Winnicott Realidad y Juego 11
Winnicott Realidad y Juego 11
Winnicott Realidad y Juego 11
OBSERVACIONES PRELIMINARES
Mi enfoque de este vasto tema tiene que derivar del terreno de mi experiencia especial. Las
observaciones que efectúo son modeladas en el molde de la actitud psicoterapéutica. Como
psicoterapeuta, pienso, por supuesto, en términos de
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tivo colectivo, pues la sociedad está compuesta de unidades individuales, maduras. o no;
j) las abstracciones de la política, la economía, la filosofía y la cultura, vistas come
culminación de procesos naturales de crecimiento;
k) el mundo como superposición de mil millones de pautas individuales, una sobre la otra.
Lo único que hice hasta ahora es enumerar varios apartados de una enciclopedia de la
sociedad humana en términos de una perpetua ebullición en la superficie del caldero del
crecimiento individual, visto colectivamente y reconocido como dinámico. La porción que
puedo encarar aquí es necesariamente limitada en sus dimensiones, por lo cual me resulta
importante colocar lo que diré contra el vasto telón de fondo de la humanidad, a la cual se
puede ver de muchas maneras distintas, con el ojo aplicado en uno u otro extremo del
telescopio.
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¿ENFERMEDAD O SALUD?
d) los melancólicos (que vacilan entre el suicidio y otra alternativa, que puede abarcar las
más elevadas consecuciones en términos de contribución);
e) los esquizoides (que ya tienen fijada la tarea de toda su vida, a saber, el establecimiento
de sí mismos, cada uno de ellos como individuo con sentimientos de identidad y de
realidad); f) los esquizofrénicos (que, por lo menos en las fases de enfermedad, no pueden
sentirse reales, y que [en el mejor de los casos] logran algo sobre la base de vivir por
delegación).
A todos estos debo agregar la categoría más incómoda —que incluye a muchas personas
que llegan a puestos de autoridad y responsabilidad-, es decir, los paranoides, los
dominados por un sistema de pensamiento. Este sistema debe ser exhibido constantemente
para explicarlo todo, siendo la alternativa (para el individuo enfermo de ese modo) una
aguda confusión de ideas, un sentimiento de caos y la pérdida de la predictibilidad.
Por consiguiente, estudiaré a la sociedad como si estuviese compuesta por personas sanas
en el plano psiquiátrico. ¡Y aún así se verá que aquella tiene bastantes problemas! ¡Muchos,
en verdad!
Adviértase que no he usado el término normal".. Esta palabra tiene una excesiva
vinculación con un modo de pensar fácil. Creo, sin embargo, que existe algo que se llama
salud psiquiátrica, lo cual significa que me siento justificado al estudiar a la sociedad
(según lo han hecho otros) como formulación, en términos colectivos, del crecimiento
individual orientado hacia la realización personal. Me baso en el axioma de que, puesto que
no existe sociedad, a no ser como estructura producida, mantenida y reconstruida a cada
rato por los individuos, no hay realización personal sin sociedad, ni sociedad fuera de los
procesos de crecimiento colectivos de los individuos que la componen. Y debemos
aprender a dejar de buscar el ciudadano del mundo y conformarnos con encontrar aquí y
allá a personas cuyas unidades sociales se extienden más allá de la versión local de
sociedad, o más allá del nacionalismo, o de los límites de una secta religiosa. En rigor,
tenemos que aceptar el hecho de que las personas psiquiátricamente sanas dependen, para
su salud y su realización personal, de su lealtad a una zona delimitada de la sociedad,
quizás al club de bolos local. ¿Por qué no?
Solo nos vemos en aprietos cuando buscamos por todas partes a Gilbert Murray.
LA TESIS PRINCIPAL
Una exposición positiva de mi tesis me lleva en el acto a los enormes cambios que se
produjeron en los últimos cincuenta años, en relación con la importancia de una crianza
materna lo bastante buena. Esta incluye también a los padres, quienes deberán permitirme
que use el término "materna" para describir la actitud total respecto de los bebés y su
cuidado. El término "paterno" aparece por fuerza un poco más tarde que "materno. El
padre, como varón, se convierte poco a poco en un factor importante. Y luego, viene la
familia, cuya base es la unión del padre y la madre, y la responsabilidad compartida por lo
que crearon juntos y que nosotros llamamos un nuevo ser humano: un bebé.
