Cancer de Mama

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Introducción

1. Planteamiento del problema

Según la OMS, el cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación


incontrolados de células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del
cuerpo. El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis
en puntos distantes del organismo. Muchos tipos de cáncer se podrían prevenir
evitando la exposición a factores de riesgo comunes como el humo de tabaco.
Además, un porcentaje importante de cánceres pueden curarse mediante cirugía,
radioterapia o quimioterapia, especialmente si se detectan en una fase temprana
(Organización Mundial de la Salud, s.f.).

El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo humano, el cual está
formado de trillones de células. Normalmente, las células humanas crecen y se
dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Cuando
las células normales envejecen o se dañan, mueren, y células nuevas las
remplazan. Muchos cánceres forman tumores sólidos, los cuales son masas de
tejido. Los cánceres de la sangre, como las leucemias, en general no forman
tumores sólidos (Instituto Nacional del Cáncer, 2015).

Los tumores cancerosos son malignos, lo que significa que se pueden extender a
los tejidos cercanos o los pueden invadir. Además, al crecer estos tumores,
algunas células cancerosas pueden desprenderse y moverse a lugares distantes
del cuerpo. Hay más de 100 tipos de cáncer. Los tipos de cáncer reciben, en
general, el nombre de los órganos o tejidos en donde se forman los cánceres
(Instituto Nacional del Cáncer, 2015).

Ahora, el cáncer de mama es el tumor que aparece en la mama, el órgano que


fabrica la leche para alimentar a los bebés en los meses siguientes a su
nacimiento. Pero también es una parte del cuerpo muy importante para la
autoimagen, la estética y la feminidad (Salvador-Vilallonga, 2020).
El cáncer de mama se subdivide en 2 tipos relativamente frecuentes que, a la vez,
se pueden separar según el grado de infiltración. Otros tipos son mucho menos
habituales:

 Existen dos tipos principales de cáncer de mama:

 El carcinoma ductal que comienza en los tubos (conductos) que llevan


leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de los cánceres de mama
son de este tipo.
 El carcinoma lobular comienza en partes de las mamas, llamadas lóbulos,
que producen leche.

En pocas ocasiones, otros tipos de cáncer pueden comenzar en otras zonas de la


mama. Una persona a la que se le ha diagnosticado un tumor o un cáncer
puede reaccionar con incredulidad, miedo, ansiedad, tristeza, depresión, rabia,
etc. Es normal responder de esta manera, ya que se trata de una enfermedad
grave y ésta reacción es la manera de adaptarse y de encajar la noticia. Puede
necesitar tiempo para aprender a afrontar el tratamiento y a sus consecuencias, el
impacto de la enfermedad en el entorno social y familiar, y el cambio en el
autoconcepto que implica (American Accreditation HealthCare Commission, 2020).

Después del tratamiento, algunas mujeres continuarán tomando medicamentos


por un tiempo. Todas las mujeres continuarán haciéndose exámenes de sangre,
mamografías y otros exámenes después del tratamiento para monitorear el
regreso del cáncer o el desarrollo de otro cáncer de mama (American
Accreditation HealthCare Commission, 2020).

El cáncer de mama es el que tiene más atención social y mediática, debido a la


presión de las mujeres para aumentar su conocimiento e investigación. Se han
creado muchos grupos de ayuda mútua y colectivos de mujeres afectadas que la
pueden ayudar. Una cosa tan sencilla como intercambiar experiencias puede ser
más útil de lo que parece para no sentirse sola al pasar por esta situación, siendo
que también puede contar con la ayuda de profesionales de la Psicología si lo
necesita (Salvador-Vilallonga, 2020).

1.1 Pregunta de investigación

¿Cuál es el impacto psicologico que sufren las mujeres diagnosticadas con cancer
de mama?

2. Objetivos

2.1 Objetivo general

Analizar la psicología de la mujer durante todo el procreso de tratamiento contra el


cancer de mama

2.2 Objetivos específicos:

 Analizar el pensamiento de la mujer al recibir la noticia, durante el


tratamiento y una vez curada
 Analizar la discusión personal sobre “tomar el tratamiento o no”
 Analizar sus relaciones sociales durante el tratamiento
 Analizar el aumento de pensamientos pesimistas o de suicidio
3. Metodología
4. Marco teórico

Capítulo 1: Cáncer de mama

1.1 Historia del cáncer de mama

El cáncer de mama es uno de los cánceres tumorales que se conoce desde


antiguas épocas. La descripción más antigua del cáncer proviene de Egipto, del
1600 a. C. aproximadamente. El papiro Edwin Smith describe 8 casos de tumores
o úlceras del cáncer que fueron tratados con cauterización, con una herramienta
llamada "la horquilla de fuego". El escrito dice sobre la enfermedad: «No existe
tratamiento» cuando el tumor es sangrante, duro e infiltrante. A lo mínimo un caso
descrito es de un hombre. También se hacen descripciones en el antiguo Egipto y
en el papiro Ebers (Greaves, Mel, 2004).

Más tarde Hipócrates describe varios casos y apunta que las pacientes con el


cáncer extendido y profundo no deben ser tratadas pues viven por más tiempo. En
su obra Enfermedades de la mujer, Hipócrates prestó atención al karkinoma de
mama avanzado (Fernandez, 2000)

El médico Galeno fue el primero en utilizar el término “cáncer”, del latín cancrum,


por la asociación con los cangrejos. Las ideas de Galeno eran diferentes de las de
Hipócrates y los egipcios. Aulo Cornelio Celso en el siglo I y Galeno en el siglo II
refirieron la extirpación de los tumores mamarios y el uso del cauterio para la
cirugía mamaria. Celso creía que una intervención imprudente sobre el cáncer
podría ser dañina y exasperar el tumor. (Junceda, 1984).

