El documento explica el control de convencionalidad, que permite a los jueces revisar la compatibilidad entre normas y actos con el derecho internacional de los derechos humanos. Surge de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y obliga a los jueces nacionales a asegurar los derechos reconocidos e interpretar las normas a la luz de los tratados y la Corte. El Estado de Guatemala ratificó la Convención Americana y reconoció la competencia de la Corte, por lo que sus funcionarios deb
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El documento explica el control de convencionalidad, que permite a los jueces revisar la compatibilidad entre normas y actos con el derecho internacional de los derechos humanos. Surge de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y obliga a los jueces nacionales a asegurar los derechos reconocidos e interpretar las normas a la luz de los tratados y la Corte. El Estado de Guatemala ratificó la Convención Americana y reconoció la competencia de la Corte, por lo que sus funcionarios deb
El documento explica el control de convencionalidad, que permite a los jueces revisar la compatibilidad entre normas y actos con el derecho internacional de los derechos humanos. Surge de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y obliga a los jueces nacionales a asegurar los derechos reconocidos e interpretar las normas a la luz de los tratados y la Corte. El Estado de Guatemala ratificó la Convención Americana y reconoció la competencia de la Corte, por lo que sus funcionarios deb
El documento explica el control de convencionalidad, que permite a los jueces revisar la compatibilidad entre normas y actos con el derecho internacional de los derechos humanos. Surge de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y obliga a los jueces nacionales a asegurar los derechos reconocidos e interpretar las normas a la luz de los tratados y la Corte. El Estado de Guatemala ratificó la Convención Americana y reconoció la competencia de la Corte, por lo que sus funcionarios deb
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CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
El control de convencionalidad es una figura jurídica
que faculta a los jue- ces a revisar la compatibilidad entre diversos actos y normas con el derecho internacional de los derechos humanos. Este ejercicio comparativo se puede hacer en las dos instancias, tanto en la interna como en la internacional. La doctrina del control de convencionalidad emergió de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. Concretamente la primera referencia a su denominación obedece a la labor del entonces juez Sergio García Ramírez, quien en su voto razonado en el caso Myrna Mack Chang vs Guatemala, hizo referencia a un “régimen convencional” que obligaba a todos los órganos del Estado, haciendo especial mención al “control de convencionalidad” que efectúa la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En realidad, el Tribunal regional desde sus primeras sentencias, analizó la compatibilidad de las normas y acciones estatales con lo establecido por la Convención Americana de los Derechos Humanos, solo que ahora, a dicho test de comprobación le puso nombre propio de identificación, circunstancia que permitió avanzar en sus alcances y resaltar su consideración en los Estados partes de la Convención. No obstante, el antecedente señalado, la mayoría de la doctrina alude al Caso “Almonacid Arellano vs Chile”, del año 2006, como el utilizado por la Corte IDH para definitivamente instalar la doctrina del control de convencionalidad. En aquella oportunidad, sostuvo el Tribunal que “cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana”. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos señala los dos aspectos más importantes que engloba el control de convencionalidad: 1. Por un lado, cotejar las normas internas para ver si resulta compatible con la Convención Americana de Derechos Humanos. (Los jueces guatemaltecos ya velan por el mismo en sus resoluciones judiciales). 2. Por otro lado, tomar especialmente en cuenta al decidir la aplicación de la norma local, si la misma también resulta compatible con la interpretación efectuada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La eficaz aplicación de las normas convencionales de derechos humanos “obliga a los jueces nacionales a asegurar a las personas sometidas a su jurisdicción el libre y pleno ejercicio de los derechos consagrados, y a analizar las disposiciones de derecho interno a la luz de los citados instrumentos y de la exégesis que de los mismos realice la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, como intérprete final de las convenciones”. Convención Americana sobre Derechos Humanos ✓ Firmada el 22 de noviembre de 1969. ✓ Ratificada por Guatemala el 27 de abril de 1978 ✓ Ratifica la Competencia contenciosa de la Corte Interamericana y de la Comisión en 1987 Mediante una serie de decisiones emitidas a partir de 1971, el Consejo Constitucional francés estableció que el control de constitucionalidad normativa debía efectuarse, no sólo a la luz de la Constitución vigente (1958), sino del preámbulo de la anterior (1946), de los principios fundamentales reconocidos en las leyes de la República y de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789); por remisión del preámbulo de la primera de las mencionadas. La doctrina denominaría a esa suma de elementos normativos como bloque de constitucionalidad, quedando asentada así la connotación primigenia de esa expresión, para designar al conjunto de normas y principios