TL BurgaMontenegroRosaIdalia
TL BurgaMontenegroRosaIdalia
TL BurgaMontenegroRosaIdalia
FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
ABOGADO
AUTORA
ASESOR
Chiclayo, 2019
DEDICATORIA
II
AGRADECIMIENTO
III
RESUMEN
Palabras clave: Prueba Anticipada, Derecho Penal del Enemigo, Cámara Gesell.
IV
ABSTRACT
The offer of the declaration as an early evidence in the crimes of sexual violation of
minors is a faculty of the Prosecutor, in embargo, taking into account that in the case
of a crime such as the one that can be sanctioned with a higher penalty, that is to say,
that could incur an early trial of the accused, also, the rights of this will be highly
unprotected, thus incurring in what is called the "Criminal Law of the Enemy"; In view
of this assumption, through the analysis of the doctrine and others, both criminal and
constitutional jurisprudence has reached the conclusion that it is not facing the
manifestation of Criminal Law, but above all due process is respected and the effective
defense of the accused, which is reflected in the weighting test of principles carried out
with the purpose of determining the violation or non-violation of said rights.
DEDICATORIA........................................................................................................... II
RESUMEN................................................................................................................. IV
ABSTRACT ................................................................................................................ V
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 9
1.3. Violación de la Libertad Sexual (Art. 170° del Código Penal) ........................ 19
VI
2.1.2. Importancia de la prueba ....................................................................... 33
3.1. Historia, definición y fundamento del Derecho Penal del Enemigo ............... 53
3.3. Una comparación entre el Derecho Penal del Enemigo y la Política Criminal
del Enemigo ......................................................................................................... 59
VII
3.5. Derecho de Defensa ..................................................................................... 62
3.7. Aplicación del Test de Ponderación al Artículo 242° inciso d): (Principio de
Eficacia vs. Derecho de Defensa) ........................................................................ 66
3.8.- Aplicación del Test de Ponderación al Artículo 242° inciso d): (Principio de
Eficacia Procesal vs. Derecho de Defensa) en sentido estricto. .......................... 68
1.- Denuncias por delitos de violación sexual a nivel nacional: 2013-2018. .... 73
CONCLUSIONES ..................................................................................................... 76
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................ 79
VIII
INTRODUCCIÓN
Estando a que los delitos contra la libertad sexual son de naturaleza clandestina, y
que obviamente generan un daño no solo físico sino también psicológico a los sujetos
pasivos; el Estado tiene que proteger a las víctimas. Esta protección se centra en no
exponer a la víctima a una doble victimización; ya que, en un delito común, las víctimas
no solo declaran en sede fiscal sino también en juicio oral, y de ser el caso tienen que
someterse a un contrainterrogatorio; lo cual genera ineludiblemente que el agraviado
evoque el momento de la comisión del delito una y otra vez.
9
Con el fin de dotar de carácter científico a la investigación fijamos como objetivo
principal: Determinar jurídicamente si la declaración de la víctima (menor de edad) de
violación sexual, como Prueba Anticipada, es una expresión del Derecho Penal del
Enemigo. Asimismo, propusimos tres objetivos específicos los cuales son: Analizar el
delito de violación sexual de menores y la relevancia de sus declaraciones en un
proceso penal; Verificar la Prueba Anticipada en los casos de delitos de Violación
Sexual de menores y, finalmente, Analizar si la utilización de la Cámara Gesell al
amparo del artículo 242° inciso d) del Código Procesal Penal restringe o limita el
Derecho de Defensa y Debido Proceso del Imputado como expresión del Derecho
Penal del Enemigo. Para lo cual hemos realizado el estudio de doctrina y
jurisprudencia que han ayudado a llegar a diversas conclusiones que serán explicadas
a lo largo de la presente investigación.
10
CAPÍTULO I
EL DELITO DE VIOLACIÓN SEXUAL DE MENORES:
LIBERTAD SEXUAL E INDEMNIDAD SEXUAL
CAPITULO I EL DELITO DE VIOLACIÓN SEXUAL DE MENORES: LIBERTAD
SEXUAL E INDEMNIDAD SEXUAL
1ROXIN, Claus, Derecho penal. Parte general. Tomo I. Fundamentos. La estructura de la teoría del delito,
CIVITAS, 2008, pp. 56-57.
12
Consideramos que el “bien jurídico” es el Derecho que por justicia y naturaleza le
corresponde a cada persona y que, por ser de vital importancia, se ve circunscrito a
diversos peligros. Razón por la cual el Estado como ente protector de sus integrantes
deberá salvaguardar, procurando en lo posible la menor afectación de los bienes
jurídicos intrínsecos de cada persona; de lo contrario, estos se someterían a diversos
actos que –violando los deberes jurídicos- conllevarían a la perturbación del desarrollo
personal y pacífico de cada individuo. Por lo tanto, en virtud a tal importancia, el bien
jurídico se hace merecedor de protección –en última ratio- bajo las reglas del Derecho
Penal.
2 PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso R. Derecho Penal Parte Especial, Segunda Edición, tomo I, Editorial
IDEMSA, Lima, 2014, p. 787.
3CASTILLO ALVA, José Luis. Tratado de los delitos contra la Libertad e Indemnidad Sexuales. Gaceta Jurídica,
Lima, octubre 2002, p. 22.
13
Con lo anterior dejamos en claro que no menos importante es el total resguardo de la
libertad en todas sus formas; sin embargo, la protección a la libertad sexual es muy
importante; puesto que su vulneración implica la vulneración de uno de los derechos
más importantes de los cuales dispone toda persona; dado que la sexualidad viene a
constituir un elemento de la personalidad revestido de una incólume trascendencia
para el desarrollo de toda persona, brindando dentro de un ámbito social la seguridad
y confianza para desenvolverse como tal.
En los delitos de violación sexual existen dos bienes jurídicos que son protegidos; es
decir, en los mayores de catorce años, frente a los cuales está la protección a la
libertad sexual que ya hemos analizado anteriormente y en los menores de catorce
años (niños), lo que se protege es la indemnidad sexual, esto es, el resguardo de su
integridad, toda vez estos no cuentan con voluntariedad y determinación para tomar
decisiones sobre su esfera sexual, se considera que el bien jurídico protegido es la ya
referida indemnidad sexual, la misma que ostenta igual o mayor relevancia al tratarse
de una población vulnerable.
Tal como lo hemos sostenido en el acápite anterior, la libertad sexual de una persona
es un derecho vinculado al “principio-virtud”, por el cual, todas las personas (propia y
principalmente las mayores de edad) se encuentran facultadas para mantener
intimidad con otra, respetando la voluntad y límites que esta pueda proponer; siendo
así, podemos conjeturar que “toda persona tiene el derecho de decidir si desea o no
4HURTADO POZO, José. Derecho Penal y discriminación de la mujer, Anuario de Derecho penal, Fondo
Editorial PUCP, Lima, 1999-2000, p. 25.
14
tener acceso carnal con alguien de forma libre y voluntaria”5. En otras palabras, la
libertad sexual se vincula estrechamente con voluntariedad de la que dispone toda
persona para llevar a cabo un acto sexual de cualquier índole, en la que
necesariamente ambas partes deben estar de acuerdo. Así, la libertad sexual
vinculada a la voluntad de la persona no se erige en consideraciones subjetivas tales
como con quién (personas del mismo sexo) se mantiene un acto sexual, sino que,
ambas personas deben contar con la capacidad para auto determinarse sexualmente
y, además, ambas personas deberán tener esa intención voluntaria de llevar a cabo
el acto sexual.
Por otro lado, siguiendo esta misma línea de reflexión, hemos de decir que la libertad
sexual se define también como “una concreción y manifestación individual de la
libertad personal, que expresa la facultad y el poder de autodeterminarse de manera
espontánea y sin coacción externa, abuso o engaño dentro de ámbito de las conductas
sexuales”6. La Libertad Sexual es entonces una manifestación de la voluntad personal
de cada individuo para desempeñarse en el ámbito sexual, sin necesidad de
sometimientos externos que debilitarían la voluntad personal y la someterían al querer
actuar de un tercero, abusando de esta manera, de la libertad sexual personal de un
individuo que no comparte la voluntariedad para concretar un acto sexual con otro.
Por tanto, es oportuno recalcar que frente a la posibilidad de disponer de la libertad
sexual que ostenta cada persona. Igualmente, existe un aspecto de negación que
viene a ser el de No disponer de esa libertad, quedando en el ámbito personal si se
realiza o no el acto sexual; contrario sensu “el aspecto positivo-dinámico se concreta
en la capacidad de la persona de disponer libremente de su cuerpo para efectos
sexuales, el cariz negativo-pasivo, en la capacidad de negarse a ejecutar o tolerar
actos sexuales en los que no se desea intervenir” 7, quedando claramente, una vez
más, que la voluntariedad viene a ser el centro de la libre disposición personal para
ejercer la sexualidad.
5 NOGUERA RAMOS, Iván. Violación de la Libertad e Indemnidad Sexual, Editorial Grigley S.R.L, Lima, 2015, p.
50.
6 DIEZ-RIPOLLÉS, José Luis. El Objeto de Protección del Nuevo Derecho Penal Sexual”, Revista de Derecho
aspectos penales y procesales, 1° Edición, Editorial Grigley E.I.R.L, Lima, 2000, pp. 67-68
15
Una vez tratado el significado y los alcances de la libertad sexual y, considerando que
de esta solo disponen las personas capaces de desenvolverse en el libre ejercicio de
su sexualidad por contar con capacidad tanto física como jurídica. Corresponde ahora
hablar de la sexualidad de los “menores de edad” e “incapaces”, quienes aún no
cuentan con capacidad para disponer de su libertad sexual. Es decir, conviene invocar
el concepto de Indemnidad Sexual; en razón a que no siempre el sujeto pasivo puede
ser una persona con todas sus facultades, sino que a veces las víctimas son menores
de edad e incluso personas con alguna discapacidad o incapacidad física.