Se atribuye a Leónidas de Alejandría, médico griego, el primer procedimiento


quirúrgico registrado para el cáncer de mama, antecedente de la
moderna mastectomía. Con eso se distanciaba de los tratamientos o
medicaciones usadas comúnmente hasta entonces, como baños tibios o aceite de
ricino, entre otros. Además, Leónidas señaló la retracción del pezón como signo
de malignidad para un tumor mamario. En el siglo VI, Aecio de Amida señaló la
posibilidad de que en el cáncer de mama coexistan tumefacciones satélites en el
hueco axilar. En el siglo VII, el cirujano bizantino Pablo de Egina buscó
perfeccionar la técnica de extirpación del cáncer de mama mediante el raspado de
los ganglios de la axila.

Hasta las teorías del Galen del siglo XVII en cáncer de pecho fueron creídos. En
1680, el médico francés Francois de la Boe Sylvius comenzó a desafiar la teoría
humoral del cáncer. Él presumió que el cáncer no vino de un exceso de la bilis
negra. Él sugirió que viniera de un proceso químico que transformó los líquidos
linfáticos de ácido a acre. En 1730, el médico Claude-Deshais Gendron de París
también rechazó la teoría sistémica de Galen y dijo que el cáncer se convirtió
cuando el nervio y el tejido glandular se mezclaron con los buques de linfa.
(Greaves, 2000)

En 1713, Bernardino Ramazzini, había desarrollado una hipótesis en la que la alta


frecuencia del cáncer de pecho en monjas era debido a la falta de sexo.
Ramazzini dijo que, sin actividad sexual regular, los órganos reproductivos,
incluyendo el pecho pueden decaer y desarrollar cánceres. Otro investigador
Friedrich Hoffman de Prusia postuló que las mujeres que tenían el sexo regular,
pero cáncer todavía desarrollado practicaban el sexo “vigoroso”. Esto podía llevar
al bloqueo linfático.

Otras teorías incluyeron a Juan Morgagni que culpaba la leche cuajada, Johanes
de Gorter culpaba inflamaciones pus-llenadas en el pecho, Claude-Nicolás Le Cat
de Ruán culpaba los trastornos mentales depresivos, Lorenz Heister culpaba
infertilidad, pero otros lo atribuían a una forma de vida sedentaria.

Era en 1757 cuando Enrique Le Dran, médico francés de cabeza sugirió que el
retiro quirúrgico del tumor podría ayudar a tratar el cáncer de pecho, mientras los
ganglios linfáticos infectados de las axilas fueran quitados. Claude-Nicolás Le Cat
sostuvo que la terapia quirúrgica era el único método para tratar este cáncer. Esto
duró bien en el siglo XX y llevó a la creación de la mastectomía radical o al retiro
extenso del pecho.
Por mediados del siglo XIX, la cirugía era la opción disponible para el cáncer de
pecho. El revelado de la transfusión del antiséptico, de la anestesia y de sangre
durante este tiempo también hizo supervivencia después de una cirugía más
posible.

Guillermo Halstead de Nueva York hizo cirugía radical del pecho el patrón oro por
los 100 años próximos. Él desarrolló la mastectomía radical que quitó el pecho, los
nodos axilares (nodos en las axilas), y ambos músculos del pecho en un único
procedimiento del bloque del en o en una pieza única para prevenir la extensión
del cáncer mientras que quitaba cada uno de éstos individualmente.

La mastectomía radical era el apoyo principal del tratamiento para las cuatro
décadas iniciales del siglo XX. Aunque la mastectomía radical ayudara a mujeres
a sobrevivir más de largo, especialmente si estuvieron realizadas temprano,
muchas mujeres no la eligieron puesto que las dejó desfiguradas.

En 1895, el cirujano escocés George Beatson descubrió que eso la eliminación de


los ovarios a partir del uno de sus pacientes encogió su tumor del pecho. Como
esto alcanzada gran popularidad, muchos cirujanos comenzaron a quitar ambos
ovarios y a realizar una mastectomía radical para los cánceres de pecho. Esta
reducción del tumor después de que el retiro de los ovarios fuera debido al hecho
que estrógeno de los ovarios ayudados en el incremento del tumor y su retiro
ayudado para reducir la talla del tumor.

Qué vino después era ése en estas mujeres sin los ovarios, estrógeno fue
producido por los casquillos de los prensaestopas suprarrenales. En 1952 Charles
Huggins comenzó a quitar el casquillo de los prensaestopas suprarrenal de una
mujer (adrenalectomia) en un esfuerzo de morir de hambre el tumor del estrógeno.
Rolf Lefft y Herberto Olivecrona comenzaron a quitar la glándula pituitaria - otro
sitio del estímulo de la producción del estrógeno.
En 1955, George Crile sugirió que el cáncer no fuera localizado, pero se extiende
bastante en la carrocería. Bernard Fisher también sugirió la capacidad del cáncer
para extenderse por metástasis. En 1976, Fisher publicó resultados usando una
cirugía pecho-conservadora más simple seguida por la radiación o la
quimioterapia. Él observó que éstos eran apenas tan efectivos como mastectomía
radical.

Con advenimiento del remedio moderno, en 1995, el menos de 10 por ciento de


mujeres cáncer-infligidas pecho tenía una mastectomía. Esta vez también
consideró el revelado de las terapias nuevas para el cáncer de pecho incluyendo
tratamientos hormonales, cirugías y terapias biológicas. La mamografía también
fue desarrollada para la detección temprana de los cánceres. Los científicos
entonces aislaron los genes que causan el cáncer de pecho: BRCA 1, BRCA2 y
atmósfera

1.2 Definición de cáncer

El cáncer de seno (mama) se origina cuando las células mamarias comienzan a


crecer sin control. Las células cancerosas del seno normalmente forman un tumor
que a menudo se puede observar en una radiografía o se puede palpar como una
masa o bulto. El cáncer de seno ocurre casi exclusivamente en las mujeres,
pero los hombres también lo pueden padecer. (Fernández-Cid, 2000)

Es importante que sepa que la mayoría de los bultos en los senos son benignos y
no cancerosos (malignos). Los tumores no cancerosos de los senos (benignos)
son crecimientos anormales, pero no se propagan fuera de los senos. Estos
tumores no representan un peligro para la vida, aunque algunos tipos de bultos
benignos pueden aumentar el riesgo de una mujer de padecer cáncer de seno.
Cualquier bulto o cambio en el seno debe ser examinado por un profesional de
atención médica para saber si es benigno o maligno (cáncer), y si podría afectar
su riesgo futuro de padecer cáncer. Para más información, consulte Afecciones no
cancerosas del seno.
Los cánceres de seno pueden originarse en diferentes partes del seno.

