De La Atencion Flotante A La Rverie

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De la atención flotante a la rêverie.

Aportes y matices de diferentes autores.


Perla Ducach
Tipología del artículo: revisión teórica Noviembre de 2019

Resumen Abstract

En este trabajo reflexionaremos en primer término sobre la sugerencia de In this work, we will first think on Freud’s suggestion about “floating atten-
Freud acerca de la “atención flotante”, actitud subjetiva del analista para con- tion,” the subjective attitude of the analyst to fundamentally achieve true com-
seguir fundamentalmente una verdadera comunicación de inconsciente a in- munication with the patient from the unconscious to the unconscious.
consciente con el paciente. This starting point will lead us to Bion’s recommendation of working
Este punto de partida nos conducirá a la recomendación de Bion de tra- under the premise “without memory and without desire”, always looking for
bajar bajo la premisa “sin memoria y sin deseo”, buscando siempre la expe- emotional experience in the analytical attachment.
riencia emocional en el vínculo analítico. The implementation of the “ rêverie “ by the therapist offers the patient a
La puesta en marcha de la rêverie por parte del terapeuta, ofrece al pacien- continent and thinking function.
te una función continente y pensante.

Palabras clave Keywords

atención flotante, experiencia emocional, vínculo analítico, rêverie. floating attention, emotional experience, analytical attachment, rêverie.

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“La función alpha es semejante a la oferta de un nido para que Bion retoma esta afirmación de Freud y en 1967 plantea una de sus pos-
los pájaros que buscan significado consigan reposo restaurador” tulaciones más interesantes en su artículo “Notas sobre la Memoria y el Deseo”
Bion, Conferencias de New York. (Los Ángeles, 1967).
A propósito de las sugerencias de Freud sobre la atención libremente
Partimos de los Escritos técnicos de Freud, en particular de Consejos al mé- flotante, Bion afirma que dejar de lado los deseos y recuerdos permite res-
dico sobre el tratamiento psicoanalítico de 1912 en el cual Freud recomien- catar la frescura de la experiencia analítica. Al mismo tiempo y a través de la
da para el analista una regla técnica: “[…] el analista debería escuchar sin observación se pone el acento en la inmediatez de lo que sucede en la sesión
privilegiar ningún elemento de su discurso; dejando obrar su propia activi- para con ello destacar la centralidad de la experiencia emocional de la misma.
dad inconsciente”. Dice Freud: “no debemos otorgar importancia particular La atención libremente flotante, dice Bion, (1959) puede describirse como
a nada de lo que oímos; debemos prestar a todo lo que oímos la misma un estado particular del analista que da acceso al ‘trabajo de sueño alfa’, pro-
atención flotante. El fin último sería conseguir una verdadera comunica- ceso mediante el cual la experiencia emocional, que no se puede procesar ni
ción de inconsciente a inconsciente. Si no obramos así estará el peligro de almacenar se transforma en experiencia sensorial pensable. (A. Grimald, 2011).
que se encuentre algo que ya se sabía y en ese sentido hace una referencia Queremos destacar los aportes de Bion a los desarrollos postkleinianos de
explícita a prestar atención a las influencias conscientes”. “Si esforzamos vo- la Identificación Proyectiva, nos referimos a la Identificación Proyectiva Comunicati-
luntariamente la atención con una cierta intensidad, podríamos seleccionar va. En su libro, Aprendiendo de la Experiencia, Bion (1962) describe una dimen-
el material ofrecido por el paciente y descartar otros, esto es lo que debemos sión nueva de la relación madre-hijo por la cual la madre tiene que pensar para
evitar…” (1912). el bebé, el cual vive básicamente en un estado de confusión experimentando
Freud continúa recomendando al analista que “debe evitar toda influen- sensaciones y emociones sobre los que aún no puede pensar. La madre a tra-
cia sobre la memoria consciente y abandonarse por completo a su memoria vés de lo que Bion denominó función de rêverie (estado de ensoñación) ofrece
inconsciente” (1912). al niño una función continente prestándose a ofrecer su capacidad de pensar
Obtenemos los mejores resultados terapéuticos si actuamos como si no de manera de poder devolver al bebé aquellas partes perturbadas de sí mismo
persiguiéramos ningún fin determinado; se trata de dejarnos sorprender por una vez que hayan sido digeridas y transformadas para que sea posible el adve-
cada nueva orientación, actuando libremente. nimiento del pensamiento y los sueños.
Se piensa que esta manera de conducirse sería la contrapartida de la aso- Pero ¿qué sucede cuando el pecho está ausente o cuando la madre demora
ciación libre que se solicita al paciente, cuando se le pide que comunique sin en atender al bebé? frente a esta circunstancia, el bebé puede ignorar la frus-
críticas ni selección alguna, aquello que acude a su mente. tración, evacuarla, negarla o bien reconocerla y tratar de modificarla. A este
En una carta de Mayo de 1916 enviada a Lou Andreas Salome, Freud intento de modificar la frustración, Bion lo llama pensamiento. El nacimiento del
habla de la necesidad de lograr un estado mental que le permita acceder a pensamiento aparece relacionado con el intento de modificar la frustración.
una zona oscura de la mente y le dice: “Sé que me ciego artificialmente en mi “[…] Toda esta interacción en cierto sentido nos conduce a pensar que
trabajo para concentrar toda la luz en un pasaje oscuro: en conexión, armo- en la raíz del pensamiento hay una relación de objeto, hay un vínculo”, Et-
nía, nobleza y todo lo que tu llamas lo simbólico”. (Freud) (Bion, Cogitaciones). chegoyen (1986).