Por ello, cabe preguntar, si estas personas tienen o no libertad sexual (puesto que
aún no pueden determinarse sexualmente). En este sentido, ¿Constituye o no un
delito de violación sexual el ejercido en contra de su voluntad sexual? Para responder
a dicha cuestión, debemos considerar que, en semejante situación, estamos ante una
violación de la Indemnidad Sexual, puesto que esta se entiende “como una
manifestación de la dignidad de la persona humana y el derecho que todo ser humano
tiene, a un libre desarrollo de su personalidad sin intervenciones traumáticas en su
esfera íntima por parte de terceros, las cuales pueden generar huellas indelebles en
el psiquismo de la persona para toda la vida”8. De esta manera, se protege a los
menores de edad y a las personas que no pueden manifestar su voluntad de manera
libre. En consecuencia, el Estado está llamado a brindar mayor protección a estos
sujetos, con lo cual se evita que en el transcurso del desarrollo de su personalidad y
de su psiquis se encuentren con afectaciones que les dejen un daño irreparable, el
mismo que podría conducir de manera equivocada su conducta sexual a futuro.
En este orden de ideas, no queda duda que “en los atentados contra personas que no
pueden consentir jurídicamente, cuando el sujeto pasivo es incapaz porque sufre
anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o retardo mental, o por su minoría
de edad, lo protegido no es la inexistente libertad de disposición o abstención sexual,
sino la llamada “intangibilidad” o “indemnidad sexual”9, toda vez que estas personas
aún no desarrollan una psiquis con el grado de madurez suficiente para determinarse
sexualmente, esto es, elegir con quién persona llevar a cabo una relación sexual
porque no comprenden la naturaleza del acto en sí mismo, ni cuán relevante para su
8 CASTILLO ALVA, José Luis, Tratado de los delitos contra la Libertad e Indemnidad Sexuales, p. 52
9 ACUERDO PLENARIO N° 1-2011/CJ-116, de fecha 6 de diciembre del 2011.
16
vida es elegir (decidir) tener una relación sexual. Por tanto, de ninguna manera es
posible que un menor de edad (dentro del rango establecido por la ley) acceda con
uso de razón y voluntariedad, tener acceso carnal con otra persona.
En el delito de violación sexual de menor de edad, hay dos sujetos (como mínimo) que
forman parte del hecho; esto es, siempre existirá un sujeto pasivo10 (que vendría a ser
la víctima) y un sujeto activo11 (que vendría a ser el victimario). Por la posible poca
información o tal vez por una suposición lógica, muchas personas podrían asumir
equivocadamente que el delito de violación sexual es un delito que solo puede ser
cometido por personas del sexo masculino, lo cual no se condice con la realidad
pragmática.
10 Según el Código Penal Vigente (1991), el sujeto pasivo en el delito de violación sexual simple podrá ser
cualquier hombre o mujer (mayor de 14 años), sin importar su inclinación sexual o si se dedica a la porstitución;
igualmente, es indispensable que sea una persona viva.
11 Según el Código Penal vigente (1991), el sujeto activo en el delito de violación sexual simple podrá ser
violentas y análisis de la doctrina nacional”, Revista Peruana de Ciencias Penales, N° 14, Lima, julio 2004, p.
275.
17
En conclusión, en la actualidad debemos considerar tanto al hombre como a la mujer
en condiciones iguales para ser considerados como sujetos activos o protagonistas
de una relación sexual. Tal como se aprecia en nuestra normativa penal vigente, en
tanto el acceso carnal no necesariamente se realizará con el miembro viril del hombre,
sino que, puede realizarse con cualquier otra parte del cuerpo o con cualquier otro
objeto análogo, esto es, por ejemplo: con los dedos o algún otro objeto que cumpla la
función del miembro viril del agente, logrando satisfacer su deseo sexual.
La otra parte de la comisión del delito, es el sujeto pasivo, de quien “la doctrina es
unánime al considerar que pueden ser sujetos pasivos o víctimas del delito de acceso
carnal sexual, tanto el varón como la mujer mayores de dieciocho años sin otra
limitación que el de estar vivos”13; así pues, cabe decir que basta con la sola condición
de ser persona y, a su vez, estar vivo, para constituirse en víctima de violación sexual;
igualmente, debemos aclarar que la condición de estar vivo se desprende de la
necesidad de producir una afectación al bien jurídico protegido que aún se encuentra
en vigencia, de lo contrario (si la persona ya es fallecida) no podríamos hablar de algún
tipo de afectación a la persona (necrofilia).
En suma, el sujeto pasivo solo necesita la condición de ser persona (y estar viva), sin
importar su edad, sexo, raza o condición social, etc. Asimismo, “no tiene cabida el mito
sexual de que los hombres solo son violados si son homosexuales. De tal modo, en
13 SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho Penal Parte Especial, 6ta Edición, Volumen 2, Editorial Iustitia S.A.C,
Lima, 2015, p. 751.
14 SAN MARTÍN CASTRO, César y CARO CORIA, Dino. Delitos contra la libertar e indemnidad sexuales,
18
el caso de la mujer, puede ser agraviada la soltera o casada, virgen o desflorada,
viuda o divorciada, vieja o joven, honesta o impúdica”15. Por tanto, el rol ético o moral
que la persona agraviada desempeña en la sociedad no es relevante ni mucho menos
determinante para disolver una imputación, sino que, existen otros elementos de
convicción que deberán ser evaluados separadamente de la condición de la víctima.
Nos llevamos la idea que con los ejemplos antes descritos se ha reforzado el concepto
de sujeto pasivo y sus alcances.
1.3. Violación de la Libertad Sexual (Art. 170° del Código Penal)
Para hablar del tipo penal de Violación Sexual (acceso carnal), debemos señalar las
generalidades que hemos analizado precedentemente, y que, en este punto es
oportuno invocarlas, las cuales son: i) delito: Violación Sexual, ii) bien jurídico
protegido: Libertad Sexual, iii) sujeto activo: El hombre o la Mujer mayor de 18 años,
iv) sujeto pasivo: El hombre o la Mujer, con la condición de estar vivo (a).
15 BAJO FERNÁNDEZ, Miguel. Manual de Derecho Penal. Editorial Ceura, Madrid, 1991, p. 199.
19
actividad sexual en sí misma, sino porque tal actividad se realiza sobre la base del
abuso de la libertad sexual del otro”16; además, debemos tener en cuenta los medios
bajo los cuales se sometió la voluntad de la víctima. Esto último forma un conjunto de
actos que valorados conllevará a la realización o no de una violación sexual.
Igualmente, debe existir en el agente activo, la viva voluntad y deseo carnal-sexual de
mantener relaciones sexuales con la víctima.
a) Violencia Física:
Esta violencia debe ser la suficiente para vencer la resistencia de la víctima. Si ello es
así, se considera que, para constituir evidentes signos de violencia directamente
relacionados con el delito de violación sexual, son los que se “aprecian en los
abductores, es decir, en la cara interna de los muslos de la mujer, donde generalmente
se aprecian lesiones que acreditan que hubo violencia de parte del sujeto activo y
resistencia de la víctima”17. Por otro lado, cabe precisar que no es determinante el
hecho de encontrar lesiones provenientes de violencia física, toda vez que basta con
la amenaza razonable para que la víctima no oponga resistencia, lo cual no descarta
la violación puesto que no hay voluntad por parte ambos sujetos.
De lo anterior, se infiere que será prueba fehaciente del ilícito de violación sexual, las
lesiones efectuadas en las zonas cercanas a la cavidad sexual de la víctima; sin
embargo, como es de verse, en la casuística no necesariamente la existencia
comprobada de una lesión se constituye como prueba tal para imputar el delito de
violación, siendo que estas lesiones podrían desprenderse de un acto sexual
extremadamente pasional o del sadismo. Por lo tanto, la violencia deberá ser
corroborada con la manifestación de la víctima y también con otros elementos que
acrediten el delito. En otras palabras, tal como se expresó anteriormente, si no se
observan lesiones no se descarta la violación, siendo preciso corroborar la
manifestación de la víctima con otros medios que sustenten la imputación.
16 BUOMPADRE, Jorge. Derecho Penal Parte Especial, Tomo I, Editorial Mave, Argentina, 2000, p. 373.
17 NOGUERA RAMOS, Iván. Op. Cit. p. 72.
20
b) Grave Amenaza:
En primer lugar, debemos tener en cuenta que no se trata de cualquier amenaza, sino
que esta debe ser grave para que influya en la voluntad de la víctima. Con ello, se
desprende que “respecto al mal anunciado, este tipo puede ser un acto positivo
mediante un hacer o un acto negativo de omisión”18. De esta manera, el sujeto activo
interfiere en la voluntad de la víctima tanto para que esta haga o deje de hacer algo
contrario a su voluntad.
De lo anterior se colige que la grave amenaza puede influir en la víctima para que esta
cometa un acto contrario a su voluntad o deje de realizar un acto, debiendo hacer
siempre lo que el sujeto activo requiere; asimismo, la amenaza debe ser “seria y
continuada: seria, en el sentido de la peligrosidad cierta de la realización del daño por
parte de la persona de quien amenaza, y la posibilidad lógica de que se efectúe el mal
amenazado; y continuada, en el sentido de que el agente la mantenga hasta el último
momento”19, con lo cual queda claro que la amenaza debe ejercer tal presión y
coacción en la voluntad del sujeto pasivo, que le implique a no tener otra opción más
que la de determinarse como el sujeto activo le solicita. No es necesario que la
amenaza sea invencible, basta con que sea suficiente para someter la voluntad de la
víctima.
