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SISTEMATIZACIÓN DE LA DIMENSIÓN EDUCATIVA

DE LA CARTOGRAFÍA SOCIAL

LUCÍA HELENA ANDRADE MEDINA

UNIVERSIDAD DEL VALLE


INSTITUTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
ÉNFASIS EN EDUCACIÓN POPULAR Y DESARROLLO COMUNITARIO
SANTIAGO DE CALI
2.009
SISTEMATIZACIÓN DE LA DIMENSIÓN EDUCATIVA
DE LA CARTOGRAFÍA SOCIAL

LUCÍA HELENA ANDRADE MEDINA

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PARA OPTAR POR EL TITULO DE


MAGISTER EN EDUCACIÓN POPULAR

DIRECTOR
JOSÉ HLEAP BORRERO
MAGISTER EN EDUCACIÓN POPULAR

UNIVERSIDAD DEL VALLE


INSTITUTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
ÉNFASIS EN EDUCACIÓN POPULAR Y DESARROLLO COMUNITARIO
SANTIAGO DE CALI
2.009

2
RESUMEN

“Por eso, a la hora de dibujar, lo primero que hicimos fue quitar esos linderos impuestos
por los blancos y dejar abierto el camino, en el papel como en la realidad, para crecer,
para poder tener el territorio que necesitamos para vivir, para tener todo completo. [Por
eso]…no tiene límites por ningún lado. Así lo quisieron los mayores, los dirigentes, los
maestros.” Dagua, A., Aranda, M y Vasco, L.G. (1998, pág. 272)

La dimensión educativa de la cartografía social es un trabajo de sistematización, desde


una perspectiva de la interpretación de los relatos de algunos de los actores vinculados a la
experiencia de la construcción y puesta en práctica de esta metodología. Se enmarca en un
período de su historia, al interior del colectivo de la Fundación La Minga e incluye dos
experiencias de su aplicación, mediada por la contratación de la Corporación Autónoma
Regional del Valle del Cauca, con las organizaciones Fundación Ecológica de Robles -
FUNECOROBLES y la Asociación de Grupos Ecológicos del Río Desbaratado –
ACARDES. Muestra cómo se incluyen los conceptos de territorio y relación de saberes,
haciendo énfasis en la comprensión y el análisis de los discursos para poder identificar las
lógicas de las distintas relaciones que se tejen entre los diferentes saberes que se ponen en
juego en la experiencia. Pretende, aprender y aportar en este proceso, aquel que se seguirá
llamando educación popular.

3
INDICE GENERAL

1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................ 5

2. LA PERSPECTIVA DE LA SISTEMATIZACIÓN ............................................................................... 10

3. MEMORIA HISTÓRICA: RECONSTRUYENDO LA HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN DE


LA CARTOGRAFÍA SOCIAL ..................................................................................................................... 20

3.1. CRONOLOGÍA ENDÓGENA ............................................................................................................... 31

4. LECTURAS EXTENSIVA E INTENSIVA ............................................................................................. 39

4.1. LECTURA EXTENSIVA: LOS NÚCLEOS TEMÁTICOS. ............................................................... 39

4.1.1. La Conceptualización ........................................................................................................................... 39

4.1.2. El Proceso Metodológico ...................................................................................................................... 55

4.2. LECTURA INTENSIVA: DIFERENTES VOCES .............................................................................. 62

5. ALGUNAS EXPERIENCIAS: LA PRÁCTICA ...................................................................................... 70

6. CONCLUSIÓN. LA DIMENSIÓN PEDAGOGICA DE LA CARTOGRAFÍA SOCIAL Y SU


RELACIÓN CON LA EDUCACIÓN POPULAR..................................................................................... 101

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................................... 117

4
1. INTRODUCCIÓN
Reflexión frente al trabajo propuesto y el realizado

“Nuestro programa cultural es determinante: nuestro pensamiento viene condicionado


por el lenguaje que le da forma un lenguaje que se nos impone desde fuera y que nos
hemos inventado (para nuestro uso personal) y somos educados en ciertas tradiciones,
hábitos, formas de comportamiento, leyendas…; en una palabra, que se nos inculcan desde
la cunita unas fidelidades y no otras. Todo ello pesa mucho y hace que seamos bastante
previsibles” (Savater, 1991a, pág.27)

Han pasado varios años, tal vez demasiados, desde que se formuló este trabajo de
investigación. Al inicio del postgrado hacía parte de Fundación La Minga, de la que fui
socia fundadora. El interés por cursar la maestría se orientó al mejoramiento del trabajo
comunitario que era realizado, aportando elementos desde la “educación popular”, así como
también cumplía con el objetivo de encontrar un ‘sitio’ reconocido como profesional al
interior de ésta. La idea de que los ejercicios de planeación participativa implicaban la
relación y construcción de saberes era fundamental para asumir la metodología como el eje
central de la sistematización de la experiencia.

Con el paso del tiempo la relación existente con la fundación se rompió y finalmente
terminó en el retiro de ésta. A pesar de esta decisión se han sostenido vínculos con los
miembros de Fundaminga (algunos de ellos miembros de Fundación La Minga) y se
mantuvo el uso y la aplicación de la metodología en algunos trabajos desarrollados
posteriormente bajo la modalidad de consultoría o empleada de CVC. Los problemas que
generaron la salida de la Fundación también representaron un alejamiento del proceso de
sistematización que se había iniciado con tanto ánimo. Sin embargo, la idea de dejar la
sistematización y la maestría a medias regresaba constantemente, haciendo que fuera
necesario retomarla pero sin completar realmente los objetivos propuestos.

5
La propuesta de sistematizar la dimensión educativa de la cartografía social incluye dos
planos, uno interno al colectivo de La Minga sobre el diseño de la metodología y un
segundo ‘externo’ sobre una experiencia concreta donde se pone en práctica la
metodología, orientado específicamente para ver las relaciones que se tejen entre los
participantes. Durante varios años se avanzó poco a poco de manera muy etnográfica sobre
el primero de ellos, sin embargo muy poco sobre el segundo.

A finales del año 2005, se presentó la oportunidad de participar en un taller de aprendizaje


colectivo dentro del proyecto “Capacitación y Fortalecimiento Institucional para
Organizaciones que trabajan en Conservación de la Biodiversidad con Base Comunitaria en
Áreas Protegidas de Colombia y Ecuador”, ejecutado por la Universidad de la Florida,
dentro del cual uno de los temas fue la cartografía social1 abordado también desde las
experiencias en el corregimiento de Robles y la cuenca alta y media del río Desbaratado2.
La participación en este evento permitió el reencuentro tanto con personas vinculadas con la
puesta en práctica de la metodología (con las que de alguna manera había mantenido
contacto) como también con el propósito de esta investigación y de esta manera también
con la cartografía social. De esta manera se pudo iniciar el proceso de sistematización a
nivel de estas dos experiencias para poder abarcar el segundo plano del análisis.

Considerando que una experiencia es un conjunto de vivencias y prácticas (individuales y


colectivas); una historia vivida, el contexto en el cual se enmarca, un presente continuo,
resulta importante rescatar el espacio y la temporalidad de la experiencia, los actores que
forman parte de ésta, las relaciones entre éstos y la interpretación que cada uno de ellos
hace de la experiencia misma.

La sistematización de esta experiencia no tiene una temporalidad de un ‘proyecto’ o de un


proceso de formación que inicia y termina en un periodo de tiempo concreto. La
experiencia de la construcción de la metodología abarca historias personales y colectivas de

1
Ahora llamada “poligrafía social” por los miembros de Fundaminga
2
Municipios de Jamundí y Florida, en el departamento del Valle del Cauca respectivamente.

6
La Minga. Este proyecto retoma hasta el año 2001, momento en el cual se realizó un taller
de cartografía social en el que participaron los miembros de la Fundación, durante el cual se
reconstruyó la historia del ‘proceso’, creándose categorías para las diferentes experiencias,
de acuerdo al tipo de relación que medió su ejecución.

En cuanto a la aplicación de la metodología en las dos experiencias mencionadas la


temporalidad estuvo dada por los términos en la contratación realizada con la Corporación
Autónoma Regional del Valle del Cauca, que inicialmente estaba planteada entre 4 a 6
meses pero que realmente excedió este plazo. Estas dos experiencias tienen similitud en
cuanto al contexto institucional y al esquema metodológico aplicado, sin embargo con
particularidades en cuanto al espacio y al contexto histórico organizativo.

La propuesta metodológica utilizada para el ejercicio de sistematización se basa en la


interpretación y comprensión de la expresión que los diferentes actores hacen de ésta, de su
interioridad exteriorizada a través de los relatos. Aunque el intento por mantener una
mirada desde ‘afuera’ resultó bastante difícil por la vinculación existente con la Fundación,
el alejamiento de ésta y el deseo de hacer un análisis de la experiencia hizo posible pasar de
la descripción, y las palabras de los otros, que aparecen al principio del documento, hacia
reflexiones y conclusiones sobre la dimensión educativa de la cartografía social que aparece
al final. Sin embargo, es importante mencionar que se presentaron dificultades al definir y
hacer uso de herramientas que facilitaran el registro y posterior análisis para dar
cumplimiento a la propuesta de sistematización acogido en este trabajo, las cuales podrían
constituirse en tema específico a tratar durante las jornadas académicas de la maestría.

A pesar de que en un principio se planteó la observación como técnica de registro que


facilitara la recreación de lo que sucede en un taller de cartografía social, de forma que
permitiera dar cuenta de las relaciones entre los sujetos, esto no se llevó a cabo debido a
que en todos los talleres el rol asumido fue como ‘facilitadora’ impidiendo asumir el de
observadora.

7
Fundaminga y sus miembros, así como tal vez otras organizaciones, siguen haciendo uso
de la metodología incluyéndole algunas innovaciones (sobretodo en lo que hace referencia
a las herramientas de análisis de la información) y han diseñado formas de acercarse a otras
áreas o temas. Sin embargo, como propuesta metodólogica, la cartografía social mantiene
una estructura básica, como un esqueleto, siempre conservando los principios de la
propuesta. Si bien, la propuesta de sistematización prevé como un resultado implícito la
potenciación de la experiencia como ‘apuesta’, producto principal de la interrelación
durante el proceso de sistematización de las diferentes interpretaciones de la experiencia
para llegar a una versión consensuada entre los actores quienes las hicieron; en este caso el
ejercicio de la sistematización es resultado de un propósito individual para hacer una
mirada específica de la cartografía social; por tanto, el análisis aquí expuesto es producto de
la interpretación que desde uno de los miembros del colectivo de La Minga se hizo
siguiendo el proceso metodológico propuesto involucrando actividades de revisión de
documentos escritos, reflexión colectiva en talleres y entrevistas.

El interés de obtener un reconocimiento por mi trabajo como profesional y mujer al


interior del colectivo de La Minga tal vez no ha sido posible; sin embargo, en este momento
prima la capacidad de auto reconocimiento, el cual se logró precisamente por tener que
enfrentarme a otros retos en la vida. No obstante, no sobra agradecer la posibilidad
brindada por los grupos comunitarios, de acercarme a su percepción territorial, a su modo
de organizarlo y construirlo, pero sobre todo a su humanidad, a reconocer en ellos otros
saberes y mantener siempre una posición abierta a la posibilidad del diálogo.

El texto que sigue a continuación comprende cinco capítulos. El primero de ellos se


refiere a la perspectiva de la sistematización con base en la cual se llevó a cabo el trabajo
de investigación; el segundo, comprende la memoria colectiva de La Minga y la cronología
endógena de la experiencia producto de una reflexión conjunta llevada a cabo durante un
taller de cartografía social. Un tercer capítulo, permite el acercamiento a los núcleos
temáticos de la experiencia y cómo éstos son asumidos por diferentes actores vinculados.
El cuarto retoma dos experiencias de la aplicación de la metodología una en el

8
corregimiento de Robles (Jamundí, Valle) y otra en la cuenca alta y media del río
Desbaratado (Florida, Valle) que busca identificar las reglas y principios que en la relación
entre los diferentes saberes se ponen en juego en dos experiencias concretas de cartografía
social. En el quinto se hace una reflexión sobre la dimensión pedagógica de la cartografía
social y su relación con la educación popular.

9
2. LA PERSPECTIVA DE LA SISTEMATIZACIÓN

“…también identifico, en este momento, ya después de 5 años de haber


trabajado la Cartografía, que el proceso de Cartografía Social necesita
llenarse más de elementos que no son tan tangibles como el mapa,
llenarse de elementos que están dentro de lo intangible, como son los
pensamientos y sentimientos de la gente.”
Carlos González3

Este capítulo tiene como propósito hacer una pequeña contextualización de la Cartografía
Social para poder precisar el interés de adelantar un trabajo de sistematización haciendo
énfasis en su dimensión educativa. El centro de este capítulo es la definición del trabajo de
investigación en una propuesta específica de sistematización y la comprensión que por
parte de la autora se tiene de ésta. En este sentido, el trabajo en su conjunto es una muestra
de un intento por seguir una propuesta conceptual y metodológica construida
colectivamente por el grupo de Educación Popular de la Universidad del Valle, en un
momento específico de su trayecto.

La propuesta central de este trabajo de investigación es la sistematización de la dimensión


educativa de la Cartografía Social, lo que supone la existencia de una experiencia de
educación y la definición de un eje de orden propuesto que es la indagación sobre lo que se
entiende por dimensión educativa a través de la experiencia de cartografía social.

El planteamiento de que la cartografía social es en esencia una experiencia educativa


parte de que el objetivo central de la metodología es la construcción colectiva de
conocimiento; que se logra mediante la elaboración colectiva de mapas a través de la puesta
en juego de diferentes tipos de saberes. Cada una de las personas que participa en el
ejercicio, maneja o tiene un saber o un conjunto de saberes que cotidianamente son puestos

3
Líder de FUNECOROBLES, participante de talleres de cartografía social en el corregimiento de Robles.

10
en acción para poder asumir la vida cotidiana, los cuales se ponen nuevamente en práctica
cuando aporta su saber para la construcción de representaciones del espacio que habita.

La cartografía social, se sustenta en la consideración de que los seres humanos cuentan


con unos saberes los cuales “son producidos en un contexto histórico y social; hacen
referencia a culturas, expresan, muestran modos de socialización y apropiación.” (Beillerot,
1988, p.27). Cuando una persona se relaciona con otros se ponen en juego diferentes tipos
de saberes. Esto es lo que sucede a través de la Cartografía Social donde se dan dos niveles
de relación entre saberes. El primero se presenta cuando se relacionan las personas de la
misma localidad cada una con diferentes conocimientos sobre su territorio desde su
experiencia personal; el segundo nivel se da cuando estas personas se relacionan con
actores externos, generalmente con el personal de La Minga y en algunos casos miembros
de las instituciones que ‘contratan’ la realización de este tipo de ejercicios.

“El trabajo conjunto de construir los mapas de la cambiante realidad


permite a los participantes conversar en el verdadero sentido de la
palabra, es decir, haciendo convergentes las distintas versiones que de la
realidad aportan todos. Se parte de aceptar que cada persona tiene
conocimientos valiosos, independientemente de su formación, su idioma,
su religión, su edad o su sexo. La información que cada persona posee,
unida a la de los demás genera pensamiento y conocimiento…”
Fundación La Minga

Teniendo en cuenta lo anterior, el ejercicio de la sistematización de la experiencia propone


dos niveles de interés. Uno de ellos es el proceso de construcción de la metodología el cual
ha sido el resultado de las experiencias de los miembros de La Minga de manera individual
o colectiva. El otro es, el proceso de construcción de conocimiento al interior de algunos
de los sectores sociales con los cuales se interactuó en la aplicación de la propuesta
metodológica.

11
Con respecto al primer nivel, el interés se centra en comprender cómo la interacción con
otros actores (indígenas, negros, campesinos, amigos) ha posibilitado la construcción
misma de la metodología, que se traduce en el lenguaje que la soporta, y este es usado por
cada uno de los miembros de la Fundación quienes lo promueven. Es decir, el interés se
centra en la construcción de la propuesta metodológica como resultado de un proceso
educativo al interior de La Minga.

En el otro nivel, la investigación busca aclarar las reglas y principios que se ponen en
juego durante el ejercicio de la construcción colectiva de mapas, donde se relacionan
diferentes saberes que han sido constituidos de manera desigual. La intención de llevar a
cabo esta investigación es comprender cuál es la relación que se teje entre los diferentes
saberes que se ponen en práctica en la construcción de los mapas.
La perspectiva de la sistematización

Leyendo las diferentes propuestas epistemológicas y metodológicas -que surgen de las


primeras- de sistematización, inmediatamente me transporté a las Asambleas del Cabildo y
las reuniones de Autoridades Tradicionales en el resguardo de Guambía y, a la reflexión en
torno al uso que se hacía de la Tradición Oral en cada una de ellas. La resolución de las
situaciones que se debían afrontar conllevaba siempre la reflexión colectiva, en donde
surgía la memoria histórica puesta en juego, modificada para poder asumir la acción en el
momento presente y futuro. La mezcla entre el pasado que camina delante, el presente y el
futuro porvenir, estaba en el lenguaje de los participantes, de los taitas, de los mayores. De
esta manera la tradición oral cobra vida y es actual, no la remembranza o la añoranza del
“pasado”. Los relatos, en este sentido, son interpretaciones que permiten asumir los retos
que aparecen en la vida hoy.

Las propuestas de sistematización parten de enfoques epistemológicos disímiles y por esta


razón diferentes procesos metodológicos, hay en todas ellas elementos recurrentes entre los
cuales se encuentra el objetivo de producir conocimiento a partir de las experiencias en

12
procesos de construcción social. Es decir, la reflexión que se hace en el momento presente
sobre lo sucedido para una nueva futura acción social.

Sistematizar resulta ser una tarea que permite dar cuenta de las acciones realizadas en cada
momento de un proceso, así como también puntualizar los aprendizajes que se construyan
entre quienes participan de ellos. Por lo tanto, de lo que se trata es de organizar e interpretar
las acciones, así como compartir la experiencia con otros y contribuir al crecimiento de
otras instituciones y personas. Como herramienta de las ciencias sociales, es una
experiencia educativa, un acto pedagógico mediante la cual se toma conciencia de la
experiencia que genera conocimiento reflexionando permanentemente la práctica.

Entonces, la sistematización es un proceso metodológico donde se recupera la relación


con la acción; organizando, escribiendo y analizando lo que se desarrolla en su práctica
para darla a conocer en los ámbitos externos e internos. La sistematización es un nivel
superior a la evaluación que permite lograr consensos básicos en los equipos de trabajo para
su intervención, permite intercambiar experiencias y socializarlas para que otros puedan
aprehenderlas, retomar y ajustar experiencias anteriores, reinterpretar la realidad y
desarrollar conocimiento, es decir, construir teorías sobre procesos sociales basadas en la
práctica.

Mientras el seguimiento y la evaluación recopilan y valoran los datos comparándolos con


propósitos y metas; la sistematización desarrolla elaboraciones conceptuales,
metodológicas e instrumentales a partir de las vivencias de los actores modificándolas de
acuerdo con la re significación hecha por los mismos. De acuerdo con Puerta (1997), la
sistematización como proceso de reflexión requiere un marco de referencia y un método de
trabajo que permita organizar el análisis de las experiencias y dar cuenta de lo que se hace,
facilitando la comunicación de los saberes construidos y la toma de conciencia de lo
realizado.

13
Si bien hay diferentes enfoques4 que guían la labor investigativa de la sistematización,
para este caso se utilizará el propuesto por el Grupo de Educación Popular de la
Universidad del Valle. Propuesta que entiende la sistematización como un proceso
interpretativo que busca comprender la lógica que subyace a la experiencia a partir de
relatos (interpretaciones) de los actores, para entender los universos de sentido, sus
contradicciones internas y la gramática de las relaciones que se dan entre los actores que
participaron de la experiencia (Hleap, J. y Zúñiga, M. 1993, págs. 10-13). Es decir, que la
propuesta busca entender cómo cada actor comprende la experiencia, cómo se dieron las
relaciones entre los diferentes actores y qué posición asume cada uno de los actores dentro
de la experiencia, todo esto mediante de la reinterpretación que cada uno de los actores
hace a través de su lenguaje.

Desde esta perspectiva la propuesta de sistematización de la dimensión educativa de la


cartografía social, implica la recolección o provocación de los relatos sobre ésta, en boca de
los diferentes actores que han participado en la construcción y aplicación de la misma,
relatos que serán entendidos como interpretaciones de la experiencia.

La propuesta de sistematización elaborada por el grupo de Educación Popular se nutre


básicamente de la hermenéutica. Desde esta perspectiva, para la sistematización de la
dimensión educativa de la Cartografía Social se tendrá una mirada atenta sobre el lenguaje,
entendido siempre como una interpretación, y de esta forma será necesario preguntarse por
quien ha planteado la interpretación (Foucault,1967, pág. 150).

Al repasar una experiencia e intentar reconstruir lo sucedido basado en las diferentes


versiones que puedan surgir sobre ésta, es decir, a partir de las interpretaciones de cada uno

4
Entre los cuales se pueden señalar: enfoque histórico –dialéctico, el enfoque dialógico interactivo, el
enfoque de la reflexividad y la construcción de la experiencia humana, el enfoque deconstructivo. Para mayor
información véase Revista La Piragua No. 16. 1999. Antonio Puerta (1997) presenta nueve enfoques
conceptuales sobre sistematización: como síntesis teórico-práctica; como búsqueda del significado de las
acciones; cómo proceso de reflexión; cómo contextualización; como balance e interpretación de la
experiencia; como proceso generador de conciencia; como informe de una experiencia educativa o de una
acción social; como herramienta de transformación social; como producción de conocimiento.

14
de los actores, empieza un nuevo proceso de construcción de sentido con relación a lo
vivido, sentido y construido. No es precisamente una reconstrucción, sino una nueva
construcción, en la medida en que es producto de la interpretación que surge de la reflexión
con el momento actual y no con aquel en el que sucedió el evento.

La sistematización busca comprender la experiencia desde los diferentes actores quienes


aportan sus interpretaciones y las confrontan. Es decir, un proceso que busca, con base en
relatos individuales, construir el universo de sentido de la experiencia. Así, la
sistematización adquiere desde esta perspectiva una mayor complejidad, porque no solo se
limita a la organización de la memoria de la experiencia, sino que se constituye en un
espacio de reflexión donde el sentido toma vida y en el que los diferentes actores, desde sus
miradas particulares, desde sus expectativas, deseos y realizaciones concretas, además de la
vivencia de la experiencia, buscan un mayor aprovechamiento y cualificación de la misma.

En esta propuesta, el diálogo es la forma de mediación que se establece entre los


diferentes actores sobre la experiencia. En la interacción que se establece, los actores
hablan, escuchan e interpretan sus propios puntos de vista y los de los demás con base en
los elementos de su realidad, es decir, con base en sus concepciones y percepciones. En
este proceso dialógico, al comunicar los puntos de vista que cada uno tiene sobre la
experiencia respecto al mismo proceso, los actores pueden modificar sus ideas, al tiempo
que eventualmente influyen en los otros para enriquecer la interpretación colectiva de la
experiencia.

El concepto de experiencia es el punto de partida. Se refiere a un conjunto de vivencias y


prácticas (individuales y colectivas); a una historia vivida, al contexto en el cual se
enmarca, a un presente continuo. Rescato la especialidad y la temporalidad de la
experiencia, los actores que forman parte de ésta, las relaciones entre los actores y la
interpretación que cada uno de ellos hace de la experiencia misma. El ejercicio propuesto
parte de reconocer que hay “algo” sobre lo cual se va hacer una mirada específica.

15
Durante la sistematización se tiene una mirada atenta sobre los elementos y la relación
entre éstos, definiendo las categorías de actor (como elementos) para establecer las
relaciones que se tejen entre éstos. Entre los actores existen relaciones de poder, de control
y de conocimiento y para poder verlas es necesario definir un punto de vista. No es
suficiente partir de la idea de la experiencia como lo empírico, hay que ver un poco más
allá de lo que se presenta frente a los sentidos, y eso estará dado por la interpretación de la
experiencia.

Para llevar a cabo la sistematización de la dimensión educativa de la cartografía social se


desarrolló una primera fase de caracterización de la experiencia, mediante la recolección de
información con base en dos tipos de fuente: los documentos, resultado de la experiencia y
los relatos de los actores de la experiencia. De esta manera se construyó el contexto de la
experiencia y se recogió la interpretación de los diferentes actores.

Metodológicamente se comenzó con la provocación y recolección de relatos


comprendidos como interpretaciones desde la experiencia vivida por cada uno de los
participantes, a través de los cuales se evidencia la realidad de la experiencia para cada uno
de ellos. Para la provocación y recolección de relatos se utilizaron diferentes espacios de
diálogo: un taller de cartografía social en el que participó el colectivo de La Minga,
entrevistas a actores relacionados con la experiencia, participación en el taller de
aprendizaje colectivo realizado como parte de las actividades del proyecto “Fortalecimiento
a organizaciones e instituciones que hacen conservación de biodiversidad con participación
comunitaria”5 y lectura de los documentos producidos sobre la metodología por miembros
de La Minga, como por algunas instituciones. De esta manera, cada participante construyó
su sentido de la experiencia y manifestó a través de él su comprensión del proceso, su rol en
ésta y las relaciones y tipo de relaciones que estableció con los otros.

La construcción de los relatos es un acto de sentido y de significatividad. Esto implica


poner a cada individuo con sus experiencias, como eje del proceso tanto en lo individual,

5
Ejecutado por la Universidad de La Florida entre los años 2002 y 2005 en Colombia y Ecuador.

16
como en lo colectivo. Es decir, como ser humano y como ser social, pues cada persona
significa e interpreta la realidad según su formación, sus conocimientos, sus experiencias y
sus valores, y transforma sus percepciones en la medida en que establece interrelaciones en
las que surgen tensiones, contradicciones y acuerdos; esta dinámica de relaciones produce
transformaciones conceptuales y actitudinales.