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¿Cuáles son los destinos posibles de los contenidos de las Identificacio- si hay mucha gente que hace ruido, la bebé se inquieta… cuando estamos bien
nes Proyectivas? En el mejor de los casos, nos señalan Bianchedi, Grinberg y solitas, yo le digo cositas y ella me mira y parece que me escucha…”.
y Sor (1991): “[…] Estos contenidos son evacuados en un pecho externo La madre me preguntó: “[…] ¿entenderá algo de lo que le digo?”
real en el momento en que la madre percibe dentro de ella la necesidad del Respondí afirmativamente y respetando mi rol de observadora, no dije
bebé. Es entonces cuando la madre funciona como un continente efectivo mucho más; luego pensé que no hacía falta agregar nada a lo que estábamos
de las sensaciones del lactante y con su madurez logra transformar exitosa- viendo y vivenciando. Estos son momentos muy íntimos y no sé si habría po-
mente el hambre en satisfacción, el dolor en placer, la soledad en compañía dido expresar lo que sentí en esa oportunidad. Esta escena fue especialmente
y el miedo en tranquilidad. Esta capacidad de la madre de estar abierta a las emotiva y preferí esperar y más tarde compartir lo que había sentido con los
proyecciones-necesidades del bebé es también lo que se denomina capaci- compañeros del grupo de trabajo.
dad de rêverie.” En aquella reunión pensamos y comentamos la capacidad de rêverie de
En nuestra práctica clínica particularmente con bebés y niños, “todo el esta madre y su disposición para acoger lo que su hija le transmitía. No olvida-
trabajo analítico, opina Antonino Ferro (1998), se basa en las rêveries del ana- mos de incluir a este padre que también lo vimos envolviendo con un matiz de
lista, en su capacidad de acoger, metabolizar, transformar, hacer pensables las ternura a la madre y a la bebé. Él también cumplía con su rol de continente y
angustias, las ansias y las identificaciones proyectivas de los pacientes. protector de dicha relación.
A continuación, ofreceré una ilustración clínica escogida de mi experien-
cia de observación de bebés en el ámbito familiar. En realidad, espero poder Llegados a este punto, podemos añadir algunas consideraciones más a lo ya
transmitir la sensibilidad y la capacidad de rêverie de esta madre para comuni- dicho sobre la rêverie. Como lo venimos resaltando, esta función es un factor
carse y ofrecer un significado a la conducta de su bebé. fundamental de las relaciones de objeto tempranas. La función rêverie mater-
Se trata de una bebé, Nuri, de tres meses de edad. Los padres, jóvenes na nos dice Alicia Lizondo “se considera como una función continente que
de treinta y pocos años; ambos profesionales y la niña es la primera hija del ilumina la relación de objeto y el nacimiento del psiquismo, permitiendo el
matrimonio. La viñeta que presento corresponde a una visita semanal que crecimiento de lo protomental no simbólico y cuantitativo hasta llegar a lo
habitualmente hacía en la casa de la familia. emocional y cualitativo de la mente” (2009).
Cuando llego, la madre estaba con la bebé en brazos esperándome. El Se trata de transformaciones y elaboraciones dirigidas al pensamiento
padre también estaba presente y ella se disponía a amamantar a la niña. que permiten la transformación de las manifestaciones corporales del bebé
La madre me decía: “al prenderse la niña, uno de los pechos me duele que aún no fueron transformadas en elementos psíquicos.
mucho pero al cabo de dos o tres minutos pasa. El pediatra me aconsejó que James Grostein (2007) sostiene que la rêverie como ensueño materno es el
si podía aguantar que no usara pezonera”. La madre colocó a la bebé primero equivalente a una placenta, un órgano que filtra el contacto con la realidad;
en el pecho que le dolía, haciendo muecas de dolor y el padre me decía: “mira sería como un equivalente de la placenta fuera del útero.
Perla, al comienzo le hace daño, pero al ratito pasa…” y la madre agregaba: Para Bion, el analista ejerce su función alfa especializada como función
“siempre comienzo por el pecho que duele y termino con el otro para que psicoanalítica de la personalidad. En las conferencias de New York (1980)
Nuri no acabe sufriendo… Cuando yo estoy tranquila la niña está mejor, pero compara el oficio del analista con el de una partera.