Debemos tener en cuenta que el tipo penal de violación sexual requiere que
necesariamente el autor cuente con la voluntariedad y conciencia del acto que realiza,
esto es, que actúe con dolo directo para realizar los actos que llevarán a vulnerar la
autodeterminación sexual de la víctima.
18 ARCE GALLEGOS, Miguel. El delito de violación sexual. Análisis dogmático, jurídico, sustantivo y adjetivo,
Editorial Adrus, Arequipa, 2010, p. 46.
19 BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis y GARCÍA CANTIZANO, María. Manual de Derecho Penal Parte Especial,
21
lograrlo debe necesariamente emplear violencia o amenaza grave (toda vez que la
víctima no ha prestado su consentimiento para el acto sexual). Por ende, el “dolo
consiste en el genérico propósito y conocimiento de realizar un acto de significado
sexual, con capacidad para lesionar el pudor individual del sujeto con que lo
soporta”20. Es decir, nos encontramos frente a un tipo penal que es punible
únicamente en su acción dolosa, lo cual quiere decir que no cabe la posibilidad de la
realización del ilícito por imprudencia o error, porque el autor siempre deberá tener
conciencia de que se trata de un acto contrario a la voluntad de la víctima y hará uso
de los medios necesarios para concretar su fin, que es el acto sexual.
MEZGER, en su estudio de los delitos tipos penales, refiere que “la acción debe
basarse en el motivo del placer sexual (<libido>), de lascivia, y realizarse con
“intención libidinosa”. Esta característica anímica pertenece al concepto y por eso es
un “elemento subjetivo del tipo (del injusto)”21; así queda claro entonces que el autor
del ilícito actúa en razón a su voluntad para satisfacer un deseo sexual, esto es, el
placer de excitarse sexualmente, lo cual le conduce a comportarse de cualquier
manera con el único fin de satisfacer tal deseo, sin importar que la víctima esté
sintiendo dolor (lo cual muchas veces produce aún más placer).
20 DONNA, Edgardo. Derecho Penal. Parte Especial, Tomo I, Editorial Rubinzal-Culonzi, Buenos Aires, 2002, pp.
547.
21 MEZGER, Edmund. Derecho Penal. Parte General, Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1958, pp.
110.
22
fallecida, el ilícito no se lleva a cabo; pero, si la víctima se encontraba en una posición
(como si estuviera muerta) y al sentir al agente ejerce algún tipo de movimiento o señal
de encontrarse viva, la conducta se encuadra en el tipo penal en cuestión.
23
acarrea una afectación que se configura, muchas veces, en irreparable y a
consecuencia de ello, la psiquis de los niños y adolescentes se ve vulnerada
directamente por un actuar ilícito de una persona que sometió al menor para la
comisión de sus deseos sexuales.
En este caso, el sujeto activo puede ser cualquier persona (sea hombre o mujer),
incluso, el tipo penal es excluyente respecto del posible novio o enamorado de la
víctima. Asimismo, no cabe exclusión por tratarse del cónyuge de la víctima, puesto
que nuestro ordenamiento no ampara el matrimonio con menores de 14 años.
El sujeto pasivo será siempre el varón o mujer, siempre y cuando sea menor de 14
años; las circunstancias de relación amorosa con el sujeto activo o el haberse
desempeñado como trabajador(a) sexual son aspectos irrelevantes para el tipo penal.
Llegando a configurarse el delito aun si se comprueba que él o la menor efectivamente
brindaba servicios sexuales o si, hubiera tenido relaciones sexuales previas (dicho de
otro modo, si no hubo desfloramiento).
Ahora bien, respecto de la capacidad de decisión de los menores, hay que recalcar
que frente a estos delitos, esta capacidad es irrelevante y, a consecuencia de esto, la
aceptación o consentimiento del menor para el acceso carnal, no tiene validez, aunque
el coito se haya ocasionado con aceptación y voluntariedad, puesto que para el
Derecho Penal, la voluntad del menor “no tiene validez jurídica y legal”24. Esto en virtud
a que, el Estado en su afán por salvaguardar a los derechos de los menores de edad,
ha determinado que estas personas no están en condiciones ni tienen la capacidad
de entender en qué consiste el acceso carnal o la relación sexual, razón por la cual,
estas personas no son capaces de decidir sobre su actuar sexual frente a otros.
En mérito a lo anterior, podemos concluir que “la ley presume iuris et de iure esta falta
de capacidad por la edad. Por consiguiente, no se exige la comprobación en cada
caso. Esta capacidad vuelve inoperante el consentimiento del menor” 25, no cabe duda
entonces, que hasta la edad de 14 años, el ordenamiento jurídico no le brinda
capacidad de decisión sobre la libertad sexual a los menores de edad; cabe reforzar
lo antes mencionado, afirmando que en los supuestos de violación sexual de menor
24 Cft. ESPINOZA VÁSQUEZ, Manuel. Delitos Sexuales, Marsol Perú Editores, 1983, pp. 84 y 91.
25 NUÑEZ, Ricardo. Derecho Penal Argentino, Tomo IV, Editorial Bibliográfica, Argentina, 1964, p. 254.
24
“se dice que este supuesto es de violación presunta con presunción iuis et de iure
porque el legislador supone, sin posibilidad de prueba en contrario, que la persona
menor de edad es incapaz de autodeterminación en el ámbito sexual”26.
26 BAJO FERNÁNDEZ, Miguel y otros. Manual de Derecho Penal Parte Especial, Tercera Edición, Editorial
Ceuta, Madrid, 1995, p. 216.
27 CUELLO CALÓN, Eugenio. Derecho Penal, Tomo II, Vol. II, 4ta Edición, Editorial Bosch, España, 1980, p. 594.
28 SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos de Acceso Carnal Sexual, Editorial IDEMSA, Lima, 2005, p. 183.
29 PEÑA CABRERA FREYRE, op. Cit. Pp. 787
30 SILVA RAMOS, Jesús María y otros. Lecciones de Derecho Penal Parte Especial. Editorial Atelier, Barcelona,
2011, p. 130.
25
1.4.2. Tipicidad Objetiva
Para la ejecución del tipo penal de violación sexual, téngase por acceso carnal, se
requiere pues que el sujeto activo se determine propiamente a la realización del acto
sexual, ejerciendo para ello una fuerza o amenaza capaz de derribar la voluntad de la
víctima; por lo tanto, debemos precisar que el acto sexual no necesariamente se
llevará a cabo de principio a fin, sino que, al contrario, debemos tener en cuenta que
“no es necesario que el sujeto consiga la satisfacción lúbrica, o deseo sexual que
persiga”31; entonces, que basta con la sola inserción (total o parcial) de algún objeto
o el propio miembro viril.
En el presente caso, basta con la sola voluntarierdad con la que debe actuar el sujeto
activo, lo que dicho en otras palabras se traduce en que el agente debe actuar con
dolo, teniendo en cuenta que “puede decirse que el dolo es el conocimiento y voluntad
de realizar un delito o una conducta punible. El dolo está integrado entonces por dos
elementos: un elemento cognitivo, y un elemento volitivo”32. Esto último nos indica que
el agente activo deberá tener el conocimiento de que está cometiendo un delito y,
asimismo, este conocimiento debe venir acompañado de un querer accionar en
contrariedad con la normativa penal.
31 SERRANO GÓMEZ, Alfonso. Derecho Penal. Parte Especial, Delitos contra las personas, Editorial Dykinson,
Madrid, 1996, p. 216
32 PEÑA GONZÁLES, Oscar y ALMANZA ALTAMIRANO, Frank. Teoría del Delito: Manual Práctico para su
aplicación en la teoría del delito, APECC, Editorial Nomos & Thesis E.I.R.L, Lima, 2010, p. 162.
26
procesado, por lo que se excluye la tipicidad no existiendo en autos indicios que
desvirtúen la existencia del error, que siendo así se ha incurrido en error de tipo
invencible por parte del procesado por lo que resulta procedente su absolución”33. De
ello podemos inferir que nuestra normativa penal considera el error invencible acerca
de la edad (principalmente, puesto que hablamos de víctimas menores de 14 años),
como un supuesto que excluye de responsabilidad al agente, constituyéndose el
hecho como atípico.
27
1.5.- Consumación
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el sujeto activo deberá siempre estar
encaminado a ejercer un acto sexual (sin importar la minoría de edad) con el sujeto
pasivo, el mismo que no cuenta con capacidad para disponer de su libertad sexual, y
que este hecho es conocido por el sujeto activo. De esta manera, quedará acreditado
el dolo o actuar voluntario de someter a una persona menor de edad a los deseos
sexuales de otro (que no es menor de edad, evidentemente) que al menos, puede ya
disponer de dicha libertad.
Con lo referido en el presente capítulo hemos obtenido mayores alcances acerca del
delito de violación sexual y qué bienes jurídicos protege respecto de la edad del
imputado, con lo cual hemos llegado a la conclusión que existe una diferencia entre la
víctima mayor de edad y la víctima menor de edad toda vez que esta última se
encuentra en un estado de mayor vulnerabilidad, siendo que al tratarse de una
persona que aún no cuenta con capacidad de auto determinación sexual, no podría
hablarse de una afectación a su sexualidad como “libertad sexual”, sino que
tendríamos que proteger su “indemnidad”, puesto que los menores de edad no pueden
decidir o determinar su voluntad a ejercer relaciones sexuales ya sea con una persona
menor de edad igualmente o una persona mayor de edad; por otro lado, ha quedado
claro que los prejuicios sociales o morales no determinan la comisión del delito, puesto
que si la persona (ya sea menor o mayor) que es víctima del delito de violación sexual
no es vista como “buena persona”, ello no justifica haber violado la esfera de su
sexualidad.