 La mayoría de los cánceres de seno comienza en los conductos que llevan


la leche hacia el pezón (cánceres ductales)

 Algunos cánceres se originan en las glándulas que producen leche


(cánceres lobulillares)

 También hay otros tipos de cáncer de seno que son menos comunes como
el tumor filodes y el angiosarcoma

 Un pequeño número de cánceres comienza en otros tejidos del seno. A


estos cánceres se les llama sarcomas y linfomas, y en realidad no se
consideran cánceres de seno.

Aunque muchos tipos de cáncer de seno pueden causar un bulto en el seno, no


todos lo hacen. Consulte Signos y síntomas del cáncer de seno para saber a qué
debe prestar atención y cuándo informar a su médico. Muchos cánceres de seno
también se descubren en mamogramas de detección que pueden mostrar los
cánceres en etapas más tempranas, a menudo antes de que puedan palparse, y
antes de que se presenten síntomas.

El tipo de tejido en el cual surge el cáncer de mama determina la forma en que se


comporta el cáncer y qué tratamientos son más eficaces. Entre las partes de la
mama en las que comienza el cáncer se incluyen las siguientes:

 Conductos mamarios. El carcinoma ductal es el tipo más común de cáncer


de mama. Este tipo de cáncer se forma en el revestimiento de un conducto
mamario, dentro de la mama. Los conductos transportan leche materna desde
los lóbulos, donde se produce, hasta el pezón.
El carcinoma ductal puede permanecer dentro de los conductos como cáncer
no invasivo (carcinoma ductal in situ) o bien puede salirse de los conductos
(carcinoma ductal invasivo).

 Lóbulos productores de leche. El carcinoma lobular se origina en los lóbulos


de la mama, donde se produce la leche materna. Cuando sale de los lóbulos,
se lo considera un carcinoma lobular invasivo. Los lóbulos están conectados a
los conductos, que transportan la leche materna hasta el pezón.

 Tejidos conectivos. En raras ocasiones, el cáncer de mama puede


originarse en el tejido conectivo que está compuesto de músculos, grasa y
vasos sanguíneos. El cáncer que se origina en el tejido conectivo se llama
sarcoma. Entre los ejemplos de sarcomas que pueden producirse en la mama
se incluyen el tumor filodes y el angiosarcoma.

Cuando se examina una muestra del cáncer de mama a través del microscopio,
esto es lo que busca el patólogo:

 Células cancerosas de aspecto particular. Algunos subtipos de cáncer de


mama se denominan según la apariencia que presentan a través del
microscopio. Entre los subtipos se incluyen tubular, mucinoso, medular y
papilar. El subtipo le brinda a tu médico algunos indicios acerca de tu
pronóstico y de qué forma las células pueden responder al tratamiento.

 El grado de diferencia entre las células cancerosas y las células


normales. El grado de diferencia de tus células cancerosas respecto de las
células normales se denomina grado del cáncer. El cáncer de mama oscila en
una escala de grado que va de 1 a 3, en la cual los tipos de cáncer de grado 3
son los que presentan la mayor diferencia y se consideran los más agresivos.

En algunos casos, el cáncer de mama es sensibles a las hormonas femeninas que


se producen naturalmente en el cuerpo: estrógeno y progesterona. Las células del
cáncer de mama tienen receptores en la parte exterior de sus paredes que pueden
captar hormonas específicas que circulan en el cuerpo.
Saber que el cáncer de mama es sensible a las hormonas le da al médico una
mejor idea de cómo tratar mejor el cáncer o prevenir su recurrencia. El estado
hormonal del cáncer de mama incluye lo siguiente:

 Receptor de estrógeno positivo. Las células de este tipo de cáncer de


mama tienen receptores que les permiten usar la hormona estrógeno para
crecer. El tratamiento con la terapia hormonal antiestrogénica (endocrina)
puede impedir el crecimiento de las células cancerosas.

 Receptor de progesterona positivo. Este tipo de cáncer de mama es


sensible a la progesterona, y las células tienen receptores que les permiten
utilizar esta hormona para crecer. El tratamiento con la terapia endocrina
impide el crecimiento de las células cancerosas.

 Receptor hormonal negativo. Este tipo de cáncer no tiene receptores


hormonales; por lo tanto, no se verá afectado por los tratamientos endocrinos
que tienen por objetivo bloquear las hormonas en el cuerpo.

Los médicos apenas comienzan a comprender de qué forma los cambios


individuales en el ADN dentro de las células cancerosas pueden usarse un día
para determinar las opciones de tratamiento. Al analizar los genes de las células
cancerosas, los médicos esperan encontrar formas de abordar aspectos
específicos de las células cancerosas para destruirlas.

En un laboratorio, se puede analizar una muestra de tu tejido tumoral obtenida a


partir de un procedimiento de biopsia en busca de lo siguiente:

 Gen HER2. Las células cancerosas que tienen demasiadas copias del


gen HER2 (cáncer HER2 positivo) producen demasiada cantidad de la proteína
de crecimiento denominada HER2. Los medicamentos de terapia dirigida
sirven para anular la proteína HER2 y así reducir el crecimiento de las células
cancerosas y destruirlas.
 Otros marcadores tumorales. Los investigadores estudian modos de
interpretar la conformación genética de las células tumorales. Los médicos
esperan que esta información pueda usarse para predecir qué tipos de cáncer
se propagarán y cuáles pueden requerir tratamientos más agresivos. De ese
modo, las mujeres que padecen cáncer de mama con un riesgo relativamente
bajo pueden evitar tratamientos agresivos.

Existen análisis que examinan la conformación genética del cáncer de mama,


pero no se recomiendan en todas las situaciones. Pregunta a tu médico si este
tipo de análisis puede resultar útil en tu caso.

