acumulados en el uso de la memoria como parte integrante de planeamiento instrumental o
de la interpretación en público, y el momento temporal en el que tuvo lugar la primera
experiencia en ambas facetas. Asimismo, podremos descubrir otras posibles implicaciones
en relación al resto de variables estudiadas.
Tabla 9.
Bloque I de preguntas para el estudio de los años de práctica memorística
¿Cuándo fue la primera vez que tocaste de memoria una pieza musical?
en mis primeros inicios al piano
en grado medio
en grado superior
otro_______
¿Cuándo fue la primera vez que tocaste de memoria en público?
en mis primeros inicios al piano
en la prueba de acceso a grado medio
en la prueba de acceso a grado superior
otro_______
¿Desde cuándo tocas de memoria en público de forma habitual?
desde hace_______
no toco de memoria en público de forma habitual
¿Desde cuándo trabajas de memoria el repertorio o programa completo?
desde hace_______
no estudio de memoria el repertorio completo
182 |
Metodología de la Investigación
El segundo bloque del cuestionario PMIP está constituidos por cinco variables
independientes (ver Tabla 10) que indican la participación y/o expectativa de los sujetos por
una determinada actividad o meta profesional. Los datos obtenidos en su aplicación al área
de la memoria en la Interpretación pianística, delineará un estudio acerca de actividades que
podemos asociar al interés extrínseco que precisan en su desempeño un mayor o menor uso
de los procesos memorísticos. Así por ejemplo, una preferencia por una dedicación
profesional como Intérprete solista implica un especial interés por todos los elementos
constitutivos del Concierto en acto público, entre las que se incluye la habilidad para
memorizar repertorio de forma rápida y fiable (Aiello, Williamon, 2002), y en consecuencia
se cree está asociado a un juicio acerca de la conveniencia del sobreesfuerzo que conlleva la
preparación de un repertorio para ser interpretado de memoria (Aiello, 2000).
El primer ítem de este segundo grupo hace referencia a una actividad vinculada al desarrollo
del pianista profesional, la Participación en concursos de piano. En el desarrollo de esta actividad
tocar de memoria se ha impuesto como requisito obligatorio para evaluar la calidad de la
Interpretación.
Las cuatro sub-preguntas siguientes nos aportan una descripción del perfil laboral al que
aspira los estudiantes de piano que interpretado desde la consideración de si aprender a tocar
de memoria le resultará útil para su ocupación futura nos permitirá evaluar su incidencia en
las variables motivacionales y estratégicas relacionadas con procesos de aprendizaje
memorístico.
Tabla 10.
Bloque II de preguntas para el estudio de la variable Actividades y Metas profesionales
En tu formación como pianista, ¿te has presentado o está en tus planes participar en concursos nacionales o
internacionales de piano?
- Si
- Aún no lo sé
- No
Indica, en orden de preferencia (del 1 al 5), las siguientes líneas de dedicación profesional a las que aspirarías tras la
culminación de tu etapa académico-formativa
- Docencia Práctica de la Música (…)
- Docencia Teórica de Música (…)
- Intérprete Profesional
- Empleo no relacionado directamente con los estudios musicales
183 |
Capítulo 4
En la elaboración de las dos primeras subescalas de esta sección (Bloque III y IV del
cuestionario general), se ha tomado como referente el término componente valor definido por
Pintrich et al. (1990) para indicar las creencias de los alumnos sobre la importancia e interés
que suscita la tarea a realizar. En el contexto de este proyecto se han redactado una batería
de preguntas que recoge la apreciación y percepción de las ventajas que conlleva tocar de
memoria expresadas en términos de importancia y utilidad percibida, tanto de la memoria
que se pone en práctica en las distintas fases de asimilación de un repertorio como de la
memoria implicada en la Actuación en público. Todas ellas se han estructurado bajo un
indicador común que en líneas generales respondería a la pregunta de por qué interpretar de
memoria, expresada desde dos perspectivas:
En su desarrollo se ha recogido dos enfoques diferenciados. Por una parte, lo que se cree o
percibe que es lo adecuado, es decir, una creencia expresada desde el valor ideal dado al uso
de la memoria en la Interpretación considerando la opinión colectiva dictada por los parámetros
tradicionales de la profesión musical, legada por la historia del pianismo y trasmitida al
estudiante a lo largo de sus años de formación.
184 |
Metodología de la Investigación
Por otra parte, los individuos presentan la capacidad de elegir en función de sus preferencias
de tal manera que pueden trascender ese valor ideal (Bolívar, 1972) y en consecuencia,
expresar una creencia que emana de la reflexión preferencia, y experiencia individual acerca
del uso de la memoria en la Interpretación. El resultado de estas dos líneas de argumentativas
ha sido las siguientes variables:
o Utilidad. Para su estudio se diseñó 10 ítems (ver Tabla 11) que expresan la
importancia, utilidad y ventajas que supone tocar sin partitura en relación a aspectos
que afectan al logro de una Interpretación convincente (técnica, expresividad,
comunicación…) y que respondería a la pregunta de por qué toco de memoria. (Ej.
Ítem. Toco de memoria en público porque favorece mi Interpretación en general).
Tabla 11:
Bloque III de preguntas para el estudio de la variable Utilidad
185 |
Capítulo 4
Tabla 12.
Bloque IV de preguntas para el estudio de la variable Valor
La memorización es fundamental en la preparación de un repertorio o programa
Respuesta escalada del 1 al 5: Resulta imprescindible tocar de memoria para lograr una buena interpretación
1 “totalmente en desacuerdo” Estudiar de memoria favorece la resolución de los problemas interpretativos
5 “completamente de acuerdo El trabajo de memoria de un repertorio favorece la resolución de dificultades técnicas
La memorización de una pieza musical aumenta la comprensión de ella
Resulta útil y ventajoso tocar de memoria en una Interpretación en público
Se valora más positivamente la interpretación de un pianista cuando toca de memoria
Cuando se interpreta de memoria en público se siente mayor libertad expresiva en la
interpretación de aspectos dinámicos, carácter, rítmicos...etc.
Cuando se toca de memoria en un recital, examen o similar, se logra un mayor control en
relación a los aspectos técnicos (velocidad, dominio notas dobles, articulación, precisión,
etc.)
Una Interpretación en público de memoria favorece la capacidad comunicativa en relación
a quién escucha (profesor o público en general)
Se toca de memoria en público porque favorece la Interpretación en general
El tercer bloque de preguntas de esta escala (Bloque V del instrumento general), integrada
por 6 ítems en su versión definitiva, aluden a las reacciones emocionales de los estudiantes
ante la tarea a realizar. El breve y conciso test de ansiedad propuesto por Pintrich et al. (1991)
evalúa dos aspectos relacionados con esta faceta. En primer lugar, la preocupación o
componente cognitivo referido a la reflexión o pensamientos expresados en términos
negativos en relación a la tarea propuesta que afecta a los resultados, y en segundo lugar,
ciertos aspectos fisiológicos que estudió bajo la denominación de Ansiedad.
Cabe señalar que para este proyecto se seleccionó el componente cognitivo, dejando para
estudios posteriores los componentes fisiológicos que habitualmente se dan en toda Actuación
en público, generalmente agrupados y estudiados bajo el término Miedo escénico, que no se
constituye como prioridad en las directrices para esta investigación, a la vez que la
multiplicidad de variables que conlleva y que no están necesariamente relacionadas con el
hecho de tocar de memoria, podría haber confundido al alumno en su respuesta. Este
enfoque ha servido de modelo en la redacción de las preguntas agrupadas bajo el epígrafe de:
o Ansiedad cognitiva. Los 6 ítems (ver Tabla 13) que lo componen se utilizaran para
testar la respuesta emocional ante el hecho de tocar de memoria en público que en el
caso de los estudiantes suele coincidir con un examen o audición, de ahí la
contextualización en este supuesto de actuación en público (Ej. Ítem. Cuando estoy
tocando de memoria en un examen, pienso que en el siguiente pasaje me voy a equivocar).
186 |
Metodología de la Investigación
Tabla 13.
Bloque V de preguntas para el estudio de la variable Ansiedad Cognitiva
Respuesta escalada del 1 al 5: En un examen, me preocupa más un fallo de memoria que un error de carácter
de expresión
1 no me describe en absoluto
5 me describe completamente
En un examen, me preocupa más un fallo de memoria que un fallo en el pasaje
de dificultad técnica
Los fallos de memoria, o el miedo a cometerlos, cohíben y limitan mi actuación
en público
Me siento más tranquilo y con menos preocupación si en un examen, o prueba
donde es obligatorio tocar de memoria, se elimina tal obligación
Cuando estoy tocando de memoria en un examen, pienso que en el siguiente
pasaje me voy a equivocar
Mi principal temor cuando toco de memoria en público es equivocarme y no
poder continuar
El cuarto y último bloque de esta sección (Bloque VI), de nuevo sigue las directrices que nos
ofrece el marco teórico de la ciencia de la motivación al tomar como referente el concepto
de Componente de expectativa: autoeficacia del MSLQM (Pintrich et al., 1991), que hace referencia
a las creencias de expectativa bien sobre los resultados, bien acerca de lo que un individuo es
capaz de aprender, bien de su competencia para realizar una determinada tarea. En la
necesidad de estudiar la autoeficacia atendiendo a la especificidad del dominio y la tarea a
realizar se readaptaron los correspondientes ítems al contexto desde el enfoque propuesto
por McPherson and McCormick (1999) quienes en su aplicación al área de la Interpretación
musical siguieron las pautas de Bandura (1997) y registraron la creencia de autoeficacia
mediante preguntas formuladas como sentencias que no sólo recogían la voluntad de los
sujetos para la realización de una tarea en términos de lo que el sujeto “puede” hacer, sino
desde las acciones de comportamiento o las habilidades cognitivas que son necesarias para
un desempeño competente. El resultado ha sido una batería de 6 ítems en su versión
definitiva (ver Tabla 14) agrupados bajo el epígrafe:
187 |
Capítulo 4
Tabla 14.
Bloque VI de preguntas para el estudio de la variable Autoeficacia
Respuesta escalada del 1 al 5: Soy capaz de memorizar cualquier tipo de obra por difícil que resulte
Memorizo programa o repertorio nuevo, fácilmente y con bastante rapidez
1 no me describe en absoluto
5 me describe completamente Considerando las dificultades que conlleva la memorización de un repertorio, y mi
habilidad para ello, pienso que lo haré bien
Creo que en lo que se refiere a “tocar sin partitura” podría obtener una alta calificación
Estoy confiado en poder tocar de memoria en público sin temor a cometer errores
Me siento seguro/a de poder realizar un excelente examen de memoria
Las siguientes cinco subescalas fueron diseñadas con el objetivo indagar sobre las
preferencias de los sujetos en relación a su modalidad de memorización. Para su estudio se
elaboró el Cuestionario Estrategias de Memorización en la Interpretación Pianística
(CEMIP), integrado por 33 ítems en su versión definitiva, que indagan el tipo de estrategias
o técnicas específicas de memorización activadas tanto en el proceso de preparación de un
repertorio como en el mismo acto de la Interpretación de memoria. Su redacción se expresa
en acciones o conductas observables que pueden identificarse como correlación directa o
indirecta del tipo de memoria utilizada (Palmer, 2006), y para su elaboración se revisaron los
elementos identificados en los procesos por los que se llega a memorizar una partitura de
piano de autores tales como Gruson (1988), Hallam (1997), Miklaszewski (1983, 1989 y
1995), Chaffin et al. (2001), Segalowitz et al. (2001), Misrha (2002, 2004), Chaffin et al. (2009),
entre otros. Los 3 ítems (ver Tabla 15) que integran la primera sub-escala de esta sección
(Bloque VII del cuestionario general) fueron agrupados bajo el epígrafe de:
188 |
Metodología de la Investigación
Tabla 15.
Bloque VII de preguntas para el estudio de la variable Memoria Analítica-Organizativa
Respuesta escalada del 1 al 5: Analizo la estructura formal de la obra que debo memorizar
Analizo la armonía de una pieza musical que estoy memorizando
nunca/rara vez/ a veces/
casi siempre/siempre Estudio por secciones en función de las frases o cadencias finales
La segunda subescala de este cuestionario (Bloque VIII), está conformado por 8 ítems en su
versión definitiva (ver Tabla 16), agrupados bajo la denominación de:
Tabla 16.
Bloque VIII de preguntas para el estudio de la variable Modalidad perceptual-contextual
Respuesta escalada del 1 al 5: El cambio visual al variar de escenario, de aula o lugar de estudio, puede llevarme a un error
de memoria
nunca/rara vez/ a veces/ El tocar en distintos pianos (tamaño, color, etc.) afecta a mi interpretación de memoria
casi siempre/siempre Me preocupa los cambios de acústica en las salas donde toco ya que este hecho físico me
afecta en la interpretación memorística
Cuando voy a tocar de memoria en público estoy preocupado por fallar la memoria porque
el piano no esté correctamente afinado
Me preocupa tener un fallo de memoria si siento tensión muscular
Tengo dificultad para tocar una misma sección ya memorizada cuando se me pide tocarla
en distintos registros
Cuando ha finalizado el estudio de memoria de una obra, tengo dificultades para tocarla de
memoria a un tempo más lento
Cuando toco en público, las características del piano como el calado, se convierten en
elementos de distracción para mi interpretación de memoria
189 |
Capítulo 4
El Bloque IX (ver Tabla 17) recoge 6 ítems en su versión definitiva que han sido agrupados
bajo el título:
Tabla 17.
Bloque IX de preguntas para el estudio de la variable Memoria Gestual –emocional
Respuesta escalada del 1 al 5: En los ensayos previos a un examen o concierto repaso mentalmente la pieza que tocaré de
memoria imaginándome el sonido de la partitura
nunca/rara vez/ a veces/ Cuando repaso mentalmente una pieza que voy a tocar de memoria imagino los movimientos
casi siempre/siempre de manos y dedos sobre el teclado
Cuando toco de memoria en público me concentro en los aspectos expresivos de la pieza para
no olvidarla
La intención emocional con la que abordo una obra musical (tristeza, alegría, drama, fuerza,
ímpetu, etc.) me ayudan cuando toco de memoria
La relación entre el movimiento, o gesto técnico, y su resultado sonoro, son una guía que me
ayuda en la memorización de la pieza musical
Cuando toco de memoria en público me resulta útil para no olvidar la obra, concentrarme en
el logro del control técnico de la obra (precisión, nitidez, digitación, control de la relajación,
etc.)
La cuarta sub-escala (Bloque X) conformada por 6 ítems (ver Tabla 18) recoge técnicas que
responden a los rasgos de un aprendizaje memorístico de carácter explícito y que han sido
agrupadas bajo el término de:
190 |
Metodología de la Investigación
tales como la verbalización (Ej. Ítem. Una vez memorizada una pieza musical, compruebo que
puedo rescribirla en notación musical sin ayuda de la partitura, el uso de técnicas de
variabilidad en la práctica (Ej. Ítem. Trabajo la memoria de una pieza, o sección, tocándola en
distintos registros), o la creación de analogías entre elementos musicales con atributos
semejantes que pueden ser transferidos o adicionados a la información que debe
memorizarse, como por ejemplo la práctica de la improvisación en el estilo de la pieza
musical (Ej. Ítem. Improviso en el estilo compositivo de la pieza que estoy memorizando).
Tabla 18.
Bloque X de preguntas para el estudio de la variable Memoria Conceptual-elaborativa
Respuesta escalada del 1 al 5: Para trabajar la memoria de una partitura, toco las secciones anteriormente memorizadas en
orden inverso, por ejemplo, toco de memoria los últimos tres pentagramas, luego los tres
nunca/rara vez/ a veces/ antepenúltimos y así sucesivamente
casi siempre/siempre Cuando no logro memorizar ciertos pasajes de una pieza, toco la parte correspondiente a la
mano izquierda con la derecha y viceversa a fin de asegurar su memorización
Improviso en el estilo compositivo de la pieza que estoy memorizando
Trabajo la memoria de una pieza, o sección, tocándola en distintos registros
Practico la transferencia de progresiones o estructuras armónicas similares en obras
diferentes, por ejemplo, tocar patrones armónicos coincidentes o similares entre autores del
mismo estilo o dentro del repertorio de un mismo autor
Una vez memorizada una pieza musical, compruebo que puedo rescribirla en notación
musical por completo sin ayuda de la partitura
Por último para el estudio de las estrategias de autorregulación que nos remiten al aspecto
procedimental de la metacognición aplicado a los procesos de memorización (McPherson et
al. 2002, Nielsen, 2004), se pensó en tomar como referente una adaptación de la subescala
de autorregulación metacognitiva del ya mencionado instrumento MSLQ, tal y como ocurre
en otras áreas académicas en las que se ha abordado el estudio empírico del componente
metacognitivo en el aprendizaje. Pero teniendo en cuenta que las estrategias de aprendizaje
han sido consideradas como un conjunto de procesos específicos del contexto más que una
característica individual del estudiante (Zimmerman, 1998, citado en Mizska, 2012), se
decidió por la elaboración propia de una batería de 10 preguntas adaptadas a la memorización
y extraídos de los estudios sobre estrategias de autorregulación de la práctica instrumento-
musical, principalmente de Hallam (2001), que conforma la quinta subescala de este
cuestionario (Bloque XI del instrumento general), y que hemos denominado:
191 |
Capítulo 4
Tabla 19.
Bloque XI de preguntas para el estudio de la variable Regulación de la Práctica memorística
Respuesta escalada del 1 al 5: Al final de cada sesión de estudio repaso lo estudiado para comprobar qué progresos he
experimentado en la memorización del repertorio
nunca/rara vez/ a veces/ Mi estudio de memoria se fundamenta en detectar pasajes con dificultades de memorización
casi siempre/siempre para poder solucionarlos
Una vez identificados los pasajes o dificultades de memorización, busco la mejor estrategia
que me ayude a solucionarla
Planifico todo lo relacionado con mi interpretación de memoria en público (qué debo pensar,
cómo actuar en caso de error, etc.)
Soy consciente del proceso de memorización (de cómo estudio de memoria y de cómo lo
llevo a cabo, así como de su punto de evolución relativa)
A lo largo de la sesión de estudio, organizo mi práctica en función de los objetivos
relacionados con la memoria que quiero conseguir (tocar la pieza completa, asegurar ciertas
secciones, memorizar aspectos expresivos… etc.)