28
CAPÍTULO II
LA PRUEBA ANTICIPADA EN LOS DELITOS DE
VIOLACIÓN SEXUAL
CAPITULO II LA PRUEBA ANTICIPADA EN LOS DELITOS DE VIOLACIÓN
SEXUAL
En una investigación penal es deber del fiscal- como titular de la acción penal- recabar
elementos de cargo y descargo a fin de acreditar la comisión del delito por parte del
sujeto activo. Sin embargo, en el delito de violación sexual, al tratarse de un delito
clandestino, conseguir pruebas incriminatorias es una ardua tarea para el Fiscal.
2.1.1. Concepto
Este autor hace referencia a la prueba como un requisito o aspecto fundamental para
conocer la verdad, ya que mediante esta se va a dilucidar la relación entre la hipótesis
y los hechos ocurridos en la realidad. Por su parte PALACIO LINO señala que la
prueba: “es el conjunto de actos procesales, cumplidos con el auxilio de los medios
previstos o implícitamente autorizados por la ley y encaminados a generar la
convicción judicial acerca de la existencia o inexistencia, la veracidad o falsedad de
30
los hechos sobre los cuales versa la imputación”36. A pesar de los términos técnicos
que emplea este autor, para él la prueba también constituye el nexo entre la realidad
y la imputación.
Por su parte COLOMA CORREA, comenta que la prueba tiene relevancia en razón a
que esta es “la información recibida y la aceptación del enunciado, a través de la
decisión de aquel que se encuentra probado”37. Este autor señala que la prueba es
importante, toda vez que, la información que se ingresa mediante esta deberá encajar
en el supuesto de hecho para así llegar a comprobar la imputación.
i) Si decimos que “el día amaneció frío y nublado, a las personas les costó levantarse
temprano para ir a trabajar, sin embargo, todo continuó con normalidad; Pablito fue a
la escuela y obtuvo 20 en su calificación de matemáticas”. Este dicho no genera
importancia alguna puesto que es un hecho de la vida cotidiana que no afecta de
manera desfavorable a las personas, por tanto, no puede constituir (tal como aparece)
un medio de prueba.
36 LINO ENRIQUE, Palacio. La Prueba en el Proceso Penal Oral, editorial Metropolitana, Santiago de Chile,
2003, p. 10.
37 COLOMO CORREA, Rodrigo. Panorama General de la Prueba en el Juicio Chileno, en La Prueba en el Nuevo
Proceso Penal Oral, editorial Lexis NExis, Santiago de Chile, 2003, p. 13.
31
ii) “El día amaneció frío y nublado, aparentemente tranquilo, el Sr. Luis se encontraba
regresando de comprar el pan por la mañana acompañado de su mascota (un perro
de raza pequeña, color blanco), a la altura de la vereda de la entrada de su casa,
cuando escuchó un ruido de discusión en casa de sus vecinos Walter y Betty,
entonces decidió detenerse un poco, observando en el instante que su vecino Walter
salió con una bolsa negra (muy grande y al parecer muy pesada), ante lo cual el sr.
Luis ofreció su ayuda, sin embargo, esta fue rechazada por el Sr. Walter, quien metió
la bolsa en la maletera de su auto. Precisando que la mascota del sr. Luis corrió al
instante a oler la bolsa y ladrar. Al ingresar a su domicilio, el sr. Luis pudo percatarse
que su mascota tenía el hocico manchado con un líquido de color rojo (al parecer
sangre), al salir a verificar pudo observar en la vereda contigua (casa del sr. Walter)
que había gotas de sangre que provenían de la puerta y se perdían en el lugar donde
había estado estacionado el auto de su vecino Walter.
Este evento que se encuentra mejor sustentado, contiene hechos más específicos y
evidentemente relevantes para el Derecho, toda vez que nos muestra las posibles
pruebas de la comisión de un delito, incluso estas se encuentran no solo sustentadas
en el dicho del testigo Luis, sino que también están plasmadas en el cuerpo de su
mascota y en el piso de la vereda. Por lo tanto “los medios de prueba, entonces, están
orientados a la verificación de afirmaciones a cargo del juez, quien deberá determinar
que lo que las partes han averiguado fuera del proceso y han afirmado dentro de este
resultan manifestaciones exactas y ameritan ser valorados con las garantías
procesales que inspiran el debido proceso”38.
38 ANGULO MORALES, Marco A. El Derecho Probatorio en el Nuevo Proceso Penal Peruano, Editorial Gaceta
Jurídica, Lima, 2012, p. 22.
39 TOMÉ GARCÍA, José A. Derecho Procesal Penal, 2da Edición, Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid,
32
para imputar un delito a determinada persona mediante el uso de elementos
plenamente calificados como son las pruebas.
Dice PELÁEZ BARDALES, “En lo que concierne a la prueba judicial, se sostiene que,
como en todas as ciencias reconstructivas, se trata de ir de los rastros dejados por las
cosas, hechos o seres, a estos mismos seres, hechos o cosas”40; asumiendo que la
prueba son los pequeños detalles olvidados o dejados al azar por el autor del hecho,
las mismas que serán reconstruidas por el operador de justicia para así conocer la
historia verdadera de lo sucedido mediante la recopilación de todas las pruebas
posibles, formando una especie de rompecabezas para así realizar un juicio siempre
en dirección de la verdad de las cosas, buscando impartir justicia eficaz.
40PELÁEZ BARDALES, José A. La Prueba Penal, Editorial Grijley, Lima, 2014, pp. 101.
41DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría General de la Prueba Judicial, Tomo I, 5ta Edición, Editorial ABC,
Bogotá, 1995, p. 12.
33
un documento –que sigue siendo un papel- para brindar sustento a su manifiesto; en
cuanto estos elementos (declaración y documento) ingresan al proceso y son
potencialmente valorables para el juez, constituyéndose en pruebas porque ya
contienen relevancia jurídica y se han revestido de valía procesal.
42 Cfr. MIRANDA ESTAPRES, Manuel. La mínima Actividad Probatoria en el Proceso Penal, editorial BOSCH,
Barcelona, 1997, p. 19.
43 GARCÍA RADA, Domingo. Manual de Derecho Procesal Penal, 8va. Edición, Editorial Carrera, Lima, 1984, pp.
162.
34
proceso y estos medios no se valoran de tal forma que determinan culpabilidad, no es
posible señalar al imputado como culpable, manteniendo este su condición de
inocente hasta que el órgano jurisdiccional determine (mediante la valoración de las
pruebas) su responsabilidad penal.
Como señala CUBAS VILLANUEVA, “La única forma legalmente autorizada para
quebrar el principio de inocencia que alega el implicado en el proceso, es la prueba
formal que dentro del sistema acusatorio, tiende a la reconstrucción conceptual del
hecho de un modo comprobable y demostrable”44. La prueba se constituye así en el
medio para condenar, también el medio de defensa del imputado, pues surge como la
única forma en que este puede probar al juzgador que es inocente.
Bajo ningún supuesto debe negarse que “a todo procesado se le considera inocente
mientras no se acredite lo contrario y la prueba tiene como finalidad destruir esa
presunción”45; en consecuencia, mientras dura el proceso y estos medios no se
valoran de tal forma que determinan culpabilidad, no será posible señalar al inculpado
como culpable, manteniendo este su condición de inocente hasta que el juez
determine (mediante la valoración de las pruebas) su culpabilidad.
44 CUBAS VILLANUEVA, Víctor. El Proceso Penal, Teoría y Práctica, Palestra Editores, Lima, 2003, pp. 357.
45 GARCÍA RADA, Domingo. Op. Cit, pp. 162.
46 Art. 11 de La Declaración Universal de Derechos Humanos
35
palabras, nadie puede ser considerado culpable de un hecho por la simple imputación
que recae sobre dicha persona, sino que, solamente después de haberse sometido a
un debido proceso con las garantías procesales que de este se infieren y habiendo
obtenido una sentencia, puede considerarse culpable, de otro modo, antes de haber
concluido el proceso, todas las personas son inocentes (ya que no se ha probado lo
contrario).
Así las cosas, la presunción de Inocencia es un principio que busca que ninguna
persona inocente sea sancionada injustamente, teniendo en cuenta su dignidad como
ser humano, la cual se establece como criterio para establecer los parámetros y
mecanismos necesarios que garanticen un debido proceso. Manifiesta CARLOS
SANTIAGO NINO “Uno de las características de este principio es que las personas
deben ser tratadas de acuerdo a las decisiones, intenciones o declaraciones de
voluntad”47. Dicho en otras palabras, solo si se comprueban estos tres manifiestos de
voluntad de las personas, se podrá juzgar a las mismas y así otorgarles la pena que
les corresponda. Las personas, solo pueden ser juzgadas de manera positiva o
negativa, según a comprobación e sus actos cometidos y el perjuicio que estos hayan
causado, por tanto, deberá tenerse especial cuidado en la búsqueda de la verdad,
máxime si se trata de sanciones que van al extremo de privar de la libertad.
GOZAÍNI indica que “El principio de inocencia es un derecho del imputado, pero nunca
una franquicia para su exculpación. Esto significa que la producción probatoria y el
sistema de apreciación que tengan los jueces integran, en conjunto, el principio de
razonabilidad que se espera de toda decisión judicial”48. Por tanto, si bien bajo este
principio se conserva la inocencia de la persona a la que se le imputa un delito hasta
que se lleve a cabo un procedimiento penal y, mediante este, se demuestre lo
contrario; sin embargo, no se puede decir que todos los imputados son inocentes y tal
condición se mantiene hasta el final, sino que, deberá llevarse a cabo un juicio con las
garantías necesarias y establecidas por la ley, asimismo, la parte acusatoria deberá
desvirtuar tal inocencia, con los medios idóneos y, finalmente, después de actuadas
las pruebas en juicio oral, se determinará si esta inocencia se mantiene o es
desvirtuada mediante la eventual comprobación de la responsabilidad del imputado.
47NINO, Carlos Santiago. Ética y derechos humanos. Buenos Aires: Astrea, 2da edición, 1989, p. 287.
