Problemas Filosoficos Contemporaneos. CLASE 1
Problemas Filosoficos Contemporaneos. CLASE 1
Problemas Filosoficos Contemporaneos. CLASE 1
TEMAS DE LA CLASE
OBJETIVOS DE LA CLASE
¡COMENCEMOS!
¿QUE ES LA FILOSOFIA?
Si bien existe cierto consenso acerca de que es la filosofía, lo cierto es que existen
también controversias y posiciones encontradas sobre su definición. En el caso de esta
disciplina, la polémica dice algo sobre la naturaleza de la misma: su carácter
cuestionador y cuestionable.
En este sentido, el carácter cuestionador, polémico y problemático de esta pregunta
enseña y señala el camino de la filosofía, un camino que está más ligado al
cuestionamiento que a la certeza, al debate que, a la aceptación, a la controversia que
a la unanimidad. Un camino que señala una invitación a pensar.
Preguntar es una actividad habitual en nuestra vida cotidiana: preguntamos la hora en
la calle, preguntamos a nuestros amigos cómo están, preguntamos por el precio de
algo que queremos comprar, preguntamos por el significado de una palabra que no
conocemos. En filosofía, las preguntas ocupan el lugar central. Pero no todas las
preguntas son iguales y ciertamente no todas las preguntas son filosóficas.
Etimológicamente «filosofía» significa: filo, ‘amor’, y sofía, ‘sabiduría, saber’. Los
filósofos desde la antigüedad se consideraban amantes de la sabiduría, no poseedores
del saber. Esto es muy importante: ser conscientes que el ser humano no posee la
verdad, no posee el saber, sino que está en su búsqueda constante. Esta actitud está
vinculada con las preguntas y con la curiosidad.
La disposición a preguntar es una característica fundamental de la actividad filosófica.
Y no solo a preguntar, sino a preguntar e indagar sobre lo que puede parecer más
obvio, más conocido, más natural. Inclusive, a volver a preguntar cada vez que
encontramos una respuesta, incluso aunque nos parezca más o menos satisfactoria.
¿Tiene la vida humana un sentido? ¿Qué podemos conocer? ¿Es posible que nuestros
sentidos nos engañen? ¿El ser humano es libre o sus actos están determinados por
Dios o el destino? ¿Cómo debemos actuar? ¿Por qué algunas personas encuentran
hermoso lo que otras encuentran feo? ¿Existe Dios? ¿El mundo es eterno, o tuvo un
comienzo y tendrá fin? Preguntarse, dudar, buscar respuestas con curiosidad, a veces
con angustia, son características propias de los seres humanos. Sin embargo, las
urgencias de la vida cotidiana, o la convicción de haber encontrado una respuesta
satisfactoria pueden hacer que olvidemos tales preguntas.
El pensamiento filosófico exige abandonar la actitud cotidiana que acepta lo dado sin
revisarlo, para asumir una actitud crítica que cuestione lo obvio (lo que se da por
supuesto o se considera evidente). La filosofía indaga reflexivamente los problemas, e
intenta realizar esta búsqueda de modo preciso y riguroso, fundado en argumentos
racionales. Sin embargo, toda respuesta filosófica es a su vez, susceptible de discusión
y análisis, porque no hay soluciones únicas y definitivas a los problemas filosóficos.
Pero la búsqueda filosófica no queda limitada a cada uno, sino que se expresa en el
marco de un diálogo respetuoso con otros. En el diálogo nos reconocemos
mutuamente y precisamos nuestros puntos de vista a través del intercambio de ideas.
Filosofar ¿para qué? En el marco de nuestra actualidad, el estado del mundo y de los
procesos que estamos transitando el saber filosófico se nos presenta como “inútil”. Sin
embargo, es fundamental entender la libertad que otorga el solo hecho de pensar y de
preguntar.
Según Adela Cortina (2011) hoy más que nunca necesitamos de un saber filosófico ya
que la complejidad de los procesos históricos, los eventos que estamos atravesando, la
diversidad de respuestas frente a las grandes preguntas exige la indagación profunda
alejada de todo dogmatismo. Esta autora resume algunas de las tareas del saber
filosófico:
EL ASOMBRO:
Es admirarse, sorprenderse, extrañarse frente a aquello que transcurre rutinariamente
frente a nosotros, transformando la mirada de las cosas de todos los días. Por ejemplo,
nos preguntamos sobre la realidad, cuál es su origen, cuál será su final, qué es la
belleza, entre otras preguntas. Al hacernos estos interrogantes estamos filosofando.