Este primer paso, la re-construcción, permitió reelaborar la historia de la construcción de


la metodología al interior del colectivo de La Minga, la construcción de una periodización
endógena basada en el tipo de relaciones que mediaron la aplicación de la metodología,
como también la identificación de diferentes categorías de actor, producto de la perspectiva
en que se colocan los participantes al contar su relato.

Posteriormente se llevó a cabo la Interpretación. El ejercicio de interpretación consiste en


hacer lecturas de los diferentes relatos de tal manera que sea posible captar el sentido de la
experiencia, consiste en encontrar los principios de legibilidad de la experiencia, los cuales
se encuentran en los relatos mismos. La interpretación es un proceso que busca llenar de
sentido la experiencia y su comprensión global. Para poder llevar a cabo esta fase, se
realizan tres tipos de lectura: extensiva, intensiva y comparativa.

Como resultado de la lectura extensiva se definieron los “núcleos temáticos” que están
basados en la identificación, de los grandes temas que se encuentran en todos los relatos y
las diferentes variantes de cada tema. Se entiende por núcleos temáticos, las unidades de
sentido que condensan las significaciones que los actores resaltan de la experiencia en los
relatos recogidos en las entrevistas (Notas de Clase. Técnicas). Para poder llevar a cabo esta
identificación se elaboró un cuadro comparativo que permitió identificar los temas
recurrentes que aparecen en los relatos y cómo son éstos definidos por cada uno de los
diferentes actores. En este caso se identificaron inicialmente varios núcleos temáticos que
al ir depurándolos se consolidaron en dos: territorio y relación de saberes.

17
Una vez establecidos los núcleos temáticos se continuó con la lectura intensiva. Este tipo
de lectura permite ver cómo cada núcleo temático se expande en cada relato y de esta
manera posibilita entender cómo en cada relato se relaciona un tema con el otro. Como
resultado aparecen los ejes estructurales de la experiencia. Esto se logra escudriñando en las
posiciones asumidas por cada uno de los actores frente a los núcleos temáticos, lo que
permite identificar similitudes y diferencias.

Finalmente, se llevó a cabo la lectura comparativa mediante la cual se busca conocer la


“gramática” de las relaciones sociales al interior de la experiencia. Dicho de otra manera,
esta lectura permite identificar los discursos hegemónicos y los subalternos, cómo se dieron
las transformaciones y las negociaciones en torno a la construcción y aplicación de la
metodología. Este proceso es el resultado de comparar las diferentes visiones que tiene
cada actor de los diferentes núcleos temáticos de tal forma que se evidencie cuál es la
visión que se impuso y cuál quedó subordinada.

La investigación, es decir, el ejercicio mismo de la sistematización es a su vez un ejercicio


pedagógico para las personas que participan de ésta, sin embargo, para este trabajo, lo es
principalmente el resultado de la sistematización. De esta manera su tercera y última fase,
llamada Potenciación, es un elemento constitutivo de todo el proceso que posibilita que los
actores conflictúen sus versiones, interpreten y pongan en juego los diferentes sentidos para
comprender, a partir de la diferencia y la negociación, en el consenso (o en el disenso), la
riqueza y el potencial de la experiencia (Zúñiga, M. y otros, 1995, pág.13); sin embargo
también busca proyectar la experiencia, o darla a conocer como una experiencia de
educación popular de adultos. En este caso, se dio principalmente a través de dos espacios
de diálogo y construcción: el taller de cartografía social con el colectivo de La Minga y el
taller de aprendizaje colectivo sobre cartografía social dentro del proyecto ejecutado por La
Universidad de La Florida.

Este punto es importante en lo que se refiere a la cartografía social, porque ésta ha sido
utilizada principalmente dentro de procesos de planeación participativa, sin embargo, los

18
procesos de intercambio de saberes y de construcción colectiva que han sido fundamentales
en estos procesos han quedado un poco al margen de la observación detallada tanto de los
“facilitadores” como de las instituciones que han contratado este tipo de metodologías
como parte de las acciones de planeación local. La intención es focalizar la atención hacia
aquello que se desea comprender y que responde a la pregunta ¿qué se debe sistematizar?
Es decir, este trabajo pretende dar cuenta de un aspecto específico de la metodología más
allá del objeto inicial para el cual fue creada -que obedece principalmente a ser una
propuesta de planeación participativa en niveles locales de territorialidad-, el énfasis está en
dar cuenta de la dimensión educativa de la experiencia, entendida como una dimensión
analítica que permita mirar las lógicas internas en la relación de saberes.

A manera de conclusión, la sistematización propuesta como proceso de reflexión está


basada en la reconstrucción que hicieron los actores vinculados a la experiencia, para lo
cual se provocaron y analizaron relatos, buscando comprender las relaciones que se tejen
entre los diferentes actores y aportando de esta manera una mirada específica sobre la
dimensión educativa de la cartografía social, partiendo de la hipótesis de que ésta es en sí
misma un ejercicio de construcción colectiva de conocimiento.

19
3. MEMORIA HISTÓRICA: RECONSTRUYENDO LA HISTORIA DE LA
CONSTRUCCIÓN DE LA CARTOGRAFÍA SOCIAL

A continuación se presenta un recuento de las experiencias individuales y colectivas de los


miembros de La Minga6 que posibilitaron la construcción y puesta en práctica de la
Cartografía Social, a su vez se va viendo cómo algunas de éstas alimentaron el discurso de
la metodología y se convirtieron en la argumentación de la Fundación y sus miembros a
cerca de ésta. Este relato es principalmente resultado del taller realizado en 2000 con los
miembros de La Minga7, en desarrollo de las actividades propuestas para la provocación y
reflexión colectiva de los relatos al interior de uno de los actores de la experiencia, así
como la información recogida en los textos producidos (artículos e informes) que se
detallan en la bibliografía. Producto del taller de reflexión colectiva con La Minga se
organizó lo que aquí se presenta como “cronología endógena” respondiendo a la inquietud
planteada sobre la importancia que tuvo para este colectivo, en la construcción de la
Cartografía Social, cada una de las prácticas.

En concordancia con la propuesta de sistematización elegida, la primea fase de este


trabajo incluye la caracterización de la experiencia, referida a lo espacial, los objetivos,
algunas características especiales del uso de la metodología y los actores con los que se
relaciona. Se presenta, entonces un breve resumen del inicio de la construcción de la
metodología y su posterior desarrollo, definiendo dónde se ha trabajado, con quien y cuáles
han sido los objetivos que han orientado la utilización de la metodología, para
posteriormente adentrarse en la cronología endógena.

6
Se habla de “La Minga” refiriéndose a las personas que se reconocen como tal, independientemente
de que actualmente se encuentren agrupadas bajo la figura legal de ONG o se encuentren trabajando
individualmente, pero que han sido parte integrante del proceso de construcción de la metodología cartografía
social.
7
Las citas que aparecen en este capítulo son tomadas tanto de los documentos escritos de la
Fundación La Minga, pero principalmente de las intervenciones de los miembros de La Minga durante el
taller de sistematización llevado a cabo en Bogotá en el año 2000, por esta razón no voy a citar la fuente en
cada una de las citas.

20
En 1986 se inició el proceso individual de acercamiento a mapas por parte de algunos
miembros de La Minga. En aquel momento, los mapas se vincularon al proceso del “Plan
Solidario Para Recuperar La Vida” adelantado por los habitantes de varios corregimientos
del Norte del Cauca con el apoyo de EMCODES (Empresa Cooperativa de Desarrollo).
Los mapas técnicos fueron utilizados para dar miradas específicas sobre el territorio,
vinculadas a la organización comunitaria.

El trabajo que venía haciendo EMCODES se relacionó con el que venía realizando el
equipo del CIAT (Centro Interamericano de Agricultura Tropical), en función de las
comunidades realizando ejercicios de planeación con base a cartografías temáticas, con
superposiciones y establecimiento de redes. “Entonces, luego, cuando se ven los dos
grupos se empieza a mirar cómo construir un tipo de mapa pero con la gente”.

“Cuando la gente va a un [médico] convencional, le entrega el cuerpo


al poder sanatorio y pierde la responsabilidad sobre sí mismo, en
cambio la medicina alternativa, lo que hace es crear un proceso de
interacción en el cual la persona enferma mantiene la responsabilidad
sobre sí mismo, interacciona con otro, aprende, incrementa su
conocimiento, se hace más sabio y el que lo acompaña en ese proceso de
curación también se hace más sabio. Entonces ahí juega también eso, la
visión técnica le quita a la gente la responsabilidad de su territorio, de
su vida.”

Algunos miembros o funcionarios de EMCODES fueron posteriormente los fundadores de


La Minga, sin embargo, todavía les quedaba caminos por recorrer antes de constituirla.
Como parte del grupo de “solidarios” con el movimiento de autoridades indígenas del Sur
Occidente (hoy de Colombia), se elaboraron otro tipo de mapas con el propósito de apoyar
la lucha por el territorio que venían adelantando algunas comunidades indígenas en el
departamento del Cauca.

21
Después de 5 años hacia 1991, con otras experiencias de utilización de mapas “técnicos”
vinculados a procesos comunitarios, el municipio de Silvia eligió por primera vez un
alcalde indígena. Los Cabildos Indígenas de Guambía, Ambaló, Quizgó, Pitayó, entre
otros, habían logrado llegar a la administración del municipio. Se emprendió, entonces, un
proceso de planeación participativa en donde se dio un vuelco al uso de la cartografía. Los
mapas ya no fueron elaborados por profesionales o técnicos sino por miembros de las
comunidades indígenas y campesinas habitantes del municipio.

“En ese ejercicio de Silvia, que me parece interesante. Ahí es donde se


utiliza por primera vez el nombre de Cartografía Social. Hasta antes,
era un mapa construido con la gente, ya se había hecho el primer
ejercicio que era el mapa ecológico – económico, el mapa administrativo
– político – infraestructural y se incorpora el cuento de las relaciones
interpersonales interculturales y se empieza a trabajar luego el mapa de
conflictos”

Una de las ideas que sustentaba este tipo de propuesta de planeación participativa, fue
poner sobre la mesa el saber que los pueblos indígenas tienen sobre su territorio. El
reconocimiento de que “quien habita el territorio es quien lo conoce” y sobre ese
conocimiento es posible adelantar procesos de planeación, permitió proponer una nueva
utilización de los mapas. A partir de este momento la elaboración de los mapas fue
colectiva (producto de la conversación entre los participantes) y se utilizó para procesos de
planeación. Este también fue el contexto en el cual se constituyó a La Minga como
Fundación, cuyo principal activo era precisamente la propuesta metodológica que se
identificaba como Cartografía Social y que posteriormente se fue consolidando.

En ese momento, los mapas se elaboraban con base en la cartografía del Instituto
Geográfico “Agustín Codazzi” disponible sobre el municipio (1:25.000) ampliado con
ayuda de la cuadrícula ó de un pantógrafo. Se propusieron tres tipos de mapas (variables) y
los tres tiempos (pasado, presente y futuro), los cuales fueron trabajados inicialmente en el

22
nivel del municipio a escala 1:25.000, en el nivel de resguardo o corregimiento a escala
1:10.000 y en el nivel veredal a 1:2.000. Con base en este ejercicio tomó cuerpo la
metodología que posteriormente se llamó Cartografía Social.

El trabajo con los diferentes Cabildos Indígenas en el municipio de Silvia permitió la


vinculación de la cartografía en la elaboración del Plan de Desarrollo del resguardo de
Mosoco, que venía liderando el Cabildo con el apoyo de CENCOA (Central de
Cooperativas Agrarias). Para este mismo momento, ya en 1992 la metodología también fue
utilizada por el Alcalde del municipio de Totoró (Cauca) para la elaboración del Plan de
Desarrollo Municipal.

Posterior a la experiencia del municipio de Silvia, se realizó un contrato con el proyecto


Biopacífico, con el objeto de hacer el reconocimiento de las organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales que habían venido adelantando proyectos o
procesos en el área de su interés, es decir, en la región definida como Chocó Biogeográfico
que cubre la cuenca del pacífico en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y
Nariño. Esta experiencia permitió hacer uso de la cartografía con objetivos distintos a los
de la planeación como proceso y la vinculó específicamente a la fase de diagnóstico de
situaciones concretas e incluyó áreas geográficas mucho más amplias que requirieron el uso
de cartografía a escalas más pequeñas y con menos posibilidad para el detalle. El cambio
se hizo, entonces, en las guías formuladas para la elaboración de los mapas, sustentado
sobre la base de que “una buena pregunta es sinónimo de una buena respuesta”8.

Hacia 1995 se presentó la oportunidad de vinculación de los miembros de La Minga al


proyecto “Fortalecimiento de la Democracia y los Derechos Humanos en el Suroccidente
Colombiano”, ejecutado por la Universidad del Valle y financiado por la Comisión
Europea. La vinculación se llevó a cabo individualmente, sin embargo el proyecto se
soportó sobre las alianzas, que hasta ese momento, había construido la Fundación con
8
La elaboración de los mapas se hace con base en unas guías previamente elaboradas orientadas a la
búsqueda de construcción de información con objetivos propuestos por la orientación de los facilitadores que
en muchos casos responde a la intención de quien contrata.

23
grupos comunitarios. De esta manera el trabajo del proyecto se orientó, principalmente, a
apoyar o continuar trabajos y alianzas que los miembros de La Minga habían establecido
previamente. El proyecto comprendía tres fases o programas y se soportó en la primera de
ellas en la cual se aplicó la Cartografía Social, para el reconocimiento territorial, con el
objetivo introducir en el trabajo la defensa de los derechos colectivos de los grupos étnicos.
Se trabajó entonces, con el Resguardo de Quizgó (municipio de Silvia, Cauca), el
Resguardo de Mosoco (municipio de Páez, Cauca), Municipio de Colón (Valle de
Sibundoy, Putumayo), Cooperativa de Mineros en el Municipio de Buenos Aires (Cauca),
Río Guapi Arriba (Cauca) y Barrio El Porvenir en Santander de Quilichao (Cauca).

La vinculación a este proyecto conllevó también la organización de dos grupos de trabajo,


una vez que dos de los miembros de la Fundación se radicaron en la ciudad de Cali,
mientras que los otros mantuvieron su residencia en la ciudad de Bogotá, lo que también
significó el fortalecimiento de alianzas distintas, con participación en talleres o procesos
con diferente origen, manteniendo la vinculación a través de trabajos con la participación
de miembros de ambas sedes y la realización de reuniones anuales para la puesta en común
de experiencias.

Paralelamente al proyecto UNIVALLE – Comisión Europea, en 1996 se realizó un


contrato con Plan Pacífico en el río Raposo, cuyo objeto era la mitigación de la actividad
minera en el río. El trabajo se orientó al fortalecimiento de la organización comunitaria con
base en la Ley 70 y en la posibilidad de constituir una autoridad propia y un territorio
colectivo para poder hacer frente a los procesos extractivos que se habían venido realizando
en el río.

A principios de 1996 se realizó una primera experiencia de utilización de la metodología


al interior de una organización con el objetivo de vincularlo a acciones de evaluación y
planeación de los programas adelantados por esta ONG. Los miembros de GAIA
elaboraron mapas de los ríos en los cuales se venían adelantando procesos. Se elaboraron
mapas por cada uno de los ríos en los que venían trabajando (Caquetá, Mirití, Apaporis y

24
Pirá-Paraná), además se elaboraron mapas de contexto de la región amazónica,
identificando las acciones o sitios en donde se percibían amenazas tanto para la población
amazónica como para su territorio.

Entre 1996 y 1997, con base en la alianza de Fundaminga con Dumer Mamián y los
resguardos del Gran Cumbal se realizan talleres de Cartografía Social en los resguardos de
Muellamués, Panam, Cumbal, Carlosama y Chiles. En Agosto de 1996 se realizan otros
talleres en la Sierra Nevada de Santa Marta en el asentamiento de Nabusímake.

Durante este mismo período de tiempo, en vinculación con la Fundación Árboles y


Arrecifes y Coralina (Corporación Autónoma Regional de San Andrés y Providencia) se
utilizó la metodología para la elaboración del Plan de Ordenamiento Ambiental de la Isla de
Providencia. Esta experiencia permitió a los miembros de La Minga comprender el mar
como “territorio” y a vincular más directamente la metodología dentro de los procesos de
ordenamiento territorial, que para ese momento se venían proponiendo a nivel nacional.

A partir de esta experiencia se generaron diferencias entre el representante legal y el


director ejecutivo de La Minga lo que conllevó a una separación temporal de las actividades
de las dos sedes y como resultado establecieron alianzas con diferente nivel de intensidad
en diferentes regiones de Colombia.

Desde la sede de Bogotá, con Fundaminga9 se comienza a establecer una fuerte alianza
con GAIA Amazonas, lo que lleva a la vinculación directa dos de sus miembros a esta
organización cuya zona de trabajo es la región de la Amazonía colombiana. Como
resultado, la Cartografía Social se utilizó para la construcción de propuestas indígenas de
ordenamiento territorial, en el departamento del Amazonas, trabajo realizado por convenio
con la fundación GAIA – Amazonas, en desarrollo del programa COAMA –Consolidación

9
La división entre el Representante Legal y el Director Ejecutivo de Fundación La Minga, conllevó la
creación por parte del primero de otra organización bajo el nombre Fundaminga.

25
Amazónica- con el apoyo de la Unión Europea y los gobiernos de Austria, Holanda y
Dinamarca.

La sede Cali comienza a ejecutar el proyecto “Fortalecimiento de Comunidades Negras en


Tierrabomba – Cartagena – y los departamentos de Chocó y Cauca” financiado por la
Comisión Europea y a vincularse a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca
(CVC) a través de experiencias cortas de planeación participativa en el nivel local,
inicialmente con comunidades indígenas y negras, y posteriormente, también con sectores
campesinos, asentados en el departamento del Valle del Cauca. El proyecto La Minga –
Comisión Europea se ejecuta en acuerdo con organizaciones de comunidades negras en
varias regiones de los departamentos de Cauca y Chocó, y en la isla de Tierrabomba, en
Cartagena. Para este trabajo el uso de la metodología se vinculó al reconocimiento de los
territorios de comunidades negras para la conformación de Consejos Comunitarios de
Comunidades Negras y el apoyo a la elaboración de las solicitudes de titulación colectiva,
de acuerdo a la Ley 70 y a su decreto reglamentario 1745. Se continuó el trabajo en
Buenos Aires (Cauca) con el, para entonces conformado, Consejo Comunitario del Cerro
Teta, también se continuó apoyando el trabajo de Cococauca en el río Guapi y se
establecieron nuevas relaciones con ACADESAN Asociación Campesina del San Juan (hoy
día, Consejo Comunitario General del San Juan) y el Proceso de Comunidades Negras de
Cartagena.

Para finales de 1997 y principios de 1998, Fundaminga lleva a cabo una segunda
experiencia al interior de una institución, esta vez, promovida por la oficina de personal de
ECOPETROL. Consultoría a la Empresa Colombiana de Petróleos – ECOPETROL-
Gerencia de Relaciones Laborares – Coordinación Corporativa de Salud Ocupacional.
Taller experimental de Cartografía Social para la Construcción del Panorama Integral de
Salud Ocupacional – PISO-. Posteriormente realizarían otras acciones similares con
ENDA- América Latina en 1999 y una cuarta con CLEBER, Corporación Laboral del Sur
de Bolívar en 2001.

26
Mapa. Evaluación ENDA

Desde 1998 se comienzan los trabajos de “planeación participativa en el nivel local” con
la CVC en el departamento del Valle del Cauca. Hasta el momento se ha realizado este tipo
de propuesta en los resguardos y/o cabildos indígenas de Kwet Wala, Guasirumas, San
Joaquincito, Pepitas, Puerto Pizario y Niaza. También con comunidades negras, con los
Consejos Comunitarios de Río Naya, Río Cajambre, Llano Bajo – Río Anchicayá, Campo
Hermoso – río Dagua, Calle Larga, Bazán – La Bocana, Agua Clara y Malaguita – Río San
Juan; en los Corregimientos de Robles, Quinamayó, Villapaz y La Ventura – Jamundí, en el
Corregimiento del Hormiguero – Cali y en los barrios de San Rafael, Santa Bárbara y
Chapinero en el área urbana de El Cerrito. Con sectores campesinos de ACARDES
(Asociación de Grupos Comunitarios Ambientales de la Cuenca del Río Desbaratado),
Vereda de Playa Rica – Obando, Vereda de Volcanes – Río Frío, Corregimiento La Paz –
Cali, Vereda Alto de los Mangos – Cali y Comité Ecológico Pro Cuenca del Río Amaime
CERPRA. Continuando con los resguardos indígenas de Dachi Drúa Monde en el
municipio de Ansermanuevo y Drúa Do en el municipio de Trujillo.

27
Foto. Elaboración Mapa del Futuro, Resguardo Puerto Pizario (Buenaventura)

Al interior de GAIA, con el apoyo de los dos miembros de Fundaminga, se fue dando un
proceso de apropiación de la propuesta metodológica y finalmente se establecieron dos
vertientes según comentó Juan Carlos Preciado “ …hacen cartografía social con un sesgo
más convencional, como el utilizado para la construcción del Plan de Ordenamiento del
CRIMA (Consejo Regional del Medio Amazonas); el otro, vinculado a procesos “de la
gente” con proyectos de reestructuración de la territorialidad y el manejo del tiempo
(calendario) y de los recursos naturales.”

Mapa. Territorios Indígenas Río Taraira

28
Dentro del trabajo adelantado entre GAIA y Fundaminga, desde 1996, están las acciones
llevadas a cabo en el Predio Putumayo, Arica, La Chorrera, San Rafael – El Encanto,
Puerto Alegría, municipio de Mitú (ordenamiento territorial municipal), Leticia – Tabatina
y resguardo Ticuna – Huitoto. En algunos casos el trabajo se ha vinculado a organizaciones
indígenas, esto sucede para el bajo Caquetá, donde el trabajo se realiza con AIPEA, en los
resguardos de Córdoba, Comeyafú, Curare, Los Ingleses con las comunidades de
Camaritagua, Bacurí, Cameyafú-Tanimuka y Cameyafú – Yacuna, Angosturas y Poricada.
Con ACIMA en el río Mirití-Paraná, en las comunidades de Puerto Lago, Quebrada Negra,
Puerto Nuevo, Puerto Guayabo, Wacaca, Centro Oiyaca, Puerto Libre, Mamura, Jariye.
Con PANI (organización étnica Miraña-mura) en el resguardo Mirití con las comunidades
de Mariápolis, Puerto Remanso, Puerto Solarte y San Francisco.

Mapa. Río Taraira Calendario Indígena

En el 2000, en un trabajo conjunto entre La Minga y el Observatorio Sismológico del Sur


Occidente, se utilizó la cartografía social para la construcción de los mapas de amenazas y
riesgos para el Plan de Ordenamiento Territorial de Buenaventura, identificando amenazas,

29
vulnerabilidades y de esta manera escenarios de riesgo en el casco urbano de Buenaventura.
Este ejercicio permitió que las comunidades construyeran un nuevo concepto de
vulnerabilidad, entendida ésta como un resultante de la red de relaciones que la población
construye a partir de su relación con la naturaleza, es decir que las sociedades son más o
menos vulnerables dependiendo de la armonía o desarmonía existente entre naturaleza,
cultura, producción y gobierno. A los miembros del OSSO les permitió acercarse a otros
escenarios de riesgos que generan un número considerable de muertes en Buenaventura
como lo son, las vías principales del puerto.

De esta forma se ha ido utilizando la propuesta de Cartografía Social con diferentes fines,
en diferentes partes de Colombia y con una intensidad distinta en términos en el
establecimiento de relaciones con los otros. Si bien, el trabajo con Cartografía Social ha
continuado en manos de las personas de La Minga ó Fundaminga, e incluso en manos de
otras personas, para el efecto de este trabajo se ha hecho un corte en el tiempo para poder
comprender el proceso hasta esta fecha.

30
3.1. CRONOLOGÍA ENDÓGENA

Como se mencionó al inicio de este capítulo, para re-construir la experiencia de la


cartografía social se llevó a cabo un taller de “cartografía social” (valga la redundancia) con
los integrantes de La Minga y como resultado se elaboró un mapa en el cual se localizaron
las experiencias, pero además, el ejercicio de reflexión colectiva posibilitó la
caracterización de las mismas, teniendo en cuenta la relación que se había establecido con
los actores locales y lo que esta relación implicaba, para alguno o varios miembros de La
Minga. Caracterización que muestra además la importancia que para la construcción de la
metodología y su desarrollo han tenido cada una de ellas.

De esta forma se definieron cuatro tipos de relación. La primera categoría es la de


Practicante, relación que se ha dado en tres casos. Uno, en la relación establecida con el
Resguardo de La Paila; dos, en el municipio de Silvia y tres, en el río Mirití, en el
Amazonas.

“A: practicante, como una relación con el territorio, donde el propósito


no es pintar sino apropiar, descifrar,
“G: reconocer.
“JC: practicante, un poco en el sentido que plantea Castañeda, un
practicante es decir, como una vivencia entorno a construir
conocimiento de alguna manera.
“A: yo lo que le entendí a Helena, que decía, cuando salía a caminar
con ellos, entonces allí aparecía una territorialidad, es decir, no se
hablaba desconectado de … cuando usted camina allá en el Mirirtí
también. Es decir, hacemos mapas pero la palabra está vinculada al
entorno y empieza a decir “miércoles, pero yo no estoy andando por un
lugar igual a otro, este lugar tiene una palabra y una manera de
enunciarlo, de sentirlo”

31
Fue producto de la relación con en el resguardo de Guambía (Silvia) que se amplía hacia
una mirada del municipio y es allí donde se da el paso pintar los mapas con la gente,

“A mi me parece que Silvia luego le da otro sentido, porque ya estamos


conviviendo con ellos y es cuando el grupo se reúne a definir unos tipos
de mapas a construir con la gente y fue en el mismo taller con ellos, que
se definieron, la noche anterior, se definieron todos los tipos de mapas y
con ellos se pintaron por primera vez los diversos tipos de mapas”.