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Estos autores concluyen diciendo que las relaciones de objeto y las identifica- cimiento no sólo como pacientes sino como analistas también. Esto indica un
ciones con la función materna son las que permiten al bebé aprender de la cambio del retrato del analista como la persona que ‘sabe’. Con Bion experi-
experiencia compartida. mentar el ‘saber’ y el ‘no saber’, el ‘ser’ y el ‘comprender’ ha devenido en un
Para Meltzer (1984) la rêverie es una actividad intersubjetiva y radicalmen- asunto de equipo. El analista no está tan solo en su tarea, sino que se convierte
te bipersonal. en el miembro de una pareja psicoanalítica”.
En el caso de los sueños, por ejemplo, Meltzer recomienda resoñar el sueño
del paciente para alcanzar una mejor comprensión. Al escuchar al paciente ob-
serva la imagen que surge en su imaginación y a esto lo denomina “soñar el sueño
del paciente”. Esto le permite alcanzar una mejor comprensión del mismo…”.
Meltzer (2008) opina que por medio de las rêveries maternas, el bebé va
aprendiendo a tener fe en el juicio de la madre y este aprendizaje irá constru-
yendo el germen del sentimiento de confianza.
Como lo mencionamos más arriba, en lo que respecta a las aplicaciones
técnicas de la rêverie, Antonino Ferro (2008) piensa que en la sesión analítica
hay una constante actividad de rêverie de base, el analista metaboliza y transfor-
ma continuamente a través de la función alfa lo que le llega del paciente ya sea
de forma verbal o preverbal y observa la imagen que surge en su imaginación.
Esta es una función digestiva y poética del aparato psíquico.
Con pacientes muy perturbados, la capacidad de rêverie del analista crea
el continente y ejercita la función alfa del paciente. Con estos pacientes, dice
Lizondo, “el analista precisa trenzar el tejido mental -crear el continente- an-
tes de interpretar los contenidos.”
Todo esto convoca la capacidad creativa del terapeuta que no siempre es
posible alcanzar… Sin embargo, dice Clara Nemas (2009), Lizondo nos pone
en alerta de no supervalorar las rêveries como única vía regia de acceso al ni-
vel inconsciente. Más bien, destaca su importancia como “brújula emocional”
para ampliar la comprensión y enriquecer el sentido de la pareja analista/
paciente en la situación analítica.

Termino este escrito de la mano de Parthenope Bion Talamo (1997) diciendo


que “[...] con Bion tomamos en cuenta nuestra ignorancia y nuestro descono-

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