Cada vez más los médicos usan información genética sobre las células del cáncer
de mama para categorizar este tipo de cáncer. Estos grupos ayudan a tomar
decisiones sobre qué tratamientos son los más adecuados. Entre los grupos de
cáncer de mama se incluyen los siguientes:

 Grupo 1 (luminal A). Este grupo incluye tumores que son positivos para el
receptor de estrógeno (ER) y positivos para el receptor de progesterona (PR),
pero negativos para el receptor del factor de crecimiento epidérmico 2 (HER2).
Los pacientes con cáncer de mama luminal A, tienen probabilidad de
beneficiarse de tratamientos hormonales y también de la quimioterapia.

 Grupo 2 (luminal B). Este tipo incluye tumores que son ER positivos, PR


negativos y HER2 positivos. Los pacientes con cáncer de mama luminal B
tienen probabilidad de beneficiarse de la quimioterapia y también del
tratamiento hormonal y el tratamiento dirigido al HER2.

 Grupo 3 (HER2 positivo). Este tipo incluye los tumores que son ER


negativos y PR negativos, pero HER2 positivos. Los pacientes con cáncer de
mama HER2 tienen probabilidad de beneficiarse de la quimioterapia y el
tratamiento dirigido al HER2.

 Grupo 4 (tipo basal). Este tipo, que también se denomina cáncer de mama


triple negativo, incluye tumores que son ER negativos, PR negativos y HER2
negativos. Los pacientes con cáncer de mama de tipo basal tienen probabilidad
de beneficiarse de la quimioterapia.

1.3 Factores de riesgo

Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta la probabilidad de que una


persona desarrolle cáncer. Si bien los factores de riesgo con frecuencia influyen
en el desarrollo del cáncer, la mayoría no provocan cáncer de forma directa.
Algunas personas con varios factores de riesgo nunca desarrollan cáncer,
mientras que otras personas sin factores de riesgo conocidos desarrollan cáncer.
Conocer los factores de riesgo y hablar con el médico al respecto puede ayudarlo
a tomar decisiones más informadas sobre las opciones de estilo de vida y atención
médica (Tejerina, 1992).

La mayoría de los casos de cáncer de mama son esporádicos, lo que significa que
se desarrollan a partir del daño a los genes de una persona que se produce por
casualidad después del nacimiento. No hay riesgo de transmitir este gen a los
hijos de la persona.

Los casos de cáncer de mama hereditario son menos frecuentes, y representan


entre el 5 % y el 10 % de los casos de cáncer. Los casos de cáncer de mama
hereditario aparecen cuando se transmiten cambios genéticos, llamados
mutaciones, dentro de una familia, del padre o la madre al hijo. Muchas de estas
mutaciones se encuentran en los genes de supresión de tumores, tales como
el BRCA1 o el BRCA2. Normalmente, estos genes evitan que las células crezcan
fuera de control y se transformen en cáncer. Pero cuando dichas células
presentan una mutación, pueden desarrollarse sin control.

Los siguientes factores pueden elevar el riesgo de que una mujer desarrolle
cáncer de mama:

 Edad
El riesgo de padecer cáncer de mama se incrementa con la edad, pero el cáncer
de mama tiende a ser más agresivo cuando ocurre en mujeres jóvenes. La
mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de
más de 50 años. Las mujeres tienen 100 veces más probabilidades de sufrir
cáncer de mama que los hombres.

Para una mujer que vive más allá de los 90 años la probabilidad de tener cáncer
de mama durante toda su vida es de 12,5 % o 1 en 8.

Un tipo de cáncer de mama que ocurre y es especialmente agresivo y


desproporcional en las mujeres jóvenes es el cáncer de mama inflamatorio. Suele
ser descubierto en el estadio III o estadio IV. También es característico porque
normalmente no se presenta con masa por lo tanto no es detectado
con mamografía o ecografía. Se presenta con los signos y síntomas de
una mastitis.

 Antecedentes personales de cáncer de mama.

Una mujer que ha tenido cáncer en una mama presenta un riesgo más elevado de
presentar un nuevo cáncer en cualquiera de las mamas.

 Antecedentes familiares de cáncer de mama.

El cáncer de mama puede ser hereditario si su familia tiene una o más de las
siguientes características:

 Parientes de primer grado, como madres, hermanas e hijos, a quienes


se les haya diagnosticado cáncer de mama o de ovarios, en especial antes
de los 50 años. Si 2 parientes de primer grado desarrollaron cáncer de
mama, el riesgo es de 5 veces el riesgo promedio.

 Muchos parientes cercanos a quienes se les haya diagnosticado cáncer


de mama o de ovarios, en especial antes de los 50 años. Los parientes
cercanos incluyen abuelos, tíos y tías, sobrinos y sobrinas, nietos y primos.
 Un integrante de la familia que haya desarrollado cáncer de mama en
ambas mamas.

 Un pariente hombre que haya desarrollado cáncer de mama. Es incierto


cuánto aumenta el riesgo de una mujer de tener cáncer de mama cuando
un hombre en la familia tiene cáncer de mama, a menos que se deba a una
mutación hereditaria.

Si un hombre en su familia ha desarrollado cáncer de mama o una mujer ha


desarrollado cáncer de mama de forma temprana o ha desarrollado cáncer de
ovario, es importante que hable con su médico. Esto podría ser un signo de que su
familia porta una mutación hereditaria del gen del cáncer de mama,
como BRCA1 o BRCA2.

Al observar los antecedentes familiares, también es importante considerar el lado


paterno de la familia. El lado paterno es igual de importante que el lado materno
en la determinación del riesgo personal de desarrollar cáncer de mama.

 Riesgo hereditario/predisposición genética.

Existen varios genes hereditarios vinculados con un aumento del riesgo de


desarrollar cáncer de mama, así como otros tipos de cáncer. Los genes
BRCA1 o BRCA2 son las mutaciones conocidas más frecuentes. Las mutaciones
de estos genes se vinculan con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de
mama y ovario, así como otros tipos de cáncer. El riesgo de que un hombre
desarrolle cáncer de mama (en inglés), así como el riesgo de que tenga cáncer de
próstata, también aumenta si presenta mutaciones de estos genes (Cancer.net,
s.f.).