Permítaseme que me refiera a la existencia del elemento materno. Sabemos que tiene
importancia la forma en que se sostiene y manipula a un bebé, que la tiene quién lo cuida y
el conocimiento de si se trata de la madre o de otra persona. En nuestra teoría del cuidado
del niño la continuidad de dicho cuidado ha llegado a ser un rasgo central del concepto del
ambiente facilitador, y entendemos que gracias a esa continuidad, y solo con ella, puede el
nuevo bebé, en situación de dependencia, gozar de continuidad en la línea de su vida, y no
pasar por una pauta de reacción ante lo impredecible y volver a empezar una y otra vez (cf.
Milner, 1934),
"Debo referirme aquí a la obra de Bowlby (1969): si la reacción del niño de dos años ante
la pérdida de la persona de la madre (aunque se trate de una pérdida temporaria) se extiende
más allá de! lapso en que aquel es capaz de mantener viva la imagen de ella, ha sido
reconocida en general, aunque todavía no se la haya explotado a fondo; pero la idea que
hay detrás de ello engloba todo el tema de la continuidad de los cuidados, y data del
comienzo de la vida personal del bebé, es decir, desde antes de que este perciba, de manera
objetiva, a la madre íntegra como la persona que es.
Otro aspecto nuevo: como psiquiatras infantiles no nos preocupa solo la salud. Ojalá
pudiera decirse lo mismo de la psiquiatría en general. Nos interesa la riqueza de la felicidad
que se
construye en salud y que no crece en mala salud psiquiátrica aunque los genes puedan
empujar al bebé hacia su realización personal.
Ahora observamos los barrios de inquilinatos, no solo con horror, sino con la mirada atenta
a la posibilidad de que para un bebé y un niño pequeño una familia de barrio pobre sea más
segura y "buena", como ambiente facilitador, que una familia de .una casa encantadora,
donde faltan las persecuciones comunes.2 Además considero que vale la pena encarar las
diferencias esenciales que existen entre los grupos en términos de costumbres aceptadas.
Tómese el fajamiento, en oposición al permiso otorgado al bebé para explorar y patalear,
que rige en forma casi universal en la sociedad, tal como la conocemos en Gran Bretaña.
¿Cuál es la actitud local respecto de los chupetes, la succión del pulgar, los ejercicios
autoeróticos en general? ¿Cómo reacciona la gente ante las incontinencias naturales de los
primeros momentos de la vida y su relación con la continencia? Etcétera. La fase de Truby
King todavía se encuentra en el proceso de su liquidación por adultos que tratan de dar a
sus bebés el derecho de descubrir una moral personal, y en ello percibimos una reacción
contra el adoctrinamiento, que llega hasta el extremo de la permisividad total. Podría
resultar que la diferencia entre el ciudadano blanco de Estados Unidos y el de piel negra no
tenga tanto que ver con el color de la epidermis como con la alimentación a pecho. Es
incalculable la envidia de la población blanca alimentada a biberón, contra los negros, que
en su mayor parte, según creo, son alimentados a pecho.
Se advertirá que me preocupa una motivación inconsciente, algo que no llega a ser del todo
un concepto popular. Los datos que necesito no pueden obtenerse con un cuestionario. No
es posible programar una computadora de modo que averigüe motivaciones inconsciente en
los individuos que representan a los conejillos de Indias de una investigación. Este es el
punto en que quienes se han pasado la vida haciendo psicoanálisis deben pedir a gritos
salud, en contra de la creencia insana en los fenómenos superficiales que caracterizan a las
investigaciones de los seres humanos hechas por medio de computadoras.
2
El apiñamiento, el hambre, la infestación, la constante amenaza de enfermedades fincas y
desastres, y de las leyes promulgadas por una sociedad benévola.
Más confusión
Otra fuente de confusión es la voluble suposición de que si las madres y los padres crían
bien a sus bebés y niños, habrá menos problemas. ¡Lejos de ello! Esto tiene mucho
que ver con mi tema principal, porque deseo sugerir que cuando estudiamos la
adolescencia, en la cual los éxitos y fracasos del cuidado del bebé y el niño empiezan a ser
empollados, algunos de los problemas actuales se relacionan con los elementos positivos
de la crianza moderna, y de las actitudes modernas respecto de los derechos del individuo.