Continuamente compruebo las secciones similares -o relacionadas melódica, rítmica o
armónicamente- para afianzar la memorización
Si compruebo que no logro afianzar la memoria de una pieza aplico nuevas técnicas de estudio
Cuando logro memorizar una obra, soy plenamente consciente de los pasajes que están
inseguros y que necesitan más práctica
Selecciono y organizo el material que debo memorizar
4.6. Procedimiento
192 |
Metodología de la Investigación
Tras exhaustivas revisiones, esta etapa dio lugar a la redacción de las preguntas de una
primera versión provisional integrada por 135 ítems. A partir de este momento se iniciaron
distintos procedimientos con el fin de reducir al máximo los errores de medición en la
encuesta, así como optimizar las respuestas de los participantes.
Si bien algunos autores advierten sobre el alto grado de subjetividad que presenta el
procedimiento de validez aportado por los experto, en parte por el debate suscitado en la
identificación de las personas que puedan responder a la definición de experto, no es menos
cierto que aportan valoraciones que ayudan a establecer criterios de validez de contenido
(Escobar y Cuervo, 2008).
En este caso particular para ser incluido en el grupo evaluador se requería su pertenencia al
campo disciplinario en el que se desarrolla la investigación. La práctica artística-musical
plantea preguntas que deben ser abordadas desde un enfoque práctico, por ello se pidió a un
grupo de sujetos que respondían al perfil de especialista a colaborar como evaluadores del
instrumento. En total diez sujetos aceptaron la propuesta, siete hombres y tres mujeres que
contaban con una amplia experiencia como intérpretes y docentes estimada entre 8 y 15 años
para el 80% de los colaboradores y con más de 15 años de experiencia para el resto, a lo que
se suma que dos de ellos destacaban por su formación en investigación al poseer el título de
Doctor.
La principal finalidad de esta fase, al margen de establecer una posible vía de validación
cualitativa y conceptual de los ítems, era la de extraer información acerca de la redacción de las
preguntas, predecir la comprensión de las preguntas al ser conocedores de las características
del marco muestral al que será aplicado; recabar el interés que este tema suscitaba entre los
encuestados y detectar posibles errores en su diseño, siguiendo las recomendaciones de Cea
D´Ancona (2004).
193 |
Capítulo 4
En primer lugar y tras los datos biográficos de los evaluadores (nombre, años de experiencia,
breve curriculum…), se les solicitó que valorasen globalmente el Cuestionario General
mediante una escala del 1 al 10, donde 1 es una baja valoración frente a una alta valoración
del 10, los siguientes aspectos:
El análisis descriptivo se realizó gracias al paquete estadístico SPSS 19.0. Los resultados de
la valoración del Cuestionario recogidos en la Tabla 20 evidencia una valoración muy positiva
ya que el resultado medio, asumiendo que las seis variables tienen igual peso, generaron una
medida de tendencia central situado en 8.18 (f-10) a pesar de la limitación, tal y como alguno
de los colaboradores apuntaron de que desconocían los objetivos específicos de la
investigación.
Tabla 20.
Descriptivo del cuestionario de valoración de expertos
Mínimo Máximo Media Desv. típ. Varianza
Claridad en la redacción de las preguntas 7 10 8.90 1.197 1.433
Posibilidad de aplicación práctica en los 7 10 8.70 1.337 1.789
Conservatorios Superiores de Música
Relevancia de los temas tratados 7 10 9.00 1.333 1.778
Nivel de dificultad de realización 1 8 5.10 2.558 6,544
Facilidad de comprensión de los conceptos 7 10 9.00 1.054 1.111
utilizados
Idoneidad del formato utilizado 6 10 8.40 1.647 2.711
N= 10
194 |
Metodología de la Investigación
Se puede observar puntuaciones altas para facetas como la comprensión o la relevancia del
tema. Y puntuaciones algo más controvertidas en relación a la dificultad de realización, que
en efecto resulta ser el aspecto peor valorado, lo cual no es de extrañar, puesto que abordar
un tema como la memorización resulta un feedback del propio trabajo de aprendizaje
instrumental que exige un alto grado de concentración y de reflexión por parte del
encuestado. Si bien se compensa con el porcentaje medio atribuido a su factibilidad para ser
aplicado al alumnado que compone el contexto educativo del aula de piano de los
conservatorios superiores, lo cual nos hace estimar, a pesar de la evidente dificultad que
conlleva su realización, una óptima aplicación futura.
Una segunda sección claramente diferenciada del Cuestionario de Evaluación, incluía una
pregunta abierta bajo el título de Observaciones de interés para su mejora, diseñada con el fin de
facilitar a los evaluadores que pudiesen expresar libremente su percepción general, y de este
modo poder aportar las sugerencias o recomendaciones que creyesen oportunas.
195 |
Capítulo 4
Así mismo, los especialistas insisten en cómo las diferencias personales referidas a capacidad,
habilidad innata o formación afectan a la forma de memorizar. Así mismo, se plantea la
posibilidad de ampliar el estudio de la memoria a otras áreas distintas a la de la Interpretación
solista como la Música de Cámara.
En tercer lugar, se planteó una posible validación conceptual de los ítems, y para ello se
estableció como procedimiento para valorar su pertenencia al objeto de estudio, la propuesta
de Osterlind (1989) consistente en el emparejamiento de ítems y dominio a juicio de los
especialistas al que se le oculta el emparejamiento contenido-ítem para comprobar si, dicho
emparejamiento es tan evidente que una persona experta lo pueda descubrir, considerándose
la proporción de aciertos como índice de congruencia (Carretero-Dios y Pérez, 2005). En
esta línea de actuación, se seleccionó un número de ítems siguiendo un sistema de elección
aleatorio en su modalidad sistemática. En primer lugar se estimó que un número de entre 25
y 30 ítem aseguraría que cada dimensión estuviese representada y facilitaría las respuestas de
los especialistas.
196 |
Metodología de la Investigación
Tabla 21.
Selección de ítems para valoración temática por expertos
Temática Selección de preguntas
Tema 1. Valor de la memoria en la 10 *. Resulta imprescindible tocar de memoria para lograr una buena interpretación
Interpretación 14. Resulta útil y ventajoso tocar de memoria en una Interpretación en público
18. Una Interpretación en público de memoria favorece la capacidad comunicativa
en relación a quién escucha (profesor o público en general)
22. La memorización es fundamental en mi preparación de un repertorio o
programa
26. La memorización de una pieza musical aumenta mi comprensión de ella
30. Si toco de memoria en un recital, examen o similar, siento que logro un mayor
control en relación a los aspectos técnicos (mayor velocidad, mejor control de notas
dobles, mayor precisión…)
34. Hay que tocar de memoria para no necesitar pasar las hojas
Tema 2. Auto-confianza en la habilidad 38. Considerando las dificultades que conlleva la memorización de un repertorio, y
para memorizar o tocar de memoria en mi habilidad para ello, pienso que lo haré bien
público:
Tema 3. Respuesta emocional ante el 42. En un examen, me preocupa más un fallo de memoria que un error de carácter
acto de tocar de memoria en público de expresión
46. Cuando estoy tocando de memoria en un examen, pienso que en lo mal que lo
estoy haciendo comparándome con mis compañeros
Tema 4. Técnica de aprendizaje visual 50. Cuando he estudiado una partitura en una determinada edición y cambio de
editorial, tengo dificultades para seguir la nueva partitura
54. El tocar en distintos pianos (tamaño, color, etc.) afecta a mi interpretación de
memoria
Continúa
197 |
Capítulo 4
Tema 5. Uso de la memoria acústica 58. Ante una memorización de un pasaje difícil me ayuda escuchar a alguien tocar
ese pasaje
Tema 6. Estrategias de aprendizaje 62. Puedo reproducir completa una obra, previamente memorizada, simulando
kinestésico (memoria de dedos o de los tocarla sobre la tapa del piano y sin emitir sonido alguno (cantar, tararear, etc.)
movimientos) 66. Me preocupa tener un fallo de memoria si siento tensión muscular
70. Cuando toco en público, las características del piano (tamaño, calado, etc.) se
constituyen como un elemento de distracción para mi interpretación de memoria
Tema 7. Técnicas de elaboración para 74. Complemento mi ejecución de memoria con información verbal
afianzar la memorización 78. Dado un fallo de memoria en el transcurso de una interpretación, a continuación
reelaboro o invento un posible enlace o pasaje de transición que me ayude a enlazar
con un pasaje posterior
82. Refuerzo la memorización de una pieza simulando un fallo de memoria y
tratando de enlazar con un pasaje posterior previamente señalado, a modo de puntos
de apoyo seguro
Tema 8. Estrategias analíticas 86. Analizo la armonía de una pieza musical que estoy preparando
Tema 9. Práctica mental 90. Repaso mentalmente una pieza antes de su interpretación de memoria en público
(concierto, examen, etc.)
Tema 10. Memoria emocional 98. Cuando toco de memoria en público me concentro en los aspectos expresivos de
la pieza para no olvidarla
Tema 11. Planificación y organización 102. Desde que inicio el estudio de una obra tengo como objetivo final el
de la Práctica memorizarla
110. Planifico todo lo relacionado con mi interpretación de memoria en público (qué
debo pensar, cómo actuar en caso de error, etc.)
118. Selecciono y organizo el material que debo memorizar
Tema 12. Conciencia de los propios 106. Cuando he terminado el estudio de una obra (técnica, pedal, lectura,
progresos de aprendizaje: expresividad, tempo, etc.) puedo tocarla de memoria sin habérmelo planteado
previamente
114. Si compruebo que no logro afianzar la memoria de una pieza aplico nuevas
técnicas de estudio
Tema 13. Gestión del tiempo de 122. Inicio la memorización desde el primer acercamiento o lectura de la partitura
práctica
Nota: Esta numeración corresponde a los ítems de la primera versión del Cuestionario PIMP
198 |
Metodología de la Investigación
Tabla 22.
Frecuencia de opción de respuesta correcta en el emparejamiento ítem-tema del cuestionario de
evaluación
Ítems/Temas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Ítem10 80% 10% 10%
Ítem 14 60% 10 30%
Ítem 18 80% 20%
Ítem 22 90% 10%
Ítem 26 60% 30% 10%
Ítem 30 70% 10% 20%
Ítem 34 70% 30%
Ítem 38 90% 10%
Ítem 42 20% 90% 10%
Ítem 46 20% 80%
Ítem 50 80% 20%
Ítem 54 100%
Ítem 58 80% 10% 10%
Ítem 62 80% 10% 10%
Ítem 66 30% 70%
Ítem 70 20% 80%
Ítem 74 80% 10% 10%
Ítem 78 10% 10% 70% 10%
Ítem 82 80% 20%
Ítem 86 90% 10%
Ítem 90 20% 10% 70%
Ítem 94 90% 10%
Ítem 98 100%
Ítem 102 50% 50%
Ítem 110 70% 10% 20%
Ítem 118 90% 10%
Ítem 106 40% 50% 10%
Ítem 114 40% 60%
Ítem 122 100%
Los altos porcentajes de elección de temas compartidos por cada ítem, puede ser explicada
por la ambigüedad en la interpretación de ciertos conceptos.
199 |
Capítulo 4
Así vemos que, el resultado respecto al ítem 14 comparte acuerdo con dos temáticas, el Tema
1. “Valor de la memoria en la Interpretación” (con un 70 % de respuesta correcta) y con el
Tema 3 (con un 30 % de respuesta correcta) fruto de la significativa interacción entre los
factores motivacionales y su posible confusión terminológica. La reacción emocional que se
deriva de la percepción de utilidad que se experimenta al tocar de memoria, podría
considerare como la atribución externa al valor percibido, reportando, en este caso reacciones
afectivas positivas. Ahora bien, dado que el objetivo del Tema 3 se relaciona con los aspectos
cognitivos de la ansiedad derivados del acto de tocar de memoria en una situación estresante
como un concierto o un examen, según las argumentaciones teóricos de Pintrich (1991), se
cree oportuno conservar este ítem dentro del componente para el que originalmente se
redactó, el Tema 1, es decir, aquél que evalúa la percepción del papel de la memoria en la
Interpretación musical.
En cuanto al ítem 86, la elección de pertenencia al Tema 8 (Estrategias analíticas) no resulta del
todo discrepante en tanto que para un intérprete práctico la compresión de un texto musical
es entendida desde el conocimiento que aporta el análisis formal y armónico de la pieza
musical. Sin embargo, en este caso se hace necesario ciertas puntualizaciones gramaticales,
en la expresión tocar de memoria aumenta la compresión, la memoria es vehículo que facilita el
logro, mientras que los ítems recogido en estrategias analíticas, la comprensión derivada de
las técnicas de análisis musical es el vehículo que facilita la memorización del repertorio. En
todo caso, al comprobar las repuestas de aquellos evaluadores que respondían al doble perfil
de intérprete e investigador, se pudo observar que el acuerdo respecto a este ítem se sitúa en
el 100%, y en consecuencia se descartó su posible eliminación o redefinición.
En el caso de los ítems 102, 106 y 114 con resultados contradictorias al presentar una
distribución del acuerdo compartida entre el Tema 11 (Planificación y organización de la práctica)
y el Tema 12 (Conciencia de los propios progresos de aprendizaje) ha llevado a replantearse su temática.
Tras una reflexión se decidió agruparlos dentro de una dimensión más amplia que describiría
las estrategias de regulación de la práctica, incluyendo todas aquellas técnicas de planificación
control y seguimiento del proceso que lleva al aprendizaje memorístico de un repertorio
musical. Esta decisión no es arbitraria, ya que coincide con lo que la mayoría de los estudios
han concluido, como es el caso del MSLQ, Motivated Strategies for Learning
Questionnaire (Pintrich et al, 1991). En todo caso el análisis factorial posterior a la recogida
de datos determinará la posible agrupación de estos ítems.
200 |
Metodología de la Investigación
Tras éstas y otras consideraciones, se revisaron los ítems, procediéndose a las siguientes
modificaciones:
1. En el Ítem 10. Resulta imprescindible tocar de memoria para lograr una buena interpretación y
en su análogo, 23. Me resulta imprescindible estudiar de memoria para lograr una buena
interpretación, se sustituyó el vocablo “tocar”, forma coloquial para designar el tiempo
dedicado al estudio o ensayo de una pieza, por “estudiar” y de esta manera diferenciar
explícitamente la memoria aplicada en los períodos de ensayo de aquella memoria
que se pone en acción en el transcurso de una Interpretación en público.
2. El Ítem 35. No tengo dificultades en memorizar cualquier tipo de obra por difícil que resulte se
sustituyó por Soy capaz de memorizar cualquier tipo de obra por difícil que resulte. Este cambio
responde a dos motivos, en primer lugar, para evitar la aliteración entre los vocablos
dificultad y difícil, y en segundo lugar, con el fin de reforzar la idea sobre la capacidad
de memorizar del encuestado y no sobre la dificultad implícita en la propia acción de
memorizar, tal y como aconsejaron los especialistas.
201 |
Capítulo 4
5. El ítem 66. Me preocupa tener un fallo de memoria si siento tensión muscular, fue asignado a
la temática relacionada con la respuesta emocional al hecho de tocar de memoria,
quizás por el uso de la expresión “me preocupa”, por lo que las pregunta quedó
redactada de la siguiente manera, “Puedo tener un fallo de memoria si siento tensión muscular”
6. En la pregunta 86. Analizo la armonía de una pieza musical que estoy preparando, se sustituyó
el vocablo “preparando” por “memorizando” para ajustar la pregunta al objeto de
estudio quedando redactada, Analizo la armonía de una pieza musical que estoy memorizando.
Esta modificación también fue aplicada a los ítems 87 y 88 que compartían contenido
semántico.
8. Con el fin de clarificar el significado de “apoyo seguro” del final de la pregunta 82.
Refuerzo la memorización de una pieza simulando un fallo de memoria y tratando de enlazar con
un pasaje posterior previamente señalado, a modo de puntos de apoyo seguros, se cambió por
“…un pasaje posterior previamente señalado que actúa de punto de apoyo al recuerdo”.
9. El ítem 97. Practico la lectura de la partitura impresa sin ayuda del teclado para su memorización.
Se redactó de forma que prevaleciera el acto de memorizar sobre el de la lectura,
alternando el orden y añadiendo las expresiones “desde…” y “…para su mejor…”
quedando redactada, Practico la memoria de una pieza desde la lectura de la partitura impresa
sin ayuda del teclado para su mejor memorización.
Finalmente, debemos recordar que tal y como apuntábamos en líneas anteriores, la validación
se asienta en la premisa de la validez de las interpretaciones de sus puntuaciones en relación
a sus usos concretos, por ello hasta lograr el estudio psicométrico de las puntuaciones
obtenidas en sus administración definitiva a la muestra a explorar, no podría argumentarse
que el cuestionario está justificado científicamente. De hecho, los resultados de los análisis
factorial y exploratorio revelaron, como veremos en los apartados correspondientes,
agrupaciones características de los ítems que difieren de las planteadas previamente.
202 |
Metodología de la Investigación
Esta versión inicial del Cuestionario fue administrada a un grupo de individuos, con la
finalidad de proporcionar información relativa a:
- tiempo medio de cumplimentación
- detectar cualitativamente posibles reticencias a responder a las preguntas,
- valorar aspectos temporales en su administración,
- otros aspectos que ayudase en fases posteriores.
La muestra de los sujetos que participó en esta prueba no podía ser representativa de la misma
población a la que fue aplicada la versión definitiva, ya afectada por el reducido número de
la población sometida a estudio tal y como detallábamos, si bien fue completada por un grupo
de sujetos estrechamente relacionados con el contexto educativo objeto de estudio y de
similares características socioculturales, integrada por antiguos alumnos y profesorado de la
especialidad de piano. En total aceptaron participar 15 sujetos (15=N), 8 mujeres (60%) y 6
hombres (40%), con un rango de edad entre 21 y 39 años, con la media situada en 29.08 años
y una desviación típica de 5.49.
Esta primera puesta en escena del cuestionario permitió predecir el tiempo medio de
administración al introducir una pregunta relativa al tiempo que se había necesitado para
finalizarlo. Se ofrecieron distintas opciones de respuesta entre “0 y 20 minutos”, entre “20 y
40 minutos”, entre “40 y 60 minutos” y más de “60 minutos”. El porcentaje de respuesta
para cada opción ayudó a determinar la idoneidad de la longitud del cuestionario, constatando
un porcentaje de 80 % para estimaciones de menos de 20 minutos (ver Tabla 23).
Tabla 23.
Porcentaje de tiempo estimado de cumplimentación del cuestionario general
Tiempo de realización Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
entre 0 y 20 minutos 12 80.0 80.0
entre 20 y 40 minutos 3 20.0 20.0
N=15 Total 15 100.0 100.0
203 |
Capítulo 4
De los aspectos más relevantes a mencionar de las etapas de administración del Cuestionario,
hay que señalar que se ha tratado en todo momento de favorecer aquellos aspectos
implicados directamente en la optimización de las respuestas obtenidas, criterio fundamental
en su validación. Al decidir utilizar la modalidad de encuesta autoadministrada, el encuestado
responde sin la presencia del encuestador, lo que permite economizar recursos y obtener
datos de distintos individuos en un corto espacio de tiempo, así como unificar criterios de
respuesta. Y por otra parte, evita los errores que se derivan de la presencia del encuestador
(Cea D´Ancona, 2004).
