Jaspers - Psicopatología General
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Tendremos que proceder en las relaciones a una separación igualmente teórica, como la
que existe entre la psicopatología subjetiva (fenomenología) y la psicopatología objetiva.
a) Comprender y explicar. En las ciencias naturales tratamos de captar sólo una especie de
relaciones: las relaciones causales. Tratamos de hallar por las observaciones, por los
experimentos o por la reunión de muchos casos, reglas del proceso.
Pero encontramos sólo raramente leyes (por ejemplo no hay parálisis sin sífilis) y nunca
podemos, como la física y la química, establecer ecuaciones causales. Esto presupondría
una completa cuantificación de los procesos examinados, que en lo psíquico, que según su
esencia permanece siempre cualitativo, no es posible nunca, en principio, sin que el
verdadero objeto de la investigación, es decir el objeto psíquico, se pierda.
Mientras en las ciencias naturales sólo pueden ser halladas relaciones causales, en
psicología, el conocer encuentra su satisfacción en la captación de una especie muy distinta
de relaciones. Lo psíquico “surge” de lo psíquico de una manera comprensible para
nosotros. El atacado se vuelve colérico y realiza actos de defensa, el engañado se vuelve
desconfiado. Este surgir uno tras otro de lo psíquico desde lo psíquico lo comprendemos
genéticamente. Así comprendemos reacciones vivenciales, el desarrollo de pasiones, la
aparición del desvarío, comprendemos el contenido del sueño y del delirio, de los efectos de
la sugestión, comprendemos una personalidad .anormal en su propia relación esencial,
comprendemos el curso fatal de una vida, comprendemos cómo el enfermo se comprende a
sí mismo, y cómo ¿ manera de esa comprensión de sí mismo se vuelve un factor del
desarrollo psíquico ulterior.
- La evidencia de una relación comprensible, sin embargo, no prueba aún que esa
relación sea también ahora real en un determinado caso particular, o que se
produzca realmente en general.
Cuando Jung, por ejemplo, dice: es “cosa conocida que no es demasiado difícil ver dóndfe
hay relación y dónde no”, frente al individuo real, es exacto justamente todo lo contrario.
El conocer causal no encuentra jamás sus límites. En todas partes preguntamos, también
en los procesos psíquicos, por las causas y los efectos. La comprensión &n cambio
encuentra fronteras en todas parles. La existencia de predisposiciones psíquicas
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En la actitud científica importa suspender las valoraciones para reconocer lo que es. Esto es
posible en la comprensión no en el mismo sentido que en la explicación causal. Pero existe
una demanda análoga para nuestro conocer en la comprensión. Su realización se muestra
en la comprensión justa, franca, multilateral» críticamente consciente de sus límites.
Cuando comprendemos un caso concreto, surge la apariencia que valoramos y
comprendemos científicamente, cosa inevitable por el hecho que toda relación comprensible
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es valorada en sí de inmediato negativa o positivamente por todos los seres humanos. Esto
se debe a que en lo comprensible como tal está lo valorable. Verdadera comprensión es
valoración, verdadera valoración se realiza al mismo tiempo que la comprensión. Pero hay
en toda comprensión hacia una parte una comprobación que puede estar libre de
valoración, hacia la otra un llamado que valora y suscita valoraciones. Como la comprensión
exacta .es difícil y rara, la valoración dé otros individuos es mayormente errónea y
dependiente "del azar y de impulsos al margen del conocimiento. Como todo individuo
quiere con gusto ser valorado favorablemente, se siente bien comprendido cuando está
ligado a ello una valoración favorable.
Hay, en verdad, la idea de una valoración adecuada, es decir una comprensión con la que
estaría vinculada forzosamente la valoración exacta. La comprobación comprensiva sería la
ejecución de la verdadera valoración. Pero esa coincidencia sólo es una idea.
En el conjunto de los diversos hechos típicos se realiza la comprensión psicológica. Por otra
parte se tropieza én lo incomprensible. Esto está, o bien en los mecanismos
extraconscientes, llevados por el cuerpo: en la comprensión es imaginado ineludiblemente
un mecanismo extraconsciente a examinar casualmente, y al revés, no se puede hablar de
mecanismos extraconscientes sin presuponer lo comprensible y lo comprendido que h a
estimulado en sus límites la invención de esos mecanismos.
El objeto de la comprensión psicológica está también, por decirlo asi, en el centro entre
todos los hechos objetivos, los fenómenos vivenciados, los mecanismos extraconscientes
agregados por una parte y la existencia libre, por otra. Se podría negar el objeto de la
comprensión psicológica, y afirmar que habría para la investigación empírica sólo aquellos
fenómenos, contenidos, manifestaciones de expresión, mecanismos extraconscientes, y
para la filosofía, la existencia posible.
Pero se puede decir, no obstante, que la psicología comprensiva está siempre en el punto
de contacto entre aquellos dominios, y de tal modo que no se puede hablar nunca
“puramente” de la psicología comprensiva, porque se ve siempre en relación con aquellas
esferas, pero también de modo <^ie desde aquellas esferas, cuando llegan a la exposición,
no puede hablarse de separación pura.
Ese estar-en-medio arroja también luz sobre el viejo problema respecto de lo que es el alma
propiamente, entre el espíritu y el cuerpo. El espíritu lo vemos como los contenidos a que se
refiere el alma, y por los cuales es movida.
A ello corresponden dos capítulos: uno sobre el qué de las relaciones comprensibles. El
tema son las relaciones comprensibles como tales: lo anormal está en la comprensividad
misma.
Se añaden otros capítulos en los que tenemos presentes separadamente dos cualidades
básicas de lo comprensible. 1. Lo comprensible se comprende a sí mismo, se mueve en la
autorreflexión, especialmente en la toma de actitud de los enfermos ante su enfermedad. 2.
Toda comprensividad es coherente en sí en todo individuo. El conjunto de las relaciones
comprensibles “in concreto” lo llamamos personalidad o carácter. Ese tema será tratado en
el último capítulo.