Con algunos de sus hijos, tendrán suerte si sus acciones los ponen rápidamente en
condiciones de usar símbolos, jugar, soñar, ser creadores en formas satisfactorias, pero aun
así es posible que el camino para llegar a ese punto sea pedregoso. Y sea como fuere,
ustedes cometerán errores que serán vistos y sen
tidos como desastrosos y sus hijos tratarán de hacer que se sientan responsables por los
reveses, incluso en los casos en que no lo sean. "Yo no pedí que me engendraran", dirán.
Las recompensas que ustedes obtengan vendrán en la forma de la riqueza que aparezca
poco a poco en el potencial personal de tal o cual joven o muchacha. Y si tienen éxito en
ese sentido, deben estar preparados para los celos que sentirán respecto de sus hijos, que
cuentan con mejores oportunidades para el desarrollo personal de las que tuvieron ustedes.
Se considerarán recompensados si algún día su hija les pide que les cuiden a sus propios
hijos, con lo cual indicará que opina que pueden hacerlo en forma satisfactoria; o si su hijo
quiere parecerse a ustedes de alguna manera, o si se enamora de una muchacha que usted
mismo habrían podido querer, si hubiesen sido más jóvenes. Las recompensas llegan de
modo indirecto. Y, por supuesto, ustedes saben que no recibirán agradecimientos.
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MUERTE Y ASESINATO EN EL PROCESO ADOLESCENTE3
Paso ahora a la reformulación de estos aspectos, dado que afectan la tarea de los padres
cuando sus hijos están en la etapa de la pubertad, o en medio de los tormentos de la
adolescencia. Si bien se publican muchos trabajos vinculados con los problemas
individuales y sociales que surgen en esta década, cuando los adolescentes tienen libertad
para expresarse, cabe un nuevo comentario personal sobre el contenido de la
fantasía adolescente.
Resulta valioso comparar las ideas adolescentes con las de la niñez. Si en la fantasía del
primer crecimiento hay un contenido de muerte, en la adolescencia el contenido será de
asesinato. Aunque el crecimiento en el período de la pubertad progrese sin grandes crisis,
puede que resulte necesario hacer frente
a agudos problemas de manejo, dado queel lugar del padre. Y lo significa de veras. En la
fantasía inconsciente, el crecimiento es intrinsecamente un acto agresivo.
Y el niño ya no tiene estatura de tal.
Creo que es tan legítimo como útil observar el juego de "Soy el rey del castillo". Este juego
corresponde al elemento
* Publicado con el título de Adolescent Process and the Need for Personal Confrontation,
en Pediatría, vol 44, número 5, Primera Parte,
masculino que hay en chicas y muchachos. (También se podría formular el tema -en
términos del elemento femenino de las muchachas y chicos, pero no puedo hacerlo aquí.)
Es un juego de la primera etapa de la latencia, y en la pubertad se convierte en una
situación de la vida.
"Soy el rey del castillo" es una formulación de existencia personal. Es una consecución de
crecimiento emocional individual, una situación que implica la muerte de todos los rivales
o el establecimiento del dominio. En las siguientes palabras se muestra el ataque esperado:
"Y tú eres el vil pillastre" (o "Abajo, vil pillastre"). Uno nombra al rival y ya sabe cuál es
su propia posición. Pronto el vil pillastre derriba al rey y se convierte a su vez en monarca.
Los Opie se refieren a ese verso.
Dicen que el juego es viejísimo y que Horacio (20 a. de C.) presenta de la siguiente manera
las palabras infantiles:
No hay por qué pensar que la naturaleza humana ha cam-biado. Debemos buscar lo
perdurable en lo efímero; traducir este juego infantil al lenguaje de la motivación
inconsciente de la adolescencia y la sociedad. Si se quiere que el niño llegue a adulto, ese
paso se logrará por sobre el cadáver de un adulto. (Doy por sentado que el lector sabe que
me refiero a la fantasía inconsciente, al material que subyace en los juegos.) Sé, por
supuesto, que los jóvenes y las chicas se las arreglan para pasar i por esta etapa de
crecimiento en un marco permanente de acuerdo con los padres reales, y sin expresar una
rebelión obligatoria en el hogar. Pero conviene recordar que la rebelión corresponde a la
libertad que se ha otorgado al hijo, al educarlo de tal modo que exista por derecho propio.
En algunos casos se podría decir: "Sembraste un bebé y recogiste una bomba." En rigor
esto siempre es así, pero no siempre lo parece.