De esta manera, la relación de practicante se construye al acompañar – vivir en


comunidades indígenas que les permite a los miembros de La Minga conocer más a fondo
los procesos de apropiación y construcción social del territorio. En este sentido, existe allí
un acercamiento al otro que implica la convivencia.

“…es de practicante, que no llega con la urgencia de hacer un taller,


de echar un cuento sobre cómo producir socialmente conocimiento o
sobre como tantas cosas. Realmente, es mucho más silencioso, más
atento, digamos, realmente, como dirían ellos: al que no pide no se le da.
Si no se pide realmente uno no puede imponer. Se queda simplemente en
llegar al momento de hacer taller de esto o aquello. En este caso, el
mismo proceso va pidiendo y la misma gente se va dando cuenta de que
esa propuesta, esa técnica de los blancos, de explorar el territorio,
vinculada a su palabra de origen es muy importante y les permite a las
mismas personas que quieren recuperar su tradición, recuperarla.”

La relación se teje de una manera distinta, sin afanes de salir. Se teje en un proceso lento
de ir conociendo y aprendiendo la manera de vivir del otro, que permita adentrarse e ir
identificando cómo el acompañamiento puede surtir efecto tanto en el proceso comunitario
como en el enriquecimiento de la metodología. De esta forma también se aprendió que es
importante realizar recorridos con la gente en todas las experiencias, independientemente

32
de la relación que se establezca, porque como dicen los mayores en Guambía “para
conocer hay que caminar”.

“yo decía que la cartografía no era una cosa de hacer los mapas, sino
que era una especie de intuición, una especie de manera de sentir y de
vivir un territorio. Allá usted va a vivir, lo que aprende es a caminar,
como hacia Helena con la gente y a escuchar lo que la gente dice de su
propio territorio. ¿Y, que es lo que uno les da? pues se va volviendo
como el espejo para ellos. Es un poco lo que ellos hacen en el
mambeadero. En el mambeadero cuando alguien habla nadie le
reprocha, el otro le devuelve, pero le devuelve su propia palabra. Son
como espejos, ellos también se vuelven como espejo de nosotros, y es
como la clave en procesos de largo aliento donde nos hemos metido.”

Este es un momento en el proceso de construcción de la metodología en donde no se


hacen mapas, se hacen recorridos territoriales, se camina con la gente, eso es lo que va a
dar el sentido al concepto de territorio, que como se observará más adelante es un eje
fundamental de la metodología. El resultado de la relación de practicante es el vínculo que
se establece con el territorio y con la gente que lo ha construido.

Este tipo de relación les ha permitido a los integrantes de Minga adentrarse en los saberes
tradicionales de grupos indígenas, su interpretación y organización del territorio, de hecho
reconociéndolo como tal al ser apropiado y manejado culturalmente por una comunidad.
Este acercamiento al “otro” también ha permitido favorecer procesos de construcción social
a través del diálogo sobre temas como territorio y autoridad propia, como también ha
permitido tener una mirada de cómo asumir la realidad de una forma un poco más integral.

“En ese sentido, un aporte de la metodología ha sido el incremento de la


legitimidad social de la organización, del proceso organizativo, el
incremento de la legitimidad social y cultural de los procesos de discusión

33
en materia de salud, educación, como se ha alimentado el proceso
productivo, y fundamentalmente la discusión sobre qué cosa es autoridad y
gobierno propio. Desde una manera de hacer las cosas, que la metodología,
lo ha permitido, y es que no se eche carreta sobre qué es el gobierno
propio, y no se le pregunta a la gente: ¿usted qué cree que es el gobierno
propio?, sino con la dinámica que generaron los mapas, con los
calendarios, eso ha puesto a la gente a discutir: bueno aquí, ¿cómo es que
se gobierna este territorio? Un aporte de la metodología es haber
consolidado la perspectiva integral, porque a mí me parece que cuando se
llegó a GAIA hace unos años había un discurso sobre la perspectiva
integral, pero no había una práctica de la perspectiva integral. Se
manejaba lo de las iniciativas productivas como microproyectos, la
educación por allá respondía a un asunto de un curso de profesionalización
y una asesoría puntual en las escuelas, la salud por ahí tenía un proyecto,
pues hacia asistencia cuando se podía, y lo legal, eran unos talleres de
leyes y de pronto una asesoría puntual en enfrentamiento con las
instituciones más que en reuniones de construcción. Yo creo que ese ha sido
el aporte esencial de la metodología, la consolidación en la práctica de una
perspectiva integral del trabajo.”

Hay también unas experiencias de practicantes que no las han realizado los miembros de
la Minga, pero que están vinculadas a ellos.

“… a mi me parece que esa experiencia, como practicantes, que inclusive


recupera la leyenda de Don Juan Chiles, que es todo un rollo, entonces,
puede que no la hayamos hecho directamente nosotros, pero evidentemente
es cercana a nosotros.

Este tipo de relación da origen a la segunda categoría que es llamada de practicante


amigo que se da en procesos en los cuales son personas cercanas a La Minga los que

34
asumen el proceso, como es el caso del trabajo llevado a cabo por Dumer Mamián con los
Pastos en Nariño.

La tercera es la relación de tallerista,

“Cuando a uno lo contrata una institución para hacer un taller de no se


qué, pues a qué hora hace “practicante”, no tiene momentos de compartir
sin el apremio el taller, sin el apremio del informe, sin el apremio de no se
qué…en términos de la relación con las instituciones, que van diciendo
“bonito lo que usted hace, pero sígalo haciendo pa’ nosotros, queda uno al
servicio de las instituciones para legitimar su intervención…”

Esta tercera categoría es aquella que representa un mayor número de experiencias y es a


su vez sobre la cual poco se ha ahondado al interior del colectivo de La Minga. En el
capítulo IV de este trabajo se ampliará el análisis a través de dos casos concretos de
aplicación de la metodología; con la Asociación de Grupos Ambientales de la Cuenca del
Río Desbaratado – ACARDES y con la Fundación Ecológica de Robles –
FUNECOROBLES en el marco de contratos puntuales realizados por la Corporación
Autónoma Regional del Valle del Cauca – CVC.

La cuarta es la de co-investigador que aparece como una necesidad para poder abordar el
trabajo a desarrollar, pero también como una posición distinta en la relación con los actores
locales. Este caso se ha dado principalmente en el trabajo llevado a cabo con los miembros
de la Junta Directiva de ACADESAN10, en el proceso de conformación de los Consejos
Comunitarios Locales, el fortalecimiento de la organización como Consejo General y en el
comienzo de la formulación de la solicitud del Territorio Colectivo, de acuerdo a lo
establecido en la Ley 70 de 1993.

10
Asociación Campesina del San Juan, ahora Consejo Comunitario General del Medio y Bajo San
Juan

35
“M: Ahí hay un aporte que es...., a mi lo que me parece más interesante
ahí es que el ejercicio se hacía con 4 grupos de trabajo, en los cuales ellos
tenían ya sus co-investigadores, de la gente, con unos tipos muy tenaces en
el manejo de transectos, de investigación biológica.
A: Esas investigaciones me parece que es una cosa bastante importante
como concepto.
M: y ellos siguen haciéndolo,
H: Eso también es lo que decía un poco Juan, en términos de que allá [en
el Mirití] hay gente, como el caso del motorista que también...., y cuando se
hizo lo de Silvia, se hizo así porque era un espacio tan amplio que era
imposible para dos pelagatos asumir todo el territorio, había que formar
gente (aprender haciendo, formación de formadores), formar y regar la
gente.
M: pero aquí hay un criterio que me parecía muy interesante en el San
Juan: que se hacían 2 talleres y reunión, glu,glu,glu, dos tres días dándonos
madera .
A: o sea, había un proceso de co-investigación mucho más profundo, lo de
Silvia si, correcto, pero en última instancia fue hasta cierto punto
coyuntural, no se formó el co-investigador como tal, participó, aprendió,
pero...., en cambio allí parece que hay una práctica mucho más sistemática
de reuniones, de compartir información,.., yo creo que la co-investigación
....
G: esta parte me parece a mí como un practicante, eso, hay otra fase de
investigación y ellos se ven como investigadores.
M. claro,…ya otra categoría.

La situación que diferencia la co-investigación de los otros tipos de relación, además de


las mencionadas anteriormente, es el grado de sistematización:

36
“A: Interesante, porque la co-investigación (se dispara sola), en la medida
en que tiene niveles de sistematización, que de alguna manera ya son
conocimientos sistemáticamente armados para construir propuestas de
manejo o modelos o no se que cosa. Es decir, el producto es lo que
diferenciaría al co-investigador del practicante, que si bien aquí hay un
proceso que podríamos llamar de co-investigación, todavía no tiene un
nivel de sistematización de tal naturaleza que uno pueda presentarlo como
un cuerpo sistemático. Porque yo sé que es la sistematización lo que
diferencia el asunto. Nosotros estamos por ejemplo, que a esto le falta
sistematización y que habría que dar ese paso; porque si no, como se
diferencia la co-investigación de, practicante, acompañante, qué se produce
por parte de ellos, porque no podemos decir que es co-investigación, ¿cuál
sería la diferencia? Es el nivel de sistematización, creo yo.”

Los anteriores tipos de relaciones, son además considerados de acuerdo con el tipo de
“alianza” que surge en el contacto con los otros. Se establecen, entonces diferentes tipos de
alianza. La primera, considerada como coyuntural porque se queda en el trabajo puntual de
la aplicación de la metodología; la segunda, intermedia porque continúa de una manera
leve con un tipo de relación intermitente y de manera puntual y la tercera, de largo aliento
debido a dos razones. Una de ellas, es que a pesar de que se originó en un taller es una
relación que se ha continuado y ampliado con algunos de los actores involucrados en el
proceso. La otra, es porque el trabajo de cartografía se llevó a cabo en medio de una
relación que venía desde hacía tiempo y que continúa en el tiempo.

La perspectiva desde el interior de La Minga frente a la relación con los otros actores
aparece mediada por la posibilidad de conocer al otro, es decir, de conocer y recorrer su
territorio; son aquellas prácticas de largo aliento en las que algún miembro de La Minga
tiene la posibilidad de compartir por un tiempo considerable con una comunidad
determinada en la que se valora el aporte que éstas han realizado a la metodología, pues
posibilitan la aplicación práctica y en contexto de la metodología y principalmente

37
alimentan el argumento de la Cartografía Social; otras experiencias resultan más de un afán
institucional por utilizar la cartografía social y de legitimar sus acciones; sin embargo, todas
ellas han sido una oportunidad para poner en práctica el discurso e incluso ir modificándolo
al contexto de cada una, mediante el acercamiento que posibilita el ejercicio colectivo de
reconstruir su territorio.

38
4. LECTURAS EXTENSIVA E INTENSIVA
4.1. LECTURA EXTENSIVA: LOS NÚCLEOS TEMÁTICOS.

Hasta este capítulo se ha realizado una aproximación a qué es la Cartografía Social, cómo
se construyó históricamente y su organización basada en la caracterización que la
Fundación hizo de sus prácticas; a continuación se presentan los resultados de las dos
lecturas (extensiva e intensiva) como la segunda fase del proceso de sistematización con las
que se definen los núcleos temáticos y la interpretación que realizan los actores vinculados
a la experiencia.

4.1.1. La Conceptualización

A partir del taller interno de Cartografía Social, realizado en Febrero de 2001, y con base
en textos escritos por parte de los miembros de La Minga y Fundaminga, se identificaron
los núcleos temáticos, entendidos como unidades de sentido que condensan las
significaciones que los actores resaltan en sus relatos (Hleap y Zúñiga, 1993 ). Con base en
la lectura extensiva de los relatos se identificaron dos núcleos temáticos: Territorio y
Relación de Saberes; los cuales incluyen otros conceptos como desarrollo, autonomía y
legitimación.

El concepto de Territorio

“El concepto más importante que me parece a mí es el de TERRITORIO como un


concepto fundamental, ese concepto de Territorio básicamente no era muy tenido en cuenta
en los procesos de acompañamiento que se hacía en los movimientos sociales en los años
70, porque ese concepto no hacía parte de las preguntas de los movimientos, digamos, de
izquierda. Básicamente se trabajaban medios de producción y entonces el territorio se
volvía tierra...”11

11
Las citas que no aparecen con referencia corresponden a las intervenciones de los miembros de La
Minga en el taller de sistematización o de los textos producidos por este colectivo.

39
Para los miembros de La Minga, “territorio” es el concepto introducido a través de la
cartografía social en los procesos de investigación-acción-participativa. Producto de la
relación tanto con los procesos indígenas amazónicos, guambianos, pastos y paeces como
de comunidades negras nortecaucanas. El concepto de territorio se encuentra relacionado
con el manejo del tiempo, del espacio, del lenguaje, de la ley de origen ó la memoria
histórica.
“…se descubre que realmente los indios tienen un concepto de territorio
bastante interesante, lo descubrimos también en Mueyamuez, por ejemplo
cuando hacemos talleres de ordenamiento territorial y aparece la primera
concepción de cómo se ordena un territorio a partir de los páramos, cómo se
manejan las pequeñas cuencas, y cómo realmente es un manejo completamente
distinto al que impone después el monocultivo de la papa, que rompe por
completo, es decir, casi que son interferencias de energía, cortes radicales, no
sólo de la memoria sino de la energía del lugar, el lugar empieza a ser
"profanado" en términos de un desarrollo que no consulta para nada, nada,
que no pide permiso ni al páramo, ni al agua, ni a nadie, sino que va, pues,
metiéndose ahí.”

La relación con pueblos indígenas y negros ha ido mucho más allá de un simple momento
de trabajo, por lo que las han llamado “alianzas de largo aliento” y, ha sido precisamente,
este tipo de relación la que ha permitido incorporar y darle la importancia a este concepto,
como constitutivo de la metodología.

“Yo creo que todo era como un aprendizaje, muy vinculado a un


acompañamiento permanente a un movimiento social, yo creo que si no
hubiera sido así, era muy difícil que se nos ocurrieran todas estas cosas, pero
la información básica, cualitativa y cuantitativa, más en estos procesos de
construir el territorio a partir de esta elaboración de mapas con la misma
gente…”.

40
El concepto de territorio se ha ido aclarando en la medida en que se han acompañado
procesos indígenas como el de recuperación del pueblo guambiano o el de ordenamiento de
los amazónicos. Este concepto también se nutre de los aportes que otras personas, quiénes
también venían apoyando procesos indígenas y negros, como Luis Guillermo Vasco, María
Teresa Findji, Víctor Daniel Bonilla, Orlando Fals Borda y Michael Tausig.

El territorio refiere al espacio socialmente construido, al campo relacional o entramado de


relaciones, que va construyendo un grupo humano con el entorno que habita. En este
sentido el territorio es otro ser con el cual nos relacionamos, no es solo el escenario del
espectáculo. La relación entre los pueblos y su territorio construye un saber y unas formas
determinadas de relación a partir del reconocimiento y aprendizaje del y sobre el otro.

“El territorio es el espacio físico, histórico y relacional donde una población


disfruta y re-crea su vida de acuerdo con sus referentes culturales, realizando
actividades políticas, económicas, sociales y culturales”

“En el Amazonas se encuentra perfectamente eso, con lo que ellos llaman


"ley de origen", y la ley de origen es (y los arhuacos con la ley de La Sierra).
… uno encuentra que hay territorios que están regulados por leyes que no
están escritas en libros sino en el propio territorio. El territorio es como un
libro, que si uno sabe leer, evidentemente, encuentra que ahí hay un sistema de
regulación que le impone restricciones a los que lo habitan y restricciones
fuertísimas.”

El territorio se fue desdibujando por el simple cambio de este concepto por el de tierra. Al
hacer este cambio se eliminó de la relación el entramado cultural e identitario, pues la tierra
se usa y se explota, tiene un valor traducido en moneda, la tierra es una propiedad
individual, que elimina el contexto global del espacio que se habita comunitariamente. El
territorio es un espacio sobre el cual es posible la vida comunitaria y la permanencia de la
cultura.

41
“Yo he dicho que como usuarios campesinos, que cuando la reforma de
Lleras, se les cambia de nombre, se los llama usuarios, ese cambio no solo fue
un cambio de nombre sino un cambio de relación, es decir, el Estado ya no los
interpreta como campesinos sino como usuarios de servicios del Estado,
créditos de asistencia técnica, y empieza a decir qué es lo que deben sembrar,
dónde deben sembrarlo, cómo deben sembrarlo, borra prácticamente toda la
tradición, eso puede ir unido a corrientes como Revolución Verde y todas las
que hacían subvaloración de las técnicas y conocimientos campesinos,
indígenas o negros, que prácticamente no tenían ningún valor, se suponía que
era como rezagos de formas precapitalistas ó atrasadas.”

Estos cambios introducidos, además de los crecientes procesos de escolarización


vinculados a la imposición de creencias religiosas, generaron discontinuidades en el manejo
territorial, en su conocimiento, en su respeto. Por esto el ejercicio de la cartografía ha
resultado valioso para reconstituir la relación intergeneracional y de los pueblos con su
territorio.

Ellos mismos empiezan a cambiar su concepto del uso cartográfico hacia un


proceso mucho más abierto al aporte de la gente, sobre todo de los mayores,
porque una de las cosas que más ha servido aquí, es que lo mayores, los viejos
en las comunidades, realmente tienen mucho más concepto de territorio que
los jóvenes, tanto los viejos campesinos, como los negros, como los indios,
evidentemente tendrían un concepto de territorialidad mucho más definido que
el concepto que pueden tener los muchachos de ahora, que realmente han sido
producto ya de una concepción de la producción y de la vida en el campo
distinta”

“…es la misma gente la que va descubriendo porque ella misma tampoco


tiene mucha conciencia de esto, porque son ya generaciones que han sido
educadas por escuelas convencionales, donde lo primero que se ha hecho es

42
negar su territorialidad, su origen, su identidad, su proceso histórico, su
memoria, así se educa al campesino, al indio, al negro.”

Para conocer el territorio, es necesario caminarlo, dicen los guambianos. Este principio se
aplica en la metodología a través del ejercicio ficticio de caminarlo con lápices y colores,
con los demás participantes, cada uno de los cuales “conoce el sitio donde vive, por los
demás ha pasado”, de esta manera se reconoce el territorio graficándolo a través de la
elaboración colectiva de mapas.

“En términos prácticos, el ejercicio de elaborar mapas no es otra cosa que


dibujar la realidad empezando por lo más simple para, poco a poco, ir
creando un campo estructurado de relaciones que permite traducir a un mismo
lenguaje todas las distintas versiones de la realidad que empieza a ser
subjetivamente compartida”.

Lo que muestra el ejercicio es que el territorio habitado es producto de un paciente y largo


proceso de conformación que ha tomado muchos años y muchas vidas, que tiene las huellas
de los antepasados pero también sus propias huellas, “por eso descifrarlo puede convertirse
en apasionante aventura de descubrimiento de nosotros mismos”.

Occidente heredó la idea de que el universo, el territorio, el cuerpo y todo lo que existe
son realidades materiales, organizadas de una cierta manera, con tres dimensiones: largo,
ancho, y profundo. Solo recientemente, la ciencia introdujo la dimensión espacio-tiempo
que relativiza a las otras tres. Persiste la costumbre de pensar así; en el mejor de los casos
se reconoce la dimensión sensorial, la conceptual y la simbólica de la realidad. Sin
embargo, otras formas de pensamiento distintas a ésta consideran desde hace mucho tiempo
que la realidad no es sólo material y los desarrollos actuales de la ciencia han comprobado
que, efectivamente, el mundo tiene muchas dimensiones que antes se desconocían o no se
reconocían; por ejemplo, la teoría cuántica ha descubierto que tanto la materia como la vida

43
surgen de campos cuánticos, de procesos de intercambio orgánico de energía e información,
de campos relacionales.

El territorio es espacio construido por el tiempo, cualquier región o cualquier localidad es


producto del tiempo de la naturaleza y del tiempo de los seres humanos y los pueblos; es
decir, en lo fundamental, el territorio es producto de la relación que todos los días
entretejemos entre los seres humanos con la naturaleza y con los otros.

“En su devenir, las sociedades construyen territorios a la medida y a la


manera de sus tradiciones, pensamientos, sueños y necesidades, territorios que
significan mucho más que espacio físico poblado por distintas formas de vida
que se relacionan, cooperan y compiten entre sí; en la medida en que el
territorio es espacio construido por los distintos pueblos que conforman la
humanidad, que siempre está habitado por sueños y memorias y que, a su vez,
construye a la gente que lo habita dándole color, rasgos, palabras y
conciencia, es decir, una manera de ser y de sentir que se marca en el rostro.
Por eso no es difícil decirle a una persona que acabamos de conocer: “usted
debe ser de tal lugar”, porque cada uno de nosotros lleva el lugar de origen en
su propia cara”.

Lo que resulta evidente es que toda concepción del territorio, cualquiera que ella sea,
expresa la cosmovisión que le sirve de sustento y condiciona las posibilidades y maneras de
conocer y ordenar el territorio.

El territorio es pues, un texto que hay que saber leer, un texto que conforma y que descifra
a los seres humanos. No solo porque dentro de cada persona y cada cosa, en cada resquicio
y grieta del mundo, hay sabiduría, sino porque como indica la semiología los procesos de
enunciación son procesos de configuración de sujetos. El ejercicio de elaboración colectiva
de mapas sobre el territorio construido permite su re-conocimiento, como quien se aleja de
sí mismo para mirarse nuevamente.

44
“El gran potencial de la Cartografía Social para desatar la conversación y
producir una visión compartida de la realidad, se fundamenta en la
importancia que el territorio tiene para la vida personal y colectiva”

“Entonces, desde allí hemos ganado, hemos ganado autonomía en la medida


en que conocemos un territorio, que lo podemos presentar en cualquier parte,
porque tenemos una dinámica de trabajo que se basa en el reconocimiento de
lo que tenemos y allí la Cartografía Social aportó elementos importantes. Yo
creo que ese ha sido el punto de partida.”

El concepto de relación de saberes

“En la vida (esto lo hemos aprendido de los indígenas de la Amazonía) hay que aprender
a “mambear”, que no es simplemente comer coca, sino que realmente significa disponerse
a conversar para aprender de los otros, aclarar la mente y después de eso, sentirse y ser
mejor. Los mapas que la Cartografía Social propone elaborar son como las hojas de coca
para los indígenas Amazónicos, propician la conversación, nos devuelven la emoción de
compartir y nos llevan a sentir y a pensar mejor, es decir, a ser parte consciente de la vida
y a entrar en comunión con el universo”.

Aprender, reciclar y apropiar de los procesos en los cuales se ha tenido la posibilidad de


compartir, incluso de manera vivencial, ha ido construyendo una forma de relación basada
en el respeto y la valoración de los saberes de los demás. Se considera, entonces, que cada
uno tiene un saber basado en su cultura y en su experiencia personal relacionada con el
espacio que habita. El principio metodológico de la Cartografía Social es propiciar
“Mingas” de pensamiento para la producción social de conocimiento, trabajo colectivo que
exige el compromiso personal y autónomo de cada uno de los participantes.

Se diferencian dos niveles de relación, la primera de ellas la que se da entre los miembros
de La Minga y de éstos con otros, ya sean indios, negros, campesinos u otros y que nutre la

45
construcción de la metodología. El segundo nivel se da en la aplicación de la metodología,
y la relación que se teje entre los miembros de La Minga y los participantes de los talleres y
la relación entre los participantes del taller.

Con respecto al primer nivel, se establecen dos tipos de relación, una de las cuales hace
referencia a las experiencias personales de los miembros de La Minga y la relación que se
teje al interior de La Minga entre estas diferentes experiencias y, la otra, la que se ha dado
entre el colectivo de La Minga y otras personas que se han acercado ó a las cual se han
acercado los miembros de La Minga ya sea de manera personal o a través de la lectura de
sus escritos.

“Han participado los indígenas de origen Pasto en la frontera sur de


Colombia, los campesinos del Valle del Sibundoy, los Paeces y Guambianos
del Cauca, las comunidades negras del Cauca y del Pacífico, las comunidades
indígenas de la Amazonía, las comunidades raizales de Providencia y Santa
Catalina, los Arhuacos de la Sierra Nevada, los pobladores de Barranquilla,
mujeres y hombres vinculados a grandes empresas como Ecopetrol,
estudiantes, amas de casa, ancianos, jóvenes y niños en todas partes del país.
También, por supuesto, el canasto recoge el aporte de muchos pensadores y
maestros, de nuestra cultura y de otras culturas, con quienes hemos
compartido este largo camino.”

Las experiencias de los miembros de La Minga, han ido nutriendo la construcción de la


Cartografía como un proceso metodológico, tanto conceptual como de principios de acción
e interacción. La Minga, se ha definido como un colectivo empeñado en generar procesos
de producción social de conocimiento, comenzando por el autoconocimiento. Conocerse,
conocer y reconocer se constituyen en el asunto clave.

El concepto de relación de saberes es propiciado alrededor del interés de un grupo de


personas sobre el territorio que habitan, porque como lo recuerda Savater (1991a, pág. 138)

46
la palabra interés viene del latín inter esse, que significa lo que está entre varios, lo que
pone en relación a varios. Pero además existe también un interés de los miembros de La
Minga por conocer y aprender cómo se dan los procesos de construcción – ordenamiento
del territorio en cada uno de los grupos con los cuales ha compartido esta metodología, ya
que este conocimiento es precisamente aquello que nutre su experiencia y le permite
introducir nuevos elementos o reafirmar aquellos que se han identificado en otras
anteriores.

Las mingas o talleres de Cartografía Social se hacen con el propósito de explorar el campo
relacional ó territorio en el que están inmersos los participantes, exploración que se hace
mediante procedimientos que permiten la participación autónoma de cada individuo, sin
importar su nivel de escolaridad, su lengua, su raza o su condición social. El procedimiento
por excelencia es la conversación. Conversar permite, como su nombre lo indica, que
converjan distintas versiones de la realidad (cada participante tiene una) para que en la
medida en que la conversación madure se vaya produciendo un intercambio de opiniones,
un auténtico diálogo de saberes. A lo largo de la conversación, el diálogo, el intercambio de
opiniones e impresiones se van elaborando los mapas entre todos y se va configurando un
instrumento de exploración muy sensible que, a la vez que demuestra la aplicación práctica
y simultánea de la metodología, despierta la sensación del descubrimiento, acerca las rutas
de encuentro, comienza a generar información vivencial, rica, sistemática y caótica al
tiempo- y a definir alternativas y opciones.