Otras mutaciones de los genes o enfermedades hereditarias pueden aumentar el


riesgo de una persona de padecer cáncer de mama. Son mucho menos frecuentes
que los genes BRCA1 o BRCA2, y no aumentan tanto el riesgo de cáncer de
mama.
 Síndrome de Lynch (en inglés), relacionado con los
genes MLH1, MSH2, MSH6 y PMS2.

 Síndrome de Cowden (Cowden syndrome, CS; en inglés), relacionado


con el gen PTEN.

 Síndrome de Li-Fraumeni (Li-Fraumeni syndrome, LFS; en inglés),


relacionado con el gen TP53.

 Síndrome de Peutz-Jeghers (Peutz-Jeghers syndrome, PJS; en inglés),


relacionado con el gen STK11.

 Ataxia telangiectasia (A-T; en inglés), relacionada con el gen ATM.

 Cáncer gástrico difuso hereditario (en inglés), relacionado con el


gen CDH1.

 Gen PALB2.

 Gen CHEK2.

También existen otros genes que pueden provocar un mayor riesgo de desarrollar
cáncer de mama. Es necesario realizar más investigaciones para comprender
cómo aumentan el riesgo de una persona. Por ejemplo, una persona puede
heredar una mutación del gen, pero no desarrollar cáncer de mama. Las
investigaciones también siguen en curso para encontrar otros genes que puedan
influir en el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Se pueden realizar pruebas
genéticas (en inglés) mediante análisis de sangre para conocer las mutaciones de
los genes BRCA1 y BRCA2, además de genes relacionados con otros síndromes
hereditarios. Es posible que su médico le recomiende una prueba llamada “prueba
con paneles”. Una prueba con paneles examina las mutaciones de varios genes
diferentes al mismo tiempo. Existen diferentes pruebas con paneles que puede
recomendar su médico. No obstante, estas pruebas no son recomendables para
todas las personas y se sugiere hacerlas solo después de haber recibido
asesoramiento genético adecuado.
Si una mujer descubre que tiene una mutación genética, es posible que existan
medidas que pueda tomar para reducir el riesgo de padecer cáncer de mama y de
ovario. Quizá necesite un programa de detección del cáncer de mama diferente
del de la población general, como realizarse pruebas con más frecuencia,
comenzar las pruebas de detección a una edad más temprana o someterse a
diferentes tipos de pruebas de detección.

 Antecedentes personales de cáncer de ovario. 

Las mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 pueden aumentar en gran medida


el riesgo de desarrollar tanto cáncer de ovario como de mama (en inglés). Por lo
tanto, las mujeres con un diagnóstico de cáncer de ovario hereditario producto de
una mutación del gen BRCA corren un mayor riesgo de también padecer cáncer
de mama. Las mujeres con cáncer de mama que no heredaron una mutación de
los genes BRCA1 o BRCA2, por lo general, no tienen un riesgo mayor de
desarrollar cáncer de ovario.

 Menstruación temprana y menopausia tardía. 

Las mujeres que comenzaron a menstruar antes de los 11 o 12 años, o llegaron a


la menopausia después de los 55 años tienen un mayor riesgo de padecer cáncer
de mama. Esto se debe a que las células mamarias están expuestas al estrógeno
y a la progesterona durante un tiempo más prolongado. El estrógeno y la
progesterona son hormonas femeninas que controlan el desarrollo de las
características sexuales secundarias, como el desarrollo de las mamas, y del
embarazo. La producción de estrógeno y de progesterona de una mujer se reduce
con la edad, con una pronunciada disminución cerca del período de la
menopausia. La exposición más prolongada a estas hormonas aumenta el riesgo
de padecer cáncer de mama.

 Edad o duración del embarazo. 


Las mujeres que tuvieron su primer embarazo después de los 35 años o las que
nunca tuvieron un embarazo a término corren más riesgo de padecer cáncer de
mama. El embarazo puede ayudar a proteger contra el cáncer de mama porque
empuja a las células mamarias hacia la última fase de maduración.

 Terapia de reemplazo hormonal después de la menopausia. 

El uso de la terapia hormonal con estrógeno y progestina después de la


menopausia, a veces denominada terapia hormonal posmenopáusica o terapia
hormonal de reemplazo, en los últimos 5 años o durante varios años, aumenta el
riesgo de que una mujer tenga cáncer de mama. De hecho, la cantidad de
diagnósticos nuevos de cáncer de mama se ha reducido sustancialmente debido a
la menor cantidad de mujeres que reciben terapia hormonal posmenopáusica. Sin
embargo, las mujeres que han tomado solo estrógenos, sin haber recibido antes
progestina, por hasta 5 años (porque se les ha extirpado el útero por otros
motivos) parecen tener un riesgo ligeramente menor de padecer cáncer de mama.

 Anticonceptivos orales o pastillas anticonceptivas.

 Algunos estudios sugieren que los anticonceptivos orales aumentan levemente el


riesgo de padecer cáncer de mama, mientras que otros no han mostrado relación
entre el uso de anticonceptivos orales para prevenir el embarazo y el desarrollo de
cáncer de mama. Este tema aún es objeto de investigación.

 Raza y origen étnico. 

El cáncer de mama es el diagnóstico de cáncer más frecuente en las mujeres, a


excepción del cáncer de piel, independientemente de la raza. Las mujeres de raza
blanca tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres
de raza negra, pero entre las mujeres menores de 45 años, la enfermedad es más
frecuente en las mujeres de raza negra que en las mujeres jóvenes de raza
blanca. Las mujeres de raza negra también tienen más probabilidades de morir a
causa de la enfermedad. Los motivos de las diferencias de supervivencia incluyen
diferencias en la biología, otras afecciones de salud y factores socioeconómicos
que afectan el acceso a la atención médica.