Para los filósofos antiguos como Platón o Aristóteles, la filosofía tenía su origen en la
admiración, y requería de un tiempo de contemplación frente al mundo.
Cerletti y Kohan (1996) analizan esta idea del “asombro” como origen del saber
filosófico y contextualizan a esos “primeros filósofos”. Plantean que, en la actualidad,
el asombro estimulado y valorado socialmente es bastante distinto a aquel de la
antigüedad griega. Los medios de comunicación pueden pensarse como el mecanismo
por medio del cual el espectador actual, sentado frente al televisor (o celular) se
maravilla frente a lo que ve. Pero es un asombro pasivo bastante alejado de aquella
inquietud indagadora que movió a los griegos al pensamiento. Se trata, más bien, de
una curiosidad débil que reclama ser rápidamente satisfecha en forma sencilla, pero
sobre todo terminante.
LA DUDA:
Al dudar se deja de afirmar o negar, sobre aquello que nos han enseñado en el seno
familiar o la escuela. En el cada día, debemos tomar decisiones que precisan que
afirmemos o neguemos rápidamente; pero, en algunos momentos, aquello que
creíamos sin dudar, esas creencias rotundas se transforman en una verdadera
incógnita, dudamos frente a ellas y en este caso nos encontramos en el segundo origen
del que habla Jaspers. Dentro de la historia de la filosofía, estos planteos relacionados
con la duda nos remiten a problemas sobre la validez del conocimiento que surgieron
especialmente en la edad moderna con el filósofo francés René Descartes en el siglo
XVII. Es decir, nos remiten a la pregunta ¿Qué puedo conocer?
A veces ocurre que ante avances de la ciencia y la tecnología nos vemos en la
incertidumbre por aquello que considerábamos era de una manera cuando en realidad
era de otra. Un ejemplo de esta situación es analizar la imagen que muestra la
televisión o el feed de cualquier red social que utilicemos sobre las características de
una ciudad: insegura, deshumanizada, despersonalizada, contaminada, ruidosa,
violenta, superpoblada, fuente de conocimiento y concentración de la información,
productora de avances científicos y tecnológicos, etc.
Podemos preguntarnos a partir de los mensajes que las redes y la televisión nos
trasmite: ¿Vivir en esa ciudad nos induce a tener comportamientos violentos sin que lo
podamos evitar? ¿Aquello que muestran los noticieros es la realidad cruda o es una
imagen parcial, creada por quién produce la noticia? ¿La pobreza o el color de piel son
causa de la delincuencia? ¿Son las mujeres, como se ven en algunos comerciales, las
únicas que se ocupan de las tareas domésticas o solo son tratadas como objeto de
deseo?
Aunque estas dudas no son específicamente filosóficas, nos llevan a otras que sí lo son:
¿Qué es el conocimiento? ¿Podemos alcanzar un conocimiento acabado de la
realidad? ¿Cuál es el canal o medio por el que podemos llegar a un conocimiento más
cercano a lo que las cosas son, los sentidos o la razón, o ambos?
Según Cerletti y Kohan (1996) en la actualidad no hay espacio para la duda. Ésta se ha
homologado a la vacilación, a la indecisión o a la ineficiencia. Plantean que queda muy
poco espacio en nuestras sociedades para la duda creativa y disparadora del filosofar.
En un mundo donde todas las respuestas están dadas y todos los problemas pre-
resueltos, la duda ha perdido su lugar. Según sus palabras “Dudar puede ser un lujo o
una petulancia, un gesto excéntrico o irreverente, o una debilidad improductiva”.
ACTIVIDADES
1) Leer el Texto de Cerletti y Kohan: Los tres orígenes de la filosofía.
2) Leer la Clase N° 1 de Problemas Filosóficos Contemporáneos
3) Ver el video que se encuentra adjuntos a esta clase:
Estimadxs alumnxs hasta aquí llegamos con el encuentro de hoy, espero todos se
encuentren muy bien.
Saludos cordiales