48GOZAÍNI, Osvaldo Alfredo, “La presunción de inocencia. Del proceso penal al proceso civil” (Revista
Latinoamericana de Derecho, Año III, Nº 6, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F.), p. 158.
36
Así señala CUBAS VILLANUEVA, quien afirma que, “La única forma legalmente
autorizada para quebrar el principio de inocencia que alega el implicado en el proceso,
es la prueba formal que dentro del sistema acusatorio, tiende a la reconstrucción
conceptual del hecho de un modo comprobable y demostrable”49; por tanto, la prueba
constituye el medio para condenar, pero también el medio de defensa del imputado,
toda vez que es la única forma en que este puede probar al juzgador que es inocente.
Este sistema es propio de la inquisición, pues “la ley concedía a cada prueba,
determinado valor probatorio, por lo cual, al finalizar el proceso, el juez consideraba el
número de pruebas reunidas, su valor probatorio según ley y apreciando el conjunto
de la probanza reunida, le correspondía la operación aritmética de suma y resta; así,
la actividad judicial resultaba mecánica y se soslayaba toda apreciación personal”50.
En este sistema lo primordial sobre lo cual se basa la valoración de la prueba es la
ley, por tanto, “es la ley la que establece o prefija, de modo general, la eficacia
conviccional de cada prueba. Esto es, explicita la regla de experiencia conforme a la
cual se establecerá la credibilidad de una prueba”51, de lo cual se entiende que es el
legislador quien determina las condiciones sobre las cuales el juzgador se basará para
determinar si un hecho o circunstancia existe, revistiendo de idoneidad a la prueba y
asimismo, basarse las condiciones que el legislador determina para no considerar
como prueba determinados hechos.
Valoración de las Pruebas, Edición Cooperación Alemana de Desarrollo GTZ, Lima, 2009, pp. 106.
37
Entonces, podemos afirmar que este tipo de prueba consiste en los diferentes
lineamientos interpuestos por el legislador (mediante leyes o reglas vinculantes) que
son impuestos al juzgador, restringiendo así la obligación de motivar las sentencias,
toda vez que ya todo versará sobre los parámetros dados por el legislador; con lo cual
“se establece un numerus clausus de medios probatorios, sancionándose, además de
forma previa –en lo que constituye una sustitución de la labor del juez por el propio
legislador-, el valor que ha de atribuirse a cada instrumento de prueba, así como las
condiciones y requisitos que han de sucederse para alcanzar determinado valor
absoluto o parcial”52. Esto es pues, una manera de restringir el poder de los juzgadores
sobre el proceso, toda vez que mediante lineamientos que limitan la integración de
medios de prueba se evita caer en la decisión arbitraria de jueces ignorantes o
arbitrarios que podrían direccionar el proceso con la finalidad de beneficiar a
determinada parte.
No obstante lo anterior, este sistema fue abandonado porque se advirtió una serie de
acontecimientos que brindaban desventajas al sistema, específicamente porque en
afán de seguir el riguroso sistema (literalmente), se terminaba dictando sentencias de
absolución de la instancia, en lugar de obtener pronunciamientos sobre el fondo. Entre
estas desventajas se encontraron las siguientes “convertía en función mecánica la
tarea del juez en la valoración de las pruebas, conducía con frecuencia a declarar
como verdad una simple apariencia formal, y se producía un divorcio entre la justicia
y la sentencia, sacrificando los fines del proceso a una fórmula meramente
abstracta”53.
En suma, este sistema que consistía en vincular al juzgador a una valoración que ya
se encontraba preestablecida por el legislador. Para tal caso, era la ley la que fijaba
los efectos que podían tener los resultados de la valoración del medio probatorio,
quitándole el poder sobre el proceso al juez, toda vez que los fallos que este debía
dar se debían ajustar a la norma jurídica, con lo cual prevalecían las normas
procesales sobre la valoración del juez. Este sistema no constituía el más apropiado
para la finalidad de la búsqueda de la verdad, ya que no permitía probar los
52 ASCENCIO MELLADO, José M. Prueba Prohibida y Prueba Preconstituida en el Proceso Penal, INPECCP
Fondo Editorial, Lima, 2008, p. 8.
53 DEVIS ECHANDÍA, Hernando, cit., p. 94.
38
acontecimientos de ningún otro modo más que los establecidos por la norma jurídica.
Hoy en día se ha dejado de lado el estricto lineamiento de los jueces con este sistema
de valoración, aunque se tienen en cuenta a la hora de la libre valoración de cada
juez.
39
En la íntima convicción no hay una ley que determine los parámetros de valoración de
los hechos, simplemente queda al libre entendimiento del juez, quien incluso no se
encuentra obligado a fundamentar sus decisiones, puesto que no habría manera de
plasmar todo su pensamiento en forma objetiva a fin de que todos lo comprendan. Por
tanto, las facultades del juez eran indeterminadas, en razón a que no se encontraba
sujeto a normas que permitan determinar los parámetros de valoración de la prueba;
lo que, a la larga, acarreó muchas injusticias y juicios subjetivos que llevaban a la
arbitrariedad que en un primer momento se quiso evitar.
Se podría decir que este es el sistema más completo, puesto que permite que el
juzgador razone sobre las pruebas presentadas, sin llegar a extremos subjetivos, ya
que, si bien no se rige a las reglas abstractas de la ley, el juez deberá sustentar sus
decisiones en motivaciones racionales, las mismas que deben llevar total
concordancia con las pruebas actuadas. “La libre valoración exige la fundamentación
o motivación de la decisión, esto es, la expresión de los motivos por los cuales se
decide de una u otra manera, y, con ello la mención de los elementos de prueba que
fueron tenidos en cuenta para arribar a una decisión”56. Este sistema otorga al
juzgador mayor libertad total para llegar a determinado fallo, sin embargo, no le otorga
un poder absoluto, siendo que el juez está en la obligación de explicar las conclusiones
que llevaron a tal toma de decisión, en tanto estas tendrán total concordancia con las
pruebas actuadas, en las que deberá apoyarse para motivar su resolución.
Cabe aclarar que, “en este sistema se requiere para que la sentencia declare un hecho
como probado, el pleno convencimiento del juez; solo en los hechos de que quede
56 MAIER, Julio. Derecho Procesal Argentino, Tomo I, Vol. B, Buenos Aires, 1989, pp. 593.
40
efectivamente convencido podrán basarse los efectos jurídicos que el derecho les
atribuya, no basta la probabilidad, la verosimilitud o la sospecha”57. En este sentido,
la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua58 ha dejado sentado que La sentencia
debe basarse en la certeza, es decir, en la convicción razonada y positiva de que los
hechos existieron y ocurrieron de cierta manera; la duda o la probabilidad solo se
admiten cuando operan a favor del acusado: in dubio pro reo.
Por tanto, el juzgador se verá limitado a condenar al imputado solo por los hechos que
mediante certeza plena ha podido comprobar que efectivamente han sido realizados
por su persona, más no por los hechos que si bien fueron denunciados, no fueron
comprobados. Entonces “el juez en principio solo puede evaluar auténticas pruebas,
legítimamente incorporadas, y debe utilizar criterios de valoración racionales,
desestimando por completo las apreciaciones puramente subjetivas o que vulneran
las reglas de la lógica, los principios de la experiencia o los conocimientos
científicos”59.
Como hemos podido observar, con el paso de los años se han venido presentando
diversos sistemas que han sido creados con la finalidad de aprender o, en todo caso,
llegar a conocer cómo realizar un buen uso de la prueba y así poder llevar un proceso
eficaz, toda vez que si bien se buscaba cumplir con la norma, muchas veces se caía
en actos mecánicos por parte de los jueces, lo cual fue cambiando poco a poco toda
vez que con el avance del tiempo se llegó a reconocer que importan más los hechos,
cómo estos se prueban y principalmente la valoración del juez sobre los hechos y
medios de prueba para finalmente conocer la verdad y obtener justicia.
pp. 900.
41
2.3. Medios de Prueba
Los medios de prueba son los que van a ayudar al juez a llegar a la verdad de los
hechos, en otras palabras “están constituidos por todos los actos procesales que
realiza el operador judicial en búsqueda de la verdad histórica, a fin de imprimir en su
resolución final, la decisión que ponga término al conflicto. Son aquellas actividades
judiciales complejas de las cuales se vale la autoridad judicial para conocer de la
realidad de los hechos que investiga; la existencia de los medios probatorios se
encuentra condicionada a la del proceso”60. Los medios de prueba son cruciales para
la continuación y propia existencia de un proceso, toda vez que estos vendrían a ser
los elementos que otorgan las partes al juez para que este pueda conocer a plenitud
los hechos y llegar a una decisión acertada y justa respecto de la verdad.
2.3.1. Confesión
60
PELÁEZ BARDALES, José A, cit., p. 93.
61
CARNELUTTI, Francesco. La Prueba. Los grandes temas de Derecho Probatorio, Ediciones Jurídicas Europa-
América, Buenos Aires, 1979, pp. 70-71
42
Haciendo referencia a estas manifestaciones, “puede surgir eventualmente una
confesión sin que sea correcto asociar ambos conceptos –confesión y manifestación-
, aun cuando habitualmente las confesiones sean efectuadas en oportunidad de
prestar declaración indagatoria”62. Por tanto, no debemos confundir ambos términos,
ya que la confesión deberá darse en un ámbito más resguardado, salvaguardando los
derechos del imputado en todo momento; igualmente, es preciso señalar que la sola
confesión o auto incriminación no conlleva a una condena toda vez que este dicho
deberá ser corroborado con otros elementos que sustenten lo señalado por el
imputado, logrando así una condena eficaz.