En la fantasía inconsciente total correspondiente al crecimiento de la pubertad y la
adolescencia existe la muerte de alguien. Mucho puede lograrse en el juego y con los
desplazamientos, y sobre la base de las identificaciones cruzadas; pero en la psicoterapia
del adolescente (y hablo como psicoterapeuta) la muerte y el triunfo personal aparecen
como algo intrín-seco del proceso de maduración y de la adquisición de la categoría de
adulto. Esto plantea grandes dificultades a padres y tutores. Es claro que también las
presenta a los propios adolescentes, que llegan con timidez al asesinato y el triunfo corres-
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Esto me trae a mi punto central, el tan difícil de la inmadurez del adolescente. Los adultos
maduros deben conocerlo, y creer en su propia madurez como nunca creyeron hasta ahora
ni creerán después.
Entiéndase que resulta difícil formular todo esto sin correr el riesgo de ser mal entendido,
pues hablar de la inmadurez podría parecer un descenso de nivel. No es esa la intención.
Es posible que de pronto un niño de cualquier edad (digamos de seis años) necesite hacerse
responsable, quizá por la muerte de uno de los padres o por la separación de la familia. Ese
niño será prematuramente viejo y perderá espontaneidad y juegos, y el alegre impulso
creador. Es más frecuente que se encuentre en esa situación un adolescente, que de repente
se vea con el voto o la responsabilidad de dirigir un colegio. Es claro que si las
circunstancias varían (por ejemplo, si uno enferma o muere, o se ve en aprietos
financieros), no se podrá dejar de invitar al joven a que se convierta en un agente respon-
sable antes de que madure la ocasión. Quizás deba cuidar a niños menores, o educarlos, y
puede existir una absoluta necesidad de dinero para vivir. Pero las, cosas son muy distintas
cuando, por política deliberada, los adultos delegan la responsabilidad; por cierto que hacer
tal cosa puede ser una forma de traicionar a los hijos en un momento crítico. En términos
del juego, o del juego de la vida, se abdica en el preciso momento en que ellos vienen a
matarlo a uno. ¿Alguien se siente feliz con eso? Sin duda que no el adolescente, quien
entonces se convierte en el establecimiento Se pierde toda la actividad imaginativa y los
esfuerzos de la inmadurez. Ya no tiene sentido la rebelión, y el adolescente que triunfa
demasiado temprano re-
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sulta presa de su propia trampa, tiene que convertirse en dictador y esperar a ser muerto, no
por una nueva generación de sus propios hijos, sino por sus hermanos. Como es lógico,
trata de dominarlos.
He aquí uno de los tantos lugares en que la sociedad hace caso omiso de la motivación
inconsciente, con peligro de sí misma. No cabe duda de que el material cotidiano del
trabajo de los psicoterapeutas podría ser usado un poco por sociólogos y políticos, así como
por los adultos corrientes, es decir, adultos en sus propias y limitadas esferas de influencia,
aunque no siempre lo sean en su vida privada.
Afirmo {de manera dogmática, para ser breve) que el adoles-cente es inmaduro. La
inmadurez es un elemento esencial de la salud en la adolescencia. No hay más que una cura
para ella, y es el paso del Tiempo y la maduración que este puede traer.
La inmadurez es una parte preciosa de la escena adolescente. Contiene los rasgos más
estimulantes de pensamiento creador, sentimientos nuevos y frescos, ideas para una nueva
vida. La sociedad necesita ser sacudida por las aspiraciones de quienes no son
responsables. Sí los adultos abdican, el adolescente se convierte en un adulto en forma
prematura, y por un proceso falso. Se podría aconsejar a la sociedad: por el bien de los
adolesceníes y de su inmadurez, no les permitan adelantarse y llegar a una falsa madurez,
no les entreguen una responsabilidad que no les corresponde, aunque luchen por ella
Con la condición de que los adultos no abdiquen, no cabe duda de que podemos pensar que
los esfuerzos de los adolescentes por encontrarse y determinar su destino son lo más alenta-
dor que podemos ver en la vida que nos rodea. E! concepto del adolescente acerca de una
sociedad ideal es incitante y estimulante, pero lo característico de la adolescencia es su
inmadurez y el hecho de no ser responsable. Este, su elemento más sagrado, dura apenas
unos pocos años, y es una propiedad que cada individuo debe perder cuando llega a la
madurez.