Las mujeres de herencia judía asquenazi o de Europa del Este también tienen un
mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama debido a que son más propensas a
haber heredado una mutación del gen BRCA. Es menos común que se
diagnostique el cáncer de mama en mujeres hispánicas, isleñas asiáticas o del
Pacífico y en mujeres nativas indígenas de América del Norte y de Alaska. Tanto
las mujeres de raza negra como las hispánicas son más propensas a recibir un
diagnóstico de tumores más grandes y de cáncer en una fase más avanzada que
las mujeres de raza blanca.

Sin embargo, las mujeres hispánicas en general tienen mejores tasas de


supervivencia que las mujeres de raza blanca. Los diagnósticos de cáncer de
mama han aumentado en la segunda generación de mujeres isleñas asiáticas y
del Pacífico e hispánicas, por razones aún desconocidas. Sin embargo, el
aumento probablemente se relacione con los cambios en la dieta y el estilo de vida
asociados con la vida en los Estados Unidos.

 Hiperplasia atípica de la mama. 

Este diagnóstico aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama en el futuro. Se


caracteriza por la presencia de células anormales, pero no cancerosas, que se
encuentran en una biopsia de la mama.

LCIS. Este diagnóstico hace referencia a las células anormales presentes en los


lobulillos o en las glándulas mamarias. El LCIS en una mama aumenta el riesgo de
desarrollar cáncer de mama invasivo en cualquiera de las mamas en el futuro. Si
se encuentra LCIS durante una biopsia, se puede extirpar para verificar la
presencia de otros cambios. Se puede recomendar un tratamiento adicional. Hable
con el médico sobre la mejor manera de monitorear esta enfermedad.

 Densidad de la mama.
El tejido mamario denso puede dificultar la detección de un tumor en las pruebas
estándares por imágenes, como una mamografía. La densidad de la mama puede
deberse a mayores niveles de estrógeno más que a un factor de riesgo particular
y, por lo general, se reduce con la edad. Algunos estados exigen que los
resultados de las mamografías incluyan información sobre la densidad de la
mama, si los resultados muestran que una mujer tiene tejido mamario denso. Los
investigadores están evaluando si reducir la densidad de la mama también podría
reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

 Factores del estilo de vida.

Al igual que con otros tipos de cáncer, los estudios continúan mostrando que
diversos factores del estilo de vida pueden contribuir al desarrollo de cáncer de
mama.

 Peso. Estudios recientes han demostrado que las mujeres


posmenopáusicas con sobrepeso u obesidad tienen mayor riesgo de
padecer cáncer de mama. Estas mujeres también tienen un mayor riesgo
de que el cáncer reaparezca después del tratamiento.

 Actividad física. La disminución de la actividad física se asocia con el


aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama y con un riesgo mayor
de que el cáncer reaparezca después del tratamiento. La actividad física
regular puede proteger a las mujeres del cáncer de mama ayudándolas a
mantener un peso corporal saludable, disminuyendo los niveles hormonales
o provocando cambios en el metabolismo o los factores inmunológicos de la
mujer.

 Alcohol. La investigación actual sugiere que consumir más de 1 o


2 bebidas alcohólicas por día, lo que incluye cerveza, vino y licor, aumenta
el riesgo de padecer cáncer de mama, así como también el riesgo de que el
cáncer reaparezca después del tratamiento.
 Alimentos. No hay una investigación confiable que confirme que comer o
evitar determinados alimentos reduzca el riesgo de desarrollar cáncer de
mama o de que el cáncer reaparezca después del tratamiento. Sin
embargo, comer más frutas y verduras y menos grasas animales se asocia
con muchos beneficios para la salud.

 Factores socioeconómicos.

Las mujeres más adineradas de todos los grupos raciales y étnicos tienen un
mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que las mujeres menos adineradas
de los mismos grupos. Se desconocen los motivos de estas diferencias. Pero
estas diferencias pueden deberse a variaciones en la dieta, las exposiciones
ambientales y otros factores de riesgo, como la densidad de la mama. Las mujeres
que viven en la pobreza tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico en un
estadio avanzado y menos probabilidades de sobrevivir a la enfermedad que las
mujeres más adineradas. Esto se debe posiblemente a múltiples factores, entre
ellos factores relacionados con el estilo de vida, otras afecciones de salud como la
obesidad, y a la biología del tumor. El acceso a la atención médica y la
disponibilidad de tratamiento cumplen roles adicionales.

 Exposición a la radiación a temprana edad.

La exposición a radiación ionizante a edades tempranas puede aumentar el riesgo


de que la mujer contraiga cáncer de mama. Por ejemplo, la radiación terapéutica
en el tórax por linfoma de Hodgkin puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.

La cantidad mínima de radiación que recibe una mujer durante la mamografía


anual no se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de
mama.

1.4 Tratamiento del cáncer de mama

Existen varios tipos de tratamientos contra el cáncer de mama. Se utilizan diversas


definiciones respecto al tratamiento:
 Tratamiento Local: se refiere al tratamiento dirigido al tumor en su lugar de
origen o en alguna localización determinada. La cirugía y la radioterapia son
ejemplos de ello.

 Tratamiento Sistémico: se refiere al tratamiento que afecta a todo el


organismo. La quimioterapia y la hormonoterapia son tratamientos
sistémicos.

 Tratamiento Adyuvante: se llama así al tratamiento sistémico y/o local


administrado tras el primer tratamiento. El objetivo de este tratamiento es
profiláctico, tanto a nivel sistémico como local, es decir, pretende reducir el
riesgo de recidiva del cáncer de mama.

 Tratamiento Neoadyuvante: consiste en administrar un tratamiento


sistémico antes de un tratamiento local, con el objetivo de reducir el tamaño
del tumor antes de la cirugía.

Tratamientos del cáncer de mama:

 Tratamiento quirúrgico

La cirugía a nivel de la mama es una intervención quirúrgica mayor, por lo que es


necesario un ingreso hospitalario durante un tiempo que puede variar de una
enferma a otra, pero por lo general suele ser menor de una semana. Asimismo, es
necesaria una anestesia, que siempre será de tipo general.