Asimismo, debemos aclarar que la simple auto imputación de los hechos no genera
culpabilidad sobre el imputado; sino que, este deberá reconocer su participación
(omisión o comisión) en un ilícito penal ante una autoridad jurisdiccional competente,
ya sea el juez o el fiscal. Requisito importante también es que el imputado cuente con
la presencia de su abogado defensor, quien deberá asistirle con la información
referente a los alcances de la imputación y los derechos que le asisten, así como las
consecuencias de su colaboración durante todo el proceso.
2.3.2. Testimonio
La prueba testimonial consiste en el apoyo brindado por personas que actúan como
terceras en el proceso penal y, son los llamados testigos. Estas personas son
llamadas a brindar declaración testimonial acerca de los hechos, ya sea que vieron,
escucharon o presenciaron el delito de una u otra forma. Asimismo, cabe aclarar que
el testigo deberá ser una persona física y real, que prestará su manifestación de
manera oral o escrita, siendo ofrecida por las partes (imputada o agraviada) dentro de
un proceso penal, puesto que su declaración es necesaria y pertinente para dilucidar
la verdad de los hechos y, acreditar o no la responsabilidad penal del imputado.
62 JAUCHEN, Eduardo M. Tratado de la Prueba en Materia Penal, Editorial Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires,
2006, pp. 231.
63 Cfr. ANGULO MORALES, Marco A. El Derecho Probatorio en el Nuevo Proceso Penal Peruano, Editorial
43
a) Testigo presencial, directo o de vista y testigo de oídas, indirecto, referido o
de referencias
El testigo presencial (directo o de vista) es aquel que relata los hechos en los cuales
estuvo presente, por haber percibido directamente la comisión del delito. En cambio,
el testigo de oídas (indirecto, referido o de referencias) será el que escuchó de los
hechos por un tercero o simplemente saca conclusiones según algún dato que le fue
aportado, pero no precisamente porque se encontró en el lugar o visualizó algo. La
testimonial de oídas no reúne las condiciones necesarias para ser considerada como
relevante para sustentar una imputación penal.
El testigo de cargo es el ofrecido por la parte agraviada, para aportar información que
sirve para acreditar o sustentar la imputación penal; de otro lado, el testigo de
descargo será el ofrecido por la parte de la defensa del imputado, siendo el que tiene
como objeto aportar elementos que lleven a desvirtuar lo ofrecido o dicho por el testigo
de cargo.
El testigo de hechos externos es el que manifiesta los hechos de acción u omisión que
haya realizado (o dejado de realizar) el imputado, centrándose en el actuar desde la
perspectiva exterior del sujeto; sin embargo, el testigo de hechos internos es aquel
que narra los hechos cometidos desde la perspectiva interna del sujeto, su psiquis
(conciencia y voluntad), para lo cual debe –por ejemplo- apoyarse en medios
periciales tales como test psicológicos, etc
44
e.- Testigo de testimonio y testigo de ratificación o reconocimiento
64HERRERA AÑEZ, Williams. Apuntes de Derecho Procesal Penal, 2da Edición, Editorial Sirena, La Paz, 1995,
pp. 189.
45
2.3.4. Careo
Si bien es cierto el careo constituye un aspecto importante del proceso penal, también
lo es que, no necesariamente es el medio único para llegar a la verdad o el
esclarecimiento total del caso, ya que “la finalidad del careo, es procurar establecer
las razones por las que no existe coincidencia sobre ciertos hechos que pueden
obedecer a varios motivos. Por ejemplo, el error, o distorsión de percepción, por olvido,
amnesia, interés, afecto de una de las partes, dificultad para narrar lo conocido, etc.
46
declaraciones manifiestas del autor, así pueden citarse como ejemplo a los planos,
fotografía, etc.. De los documentos explicativos en los cuales es posible advertir un
manifiesto contenido; así se consideran dentro de esta división los escritos, los vídeos,
etc. No obstante, ambas deben contener una representación del actuar humano” 66.
Los documentos deben haber sido elaborados por personas con todas sus
capacidades y asimismo, que conozcan los actos que han realizado y lo que están
plasmando en el documento, con lo cual se acreditaría su voluntariedad en la comisión
de los hechos.
En nuestro sistema y en general el sistema penal cuenta con una diversidad de medios
de prueba, los cuales pueden ser usados para poder brindar mayor soporte a las
imputaciones hechas en contra de determinado denunciado; sin embargo, cada medio
de prueba contiene parámetros para poder ser valorados debidamente, los mismos
que deben ser cumplidos a fin de colaborar con los impartidores de justicia. Para que
estos logren entender y analizar en cada medio de prueba ofrecido y así que estos se
constituyan en pruebas propiamente de dichas, a fin de conseguir dilucidar
determinado caso en concreto.
66 ANGULO MORALES, Marco A. El Derecho Probatorio en el Nuevo Proceso Penal Peruano, ibíd., pp. 117.
47
la víctima que, en el caso que nos ocupa, se da mediante la Cámara Gesell, por
tratarse de menores de edad.
2.4. PRUEBA ANTICIPADA
La Prueba anticipada, tal como su nombre lo dice, es la que se brinda con anticipación
o anterioridad respecto, en este caso, del juicio oral; tal anticipo se sustenta en la
imposibilidad de que la prueba presentada –que ostenta suma importancia- se pueda
llevar a cabo en la fecha del juicio.
Así, para tener un concepto más cercano a lo que es la Prueba Anticipada, citaremos
a MIRANDA ESTRAMPES, quien la define de la siguiente manera: “la prueba
anticipada no es una diligencia de investigación o instrucción, sino un verdadero acto
de prueba, cuya particularidad radica en que se practica en un momento anterior al
juicio oral, con excepción a la regla general, pero sujeto a las mismas garantías que
presiden la práctica de la prueba en este y, por tanto, bajo el principio de inmediación
del órgano judicial sentenciador […].
Según JOAN PICO I JUNOY, “el fundamento último de la prueba anticipada no es otro
que el de garantizar la mayor eficacia y virtualidad del derecho a la prueba, evitando
que las partes litigantes no puedan justificar debidamente las razones o hechos en
que apoyan sus respectivas pretensiones […]68”. Por tanto, la prueba anticipada
sustenta su importancia en la protección al Derecho Fundamental a la Prueba; toda
67 MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. La mínima Actividad Probatoria en el Proceso Penal, Editorial José María
Bosch-JMB, Barcelona, 1997, pp. 337-338.
68 PICO I JUNOY, Joan. La Prueba Anticipada en la Nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. En: Revista Jurídica
Española de Doctrina, Jurisprudencia y Bibliografía, Tomo de Jurisprudencia 7/2001-Madrid, pp. 1518 (D-265)
48
vez que ante la existencia de determinadas situaciones ajenas a la voluntad de las
partes y (menos del juzgador), los medios probatorios podrían perderse o deteriorarse
en su contenido esencial, siendo necesario entonces que estos se valoren con
anticipación, a fin de que se asegure su llegada al juicio.
Asimismo “si la prueba puede repetirse en el acto del juicio oral al haber desaparecido
la causa de la irrepetibilidad, se podrá la misma practicar íntegramente, perdiendo
como norma, valor probatorio la anticipada, pero puede ser usada para contrastar y,
en su caso, sustentar el fallo”69. En consecuencia, es de verse que para que la prueba
anticipada se constituya como tal es necesario que cumpla ciertos requisitos para su
existencia, sin los cuales dejará de revestirse de urgencia su valoración previa al juicio,
dejándose sin efecto la posibilidad de que se constituya como “anticipada”.
2.4.2. Requisitos
Tal como se dijo, la prueba anticipada deberá cumplir con ciertos requisitos para que
esta se constituya como tal, los mismos que son70:
Inmediación ante el juez.
Cumplimiento del Principio de Contradicción.
69 SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal, Lecciones, Editorial INPECCP y CENALES, Lima,
2015, pp. 584.
70 Cfr. TALAVERA ELGUERA, Pablo. La Prueba en el Nuevo Proceso Penal, Manual del Derecho Probatorio y
49
2.4.3. La Cámara Gesell y su importancia en los delitos contra la Indemnidad
Sexual
La Cámara Gesell tiene su origen en los Estados Unidos, siendo concebida por el
psicólogo norteamericano Arnold Gesell, de quien proviene efectivamente el nombre.
El propósito de este mecanismo de declaración es específicamente observar la
conducta de los menores de edad (niños) al momento de rendir su manifestación, sin
que esta se vea afectada o influenciada por entes extraños que podrían ocasionar
fastidios a los menores evaluados71.
Es por ello que la entrevista en Cámara Gesell se efectúa de una manera muy singular,
ya que se busca en todo momento salvaguardar la integridad tanto de la declaración
como del menor. La entrevista se realiza en un ambiente (grande) separado por un
vidrio polarizado, encontrándose de un lado el juez, el fiscal, el abogado y las partes
intervinientes y, del otro lado (desde donde no se puede ver detrás del vidrio) se
encuentra el menor y un psicólogo, quienes “conversarán” acerca de los hechos
denunciados de la manera más natural posible, sin hacer sentir a la víctima en la
obligación de narrar hechos que le afecten demasiado. Lo obtenido queda grabado
para ser ofrecido (si corresponde) como medio de prueba.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que no todas las entrevistas hechas en la
Cámara Gessel recaban testimonios verdaderos, siendo que muchas veces los
menores son persuadidos/manipulados por su madre (por ejemplo) para así –a
manera de venganza de pareja- declarar en contra de su padre (o viceversa),
acusando de tocamientos indebidos o hasta una posible violación sexual a alguna de
las partes o familiar de ellos. “Para evitar caer en dicha figura por demás injusta, la
50
entrevista realizada es posteriormente analizada por estudiosos de la psicología,
quienes haciendo uso de diversas técnicas llegarán a la conclusión de si es verdad o
no lo manifestado por el/la menor73. Mediante este ejemplo podemos apreciar un caso
más en el que los peritos o estudiosos de determinada materia son colaboradores muy
importantes en los procesos penales.