A lo largo de las experiencias se han ido generando simbiosis y se ha ido construyendo un


lenguaje nutrido de estas relaciones. La construcción de analogías ha sido recurrente, y esta
que aparece a continuación muestra una de las bases de la función y las formas de relación
que se buscan en La Minga.

“...ahí es cuando el trae el cuento de las micorrizas y es cuando nosotros


decimos que tenemos que ser a la sociedad lo que son las micorrizas a la

47
naturaleza, son unos hongos que permiten intercambio de nutrientes entre
distintas plantas.”

El espíritu de La Minga ha sido precisamente el mismo de su nombre, es decir, mingar a


los demás y participar de las mingas de otros. De esta manera particular ha recogido los
aportes que desde otros se han venido realizando. No pretende ser un grupo amplio de
personas sino más bien ha procurado establecer alianzas, apoyar y apoyarse en grupos de
amigos con los cuales se siente afinidad.12

La voz indígena “minga” significa trabajo de todos y para todos; es una forma tradicional
indígena de intercambio y cooperación que sobrevive entre muchos sectores de la sociedad
colombiana. La minga es, sin duda, un satisfactor sinérgico de necesidades humanas,
porque la gente cuando la celebra no solo satisface una necesidad específica (sembrar,
cosechar, pensar, etc.), sino que al hacerlo satisface simultáneamente las necesidades de
afecto, comunicación, entendimiento, recreación, participación, identidad y libertad.

El tipo de relaciones que se han ido construyendo fueron clasificadas de acuerdo a


diferentes intensidades y continuidades. De esta manera, se diferenciaron las relaciones de
Practicante, las de Alianzas coyunturales, intermedias y de largo aliento, las de practicante
amigo, tallerista y coinvestigador.

Las de practicante son llamadas así por la permanencia en un sitio de algunos de los
miembros de La Minga, lo cual ha posibilitado adentrarse en el conocimiento de procesos
culturales e identitarios y que han redundado fuertemente en la apropiación de conceptos,
como el de territorio, pero que además han marcado una diferencia en las formas de
relación con los otros. Las relaciones de practicante amigo han implicado el apoyo a
amigos quiénes adelantan procesos de acompañamiento y convivencia permanente.

12
De acuerdo con las ideas del colectivo de La Minga existen otro tipo de relaciones que han
contribuido a la construcción de la metodología y ha sido la lectura de autores como Maturana, Deepak
Chopra, Karl Popper, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Gerardo Reichel-Dolmatoff, James Lovelock,.

48
Las relaciones de Alianzas implican una relación más allá de lo laboral, donde los
miembros de la Minga han apoyado procesos que se estaban adelantando liderados por
gente amiga. Se distinguen tres tipos de alianzas entre las que se encuentran las
coyunturales, las intermedias y las de largo aliento, cada una de las cuales se diferencian
por la continuidad en la relación. Las relaciones de coinvestigador han implicado procesos
de alianzas en donde personal de base ha tomado el rol de coordinador del trabajo con un
alto grado de apropiación.

Las relaciones de Tallerista han sido definidas como aquéllas en donde los miembros de
La Minga han sido contratados para coordinar talleres de cartografía social, sin trascender
a relaciones de alianzas. Son por lo general, proyectos cortos pagados por instituciones ya
sean públicas o privadas.

La aplicación de la metodología también propone un tipo específico de relación de


saberes, que procura valorar y legitimar el valor del saber comunitario, que procura
construir nuevo conocimiento colectivo para la acción. Se propone que quien habita un
territorio es quien lo conoce y es quien tiene la posibilidad de ordenarlo, desordenarlo,
respetarlo o irrespetarlo. La participación de los grupos se convierte en uno de los
principales principios de la metodología procurando proporcionar espacios de diálogo,
análisis y discusión.

“Es que GAIA tiene dos procesos, unos que son claramente orientados con la
cartografía social y otros que hacen cartografía más convencional. El proceso
de construcción convencional, a mi modo de ver, y otro proceso que es
también distinto, que es el proyecto de Angela y ellos en Pirá-Paraná. De
alguna manera han hecho una cartografía, en cierta forma interesante, pero el
problema de ellos es que no la vuelven social, la vuelven como una cartografía
de referencia, se vuelve una cartografía técnica, que de todas formas sirve,
pero...

49
“…porque aquí tiene un poco de social, pero es que aquí son unos tipos que
se apropian del conocimiento y llaman a la gente a que mire y a que participe,
pero la gente se queda dependiendo del grupo de asesores y como que no logra
construir una nueva visión de su territorialidad”

La valoración del conocimiento que los pueblos han construido sobre su territorio es
fundamental, al combinar el concepto de relación de saberes con el de territorio. La idea de
revalorar estos saberes y ponerlos de nuevo sobre la mesa ya no como recuerdos del
pasado sino como alternativas para el futuro, para la acción, ha aparecido en varias
experiencias.

“…lo que ha sido interesante en el Mirití y en Aipea más, es que ellos


descubren en términos de que Aipea, ellos habían perdido su tradición de
manera radical, y haciendo este proceso ellos entienden que su manera de
ordenar el territorio, es una manera no del pasado, tiene mucho presente y
mucho futuro, y más futuro que pasado y eso es importantísimo. Se dan
transformaciones de líderes bastante capaces que de repente entienden que el
cuento no es de antropólogos tratando de ponerles barreras a su desarrollo ,
porque los antropólogos joden con eso, sino que realmente esa recuperación
de sus sistemas tradicionales de manejo de tiempo, espacio, lugares sagrados,
etc. tiene mucho más futuro que pasado. Ahora tienen que acomodarse,
acoplarse a las condiciones actuales y por eso ellos están planteando como
manejar la relación con el asentamiento colono de la Pedrera”

Se habla de relaciones entre las personas y de éstas con su territorio, al cual se hace
referencia como un sujeto, con el cual se interactúa, del cual se aprende, sobre el cual se
construye conocimiento. Se retoma la idea de la relación sujeto – sujeto, sin embargo, este
sujeto también se refiere al territorio.

50
“¿cómo miramos el territorio?, el territorio no es solamente la tierra sino
que también es la madre tierra y todos los que estamos en ella. ¿Y que decimos
del agua? Dentro del agua están los peces y todos los animales que habitan
dentro de ella. Entonces el pensamiento respecto al ordenamiento, para hablar
un poco del ordenamiento territorial, no puede ser solamente para hablar de
como un grupo étnico se tiene que ordenar, sino que se tiene que hablar de
como el pensamiento tradicional corre a través de los sitios especiales, los
sitios especiales son los sitios del pensamiento “

Este tipo de valoración supone el reestablecimiento de la relación entre mayores y


jóvenes alrededor del reconocimiento del territorio, a través de la elaboración colectiva de
los mapas, con un cambio de actitud con respecto al conocimiento “tradicional” frente al
que ha sido impuesto por lo que se ha llamado la “cultura occidental”, la cual ha conducido
a la subvaloración de estos saberes considerados como atrasados y de esta manera a los
sujetos que los producen y perpetuándose esta visión. La cartografía social potencia esos
saberes, visibizándolos en función de la construcción de imágenes de futuros colectivos.

“Cuando empezamos a hacer esto de los más viejos que habíamos aquí no
habíamos sino como 3 o 4 personas, entonces a nosotros nos tocaba ayudar a
guiar un poco a los nuevos, porque la mayoría de los habitantes son nuevos y
de los antiguos quedábamos muy poquitos, entonces tocó, como era que el
morro del Cerro Azul había muchas aves y era muy bonito. Este mapa de
pasado presenta mucha montaña y entonces nosotros observamos allí que hay
que volver a sembrar muchos árboles para tener más cobertura y volver a
aumentar los caudales de agua.”13

“…la apropiación que hace Iván del proceso, la cercanía con lo tradicional,
es decir, el respeto que le mostré a la tradición ha contribuido a que los viejos,

13
Entrevista colectiva con el grupo ecológico de la Vereda Playa Rica, Corregimiento de Villarodas.
Municipio de Obando, Valle del Cauca.

51
cuando se hace un taller, un trabajo, una propuesta, la escuchan con respeto,
con aprecio, si no están de acuerdo, lo dicen con aprecio, y por lo general , si
algo no les parece buscan la manera, como dicen ellos, de curarlo, es decir ,
de arreglar para que la vaina funcione. Por ejemplo yo les digo hagamos
maquetas de maloca para hablar de estatutos de la organización, lo aceptan,
se meten y se vuelve una dinámica muy chévere, porque por ejemplo, Iván que
es tanimuka, llega a una comunidad donde ve a unos viejitos tanimuka y nos
ponemos a hacer la maqueta, y como él estaba en el aprendizaje de cosas
tradicionales, entonces los viejitos que son como abuelos para él, se sientan y,
aprovechando que estamos hablando ahí en el mambeadero, terminan
contándole una parte de la curación de maloca que a él le faltaba, de la
curación. Y es eso: hay un proceso de transformación de las relaciones, o en el
establecimiento de algunas relaciones, que la metodología permite.”

“… que es memoria de ellos porque al fin y al cabo el trabajo de Martín [Von


Hildebran] pues es básicamente un trabajo etnográfico que lo está
devolviendo, él habla de eso como una propuesta metodológica importante y
reconoce que la propuesta fue la que permitió como un reencuentro dentro del
proceso los mayores y él y lo mismo que él había trabajado.”

Uno de los resultados del proceso de la cartografía social, a través de la construcción


colectiva de representaciones del territorio, es la construcción colectiva del conocimiento.
“Al respecto es interesante resaltar que los participantes en los procesos de cartografía
social, destacan como una de sus mayores satisfacciones el hecho de haber compartido y
aprendido de los demás”.

“Otro aspecto relevante, dentro del trabajo, fue la sumatoria de generaciones


que había, que estábamos trabajando, mayores, jóvenes y en algunos casos
aparecieron niños. Eso fue importante porque se permitía que se plasmara, en
el papel, el papel fue el escenario donde se plasmaban las ideas, en donde se

52
plasmaban los conocimientos, la visión de todos esos grupos generacionales.
Desde esa óptica considero que el proceso le aportó mucho al trabajo
comunitario, porque es cómo a través de diferentes herramientas se puede
vincular a la comunidad, sin tener que generar siempre espacios repetitivos,
como son las reuniones, como son los talleres. Entonces, desde ese punto de
vista, la cartografía social, pedagógicamente es importante”.14

El concepto de Desarrollo

“Los sueños y las pesadillas están hechos de los mismos materiales, pero, esta pesadilla
dice ser nuestro único sueño permitido: un modelo de desarrollo que desprecia la vida y
adora las cosas”. (Galeano, E. 1994, pág.120)

Como es posible leer entre líneas en los anteriores párrafos, se considera que el
“desarrollo occidental” ha construido una relación desigual de saberes legitimando una
manera de ver y relacionarse con el entorno y, a su vez, subvalorando otros saberes,
homogenizando el pensamiento y las formas de relación con el territorio. Subvaloración
que abarca todos los aspectos de la vida desde las actividades cotidianas de producción
hasta la cosmovisión y ordenamiento del territorio, atravesando la educación y la religión.
El desarrollo como se ha propuesto ha conllevado procesos de desacralización del mundo,
de eliminación de la diferencia, de establecimiento de dependencias y eliminación de
autonomías locales.

El ejercicio de cartografía social promueve la valoración y legitimación de esas otras


formas de relación construidas en el tiempo-espacio, es decir, en el territorio.

“…porque cuando se construyen mapas con la gente, uno termina haciendo


es como una especie de telaraña, de tejido, tejido que con la gente se ve dónde

14
Entrevista con Carlos Alberto González. Funecorobles. Corregimiento de Robles, Municipio de
Jamundí. Proceso de Planeación Participativa con Cartografía Social propiciada por la Oficina de Integración
con la Sociedad Civil y Entidades Territoriales. CVC.

53
se está debilitando, por acción de la economía extractiva o por acción de
agentes externos como en el norte del Cauca, cuando se expande la
agroindustria de caña, no sólo expropia tierra, sino que también deja fuera de
contexto tradiciones, conocimientos, entonces la gente conserva en términos
míticos y folclóricos tradiciones interesantes, pero ya no tienen territorialidad.
Lo que se hace en este trabajo es recuperar ese sentido de construcción del
concepto de territorialidad y de autonomía que en última instancia ha estado
siempre en la lucha indígena y negra, porque la lucha por la libertad, la lucha
por los derechos indígenas es de alguna manera una lucha por buscar mayor
autonomía, y por recuperar lo que vienen perdiendo en todos estos procesos
que generan dependencia del capital y del Estado.”

Para expresar el concepto de desarrollo se ha utilizado una analogía, retomando la doble


espiral, petroglifo indígena bastante extendido en América, se entiende el desarrollo mucho
más como cambio. Es un proceso de desenrollarse y enrollarse. Desenrollarse sin hacerlo
tanto que se pierda y enrollarse sin llegar a dilapidarse. El concepto tiene que ver con la
posibilidad de incorporar y apropiar elementos externos, pero para poder hacerlo es
necesario estar atado a las raíces de tal manera que estos elementos sean realmente
apropiados y no terminen por ir desapareciendo los vínculos con aquellas raíces.

El concepto de desarrollo se introduce en la metodología a través de los procesos de


ordenamiento territorial, entendidos como procesos de cambio y transformación cultural en
la relación población – naturaleza.

“…se trata de que la sociedad identifique la forma como debe utilizarse el


territorio dentro de un propósito general de buscar el bienestar colectivo a
corto, mediano y largo plazo. El ordenamiento busca entonces llegar a un
acuerdo social por medio del cual los habitantes de un territorio concerten
una nueva manera de relacionarse con la Naturaleza y con el territorio.
Esto significa que a partir de las necesidades sociales y de las restricciones

54
ambientales, los individuos deben establecer acuerdos básicos para la
utilización del territorio. Por eso resulta necesario e imprescindible un
conocimiento adecuado del territorio para que pueda ordenarse
convenientemente, dándole su lugar a la diversidad que lo compone y
abriendo con ello caminos de paz y bienestar, o desconociéndola y
encaminándose a una escalada del conflicto actual.”

4.1.2. El Proceso Metodológico

De acuerdo con los documentos revisados el proceso metodológico de la cartografía


social se nutre de la Investigación Acción Participativa – IAP. Para el proceso de
planeación participativa se ha nutrido de la propuesta de Adolfo Izquierdo del Centro de
Investigaciones para el Desarrollo Regional CIDER, de la Universidad de Los Andes.

El algunos textos y entrevistas los integrantes de La Minga consideran que “nosotros


vamos donde somos invitados”, sin embargo muchos de los apoyos brindados también
responden a iniciativas institucionales o de ONGs que consideran la cartografía social
como una propuesta metodológica válida en diferentes contextos, más que una necesidad
de “la comunidad” por aplicarla. Esta diferencia en el acercamiento y en el
acompañamiento a cada experiencia tiene un alto grado de correspondencia con el tipo de
relación que se establece con “las comunidades”, porque en muchos casos, la relación que
comienza por una iniciativa institucional, generalmente no trasciende en el tiempo y es la
que se ha considerado como de tallerista.

“En la selección de las comunidades es importante tener presente la


posibilidad real de comprometerla en la ejecución de los proyectos resultantes
de la Planeación Participativa.
“Para tal efecto, se debe establecer como criterio de selección el interés
manifiesto de las organizaciones comunitarias por el proceso de planeación
participativa, y acordar desde el comienzo los mecanismos para compartir con

55
la comunidad todos los resultados de la misma, de tal manera que los
compromisos que se convengan sean conocidos, valorados, respetados y
cumplidos por la mayoría de los miembros de la comunidad”15

“Inicialmente nos preocupaba el hecho de que no nos hubieran informado


con anterioridad sobre qué tipo de proyecto era, qué se quería con él y cómo
nosotros dimensionábamos nuestra participación.” 16

El acercamiento lleva a una fase de concertación que permite la preparación, en algunos


casos, conjunta de los talleres. “La elaboración colectiva de los mapas requiere un trabajo
previo que consiste en la organización del proceso de trabajo y en la preparación
cuidadosa y clara de las preguntas que orientarán el trabajo grupal”. Esta actividad tiene
como meta aclarar en qué forma la aplicación de la metodología permite el logro del
objetivo planteado en cada caso. Por ejemplo, para la evaluación – planeación
institucional, para la elaboración del plan de atención y prevención de riesgos (veáse
recuadro adelante), para la planeación participativa de una entidad territorial, para apoyar
el proceso de ordenamiento territorial. El resultado es la construcción de guías compuestas
por indicaciones o preguntas que muestran un camino a seguir para el trabajo en grupo.

15
La Cartografía Social, un procedimiento para la planeación participativa en el nivel local.
Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca – CVC.
16
Entrevista con Carlos Alberto González. Funecorobles. Corregimiento de Robles, Municipio de
Jamundí. Proceso de Planeación Participativa con Cartografía Social propiciada por la Oficina de Integración
con la Sociedad Civil y Entidades Territoriales. CVC.

56
Guía para la elaboración del plan de atención y prevención de riesgos
COORDINACION CORPORATIVA DE SALUD OCUPACIONAL DE ECOPETROL
FUNDACION LA MINGA 20 de enero de 1998
PROPUESTA DE PROGRAMA PARA EL TALLER EXPERIMENTAL DE CARTOGRAFIA SOCIAL
1. ANTECEDENTES
En el taller interactivo de adaptación de la metodología “Cartografía Social” se definieron actividades para los tres días del taller experimental,
según las cuales durante el primer día los participantes se ocuparán de construir una representación del territorio donde ocurren sus relaciones
laborales, elaborando un primer mapa denominado: espacio - tiempo del campo relacional. En el segundo día, los participantes se ubicarán en el
plano de las relaciones del ser, del hacer, del tener y del estar para lograr una representación de cuanto ocurre en su territorio. En el tercer día, se
hará la presentación de la Guía General de Salud Ocupacional en el contexto de la realidad representada en los mapas, para terminar con un
ejercicio de prospectiva de la Salud Ocupacional en los campos de la salud, la seguridad y la higiene industriales.
Todo lo anterior con el objetivo general de impulsar un proceso de cambio cultural concertado en Ecopetrol, en el campo de la salud ocupacional.
2. REFERENTES
2.1. Referente necesario para orientar el taller lo constituye el capítulo 10 de la convención colectiva 97/98, en el que se prefigura un espacio
y un proceso de organización que va de lo nacional a lo local, para concretar la nueva política de salud ocupacional de la empresa.
2.2. Otro referente lo constituye la Política Corporativa de Salud Ocupacional que se concreta en 10 principios, publicada en septiembre de
1997.
2.3. De igual manera la propuesta de plan estratégico 1998/2000 se ha tomado en cuenta para la orientación del taller.
3. PROPUESTA
3.1. Durante el primer día, luego de la presentación personal de los participantes y de una corta inducción a cargo de La Minga, se
comenzará por representar el campo relacional que configura el ámbito territorial de la GRL, mediante un trabajo de elaboración simultánea de
cuatro mapas, tal como se explica a continuación:
3.1.1. Mapa de la territorialidad de la GRL en el presente. Elaborado por un grupo de aproximadamente 15 personas vinculadas a la Gerencia
de Relaciones Laborales, sobre un croquis del mapa de Colombia que se irá poblando, siguiendo la guía especialmente preparada para el efecto.
3.1.2. Mapa de la territorialidad de la GRL del pasado reciente. Elaborado por un grupo de aproximadamente 15 personas vinculadas a la
Gerencia de Relaciones Laborales, sobre un croquis del mapa de Colombia que se irá poblando, siguiendo la guía especialmente preparada para el
efecto.
3.1.3. Mapa de la territorialidad de la GRL en el presente. Elaborado por un grupo de aproximadamente 15 personas participantes no
vinculadas a la GRL, sobre un croquis del mapa de Colombia que se irá poblando, siguiendo la guía especialmente preparada para el efecto.
3.1.4. Mapa de la territorialidad de la GRL del pasado reciente. Elaborado por un grupo de aproximadamente 15 personas participantes no
vinculadas a la GRL, sobre un croquis del mapa de Colombia que se irá poblando, siguiendo la guía especialmente preparada para el efecto.
La propuesta de elaborar los cuatro mapas señalados anteriormente tiene como objetivo establecer hasta que punto la territorialidad del pasado se
proyecta en el presente, y a partir de ahí propiciar un intercambio de opiniones en el momento en que se cotejen los mapas elaborados, hacia el final
del día.
El ejercicio se enfocará a elaborar mapas del territorio de la GRL, incorporando los elementos constitutivos básicos: naturaleza, población, capital y
Estado, para obtener una representación del entorno natural y social que delimita el campo relacional de la GRL en Ecopetrol.
3.2. Durante el segundo día, el ejercicio se enfocará en representar el conjunto de relaciones que conforman el devenir cotidiano de los
asistentes en sus respectivos ámbitos de trabajo. Esto quiere decir que se trabajará en mapas parciales de la territorialidad de la GRL demarcada el
día anterior, con el objeto de representar de mejor manera las interrelaciones del ser, el hacer, el tener y el estar. Para cada uno de los mapas se
elaborará una guía.
El segundo día terminará con una puesta en común que en la práctica se puede convertir en un autodiagnóstico.
3.3. Durante el tercer día se adelantarán las tareas señaladas en el taller interactivo, referidas a la presentación de la Guía General de Salud
Ocupacional, para terminar con un ejercicio de prospectiva.
3.4. El cuarto día, principalmente con las personas invitadas, se realizará un ejercicio de evaluación del taller.

Igualmente, se busca precisar el tipo de base cartográfica a utilizar, dependiendo de la


información que se encuentra disponible, del espacio a cubrir y del nivel de detalle
necesario.
“…por ejemplo Naya y San Juan tiene un espacio muy definido a escala
1:25.000 para 1’200 mil hectáreas, pero ya cuando se entra a definir en
detalle, se define el Resguardo y el Consejo Comunitario en un escala
1:2.500.”

57
Esta primera fase continúa con la ejecución del trabajo concreto en talleres en los que se
elaboran colectivamente los mapas orientados por las preguntas o las guías construidas. En
cada caso se busca que los grupos al elaborar los mapas no hagan otra cosa que “dibujar la
realidad, empezando por lo más simple…”, es decir, “en todos los mapas… se arranca por
los elementos empíricos, no se arranca por el análisis, el análisis se va haciendo a medida
que van identificando y localizando en el mapa los elementos”.

“Comenzamos con lápiz, marcando primero lo que fueron los caminos, las
quebradas y ahí fuimos marcando las finquitas de cada uno. Una finca, la
finca del Recreo, la Coca, la finca aquí de Don Octavio. Ahí nos fuimos yendo
finca por finca hasta que nos ubicamos en todo el territorio. Ahí nos fuimos
yendo y terminamos el mapa, como entre 8.”17

En algunos casos se inicia el ejercicio con la construcción de un mapa a mano alzada,


que permite definir el área territorial a trabajar, es un primer acercamiento que realiza la
gente a su territorio.

“lo primero que hacemos es un mapa a mano alzada. Lo primero que ubica
espacialmente, en esa ubicación espacial hay un solo referente para que ese
sirva a todos, se pone en común eso. Al poner en común, ya cada cual entra y
va creando que es lo que quiere pintar, entonces son los tipos de mapa. Pero el
primero siempre es que uno se ubique en el espacio en que está”

Un paso importante es el acercamiento de la gente a la “plancha cartográfica”, proceso


que implica el paso de una realidad tridimensional a una representación en dos
dimensiones.

17
Entrevista con el grupo ecológico vereda Playa Rica, corregimiento Villa Rodas, Municipio de
Obando, Valle del Cauca

58
“Inicialmente comenzamos por conocer, por aprender a manejar la plancha,
hacer reproducciones a través de las cuales empezamos a construir los
diferentes planos, en la parte de infraestructura, lo económico, lo ambiental, la
parte socio – política, la parte productiva y también como la visión que tiene,
que teníamos nosotros en ese momento, cómo estaba distribuido el territorio
en la parte agrícola y pecuaria, ese trabajo se fue construyendo poco a
poco...”18

En algunos casos no se utiliza ningún tipo de mapa a escala y el ejercicio se desarrolla


totalmente en mapas a mano alzada. Esta elección ha dependido, en gran medida, del tipo
de ejercicio que se está desarrollando, primando el uso de cartografía básica en los
procesos de planeación participativa y ordenamiento territorial, mientras que para los
procesos de evaluación y planeación institucional se ha priorizado el uso de mapas sin
escala cartográfica.