204 |
Metodología de la Investigación
Figura 3. Captura del formulario Google Docs del cuestionario La memoria en la Interpretación Pianística
205 |
Capítulo 4
206 |
Metodología de la Investigación
Con el fin de evitar posibles influencias externas, otra de las premisas que ha condicionado
la administración del cuestionario ha sido la importancia dada al anonimato. Recordemos
que una de las variables extrañas que más presencia tiene en una investigación en la que se
cuenta con la participación del alumnado, está estrechamente relacionada con la forma de
actuación y de respuesta de los sujetos investigados (Kantowitz, Roediger, Elmes, 2001).
Algunos autores la denominan variables de escenario o inferencia del contexto social e implica en
los entrevistados la intención de representar en la investigación un papel predeterminado
(Cea D'Ancona, 2005). En otras palabras, las preguntas a las que deben responder crean
expectativas en el participante de cómo deben comportarse a los largo del proceso, bien sea
por el respeto social derivado del mismo según la presunción del observado, en este caso
derivado de la presencia del profesor, bien porque en su papel de estudiante presenta una
determinada aprensión a ser evaluado.
Con la finalidad de mejorar la respuesta de los participantes, en las instrucciones dadas para
la cumplimentación del cuestionario (ver Anexo III), se ha añadido una indicación relevante,
ya que es de suma importancia que los participantes sepan diferenciar entre la memoria que
se activa en el proceso de estudio de una obra y la memoria que se pone en juego en la
interpretación en público, dos conceptos de memoria aparentemente semejantes pero que
conlleva actitudes y comportamientos diferenciados.
207 |
Capítulo 4
especifica: Expresa qué opinión consideras generalizada en el ámbito de la profesión musical …respecto al
papel que representa la memoria en la Interpretación, y con ello, poder expresar la diferencia entre
ambas cuestiones.
208 |
Metodología de la Investigación
aplicando el criterio de que valores mayores a .01 indican un buen ajuste, aunque como el
valor de este índice está sujeto a otras variables como al tamaño de la muestra (Byrne, 2006),
se consideraron otros indicadores, como el cociente del X2S-B y sus grados de libertad, con
criterios donde valores inferiores a 5 indican buen ajuste (Carmines y McIver, 1981), el
Comparative Fit Index (CFI) o el Non-normed Fit Index (NNFI) para los que valores iguales
o superiores a .90 indican un buen ajuste, y Root Mean Square Error of Approximation
(RMSEA) para el que valores hasta un a .08 indican un ajuste razonable (Bentler, 2005; Byrne,
2006; Hu y Bentler, 1999).
Así vemos que con el fin de reducir el número de datos obtenidos y facilitar su análisis, en el
estudio de la variable Experiencia en práctica memorística y Experiencia en tocar de memoria en público,
expresado como variable en años, se procedió a recodificar en nominal, categorizando a los
sujetos a tenor de los años de práctica continuada experimentados en ambas actividades. Se
obtuvieron tres grupos de sujetos diferenciados. Un primer grupo o nivel bajo, que afirmaba
no practicar de forma habitual la memoria en la interpretación. Un segundo grupo, que
agruparía a los que afirman utilizar la memoria como hábito de estudio y/o en sus actuaciones
en público, que hemos calificado de nivel medio. Por último se diferenció un tercer grupo de
participantes (nivel alto), cuya práctica memorística se inició en los primeros pasos de su
formación que al estimarse en 10 o más años de práctica continuada en relación al uso de la
209 |
Capítulo 4
memoria, podían haber alcanzado el nivel de experto en esta faceta, según los estudios
clásicos sobre los años de práctica necesaria para alcanzar el nivel de maestría de Simon y
Chase 1973, y a las revisiones posteriores llevados a cabo por Ericsson, et al. (1993), donde
se sugiere que se precisa al menos 10 años para la adquisición de un cierto nivel de
rendimiento en el desarrollo de una habilidad o competencia.
Para verificar las hipótesis planteadas y complementar los datos descriptivos se llevaron a
cabo análisis correlacionales y de contraste de medias. Previo a la selección del procedimiento
estadístico y con el fin de contrastar el ajuste de la distribución de los datos al criterio de
normalidad en las variables implicadas, se aplicó la prueba de normalidad de Kolmogorov-
Smirnov para muestras grandes (𝑁 >50) y la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk si las
muestras eran pequeñas (𝑁 <50), y donde un resultado con una 𝑝 <0.5, nos indicaría que
nuestros datos no siguen una distribución normal. Los resultados obtenidos junto a otros
requisitos, tales como, la semejanza del tamaño de los grupos a comparar y el número de
categorías en el caso de las variables ordinales, ha determinado la utilización de pruebas
paramétricas o sus análogas no paramétricas (Berlanga y Rubio, 2012).
A fin de conocer la asociación entre las distintas variables estudiadas, se ha utilizado el cálculo
del coeficiente de correlación mediante el método de Pearson para variables con distribución
normal y/o tamaño muestral 𝑁 =≥100 (Fox, 1997; Pita, 1995). En el caso de no cumplirse
la distribución teórica de probabilidad con tendencia normal o contar con un número de
categorías por variables ordinales <5, se ha utilizado el método de correlación de Spearman
(1904) (Pérez, Llamas, Gil, y Glán, 2009). En cualquier de los método utilizados, y teniendo
en cuenta, que los valores de correlación oscilan entre –1 y +1 encontrándose que el valor 0
indica que no existe asociación lineal, se ha considerado que un coeficiente de valor 𝑟 = .10,
indica correlación débil, un valor de 𝑟 = .30 moderado y tan solo se ha considerado alta
correlación para valores de 𝑟 ≥.50 (Cohen, 1988).
210 |
Metodología de la Investigación
dividida entre el número total de contrastes. En ambos casos se tuvo en cuenta los resultados
de la prueba de homogeneidad obtenida mediante el Test de Levene. Por su parte, si se
incumplía el criterio de normalidad, se procedió con las pruebas no paramétricas de
comparación de rangos de H de Kruskal-Wallis para K muestras independientes (Berlanga y
Rubio, 2012).
Los análisis descriptivos se llevaron a cabo gracias al software de analítica SPSS (Statistical
Package for Social Sciences) en su versión 19.0.
211 |
CAPÍTULO 5. RESULTADOS E INTERPRETACIÓN
DE LOS DATOS
Siguiendo los pasos propuestos por Ferrando y Anguiano-Carrasco (2010), en primer lugar
se llevó a cabo un estadístico descriptivo de los ítems de la primera versión del Cuestionario
de creencias motivacionales en la memorización pianística que supuso la eliminación de
aquellos ítems que presentaron bajos índices de comunalidad. Los ítems restantes mostraron
una media de puntuaciones que se sitúa en 3.07 (ver Tabla 24), teniendo en cuenta que se ha
utilizada una escala de Likert con valores entre 1 y 5, este índice nos indicó una tendencia a
puntuaciones medias, tal y como se analizará en el apartado 5.3.1.
Tabla 24.
Estadístico descriptivo de los ítems que conforman el CCMMP
N Media Mediana Varianza Desviación típica Mínimo Máximo Asimetría Curstosis
Estadístico (E.T.) Estadístico (E.T.) Estadístico (E.T.)
121 3.07 (0.075) 3.15 0.687 0.82906 1.18 4.45 -0.196 (0.22) -0.97 (0.437)
213 |
Capítulo 5
De ahí que la estimación de los parámetros se llevó a cabo mediante el método de Máxima
Verosimilitud que aunque precisa para ser aplicado el supuesto de normalidad multivariante
al mismo tiempo es el menos sesgado cuando dicho supuesto se ve afectado por oscilaciones
respecto a la distribución normal multivariada (Hayduk, 1996), en especial si se usa aplicando
estimadores robustos, tal y como sugieren Satorra y Bentler (1990).
Tras este análisis se comprobó que la adecuación de las variables analizadas justificaba la
factorización de la matriz de coeficientes de correlación, tomando como referencia la medida
de adecuación muestral Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) que reveló para esta escala un valor de
.89. Con el mismo objetivo, se realizó el test de esfericidad de Barlett, que resultó
estadísticamente significativo (ver Tabla 25). Ambos índices confirmaron la pertinencia de
contrastar la validez de constructo relativos a este cuestionario mediante un previo Análisis
Factorial Exploratorio (EFA).
Tabla 25.
Índice KMO y prueba de Esfericidad del CCMMP
Medida de adecuación muestral de Kaiser- Meyer- .89
Olkin
Prueba de esfericidad de Bartlett
Chi-cuadrado aproximado 3891.5
gl. 528
Sig. <.00001
214 |
Resultados e interpretación de los datos
En dicho análisis fueron solicitados 4 factores, uno para cada una de las dimensiones
medidas, que explicaban en conjunto el 71.53% de la varianza. No se obtuvieron resultados
concluyentes al modificar el número de factores. En la Tabla 26 se presentan los autovalores
de los componentes, los pesos factoriales y comunalidades de cada ítem reorganizados, tal y
como se compuso en la escala definitiva
Tabla 26.
Ítems del CCMIP con los pesos factoriales estandarizados, sus comunalidades y los autovalores de cada
componente
Ítems
F1 F2 F3 F4 Comun. R2
215 |
Capítulo 5
El análisis reveló en algunos ítems cargas factoriales altas para distintos componentes. Así
vemos que los ítems C24 y C27 mostraron altos pesos factoriales tanto para el factor 3 como
para el factor 4, así como los ítems C28, C29 y C30 que compartían carga factorial
significativa con el factor 1 y el factor 4, y ello no permitió realizar un juicio definitivo acerca
de la estructura factorial de la escala. Ante los resultados obtenidos y apoyándonos en los
autores que consideran que la función del Análisis Factorial Exploratorio es como su nombre
indica explorar la posible estructura factorial subyacente de un conjunto de variables
observadas, se llevó a cabo un Análisis Factorial Confirmatorio (CFA) que no solo facilita
un mayor ajuste a las hipótesis previas acerca del número de factores que compone el
cuestionario propuesto (Ferrando y Anguiano-Carrasco, 2010), sino que permite establecer
condiciones de correlación o no correlación entre sus factores, y de este modo constatar las
deducciones teóricas inferidas (Bollen, 1989).
Los resultados del AFC para un modelo de cuatro dimensiones corroboraron la estructura
factorial previamente sugerida por AFE, al revelar índices de ajuste adecuados (ver Tabla 27).
Tabla 27.
Índices de ajuste del CCMMP para el modelo de cuatro dimensiones del CCMMP
N=121 X2 S-B* X2S-B(g.l) NNFI CFI RMSEA
Modelo 4 factores 856.46 (490) 1.74 0.97 0.97 0,07
* 𝑝 =0.000
Asimismo, todas las cargas factoriales fueron estadísticamente significativas y todas las
correlaciones entre los factores. En la Figura 5 podemos observar visualmente los parámetros
asociados al modelo propuesto y las relaciones entre los factores resultantes.
216 |
Resultados e interpretación de los datos
.58 .53
E1 item 1 item 11 E 11
.80 .84
.52 .66
E2 item 2 item 12 E 12
.85
.74
.64 .69
E3 item 3 .76
item 13 E 13
.72
.76 .71
E4 item 4 .64 item 14 E 14
.69
.71 .70 .67 .53
E5 item 5 º .84
item 15 E 15
F1 F2
.42 .90
.49
E6 item 6 .87 item 16 E 16
.88
.46 .73
E7 .68
item 7 item 17 E 17
.84
.54 .91 .41
E8 item 8 item 18 E 18
.88
.47 .85 .52
E9 item 9 .80 item 19 E 19
.89
.44 .81 .58
E 10 item 10 item 20 E 20
-.38 .35
.88
.45
item 21 E 21
.59
E 22 item 22
.80 .55
.77
.83 item 28 E 28
E 23 item 23 .62
.53
.53 .84 item 29 E 29
E 24 item 24 .84
.84
.53
.76 -.60 item 30 E 30
.64
E 25 item 25
F3 F4 .85 .52
.78 item 31 E 31
E 26 item 26 .61
.77
.63
.61 .79 item 32 E 32
E 27 item 27
.84
.54
item 33 E 33
Una vez determinado la estructura se procedió a renombrar los nuevos factores atendiendo
a la pregunta de investigación. El factor 1, presentaba un total de 10 ítems que explican un
41.71% de la varianza, mostrando errores de medición o variables aleatorias no observables
que oscilan entre .42 y .71, y coeficientes de relaciones entre .61 y .90. El ítem más
representativos ha sido el ítem C6 “Me resulta útil y ventajoso tocar de memoria en una Interpretación
en público”, con un peso factorial de .90. Otros factores que han contribuido a su definición
serán los ítems C7 “Cuando interpreto una pieza de memoria en público siento mayor libertad expresiva
en la interpretación…” y el ítem C9 “Una Interpretación en público de memoria favorece mi capacidad
comunicativa en relación a quién me escucha…”, con saturaciones de .88 para ambos ítems, y el
ítem 10 (31) “Toco de memoria en público porque favorece mi Interpretación en general”.
217 |
Capítulo 5
Todos los ítems mencionados hacen referencia a las ventajas (expresivas, de comunicación...)
que los sujetos perciben al tocar sin partitura, aspectos que definen el contenido semántico
de este factor y que guio la decisión de nombrarlo como Utilidad de la memoria en la Interpretación
pianística.
El factor 3 explicó un 6.12% de la varianza, estaba compuesto por 6 ítems, mostrando errores
de medición aleatorios que oscilaban entre .59 y .78 y saturaciones factoriales entre .79 y .84.
Entre las variables observadas que más lo definen, el ítem C24“El miedo a comete fallos de
memoria, cohíbe y limita mi actuación en público” , con un peso factorial de .84, seguido del C27“Mi
principal temor cuando toco de memoria en público es equivocarme y no poder continuar”, con un peso
factorial .80, ambos excelentes indicadores de la reacciones afectivas negativas asociadas a la
interpretación en público que pueden interferir en su desempeño, que apoya la decisión de
renombrar a esta variable latente como Ansiedad cognitiva en la Interpretación de memoria,
atendiendo a la descripción conceptual del término propuesto por Pintrich et al., (1991).
Y por último el factor 4 que explicó el 3,75% de la varianza y estaba compuesto por 6 ítems
con coeficientes de correlación muy similares al variar tan solo entre .77 y .85, y errores de
medición que oscilan entre .52 y .63. Cabe señalar que junto al ítem que más carga factorial
ha mostrado, el C31 “Creo que en lo que se refiere a “tocar sin partitura” podría obtener una alta
calificación”, los ítems C29 y C30 , que habían revelado ambigüedad al mostrar correlaciones
significativas en dos factores, mostraron altas cargas factoriales en la definición de esta
variable latente, confirmando que se encuentran en la misma línea semántica del factor 4, que
hemos denominado Autoeficacia en la memorización pianística, al expresar las percepciones de los
estudiantes sobre su capacidad para tocar de memoria. .
218 |
Resultados e interpretación de los datos
Por último, para evaluar la fiabilidad del instrumento se analizó su consistencia interna
utilizando uno de los coeficientes de confiabilidad con mayor aceptación, el Alfa de
Cronbach que mide la fiabilidad en función del número de ítems y la covarianza entre ellos,
obteniendo un Alfa de Cronbach estandarizado total de .94 y de entre .86 y .94 en las distintas
subescalas, un valor considerado adecuado. En la Tabla 28 pueden observarse los resultados
del Alfa de Cronbach estandarizado para cada subescala.
Tabla 28.
Análisis de la consistencia interna de las distintas subescalas del CCMMP
F1 F2 F3 F4 Escala total
Alfa de Cronbach estandarizado .94 .95 .86 .92 .94
219 |
Capítulo 5
Tabla 29.
Estadístico descriptivo de los ítems que conforman el CEMIP
N Media Mediana Varianza Desviación típica Mínimo Máximo Asimetría Curstosis
Estadístico (E.T.) Estadístico (E.T.) Estadístico (E.T.)
121 2.95 (0.034) 2.97 0.147 0.38374 1.91 3.82 -0.078 (0.22) -0.148 (0.437)
220 |
Resultados e interpretación de los datos
Los resultados descritos determinaron que la estimación de los parámetros se llevaría a cabo
mediante el método de Máxima Verosimilitud que aunque precisa para ser aplicado el
supuesto de normalidad multivariante, al mismo tiempo es el menos sesgado cuando dicho
supuesto se ve afectado por oscilaciones respecto a la distribución normal multivariada
(Hayduk, 1996), en especial si se usa aplicando estimadores robustos de Máxima
Verosimilitud, tal y como sugieren Satorra y Bentler (1990).
Por su parte, tal y como se llevó a cabo con la primera escala, se comprobó que la adecuación
de las variables analizadas justificaba la factorización de la matriz de coeficientes de
correlación, tomando como referencia la medida de adecuación muestral Kaiser-Meyer-
Olkin (KMO) que reveló para esta escala un valor de .88. Con este mismo objetivo se aplicó
el test de esfericidad de Barlett, que resultó estadísticamente significativo confirmando la
pertinencia de realizar un AFE (ver Tabla 30).
Tabla 30.
Índice KMO y prueba de Esfericidad del CCMMP
Medida de adecuación muestral de Kaiser- Meyer- .88
Olkin
Prueba de esfericidad de Bartlett
Chi-cuadrado aproximado 2818
gl 528
Sig. <.00001
En dicho análisis fueron solicitados 5 factores, uno para cada una de las dimensiones
medidas, que explicaban en conjunto el 65.75% de la varianza. No se obtuvieron resultados
concluyentes al modificar el número de factores. En la Tabla 31 se presentan los autovalores
de los componentes y los pesos factoriales y comunalidades de cada ítem que compuso la
escala definitiva.
221 |
Capítulo 5
Tabla 31.