Del mismo modo, debemos tener en cuenta que esta entrevista es única, en tanto no
puede repetirse puesto que, se busca en todo momento salvaguardar la integridad
psíquica de la víctima, impidiendo que esta brinde manifestaciones continuas frente a
otras autoridades tales como el fiscal, policía, juez, etc., cayendo así en una doble
victimización o revictimización, figura que vulnera los derechos fundamentales de la
víctima y que, en muchos casos la lleva a desistir del proceso.
51
CAPÍTULO III:
LA UTILIZACIÓN DE LA CÁMARA GESELL EN EL MARCO
DEL ARTÍCULO 242° INCISO D) DEL CÓDIGO PROCESAL
PENAL
CAPITULO III LA UTILIZACIÓN DE LA CÁMARA GESELL EN EL MARCO DEL
ARTÍCULO 242° INCISO D) DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL
Es por ello que en el presente capítulo trataremos el tema del Derecho Penal del
Enemigo, haciendo mención de su función y sus fines; asimismo, daremos alcances
acerca de sus críticas y su relación con la dignidad humana; seguidamente,
hablaremos acerca del Derecho de Defesa del Imputado y la Defensa Eficaz en el
marco de un debido proceso; y para concluir, estableceremos un test de ponderación
entre el Principio de Eficacia y el Derecho de Defensa. Todo ello en el marco del Art.
242 d) del Código Procesal Penal.
Hablaremos un poco acerca del Derecho Penal en general, reconociendo que cuando
oímos o leemos dicho enunciado, se nos viene a la mente distintos tipos de
manifestaciones violentas, relación que no resulta extraña pues el Derecho Penal se
encarga del estudio de delitos tales como homicidios, secuestros, violaciones, robos,
etc. Esta rama del derecho no solo se encarga de realizar un mero “análisis” sino que
condena a los responsables con la medida coercitiva más drástica, como es la
privación de la libertad (cárcel). Lo cual nos lleva a la conclusión de que si bien en el
mundo existe mucha violencia, esta no escapa del estudio del Derecho.
MUÑOZ CONDE y GARCÍA ARÁN, sostienen que “sería mejor o, por lo menos, más
agradable, que alguna vez la violencia dejara de gobernar las relaciones humanas.
Pero en ningún caso podemos deformar ideológicamente los hechos y confundirlos
53
con nuestros más o menos buenos o bienintencionados deseos. La violencia está ahí,
a la vista de todos y practicada por todos; por los que delinquen y por los que definen
y sancionan la delincuencia, por el individuo y por el Estado, por los pobres y por los
ricos. Pero no toda la violencia es siempre juzgada o valorada por igual”74. Porque si
bien es cierto todas las personas algunas veces actuamos de manera violenta, existe
un límite que hay que sobrepasar para que esta violencia sea relevante para el
Derecho Penal, siempre que sea expresada o direccionada en contra de otra persona.
Es menester indicar que, “sin control social la existencia no sería posible, ya que es
inimaginable un proceso de socialización sin normas de conducta, sin sanciones para
caso de incumplimiento de las mismas y sin realización material de la norma y la
sanción, es decir, sin control social. Dentro del amplio campo del control social el
Derecho Penal llena el sector que se ocupa de los intereses, es decir, de los bienes
jurídicos fundamentales y que, por tanto, están expuestos a plantear los conflictos más
graves. Precisamente por ello, ninguna otra institución de control social prevé
sanciones tan radicales para la infracción normativa”76; ello explica la importancia del
Derecho Penal, toda vez que este ayuda al orden social en cuanto a la seguridad
necesaria para llevar una convivencia exitosa, puesto que se ocupa de salvaguardar
derechos de índole constitucional, tales como la vida, la integridad sexual, el
patrimonio, la salud, etc., los mismos que merecen especial resguardo y sobre todo,
74 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCÍA ARÁN, Mercedes. Derecho Penal. Parte General. Editorial Tirant lo
Blanch libro, Cuarta Edición, Valencia, España, 2000, p. 29-30.
75 GONZÁLEZ DE LA VEGA, René. Ciencia Jurídico Penal, Instituto Nacional de Ciencias Penale, México, 2003,
p. 32.
76 HASSEMER, Winfried y MUÑOZ CONDE, Francisco. Introducción a la Criminología y al Derecho Penal,
54
especial pena para las personas que incumplen con respetar dichos derechos
fundamentales de otros, quienes deberán ser penados según la gravedad del delito
que han cometido; con lo cual se podría inferir la siguiente analogía: si existen normas
y penas para el incumplimiento de las mismas, entonces, las personas no cometerían
delitos; sin embargo ese es un ideal evidentemente alejado de la realidad.
77 POLAINO-ORTS, Miguel. Derecho Penal del Enemigo: Desmitificación de un concepto, Editorial Grigley, Lima,
2006, p. 85.
78 POLAINO-ORTS, Miguel, op. cit., p. 86.
55
despreciable por dicho clan (familia) y pasa a ser alguien con quien no se desea
mantener relación de convivencia alguna.
Ahora bien, después de explicar y hacer un breve recuento acerca del uso en el tiempo
del término “enemigo”, vamos a inmiscuirnos específicamente en lo que el profesor
GÜNTHER JAKOBS manifiesta, el mismo que “opone la noción <<enemigo>> (Feind)
a la del <<ciudadano>> (Bürguer) que se siente motivado por la norma, aunque pueda
cometer un desliz, una comunicación defectuosa en forma de delito.
79 Diccionario de la Real Academia Española, 22° Edición, Editorial Espasa Calpe, Madrid, 2001.
80 POLAINO-ORTS, Miguel, op. cit., p. 89.
56
El enemigo no es el ciudadano que cometió un delito y fue tachado socialmente por el
simple hecho de haber infringido una norma. Sino que, este ciudadano deberá
haberse ganado dicha acepción hacia su persona en cuanto viene delinquiendo e
infringiendo normas o ha cometido delitos de tal magnitud que lo constituyen en un
ser indigno de ser llamado persona, porque no ha mostrado respeto por los otros, ni
mucho menos por el ordenamiento jurídico, el cual se impuso a la sociedad para ser
cumplido por todos los ciudadanos en aras de lograr el éxito de la convivencia en
sociedad.
BUSTOS RAMÍREZ refiere que, “el Derecho Penal conoce dos polos o tendencias de
sus regulaciones, por un lado, el trato con el ciudadano, en el que se espera que este
exteriorice su hecho para reaccionar, con el fin de confirmar la estructura normativa
de la sociedad, y por otro, el trato con el enemigo, que es interceptado muy pronto en
el estadio previo de su peligrosidad”81. Lo cual quiere decir que para el Derecho Penal
la sociedad se divide en dos grupos, el primero podrá (potencialmente) cometer un
delito, tal es el caso por ejemplo de una persona que estafa a su mejor amigo con la
finalidad de obtener provecho del dinero que este ostenta, dicho delito si bien causa
una afectación a uno de los sujetos, sin embargo, no tiene relevancia más allá de
ambos amigos, no causa peligro para el resto de la sociedad.
Ahora bien, en el segundo grupo encontramos a una persona que comete un delito de
alta peligrosidad o gravedad (tal como terrorismo, lesa humanidad, asesinos o
violaciones en serie, etc.,), los segundos son sujetos que ya no son perseguidos por
81
BUSTOS RAMÍREZ, Juan J. y HORMAZÁBAL MALAREÉ, Hernán. Lecciones de Derecho Penal. Parte
General, Segunda Edición, Editorial Trotta, Madrid, 2006, p. 27.
57
el hecho específico que habrían cometido, sino por su peligrosidad latente para la
sociedad, puesto que no hay esperanza de que reconduzcan su vida de manera
idónea. En consecuencia, el delincuente se convierte en un “enemigo” perdiendo de
esta manera su estatus de ciudadano.
82GARCÍA MARTIN, Luis. Modernización del Derecho Penal y Derecho Penal del Enemigo”, Editorial Idemnsa,
Lima, 2007, pp. 206.
58
permitirán saber cuándo estamos frente a un Derecho Penal del Enemigo, las cuales
son las siguientes:
- Criminalizar una conducta que es previa al hecho ilícito (por ejemplo: los actos
preparatorios).
- Existencia de penas desproporcionales a los hechos realizados.
- Inmiscuir diversidad de hechos como delitos (penalizar indiscriminadamente).
- Restricción de garantías y derechos para los imputados dentro del proceso penal.
- Limitar o restringir los beneficios penitenciarios así como los requisitos establecidos
para la obtención de la libertad condicional.
3.3. Una comparación entre el Derecho Penal del Enemigo y la Política Criminal
del Enemigo
ROXIN, admite que «la cuestión de cómo debe tratarse a las personas que atentan
contra las reglas básicas de la convivencia social y con ello lesionan o ponen en
peligro al individuo o a la comunidad constituye el objeto principal de la Política
Criminal. La Política Criminal adopta una singular posición intermedia entre ciencia y
configuración social, entre teoría y práctica.
Por un lado, se basa como ciencia en el conocimiento objetivo del delito en sus formas
de aparición jurídicas y empíricas; por otro lado, pretende, como clase de política,
llevar a cabo ideas o intereses concretos. Como teoría, intenta desarrollar una
estrategia decidida de lucha contra el delito; pero como también ocurre por lo demás
en la política, la realización práctica depende a menudo más de las realidades
preexistentes que de la concepción ideológica...»83.
Hasta aquí colegimos que, no se tiene un concepto claro acerca de la definición exacta
de la Política criminal, toda vez que esta se encuentra vinculada con otros factores
sociales, políticos, etc. Citando a DELMAS-MARTY, señala “puede ser que la Política
Criminal no sea más que palabras vacías o demasiado llenas de pluralidades de
83BORJA JIMÉNEZ, Emiliano (2003). Sobre el concepto de política criminal, una aproximación a su significado
desde la obra de Claus Roxin. Anuario de derecho penal y ciencias penales, Vol. LVI, Tomo 56, N° 0210-3001, p.