“El ejercicio requiere mapas, bases cartográficas, croquis en los que


aparezcan los referentes básicos de orientación conocidos por todos (ríos,
cerros, carreteras principales) para dibujar en él, conforme a las convenciones
que libremente adopte el grupo, las distintas formas de representación de
realidad…. Las bases cartográficas pueden obtenerse de diferentes maneras:
en la escuela, en las oficina de Planeación o de Catastro, en bibliotecas,
centros educativos, según la iniciativa de los promotores de la actividad… Es
bueno que el croquis básico esté en una escala que permita trabajar con
facilidad, tanto para ubicar con relativa exactitud los lugares que se quieren
marcar, como para dibujar en él…”

Para los ejercicios de planeación participativa se diseñaron, a partir de la experiencia de


Silvia, dos tipos de mapas, “…ya se había hecho el primer ejercicio que era el mapa
ecológico- económico, el mapa administrativo - político – infraestructural”. Posteriormente

18
Carlos González. Funecorobles.

59
se incluyeron otros tipos de mapas entre ellos el de relaciones interculturales y el de
conflictos. Mapas que se trabajaron en tres tiempos distintos: presente o situación actual,
pasado o memoria histórica y futuro deseado Finalmente, como resultado de la relación
establecida a través del espacio llamado la tertulia19, los mapas se vincularon a la
propuesta de Adolfo Izquierdo, quien parte de reconocer “que la organización social no se
explica a partir de las relaciones de producción sino que propone una decodificación de la
estructura social sistemática desde la relación población naturaleza. Traslada la realidad
como un campo relacional donde identifica los niveles de relación población - naturaleza,
población - capital, población - estado y población - población. El conjunto de todos los
niveles es la dimensión social, donde el código de ordenamiento lo da la relación población
- naturaleza.” De esta manera, se define un proceso a seguir más o menos estándar que será
replicado con algunas variaciones en la mayor parte de los ejercicios de planeación
participativa:

“Se recomienda comenzar por dibujar la relación población – naturaleza,


ubicando luego los recursos y las actividades de producción para obtener un
mapa económico – ecológico. En otro mapa, se ubica la infraestructura
productiva, reproductiva y servicios (carreteras, caminos, puentes, escuelas,
hospitales, iglesias, acueductos, alcantarillados, redes eléctricas, redes de
abastecimiento de combustible, drenajes, basureros, instalaciones recreativas
y culturales, etc.) En un tercer mapa, se dibuja el conjunto de relaciones que
configuran la actividad social y cultural de la población. A continuación se
elabora un mapa de conflictos, riesgos y vulnerabilidades. Estos serían los
mapas básicos, pero cualquier situación del territorio que necesite o merezca
una reflexión es posible tema de un mapa…”

Los Mapas que se trabajan en tres tiempos distintos: presente o situación actual, pasado o
memoria histórica y futuro deseado. Conviene, también tener una idea clara de las

19
Encuentro de algunos estudiantes y profesores del CIDER que se llevaba a cabo periódicamente en
la ciudad de Bogotá.

60
tendencias que caracterizan una situación determinada, elaborar mapas del pasado y el
futuro, entendiéndose por futuro la realidad virtual que resulta de acoplar las
aspiraciones y los deseo de los participantes”

Se comienza por elaborar los mapas de la situación actual al considerar que es el


momento más cercano a cada uno de los participantes. Posteriormente, se elaboran mapas
del pasado, para lo cual se elige entre los participantes un punto en el tiempo en el cual
haya habido algún cambio significativo en la vida de sus habitantes. Finalmente, con
reflexiones acerca de las tendencias que se ven en los procesos de cambio entre el pasado y
el presente y, con algunos ejercicios de priorización de problemas o elaboración de matriz
DOFA e incluso ejercicios como el que se expuso anteriormente con la inclusión de la
propuesta de “desarrollo a escala humana”20, se elaboran mapas de futuro, reflejo de la
situación deseada de los participantes. El mapa de futuro se convierte en la síntesis de las
reflexiones, deseos y aspiraciones en un tiempo muchas veces indefinido que
posteriormente se comienza a materializar a través de la elaboración de programas o
proyectos o, de manera mucho más simple y efectiva, por la acción directa de la
comunidad. Una vez finalizado el ejercicio, se recomienda que

…”los animadores asuman la responsabilidad de preparar una memoria que


integre las relatorías, las exposiciones de los diferentes mapas y las
intervenciones de los participantes en la plenaria final, para que se garantice
la preservación del conocimiento producido. Los mapas elaborados deben
conservarse en manos de la comunidad de manera que se garantice el libre
acceso de todos a su consulta; también resulta conveniente incorporarlos a un
sistema de información geográfico que asegure su uso tecnificado a favor de la
planeación, la gestión y el control comunitario en los asuntos de interés
público.”

20
Con el objeto de representar de mejor manera las interrelaciones del ser, el hacer, el tener y el estar.

61
4.2. LECTURA INTENSIVA: DIFERENTES VOCES
4.2.1. El concepto de territorio

Como se mencionó anteriormente el concepto de territorio es fundamental en la


perspectiva que los miembros de La Minga fueron construyendo la propuesta metodológica
de la Cartografía Social, que incluso se ha ido transformando y se puede decir que se
manejan dos propuestas con un mismo origen al interior del grupo.

El territorio es un espacio Vs. El territorio es un campo relacional


socialmente construido. o entramado de relaciones.

“A mí me parece que la territorialidad está en la base de la cartografía


social, como propuesta, que hay un concepto de territorio que luego,
últimamente acá en Bogotá lo llamamos campo relacional o entramado de
relación, pero no sólo aquí, porque lo empezamos a llamar, redes de
relaciones.” 21

Una primera mirada sobre el concepto de territorio muestra una clara diferencia con el
concepto de tierra. El primero se asume como un espacio colectivo sobre el cual se crea y
re-crea la cultura de un pueblo. El segundo se refiere a un espacio individual del cual se es
propietario, se usa para servicio propio. La relación que se teje es fundamentalmente
diferente en la medida en que se considera una propiedad más con la que no se teje
ninguna relación de construcción de cultura.

El territorio es un espacio Vs. La tierra se usa y se explota, tiene


colectivo sobre el cual es posible un valor traducido en moneda, la
la vida comunitaria y la tierra es una propiedad individual
permanencia de la cultura.

21
El subrayado es mío. Para resaltar la versión de los miembros con sede en Bogotá, con respecto al
concepto de territorio. Taller de sistematización Fundación La Minga. Enero de 2000

62
“…hay muchas diferencias en la concepción de territorio, para unos
indígenas, por ejemplo, los de Jambaló, ese concepto de territorio estaba muy
asociado a su resguardo, porque tiene que ver con muchas historias de
migración de ellos, antes ellos no vivían allí, ellos han sido desplazados hacia
la parte alta, ellos eran de parte baja. Para ellos era claramente su espacio
físico pero apropiado. Para los Wounaan territorio va mucho más allá, es un
espacio de ellos imaginario que también trabajan constantemente en su
mitología. Yo diría que el territorio es un espacio apropiado por un pueblo,
por una comunidad. Para otros, apenas está en construcción que es territorio.
Para muchas comunidades negras, el concepto de territorio apenas es un
concepto que hay que trabajar mucho, ellos han aprendido positivamente de
experiencias más indígenas, también de concepciones de territorio amplias. Es
un concepto que también tiene dinámica, que se mueve un poco en la medida
en que la gente va viendo una cantidad de cosas. No es un concepto estático e
involucra muchos aspectos dependiendo también de los pueblos o las
comunidades que están trabajándolo.” 22

En la relación de los miembros de la Minga con instituciones como CVC, se han


encontrado diferencias entre la concepción de territorio, básicamente porque para la
Corporación, no hay un concepto claro de territorio sino de recursos naturales, agua, suelo,
bosque, biodiversidad, etc.

Espacio socialmente construido Vs. Espacio geográfico físico


y apropiado culturalmente. superficial constituido por agua,
Constituye un campo relacional o suelo, flora, fauna, etc. El cual es
entramado de relaciones utilizado - usufructuado por sus
dinámico. habitantes.

22
César Monje. Fundación Natura. Entrevista realizada Proceso Sistematización y Evaluación de
procesos de capacitación-formación Cartografía y SIG como Herramientas para la Planificación Territorial
(WWF)

63
“de verdad el gran valor es que es desde el territorio y el desarrollo del
territorio es que hay que trabajar lo ambiental, la Corporación tiene una
inmensa falla y es que la gente aquí no tiene visión de territorio, tiene visión de
agua, aire, suelo, tiene un visión parcializada, sectorizada de la cuestión
ambiental, es una visión corporativa.“23

De la misma forma en que para unas comunidades el territorio se enmarca en la vereda o


en el resguardo o en un territorio “imaginario” manejado a través de la mitología, para
otros el concepto de territorio está definido por la unidad de planificación institucional
como es el caso de la cuenca hidrográfica, el municipio o el corregimiento.

Es producto de un paciente y Vs. El territorio es producto de una


largo proceso de conformación división político – administrativa
que ha tomado muchos años y que puede corresponder con una
muchas vidas, que tiene las unidad de planificación.
huellas de los antepasados pero
también nuestras propias huellas.

“Todo esto lo fuimos ubicando, por ejemplo, esto es agua. Y estos son los
límites de la vereda Playa Rica con las otras veredas. El radio de acción de
nuestra vereda es todo lo que comprende ahí adentro”.24

“Comenzamos con lápiz, marcando primero lo que fueron los caminos, las
quebradas y ahí fuimos marcando las finquitas de cada uno. Una finca, la
finca del Recreo, la Coca, la finca aquí de Don Octavio. Ahí nos fuimos yendo
finca por finca hasta que nos ubicamos en todo el territorio. Ahí nos fuimos
yendo y terminamos el mapa, como entre 8.” 25

23
Entrevista con María de los Remedios Valencia. Coordinadora Grupo de Proyectos Subdirección de
Planeación. Corporación Autónoma Valle del Cauca - CVC
24
Entrevista grupo ecológico Vereda Playa Rica
25
Ídem. El subrayado es mío.

64
“El concepto que ellos habían empezado a manejar antes de la aplicación de
la metodología, sobre territorio, estaba relacionado con la idea de cuenca y
sobre todo con la idea de integrar las ocho comunidades pertenecientes a
ACARDES, esta forma de pensar sobre el territorio se reforzó con la
experiencia vivida.”26

“…estamos impulsando un proceso de empoderamiento en el territorio, es un


proceso que se fundamenta en todos los elementos que recogimos del trabajo con
la Cartografía Social. Se han construido unos documentos que son unos
lineamientos para la intervención de externos en el territorio y para la
coordinación de las organizaciones que están en el Territorio, de acciones
tendientes a buscar el desarrollo del territorio en cuestión, que es la zona plana
del Sur de Jamundí. ” 27

La relación entre el concepto de territorio y el de ordenamiento territorial para unos es


producto del reconocimiento de las leyes escritas en el territorio, como es el caso de las
comunidades nativas, sin embargo, para el Estado colombiano y sus instituciones, es un
proceso eminentemente técnico y de cumplimiento de las normas establecidas.

Ordenamiento producto del Vs. Ordenamiento producto del


reconocimiento de las leyes cumplimiento de normas definidas.
escritas en el territorio.

“Ese método, si se hubieran integrado esas experiencias locales, con las


experiencias municipales de las cuencas, no importa que no tuvieran
cubrimiento total, porque esa fue una de las polémicas que tuvimos, dentro de
planeación “pero es que no tenemos todos los asentamientos”, pues no los
íbamos a tener ni en ese momento, ni ahora, ni nunca, pero si se integra como
26
Entrevista con Omaira Bolaños. Trabajadora Social, Regional SurOriente Corporación Autónoma
Regional del Valle del Cauca – CVC
27
Entrevista con Carlos González – Funecorobles. El subrayado es mío.

65
proceso, y se va integrando la metodología, de la Cartografía Social, que me
fascina, a ese proceso de ordenamiento, habría sido muy interesante.
Entonces, ¿qué pasa? Que era un valor agregado muy alto a nivel de las
localidades, pero queda como quedan todos estos ejercicios sueltos de los
contextos, totalmente descontextualizado, entonces se puede seguir viendo
enfocado a que vamos a esta comunidad, hacemos el ejercicio, formulamos los
proyectos, los ejecutamos (los proyectos), cuando la metodología va
muchísimo más allá de ejecutar los proyectos. En los planes de ordenamiento
ambiental de cuenca, que ya los has visto, y supongo los conoces, de verdad se
hacen unos ejercicios con la gente de identificación, de proyectos y se ve el
desarrollo territorial de la cuenca, solamente allí y es una cosa muchísimo
más amplia. En los planes de ordenamiento de los municipios en verdad son
graves con relación a proyectos con relación a esa visión de territorio que se
hubiera podido lograr muchísimo más rico si se integran estas
experiencias.”28

4.2.2. El concepto de relación de saberes

Las significaciones que los participantes de la experiencia le asignaron a la relación de


saberes, se relacionaron utilizando los puntos de vista de los diferentes actores de la
experiencia sobre este mismo concepto. De acuerdo con los relatos recogidos, se
encuentran significaciones distintas que se refieren al concepto, pero también a cómo y
para qué se da la relación de saberes alrededor de la construcción colectiva de mapas.

Mientras para los funcionarios de la CVC existen conocimiento científico y saber


popular, uno en poder de los técnicos y otro propio de la comunidad, los cuales se
relacionan para que los primeros puedan conocer las aspiraciones de la comunidad y para
que los segundos apropien conocimiento y manejo de conceptos, para los miembros de la
Minga, cada persona tiene conocimientos que dependen básicamente de su experiencia de

28
Entrevista con María de los Remedios Valencia.

66
vida y lo que se busca con la cartografía social es propiciar que los diferentes saberes se
pongan en juego a través de la conversación (cuando convergen distintas versiones de la
realidad) alrededor de mingas de pensamiento para la producción social de conocimiento,
lo que exige un compromiso personal y autónomo de cada uno de los participantes.

Se parte de aceptar que cada persona Vs. Hay un conocimiento científico y


tiene conocimientos valiosos, un saber popular, que corresponden
independientemente de su formación, su a los técnicos y a la comunidad.
idioma, su religión, su edad o su sexo.

“El proceso de integración del conocimiento científico y el saber popular, se


realiza mediante el diálogo entre los técnicos y la comunidad. Dicho diálogo
permite a los primeros ver y sentir las necesidades y aspiraciones de la
comunidad, y entender cómo interpreta ella su realidad; y aporta a los
miembros de la comunidad el conocimiento y manejo de conceptos,
procedimientos e instrumentos que potencian su capacidad para reinterpretar
realidad y actuar sobre ella.”(CVC, 2001)

En este caso el proceso educativo está concebido como la acción del facilitador para
poder introducir el cambio más que una acción colectiva de construcción de conocimiento.

El principio metodológico de la Vs. Se debe estimular y facilitar la


cartografía social es propiciar generación de una actitud positiva
“mingas” de pensamiento para la hacia el cambio, posibilitando a la
producción social de comunidad descubrir sus
conocimiento. potencialidades como personas y como
grupo.

También se pueden ver diferentes versiones entorno al rol del facilitador, mientras para
los funcionarios de la CVC éste debe ser una “un promotor que estimule y facilite la

67
generación de una actitud positiva hacia el cambio, al permitir que los miembros de la
comunidad descubrir sus potencialidades como personas y como grupo”, para la Minga la
cartografía social “busca impulsar un cambio cultural concertado, del cual, los promotores
y los asistentes a los talleres son todos participantes, son el germen o la relación causativa,
la causación formativa del nuevo proceso cultural”.

Tanto los promotores como los Vs. El promotor debe estimular y facilitar
asistentes son todos participantes. la generación de una actitud positiva
hacia el cambio.

Desde la perspectiva de los funcionarios de CVC existen entonces solamente dos formas
de acercarse a la realidad y es entre estas dos formas que se da el diálogo de saberes. Es
decir, existe un conocimiento científico y un saber popular en posesión de los técnicos
facilitadores y de la comunidad, respectivamente y es entre estos conocimientos y saber
popular que se intercambian las formas de percibir la realidad.

“El proceso educativo se desarrolla mediante conversaciones en las cuales


los promotores y actores sociales intercambian y enriquecen sus formas de
percibir la realidad, y elaboran propuestas que les posibilitan actuar sobre
ella”. (CVC, 2000)

Retomando la cita anterior el objetivo principal del diálogo de saberes es intercambiar y


enriquecer las formas de percibir la realidad para elaborar propuestas que posibiliten actuar
sobre ella. Para los miembros de la Minga, la acción de “conversar no sólo permite, como
su nombre lo indica, el converger de las distintas versiones que de la realidad aportan
todos, sino, y sobre todo, el intercambio amigable y el reconocimiento mutuo. A lo largo
de la conversación, el diálogo, el intercambio de opiniones e impresiones se van
elaborando los mapas entre todos y se va configurando un instrumento de exploración muy
sensible […] (que) despierta la sensación del descubrimiento, acerca las rutas de encuentro,

68
comienza a generar información vivencial, rica, sistemática y caótica al tiempo y a definir
alternativas y opciones”

Intercambio amigable y el Vs. Intercambiar y enriquecer


reconocimiento mutuo que despierta la las formas de percibir la
sensación del descubrimiento, acerca realidad para elaborar
las rutas de encuentro, comienza a propuestas que posibiliten
generar información vivencial, rica, actuar sobre ella.
sistemática -y caótica al tiempo- y a
definir alternativas y opciones.

Los miembros de la Minga reconocen, además, otra relación de saberes, la cual se da entre
las personas y el ambiente, el cual también participa en los procesos de reflexión y
conversación.

“Es nuestra concepción antropocéntrica la que impide mirar el ambiente


como un interlocutor más que participa activamente en una conversación o en
un proceso de reflexión”.

En este capítulo se avanzó desde una perspectiva descriptiva basada exclusivamente en


los relatos, en la organización del discurso alrededor de la Cartografía Social. Se
identificaron y definieron los núcleos temáticos y su conceptualización, principalmente
desde dos actores La Minga y CVC; más adelante se mostrará cómo en dos ejercicios se
pone en práctica y se asume desde los actores comunitarios.

69
5. ALGUNAS EXPERIENCIAS: LA PRÁCTICA

“La cartografía social ha sido alimentada


por los procesos sociales propios, que se dan a nivel local
y los éxitos y los fracasos también tienen que ver con los procesos
que las mismas comunidades llevan”
Omaira Bolaños

Este capítulo corresponde al segundo plano de la sistematización, retomando dos casos en


donde se aplicó la metodología. Estas experiencias se clasificaron dentro de la relación de
tallerista, por el colectivo de La Minga y corresponden a contratos realizados para la
Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca – CVC orientados a la formulación
participativa de proyectos. Las experiencias se dieron en el corregimiento de Robles
municipio de Jamundí y en la cuenca media y alta del río Desbaratado en el municipio de
Florida. En ambas, el esquema metodológico aplicado fue el mismo, comprendiendo
elaboración de mapas de presente, pasado y futuro, la identificación y priorización de
problemas y para finalizar con la formulación participativa de proyectos. El objetivo al
retomar estas experiencias es mirar las reglas y principios que se pusieron en juego en el
ejercicio de la construcción colectiva de mapas y la relación entre diferentes saberes
constituidos de manera desigual.

Para hacer la reconstrucción de estas experiencias se llevaron a cabo entrevistas con los
funcionarios de CVC y con los participantes de cada una de ellas, miembros de las
organizaciones sociales que lideraron los talleres en cada una de estas dos experiencias y se
recogieron relatos durante un taller de aprendizaje colectivo realizado como parte de las
actividades del proyecto “Fortalecimiento a organizaciones e instituciones que hacen
conservación de biodiversidad con participación comunitaria” ejecutado por la Universidad
de La Florida, en el que participaron tanto líderes de FUNECOROBLES como ACARDES.
En cada caso, las organizaciones con las que se puso en práctica la propuesta
metodológica de Cartografía Social, ACARDES y Funecorobles, contaban con una historia

70
en su proceso organizativo que es necesario tener en cuenta para poder contextualizar la
experiencia. En este sentido se hará un recuento del proceso organizativo para llegar al
contexto en el cual se aplicó la metodología dando cuenta de los objetivos, la aplicación en
sí de la metodología29, los actores y los resultados. Con respecto a los resultados se buscará
dar cuenta de los cambios en el comportamiento participativo, la transformación o no en las
relaciones de poder, control y conocimiento al interior de los participantes y la
reactualización y recontextualización de la memoria individual y colectiva.

La asociación de grupos comunitarios ambientales de la cuenca del río Desbaratado –


ACARDES es una organización de base comunitaria, asentada en la cuenca hidrográfica
del río Desbaratado entre los departamentos del Valle del Cauca y Cauca. La conforman 7
veredas (entre ellas una de comunidad indígena Paez o Nasa) y diferentes organizaciones,
entre las cuales se encuentran juntas de acción comunal, juntas administradoras de
acueductos, asociaciones de padres de familia e instituciones educativas.

ACARDES fue fundada en 1988 por ocho grupos entre campesinos e indígenas, que
habían sido beneficiarios de procesos de capacitación de entidades como CVC y Comité de
Cafeteros. El apoyo de CVC fue importante para su consolidación, al hacerlos partícipes de
la construcción del plan integral de la cuenca del río Desbaratado. La decisión de constituir
la organización está orientada a acciones de “conservar, producir y subsistir” como nos lo
dice su presidente, el señor Lisardo Castañeda. ACARDES, es fundamentalmente una
organización de carácter ambiental, teniendo en cuenta que los problemas ambientales son
resultados de la problemática socioeconómica de sus pobladores, por lo tanto la gestión
ambiental está orientada hacia el mejoramiento de la calidad de vida de sus asociados.

“Bueno la cronología de ACARDES se maneja un poquito como hacer


remembranzas de lo que fue el inicio de comité de cafeteros y CVC, estamos
hablando, más o menos del año 1975 recuerdo yo. De ahí en adelante los
29
De tal forma que se haga un análisis sobre los saberes que se ponen en juego, las relaciones que se
tejen entre los diferentes saberes que se ponen en práctica en la construcción de los mapas legitimando o
transformando la posición de los participantes.

71
grupos comunitarios empezaron con los proyectos de mejoradoras de hogar y
los técnicos de la CVC, empezaron a recibir cursos de modistería, ebanistería,
carpintería. Luego ya estábamos trabajando en capacitaciones con las mujeres
y otros procesos de muchas cosas, se empezaron a manejar las huertas y a
tecnificar más los cultivos, al final de este proceso que recuerdo porque yo
todavía estaba muy pequeño vimos que había la necesidad de crear nuestro
propio espacio. Creíamos que nosotros ya teníamos un nivel administrativo y
creo que ahí se comenzó a consolidar el estado que nosotros debíamos de
independizarnos y hablamos con el Comité y con CVC, desde ahí creo que fue
en el 95 se comenzó a conseguir los grupos ACARDES que inicialmente fueron
8 grupos de 8 veredas”30.

Desde la Oficina de Planeación de CVC (en Cali) se había iniciado la aplicación de la


metodología y el objetivo, como lo cuenta María de los Remedios Valencia en ese
momento como jefe de proyectos era:

“Empezamos este proceso muy direccionado hacia la generación de ideas


para concertar proyectos con las comunidades y que los proyectos surgieran
de la iniciativa de la gente de acuerdo a sus necesidades, de acuerdo a
oportunidades que había en su territorio y que no se dieran como un proceso
puramente tecnocrático o a través de solicitudes, cuestiones más de tipo
clientelista que de necesidad real de una población.”

Para la Unidad de Manejo de Cuenca- UMC Bolo-Frayle-Desbaratado el objetivo de


apoyar la contratación de la consultoría en cartografía social para ser aplicada con
ACARDES, estaba orientada a la consolidación de la organización, que en ese momento se
estaba dando. Don Lisardo Castañeda cuenta desde la perspectiva de la organización.

30
Alfonso Trochez miembro de ACARDES

72
“A ver, el plan integral de la cuenca del río Desbaratado se comenzó a
trabajar desde el año 1988… Cuando yo llegué a las comunidades había
grupos asociativos, luego se sigue un proceso bien elemental… componentes
de un lado, componentes del otro y cuando ya vimos la razón social nos dimos
cuenta que nosotros debíamos ser nosotros, como comunidad, que teníamos
algunas capacidades de dar unos pasos y que nadie nos diera la mano.
Entonces le exigimos a los que tenían que nos dieran unas capacitaciones…
Ahí mismo se contrata, se hace y nos dan unos talleres a mano de un señor
Guillermo Santamaría. El pasaba aquí de 2 a 3 días hasta las 8 o 9 de la noche
charlando con nosotros, la esposa muy experta, él nos daba muchas pautas de
lo debíamos hacer con la organización…”

Para Omaira Bolaños31, el momento en que se dio la aplicación de la metodología estaba


mediado por un contexto histórico tanto del proceso organizativo de ACARDES, como de
los intereses de otros sectores “externos” provenientes de CVC y el sector azucarero.

“En el contexto del Desbaratado, creo que la cartografía social tuvo


diferentes “facetas” y aportes que estuvieron mediados por el momento
histórico del proceso de consolidación de la organización comunitaria
(ACARDES)… que en ese momento también estuvo [mediado] por la reacción
del sector azucarero y la CVC, a lo que consideraron una potencial amenaza.
¿Amenaza de qué? ¿Qué implicaciones tenía que un grupo de comunidades,
sin fuerza política se organizara y expresara su propia voz?”

FUNECOROBLES, es una organización de base de comunidades afrodescendientes sin


ánimo de lucro, que trabaja en conservación de ecosistemas estratégicos: cuencas
hidrográficas, humedales y bosques ribereños a través de la identificación y estudio de
patrones culturales que condicionan el ejercicio de la conservación.

31
Trabajadora social de la Regional Sur Oriente a la que pertenecía la UMC Bolo – Frayle – Desbaratado.

73
La aplicación de la metodología en el corregimiento de Robles, fue una de las seis
primeras experiencias contratadas por la Subdirección de Planeación de la CVC como una
de los tres casos con comunidades negras. Cuando se inició la intervención se llevó a cabo
una convocatoria abierta a la que acudieron diferentes personas y organizaciones, sin
embargo, Funecorobles fue asumiendo el liderazgo tanto de la convocatoria local como de
la logística para la realización de los talleres, según el relato de Carlos González:

“Este proceso ha tenido también sus altibajos, en varios sentidos. Un primer


sentido es el escenario en el cual se dio la cartografía social. Inicialmente se
dio como una voluntad institucional, en ese momento de querer desarrollar un
proceso donde participara la comunidad de alguna manera…, pero
inicialmente sin la claridad, sin ver para dónde iba eso. Porque no hubo una
presentación inicial por parte de la institución con respecto a qué era lo que
quería y por qué razón se iba a aplicar dicha herramienta en nuestro
territorio, en nuestra comunidad. Llegamos a generar un proceso como de
empatía, con la organización que ejecutaba el trabajo que era en el momento
la Fundación Minga, pero pues ya cuando nos vimos envueltos en lo que eso
era, en lo que significaba pues decidimos como organización participar
activamente y meterle el hombro duro para que el proceso se pudiera dar y
pudiera llegar a feliz término. La verdad es que hasta hoy el proceso de
cartografía social visto desde la CVC quien fue que contrató todo el proceso
no hemos podido hacer el primer ejercicio de lo que pasó, en términos de cómo
quedó la comunidad con ese ejercicio y cómo lo ve la institución y hasta donde
podemos articular cosas.
“…porque en un comienzo las dificultades fueron tan duras que les cuento
que nunca conocimos al interventor del proyecto… nunca pudimos hablar con
él y saber por parte de la corporación qué pasaba con eso o qué sentía. Y lo
conocimos el último día, el día de la evaluación del trabajo y ese día llegó
dándole perrero a la priorización que habíamos hecho, porque a él no le
parecía.”