Ítems del CEMIP con los pesos factoriales y estandarizados, sus comunalidades y los autovalores de cada
componente
Ítem F1 F2 F3 F4 F5 Comun. R2
M1* (M86)** .73 .76 1.00
M2 (M87) .85 .58 .42
M3 (M88) .47 .36 .67 .47
M4 (M53) .89 .68 .73
M5 (M54) .82 .65 .69
M6 (M60) .70 .55 .56
M7 (M61) .56 0.41 .63 .54
M8 (M66) .86 0.48 .67 .42
M9 (M67) .49 .32 .32
M10 (M68) .53 .47 .44
M11 (M70) .73 .59 .57
M12 (M92) .67 .50 .59
M13 (M94) .42 .34 .38
M14 (M98) .92 .65 .60
M15 (M99) .74 .74 .70
M16 (M100) .93 .73 .67
M17 (M101) .76 .55 .51
M18 (M75) .87 .54 .46
M19 (M76) .68 .62 .55
M20 (M77) .76 .69 .65
M21 (M80) .75 .65 .67
M22 (M83) .77 .78 .70
M23 (M85) .40 .56 .68 .60
M24 (M107) .39 .44 .45 .41
M25 (M108) .33 .57 .50 .41
M26 (M109) .30 .55 .71 .64
M27 (M110) .61 .30 .26
M28 (M111) .81 .60 .48
M29 (M112) .84 .62 .53
M30 (M113) .31 .68 .57 .46
M31 (M114) .56 .47 .47
M32 (M115) .30 .39 .83 .62
M33 (M118) .30 .85 .52 .33
Autovalor 12.06 3.64 3.15 1.62 1.19
El diagnóstico de bondad de ajuste del AFA reveló índices adecuados que vendrían a
corroborar la estructura factorial previamente sugerida por el AFE, con un modelo de cinco
dimensiones (ver Tabla 32).
222 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 32.
Índices de ajuste del CCMMP para el modelo de cinco dimensiones del CEMIP
N=121 X2 S-B* X2S-B(g.l) NNFI CFI RMSEA
Modelo 5 factores 835.00 (485) 1.72 0.95 0.96 0,07
* 𝑝 =0.000
Asimismo, todas las cargas factoriales fueron estadísticamente significativas y todas las
correlaciones entre los factores. En la Figura 7 se proporciona una representación visual de
los parámetros asociados con el modelo propuesto.
.51
item 4 E4
.85
.55
.63 .83 item 5 E5
E 12 item 12 .77
.65
-.31 item 6
.78
.75 E6
.61
E 13 item 13
.73 .67
F3 F2 item 7 E7
.63
E 14 item 14 .77
.65
.75
item 8 E8
.53 .84
E 15 item 15 .57
.82
item 9 E9
.57 .82
E 16 item 16
.66 .74
.72 .46 item 10 E 10
.69 -.45
E 17 item 17 .75 .65
item 11 E 11
.11
1.00 item 1 E1
.65 .75
F1 item 2 E2 .65 -.44 .76
.38 item 24 E 24
.68
.72 .64
item 3 E3 .76
item 25 E 25
.64 .59
item 26 E 26
.73 -.63
E 18 item 18 -.39 .46 .80 .85
.68 item 27 E 27
.66 .51
E 19 item 19 .74 .72
item 28 E 28
.58 .69
E 20 Item 20 .81 .68
º item 29 E 29
.57 .82 .73
E 21 item 21 -.45 .73
F4 F5 .68
item 30 E 30
.54
E 22 item 22 .83 .72
.68
item 31 E 31
.62 .77
E 23 item 23 .61
.79
item 32 E 32
.57 .81
item 33 E 33
Una vez determinado la estructura se procedió a renombrar los nuevos factores atendiendo
a la pregunta de investigación. El modelo resultante se componía de un Factor 1, integrado
por 3 ítems que explicó un 36.56% de la varianza, mostrando errores de medición entre .11
a .75, y coeficientes de relaciones entre .65 y .68.
223 |
Capítulo 5
El ítem M1 “Analizo la estructura formal de la obra que debo memorizar” fue el que mostró mayor
carga factorial. Resultado que apoyó la decisión de renombrar a este factor como Memoria
Analítica-organizativa, al estar asociado a un tipo de memoria basada en la comprensión de la
estructura gramatical de la pieza musical como base para la memorización.
224 |
Resultados e interpretación de los datos
Y por último el factor 5, explicó un 3.62% de la varianza, compuesto por 10 ítems que
mostraron errores de medición que oscilaban entre .51 y .80, con pesos factoriales entre .1 y
.80. Siendo los ítems que más han contribuido a la definición del factor, el ítem M32 “Cuando
logro memorizar una obra, soy plenamente consciente de los pasajes que están inseguros y que necesitan más
práctica”, y los ítems M26 “Una vez identificados los pasajes o dificultades de memorización, busco la
mejor estrategia...” y M29. “A lo largo de la sesión de estudio, organizo mi práctica en función de los objetivos
relacionados con la memoria…”. Ítems relacionados semánticamente con el conocimiento y la
regulación metacognitiva del planeamiento instrumental (Hallam, 1995, 1997, 2001), que ha
apoyado la decisión de renombrar este factor como Regulación de las estrategias de práctica
memorística.
La Figura 7 también nos facilita la comprensión de las relaciones entre las variables latentes
y el constructo que representan, apreciándose que la mayor correlación positiva se da entre
la Memoria gestual-emocional (F3) y las Estrategias de regulación de la práctica memorística (F5) (𝑟 =
.65), y la mayor correlación negativa entre la Memoria gestual-emocional (F3) y el uso de estrategias
Elaborativas (F4) (𝑟 = −.63). En relación a ésta última, observamos una convergencia
también negativa con la Memoria analítica (F1) (𝑟 = −.39), y con el uso de Estrategias de
Regulación de la práctica (F5) (𝑟 = −.45), que nos indica que a pesar de que las cuatro estrategias
mencionadas comparten la finalidad de lograr una memorización fiable y estable, los
estudiantes no muestran el mismo interés por su uso, y que obligará a replantearse su
propósito al comprobar su correlación positiva con el efecto negativo de la Memoria Perceptual-
Contextual. Por el contrario, tal y como se esperaba, se observa una correlación negativa entre
el uso de estrategias de Regulación de la práctica (F5) con les efectos de la Memoria perceptual-
contextual (F5) (𝑟 = −.44) y positiva con la Memoria gestual-emocional (F3). También coherente
con los estudios previos, el uso de Estrategias analíticas (F1) correlaciona positivamente con el
uso de Estrategias de regulación de la práctica de la memoria (F5) (𝑟 =.46) y con la Memoria gestual
emocional (F3) (𝑟 =.46) y negativamente con la Memoria perceptual- contextual (F2) (𝑟 = −.45).
Así como, la frecuencia en el uso de la Memoria gestual-emocional (F3) correlaciona
negativamente con la Memoria perceptual- contextual (F2) (𝑟 = −.31), lo que vendría a
corroborar que a mayor uso de las patrones técnicos expresivos en la memorización se ven
reducidos el efecto del contexto en la reproducción memorística.
225 |
Capítulo 5
Tabla 33.
Análisis de la consistencia interna de las distintas subescalas del cuestionario Modalidad Memorística
F1 F2 F3 F4 F5 Escala total
Alfa de Cronbach estandarizado .77 .88 .88 .90 .89 .94
5.3.1. Motivaciones
Con el fin de ofrecer una completa descripción del perfil motivacional de nuestros
estudiantes, en la Tabla 34 se muestran los descriptivos por cada una de las variables
estudiadas con el CMMP.
Tabla 34.
Descriptivo de las variables motivacionales
Percentiles
Media Mediana Desv. típ.
25 75
Utilidad 3.03 3.10 1.25 1.90 4.10
Valor 3.17 3.36 1.23 1.95 4.36
Ansiedad 3.07 3.00 1.16 2.17 4.00
Autoeficacia 2.94 3.00 1.21 1.92 4.00
Dado que las respuestas obtenidas se han basado en una escala de Likert del 1 al 5 que
expresan en un continuo, la relación entre la aceptación o negación de un enunciado, a
efectos de valorar las puntuaciones obtenidas se ha considerado que las cuatro variables
motivacionales se sitúan en un nivel medio de acuerdo o de grado de incidencia con poca
tendencia al máximo nivel de cada factor. Concretamente, el factor Valor es el que obtiene
una mayor puntuación con una media que se sitúa en 3.17, con valores centrales con una
tendencia a puntuaciones bajas, ya que se observa que tan solo un 25% de los participantes
alcanzan acuerdo máximo con puntuaciones superiores al 4.3. También se aprecia, una
puntuación menor para la variable de Utilidad, con una media que se sitúa en 3.07.
226 |
Resultados e interpretación de los datos
Estos resultados nos indicarían que si bien en nuestros estudiantes existe un acuerdo medio
acerca del papel tradicional atribuido a la memoria en la Interpretación, existe una menor
percepción acerca de las ventajas que pueden aportar a su propio rendimiento. El factor con
menos puntuación es el de Autoeficacia, con una media de 2.93 y tan solo un 25% de sujetos
con puntuación menor de 1.9., no presentan una alta percepción sobre su propia capacidad
memorística. Aunque es necesario señalar que al contrario de lo que cabría esperar a tenor
de la poca percepción de competencia memorística que expresan, no se han apreciado
puntuaciones máximas para la variable Ansiedad, con un promedio de 3.07, observándose que
siguiendo la tendencia, tan solo un 25% de los participantes ha informado de respuestas entre
4 y 5, que sería el indicador de un alto grado de ansiedad ante la Interpretación de memoria
en público.
En relación al factor Valor, observamos que los dos ítems que alcanzan una mayor
puntuación entre los participantes son, el C11 con un 52% de participantes con respuestas
entre 4 y 5 y una media de 3.28, y el C21 con un 47% de participantes con respuestas máximas
y una media de 3.23. Resultados que nos indican que se da un máximo acuerdo en los sujetos
referido al papel fundamental que tradicionalmente se atribuye a la memoria tanto en la
preparación de un repertorio como en la interpretación en público.
227 |
Capítulo 5
estudiantes a la hora de interpretar de memoria en público. El ítem C26 “Mi principal temor
cuando toco de memoria en público es equivocarme y no poder continuar”, al obtener una media de 2.85
y tan solo un 32% de sujetos alcanzan puntuaciones máximas en sus respuestas, podemos
decir que es el de menor incidencia entre los participantes.
Por último, en relación al factor Autoeficacia, su media global, tal y como apuntábamos es
relativamente baja en comparación con las otras variables motivacionales, siendo los ítems
C29 “Memorizo programa o repertorio nuevo, fácilmente y con bastante rapidez” y C32 “Me siento seguro/a
de poder realizar un excelente examen de memoria”, los que obtienen las puntuaciones medias más
bajas (2.86 y 2.87 respectivamente), y los que presentan un alto porcentaje de respuestas en
desacuerdo (46% y 41%), confirmándonos que son las dos destrezas memorísticas en las que
nuestros estudiantes informan sentirse menos competentes.
3,4
3.28
3,3 3.23
3.16 3.17 3.18
3,2
3.07
3,1 3.02
3 2.93
2.86
2,9 2.85
2.81
2,8
2,7
2,6
2,5
C1
C2
C3
C4
C5
C6
C7
C8
C9
C10
Global
C11
C12
C13
C14
C15
C16
C17
C18
C19
C20
C21
Global
C22
C23
C24
C25
C26
C27
Global
C28
C29
C30
C31
C32
C33
Global
228 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 35.
Descriptivo de las estrategias memorísticas
Percentiles
Media Mediana Desv. típ.
25 75
Memoria Analítica-organizativa 3.07 3.00 1.17 2.17 4.00
Memoria Perceptual-contextual 2.82 2.75 1.00 2.06 3.50
Memoria Gestual-emocional 3.20 3.33 1.09 2.17 4.17
Memoria Conceptual-elaborativa 2.59 2.17 1.26 1.50 3.67
Regulación de la práctica
3.09 3.20 0.92 2.40 3.80
memorística
También vemos que, dada la importancia que para el rendimiento memorístico en los
pianistas cumple la memoria kinestésica, el ítem M8 “Me preocupa tener un fallo de memoria si
siento tensión muscular”, ha sido el que ha obtenido una mayor incidencia con una media que se
sitúa en 3, una de las medias más altas para los ítems que conforman el factor Memoria
Perceptual Contextual. Por su parte el M6 “Me preocupa los cambios de acústica en las salas donde toco
ya que (…) me afecta en la interpretación memorística”, con la media más baja (M=2.63) y con tan
solo un 24% de participantes que afirman afectarles los cambios acústicos en su rendimiento
memorístico.
229 |
Capítulo 5
Por último, dentro de las estrategias de regulación de la práctica, encontramos que el ítem
M32 “Cuando logro memorizar una obra, soy plenamente consciente de los pasajes que están inseguros y que
necesitan más práctica”, con la media más alta (M=3.45) y un 58% de participantes que afirma
utilizarla siempre o casi siempre, nos revela que nuestros estudiante poseen un alto grado de
conciencia de sus progresos memorísticos.
Idea que se ve reforzada al comprobar que un 51% de los participantes afirma utilizar la
estrategias metacognitivas basada en detectar dificultades de memorización y seleccionar la
estrategia para solventarla, tal y como muestra los resultados obtenidos para el M26 “Una vez
identificados los pasajes o dificultades de memorización, busco la mejor estrategia que me ayude a
solucionarla”, con una media de 3.20. Por el contrario el regulación metacognitiva representado
por el ítem M27 “Planifico todo lo relacionado con mi interpretación de memoria en público (qué debo
pensar, cómo actuar en caso de error, etc.)”, obtiene la media más baja (M= 2.83) en comparación
con los ítems de este factor, contando con tan solo un 30% de participantes que afirma
utilizarla siempre o casi siempre.
230 |
Resultados e interpretación de los datos
3.45
3.40
3,4
3.23 3.24 3.20 3.20
3,2 3.07 3.59
3.00
3 2.91
2.82 2.83
2,8
2.63 2.64
2,572.57 2.59
2,6 2.47
2,4
2,2
2
M6
M1
M2
M3
M4
M5
M7
M8
M9
M10
M11
M12
M13
M14
M15
M16
M17
M18
M20
M21
M22
M23
M24
M25
M26
M27
M28
M29
M30
M31
M32
M33
M19
Global
Global
Global
Global
Global
MAO MPC MGE MCE RP
Con el fin de establecer el grado de relación existente entre las variables motivacionales y las
estratégicas se llevaron a cabo análisis correlacionales. En este caso se optó por el estadístico
de correlación de Pearson teniendo en cuenta que la mayor parte de las variables implicadas
siguen la distribución de los datos de la Ley Normal (ver Anexo Tabla A. 5), y en todo caso
contamos con una muestra ≥100 que permite asumir dicha condición (Fernández S., 1996).
Tabla 36.
Correlación entre las Creencias motivacionales y las estratégicas en la memorización pianística
CMMP EMIP
Creencias Motivacionales en la 1 .258**
memorización pianística
Estrategias de Memorización en la 1
Interpretación pianística
N= 121
Un estudio más detallado nos muestra, tal y como se recoge en la Tabla 37, que existe una
relación positiva entre la Memoria Analítica-organizativa y la percepción de Utilidad (𝑟 = .466;
𝑝 < .000), la creencia Valor (𝑟 = .438; 𝑝 < .000), y el sentirse competentes en su habilidad
memorística (𝑟 =.346; 𝑝 <.000), no revelando relación alguna con los sentimientos negativos
que surgen ante una interpretación de memoria (Ansiedad cognitiva).
231 |
Capítulo 5
Por su parte encontramos una convergencia directa entre los efectos negativos de la memoria
incidental o perceptual (Memoria perceptual-contextual) con Ansiedad Cognitiva (r= .222; p <0.015)
y una convergencia negativa con las creencias de Utilidad (𝑟 = −.546; 𝑝 < .000), Valor (𝑟 =
−.382; 𝑝 < .000) y Autoeficacia (𝑟 = −.527; 𝑝 < .000). Resultados que nos indicaría que los
estudiantes cuya recuperación memorística depende de la memoria kinestésica, espacial, de
reconocimiento auditivo, etc., que hemos descrito como Memoria Perceptual-contextual, son los
que se sienten menos competentes en relación a la destreza memorística, y en consecuencia
perciben en menor grado la utilidad y las ventajas que pueda reportarles la interpretación de
memoria.
Por último, el uso de estrategias de regulación de la práctica han revelado una correlación
positiva y altamente significativa con Utilidad (𝑟 =.506; 𝑝 <.000) y con Valor (𝑟 =.547;
𝑝 <.000), y una correlación no tan elevadas pero significativamente positiva con Autoeficacia
(𝑟 =.240; 𝑝 <.000). Los resultados también mostraron que no existe relación alguna entre el
uso de estrategias metacognitivas y la Ansiedad Cognitiva.
232 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 37.
Correlación ente las variables del CCMIP y CEMIP según el índice de correlación de Pearson
MAO MPC MGE MCE RP U V AC AUT
MAO 1 -.473 .506 -.466 .489 .466** .438** .018 .346**
MPC 1 -.325 .376 -.423 -.546** -.382** .222* -.527**
MGE 1 -.685 .642 .509** .703** .262** .188*
MCE 1 -.448 -.289* -.676** -.392** -.006
RP 1 .506** .547** .107 .240**
U 1 .621 -.254 .697
V 1 .137 .237
AC 1 -.500
AUT 1
Nota: MAO: Memoria Analítica-organizativa; MPC: Memoria Perceptual-contextual; MGE: Memoria Gestual-emocional;
MCE: Memoria Conceptual-elaborativa; ERP: Regulación de la práctica memorística; U: Utilidad; V: Valor; AC. Ansiedad
cognitiva; AUT. Autoeficacia
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral) *. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).
En este apartado se describen los resultados obtenidos tanto del análisis descriptivo de las
variables que hemos agrupado bajo el nombre genérico de Experiencia previa, como su
posible relación con las variables evaluadas en los cuestionarios CCMMP y CEMIP.
En primer lugar, teniendo en cuenta que el curso académico de los participantes, variable
indicativa del nivel de conocimientos previos, asociada teóricamente al término de
experiencia (Hallam, 2012) y que los años de práctica han sido considerados como una de las
principales variables explicativas de la adquisición de la competencia experta (Ericsson, et al.,
1993), se procedió a explorar la relación entre Curso académico y los años de práctica
memorística tanto en la preparación de un repertorio, variable que hemos denominado
Experiencia en práctica memorística, como en lo que se refiere a tocar de memoria en público,
Experiencia en tocar de memoria en público.
Tal y como se recoge en la Tabla 38, se aprecia que los alumnos de los cursos de nivel más
altos presentan una media de años de práctica superior a los de niveles académicos inferiores.
Sin embargo también se observa cierta homogeneidad en la media de años que afirman llevar
tocando de memoria en público.
233 |
Capítulo 5
Tabla 38.