Antes de la intervención, es preciso realizar un estudio denominado estudio


preoperatorio que consiste, generalmente, en un análisis de sangre y de
coagulación, un electrocardiograma y una radiografía de tórax.

Previamente a la cirugía, debes preguntar y recibir toda la información sobre la


técnica quirúrgica mediante la cual vas a ser intervenida, los riesgos y
complicaciones que conlleva la intervención, las secuelas que pueden permanecer
y las recomendaciones adecuadas para minimizar dichas complicaciones.
En la actualidad, los pacientes deben firmar un documento, llamado
consentimiento informado, donde consta, por escrito, toda la información aportada
por el especialista. En él reconocen haber recibido y comprendido la información
expuesta y aceptan recibir dicho tratamiento. Es conveniente estar seguros antes
de firmar dicho documento y recibir el tratamiento. 

 Cirugía conservadora

Este tipo de intervención consiste en la extirpación del tumor con un margen de


tejido mamario sano, más o menos amplio, manteniendo intacto el resto de la
mama. Puede ser una tumorectomía (extirpación del tumor y un margen de tejido
sano), o una cuadrantectomía (extirpación de un cuadrante de tejido mamario en
el que se incluye el tumor).

La cirugía conservadora siempre se ha de complementar con un tratamiento de


radioterapia, con el objetivo de destruir las células tumorales que puedan quedar
en la mama. En caso de que la paciente necesite tratamiento adyuvante con
quimioterapia, la radioterapia puede ser necesario aplazarla.

La realización de la cirugía conservadora, depende de una serie de factores como


es la localización del tumor, el tamaño de las mamas, la estética tras la
intervención, etc.  El cirujano, junto con el paciente, valorará esta posibilidad.

La tendencia actual es que cada vez se emplee más la cirugía conservadora para


el tratamiento del cáncer de mama.

 Mastectomía

Consiste en la extirpación de toda la mama. Puede ser de dos tipos:

1. Mastectomía radical modificada: Es la más utilizada. En ella se extirpa la


mama.

2. Mastectomía radical (también denominada mastectomía tipo Halsted):


consiste en la extirpación de la mama, de los músculos pectorales y de los
ganglios axilares. Esta técnica se utilizaba mucho en el pasado, pero no en
el momento actual. Los efectos secundarios de alteración de la imagen
corporal, alteraciones en la movilidad del miembro superior, edema
etcétera, son muy frecuentes.

Existe la posibilidad de que sea necesario un tratamiento con radioterapia tras


la mastectomía, aunque esto ocurre en un porcentaje bajo de pacientes.

 Cirugía axilar: Sea cual sea el tipo de intervención, debe realizarse la


valoración del estado de los ganglios axilares.

Dependiendo del estado clínico de la axila se realizará una biopsia selectiva


del ganglio centinela (muy frecuente en la actualidad) o una linfadenectomía.

 Linfadenectomía

El paquete ganglionar axilar es grande. Dependiendo de la accesibilidad se


suelen extirpar entre 10 y 40 ganglios linfáticos. 

Actualmente solo se realiza linfadenectomía cuando existe una sospecha clínica


fundada o se ha confirmado infiltración tumoral de los ganglios axilares mediante
una punción de los mismos. Tras este tratamiento es recomendable tomar una
serie de precauciones para evitar que aparezca una linfedema.

 Ganglio centinela

Es una técnica, cada vez más empleada, cuyo objetivo es identificar el ganglio


axilar sobre el que, en primer lugar, drena la mama. Si este ganglio está afectado
por el mismo, en general es necesario realizar un estudio del resto de los ganglios
de la axila. Si no está afectado no se puede realizar linfadenectomía. 

De esta manera, en los casos en que no se realice vaciamiento axilar, el riesgo de


efectos secundarios derivados de la extracción de ganglios linfáticos es mínimo.

La base de esta exploración es la siguiente:


1. Si el Ganglio Centinela es negativo (sin invasión tumoral) el resto de la
cadena también lo será, con las implicaciones pronósticas y terapéuticas
que ello conlleva. 
2. Si el Ganglio Centinela es positivo, el resto de la cadena puede o no serlo,
pero se debe proceder a la linfadenectomía de la zona y a las actuaciones
terapéuticas adicionales que procedan.

El índice de concordancia entre el estado real de la axila y la del ganglio


centinela se sitúa en torno al 97%. Sin embargo, uno de los temas que preocupa
en la utilización de esta técnica es la existencia de falsos negativos (dar un
resultado negativo cuando en realidad hay afectación axilar), cuya cifra en los
grupos con experiencia es inferior al 5%.

Cuando el cirujano te recomiende alguna de estas técnicas, seguramente te


explicará con profundidad los detalles de las mismas. Este es un buen momento
para realizar preguntas y expresar todas tus dudas. Disponer de la suficiente
información evita la aparición de temores infundados.

 Radioterapia

La radioterapia es la utilización de radiaciones ionizantes para el tratamiento, local


o locorregional, de determinados tumores empleando rayos X de alta energía.

Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los
tejidos sanos que rodean a dicho tumor. Para saber más sobre este tratamiento,
visita nuestra sección sobre radioterapia.

 Radioterapia intraoperatoria en cáncer de mama

En los últimos años ha empezado a ganar terreno un nuevo enfoque del


tratamiento para el cáncer de mama. Los métodos quirúrgicos más radicales están
siendo sustituidos por cirugías menos invasivas que permiten conservar la mama
(BCS). Se ha observado que más del 90% de las recidivas locales tras cirugía
conservadora se producen cerca o en el lecho quirúrgico, lo que demuestra que la
irradiación parcial de la mama (el lecho del tumor con margen) es suficiente para
conseguir un control adecuado de la enfermedad. 

Existen numerosas técnicas de irradiación parcial de la mama con buenos


resultados, como la braquiterapia (se introduce la fuente radiactiva mediante
vectores en la mama) o la radioterapia externa con procedimientos de alta
tecnología como VMAT (radioterapia volumétrica) o IMRT (radioterapia de
intensidad modulada).  Otra técnica es la  RIO  (radioterapia  intraoperatoria), que
permite a la paciente recibir todo el tratamiento radioterápico en una única fracción
durante la cirugía y directamente sobre el lecho tumoral, una vez se ha realizado
la exéresis quirúrgica. 