74
La organización Funecorobles, para ese momento era una organización pequeña
conformada por habitantes del corregimiento de Robles, quiénes venían trabajando unos
siete años atrás pero que solo hasta ese momento había considerado la necesidad de
constituirse ‘legalmente’.

“Funecorobles era organización comunitaria conformada por jóvenes que


desarrollaban acciones de manera muy local, reconocida a nivel local. En ese
momento, en 1988, se participaba de las reuniones citadas por el proceso de
comunidades negras desde Buenaventura, también estaba a cargo del trabajo
ambiental en el colegio y había participado de acciones emprendidas por la
Secretaría de Agricultura del departamento y de la CVC en la recuperación de
la microcuenca de Robles.”

En ambos casos el esquema metodológico aplicado siguió las mismas etapas, las cuales
son relatadas por Omaira Bolaños:

“El primer trabajo que se hizo de mapeo (a mano alzada) del área de
comunidad de cada grupo, fue fácilmente asimilado por la gente, en el sentido
que no se sintieron extraños con esta actividad. Tal vez porque ya habían
trabajado con esta clase de mapas en anteriores oportunidades. Lo que no
quedó muy claro fue la relación de esta actividad con las siguientes en las
cuales se empezó a elaborar el trabajo con los diferentes mapas. .. Una de las
preguntas que algunos miembros de los grupos formularon fue ¿para qué
hicieron esos mapas? En general la división del trabajo de los mapas por
temas, fue bueno por cuanto permitió a los participantes concentrarse y
especializarse en el análisis de asuntos específicos. Sin embargo, esta misma
especialización puede también representar una debilidad… al momento de
entrar a la priorización de situaciones de la comunidad.
“Creo que no hubo una explicación muy amplia sobre el por qué estos
temas. Aún así los mapas se elaboraron, con toda la dificultad que

75
representó. El hecho de que los participantes no se pudieran reunir con más
frecuencia, hizo más difícil el manejo de la metodología, pues cada vez había
que repasar y descifrar lo hecho anteriormente, además de que tomó
demasiado tiempo. Sin embargo, el mismo proceso de elaboración de los
mapas llegó a gustar mucho a la gente y se sintieron finalmente cómodos
trabajando en ellos. Otro aspecto que creo fue difícil de asimilar fue el
análisis de los diferentes problemas encontrados y su priorización. Primero
los dos tipos de trabajo fueron totalmente diferentes: de un trabajo en grupo y
más dinámico se pasó a uno muy pasivo, en el sentido de que limitó la
participación de muchas de las personas, pues estaban todos reunidos en el
mismo salón. Estas últimas sesiones fueron muy pesadas y algo aburridas
para la gente.”

En el caso de Robles, siguiendo con las palabras de Carlos González

“Pero hubo tres etapas metodológicas dentro del proyecto de Cartografía


Social. La primera la construcción de los mapas, la segunda la identificación
de problemas y la tercera la construcción de los proyectos, de las propuestas.
Entre la primera etapa de construcción de los mapas y la segunda etapa de
priorización de los problemas de enfocarlos en una matriz no encontramos
mucha coherencia, podríamos decirlo así, porque veníamos de un proceso de
casi 6 meses, casi 7 meses y al final de los 7 meses se empezó a identificar la
problemática que presentaban nuestras comunidades, después de haber
construido los mapas donde ya se reflejaban cuáles eran las situaciones
problema que tenía la comunidad. Donde estaban los focos, digamos se
priorizaban esos problemas y se decía en esta y en esta área tenemos
dificultades, pero cuando llegamos a hacer el ejercicio de priorización de
problemas, pues surgió un abanico de situaciones que no obedecían en gran
parte a lo que habíamos encontrado con la Cartografía. Luego, esa
priorización de la problemática nos llevó a la formulación de unos proyectos,

76
proyectos que en su fase final no tuvieron relevancia. ¿Por qué?, porque
surgieron del proceso de cartografía social, pero como lo he mencionado
anteriormente no funcionó la relación CVC – Minga. Entonces, al no
funcionar la relación CVC – Minga evidentemente esos proyectos quedaron sin
piso, la comunidad también quedó con una ilusión de que esos proyectos se
pudieran realizar”.

En ambos casos hay un reconocimiento claro de que existió una dificultad metodológica
entre la elaboración de los mapas y la identificación y priorización de problemas. No solo
en términos del dinamismo y la posibilidad de participación, sino también en términos de la
relación que existía entre la información de los mapas y la matriz de priorización. Lo
anterior sumado con las dificultades que se presentaron en la relación entre la CVC y los
ejecutores para dar continuidad a las acciones a través de la ejecución de los proyectos
formulados.

Esta división que sintieron los participantes en los talleres muestra que en ese momento
existió una falencia en la propuesta metodológica, al desconocer que el proceso de
construcción del mapa es el resultado del análisis conjunto y en sí mismo identifica
posibilidades de escenarios futuros, una vez realizado el análisis de la situación actual; por
esta razón, se introdujeron otros instrumentos que permitieran ‘sintetizar’ la información
construida previamente en los mapas para la identificación y priorización de problemas,
que como los participantes lo recalcan, no fueron precisamente resultado del análisis
conjunto puesto en el mapa y que por lo tanto al final se vuelve un ejercicio poco
participativo y aburrido, además de poco o nada trascendente. Tanto así que después de 10
años o más la síntesis elaborada en el mapa del futuro en el caso de Funecorobles, es la que
muestra los aspectos “claves” para la acción comunitaria, pero que en su momento no
fueron dimensionadas como tal para los miembros de La Minga, ni mucho menos para los
funcionarios de CVC.

77
“La verdad David, es que ese mapa resurgió de una caja que estaba
guardada hace como 5 años, como hace dos semanas que lo íbamos a trabajar
para poder organizar la presentación. Todos los mapas los movemos de ahí de
vez en cuando y los doblamos otra vez y los volvemos y los guardamos en otra
caja. Pero en sí la esencia del mapa y lo que el mapa transmitió en ese
momento es lo que hemos venido desencadenando en el proceso y buscando
conseguir esos objetivos que nos trazamos. Porque del mapa extractamos lo
que quiso colocar la gente, en ese momento, y ¿qué era? Recuperar la
madrevieja, la finca tradicional y la educación”32

5.1. LOS SABERES QUE SE PONEN EN JUEGO Y LAS RELACIONES ENTRE


ÉSTOS

Cada persona maneja o tiene un saber o un conjunto de saberes que son puestos en acción
para poder asumir la vida cotidiana, la cual requiere constantemente de nuevos saberes.
Cuando una persona se relaciona con otros, también se relacionan diferentes tipos de
saberes. Esto es lo que sucede a través de la Cartografía Social, puesto que no solo se
relacionan diferentes personas de la misma localidad con diferentes conocimientos acerca
de su territorio, también se relacionan con los miembros de La Minga y con los actores
institucionales.

En la primera relación cada uno de los participantes cuenta con diferentes saberes sobre el
espacio que habita, el cual está dado, principalmente por la relación cotidiana de recorrerlo:
“cada uno vive en un sitio por los demás ha pasado”. Esa relación cotidiana está dada
también por su género y su rol o sus actividades de producción. Por ejemplo, existen
saberes distintos entre una yerbatero y un cazador, entre una mujer y un hombre, entre un
citadino y un campesino. Esos saberes, referidos al territorio también están dados por los
procesos de transmisión de la historia oral de padres y madres a hijos e hijas.

32
Carlos González representante legal FUNECOROBLES

78
De esta manera, los saberes que utilizamos en la vida diaria, han sido desigualmente
constituidos y son producto de procesos diferenciados de acuerdo al ‘entramado de
relaciones’ que tejen los habitantes de un territorio entre sí y con éste y que por lo tanto se
relacionarán estableciendo desigualdades frente al ejercicio propuesto a través de la
cartografía social.

De acuerdo con Bourdieu (1980) “El mundo práctico que se constituye en la relación con
el habitus como sistema de estructuras cognitivas y motivacionales es un mundo de fines ya
realizados de modos de empleo o caminos a seguir, [...] pues las regularidades propias a
una condición arbitraria [...] tienden a aparecer como necesarias, naturales incluso,
debido a que están en el origen de los principios [schemes] de percepción y apreciación a
través de los que son aprehendidas” “La teoría de la práctica en tanto que práctica
recuerda, [...], que los objetos de conocimiento son construidos y no pasivamente
registrados, y, [...], que el principio de esta construcción es el sistema de disposiciones
estructuradas y estructurantes constituido en la práctica y orientado hacia funciones
prácticas”.

El ejercicio de cartografía es básicamente una actividad que consiste en construir


conocimiento alrededor del ejercicio práctico de ‘pintar mapas’. En la mayoría, si no en la
totalidad de los casos, un saber que no se relaciona de manera funcional con las actividades
cotidianas que enfrenta la mayoría de los participantes de los talleres. Por un lado, está el
manejo de instrumentos como el papel, los colores y por otro, el manejo de la información
geográfica en forma de representación en un plano de dos dimensiones.

Para muchos de los participantes en los talleres coger un lápiz o un color no es una acción
práctica de su cotidianidad, unos porque no aprendieron a leer ni escribir, otros porque
aprendieron hace mucho tiempo y es una habilidad poco funcional en su vida, otros “con
mucho miedo de dibujar”, como lo relata Rosalba Tapia fundadora de Acardes, “porque les
da miedo dañar el papel, prefieren no pintar porque de pronto les queda feo”. Esta
relación con el manejo del lápiz, el color y la pintura significa una aproximación desigual

79
en el ejercicio de la construcción colectiva de mapas, pues algunos de los participantes
asumen mucho más el ejercicio práctico de pintar, pero no siempre conocen lo que hay que
pintar, razón por la cual se requiere relación entre varios participantes.

El lenguaje cartográfico tampoco es un saber ligado a las actividades cotidianas de los


diferentes participantes. La introducción de una forma de representación en dos
dimensiones (frente a una de tres que es vivida) implica un ejercicio previo de
‘entrenamiento’ para que los participantes vayan ubicándose la base cartográfica entregada.
La experiencia permitió precisar algunas pautas, una de ellas es comenzar por colocar el
mapa orientado según el espacio circundante y por otro lado, hacer preguntas que permitan
‘ir recorriendo’ el territorio en el mapa, siguiendo los ríos o las carreteras.

“Inicialmente comenzamos por conocer, por aprender a manejar la plancha,


hacer reproducciones a través de las cuales empezamos a construir los
diferentes planos.”33

La participación en la ‘pintura’ de un mapa marca una diferencia en la relación que tejen


unos miembros del colectivo de Minga frente a otros, unos consideran que es mejor no
inmiscuirse en el trabajo del cada grupo, mientras que otros lo hacen, como la manera para
que la gente vaya perdiendo el miedo y además se vaya aproximando al lenguaje de la
representación gráfica del territorio a través del manejo del mapa.

“En eso ellos fueron muy respetuosos, porque nos permitieron expresar como
nosotros lo sentíamos, con los dibujos que nosotros fuimos construyendo,
siendo nosotros como protagonistas”34

El ejercicio que propone la Cartografía Social más que ‘pintar mapas’ está en la
conversación y definición de una interpretación colectiva de la realidad que está viviendo.
33
Entrevista con Carlos González
34
Intervención de Rosalba Tapia en el taller de aprendizaje colectivo, realizado en el corregimiento de
Robles, en el año 2005.

80
En este sentido, los mapas son producto de pensamientos y sentimientos de la gente, los
cuales no quedan del todo reflejados en el mapa, sino que como se manifestó ‘quedan en su
memoria’. Dependiendo de quién interprete esa realidad verá una información muy técnica
o si es alguno de los que participó en su elaboración sabrá que la información que está allí
recogió sus sentimientos, sus pensamientos, sus quereres, sus sentires. Es algo que no se
puede leer a simple vista, es necesario que lo lea la gente, que la gente sea quien intérprete,
para poderle dar ese tipo de sentido al trabajo, como lo mencionó Rosalba Tapia.

“…seguro que ellos no sabían la lectura que decían esos mapas allí. Porque
eso es otra cosa buena de la metodología, porque solamente uno sabe qué se
plasmó allí. Hay varias formas de hacer la lectura…”

La cartografía requiere la creación de categorías y símbolos que las representen. Este es


un ejercicio que implica, no solo conocer lo que se va a pintar sino interpretarlo y
organizarlo siguiendo criterios establecidos por los participantes. Continuando con la
intervención de Rosalba:

“Dentro de los mapas, uno que trabajamos fue sobre conflictos. Como en
las comunidades se da muy a menudo que hay JAC, Cabildos, de pronto no
nos poníamos de acuerdo para trabajar con ellos, porque uno [dice] no es
que yo soy el que tengo la palabra, entonces de ver como la misma gente
hizo sus convenciones, colocaba por decir algo un muñequito. La misma
gente fue la que dibujó sus propias convenciones y lo plasmó en el mapa. Si
había el cabildo o las otras organizaciones, entonces la colocaban como se
dice ‘de espaldas’ como se dice, no nos ponemos de acuerdo, entonces
cuando no hay ese diálogo y ese respeto por la diferencia, pues hay muchos
atropellos.”

El saber que exigen los mapas es sobre todo el conocimiento sobre el espacio que se
habita y las relaciones que se tejen sobre éste. Pero sobre este conocimiento hay muchas

81
facetas, por ejemplo, el mapa ‘político-administrativo-infraestructural’ requiere por un lado
de saber cuáles son las personas que viven en una localidad, organizados por familia y por
vivienda. Como también se requiere saber cómo son sus viviendas, de qué materiales están
construidos, en qué estado se encuentra, con qué servicios cuenta. De las organizaciones
sociales, qué hace cada una; la presencia institucional, cómo están las escuelas, cuántos
estudiantes hay en ellas, cuántos profesores. En caso de no conocer esta información
tendrán que buscarla para poder completar el ejercicio. Esta información, generalmente no
es manejada solo por una persona y requiere que muchos concurran.

“Este mapa lo quisimos poner aquí porque es el mapa de Robles urbano, es el


mapa “económico – ecológico” entonces para hacer este mapa, quiero
decirles que vivíamos aquí y nos demoramos tres semanas y media haciéndolo,
porqué a la hora que nos metimos en el salón para hacer eso y estaban
docentes, estudiantes, amas de casa, había diversidad de personas con
diferentes actividades que desarrollan en la comunidad, y resulta que íbamos a
ver una manzana y ninguno sabíamos quien era el que vivía ahí en seguida. Y
eso batallamos y batallamos para saber quién era y entonces dijimos, no pues
invitemos a los mayores, al otro día. A otros mayores. Invitamos a otros
mayores y tampoco pudimos a la final nos tocó dividirnos por grupos y salir
con las mesas de la biblioteca de esquina en esquina con el mapa, entonces
uno iba y miraba y venía y contaba qué era y pintaba. Entonces miren lo
profundo que fue el reconocimiento de la comunidad aquí, pues en este
casquito urbano. Imagínense lo que pasó para poder hacer lo rural. Entonces,
la verdad es que si fue un proceso de construcción con los jóvenes, con los
mayores y hubo gente que se encarretaba en esto y le dábamos en las noches,
hasta la una de la mañana le dábamos encarretados con lo de pintar y luego se
fue dando el proceso. Por eso es que lo que se logró con eso, es que cada uno
dibujara su propio mapa en su memoria, y por eso la verdad es que muchos de
los que hay aquí no conocen los mapas. No los conocen porque no los han
caminado, porque no se han sentado a detallarlos. Muchos porque les hemos

82
contado que ahí están, pero en si la gente tiene hecho su mapa en la cabeza y
con ese mapa es que hemos venido trabajando.35

El uso del lenguaje cartográfico como una manera de representación de un determinado


espacio geográfico, tiene dos implicaciones. La primera, la legitimación de una forma de
representación construida por la ‘ciencia’ que incluye solamente una mirada de la
territorialidad, excluyendo otras formas de representación y otros tipos de territorialidad.
La segunda, el cambio en el uso que se le ha dado al lenguaje cartográfico, restringido a
cierto tipo de profesionales, más en Colombia donde sólo existe una entidad reconocida
legítimamente por el Estado para cumplir con la función de elaborar la cartografía.

Frente a la primera implicación se han dado discusiones al interior de La Minga de si es


necesario o no trabajar con ‘mapas a escala’, sin embargo son pocas las experiencias donde
no se han usado escalas o mapas, a pesar del reconocimiento de que existen formas propias
de representación gráfica o simbólica que se excluyen desde el inicio del ejercicio, o porque
existen formas de manejo territorial que no pueden ser representadas gráficamente.

El caso del río Mirití es tal vez una de las pocas experiencias en donde fueron mucho más
evidentes las restricciones que este tipo de lenguaje significaba, razón por la cual se decidió
utilizar la representación gráfica de la Maloca para incluir la forma propia de manejo
territorial, incluyendo la dimensión temporal, así como la lógica del ordenamiento de
ambos, con el objetivo de hacer un análisis de los efectos e impactos que involucraban las
lógicas de tiempo que se imponían por actores hegemónicos (externos) a través de las
instituciones educativas y de salud, entre otras.

Frente a la segunda implicación, es sobre la cual se ha hecho mayor énfasis en el discurso


de La Minga y es la que se encuentra de manera implícita en la cartografía social y aquella
por la que surge: la posibilidad de acercar el uso de la representación cartográfica para

35
Conversación durante el taller de aprendizaje colectivo. Intervención de Carlos González. El
subrayado es mío.

83
apoyar procesos sociales introduciendo de esta manera el concepto de territorio. Se dice
entonces, que los mapas se han construido para legitimar el saber que se podría llamar
‘popular’, el saber que cada ‘comunidad’ tiene sobre su territorio y de esta manera legitimar
las acciones frente a su manejo.

También incluye una ‘desmitificación’ del manejo científico de la cartografía al


evidenciar que toda representación es simplemente eso, una representación, nunca será la
realidad si es que alguna vez se puede aprehender. También se desmitifica al verificar con
los actores locales, que la información cartográfica producida por las instituciones contiene
muchos errores o difiere en mucho de la realidad que ellos conocen y que por más que se
lleven a cabo procesos tecnológicos eficientes siempre estará desactualizada.

Retomando las palabras de García Canclini (1989, pág.192) “Si la cultura popular se
moderniza, como en los hechos ocurre, esto es para los grupos hegemónicos una
confirmación de que su tradicionalismo no tiene salida; para los defensores de las causas
populares, resulta otra evidencia de la manera en que la dominación les impide ser ellos
mismos”, esta segunda implicación se convierte también en una trampa a los principios de
la metodología al pretender poner en un mismo plano la producción cartográfica mediante
el uso de tecnologías de precisión y la producción de cartografía social, ya que el objetivo
para el cual se elabora es diferente. El objetivo de la cartografía social, según el grupo de
La Minga, es construir local y colectivamente conocimiento y a partir de éste tomar
decisiones y actuar sobre el territorio, aquel que se considera propio y no, elaborar
información geográfica de precisión.

El interés con el uso de la cartografía es fundamentalmente proponer a los participantes


pararse sobre un mundo con límites y también con posibilidades. El límite es el instrumento
‘mapa’ como modelo de registro instituido, pero éste también abre posibilidades para
cuestionarlo a partir del conocimiento práctico del espacio geográfico que poseen sus
habitantes; a su vez, abre la posibilidad de cuestionar el saber popular a través del modelo
de registro propuesto.

84
Es decir, el uso de la cartografía como sistema de registro, no busca centrarse en su uso
‘correcto’ sino servir de instrumento para la interpelación entre éste y la lógica de
comprensión local, el saber popular sobre el territorio que habita y modifica. La
construcción de ‘mapas’ es en sí mismo un ejercicio de interpelación al saber de los
participantes a través de las guías o preguntas que se hacen para que sean contestadas
mediante el uso de la representación gráfica. Preguntas que orientan un determinado
ejercicio y que exige de los participantes lo que Savater (1991) denomina ‘insatisfacción
creadora’. Retomando las palabras de Larrosa (2003, pág. 133) “la educación transmite
junto con el saber es, sobre todo, una determinada relación con el saber. Y esa relación
puede ser de aceptación o de cuestionamiento”.

Aceptación y cuestionamiento referido al uso del mapa, pero también a los saberes de los
participantes y principalmente sobre el tipo de relaciones que establecen con su territorio de
manera particular y colectiva. El ejercicio privilegia la segunda, pero permite reflexiones
sobre la primera y es también sobre ésta que se buscan cambios propuestos colectivamente.

La representación de la realidad que realizan los participantes está mediada por las guías,
que son entregadas por el colectivo de La Minga, con el objetivo de que se den
conversaciones alrededor de temas que han sido definidos previamente. Como se ha
mencionado las guías son otro instrumento fundamental en la propuesta metodológica “una
buena respuesta es producto de una buena pregunta: clara, precisa y que no genere
confusión”; sin embargo, como dicen los miembros de La Minga, se elaboran guías para
cada ejercicio, de hecho, en el tipo de la relación denominada como tallerista, se elaboran
teniendo en cuenta los intereses de la institución, aunque en muchos casos se utilizan las
que se pueden considerar como ‘básicas’.

Esta situación no es consecuente con varios de los argumentos de La Minga. Un primer


argumento, referido a uno de los motivos principales por los cuales se trabaja iniciando por
“vamos donde somos invitados”; en varias de las experiencias contratadas por CVC el
inicio de las actividades estuvo marcado por la desconfianza clara de parte de los actores

85
locales, quiénes se rehusaron a consignar información en los mapas e incluso en algunos
casos a no permitir que los mapas salieran del sitio donde fueron elaborados. Retomo la
intervención de Guillermo Santamaría durante el taller de sistematización al interior de La
Minga:
“nos dejaron hacer dos talleres, y al tercer taller nos cayó el representante
legal a tumbar todo”

O como lo mencionó Carlos González en una de sus entrevistas


“inicialmente nos preocupaba el hecho de que no nos hubieran informado
con anterioridad sobre qué tipo de proyecto era, qué se quería con él y cómo
nosotros dimensionábamos nuestra participación”

Esto evidencia que la relación entre la ‘comunidad’ y La Minga, está mediada por el
interés que tiene el tipo de actor que al interior de la institución CVC ‘contrata’ la
realización de los talleres, pero además esta mediada por el interés de los ‘facilitadores’ y
de las organizaciones locales.

En el caso de ACARDES, la relación entre la ‘comunidad’ y La Minga, estuvo mediada


por los profesionales y técnicos de la UMC, quiénes tenían el interés de ‘fortalecer el
proceso organizativo’ que se había iniciado con la construcción del plan de manejo integral
de la cuenca. Adicionalmente, estaba el interés de los asociados de ACARDES de ‘tener
un espacio propio’, ‘teníamos un nivel administrativo y… nosotros debíamos de
independizarnos’. Todo esto enmarcado por el interés del sector azucarero apoyado por los
lineamientos que desde otro sector de CVC se impulsaba a través de las ‘asociaciones de
manejo de cuenca’ y sus acciones de compra de tierras para disminuir la presión en la parte
media y alta de la cuenca. Así lo cuenta Rosalba Tapia:

“…la cartografía social, fue parte de un proceso en el cual necesitábamos


hacer un plan de acción para trazar nuestros horizontes, hacia dónde era que

86
íbamos. Entonces es allí donde la CVC le paga a Fundación La Minga para
que nos capacite sobre cartografía social”
“Yo pienso que es una herramienta que nos ha facilitado para ver qué era lo
que teníamos allí y darles el valor. De pronto para la entidad que le pagó a
Fundación La Minga no le importó, ni sabrá de eso ni nada, de pronto por
cumplir algunas directrices, pero nosotros como OBC [Organización de Base
Comunitaria] si nos ha servido muchísimo”

En el caso de Robles, estuvo mediado por el interés un grupo de profesionales de la


Subdirección de Planeación, que pretendían incorporar la participación de algunas
comunidades en la formulación de proyectos; para lo cual había seleccionado algunos casos
‘piloto’ con comunidades indígenas y negras, frente a lo cual los ‘facilitadores’ planteaban
que:

“…a pesar de que le jugamos a responderle a una institución, también le


jugamos a ampliar ese proceso,… también le jugamos a los procesos de la
gente. En ese caso, todas las experiencias, que son cortas además, con gente de
comunidades indígenas y negras, le hemos tirado muy duro a eso: a autoridad,
a manejo de territorio, y a procesos de autorregulación, porque
definitivamente, los procesos de explotación del territorio en casi todos es una
constante”

El segundo argumento, tiene que ver con la aplicabilidad del trabajo realizado hacia la
acción social, puesto que por ser ejercicios relativamente cortos en el tiempo no permiten
ahondar en las relaciones que se tejen entre los diferentes actores que actúan sobre el
territorio y de esta manera no hay un análisis profundo de la compleja situación en que se
ven inmersos, quedando simplificada la acción social a la responsabilidad que tienen los
habitantes de un territorio para ‘defenderlo’, en muchos casos con pocas herramientas para
poder hacerlo.

87
“Cuando descubre un territorio, lo que le está poniendo es un reto, un
desafío, una responsabilidad: o usted protege esto que es suyo o nadie lo va a
proteger porque quién va a venir a decirle qué cosa”36

Pero a su vez no se reconoce la particularidad de los procesos sociales que vienen


adelantando los ‘invitados’ a los talleres, objeto de la contratación y el interés de la
institución, limitando de esta manera una acción concertada y talvez acertada, de la puesta
en práctica del ejercicio. En otras palabras, son los grupos organizados de estas
comunidades que participaron del ejercicio, los que de alguna manera apropiaron sus
resultados, más por su dinámica propia que por una intencionalidad dada desde los
miembros de La Minga.