Estadísticos descriptivos de Años de práctica memorística por Curso académico
Curso académico
Media (Desviación típica)
Años de práctica memorística Curso 1º Curso 2º Curso 3º Curso 4º
𝑛 =35 𝑛 =20 𝑛 =31 𝑛 =35
¿Desde cuándo tocas de memoria en público de 4.23 (4.67) 4.10 (4.42) 5.13 (4.56) 5.51 (4.93)
forma habitual? (expresado en años)
¿Desde cuándo estudias de memoria el repertorio 2.74 (4.03) 2.90 (3.91) 4.23 (4.53) 5.14 (4.67)
o programa completo? (expresado en años)
Tabla 39.
Comparación de medias para Creencias motivacionales y Estrategias de memorización (variable de
agrupación Curso académico)
Curso académico
Media (DT) Anova
Variables Dependientes Curso 1 Curso 2 Curso 3 Curso 4 F (gl) P
𝑛 =35 𝑛 =20 𝑛 =31 𝑛 =35
Creencias Motivacionales 3.06 (0.84) 3.29 (0.62) 3.09 (0.87) 2.93 (0.89) .820 (3) .485
Estrategias de Memorización 2.89 (0.47) 3.07 (0.31) 3.02 (0.40) 2.88 (0.29) .167 (3) .167
234 |
Resultados e interpretación de los datos
Nivel Medio
27.27%
235 |
Capítulo 5
Nivel medio
21.49%
Figura 11. Porcentaje por cada nivel de Experiencia en tocar de memoria en público
En la Figura 12 observamos que los participantes del nivel alto, presentan una de las
puntuaciones más elevadas en Utilidad (𝑀 =3.69), en comparación con el nivel medio y el nivel
bajo, con medias que se sitúan en 2.85 y 2.72, respectivamente. Similares resultados
encontramos en Autoeficacia donde los sujetos del nivel alto presentan una media de 3.45, frente
al nivel medio (𝑀 =2.81) y el nivel bajo (𝑀 =2.75). Resultados que se repiten para la variable
Valor, aunque en este caso serán los sujetos del Nivel medio los que reporten menores
puntuaciones. Por su parte, no se aprecian diferencias en los niveles de Ansiedad.
236 |
Resultados e interpretación de los datos
En cuanto a las estrategias de memorización, observamos que tanto en el caso del uso de
estrategias analíticas, como en el uso de estrategias memorísticas basadas en los patrones
expresivo-musicales, el grupo considerado experto (nivel alto) será el que obtenga las
puntuaciones más elevadas, con una media de 3.41 y 3.45, respectivamente. También
encontramos que los sujetos que afirman practicar la memoria en todo su repertorio (nivel
alto y nivel medio) se sienten menos afectados en la reproducción memorística por el efecto de
la memoria incidental asociada al contexto, al obtener una puntuación menor en Memoria
Perceptual-Contextual.
Por último, se aprecia que independientemente del nivel de experiencia considerado, los
participantes cuentan con similar media en la frecuencia de uso de Estrategias de regulación de
la práctica, si bien, cabe señalar que el Nivel Alto destaca por ser el grupo que más estrategias
de este tipo utiliza con una media que se sitúa en 3.38.
Regulación de la práctica
Memoria Conceptual -elaborativa
Memoria Gestual-emocional
Memoria Perceptual-contextual
Memoria Analítica-organizativa
Autoeficacia
Ansiedad
Valor
Utilidad
Figura 12. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por cada nivel de
Experiencia en práctica memorística
Con el fin de determinar si las diferencias observadas eran significativas desde un punto de
vista inferencial y tras aplicar la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk (ver Anexo Tabla A.
7), los resultados mostraron que se podía asumir el criterio de normalidad en la variable
Memoria Perceptual-contextual. Utilizándose para las comparaciones que afectan a esta variable,
el análisis de varianza para un factor (ANOVA), y seleccionándose la alternativa no
paramétrica con la Prueba de Kruskal-Wallis para el resto de variables.
237 |
Capítulo 5
Tabla 40.
Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de agrupación Experiencia en práctica
memorística)
Experiencia en práctica memorística
Media (DT)
Nivel Bajo Nivel Medio Nivel alto H de Kruskal-Wallis (gl) p
Variables Dependientes F (Anova)
𝑛 =54 𝑛 =33 𝑛 =34
Utilidad 2.72 (1-07) 2.85 (1.32) 3.69 (1.23) χ2=13.874 (2) .001*
Valor 3.22 (1.18) 2.81 (1.21) 3.45 (1.27) χ2=4.841 (2) .089
Ansiedad cognitiva 3.06 (1.22) 3.08 (0.99) 3.08 (1.23) χ2=.008 (2) .996
Autoeficacia 2.75 (1.22) 2.81 (1.30) 3.36 (1.02) χ2=5.305 (2) .070
Memoria Analítica-organizativa 2.86 (1.11) 2.99 (1.11) 3.41 (1.28) χ2=4.380 (2) .112
Memoria Perceptual-contextual 3.08 (1.13) 2.88 (0.92) 2.45 (1.10) F(2)=3.749 .026*
Memoria Gestual-emocional 3.19 (1.08) 2.61 (1.25) 3.45 (1.10) χ2=3.220 (2) .200
Memoria Conceptual-elaborativa 2.43 (1.25) 2.82 (1.27) 2.61 (1.25) χ2=2.431 (2) .297
Regulación de la práctica 3.00 (0.90) 2.95 (0.99) 3.38 (0.82) χ2=3.354 (2) .187
N=121
238 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 41.
Prueba U de Mann-Whitney para muestra independientes para las variables de Utilidad (variable de
agrupación Experiencia en práctica memorística)
Nivel Experiencia en U de Mann- Whitney (Z) p
Variables motivacionales práctica memorística
Utilidad (CCMMP) Bajo – Medio 850.50 (-.355) .723
Bajo –Alto 484.00 (-3.722) .000*
Medio – Alto 355.00 (-2.586) .010*
Diferencias de medias (ET)*
Memoria Perceptual-contextual (CCMMP) Bajo – Medio -.20139 (.21629) .622
Bajo – Alto -.43342* (.21431) .024*
Medio – Alto -.63480 (.23921) .111
239 |
Capítulo 5
Regulación de la práctica
Memoria Conceptual -elaborativa
Memoria Gestual-emocional
Memoria Perceptual-contextual
Memoria Analítica-organizativa
Autoeficacia
Ansiedad
Valor
Utilidad
Figura 13. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por cada nivel de
Experiencia en tocar de memoria en público
Con el fin de determinar si las diferencias observadas eran significativas desde un punto de
vista inferencial, se aplicó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk que mostró que tan solo
en las variables de Memoria Perceptual-contextual y en Regulación de la práctica presentaban un nivel
de significación de 𝑝 >0.05 (ver Anexo Tabla A. 7), y en consecuencia se aplicó el análisis de
varianza para un factor (ANOVA) para estas variables y se optó por la alternativa no
paramétrica para el resto (ver Tabla 42).
240 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 42.
Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de agrupación Experiencia en tocar de
memoria en público)
Experiencia en tocar de memoria en público
Media (DT)
Nivel Bajo Nivel Medio Nivel alto H de Kruskal-Wallis (gl) p
Variables Dependientes F (Anova)
𝑛 =50 𝑛 =26 𝑛 =45
Utilidad 2.71 (1.05) 3.21 (1.34) 3.33 (1.34) χ2=7.601 (2) .022*
Valor 3.16 (1.19) 3.22 (1.21) 3.16 (1.27) χ2=0.94 (2) .954
Ansiedad cognitiva 3.09 (1.23) 3.15 (1.26) 3.00 (1.02) χ2=.318 (2) .853
Autoeficacia 2.81 (1.24) 2.96 (1.04) 3.07 (1.27) χ2=1.275 (2) .692
Memoria Analítica-organizativa 2.99 (1.06) 3.08 (1.17) 3.22 (1.38) χ2=.736 (2) .348
Memoria Perceptual-contextual 2.92 (0.94) 2.84 (1.10) 2.58 (0.93) F(2)= .978 .379
Memoria Gestual-emocional 3.21 (1.10) 3.14 (1.15) 3.24 (1.07) χ2=.152 (2) .927
Memoria Conceptual-elaborativa 2.52 (1.38) 2.63 (1.20) 2.64 (1.16) χ2=1.033 (2) .596
Regulación de la práctica 3.01 (0.89) 3.15 (0.90) 3.15 (0.97) F(2)=.310 .734
N=121
Con el fin de complementar la variable Experiencia previa, los sujetos informaron del momento
temporal en el que tuvo lugar la primera vez que memorizaron una pieza musical, variable
que hemos llamado Primera experiencia en práctica memorística, y el momentos temporal en el que
los participantes tocaron por primera vez de memoria en público, variable que hemos
nombrado como Primera experiencia en tocar de memoria en público.
En la Figura 14 se observa gráficamente que la media de años desde que los sujetos tocaron
por primera vez de memoria se sitúa en 10.12 años (𝐷. 𝑇. =2.85), que difiere de la media de
3.84 años (𝐷. 𝑇.=4.39) que afirman llevar practicando de forma continuada la memoria en la
preparación de su programa o repertorio. Más concretamente, los sujetos que informan no
usar de forma habitual la memoria en la preparación de su repertorio, afirman que tuvieron
su primera experiencia hace 8.7 años (𝐷. 𝑇. 3.12). Los sujetos que hemos agrupamos en el
Nivel Medio tocaron por primera vez de memoria hace una media de 10.47 años (𝐷. 𝑇= 2.24)
pero tardarán una media situada de 6.73 años en convertirlo en práctica habitual.
241 |
Capítulo 5
14
12.03
12
10.47 10.24 10.12
10 8.72 8.72
8 6.73
6.27
6
3.74 3.84
4
1.79
2
0
Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Alto Global
Media de años desde "Primera experiencia en práctica memorística"
Media de años en "Experiecia en práctica memorística"
Diferencia de medias
Figura 14. Comparativa de media de años entre la variable Primera experiencia en práctica memorística y Experiencia
en tocar de memoria
Estas observaciones vendrían a confirmar la falta de sincronía entre la primera vez que se
utilizó la memoria en la Interpretación pianística y el momento temporal en el que su uso se
convierte en parte habitual de su práctica instrumental. En contraste, los sujetos del nivel alto
acortan la distancia entre su primera experiencia y la adquisición de la memorización como
hábito en su práctica instrumental. Así vemos que los participantes que iniciaron su práctica
de la memoria, hace 12.03 años (D.T= 1.4), tardarán menos de dos años en convertirlo en
hábito.
Similares datos puede observarse en lo que se refiere a la primera vez que los participantes
utilizaron la memoria en el trascurso de una interpretación en público. En la Figura 15 se
observa visualmente que la media de años para la variable Primera experiencia en tocar de memoria
en público se sitúa en 8.81 años (𝐷. 𝑇. =3.85), que difiere de la media de 4.81 años (𝐷. 𝑇.=4.66)
que afirman llevar tocando de memoria en público de forma continuada. Concretamente, los
sujetos que no tocan de memoria en público de forma habitual, informan que tuvieron su
primera experiencia hace una media de 6.70 (D.T.=3.19).
242 |
Resultados e interpretación de los datos
Por su parte, los sujetos con un nivel medio tocaron por primera vez de memoria en público
hace una media de 4.77 años (𝐷. 𝑇 = 2.30) pero tardarán más de tres años en hacer uso de
ella de forma continuada. Estas observaciones, de nuevo, vendrían a confirmar la falta de
sincronía entre la primera vez que se utilizó la memoria en la Interpretación en público y el
momento temporal en el que su uso se convierte en un proceso integrado en su planeamiento
instrumental.
Finalmente observamos que en los sujetos del Nivel Alto el inicio del uso de la memoria en
público tuvo lugar desde esa primera experiencia al observarse tan solo un año de media de
diferencia entre ambos momentos temporales.
12 11.58
10.18
10 8.81
8.08
8 6.7 6.7
6 4.77 4.81
4
4 3.31
2 1.4
0
Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Alto Global
Figura 15. Comparativa de media de años entre la variable Primera experiencia en tocar de memoria en público y
Experiencia en tocar de memoria en público
Por último, con el fin de profundizar en los aspectos temporales de la práctica de la memoria,
se estudió la frecuencia con la que los estudiantes inician la memorización en la etapa
preliminar de la preparación de una pieza musical para su interpretación. Para ello tal y como
se describe en el apartado 4.5.6, se diseñó el ítem “Inicio de la memorización desde el primer
acercamiento o lectura de la partitura” con respuestas expresadas mediante una escala de
frecuencia del 1 al 5, donde 1 significa “nunca” y 5 “siempre”. El análisis descriptivo nos
mostró que la media se situaba en 3.06 lo que nos indicaba que no hay una clara preferencia
en lo que se refiere al momento de iniciar el proceso de aprendizaje memorístico (ver Tabla
43).
243 |
Capítulo 5
Tabla 43.
Descriptivo del ítem “Inicio la memorización desde el primer acercamiento o lectura de la partitura”
Media Mediana Rango Desv. típ. Varianza Mínimo Máximo
3.06 3.00 4 1.445 2.088 1 5
Concretamente observamos en la Figura 16, que un 21% (𝑛 =26) de los participante no inician
la memorización en los primeros pasos en la preparación de una pieza musical, un 34%
(𝑛 =42) lo hace de una forma ocasional, y un 44% (𝑛 =53) afirma que siempre o casi siempre
inicia la memorización en la primera la lectura de una pieza musical.
siempre nunca
20.70 % 21.50 %
Figura 16. Distribución de las repuestas al ítem “Inicio la memorización desde el primer acercamiento o lectura
de la partitura”
Tabla 44.
Estimación de la media y desviación típica de las variables del CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Inicio de la memorización en la etapa preliminar del planeamiento instrumental)
Inicio memorización en etapa preliminar
Media (DT)
Nunca Rara vez A veces Casi siempre Siempre
Variables Dependientes
𝑛 =26 𝑛 =19 𝑛 =23 𝑛 =28 𝑛 =25
Utilidad 2.13 (0.94) 3.48 (1.35) 3.57 (1.17) 3.47 (1.22) 4.07 (1.11)
Valor 2.85 (1.30) 2.78 (1.02) 3.21 (1.01) 2.71 (1.17) 2.92 (1.12)
Ansiedad cognitiva 3.65 (1.06) 3.45 (1.15) 3.25 (1.05) 2.73 (1.14) 2.40 (0.98)
Autoeficacia 1.78 (0.95) 2.73 (0.87) 2.97 (1.06) 3.12 (1.109 4.08 (0.72)
Memoria Analítica-organizativa 2.44 (1.16) 3.00 (1.30) 3.29 (1.05) 3.04 (1.08) 3.64 (1.03)
Memoria Perceptual-contextual 3.42 (0.85) 2.73 (0.72) 2.89 (0.93) 2.79 (1.05) 2.19 (0.98)
Memoria Gestual-emocional 2.18 (0.84) 2.50 (0.79) 2.68 (0.84) 2.31 (0.77) 2.41 (0.84)
Memoria Conceptual-elaborativa 2.39 (1.25) 2.42 (1.21) 2.54 (1.08) 2.65 (1.35) 2.88 (1.36)
Regulación de la práctica memorística 2.68 (0.89) 3.19 (0.93) 3.42 (0.78) 3.17 (0.74) 3.05 (1.12)
244 |
Resultados e interpretación de los datos
En efecto, se pudo apreciar tal y como se muestra en la Figura 17 que los sujetos que afirman
iniciar siempre la memorización en la etapa preliminar de la preparación de un repertorio
inédito, obtienen las medias más elevadas en las variables motivacionales de Utilidad (𝑀 =
4.07), en Autoeficacia (𝑀 =4.08) así como puntuaciones más bajas en Ansiedad (𝑀 =2.4). Y
en relación a las estrategias de memorización se observa que obtienen mayor puntuación en
el uso de estrategias analíticas (𝑀 =3.64), se sienten menos afectados por los efectos del
contexto sobre la reproducción memorística (𝑀 =2.19). No apreciándose variabilidad en las
medias en la frecuencia de uso del resto de estrategias de memorización.
4,5
3,5
3
Nunca
2,5
Rara vez
2 A veces
Figura 17. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP a tenor de la frecuencia
en el inicio de la memorización en la etapa preliminar de la práctica instrumental
Con el fin de profundizar en estas diferencias, se procedió a estimar el efecto de esta variable
sobre las variables motivacionales y estrategias de memorización. Para ello se tuvo en cuenta
tanto el tamaño muestral (≥100) como el número de categorías >5 por cada variable ordinal,
que determinó que el procedimiento estadístico a aplicar sería el coeficiente de correlación
de Pearson.
245 |
Capítulo 5
Los índices de correlación mostraron una relación significativa y positiva con la variable
Utilidad (𝑟 = 441) y con la variable Autoeficacia (𝑟 =603), y una correlación significativamente
negativa con Ansiedad Cognitiva (𝑟 = −440), lo que indicaría tal y como se mostraba
gráficamente, que aquellos sujetos que inician antes la memorización perciben más ventajas
y utilidad en el uso de la memoria en la interpretación, se sienten más competentes en el
desarrollo de esta competencia y se sienten menos afectados por pensamientos negativos a
la hora de interpretar de memoria en público. Por último no se aprecia correlación alguna
con la variable Valor (ver Tabla 45).
Tabla 45.
Correlación entre la frecuencia en el inicio de la memorización en la etapa preliminar y la variables
motivacionales
U V AC AUT.
Inicio de la memorización desde el .441** .004 -.400** .603**
primer acercamiento o lectura de la
partitura
Tabla 46.
Correlación entre la frecuencia en el inicio de la memorización en la etapa preliminar y las estrategias de
memorización
MAO MPC MGE MCE RP
Inicio de la memorización desde el .304** -.358** .051 .136 .123
primer acercamiento o lectura de la
partitura
MAO: Memoria Analítica-organizativa; MPC: Memoria Perceptual-contextual; MGE: Memoria Gestual-emocional; MCE:
Memoria Conceptual-elaborativa; RP: Regulación de la práctica memorística.
246 |
Resultados e interpretación de los datos
Tras los resultados relacionados con la variable “experiencia” y con el fin de conocer qué
otras variables pueden influir tanto en las creencias que orientan la práctica de la memoria
como en el uso de estrategias de memorización, el objetivo de este apartado ha sido describir
los resultados del contraste de hipótesis y de correlación entre las variables que hemos
agrupado bajo el título de Metas profesionales y las variables evaluadas en los cuestionarios
CCMMP y CEMIP.
N= 45
37.19% N= 48
39.67% Si
Aún no sé
N= 28 No
23.14 %
247 |
Capítulo 5
manifestaban dudas sobre su intención de participar en este tipo de actividad por carecer de
interés para los objetivos de esta investigación. La comparativa de estas medias que podemos
visualizar en la Figura 19 nos muestra una media de puntuaciones bastantes similares en
ambos grupos. Concretamente observamos que tan solo en dos de las variables de creencias
motivacionales, encontramos diferencias que podrían ser significativas, así vemos que los
participantes que afirman su intención de presentarse a concursos obtiene una media
visiblemente superior en Utilidad (𝑀 =3.6458 versus 𝑀 = 2.9644).