superiores con los que deben cotejarse las disposiciones que se someten al control de constitucionalidad, En Guatemala, después de haber sostenido durante toda su historia jurisprudencial la tesis de que la CPRG constituía el único parámetro para evaluar la constitucionalidad de las disposiciones normativas internas, en 2012 la CC decidió acoger expresamente la idea del bloque de constitucionalidad, reconociendo a los instrumentos internacionales sobre derechos humanos como parte integrante de aquel parámetro: [CC de IG número 1822-2011] (…) para dar respuesta a la problemática acerca de la recepción en el orden interno de los tratados en materia de derechos humanos, otros ordenamientos han acudido a la figura del bloque de constitucionalidad (…) Ello implica realizar el análisis confrontativo que requieren acciones de inconstitucionalidad como ésta, por el que se posibilite verificar si en el ejercicio de la función legislativa, existe conformidad. Con el objeto de averiguar la aplicación y conocimiento del Control de Convencionalidad, se procedió a efectuar un estudio de campo, que consistió en la realización de entrevistas escritas a diversos funcionarios públicos, entre ellos: Agentes y Auxiliares Fiscales del Ministerio Público, Jueces de Paz, Coordinadores del Centro de Atención Integral a Mujeres Sobrevivientes de Violencia, Abogados Litigantes, Jueces de Primera Instancia de Trabajo y de Instancia Penal, Director de la Unidad Jurídica de la Defensoría de la Mujer Indígena, Delegados de la Procuraduría Departamental de los Derechos Humanos y de la Procuraduría General de la Nación. La entrevista referida constó de una serie de seis preguntas con las cuales se indagó el conocimiento de los criterios utilizados por el Estado de Guatemala para la aplicación del Control de Convencionalidad en materia de Derechos Humanos. Por otro lado, es importante señalar que la obligación de las entidades estatales de ejercer un efectivo Control de Convencionalidad se debe a que el Estado de Guatemala desde el año de 1978 ratifico y aprobó la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Años el Estado declaró a través del Acuerdo Gubernativo número 123-87, que reconocía como obligatoria, de pleno derecho y sin convención especial, la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Bajo este contexto, queda claro que es deber del Estado de Guatemala acatar por medio de sus delegados estatales el ejercicio del Control de Convencionalidad. De ahí el que el presente trabajo indague sobre el cumplimiento y conocimiento de los funcionarios respecto de dicho control. La preponderancia de analizar la presente temática se debe a qué si no se cumple el oficio con el ejercicio del Control Convencional, el Estado guatemalteco en determinado momento puede caer en responsabilidad internacional. De ahí que sea necesaria la difusión no solo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, sino también de los mecanismos creados en el seno del Sistema Interamericano sobre Derechos Humanos para proteger y tutelar los efectos útiles de los derechos reconocidos internacionalmente, a saber: el mecanismo del control de convencionalidad. Partiendo de ese punto diremos entonces que, el Control de Convencionalidad se define como un mecanismo de protección de los Derechos Humanos contenidos en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos el cual consiste en la confrontación, examen o fiscalización que los jueces están obligados a realizar de oficio entre la Convención Americana sobre Derechos Humanos y toda la normativa interna a fin de evitar que esta violente o menoscabe los derechos humanos que se reconocen a los guatemaltecos. Analizaremos la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por este motivo se citan, describen y estudian ciertas sentencias emitidas por dicho tribunal internacional ya que representan la génesis del Control de Convencionalidad. Asimismo, se relacionan la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, las cuales se convierten en el sustento jurídico de dicho mecanismo. Por otro lado, se exponen las obligaciones del Estado de Guatemala frente a las convenciones y tratados internacionales que en materia de Derechos Humanos se han 2 aprobado, así también la vinculación estatal frente a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De lo anterior, se deduce la obligación del Estado de Guatemala frente al Control de Convencionalidad. De ahí que se estudie los criterios que la Corte de Constitucionalidad, como parte del Estado, realiza para la aplicación de dicho control de derechos humanos. Para este fin se analizan una serie de seis sentencias de dicho Tribunal Constitucional en las cuales se contienen los criterios, pautas y reglas que los jueces ordinarios y constitucionales deben seguir para cumplir con lo ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, con el objetivo de observar la aplicación de dichos criterios se realizó una investigación de campo, la cual tuvo como fin entrevistar funcionarios de diversas instituciones vinculadas con el sistema de justicia penal. Como conclusión diré que este control de convencionalidad nos permite darles la protección más amplia a las personas, reconociendo y garantizando la protección de los Derechos Humanos de las personas formando un bloque constitucional con el cual se consigue dar una Jerarquía a los Derechos Humanos y de esta forma cobren aplicabilidad, de forma que es obligatorio que las normas relativas a Derechos Humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución y los tratados Internacionales.