“En términos ambientales la prioridad era poder lograr que se construyera el


emisor final para el alcantarillado para poder descontaminar la madrevieja
que ha sido fuente de alimento, de progreso y fuente de vida de la comunidad.
Entonces arrancamos a trabajar en ese momento y pudimos llegar, por un lado
a que tuviéramos, a través de una acción de participación, como es una acción
popular, lograr que se reconociera el derecho de las comunidades a gozar de
ese ecosistema y a gozar de un ambiente sano.”37

Adicionalmente, el relato38 con el que se ha ‘vendido’ la metodología es producto de la


síntesis que dos o tres miembros de La Minga han hecho del conocimiento que ha generado
en ellos participar directamente o a través de otros miembros del colectivo en algunas de las
experiencias de aplicación de la Cartografía Social. Esta síntesis resalta aspectos puntuales
de cada caso que reflejan lo que podríamos calificar como ‘su belleza’, pero que visto de
otra manera podría quedarse como dice García Canclini (1989, pág.195) en “…la
aprehensión de lo popular como tradición. Lo popular como residuo elogiado”, que en

36
Intervención de Álvaro Velasco en el taller de sistematización al interior de La Minga.
37
Intervención de Carlos González en el taller de aprendizaje Colectivo.
38
Aunque son varios, en esencia es uno solo que se ha modificado parcialmente dependiendo del
contexto para el que se escribe.

88
muchos casos es resultado más de aquello que el colectivo de La Minga logró comprender
de la lógica de ordenamiento territorial y de las relaciones que se tejen en éste, que de las
acciones derivadas de la aplicación de la metodología en cada caso.

Finalmente, la relación de tallerista, involucra otro riesgo, como lo dice claramente


Martín-Barbero “de inclusión abstracta y exclusión concreta” (1987). Y es precisamente lo
que muestra el ejercicio pactado con la CVC, con mayor énfasis en el caso de
Funecorobles, teniendo en cuenta que el objetivo inicial de la institución era la “generación
de ideas para concertar proyectos con las comunidades y que los proyectos surgieran de la
iniciativa de la gente de acuerdo a sus necesidades” finalmente, “se formularon unos
proyectos… y al final no se logró la financiación y mucha de la gente que estaba
participando del proceso se ganó esa ilusión y a la final terminamos, el grupo de personas
que entraron como a dinamizar la cosa y a apersonarse de ella, con una responsabilidad y
con un señalamiento por parte de la gente. Eso hace que el proceso se haya debilitado.”

Estas últimas reflexiones ponen de manifiesto algunos de los aprendizajes que han dejado
estas experiencias en el colectivo de La Minga. Cada ejercicio sea de largo, mediano o
corto aliento ha partido de una concepción clara de que la relación con el otro es
esencialmente “humana” (Savater, 1991a, pág.136), aquella que consiste en intentar
colocarse en su lugar y que permite “reconocer a ese otro como semejante, comprenderlo
desde dentro, de adoptar por un momento su propio punto de vista”. En este sentido cada
ejercicio de aplicación de la metodología ha permitido a aquellos que participan como
“facilitadores” conocer el punto de vista de las organizaciones de base sobre las situaciones
a las que se enfrentan para alcanzar sus objetivos; procurando entender la complejidad que
representa avanzar en su cumplimento, considerando que además de comprender sus
razones, es necesario tomar en cuenta sus derechos como habitantes y constructores de su
territorio. No se trata de ocupar su sitio sino de brindar herramientas que les permita
avanzar en su camino.

89
Ambas experiencias dejaron un valioso aprendizaje en la relación con el otro,
independientemente de la intermediación que se dio a través de la CVC, posteriormente se
ha mantenido contacto con algunos de los líderes que posibilita compartir otro tipo de
experiencias y aprendizajes conjuntos, así como relativizar el aporte en cada uno de los dos
procesos comunitarios. Ellos, a pesar de las debilidades evidenciadas en el modelo
metodológico de la cartografía social, convirtieron el ejercicio en parte de su aprendizaje y
de su acción social.

5.2. PAPEL DE LA CARTOGRAFÍA SOCIAL EN EL COMPORTAMIENTO


PARTICIPATIVO Y ‘EMPODERAMIENTO’ DE LAS COMUNIDADES

“Los antiguos griegos, a quien no se metía en política le llamaron idiotés; una palabra
que significaba persona aislada, sin nada que ofrecer a los demás, obsesionada por las
pequeñeces de su casa y manipulada a fin de cuentas por todos. De ese “idiotés” deriva
nuestro idiota actual” (Savater, 1997 págs.15-16)

Para Savater (1997, pág.112) “los individuos tenemos dos maneras de formar parte de los
grupos sociales, que suelen darse por separado pero a veces se dan juntas. Podemos
pertenecer al grupo y podemos participar en él.” La primera está caracterizada por una
entrega incondicional (o casi) a la colectividad, usando como ejemplo la familia, un equipo
de fútbol. La segunda, en cambio, se presenta cuando el individuo quiere y mientras quiere,
conservando distancia crítica para decidir seguir o no en el colectivo, conservando su
propia personalidad, eligiendo sus fines, sintiéndose capaz de transformarse y de rebelarse.

La pregunta de cómo la cartografía social incide en el comportamiento participativo y


‘empoderamiento’ de las comunidades prefigura la existencia de la segunda forma de hacer
parte de una colectividad. Tanto en ACARDES, como en FUNECOROBLES existen
procesos de organización social, del que hacen parte algunos miembros de los habitantes de
los espacios que estas organizaciones cobijan, cuyos intereses están centrando en los

90
procesos de manejo ambiental de sus territorios como premisa básica para su continuidad
como grupos.

Por eso es importante en esta parte, retomar la reflexión de Omaira Bolaños durante el
taller de aprendizaje realizado en Noviembre de 2005.

“Mirémosla más, porque cuando empezamos a hablar con la cartografía, me


parece a mí que se están desapareciendo las comunidades y esto es posible
gracias a estos procesos locales propios. Entonces, en la medida en que vamos
hablando vamos cayendo en el mismo error de mostrar las comunidades como
productos fabricados de la capacidad innovadora de agentes externos que
tienen una metodología X y ponen a la gente a funcionar y son perfectos en esa
medida.”

La pretensión no es mostrar la metodología como “el motor” de procesos sociales, sin


embargo, si quisiera, con base en los relatos de los participantes, encontrar aquellos
elementos que brindó el ejercicio práctico de la elaboración colectiva de mapas en el
comportamiento participativo y ‘empoderamiento’ de las comunidades y la forma en que
este comportamiento encuentra base en la legitimación o transformación de la posición de
los participantes y transformación de las relaciones de poder, control y conocimiento al
interior de las comunidades.

Hay una primera transformación en la posición de los participantes relacionada con el


reconocimiento territorial y el sentido de pertenencia. Inicialmente, algunos manifestaron
no comprender cuál era la novedad del ejercicio si ellos conocían su territorio, sin embargo
para poder completar el trabajo debieron ir sumando cada vez más personas e incluso
recorrer el espacio para poder avanzar en su representación. En otras palabras, el ejercicio
contribuyó a la reactualización y recontextualización de la memoria individual y colectiva.

91
“Sin embargo, logramos encajar muy bien en un proceso participativo donde
la pregunta siempre era entender por qué trabajar en un proceso de
Cartografía Social de mi comunidad, donde he vivido siempre, que conozco.
Entonces, a medida que fueron transcurriendo las sesiones, ARDUAS
SESIONES DE TRABAJO, muy intensas de 8 horas de trabajo, esas sesiones
fueron develando el desconocimiento que teníamos en gran parte de la
comunidad en que vivíamos, pero también era muy interesante conocer
algunos aspectos que por la cotidianidad deja uno de percibir. Eso fue muy
interesante…”39

Esta transformación que a su vez permitió el reconocimiento de su territorio, ha


contribuido en la consolidación del sentido de pertenencia y de apropiación. La apropiación
se dio en la medida en que se fueron construyendo los mapas que son uno de los resultados
del ejercicio práctico. Es decir, el resultado es el mismo proceso de construcción colectiva,
que al final es la interpretación colectiva de su territorio y que queda grabada en la memoria
de los participantes.

“…los procesos propios de la gente se vean reflejados a través del hacer, yo


creo que tiene mucho más sentido y por eso estos mapas puede que no se miren
en mucho tiempo, pero crean más sentido de pertenencia y son un producto
propio de las mismas comunidades, ¿por qué otras generaciones todavía lo
sienten como propio? Porque eso se transmite de unos a otros que han vivido
un proceso y me parece que esto sería bueno para todos, como una lección en
cuanto a qué es lo que pensamos cuando decimos ‘vamos a devolver un
producto a una comunidad’. Nosotros somos los que elaboramos el producto y
lo entregamos, fue el trabajo que hicimos. Hasta donde allí está reflejado todo
lo que la gente sintió y experimentó durante todo el proceso. Entonces yo creo
que de alguna forma asumamos otra metodología que pueda tener un producto
que sea el mismo proceso y algo como un producto al final. Sino el mismo

39
Entrevista con Carlos González.

92
proceso es el producto, por lo cual la gente allí puede ganar más de eso y por
esto permanece más en el tiempo. Yo creo que esta es una de las cualidades de
la metodología.” 40

La construcción colectiva de mapas también implicó acciones de nominación. La acción


de nombrar conlleva procesos de apropiación colectiva del territorio, como nos lo cuentan
los miembros de ACARDES.

“…conocer las quebradas, lo que no tenía nombre, de pronto colocarle


nombre, fue la misma gente de la comunidad, advierto, no fue de pronto
Guillermo en ese entonces o Helena de colóquenle este porque a mí me pareció
bonito, no. Sino que fue la misma gente, allí en consenso.”

El reconocerse como parte de, identificarse es un primer paso para la motivación hacia la
acción. Como nos comenta Seno Cornelly (1986, pág. 7) “a medida que las personas
descubren la realidad en que viven, el mundo real, desmitificado en que se mueven, surge
dentro de ellos un mecanismos psicosocial que hace que ansíen modificar esa situación. Se
trata de la motivación. A través del minucioso examen de la realidad y de la toma de
conciencia, el hombre se siente motivado para transformar la realidad en que se mueve.
Entonces, se movilizará, entrará a participar en las organizaciones existentes o fundará
otras con el fin de mejorar la situación”.

Para algunos líderes el ejercicio práctico posibilitó la toma de decisiones colectivas en


torno al camino a seguir para sus organizaciones, en relación con sus propósitos como
colectividad. Puede que los mapas simplemente sean un reflejo de aquellos sueños que se
han discutido previamente en las organizaciones, sin embargo la conversación alrededor del
mapa les permite ordenar y concertar acciones para poder avanzar en los procesos
organizativos que ellos vienen adelantando, es decir contribuye a la legitimación colectiva
de la toma de decisiones.

40
Intervención de Omaira Bolaños en el taller de aprendizaje colectivo.

93
“A través de la cartografía social que se construyó, que la elaboramos
nosotros mismos allá de nuestro puño y letra, chorotamente, como dice el
cuento, pero allí la tenemos, porque sabemos a dónde estamos parados, qué es
lo que estamos haciendo, para dónde vamos, cuáles son los objetivos que
tenemos como organización y tenemos una visión de que tenemos que salir
adelante, para atrás nada, porque para atrás asustan. Algunos de los que
hacemos parte de la Asociación, porque tenemos gente nueva afiliada, pues
ellos si no conocen muy bien lo que ha sido todo el proceso, pero ya les hemos
ido dando clases como es que hemos venido trabajando.”41

“. …en primera instancia nos permitió reconocernos en él [el territorio].


Entonces, el reconocer cada camino, cada vivienda, cada poblador de este
territorio facilitó que pudiéramos plasmar en un mapa, inicialmente, cuál era
nuestro sueño de vida que teníamos. Un proyecto de vida que empezamos a
construir y a darle forma. Con eso no quiere decir, que antes del 98 nosotros
no tuviéramos un trabajo, no. El trabajo estaba y se venía haciendo solo que a
través de esta metodología de cartografía social nos permitió darle un orden y
darle un sentido más lógico a lo que estábamos planteando. El proceso viene
de mucho tiempo atrás, sino que ahora hemos logrado otro nivel de
concertación entre las personas y las organizaciones que estamos acá en las
comunidades y lo que se hizo con la cartografía social fue un detonante más
para que siguiéramos trabajando”42

“…nosotros hace dos años estábamos en el proceso de la JAC, pensábamos


en qué vamos hacer para planear lo que toca que hacer aquí en la comunidad
(casco urbano), entonces nos reunimos los miembros de la JAC, que son la
mayoría mujeres y asumimos que la priorización que habíamos hecho en la

41
Intervención de Rosalba Tapia en el taller de aprendizaje colectivo.
42
Intervención de Carlos González en el Taller de aprendizaje colectivo

94
cartografía social en el 98, lo íbamos a traer y lo íbamos a revisar en el
presente y a partir de allí ya estaba diseñada la planificación y qué era lo que
íbamos a trabajar y que no íbamos a perder más tiempo inventándonos cosas o
planeando, sino que todos esos esfuerzos los íbamos a dedicar para ver cómo
cumplíamos con esas metas de lo que se había trazado con la cartografía
social y así lo hicimos y lo trajimos a presente y con eso estamos trabajando
hoy.”43

Para ACARDES la principal transformación tiene que ver con la fuerza interna que
asumieron que los hace sentirse ‘independientes’ del proceso que traían muy de la mano
con las instituciones, específicamente de CVC. Este sentimiento de ‘independencia’ está
relacionado con la capacidad de toma de decisiones al interior de la organización,
transformando relaciones de poder y de control entre institución y organización social. Esa
transformación en las relaciones de poder y de control está dada en gran medida por el
conocimiento generado y la definición del camino a seguir, es decir, haber definido
colectivamente sus intereses.

“La cartografía como tal, nos ha servido para romper un mito, porque
nosotros siempre, en las comunidades no organizadas, dependíamos mucho,
ahora ya somos independientes. Ya legitimamos procesos, lo que nosotros
construimos lo legitimamos porque nosotros queremos, estamos saliendo de
esa concienciación en que nos tenían… el gobierno, por así decirlo, estamos
saliendo de eso, estamos legitimando el proceso como tal. Ya estamos en un
estado de que hacemos resiliencia pero con conocimiento, sabemos el por qué,
qué es lo que queremos. Entonces ese proceso que se está construyendo con las
comunidades, ellas saben realmente por qué estamos allí, qué queremos y
hacia dónde vamos.” 44

43
Intervención de Lu Balanta en el taller de aprendizaje colectivo.
44
Entrevista con Alfonso Trochez

95
En el caso de Funecorobles una de sus principales transformaciones se dio a través del
relacionamiento con otras organizaciones de la zona plana de Jamundí, así como el impulso
para la reclamación de espacios de participación ante los entes gubernamentales. Como lo
comenta Carlos González:

“Hemos ido con una propuesta más estructurada a reclamar espacios, a


reclamar derechos, y se han dado en algún porcentaje se nos han dado y por
eso hemos ido logrando cumplir algunas metas, aún no alcanzamos los
objetivos que nos planteamos, pero esas metas las hemos ido cumpliendo y eso
ha ido fortaleciendo más el proceso hacia el interior de la comunidad.”

Entonces, el ejercicio contribuyó con las acciones de planeación en el nivel local que han
intentado trascender a los entes gubernamentales. La relación entre las organizaciones
sociales se fortaleció sobre la base de contar con información construida de forma similar;
sin embargo, la incidencia de las decisiones populares en la administración pública local y
regional sigue dependiendo de la voluntad política de los actores de poder que son elegidos
para ocupar estos cargos. La posibilidad de incidir se ha hecho a través de acciones
populares medio por el cual lograron la asignación de responsabilidad y recursos para la
descontaminación de la madrevieja La Guinea tanto del municipio como de la CVC.

“La cartografía social se realizó en cuatro corregimientos de la zona plana,


con estos otros procesos lo que hemos hecho es recoger todo y tratar de
estructurar una planificación a nivel territorial. Con esa planificación a nivel
territorial, nos permitió poder llevar una especie de plan de acción y
presentarlo en las audiencias públicas para definir presupuestos a nivel
departamental, con la CVC. Eso permitió que se pudiera tener más activa
dentro del presupuesto para el manejo ambiental en el Valle del Cauca.
Igualmente, como ACARDES, permitió participar del POT, lastimosamente en
el POT lo que planteamos en un comienzo fue desvirtuado al final y no
logramos que en este plan se recogiera verdaderamente lo que nosotros

96
propusimos que quedara incluido que fueron los resultados de lo que habíamos
obtenido con la cartografía social y por último también pudimos participar
ampliamente del Plan de Desarrollo Municipal, PDM en el que logramos que
quedaran incluidas algunas cosas interesantes como la creación del Comité
Municipal de Humedales, aunque en ese momento la creación del Comité
Municipal de Humedales, fue algo muy institucional, luego hicimos un alto en
el camino para pensar eso, si era necesario constituir un comité de humedales
que a la final terminara siendo una cuota burocrática en el municipio o mejor
trabajar algo más desde abajo, entonces a raíz de ese proceso decidimos crear
la red de organizaciones afrodescendientes de la cuenca del río Cauca, que es
la Red que ahora estamos tratando de fortalecer e impulsar en términos de
poder hacer el ejercicio de conservación de la biodiversidad pero también en
trabajar en otros aspectos que tienen que ver con lo social y lo económico.”

La participación es un medio pero principalmente un producto. El énfasis de la


metodología es involucrar a los actores en los procesos de planeación de su territorio. Pues,
retomando a Cornelly (1986, pág.1) “se entiende que el planeamiento participativo
constituye un proceso político, un continuo propósito colectivo, una deliberada discutida
construcción del futuro en comunidad”45.

“A pesar de estas situaciones puedo decir que los resultados del trabajo
fueron satisfactorios. Primero porque les dio a los miembros de Acardes una
mirada más cercana y real del área de la cuenca, los ayudó a identificarse más
con la cuenca y a repensar el papel de ellos con respecto a las decisiones a
tomar para definir proyectos. El concepto que ellos habían empezado a
manejar antes de la aplicación de la metodología, sobre territorio, estaba
relacionado con la idea de cuenca y sobre todo con la idea de integrar las
ocho comunidades pertenecientes a Acardes, esta forma de pensar el territorio
se reforzó con la experiencia vivida.”

45
El subrayado es mío

97
“Una particularidad es que, el mapa de futuro, ustedes lo ven que tiene una
cosita que parece una rosa verde y unas estrellitas verdes y una cosita azul.
Pero ese fue el mapa de futuro que resultó y la verdad es que eso quiere decir
que nos interesaba en ese momento recuperar la biodiversidad que teníamos en
esos territorios que aún nos pertenecían, que ahora seguimos defendiendo y
que uno de esos territorios son las madreviejas nuestras… Igual, otras áreas
donde están los reductos de finca tradicional que tenemos aún a orillas del río
Cauca. Entonces ese mapa de futuro representó, para todos los que
participamos en ese momento, ese escenario. De pronto pues hubiera podido
estar más nutrido de colores y de líneas y de cosas, pero en esas cuatro cosas
que se plantearon, que quedaron ahí, estaba definido el futuro de lo que
queríamos hacer, y es en lo que se ha avanzado.”

Existe en estos relatos una acción fundamental de reconocer la co-responsabilidad social


de las organizaciones sociales frente al Estado, pero además se motivan acciones de
autocontrol, a favor de la conservación y manejo sostenible de su territorio.

Si bien para ambos casos, la elaboración de los mapas se realizó en el momento en que los
municipios de Florida y Jamundí estaban construyendo los Planes de Ordenamiento
Territorial46 y los funcionarios encargados por parte de las administraciones municipales,
encontraron en estos ejercicios fuentes importantes de información, en términos de
participación de estas comunidades, se puede decir que los logros fueron mínimos al ser
retomados en el componente diagnóstico, pero no en la prospectiva, haciendo uso de la
información pero no del espíritu que las organizaciones tenían con respecto a su percepción
de futuro.

Frente a este último aspecto, reconocido así por los líderes de estas organizaciones hay
que resaltar que para ambos casos, ellos reconocen que, como lo menciona Beillerot (1998,

46
Según Ley 388 de 1997 Por la cual se modifica la Ley 9ª de 1991 y se dictan otras disposiciones.
Publicada en el diario oficial No. 43.091 de 24 de Julio de1997.

98
pág. 33) “el saber no es el contenido del libro sino la actividad mental”; es decir, la
información contenida en los mapas no son el saber construido sino el ejercicio mental
realizado colectivamente, que permitió a los participantes dar cuenta y razón de su relación
con el territorio, para proponer acciones de desarrollo comunitario; acciones que si bien no
orientan las propuestas municipales sí están en la visión de las organizaciones que una y
otra vez insisten ante los cambiantes funcionarios públicos sobre sus prioridades.

Esta última idea resalta que existe, como lo plantea Beillerot, relación entre los saberes y
la legitimidad. En este caso entre el saber dominante de los ‘planificadores’ frente a la
comunidad que sabe hacer y hace planeamiento participativo de su territorio. Queda
entonces la pregunta ¿Cuál es el saber legítimo?

En conclusión, a partir de la reconstrucción de la práctica de la metodología en dos de las


experiencias clasificadas en la categoría de tallerista, reconstruyendo el proceso
metodológico a partir de los relatos de los actores involucrados en éstas sobre y su utilidad
en los procesos organizativos específicamente de planificación territorial, e indagando
sobre los saberes que se ponen en juego y el aporte de la Cartografía en el comportamiento
participativo de las comunidades, surgen cuestionamientos a algunos aspectos
fundamentales del relato de La Minga. Cuestionamientos acerca del uso de la
intermediación del instrumento mapa, de la intermediación de diferentes actores con
intereses discímiles al interior de una misma institución en el proceso de convocatoria y de
esta manera de la participación de las personas u organizaciones convocadas, sobre la
inclusión o no de los intereses de los participantes en el diseño y realización de los talleres
y la proximidad de la metodología a los procesos de las organizaciones.

A su vez se reconocen las ventajas de la Cartografía Social al utilizar el mapa como


instrumento que cuestiona el saber popular sobre el territorio, permitiendo el ordenamiento
y concreción de imágenes colectivas sobre éste, así como la apropiación simbólica a través
de la nominación y la creación de categorías. Propuesta que a su vez permite la utilización
del mapa de una manera alterna a la socialmente aceptada, mostrando de esta manera la

99
relatividad de la verdad de algunos de los saberes instituidos. Sin embargo, se resalta la
apropiación realizada por Funecorobles y Acardes de la metodología propuesta, más allá de
los propósitos de los Talleritas e instituciones, posibilitando de esta manera avanzar en sus
procesos organizativos.

100
6. CONCLUSIÓN. LA DIMENSIÓN PEDAGOGICA DE LA CARTOGRAFÍA
SOCIAL Y SU RELACIÓN CON LA EDUCACIÓN POPULAR

La decisión de cursar la maestría de Educación Popular y Desarrollo Comunitario fue


motivada por la compatibilidad que percibía entre lo que supone su nombre y la actividad
que yo llevaba a cabo en ese momento, así como el sentimiento de que todo aquello que
atravesaba el ejercicio de la cartografía social era un proceso educativo con grupos de
personas que podría caracterizar como ‘populares’. Y finalmente, la percepción que tenía
de que ahora hacía lo que de niña había soñado ser: educadora (y hoy entiendo que en
alguna medida todos lo somos).

De esta manera se involucran el concepto de educación (y aquellos que inmediatamente se


relacionan con éste como aprender, enseñar, entender, conocer) haciendo una relación
directa con ‘popular’ que como menciona Hleap (2006, pág. 1) es una característica
referida hasta hace poco “como cultura, forma identitaria o lugar social y también como
“categoría” o concepto capaz de nombrar alguna cosa” pero que hoy día se encuentra
disuelta, razón por la cual lo lleva a colocarlo como un mito necesario.

Es necesario comenzar por aclarar el concepto de educación. Para Savater (1991b), la


educación es una condición particularmente humana que sobrepasa las respuestas innatas e
instintivas de la especie, convirtiendo a cada persona en sujeto de procesos de formación
permanente a lo largo de su vida, ratificándola para llegar a ser plenamente humana. La
capacidad de aprender y de enseñar es una característica inherente al ser humano, de forma
que todos tenemos esta doble posición, que depende exclusivamente del acceso a algún tipo
de saber o conocimiento previamente a otro u otros. No necesariamente por ser más viejos,
sino por haber tenido acceso al saber antes en el tiempo - que en muchos casos está dado

101
por la posición o función social que condiciona las personas -. Esto significa que todos los
humanos tienen saberes que aprenden y pueden enseñar a otros47.

De acuerdo con Beillerot (1998) los saberes están relacionados con las prácticas, de forma
que hay cierta contigüidad entre los términos ‘saber’ y ‘poder’, pues saber algo es
comprendido como poder hacer algo. Si bien, también se puede saber cómo hacer algo, es
decir, enunciar la forma de hacerlo, un saber “no puede prescindir totalmente de la práctica
porque perdería su razón de ser”. Ese saber hacer implica un dominio que posibilita la
transformación del mundo y de esta manera es una disposición que puede servir, que puede
tener un uso potencial. Es decir, “saber o pensar no significa tener las cosas presentes en el
espíritu; se requiere un acto cognitivo, es decir una intencionalidad”.

Retomando ideas de Foucault, Beillerot plantea que los saberes están condicionados por las
circunstancias particulares de una época y “al denominar modos de acción en una sociedad
contribuyen a sus contradicciones y conflictos” (1998, pág. 28), de esta manera los saberes
designan conjuntos de conocimientos en contextos sociales contradictorios, se organizan en
jerarquías o niveles que corresponden al lugar que ocupan quienes los poseen y los
practican, en otras palabras los saberes “reflejan las relaciones de dominación”. Esto la
lleva a plantear la relación entre saberes y legitimidad, teniendo en cuenta que algunos
saberes se revisten de legitimidad, considerada como la operación del poder dominante de
discriminar otros saberes e intentar consolidarse como saber unificador de los demás.
Saber que intenta consolidar, además, una idea de “verdad” y “realidad” y, los
procedimientos para poder aprehenderla y transmitirla.