Para la variable Ansiedad cognitiva encontramos que los participantes agrupados en las
respuesta “Si” obtienen una puntuación menor con una media de 2,83 en comparación con
la media de 3,3556 obtenida por el grupo del “No”.
Regulación de la práctica
Memoria Conceptual -elaborativa
Memoria Gestual-emocional
Memoria Perceptual-contextual
Memoria Analítica-organizativa
Autoeficacia
Ansiedad Cognitiva
Valor
Utilidad
No Si
Figura 19. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP en función de la variable
Participación en concursos
248 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 47.
Descriptivo de medias y Prueba U de Mann-Whitney para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable
de agrupación Participación en concursos)
Participación en
Concursos
Media (DT) U de Mann- Whitney (Z) p
y
T-Student
Variables Dependientes Si 𝑛 =48 No 𝑛 =45
Utilidad 3.65 (1.34) 2.96 (1.17) 759.500 ( -2.465) .014*
Valor 2.93 (1.20) 2.96 (1.13) 1071.00 (-.069) .945
Ansiedad cognitiva 2.83 (1.03) 3.36 (1.29) 812.00 (-2.064) .039*
Autoeficacia 3.11 (1.23) 2.85 (1.28) 955.00 (-.962) .336
Memoria Analítica-organizativa 3.08 (1.16) 3.13 (1.09) 1051 (-.220) .826
Memoria Perceptual-contextual 2.70 (1.06) 2.76 (1.04) 1042.00 (-.292) .770
Memoria Gestual-emocional 2.51 (.81) 2.31 (0.76) 909.00 (-1.318) .187
Memoria Conceptual-elaborativa 2.60 (1.24) 2.46 (1.31) 961.50 (-.913) .361
Regulación de la práctica memorística 3.13 (1.08) 3.05 (0.81) 1010.50 (-.535) .593
Con el fin de observar de describir el perfil de los estudiantes a tenor de sus preferencias
futuras por distintas profesiones, en primer lugar se llevó a cabo un análisis correlacional
entre la variable Experiencia en práctica memorística (expresada en años) y Experiencia en tocar de
memoria en público (expresada en años). En este caso dado que todas las variables implicadas
incumplían el criterio de normalidad (ver Anexo Tabla A. 5) se utilizó el estadístico Rho de
Spearman, al tratarse de una técnica no paramétrica como método más robusto ante la
presencia de valores atípicos (outliers) que la correlación Pearson.
249 |
Capítulo 5
Los resultados recogidos en la Tabla 48 mostraron, tal como se esperaba, que las expectativas
por metas que llevan asociado un mayor interés por el desarrollo de la destreza memorística
como la de Pianista profesional correlacionan significativa y positivamente con los años que
llevan utilizando la memoria tanto en la preparación de su repertorio como en el trascurso
de una Actuación en público. Asimismo observamos que una mayor tendencia por una línea
profesional relacionada con aspectos teóricos de la música, correlaciona significativamente
en negativo con los años de práctica que llevan tocando de memoria en público. Por su parte
no se han encontrado relación significativa entre la experiencia y la expectativa por empleos
no relacionados con la Música.
Tabla 48.
Correlación entre años de práctica memorística y Metas Profesionales
1 2 DP DT IP O
1. Años de práctica en tocar de memoria en 1.000 .736 .122 -.200* .395** .044
público
2. Años de práctica memorística 1.000 .190* .149 .192* -.008
Docencia Práctica de la Música 1.000 -.142 -.160 .616
Docencia Teórica de la Música 1.000 .323 .089
Intérprete Profesional 1.000 -.356
Otros empleos no relacionados con la Música 1.000
N =121
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)
Para facilitar el análisis descriptivo, tal y como se recoge en el apartado 4.7., las respuestas se
recodificaron en tres grupos de participantes diferenciados, bien por su alto interés en una
línea profesional (preferencia alta), por una preferencia media o bien por mostrar poca
intención en dedicarse a una determinada meta profesional (preferencia baja). Los resultados
revelaron que el porcentaje más alto se da en Docencia práctica de la Música, con un 58% de
participantes que muestran un alto interés por esta profesión. Por el contrario, el perfil de
Pianista profesional, reveló uno de los más bajos porcentajes de intención, con un 34%, incluso
superado por el 37.7% de estudiantes que muestran una preferencia alta por un Empleo no
relacionado con la Música.
250 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 49.
Frecuencia y porcentaje de preferencia por una Meta profesional
Preferencia
Frecuencia (Porcentaje)
Meta profesional Alta Media Baja
Docencia práctica de la música 71 (58.7 %) 15 (12.4%) 35 (28.9%)
Docencia teórica de la música 49 (40.5%) 42 (34.7%) 30 (24.8%)
Pianista profesional 42 (34.7%) 20 (16.5%) 59 (48.8%)
Otro empleo no relacionado con la música 45 (37.2%) 12 (9.9%) 64 (52.9%)
En este caso, se optó por utilizar la variable ordinal de cinco categorías de preferencia, y en
función de este criterio, y teniendo en cuenta que en la mayor parte de las variables implicadas
se distribuyen normalmente (ver Anexo Tabla A. 5) y basándonos en el criterio del tamaño
de la muestra (≥.100), se optó por el cálculo del coeficiente de correlación lineal de Pearson
(r).
Tabla 50.
Correlación entre las variables motivacionales y variables Metas profesionales
U V AC AUT DP DT P O
U 1 .621** -.254** .697** .273** -.045 -.084 .084
V 1 .137 .237** -.237** .066 -.236** .228*
AC 1 -.500** -.103 -.042 -.131 .143
AUT 1 -.155 -.046 -.067 .047
DP 1 .155 .206* -.642**
DT 1 -.317** -.096
P 1 -.369**
O 1
U: Utilidad; V: Valor; AC. Ansiedad cognitiva; AUT. Autoeficacia; DP: Docencia práctica; DT: Docencias teórica; P:
Pianista Profesional; O: Otros empleos
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)
251 |
Capítulo 5
Las correlaciones entre la variables Metas profesionales y las estrategias de memorización (ver
Tabla 51) indicaron correlaciones estadísticamente significativas en un sentido negativo de la
Memoria Analítica-organizativa con la Docencia práctica (𝑟 = −.300) y en un sentido positivo con
Otros empleos no relacionados (𝑟 =.291), que nos lleva a estimar que aquellos estudiantes con
mayor preferencia para ser profesor de piano, a diferencia de lo esperado, tienden a utilizar
menos las estrategias analíticas, y aquellos estudiantes que informan sobre su intención por
optar a empleos no vinculados con la actividad musical tienden a utilizar en sus procesos
memorísticos mayor uso de este tipo de estrategias.
252 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 51.
Correlación entre las estrategias de memorización y las variables Actividades y metas profesionales
MAO MPC MGE MCE RP DP DT IP O
MAO 1 -.473** .506** -.466** .489** -.300** -.073 -.168 .291**
MPC 1 -.325** .376** -.423** .179* .050 .014 -.085
MGE 1 -.685** .642** -.223* -.014 .199* -.186*
MCE 1 -.448** .276** -.008 .245** -.313**
RP 1 .197* -.043 -.032 -.106
DP 1 .155 .206* -.451**
DT 1 -.317** -.004
IP 1 -.069
O 1
MAO: Memoria Analítica-organizativa; MPC: Memoria Perceptual-contextual; MGE: Memoria Gestual-emocional; MCE:
Memoria Conceptual-elaborativa; ERP: Regulación de la práctica memorística; DP: Docencia práctica; DT: Docencias
teórica; P: Pianista Profesional; O: Otros empleos
**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral)
Aunque previamente no se había constituido como objetivo prioritario, el interés por buscar
todas aquellas variables que pudieran ejercer un efecto sobre los procesos memorísticos, llevó
al considerar las variables personales de género y las variables académicas definidas por el
centro donde cursan sus estudios los sujetos.
5.6.1. Género
253 |
Capítulo 5
En relación a las variables motivacionales observamos que los hombres presentan las
puntuaciones más elevadas en Utilidad, con una media que se sitúa en 3.21, en comparación
con las mujeres (𝑀 =2.87), quienes por el contrario asumen mayor acuerdo con el papel de
la memoria en la Interpretación trasmitido por la tradición, al puntuar en Valor más que los
hombres (𝑀 =3.27 vs. 𝑀 =3.06).
Por su parte se aprecia similares niveles de Ansiedad tanto para los hombres como para las
mujeres, aunque éstas últimas se perciben menos competentes (𝑀 =2.74 vs. 𝑀 =3.17).
mujeres hombres
Figura 20. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por Género
254 |
Resultados e interpretación de los datos
Tabla 52.
Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de agrupación Género)
Género
Media (DT) U de Mann- Whitney (Z) y p
T-Student
Variables Dependientes Hombre Mujer
𝑛 =55 𝑛 =66
Utilidad 3.21 (1.24) 2.87 (1.24) 1527.500 (-1.497) .241
Valor 3.06 (1.16) 3.27 (1.28) 1590.00 (-1.172) .745
Ansiedad cognitiva 3.03 (1.09) 3.10 (1.22) 1429.50 (-2.009) .710
Autoeficacia 3.18 (1.11) 2.74 (1.26) 1752.50 (-.326) .044*
Memoria Analítica-organizativa 3.10 (1.26) 3.05 (1.10) 1744.00 (-.371) .275
Memoria Perceptual-contextual 2.71 (0.99) 2.90 (1.01) t119= -1.064 .290
Memoria Gestual-emocional 3.13 (1.02) 3.27 (1.15) 1687.50 (-.665) .090
Memoria Conceptual-elaborativa 2.74 (1.16) 2.45 (1.32) 1490.00 (-1.694) .950
Regulación de la práctica memorística 3.08 (0.82) 3.10 (0.99) 1803.0 (-.063) .134
N= 121
255 |
Capítulo 5
En las variables motivacionales observamos que los estudiantes de piano del Conservatorio
Superior de Música de Córdoba presentan puntuaciones medias menores. Así vemos que
obtiene las puntuaciones más bajas en la percepción de Utilidad (𝑀 =2.61 vs. 𝑀 =3.58) y
Valor (𝑀 =2.57 vs. 𝑀 = 3.97).
Asimismo aunque muestran menores niveles de Ansiedad Cognitiva (𝑀 =2.85 vs. 𝑀 =3.36),
se perciben levemente menos competentes al mostrar tan solo una diferencia de media de
.35 con el resto de estudiantes.
Figura 21. Distribución de la puntuación media de las variables del CCMMP y CEMIP por Conservatorio
256 |
Resultados e interpretación de los datos
Los resultados mostraron que las diferencias observadas eran significativas para las variables
de Utilidad, Valor y Ansiedad, estimando que ambos grupos presentan similares niveles de
Autoeficacia. Además, se han encontrado diferencias significativas para todos las variables
estratégicas, que verificaría que en ambos grupo de estudiantes recurren a distintos niveles
de uso de estrategias en los procesos memorísticos (ver Tabla 53).
Tabla 53.
Comparación de medias para las variables del CCMMP y CEMIP (variable de agrupación
Conservatorio Superior de Música)
Conservatorio Superior de Música
Media (DT) U de Mann-Whitne (Z) 𝑝
y
T-Student
Variables Dependientes CSM Córdoba Otros Conservatorios
𝑛 =69 𝑛 =52
Utilidad 2.61 (1.12) 3.58 (1.20) 991.50 (-4.204) .000*
Valor 2.57 (1.08) 3.97 (0.93) 625.00 (-6.125) .000*
Ansiedad cognitiva 2.85 (1.16) 3.36 (1.10) 1325.50 (-2.457) .014*
Autoeficacia 2.79 (1.21) 3.14 (1.19) 1508.00 (-1.499) .134
Memoria Analítica-organizativa 2.78 (1.23) 3.46 (0.97) 1217.00 (-3.034) .002*
Memoria Perceptual-contextual 3.01 (1.02) 2.56 (0.92) t119= 2.534 .013*
Memoria Gestual-emocional 2.62 (1.00) 3.98 (0.62) 1508.00 (-1.499) .000*
Memoria Conceptual-elaborativa 3.18 (1.30) 1.79 (0.59) 1217.00 (-3.034) .000*
Regulación de la práctica memorística 2.73 (0.88) 3.57 (0.73) t119= -5.569 .000*
257 |
CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES
A lo largo de la introducción teórica hemos constatado que entre las habilidades que
identifican a los músicos profesionales, la memoria musical es una de las facetas más apreciadas
en el área de la praxis interpretativa. A su vez, su presencia en el trascurso de una Interpretación
musical, lo que habitualmente conocemos como tocar de memoria sin el seguimiento de la
partitura, se ha revelado ineludible en el protocolo escénico del concierto público, muy en
especial para los pianistas de tradición clásica, imperativo que deviene por las ventajas
artísticas y técnico-interpretativas atribuidas a la memoria en el logro de una óptima
Interpretación (Williamon, 1999), y por ende se ha convertido en objetivo de todo
planteamiento didáctico en el ámbito de la formación instrumento-musical del pianista
profesional.
Sin embargo, también se ha evidenciado ciertas carencias a la hora de lograr un sistema eficaz
y fiable de adquisición de la memoria, de ahí que una gran parte de las indagaciones sobre
procesos memorísticos en la Interpretación musical han tratado de solventar la deficiencias
detectadas en los principios instruccionales (Aiello, 2000) para lograr que el futuro pianista
cuente con un contexto óptimo de formación que le proporcione adecuados hábitos de
entrenamiento (práctica) y la secuencia correcta en la instrucción.
Es por ello que para afrontar el reto de la mejora de los principios instruccionales, el objetivo
principal de este trabajo ha sido ampliar los conocimientos acerca de alguno de los factores
que se dan en los procesos de memorización y que han sido identificados como requisitos
imprescindibles en la adquisición de la práctica eficaz y por ende en el desarrollo de la
maestría (Ericsson et al. 1993), tales como la experiencia y otros elementos motivacionales y
estratégicos de la práctica, eso sí, aplicados al contexto específico de la memorización
pianística.
Al mismo tiempo, conscientes que variables como la motivación o el usos de estrategias, son
variables que desde su enfoque psicoinstruccional se ven afectadas por la variabilidad
experimentada a tenor de las diferentes disciplinas educativas, y dada la escasez de
instrumentos de indagación adecuados a esta área del conocimiento, al menos en el contexto
español, este trabajo surgió de la necesidad de contribuir con formas de intervención para un
259 |
Capítulo 6
Los siguientes apartados exponen las conclusiones derivadas del planteamiento y del proceso
metodológico seguido, enumerando los principales resultados, la verificación o rechazo de
las hipótesis previamente formuladas, la contribución al campo del conocimiento de la praxis
músico-instrumental, y por último se recogerá tanto las limitaciones y alcance de la
investigación como las recomendaciones para futuras investigaciones.
Tras un riguroso proceso de elaboración basado en una revisión de los modelos teórico-
conceptuales referentes, los resultados de experiencias empíricas previas, así como en la
identificación de incidentes críticos aportados por los propios participantes y tamizados por
la experiencia del docente-investigador, y finalmente enriquecido gracias a las
correspondientes revisiones por parte de un grupo de especialistas, dio lugar a la redacción
de los ítems que conforman los cuestionarios CCMMP y CEMIP, diseñados “ex proceso”
para el desarrollo de este proyecto.
La valoración psicométrica del estudio sugiere que atendiendo al criterio unificador de validez
de constructo llevado a cabo mediante un proceso científico de contrastación de hipótesis
obtenido mediante las técnicas estadísticas del Análisis factorial (Cronbach y Meehl, 1955,
citado en Pérez-Gil et al. 2000), las versiones definitivas de ambos cuestionarios son válidas
para evaluar tanto las creencias que median para alcanzar el alto grado de desarrollo,
estabilidad y consistencia que se exige a la memoria cuya finalidad se encuentra en la
Actuación en público, como para explorar las preferencias en el estilo de aprendizaje
260 |
Conclusiones
memorístico de los estudiantes de nivel superior de la especialidad de piano, y que han hecho
viable el desarrollo del proceso de observación en el presente trabajo.
La primera escala que obtuvimos fue renombrada como “Cuestionario de creencias motivacionales
en la memorización pianística (CCMMP), y reveló un ajuste adecuado para un modelo que
identificaba cuatro dimensiones que desde una reflexión en términos de valor-expectativa
son clave para describir el compromiso de nuestros estudiantes hacia la interpretación de
memoria, utilidad percibida, valor de la memoria, autoeficacia (expectativa de éxito) y reacciones
emocionales en la interpretación de memoria ante un público (ansiedad cognitiva). En líneas
generales, los resultados son coincidentes con las dimensiones teóricas propuestas por
Pintrich (1993) o McPherson y Zimmerman (2002), así como siguen la línea de otros trabajos
empíricos sobre aprendizaje musical como los de Austin et al., (2006), Miksza (2012), entre
otros. Aunque a diferencia de otras propuestas, las dimensiones estudiadas no se centran en
los componentes motivacionales de los procesos de autorregulación del aprendizaje en
general, sino en los procesos que orientan el aprendizaje memorístico y que justifican el uso
de la memoria en la interpretación, en particular.
También debemos señalar que la inclusión de la variable ansiedad, lo diferencia del modelo
motivacional en la práctica musical de las investigaciones de McPherson y sus colaboradores
(2003, 2006, 2010). Es probable que como afirma el propio McPherson (2006), el fracaso de
su propuesta para incluir dicha variable junto a otras variables, tales como la autoeficacia, se
deba a la dificultad para medir la diferencia que existe en la percepción de habilidad
instrumento musical a tenor del contexto en el que se desarrolla, es decir, la diferencia entre
la percepción cuando se mide en las sesiones de estudio o en el trascurso o previo a un
examen. De ahí el interés que esta investigación ha mostrado por diferenciar ambas variables
contextuales.
261 |
Capítulo 6
La segunda escala utilizada con fines prospectivos para conocer qué procedimientos de
retención activan los estudiantes durante los períodos de ensayo para el logro de una
memorización con efectos en la Interpretación en público, fue renombrada como
“Cuestionario de estrategias de memorización en la Interpretación pianística”. La estructura factorial
resultante complementa el The Musical Memorization Inventory de Mishra (2004), creado
para identificar las modalidades kinestésica, acústica o gráficas de los elementos musicales.