A cada rato me obligo a acordarme de que la sociedad carga con el estado de adolescencia,
no con e! joven o la muchacha adolescentes, que en pocos años, ¡ay! , se hacen adultos y se
identifican demasiado pronto con algún tipo de marco en que nuevos bebés, nuevos niños y
nuevos adolescentes puedan ser libres de tener visiones y sueños y nuevos planes para el
mundo.
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madurez basada en una fácil personificación de un adulto. Esta afirmación encierra hechos
terribles.
NATURALEZA DE LA INMADUREZ
Confieso que me parece estar infiriendo una ofensa al tema con solo hablar de él. Cuanto
más fácil nos resulta verbalizar, menos eficientes somos. Imagínese a alguien que
condesciende a hablar con adolescentes y les dice: " ¡Lo más incitante que tienen ustedes es
su inmadurez! " Sería este un grosero ejemplo de fracaso en lo referente a enfrentar el
desafío adolescente. Puede que la frase "enfrentar él desafío" represente un regreso a la
cordura, porque la comprensión es reemplazada por la confrontación. Aquí se emplea el
vocablo confrontación de modo que signifique que una persona madura se yergue y exige
el derecho de tener un punto de vista personal, que cuente con el respaldo de otras personas
maduras.
EI potencial en la adolescencia
Veamos a qué cosas no han llegado los adolescentes. Los cambios de la pubertad se
producen a distintas edades, aun en chicos sanos. Estos no pueden hacer otra cosa que
esperar tales cambios. La espera impone una considerable tensión a todos, pero en especial
a los de desarrollo tardío; así, pues, es posible encontrar a estos últimos imitando a los que
se desarrollaron antes, cosa que lleva a falsas maduraciones basadas en identificaciones, y
no en el proceso de crecimiento innato. Sea como fuere, el cambio sexual no es el único.
También hay un cambio en dirección del crecimiento físico y de la adquisición de
verdaderas fuerzas; aparece, pues, un verdadero peligro, que; otorga a la violencia un
nuevo significado. Junto con la fuerza • llegan también la astucia y los conocimientos para
usarlas.
Solo con el paso del tiempo y de la experiencia puede un joven aceptar poco a poco la
responsabilidad por todo lo que ocurre en el mundo de la fantasía personal. Entretanto
existe
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A veces se da" por sentado que los jóvenes que "a cada rato se meten en la cama", según la
frase popular, y que tienen relaciones sexuales (y quizás uno o dos embarazos), han llegado
a la madurez sexual. Pero ellos mismos saben que no es así, y empiezan a despreciar el
sexo como tal. La madurez sexual tiene que abarcar toda la fantasía inconsciente del sexo,
y en definitiva el individuo necesita poder llegar a una aceptación de todo lo que aparezca
en la mente junto con la elección del objeto, la constancia del objeto, la satisfacción sexual
el entretejimiento sexual. Además está el sentimiento de culpa adecuado en términos de la
fantasía inconsciente total,
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Lo principal es que la adolescencia es algo más que pubertad I física, aunque en gran
medida se basa en ella. Implica creci-v miento, que exige tiempo. Y mientras se encuentra
en marcha incluir la cualidad de confiabilidad. No le es posible saber hasta qué punto el
trabajo, dado su carácter de contribución social, alivia el sentimiento personal de culpa
(que corresponde a impulsos agresivos inconscientes, estrechamente vinculados con la
relación de objeto y con el amor), y por consiguiente ayuda a reducir el miedo interior y el
grado de tendencia suicida o de propensión a los accidentes
Idealismo
Se puede decir que una de las cosas más estimulantes de ios adolescentes es su idealismo.
Todavía no se han hundido en la desilusión, y el corolario de ello consiste en que se
encuentran en libertad para formular planes ideales. Los estudiantes de artes, por ejemplo,
advierten que la materia se podría enseñar bien, por lo cual exigen que así se haga. ¿Por
qué no? No tienen en cuenta el hecho de que existen muy pocas personas que sepan
hacerlo bien. O perciben que estudian en condiciones de apiñamiento físico y protestan.
Los otros son quienes tienen que buscar el dinero necesario para solucionar la situación.
"¡Bueno —dicen los jóvenes-, abandonen el programa de defen-sa y dediquen el dinero a la
construcción de nuevos edificios universitarios! " No es típico de los adolescentes adoptar
la visión de largo alcance, que resulta más natural en quienes han vivido varias décadas y
empiezan a envejecer.
RESUMEN
APÉNDICE
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