Sin embargo, más allá de la fatalidad que pueda representar, el suponer que la educación es
un medio a través del cual se perpetúa la representación actual de la realidad construida en
un mundo capitalista, en su versión globalizada y neo-liberal; está también en ella la
posibilidad de transformar esta representación, como menciona Savater “si la educación
47
Savater aclara que “el hecho de que cualquiera sea capaz de enseñar algo (incluso que
inevitablemente enseñe algo a alguien en su vida) no quiere decir que cualquiera sea capaz de enseñar
cualquier cosa. Op. Cit., pág. 43.

102
implica cierta tiranía, es una tiranía de la que sólo pasando por la educación podremos en
alguna medida más tarde librarnos” (1991b, pág. 92) idea que consolida retomando las
palabras de Hegel “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. ¿Pero, entonces a qué
tipo de educación se está haciendo referencia?

Y es aquí donde es importante comprender el aprendizaje de los saberes como proceso.


Como lo menciona Beillerot, “…se ha llegado a comprender que la realidad de los saberes
es la de un proceso y no la de resultados y productos. En ese proceso, la dimensión de
verdad de los saberes es más condicional, menos evidente deja su lugar a una visión más
localizada, más singlar, en la que el acento recae sobre las problematizaciones, las
apropiaciones, y a la falta de saber la verdad nos volvemos sensibles al pasaje de una
verdad a otra. Descubrimos entonces que el individuo se produce, produce lo que existe
más que lo verdadero y lo falso” (1998, pág. 33).

La educación en este contexto, debe hacer acento en los procesos de apropiación, de


construcción de los saberes, a partir del deseo de saber. El saber debe ser percibido como
algo inquietante; pues “aprender es aprender la libre disposición del espíritu que es el
saber, una facultad de elegir entre todas las cosas y las opiniones, de acuerdo con la
razón” (Beillerot, 1998, pág. 33); es una educación comprendida como premisa para la
libertad. En otras palabras, como lo menciona Savater “practicar una enseñanza que se
haga respetar pero que incluya como una de sus lecciones necesarias el aprendizaje de la
irreverencia y la disidencia razonada (o burlona) como vía de madurez intelectual”
(1991b, pág. 111)

Esta idea es también planteada por Larrosa (2003), al considerar que la educación transmite
junto con el saber una determinada relación con el saber; relación que puede ser de
aceptación o de cuestionamiento. Si bien, es necesario cuestionar la distribución desigual
del saber, así como comprender la lógica de adquisición de los saberes y sobreponerla a la
de transmisión, es prioritario preguntarse sobre el sentido y el valor del saber para la vida.
Por esta razón, el logos pedagógico deberá considerar como fundamental atender “a la

103
forma de diálogo su necesidad interna como la forma privilegiada de la investigación y la
enseñanza” (pág.133), esto implica diferenciar entre la ‘pasión inquieta de educar’ y la
‘pedagogía instituida’ entendida como operación de control tutela de los discursos, de las
personas y sus relaciones, en donde la educación se reduce a un juego entre el que tiene las
respuestas, el que posee y el que hace las preguntas, el que desea.

En esta medida, plantea Larrosa que el argumento pedagógico se encuentra en la paradoja


de la razón demostrativa y la razón dialéctica; entre transmitir un saber a los que no lo
saben y mantenerse como un movimiento que se pregunta sobre la relación con el saber.
Movimiento que a su vez cuestiona al sujeto del saber inquietándolo y manteniendo el
juego de las preguntas, en un juego incierto en el que es posible aprender a pensar. “La
educación debe transmitir la imagen del mundo y de nosotros mismos que se deriva de los
saberes positivos que lo conforman y que nos conforman, incluyendo lo que esa imagen
tiene de voluntad de cálculo, de control, de planificación y de organización total. Porque
no hay otro principio de realidad que la que resulta del realismo de nuestros saberes y no
hay otra experiencia posible que la que está contenida en las condiciones de posibilidad de
la experiencia encarnadas en nuestros específicos modos de racionalidad”. Pero añade,
“también forman parte de nuestra herencia todos aquellos saberes que intentan armonizar
los saberes positivos particulares de modo que la experiencia no se fragmente de un modo
especializado, controle éticamente y políticamente la racionalidad técnica-científica y
ampliar el mundo vital en relación con otras culturas y con otras formas de discurso en los
que también se juega el sentido de nuestra existencia” Y concluye que es necesario enseñar
“ese gesto audaz y enigmático en el que el saber es puesto a distancia para que aparezca el
pensamiento… [transmitiendo la pregunta que] problematiza la confusa proliferación de
los saberes recibidos y nos invita a romper con las formas de disciplina que nos imponen”
(2003, pág. 134)

¿Qué es entonces educación popular? Retomando a Hleap, quien propone la educación


popular como “mito”, al considerarla como “constitución imaginaria de un trayecto

104
colectivo” (2006, pág. 1)48. La educación popular “”no es un concepto científico, con una
serie de rasgos distintivos susceptibles de definirse unívocamente” nos dice Néstor García
Canclini (1995:180) y Myriam Olguín nos recuerda que “las experiencias son numerosas,
diversas, y los sentidos se amplían en la enorme trama de acciones e iniciativas que se
multiplican hoy día”, de modo que “la Educación Popular se levanta como un referente
que identifica a muchas personas, muchas experiencias, muchas organizaciones, muchos
estilos de hacer las cosas, muchos temas o áreas de trabajo, etc.” y que, en lugar de ser un
problema, “esta diversidad resulta muy interesante, por su enorme capacidad
integradora” , y es precisamente “esta enorme capacidad de integrar, de identificar y
convocar” la que hace de la educación popular, “un recurso social absolutamente
vigente””.(Hleap, 2006, pág. 2)

A manera de conclusión, se hace referencia a una educación –popular- interesada por el


proceso y no tanto por los resultados, interrogándose sobre la relación con el saber, con su
sentido y valor para la vida, relacionada con prácticas que permitan la transformación del
sujeto y de esta manera del mundo, a través del diálogo entre saberes, que incluye un
permanente cuestionamiento sobre la realidad que desde ‘el saber’ -el hegemónico- se
intenta consolidar como única y verdadera, que permita incluir el legado de otras culturas
(Beillerot, 1998) y otras formas de relacionarse entre los seres humanos y de éstos con la
naturaleza.

Basados en lo anterior, quisiera avanzar sobre la pregunta, ¿cómo se relaciona la dimensión


pedagógica de la cartografía social con la educación popular?

Retomando de manera escueta lo planteado en anteriores capítulos sobre la Cartografía


Social: por medio de la construcción colectiva de mapas49 se conversa, se recoge, comparte
y consolida información que proviene de los saberes que cada persona tiene de la relación
que ha tejido con el territorio que habita, de esta manera se construye información colectiva

48
Las páginas referidas en este documento son tomadas de una versión previa a su publicación
49
Se hace con base en preguntas formuladas previamente por los ‘facilitadores’

105
que permite ampliar el conocimiento que cada uno tiene de este territorio, pero lo más
importante posibilita la ‘producción social de conocimiento’, que posteriormente se
concretará en acciones colectivas para transformar algún o algunos aspectos que se
consideran afectan la vida colectiva y esto significa que existe una motivación frente a la
participación que posibilita construir un sentido colectivo de vida en ese territorio.

Aunque, para algunas personas o instituciones que han estado en contacto con la
metodología, persiste la idea de que el principal resultado de la construcción de los mapas
es la información plasmada en ellos (y los soportes anexos); más allá de la posibilidad de
compartir información, la construcción colectiva de una forma representación del territorio
-de la realidad-, está relacionada con el hecho de compartir o construir nuevos saberes entre
personas de un grupo del que forman parte, con el cual se identifican y, en algunos casos,
del que participan.

“La construcción colectiva de mapas como mecanismo de representación,


proporciona un lenguaje… tiene la propiedad de renovar el lenguaje para
comunicarnos y, por eso mismo, sirve para aprender a relacionarnos de otra
manera entre nosotros mismos y con el territorio. En los talleres… hemos visto
cómo la representación revitaliza al grupo, lo emociona, lo renueva y lo
acerca al compromiso que queremos lograr”

La construcción de la representación del territorio a través de la cartografía social incluye


una primera fase de fundamentación a cargo del facilitador, que consiste principalmente en
el manejo y uso del instrumento cartográfico (mapa). Sin embargo, previamente al manejo
del mapa (que puede que se haga como que se obvie, si la representación incluye o no la
representación cartográfica de la zona) cada taller comprende también una fase de
introducción que se encuentra definido por una determinado tipo de discurso vinculado a
una concepción del territorio y de los saberes.

106
Adicionalmente, a la metodología subyace fundamentalmente una provocación hacia la
capacidad de interrogación. En este sentido, el papel principal del facilitador está
relacionado con la provocación y persuasión a los participantes para hacer una exploración
de su territorio, despertando el interés por investigar, por aprender, por relacionar diversos
aspectos de éste; a pesar de que inicialmente, los participantes consideren que sobre este
tema ya no hay nada nuevo que conocer o saber.

Posteriormente, en la fase de construcción de los mapas se dan dos tipos de relación una a
través de las guías que construyen previamente al ejercicio y que tiene por objeto orientar la
conversación de los participantes. De esta forma la construcción colectiva de escenarios
involucra interpretaciones de la realidad que se materializan en la representación del
territorio bajo parámetros que se establecen con una intencionalidad previamente definida.

Otra relación se establece a través de la conversación, las preguntas, el apoyo en las labores
de ubicación, mediación entre los participantes, etc., ésta resulta fundamental en el proceso
mismo de la construcción de los mapas introduciendo de esta manera, en el trabajo
colectivo de interpretación de la realidad, el movimiento en el pensamiento alrededor de la
realidad que se va construyendo en el mapa50.

Pero, ¿qué valor y sentido tiene esto para la vida? Es decir, ¿qué tipo de transformación
genera en el sujeto individual y colectivo a partir del diálogo de saberes (entre los
participantes –lo ‘interno’- y de ellos con el resto -lo ‘externo’-), permitiendo incorporar el
legado de su cultura y de otras para transformar la visión del mundo y su relación con la
naturaleza?

Lo primero que hay que contestar es que la importancia del uso de la cartografía se da en
medio de procesos organizativos que de una manera u otra son a su vez procesos de

50
Fue precisamente la participación en las mesas de trabajo o la convivencia con algunas de las
familias de estas comunidades (descrita como relación de practicante) la que posibilitó la construcción de la
propuesta metodológica utilizando como base conceptos e ideas surgidas de las diferentes experiencias y
porqué no de los requerimientos de las instituciones contratantes.

107
formación colectiva para por ir asumiendo posiciones frente a la ‘realidad’ que se les
presenta, para poder construir visiones de la ‘realidad’ que incluya sus saberes, de la
relación que haya podido y pueda tejer con su territorio.

La idea sobre la cual surgió la metodología fue apoyar la planificación del desarrollo con
participación comunitaria. La relación con pueblos indígenas, sobre todo, fue mostrando
que uno de los propósitos del ejercicio metodológico es “descubrir y tocar lo invisible para
valorar y reordenar lo visible”. Es decir, descubrir las lógicas de ordenamiento del
territorio vinculadas a las ‘relaciones de dominación’ que se han ido ‘imponiendo’ a otras
lógicas culturales que en muchos casos aún permanecen subordinadas o subyacentes a la
primera y que pueden ser o son alternativas sostenibles de ‘desarrollo’.

“A pesar de que solo analizamos en estos mapas tres patrones de organización


territorial: los de asentamiento, poblamiento y producción, pudimos entender
que el proceso actual del conflicto armado introduce dinámicas y tendencias
distintas en relación con la conservación; en algunas partes, le representa una
amenaza por el debilitamiento de los sistemas de regulación que trae consigo;
en otras, en cambio, opera como uno de estos sistemas, como ocurre por
ejemplo con la prohibición control de la tala del bosque; en otros casos,
descubrimos que es necesario generar alternativas productivas sostenibles que
le cierren el paso a la reactivación de la explotación ganadera en algunas
zonas de boque si se le pone fin al conflicto…”

Vinculando la cartografía social con el análisis propuesto por la teoría de ‘desarrollo a


escala humana’, aproximándose al tema de las necesidades humanas y sus satisfactores,
permite percibir que aquellos satisfactores propuestos desde la sociedad capitalista
relacionados en su mayoría con ‘el tener’, dejando de lado otras necesidades humanas ‘del
ser y del hacer’ que sí están presentes en otras culturas. Este tipo de análisis permite
relativizar la concepción de desarrollo e incluir en la construcción de escenarios futuros,

108
propuestas que van más allá de la concepción infraestructural, dando prioridad a acciones
relacionadas con la organización social, recuperación ambiental y cultural.

“En 1996…, la gente del Resguardo indígena Quizgó en Silvia, pintó en los
mapas un lugar de interés llamado “Laguna seca”, que por ese entonces era
un potrero en el que a veces pastaban vacas; era su lugar de origen, que había
sido secada por los sacerdotes católicos para evitar, según ellos el riesgo que
representaba por las muchas personas que habían perdido en ella su vida.
Según lo explicaron los médicos tradicionales, la laguna era el lugar sagrado
que servía de elemento articulador del territorio, y su desaparición
condicionaba las debilidades del momento para la conservación de la
cultura…Con ella se había perdido el eje del sistema de regulación social, lo
cual se evidenciaba en cosas que los mapas mostraban, como por ejemplo la
proliferación de la amapola, así mismo, de ahí provenían las dificultades para
la consolidación de la comunidad y, por consiguiente, sus debilidades para
conservar la naturaleza y la cultura. Tomaron entonces la decisión de
recuperar la Laguna y erradicar la amapola con conocimiento propio y
dirigidos por sus autoridades propias, con el saber de los médicos
tradicionales. En el presente, la laguna tiene agua, otra vez viven en ella
animales y plantas y, aunque está muy débil todavía para ofrecer ‘limpieza’ ya
pueden hacerse en ella los ‘refrescamientos’”. (Véase Mapa adelante)

La percepción de ‘la tierra’ como otro ser vivo con el cual también se establecen relaciones,
vincula obviamente la propuesta al pensamiento de los pueblos indígenas que la consideran
como su ‘madre’, pero si se quiere también a la “Hipótesis Gaia” (Lovelock, 1985)51; esta
concepción se ha mantenido a lo largo de la propuesta metodológica, razón por la cual, la
construcción de mapas se hace a partir del análisis de la relación población – naturaleza, de
esta manera se cambia la idea del ser humano por encima y dominador de la naturaleza, y

51
Según el autor, la tierra es un ser viviente, un complejo sistema de auto organización y
autorregulación que mantiene y preserva la vida a través del tiempo.

109
se vuelve nuevamente a su lugar como parte de ésta la cual es necesario ‘oir’ para aprender,
saber aprendido del pueblo guambiano pues como dicen “una parte de la historia
guambiana se recoge en la tradición oral y otra está contenida, impresa en su territorio,
nupirau. Para oír lo que éste tiene que decir, hay que recorrerlo” (Dagua, A. y otros, 1998,
pág.18)

Mapa. Resguardo de Kizgó

Pero para transformar esa relación con el otro es necesario reconocerlo como legítimo.
Siguiendo la propuesta de Maturana (1995) la propuesta de la cartografía social parte de
considerar “que a través de la producción social de conocimiento se hace posible el
reconocimiento del otro como legítimo otro, del otro humano y del no humano (los otros
seres vivos: población animal y vegetal)… [del tal manera] que contribuyan a la
construcción de referentes colectivos que le permitan a los individuos ser, sentir, pensar y
actuar… [que generen] responsabilidad frente a la vida individual y colectiva, y para
producir alternativas que le den sentido y alcance al desarrollo en términos de bienestar y
de respeto a todas las formas de vida” (Restrepo y otros, 2005, pág. 14)

110
Retomando a Hleap, la educación popular asume la postura de “estar contra la pobreza,
contra las condiciones sociales que la generan, lo que significa que la pobreza no es un
destino o una condición natural sino el producto de profundas injusticias generadas por el
capitalismo que, en su versión globalizada y neo-liberal, sólo puede agudizar” (2006, pág.
5).

Revisando lo propuesto hasta el momento, es clara la reflexión que se ha dado desde el


colectivo de La Minga en torno al para qué se propone el uso de la Cartografía Social,
vinculándolo al cuestionamiento sobre la visión hegemónica de desarrollo, planteando que
en las comunidades locales subsisten formas de relacionarse entre ellas y con su territorio,
que no han sido modificadas completamente por esta visión de desarrollo, siendo posible su
reconstrucción.

Esas otras formas de concebir la vida individual y colectiva, además de ser diferentes, están
en posiciones de desigualdad y exclusión o subordinación frente al modelo del desarrollo
capitalista. Por esto no basta con reconocer la diferencia sin comprender cómo con base en
ésta se logra avanzar en términos de su legitimidad frente a los actores del Estado y del
Capital. Porque como lo menciona Hleap, retomando a Yúdice y a Morin, “para
comprender la situación actual, la reorganización del orden social que no se reduce ya sólo
a la oposición capital - trabajo sino que incluso muestra la capacidad del capitalismo
globalizado para tornar cualquier cosa, incluso la cultura, en recurso a explotar...” (2006,
pág 5)

El proceso que ha adelantado la Asociación de Grupos Ecológicos del Río Desbaratado -


ACARDES es una muestra de cómo bajo el discurso de conservación de los recursos
naturales se impone la lógica del capital. En 1988, se inició el proceso de organización
social con base en el modelo de Asociación de Usuarios del Agua, al cual estuvieron
vinculadas varias instituciones lideradas por la CVC, abriéndose el espacio para la
participación de los diferentes actores de la cuenca, sin embargo, ésta se dio en condiciones
de desigualdad y exclusión del sector campesino, incluidos como beneficiarios de la

111
intervención institucional, pero considerados como la principal ‘amenaza’ para la
conservación del agua que surte al sector cañero en la zona plana del valle geográfico del
río Cauca.

El modelo de intervención institucional, ligado al interés de los cañeros, propuso como


alternativa la compra de tierras en la zona media y alta de la cuenca como una estrategia de
disminución del impacto generado por las actividades productivas en la zona de ladera, así
como el impulso a procesos ‘tecnificados’ de producción vinculados a paquetes
tecnológicos con la ‘donación’ de semillas mejoradas e insumos químicos para mejorar la
productividad y disminuir la ampliación de la frontera agrícola.

Posterior al gran impulso dado desde las diferentes instituciones, la organización social
tomó la decisión de ‘independizarse’, manteniendo su origen como organizaciones
ambientales y en este sentido vinculadas a los procesos de conservación y manejo
sostenible de los recursos naturales, ejecutando acciones de protección de cuencas y manejo
adecuado del suelo, impulsando programas de agricultura ‘limpia’. Sin embargo, es
necesario avanzar en procesos de negociación para que aquellos que se ven beneficiados de
los ‘servicios ambientales’ que generan las comunidades campesinas de la zona de ladera,
como lo es el sector agroindustrial de la caña, asuman responsabilidades y se establezcan
mecanismos que permitan mejorar la calidad de vida de los pequeños agricultores.

Por otro lado, al interior del colectivo de La Minga se han dado reflexiones alrededor de la
recuperación y revaloración de los saberes propios de las comunidades, pues en muchas
ocasiones se cae en una visión bastante romántica, pero poco práctico de creer que ‘todo
pasado fue mejor’. Lo que propone La Minga, es la necesidad de afianzar las raíces para
poder apropiar elementos de otras culturas pero sin desaparecer52.

52
Retomando y apropiándose del símbolo de la doble espiral y su significado para el pueblo
guambiano.

112
Sin embargo, qué tanto es lo propio, que tanto es lo ajeno, qué es finalmente lo que se tiene
que recuperar o revalorar, qué tanto es lo que se debe apropiar sin dejar de ser ‘nosotros’.
Reflexiones que encuentran eco en aquellas planteadas desde educación popular y que
como dice Hleap, “...es necesario echar una mirada crítica al propio recorrido de los
conceptos y relaciones que se han desarrollado en la educación popular, esto es, generar
teoría sobre la educación popular como una oportunidad para “distinguir sin desarticular,
asociar sin identificar o reducir”. (2006, pág. 5)

Un ejemplo de esta situación es la reflexión que se dio en las comunidades amazónicas del
río Mirití alrededor de la educación. La educación en esta zona de nuestro país ha sido
delegada por el Estado a las congregaciones religiosas que utilizan los internados como
espacios de ‘educación’ de los niños provenientes de diferentes comunidades asentadas a lo
largo del río. Las comunidades reconocieron la imposibilidad de terminar con este proceso
de ‘educación’ sin embargo, consideraron que es absolutamente necesario cambiarlo para
poder permanecer como pueblos indígenas.

En una primera instancia se abordó el tema de formación de profesores indígenas, seguido


por el manejo del tiempo de acuerdo con los cronogramas planteados desde la Maloca y
finalmente, se identificó que era necesario que la administración de la educación pasara a
manos de las autoridades tradicionales. Frente a esta posibilidad algunos funcionarios del
Estado alegaban la incapacidad de las autoridades tradicionales para administrar la
educación en sus territorios. Para poder lograr esto, fue necesario mostrar, a partir de un
ejercicio de cartografía social, cómo las comunidades cuentan con procesos
administrativos, que si bien no son los mismos que manejan las instituciones son
apropiados para la coordinación de la educación indígena. Hoy día la educación de estas
comunidades también está en manos de las autoridades tradicionales aumentando la
permanencia de los niños, niñas y jóvenes en sus comunidades, pero también se ha ido
aumentando el número de estudiantes en las ‘escuelas’ y disminuyendo su número en el
internado.

113
Es bueno reconocer que la metodología ha tenido su mayor empatía en contextos rurales ya
sea con pueblos indígenas, afrocolombianos e incluso campesinos, pero ha demostrado
limitaciones de aplicación en contextos urbanos, contextos en los cuales no opera la
‘territorialidad’ de la misma manera. Adicionalmente, el reconocimiento de la diferencia
étnica y cultural es un discurso vinculado al de exclusión y al de desigualdad, pero que
puede ocultar también formas de exclusión y de desigualdad al interior de los pueblos
indígenas y afrocolombianos.

Aunque se ha visto a lo largo de este trabajo las posibilidades de la Cartografía Social, es


necesario reconocer sus limitaciones. Por eso es imprescindible que ésta se considere como
medio para… y en esta medida debe estar articulada a procesos organizativos, que
dimensionen acciones posteriores de formación y profundización sobre el cómo abordar los
aspectos definidos en la construcción colectiva de la imagen del futuro y no como ejercicios
sueltos de planificación territorial agenciados desde las instituciones, que en muchos casos
mantienen la dependencia del inicio de la acción atado a posibilidades económicas de
ejecutar un proyecto dentro de las lógicas del desarrollo hegemónico.

Es la dinámica de las comunidades organizadas la que podrá transformar mediante sus


acciones las relaciones al interior de ellas, entre sí, con las instituciones y con su territorio.
La legitimidad de los saberes de las comunidades requiere procesos de investigación que
los ‘recuperen’ de manera que se entienda su función en las prácticas de ordenamiento y
manejo territorial, que implican diferentes formas de relacionarnos entre sí y con éste. Así
como también es necesario apropiar nuevas opciones que estén en concordancia con
nuestro pensamiento. Es necesario rebasar los límites que imponen los mapas, es necesario
construir las imágenes del territorio, así esto implique ir más allá de la vereda, del
corregimiento, del resguardo o definitivamente usar otras formas de representación de tal
forma que nos permita comprenderlo. O simplemente, reconocer estos límites para no
quedar atrapado entre ellos.

114
Finalmente, en muchos casos la representación de la realidad que elaboran los participantes
está fuertemente condicionada social, económica y culturalmente por la visión hegemónica
de desarrollo, situación que les impide ver el entramado de relaciones que los actores
externos tejen sobre el territorio, como los prejuicios que ellos mismos ejercen en su
percepción de la realidad y, en esa medida, en la capacidad de transformarla; entonces, es
importante hacer un esfuerzo para que el ejercicio propuesto a través de la cartografía social
permita realmente otro tipo de percepción de la realidad que no esté sujeta a discursos
igualmente hegemónicos; que posibilite emprender las acciones propuestas por los procesos
organizativos buscando que éstas sean realmente transformaciones frente a la construcción
de la realidad hegemónica que se ha consolidada como la única ‘verdadera’.

A manera de recomendaciones

• La cartografía o poligrafía social debe entendida como metodología enmarcada en


propuestas conceptuales y teóricas expuestas en este documento, orientada a la
construcción social de conocimiento que posibilite acciones colectivas, en la cual la
representación gráfica se convierte en la disculpa, como el fogón alrededor del cual
la gente desata conversación; no es, ni pretende ser una propuesta de elaboración
cartográfica ni mucho menos un simple dibujo de algún lugar geográfico para
conocer algunas características de éste.

• En la medida en que sea considerada principalmente como una herramienta


educativa tendrá siempre la posibilidad de aceptación o de cuestionamiento, por esta
razón la capacidad de acción dependerá solamente de que su práctica esté inmersa
en algún proceso social y para lograr resultados deberán preverse sus alcances y
limitaciones.

• La mirada planteada desde la educación, en la cartografía social, remite a una


relación con el saber vinculada a la comprensión de la realidad con el objetivo de
poder sobreponerla, considerando como fundamental una forma de diálogo como

115
parte de la investigación y la enseñanza, en donde cada persona ejerce su papel
como educador a partir de su experiencia, su saber y el poder asociado a ésta.

• Esta metodología es una muestra más de que la educación popular como mito
necesario es un recurso social absolutamente vigente al preguntarse por la relación
con el saber, el valor para la vida y la propuesta de que debe contribuir a la
transformación del sujeto y de esta manera del mundo, a través del diálogo entre
saberes.

116
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