Existen varias modalidades de RIO, siendo las más estudiadas y extendidas la


terapia con electrones (intraoperative electrons radiotherapy o IOERT) y la terapia
de rayos X de baja energía (targeted intraoperative radiotherapy o TARGIT). 
Con la técnica de irradiación parcial de la mama se reduce el campo y el volumen
de tratamiento. También disminuye la irradiación del tejido próximo sano, como
corazón, pulmón o la mama contralateral. Por tanto, se reduce también el riesgo
de toxicidad, incrementando la calidad de vida de las pacientes y permitiendo
acortar el tiempo total de tratamiento.

 Quimioterapia

La quimioterapia es una de las modalidades terapéuticas más empleadas en el


tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de
fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o
desaparición de la enfermedad. A los fármacos empleados en este tipo de
tratamiento se les denomina fármacos antineoplásicos o quimioterápicos.

Estos fármacos llegan a prácticamente todos los tejidos del organismo y ahí es
donde ejercen su acción, tanto sobre las células malignas como sobre las sanas.
Debido a la acción de los medicamentos sobre éstas últimas, pueden aparecer
una serie de síntomas más o menos intensos y generalmente transitorios,
denominados efectos secundarios.

 Hormonoterapia

La hormonoterapia consiste en la administración, generalmente por vía oral, de


hormonas que bloquean la acción de los estrógenos sobre las células malignas de
la mama, impidiendo su proliferación, por lo que el tumor puede disminuir de
tamaño o incluso desaparecer.

Existen diversos fármacos disponibles hoy día. El más conocido es el Tamoxifeno,


que actúa bloqueando los receptores de estrógeno en las células de mama, por
tanto, impiden que crezcan y se dividan.

En mujeres con tumores en estadios precoces que posean receptores hormonares


positivos y sean premenopáusicas, el Tamoxifeno se suele administrar durante 5 a
10 años tras la cirugía con el objetivo de reducir el riesgo de recidiva en la
enfermedad, en la otra mama o en otros órganos. Los efectos secundarios más
comunes de este medicamento incluyen fatiga, sofocos, sequedad vaginal o
sangrado y cambios de humor.

Los Inhibidores de la Aromatasa como el Anastrozol, Letrozol y Exemestano


(bloquean la enzima aromatasa que se encuentra en la grasa y es el responsable
de la elaboración de os estrógenos en las mujeres postmenopáusicas, por lo que
solo se emplean en mujeres con cáncer de mama menopáusicas.

Como con el Tamoxifeno, son útiles en mujeres con cáncer de mama con
receptores hormonales positivos y se deben administrar al menos durante 5 años.
Los efectos secundarios de los inhibidores de la aromatasa son cansancio,
sofocos, dolores musculares y articulares y osteoporosis.

Otros fármacos hormonales utilizados en el cáncer de mama son los


antiestrógenos puros (Fulvestrant, Toremifeno). Para las pacientes
premenopáusicas existen fármacos que producen una castración química como el
Goserelin y el Leuprolide. Por último, también existen fármacos derivados de la
progesterona, otra hormona femenina.

 Terapia biológica

Las células tumorales malignas son capaces de producir una serie de sustancias
(proteínas) que son diferentes a las que producen las células normales. Esto se
debe a alteraciones en los genes o cambios en la expresión de los mismos.

Una de estas sustancias es la proteína HER2. Cuando se encuentra en una


cantidad muy alta en la superficie de la célula tumoral se denomina
“sobreexpresión”. Esta característica biológica de la célula tumoral se ha
relacionado con una mayor agresividad del tumor, mayor riesgo de recaídas y una
supervivencia más corta.

La determinación de esta proteína se realiza, generalmente,


por inmunohistoquímica. Esta es una técnica de detección mediante anticuerpos
que se realiza en el tejido tumoral por los médicos especialistas en anatomía
patológica. La inmunohistoquímica para HER2 positiva es cuando hay 3 cruces (+
++). Si la positividad es de 2 cruces (++) se debe de realizar una determinación
complementaria, más sofisticada, llamada FISH. Este deberá ser positivo para
poder considerar que la célula tumoral tiene sobreexpresión de la proteína HER2.
Una positividad de una cruz (+) en la inmunohistoquímica se considera un
resultado negativo.

Aproximadamente del 20 al 30% de los cánceres de mama sobreexpresan la


proteína HER2, que se comporta como un receptor de la membrana celular para
factores de crecimiento. Hay otras proteínas de membrana de unas características
similares llamadas “familia de receptores de factores de crecimiento” (familia
EGFR).

Se han descubierto unos fármacos que anulan o inhiben la acción de esta proteína
HER2. Son hoy día fármacos activos en los cánceres de mama con
sobreexpresión de HER2.
Uno de ellos, el primero descubierto, es el Trastuzumab o Herceptin. Se trata de
una molécula de gran tamaño (un anticuerpo monoclonal) que se une a la parte
externa de la proteína HER2. Hoy sabemos que este fármaco es activo en las
mujeres con enfermedad avanzada, pero también se ha demostrado su utilidad en
el tratamiento de la enfermedad en estadios más precoces, es decir, como
tratamiento adyuvante. Se administra por vía intravenosa cada tres semanas.
Como tratamiento adyuvante se debe de administrar durante un año. La duración
del tratamiento en la enfermedad avanzada depende de la evolución de la misma.

Otro fármaco, más reciente, es el Lapatinib. Es una molécula pequeña que actúa
sobre la zona de la proteína HER2 que está dentro de la célula tumoral. Se
administra por vía oral. Gracias a la existencia de estos tratamientos dirigidos a la
proteína HER2 el pronóstico de los cánceres de mama con sobreexpresión de
HER2 ha mejorado mucho.

La investigación de nuevos fármacos sobre moléculas propias de la célula tumoral


es un campo muy activo, prometedor y esperanzador.
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