Sin embargo, tal y como apuntábamos en apartados precedentes, este inventario no evalúa
el estilo de aprendizaje memorístico analítico, los efectos de dependencia contextual o
aquellos componentes que nos indican cómo los objetivos expresivos e interpretativos del
pianista al ser deliberadamente ensayados pueden actuar como señales de recuperación de la
memoria (Chaffin, 2002). Aspectos que el cuestionario propuesto solventa al considerar, en
primer lugar, cuatro tipos de estrategias cognitivas. Tres de ellas relacionadas con la
asimilación semántica y declarativa de los elementos musicales, a saber, la memoria analítica-
organizativa, que engloba tres tipos de estrategias relacionadas con la comprensión de la
estructura formal y armónica como claves en la memorización; la memoria gestual-emocional
que basa los procesos memorísticos en la estrecha relación entre sonido y los medios técnicos
para producirlo, y utiliza los fenómenos expresivos y dramáticos de la interpretación como
claves de recuperación memorística; y la memoria conceptual–elaborativa que incluye estrategias
de elaboración basadas la improvisación o reelaboración de material musical, la verbalización
del nombre de las notas y la práctica de técnicas de repetición fundamentadas en la variación
de la práctica asociada a los programas de desarrollo motriz.
Junto a estas tres estrategias, el ajuste del modelo ha evidenciado que el efecto del uso de
estrategias kinestésicas, visuales y de reconocimiento auditivo en la memorización del
repertorio da lugar a errores en la recuperación memorística por efecto de dependencia
contextual derivado del uso de este tipo de estrategias, para estudiar y evaluar su alcance la
dimensión de memoria perceptual-contextual recogerá este tipo de comportamientos.
Por último, el modelo se ha complementado con un quinto elemento que evalúa en nuestros
estudiantes, el uso de estrategias de regulación de la práctica memorística, incluyendo
estrategias de acerca de la conciencia de sus propios progresos; de planificación y
organización de la Práctica; de feedback o evaluación de los resultados y de selección de
estrategias. Cabe señalar que desde ciertos enfoques teóricos, los procesos metacognitivos o
de autorregulación del aprendizaje han sido considerados como una dimensión única y
262 |
Conclusiones
separada del resto de estrategias de aprendizaje, si bien en este caso, los resultados en el ajuste
del modelo la revelaron como variable que explica el constructo general de las estrategias de
memorización.
Una de los principales criterios con mayor poder predictivo sobre la adquisición de la
competencia profesional, es la enculturación musical, resultado de los conocimientos adquiridos
a lo largo de los años de práctica continuada. En este sentido nuestros estudiantes han
revelado que existe una relación entre curso académico, indicativo del nivel de conocimientos,
con los años de práctica continuada experimentados en el uso de la memoria en la preparación
de un repertorio musical. Hallazgo consistente con los resultados de investigaciones
anteriores (Ericsson et al., 1993; Sloboda et al., 1996), donde el aumento en la práctica es
explicado por la mayor exigencia en los requisitos técnico-expresivos que deben adquirir los
sujetos por cada curso académico, proceso en el que la memoria jugará un papel fundamental
(Hallam, 1997; Hallam, Rinta, Varvarigou, Creech, 2012). Sin embargo, esta relación no se
ha encontrado entre el curso académico y los años de práctica acumulada experimentados en el
uso de la memoria en la interpretación en público. Este resultado revela una debilidad en
nuestra enseñanzas ya que paradójicamente encaminadas al desarrollo de la competencia
profesional del pianista no promueve el desarrollo de esta faceta del protocolo escénico del
solista de forma paralela al aumento del nivel de competencia practico instrumental.
Reforzando este indicativo, se ha podido observar que si bien contamos con un alto
porcentaje de alumnos que afirman memorizar su repertorio de forma habitual (55%),
también se ha constatado que cerca del 45% de los sujetos afirma no utilizarla en sus hábitos
de estudio. En el caso del uso de la memoria en la interpretación en público, aunque se ha
encontrado un mayor porcentaje de participantes que afirma llevar a cabo esta actividad de
263 |
Capítulo 6
forma habitual (58%), seguimos contando con un alto porcentaje, cerca del 42% que afirma
no hacerlo. Por su parte, tan solo un 28% de participantes, en el caso del uso de la memoria
en las sesiones de ensayo, y de un 37% en el caso de la interpretación de memoria en público,
cuentan con más de 10 años de experiencia, es decir, atendiendo a las teorías clásicas del
desarrollo de la maestría, son los únicos que teóricamente podrían haber alcanzado la
competencia memorística a nivel de experto, un índice bajo si consideramos que por el nivel
académico, se estima entre 10 y 14 años su desarrollo en competencia instrumento-musical.
264 |
Conclusiones
estudiantes con menor nivel de experiencia y que requerirá medidas didácticas que solvente
tal desfase.
Una vez aplicado el CCMMP, los resultados sugieren que aunque con puntuaciones situadas
en posiciones medias de la escala, nuestros estudiantes perciben que el uso de la memoria en
la Interpretación es un vehículo para la mejora en el rendimiento interpretativo.
Principalmente creen que tocar de memoria aumenta la comprensión de la obra que
interpretan, les hace sentir mayor libertad expresiva, les favorece el aspecto comunicativo y
aunque en menor medida, les mejora el control técnico-instrumental de su ejecución. Así
mismo se observa una coherencia entre esta percepción y la creencia atribuida por la tradición
pianística acerca del valor de la memoria. La coincidencia entre ambas percepciones, sería un
indicativo de que el profesor ha logrado influir en lo que el estudiante cree o piensa, y ha
logrado transmitirle en un proceso de mediación entre la acciones de instrucción y el
aprendizaje, una percepción compartida por el que nuestros estudiantes de piano han llegado
a asimilar y comprender, al menos en parte, el papel esencial de la memoria en la
Interpretación musical.
También hemos verificado que pese a que nuestros alumnos manifiestan preocupación y
otras reacciones emocionales negativas por posibles fallos en la Interpretación de memoria
en el trascurso de una actuación en público, comportamientos que hemos agrupado bajo el
término de ansiedad cognitiva, su puntuación media no ha sido excesivamente alta. Estos
resultados pueden interpretarse como un buen diagnóstico ya que, siguiendo las
explicaciones de Pintrich (1991), podemos afirmar que cuando el nivel de ansiedad no es
excesivamente alto, puede resultar beneficiosa para movilizar acciones de mejora hacia la
realización de la tarea.
Y si bien, algunos autores afirman que un estudiante que sobreestime sus capacidad no se
sentirá motivado a mejorar (Pintrich, 1988, Bandura, 1997), también se ha demostrado que
el sentimiento de poseer competencia musical se asocia a un mayor compromiso con la práctica
eficiente, y sin este sentimiento, no se puede entender completamente la excelencia musical
(McCormick y McPherson, 2003). Por ello, resulta algo más preocupante descubrir que los
265 |
Capítulo 6
estudiantes, aunque afirman sentirse capaces de memorizar cualquier pieza musical por difícil
que ésta resulte, no nos han reportado altos niveles de percepción de competencia
memorística, especialmente en lo referente a la percepción sobre su capacidad por la rapidez
y eficacia en su aprendizaje memorístico.
Por otra parte, los resultados confirman que la percepción de autoeficacia, genera cambios
en la orientación motivacional de los estudiantes, al constatar una asociación directa entre el
interés suscitado por la memoria en la interpretación, derivado de la percepción acerca de las
mejoras que se experimentan en la Interpretación por su uso, y la expectativa de éxito
(autoeficacia), al revelar que existe una relación positiva y directa entre ambas variables. Así
mismo, la utilidad percibida se correlaciona negativamente con la ansiedad.
Los resultados también han puesto de manifiesto que las creencias motivacionales hacia la
memorización pueden estar condicionadas por otras variables, tales como la experiencia en
práctica memorística, momento temporal en el planeamiento instrumental en el que se inicia
los procesos de memorización, la participación en actividades o expectativas profesionales
de los participantes, su contexto de formación (centros donde realizan sus estudios de piano)
y el género, confirmándose las hipótesis 8 y 9, y obteniéndose las siguientes conclusiones:
266 |
Conclusiones
Y si bien, los estudiantes con mayor intención por dedicarse a la docencia práctica de
la música (profesor de piano) tienden a percibir mayor utilidad en las ventajas
interpretativas asociadas a la interpretación de memoria, será aquellos estudiantes que
presentan una mayor preferencia por profesiones no relacionadas directamente con
la música los que tienden a un mayor acuerdo con el valor atribuido a la memoria en
la Interpretación pianística. Estos resultados no coinciden con los encontrados en
investigaciones precedentes sobre la motivación hacia el aprendizaje musical, en las
que se ha verificado que la percepción de valor y utilidad percibida por los estudiantes
acerca de su aprendizaje, resulta ser acorde para sus metas futuras (O´Neill y
McPherson, 2002).
267 |
Capítulo 6
Cabe señalar que desde el enfoque que considera que el género es una construcción
social derivado de la interacción de los individuos en contextos socioculturales
(Crawford y Chaffin, 1997; Crawford, 2006), y dado los resultados obtenidos a tenor
de las diferencias encontradas en la percepción de competencia memorística que
268 |
Conclusiones
La consideración conjunta de las cinco subescalas que integran el cuestionario CEMIP nos
permite apreciar que en líneas generales, nuestros estudiantes manifiestan niveles medios de
en la utilización de las estrategias de aprendizaje memorístico estudiadas. Concretamente
observamos una mayor preferencia por estrategias basadas en el ensayo mental del sonido y
de los movimientos técnicos, así como utilizan la intención expresiva (indicaciones de
expresividad, realce de los puntos de mayor tensión expresiva, clímax y búsqueda del color
emocional de la música…) y las formas de expresión motora, es decir, el gesto técnico
asociado a dichas intenciones (Montilla, 1999), utilizadas como claves en la recuperación
memorística. Todas ellas han sido estrategias relacionadas con mejores resultados en el
rendimiento memorístico (Holmes, 2003, 2004, 2006). También, aunque en menor medida,
utilizan estrategias analíticas basadas en el conocimiento de la estructura formal y armónica
de la pieza a memorizar, así como afirman organizar la práctica en secciones seleccionadas
en función de ese conocimiento (Misrha, 2002, 2004).
269 |
Capítulo 6
Por lo tanto podemos concluir que existe una tendencia media al uso de aquellas estrategias
conducentes a la obtención de un tipo de memoria consciente y vinculada al conocimiento
semántico de los elementos musicales, es decir, nuestros estudiantes presentan una
preferencia por estrategias que conformarían un estilo de memorización conceptual propio de
individuos que muestran un desarrollo competencial a nivel de experto (Aiello, 2000; Chaffin,
2002; Segalowitz et al., 2001). Salvo una excepción, el uso de estrategias de repetición
elaborativa.
En efecto, el menor nivel de incidencia en relación a este tipo de memoria observado entre
los participantes puede deberse a que agrupa una variedad de estrategias implementadas en
los periodos últimos de preparación de un repertorio, etapa de sobreaprendizaje (Misrha, 2004),
fase condicionada y limitada por la planificación temporal del curso académico. Además, se
trata de estrategias que presentan cierta dificultad en su aplicación. Por ejemplo, no todos los
pianistas han desarrollado la habilidad para recrear un estilo compositivo aplicando técnicas
de improvisación, a pesar de que esta destreza haya sido considerada como requisito
imprescindible en el desarrollo integral del intérprete (Molina, 1996, Gould y Keaton, 2011),
predictiva del desarrollo de la competencia experta (Papageorgi, 2010), y esencial en el logro
de fiabilidad en el aprendizaje memorístico (Aiello, 2000).
Por su parte, nuestros estudiantes no han mostrado niveles excesivamente altos respecto a
aquellos aspectos negativos derivados del uso de la memoria incidental o no consciente, evaluada a
través de las conductas fruto de la aplicación de un proceso de memorización basado en la
repetición kinestésica, aural y visual. Así vemos que la relevancia dada a la memoria resultado
de la adquisición de conocimiento procedimental adquirido gracias a la memoria motriz o
kinestésica, ha quedado constatado al observar que se sienten especialmente afectados en su
reproducción memorística cuando los automatismos motrices que caracterizan la ejecución
técnica-instrumental se ve afectada por la tensión muscular, las características mecánicas del
piano o por los cambios de escenario donde se sucede la interpretación.
También se ha comprobado que las variables ambientales derivadas de los cambios acústicos
son las que menor incidencia tienen en el rendimiento memorístico. La explicación a este
resultado podemos encontrarla en anteriores estudios empíricos que en virtud de la
interacción auditivo-viso-motor durante la producción musical, consideran que la repetitiva
acción motriz base de la práctica instrumental interfiere en el acto de escuchar, y en
consecuencia, sin rechazar la importancia que la percepción auditiva reporta a la ejecución
270 |
Conclusiones
musical, concluyen que no resulta ser la de mayor relevancia en los procesos de reproducción
memorística (Vermersch, 1993, Highben y Palmer, 2004).
Sin embargo, aunque se esperaba a priori encontrar similar comportamiento para el grupo
de estrategias que hemos agrupado bajo el nombre de memoria conceptual-elaborativa, se ha
constatado que aquellos alumnos que con mayor frecuencia las utilizan son aquellos que
menos estrategias analíticas utilizan, menos incidencia de la memoria gestual-emocional y
menos estrategias de control planificación y selección de estrategias utilizan en su aprendizaje
memorístico, y en consecuencia son aquellos que informan sentirse más afectados en su
reproducción memorística por el efecto de dependencia contextual.
271 |
Capítulo 6
El resultado obtenido puede entenderse como un fracaso en la eficacia de este tipo de técnica
de memorización, pero es necesario puntualizar que, si bien en la interpretación de memoria
se puede aplicar las generalidades sobre la memoria experta en lo referente a la participación
y la importancia dada al conocimiento conceptual (Chase y Ericsson, 1982 y Ericsson y
Kitsch, 1995, Ericsson y Oliver, 1989), no podemos olvidar que la memoria de los pianistas
no está sujeta a los mismos principios que a éstos, debido al papel esencial que en su
desarrollo cumple la memoria motriz (Palmer, 1997).
Tras la estimación de los resultados acerca del estudio de aquellas variables que pueden
condicionar el estilo de aprendizaje memorístico, se han obtenido las siguientes conclusiones:
272 |
Conclusiones
Los resultados también han puesto de manifiesto que las estrategias de memorización
pueden estar condicionadas por el momento temporal en el planeamiento
instrumental en el que se inicia los procesos de memorización. Se ha constatado que
aquellos alumnos que inician la memorización desde el primer acercamiento a la
partitura son aquellos que tienden a utilizar más estrategias analíticas. Resultados con
aquellos teorías que afirman que el conocimiento analítico refuerza la memoria y
favorece la rapidez del proceso memorístico, sobre todo, si el análisis se integra en
las primeras etapas del aprendizaje, ya que facilita la división de la música en secciones
más cortas, más fáciles de ser memorizadas, que podrán ser posteriormente
reintegradas en una memorización global (Rubin-Rabson, 1937; Miklaszewski y
Sawicki, 1992; Gobet, 1998). Además estos estudiantes son los que reportan sentirse
menor afectados por el contexto a la hora de tocar de memoria, posiblemente porque
la estructura formal y armónica de la pieza a memorizar les ayuda a crear puntos
referenciales, señales o claves de recuperación, dentro de una pieza, a los que se puede
recurrir cuando hay una necesidad de reanudar una actuación que inesperadamente
ha sido interrumpida o no se ha resuelto como estaba previsto (Williamon y Valentine
2002), consolidando la estabilidad y fiabilidad de la memoria. Sin embargo, el uso de
estrategias gestual-emocional, conceptual-elaborativa y el uso de estrategias de
regulación no han establecido relación alguna con el momento de inicio de la
memorización en el proceso de preparación de una pieza musical.
Lehmann (2002) nos sugiere que la participación en actividades que requieren el uso
de la memoria resultará predictiva en su capacidad de memorizar música. A tenor de
esta premisa, los resultados no han sido los esperados al encontrar que aquellos
sujetos cuyas expectativas profesionales parecen inclinarse por ejercer como profesor
de piano, y por ende, precisan en su desempeño el desarrollo de una memoria eficaz,
son aquellos que reportan menor preferencia por aquella memoria que se ha revelado
esencial para el logro de una reproducción memorística fiables y segura, al mostrar
menor preferencia por el uso de estrategias analíticas, el uso de la memoria gestual-
emocional, y aunque tienden a utilizar en mayor medida estrategias de repetición
elaborativa, son los más afectados por los cambios contextuales a la hora de tocar de
273 |
Capítulo 6
274 |
Conclusiones
También se ha verificado que el conocimiento de los procesos internos que controlan los
resultados de su interpretación y la reflexión crítica que les acompaña, les proporciona
habilidades para controlar y regular su propio progreso en el aprendizaje memorístico,
encontrándose muy relacionado con la percepción de utilidad, valor y mayor nivel de
percepción de competencia memorística.
No obstante, uno de los aspectos más interesantes de los resultados obtenidos ha sido que
contrariamente a lo esperado, el uso de las estrategias mencionadas, consideradas por su alta
eficacia en el logro de una memoria explícita, no minimiza los niveles de ansiedad cognitiva
derivados del miedo al fracaso en la recuperación memorística. Tan solo, hemos constatado
que el uso de estrategias de repetición elaborativa, estrategias que complementan los procesos
automatizados basados en la repetición visual, auditiva y kinestésicas (Hallam, 1997b), y a
275 |
Capítulo 6
Por último, no nos ha sorprendido constatar que los efectos negativos derivados de la
memoria implícita, simbolizados por los fallos de memoria generados cuando se cambia el
estado físico y psicológico, el entorno acústico o espacial donde se produjo el aprendizaje
memorístico, correlaciona negativamente con la percepción de utilidad y el valor atribuido a
la memoria en la Interpretación, así como suscita un menor nivel de percepción de
competencia memorística.
Con ello concluimos que en el ámbito de la memorización pianística, al igual que en otras
áreas académicas, la motivación es de suma importancia para la ejecución de las estrategias
de aprendizaje (Pintrich y García, 1993; McPherson y McCormick, 1999; Leon-Guerrero,
2008).
276 |
Conclusiones
Ahora bien, las aportaciones de esta investigación deben ser valoradas desde la consideración
de sus propias limitaciones, de cuya reflexión, podrá dar lugar a nuevas líneas de investigación
futuras en este campo de estudio.
Entre las limitaciones que presenta, cabe mencionar las metodológicas derivadas tanto del
tipo de muestreo como del tamaño de la muestra. Aunque ambas están justificadas por el
reducido volumen de la población de estudio, no se asegura la extrapolación de sus resultados
a un contexto de mayor envergadura y una generalización en otros ámbitos y espacios
geográficos. No obstante, el funcionamiento de ambos cuestionarios muestran la suficiente
consistencia y fiabilidad como para poder ser utilizados en futuros trabajos que confirmaría
la validez externa de dichos instrumentos, eso sí, optimizando el proceso, mediante la
aplicación de criterios probabilístico para la selección de la muestra y la aplicación de
procedimientos que garanticen una ampliación de la muestra, y de este modo, lograr un
mayor rigor científico.
277 |
Capítulo 6
Además, las técnicas o métodos de encuesta utilizados no han logrado ser lo suficientemente
amplias para abordar la complejidad del fenómeno de la memorización. Para compensar este
aspecto, se sugiere la necesidad de añadir el estudio de ciertas variables que incrementarían
la comprensión de los procesos de memorización en el ámbito de la Interpretación musical.
Entre las variables cuyo estudio resultarían de gran interés, podemos mencionar, variables
relacionadas con el contexto donde se desarrolla la práctica (condiciones del lugar de estudio),
así como variables de naturaleza instruccional, es decir, conductas relacionadas con la
búsqueda de apoyo para la mejora en el rendimiento, que ya han sido incluidas en los modelos
de aprendizaje instrumental propuestos por McPherson y Renwick (2000).
278 |
Conclusiones
Por otra parte, la falta de asociación encontrada entre experiencia y las variables
motivacionales o el uso de estrategias de memorización, aunque no son del todo
contradictorias con hallazgos de trabajos anteriores, ponen en evidencia las dificultades
metodológicas relacionados con la conceptualización de las variables relativas a la
cuantificación del tiempo de práctica, que no es entendido de la misma manera por todos los
investigadores e incluso no es entendida de forma similar por los participantes (Ericsson y
Ward, 2007). Así por ejemplo, creemos que se hubieran obtenido mejores resultados si
hubiéramos contabilizado el número de obras memorizadas por cada año académico, o bien
el número de actuaciones de memoria en público experimentadas por nuestros estudiantes
para cuantificar la experiencia memorística.
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312 |
ANEXOS
313 |
Anexos
315 |
Anexos
52. Utilizo marcas o señales (por ejemplo de lápiz) con cualquier tipo indicaciones para MODIFICADO
ayudarme a recordar la partitura ELIMINADO
53. El cambio visual al variar de escenario, de aula o lugar de estudio, puede llevarme a un
error de memoria
54. El tocar en distintos pianos (tamaño, color, etc.) afecta a mi interpretación de memoria
55. Recuerdo sin dificultad la localización (número, lugar en la página, etc.) de una ELIMINADO
determinada sección de la pieza que he memorizado
56. Puedo reproducir completa una obra previamente memorizada simulando tocarla sobre ELIMINADO
la tapa del piano, siempre y cuando la acompañe del canto o tarareo de la correspondiente
pieza
57. Una vez memorizada una pieza musical soy capaz de cantarla o al menos tararearla por ELIMINADO
completo sin ayuda de la partitura
58. Ante una duda de memoria de un pasaje difícil, me ayuda escuchar a alguien tocar ese ELIMINADO
pasaje
59. Habitualmente toco música sin una partitura previa es decir, toco de oído ELIMINADO
60. Me preocupa los cambios de acústica en las salas donde toco ya que este hecho físico me
afecta en la interpretación memorística
61. Cuando voy a tocar de memoria en público estoy preocupado por fallar la memoria
porque el piano no esté correctamente afinado
62. Puedo reproducir completa una obra, previamente memorizada, simulando tocarla sobre ELIMINADO
la tapa del piano y sin emitir sonido alguno (cantar, tararear, etc.)
63. Puedo reproducir completa una obra, previamente memorizada, tocándola en un piano ELIMINADO
eléctrico (clavinova o similar) al que he silenciado el volumen
64. Cuando toco de memoria intento no pensar demasiado y dejar actuar a mis dedos ELIMINADO
65. Un cambio o error de digitación me puede llevar a un fallo de memoria ELIMINADO
66. Me preocupa tener un fallo de memoria si siento tensión muscular MODIFICADO
67. Tengo dificultad para tocar una misma sección ya memorizada cuando se me pide tocarla
en distintos registros
68. Cuando ha finalizado el estudio de memoria de una obra, tengo dificultades para tocarla
de memoria a un tempo más lento
69. Cuando he finalizado el estudio de memoria de una obra, tengo dificultades para tocarla ELIMINADO
de memoria con manos separadas
70. Cuando toco en público, las características del piano como el calado, se convierten en
elementos de distracción para mi interpretación de memoria
71. Cuando he finalizado el estudio de una obra la toco de memoria a un tempo más lento ELIMINADO
para garantizar su memorización
72. Estudio la memorización de una pieza tocando cada mano por separado ELIMINADO
73. Cuando he finalizado la memorización de un pieza musical reproduzco de memoria la ELIMINADO
armonía base de la obra para afianzar la memoria
74. Complemento mi ejecución de memoria con información verbal ELIMINADO
316 |
Anexos
75. Para trabajar la memoria de una partitura toco las secciones anteriormente memorizadas,
en orden inverso, por ejemplo toco de memoria los últimos tres pentagramas, luego los
tres antepenúltimos y así sucesivamente
76. Cuando no logro memorizar ciertos pasajes de una pieza, toco la parte correspondiente
a la mano izquierda con la derecha y viceversa a fin de asegurar su memorización
77. Improviso en el estilo compositivo de la pieza que estoy memorizando
78. Escribo en la partitura señales o indicaciones referentes de lo que tengo que realizar MODIFICADO
(escribir digitación; anotaciones de dinámica o fraseo, etc.) que me sirvan de referente ELIMINADO
para su memorización
79. Dado un fallo de memoria en el transcurso de una interpretación, elaboro o invento un ELIMINADO
posible enlace o pasaje de transición que me ayude a enlazar con un pasaje posterior
80. Trabajo la memoria de una pieza, o sección, tocándola en distintos registros
81. En las sesiones previas a la interpretación de memoria en público, practico en distintas ELIMINADO
aulas o lugares de estudio y con distintos tipos de pianos
82. Refuerzo la memorización de una pieza simulando un fallo de memoria y tratando de MODIICADO
enlazar con un pasaje posterior previamente señalado, a modo de puntos de apoyo ELIMINADO
seguros
317 |
Anexos
106. Cuando he terminado el estudio de una obra (técnica, pedal, lectura, expresividad, ELIMINADO
tempo, etc.) puedo tocarla de memoria sin habérmelo planteado previamente
107. Al final de cada sesión de estudio repaso lo estudiado para comprobar qué progresos
he experimentado en la memorización del repertorio
108. Mi estudio de memoria se fundamenta en detectar pasajes con dificultades de
memorización para poder solucionarlos
109. Una vez identificados los pasajes o dificultades de memorización, busco la mejor
estrategia que me ayude a solucionarla
110. Planifico todo lo relacionado con mi interpretación de memoria en público (qué debo
pensar, cómo actuar en caso de error, etc.)
111. Soy consciente del proceso de memorización (de cómo estudio de memoria y de cómo
lo llevo a cabo, así como de su punto de evolución relativa )
112. A lo largo de la sesión de estudio, organizo mi práctica en función de los objetivos
relacionados con la memoria que quiero conseguir (tocar la pieza completa, asegurar
ciertas secciones, controlar la expresividad de un pasaje, etc.)
113. Continuamente compruebo las secciones similares -o relacionadas melódica, rítmica o
armónicamente- para afianzar la memorización
114. Si compruebo que no logro afianzar la memoria de una pieza aplico nuevas técnicas de
estudio
115. Cuando logro memorizar una obra, soy plenamente consciente de los pasajes que están
inseguros y que necesitan más práctica
116. Planifico de antemano el tiempo que dedicaré al trabajo de la memoria
117. Habitualmente toco de memoria delante de mis compañeros para comprobar su
fiabilidad
118. Selecciono y organizo el material que debo memorizar
119. Mi trabajo o estudio de memoria se fundamenta principalmente en la repetición de ELIMINADO
secciones hasta que éstas estén memorizadas completamente
120. Selecciono pasajes para memorizarlos que luego voy enlazando progresivamente ELIMINADO
121. Estudio la memoria de una pieza tocándola de principio a fin repetidamente hasta
lograr su completa memorización
122. Inicio la memorización desde el primer acercamiento a la partitura
123. Reservo una parte de mi tiempo de práctica diaria al estudio detallado de la memoria ELIMINADO
124. El estudio detallado de la memoria lo llevo a cabo en períodos cercanos al examen o ELIMINADO
actuación donde tocaré de memoria
318 |
Anexos
319 |
Anexos
320 |
Anexos
28. Soy consciente del proceso de memorización (de cómo estudio de memoria y de
cómo lo llevo a cabo, así como de su punto de evolución relativa)
29. A lo largo de la sesión de estudio, organizo mi práctica en función de los objetivos
relacionados con la memoria que quiero conseguir (tocar la pieza completa, asegurar
ciertas secciones, memorizar aspectos expresivos… etc.)
30. Continuamente compruebo las secciones similares -o relacionadas melódica, rítmica
o armónicamente- para afianzar la memorización
31. Si compruebo que no logro afianzar la memoria de una pieza aplico nuevas técnicas
de estudio
32. Cuando logro memorizar una obra, soy plenamente consciente de los pasajes que
están inseguros y que necesitan más práctica
33. Selecciono y organizo el material que debo memorizar
321 |
Anexos
Para ello os adjunto el enlace de un cuestionario online que preciso que cumplimentéis.
https://spreadsheets.google.com/spreadsheet/viewform?formkey=dElBR1BwZDdMczRCU2pfOHN3aXRYRWc6MA
Quizás os resulte largo y no demasiado fácil de contestar, pero también puede que sea
una buena oportunidad para reflexionar sobre cómo memorizáis vuestro repertorio, e
incluso puede que lo encontréis interesante
Con el fin de que contestéis lo mejor posible os añado la siguiente aclaración: debéis de
diferenciar dos conceptos aparentemente semejantes, por una parte la memoria en el
proceso de estudio de una obra y por otra la memoria en la interpretación en público, dos
facetas de la misma moneda pero muy distintas en su origen y finalidad
Y recordad:
no es un test de inteligencia ni de personalidad
no hay respuestas correctas o erróneas, tan sólo se os pide que de forma
sincera, expreséis vuestras opiniones y me aportéis datos sobre vuestra rutina
de estudio
y por supuesto, es ANÓNIMO. La información obtenida será utilizada
exclusivamente con fines de investigación. Si aceptáis participar, no olvides
señalar la casilla de Conformidad que aparece al inicio del formulario para
poder continuar
Deberéis cumplimentarlo en una sola sesión. Se puede completar en un tiempo
estimado de 20 a 30 minutos, por ello os pido que cuando lo inicies os aseguréis
de que contáis con ese margen de tiempo
Una vez cumplimentado no olvidéis darle a ENVIAR, si está correctamente
enviado recibiréis un mensaje indicándolo
Gracias por vuestra colaboración… y aunque conozco lo atareados que andáis con los
exámenes finales os pido que busquéis un hueco y que no os demoréis en enviármelo
Un saludo
322 |
Anexos
ANEXO Tablas
Kolmogorov-Smirnova
Asimetría Curtosis
Media D.T. E.T (.220) E.T (.437) Estadístico gl Sig.
C1* (C22**) 3.01 1.525 -.057 -1.437 .171 121 .000
323 |
Anexos
Kolmogorov-Smirnova
Asimetría Curtosis
Media D.T. E.T (.220) E.T (.437) Estadístico gl Sig.
M1* (M86)** 3.08 1.453 -.063 -1.330 .149 121 .000
M2 (M87) 2.91 1.271 .099 -1.018 .168 121 .000
M3 (M88) 3.23 1.510 -.225 -1.396 .177 121 .000
M4 (M53) 2.91 1.354 .127 -1.180 .179 121 .000
M5 (M54) 2.76 1.420 .239 -1.236 .175 121 .000
M6 (M60) 2.63 1.330 .346 -.956 .161 121 .000
M7 (M61) 2.83 1.381 .206 -1.145 .165 121 .000
M8 (M66) 3.00 1.348 -.021 -1.128 .143 121 .000
M9 (M67) 2.86 1.293 .078 -1.050 .152 121 .000
M10 (M68) 2.88 1.318 .083 -1.160 .179 121 .000
M11 (M70) 2.64 1.284 .285 -.964 .172 121 .000
M12 (M92) 3.15 1.464 -.149 -1.418 .207 121 .000
M13 (M94) 3.13 1.360 .019 -1.248 .178 121 .000
M14 (M98) 3.24 1.310 -.206 -1.180 .215 121 .000
M15 (M99) 3.40 1.406 -.443 -1.131 .226 121 .000
M16 (M100) 3.12 1.339 -.146 -1.175 .190 121 .000
M17 (M101) 3.17 1.295 -.049 -1.032 .165 121 .000
M18 (M75) 2.57 1.442 .349 -1.207 .217 121 .000
M19 (M76) 2.58 1.687 .402 -1.563 .288 121 .000
M20 (M77) 2.59 1.579 .361 -1.439 .256 121 .000
M21 (M80) 2.47 1.533 .563 -1.150 .245 121 .000
M22 (M83) 2.64 1.522 .377 -1.373 .216 121 .000
M23 (M85) 2.67 1.650 .329 -1.537 .249 121 .000
M24 (M107) 3.13 1.211 -.172 -.831 .168 121 .000
M25 (M108) 3.16 1.126 -.102 -.723 .170 121 .000
M26 (M109) 3.20 1.364 -.266 -1.228 .234 121 .000
M27 (M110) 2.83 1.188 .221 -.839 .195 121 .000
M28 (M111) 3.01 1.255 -.093 -.923 .167 121 .000
M29 (M112) 3.08 1.229 -.132 -.939 .177 121 .000
M30 (M113) 3.12 1.142 .009 -.782 .168 121 .000
M31 (M114) 2.98 1.313 -.043 -1.129 .171 121 .000
M32 (M115) 3.45 1.663 -.496 -1.451 .255 121 .000
M33 (M118) 2.98 1.190 -.330 -.782 .216 121 .000
𝑵 = 121
324 |
Anexos
325 |
Anexos
326 |
Anexos
Kolmogorov-Smirnova
Variables dependientes Estadístico Sig.
Utilidad (CCMMP) 1.191 .117
Valor (CCMMP) 1.235 .095
Ansiedad cognitiva (CCMMP) 1.213 .106
Expectativa de éxito (CCMMP) 1.190 .118
Memoria Analítica-organizativa (CEMIP) 1.083 .191
Memoria Perceptual-contextual (CEMIP) .803 .540
Memoria Gestual-emocional (CEMIP) 1.715 .006
Memoria Conceptual-elaborativa (CEMIP) 1.483 .025
Regulación de la práctica memorística (CEMIP) .765 .602
N= 121
Curso Shapiro-Wilk
Variables dependientes académico N Estadístico gl Sig.
Creencias Motivacionales 1 35 .963 35 .285
2 20 .959 20 .515
3 31 .934 31 .056
4 35 .931 35 .030
Estrategias de Memorización 1 35 .971 35 .461
2 20 .967 20 .681
3 31 .929 31 .041
4 35 .965 35 .314
327 |
Anexos
Tabla A. 7. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Experiencia en práctica memorística)
328 |
Anexos
Tabla A. 8. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Experiencia en tocar de memoria en público
329 |
Anexos
Tabla A. 9. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable de
agrupación Participación en concursos)
Participación en Shapiro-Wilk
Variables dependientes concursos Estadístico gl Sig.
Utilidad (CCMMP) Si .914 48 .002
No .937 45 .017
Valor (CCMMP) Si .894 48 .000
No .902 45 .001
Ansiedad cognitiva (CCMMP) Si .941 48 .017
No .900 45 .001
Expectativa de éxito (CCMMP) Si .940 48 .016
No .907 45 .002
Memoria Analítica-organizativa (CEMIP) Si .956 48 .067
No .954 45 .069
Memoria Perceptual-contextual Si .948 48 .035
(CEMIP) No .949 45 .047
Memoria Gestual-emocional Si .910 48 .001
(CEMIP) No .943 45 .028
Memoria Conceptual-elaborativa Si .893 48 .000
(CEMIP) No .887 45 .000
Regulación de la práctica memorística Si .955 48 .065
(CEMIP) No .943 45 .028
N= 93
Tabla A. 10. Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable
de agrupación Género)
Género Kolmogorov-Smirnova
Variables dependientes Estadístico gl Sig.
Utilidad (CCMMP) Hombre .125 55 .031
Mujer .147 66 .001
Valor (CCMMP) Hombre .132 55 .018
Mujer .146 66 .001
Ansiedad cognitiva (CCMMP) Hombre .125 55 .032
Mujer .102 66 .085
Expectativa de éxito (CCMMP) Hombre .119 55 .050
Mujer .140 66 .002
Memoria Analítica-organizativa (CEMIP) Hombre .109 55 .157
Mujer .092 66 .200*
Memoria Perceptual-contextual Hombre .097 55 .200*
(CEMIP) Mujer .089 66 .200*
Memoria Gestual-emocional Hombre .113 55 .080
(CEMIP) Mujer .205 66 .000
Memoria Conceptual-elaborativa Hombre .121 55 .044
(CEMIP) Mujer .192 66 .000
Regulación de la práctica memorística Hombre .132 55 .018
(CEMIP) Mujer .090 66 .200
330 |
Anexos
Tabla A. 11. Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov para las variables de los CCMMP y CEMIP (variable
de agrupación Conservatorio Superior de Música)
Conservatorio Kolmogorov-Smirnova
Variables dependientes Superior de Música Estadístico gl Sig.
Utilidad (CCMMP) CSM Córdoba .144 69 .001
Otros Conservatorios .155 52 .003
Valor (CCMMP) CSM Córdoba .138 69 .002
Otros Conservatorios .149 52 .006
Ansiedad cognitiva (CCMMP) CSM Córdoba .127 69 .008
Otros Conservatorios .100 52 .200*
Expectativa de éxito (CCMMP) CSM Córdoba .115 69 .025
Otros Conservatorios .109 52 .176
Memoria Analítica-organizativa (CEMIP) CSM Córdoba .100 69 .087
Otros Conservatorios .105 52 .200*
Memoria Perceptual-contextual CSM Córdoba .085 69 .200*
(CEMIP) Otros Conservatorios .104 52 .200*
Memoria Gestual-emocional CSM Córdoba .191 69 .000
(CEMIP) Otros Conservatorios .134 52 .020
Memoria Conceptual-elaborativa CSM Córdoba .127 69 .008
(CEMIP) Otros Conservatorios .172 52 .001
Regulación de la práctica memorística CSM Córdoba .079 69 .200*
(CEMIP) Otros Conservatorios .111 52 .200*
N= 121
331 |