120
59
significado”84, esto en razón a que el estudio de la misma resulta un tanto abstracto y
un poco difícil de entender, lo que sí se tiene claro es que “la Política Criminal no es
una disciplina independiente, sino una actividad del Derecho Penal que ha de irse
adaptando a las transformaciones del presente y futuro inmediato”85.
Dicho en otras palabras, el medio por el cual se conoce en la Ciencia Penal es a través
de la positivización del mismo mediante de normas, incluyéndose la disciplina que
estudia el provecho que pueda obtenerse de dicho medio, dicho provecho o utilidad
llamaremos Política Criminal. Comparando este concepto con las otras facultades del
Estado podemos ver que este implementa Políticas diversas para poder así mantener
un estado social de democracia, tales como Políticas educativas, sanitarias, de
inclusión social, etc., por tanto, “no otra cosa es la Política criminal que una selección
de las prioridades del Estado en esa materia”86. En conclusión, podríamos decir que
la política criminal constituye la actividad mediante leyes, reformas, etc., que permitan
combatir la criminalidad.
En primer lugar, debe considerarse que el Derecho Penal del Enemigo (tal como lo
explicamos anteriormente) desemboca en la “despersonalización” de la persona.
Dicho de otra forma, termina quitando el estatus de persona a un individuo, el mismo
p. 148.
86 POLAINO-ORTS, Miguel, op. cit., pp.256.
60
que deja de formar parte de la sociedad, siendo rechazado por esta por tratarse de un
ser indigno.
En otras palabras, quiere decir que si para el Derecho Penal del Enemigo la persona
que incumple de manera sistemática reglas del ordenamiento jurídico se convierte
automáticamente en una no-persona en vista de que no tiene la capacidad cognitiva
suficiente como para aportar a la sociedad un actuar diligente y ordenado, cooperando
con el resto en el cuidado y respaldo encaminado al bien común. Por el contrario, se
trata de un ser que no tiene dicha capacidad, por tanto, infringe la norma
reiteradamente; teniendo en cuenta dicha característica del individuo, tendríamos que
creer o señalar que previamente a la denominación de no-persona esta persona ya
era una no-persona porque no tenía la capacidad para acomodarse al Derecho, ya
que en repetidas oportunidades actúa en contra del sistema normativo impuesto.
Sin embargo, es menester precisar que para que una norma sea infringida esta debe
ser necesariamente resquebrajada por una persona. Toda vez que el Derecho está
compuesto (entre otros) por normas destinadas a seres con inteligencia y voluntad,
características que –evidentemente- solo pertenecen a las personas y no a ninguna
otra especie sobre la tierra.
Por tanto, el Derecho solo podrá ser infringido por los ciudadanos, quienes son los
destinatarios de las normas, tal como lo explica la Teoría del Derecho Penal del
enemigo cuando refiere que el Derecho solo podrá ser infringido por las personas.
Entonces, cuando hablamos de infracción reiterada de una norma estamos haciendo
87GARCÍA MARTÍN, Luis. Modernización del Derecho Penal y Derecho Penal del Enemigo”, Editorial Idemsa,
Lima, 2007, p. 280.
61
alusión también que es un ciudadano (persona) quien la está infringiendo y, por tanto,
deberá ser procesado y posteriormente condenado pero, siguiendo evidentemente un
procedimiento que es preparado para personas o sea, ciudadanos y no para “no
personas”.
Por tanto, es de verse que este Derecho no ha existido desde siempre, sino que ha
venido construyéndose a lo largo del tiempo disolviendo los poderes de monarcas y
gobernantes que abusando de su cargo o posición mostraban total olvido de los
derechos fundamentales de las personas, tal es el caso del Derecho de Defensa que
con el transcurrir de los siglos ha ido fortaleciéndose e integrándose en los marcos
jurídicos y procesales referentes a la comisión de infracciones normativas.
88 MARTÍ MINGARRO, Luis. Crisis del Derecho de Defensa, Editorial Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 22.
62
A través del derecho de defensa se garantiza al imputado el respeto de su derecho
para pronunciarse acerca de las imputaciones recaídas en su contra, razón por la cual
este tiene la oportunidad de presentar medios de prueba que le permitan acreditar su
inocencia o desvirtuar su culpabilidad. Así pues, “la clave y al propio tiempo el límite
que no puede traspasarse es el de la indefensión”89 el mismo que debe estar por
encima del imperio del poder que muchas veces se busca usar en contra de los
derechos de los ciudadanos a los que se les atribuye la comisión de algún delito.
En otros términos, los jueces Constitucionales han brindado dos formas mediante las
cuales se ejerce el derecho de defensa, la primera de ellas es cuando el mismo
imputado al momento de tomar conocimiento ejerce la defensa de sus propios
derechos y la segunda viene a darse cuando el imputado busca el apoyo o respaldo
de una defensa técnica, esto es, de una persona especializada en la materia, a fin de
poder garantizar una mayor eficacia de la defensa de sus derechos, esta persona
vendría a ser evidentemente un abogado, el mismo que se encargará (según lo
pactado) de participar en todas o por lo menos una etapa de la investigación.
63
Máxime si se trata de la supuesta infracción de un derecho protegido
constitucionalmente, toda vez que la propia Carta Magna señala que “toda persona
tiene Derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser
asesorada por este desde que es citada o detenida por cualquier autoridad” (Artículo
139° inciso 14 de la Constitución Política del Perú). En conclusión, el Derecho de
Defensa es un derecho de rango constitucional, lo cual le brinda una importancia
superior a muchos otros derechos regulados en nuestro ordenamiento jurídico.
En atención a ello cabe precisar que dentro de nuestro sistema penal existen diversas
normas y medidas coercitivas que son clara manifestación del Derecho Penal del
Enemigo, tal es el caso de –por ejemplo- el aumento por el máximo legal de penas en
casos de reincidencia. En estos casos, los imputados son juzgados en base o con
sustento en hechos anteriores a la comisión del delito, que, si bien son también
infracciones normativas, es un hecho que el imputado ya pugnó una condena por
dichos actos, por tanto, no debería ser castigado de manera extrema con penas
superiores a las que le corresponderían normalmente. Es un hecho que en este caso
se da una clara expresión del Derecho Penal del Enemigo.
Por otro lado, respecto del artículo 242° inciso d) del Código Procesal Penal, nos
encontramos frente a una interrogante que posteriormente será estudiada y explicada,
toda vez que tratándose de casos en los que se admitirá facultativamente la
declaración de la víctima como Prueba Anticipada deberemos profundizar y
determinar si este actuar de los administradores de justicia al restringir el Derecho de
Defensa del imputado quien –muchas veces- no cuenta con el tiempo suficiente para
formular una defensa eficaz, prima sobre la eficacia del proceso, la misma que se
manifiesta en el cumplimiento de los parámetros establecidos por la norma.
3.6. Defensa eficaz y debido proceso
64
inciso 2. d) el derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido
por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor.
Con lo antes descrito, se evidencia que para que un proceso sea llevado con eficacia
y respetando el derecho de defensa del imputado, este debe contar con un abogado
de su elección (siendo el caso que cuente con los medios suficientes para solventarlo).
En tanto, si no cuenta con posibilidades de conseguirlo, el Estado se encuentra en la
obligación de proporcionarle uno, el mismo que deberá estar especializado en la
materia que defenderá, con la finalidad de brindar una defensa eficaz.
91 HERNÁNDEZ RENGIFO, Freddy (19 de setiembre del 2012), El Derecho de Defensa. Recuperado de
http://freddyhernandezrengifo.blogspot.pe/2012/09/el-derecho-de-defensa-y-la-defensa.html
65
jurídica sea atendida por un órgano jurisdiccional mediante un proceso dotado de un
conjunto de garantías mínimas”.92
Entonces, podemos afirmar que el debido proceso y la defensa eficaz son dos ramas
de un mismo árbol que se sostienen entre sí, toda vez que solo cuando un proceso
penal es llevado ejerciendo una defensa eficaz, respetando y haciendo valer los
derechos del imputado, hablamos de un debido proceso, el cual se lleva a cabo
respetando las garantías mínimas que asegurarán un resultado o un juicio justo.
3.7. Aplicación del Test de Ponderación al Artículo 242° inciso d): (Principio de
Eficacia vs. Derecho de Defensa)
92GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás. Nuevo Orden Jurídico y Jurisprudencia Penal, Constitucional Penal y Procesal
Penal, Tomo II, editorial ideas, Lima, 2015, p. 748.
66
Las declaraciones y entrevistas serán filmadas y grabadas a fin de evitar la
revictimización de los agraviados.
Ahora bien, para tener una idea de lo que se pretende explicar en el presente
apartado, daremos un alcance breve acerca del Principio de Eficacia Procesal, que no
más que el cumplimiento de la justicia; esto es, lograr lo que se espera de un proceso,
para de esta manera obtener una sentencia justa. Por tanto, debe prevalecer la
transparencia y la verdad, pilares fundamentales para que todas las personas que
cuentan con capacidad para desenvolverse en el ámbito jurídico y –mucho más- de
servicio público sientan que existe una necesidad de obedecer los patrones
establecidos por las instituciones jurídicas del Estado, toda vez que su función es
averiguar siempre la verdad.
Entonces, para lograr que un proceso sea eficaz debemos tener en cuenta que este
debe ser imparcial, sin admitir arbitrariedad, toda vez que de ser el caso, se estaría
cayendo en el mero abuso de poder; y, por otro lado, es necesario que el proceso (en
todas sus etapas) sea eficaz, porque si en el transcurso de este uno o varios de los
operadores de justicia falla, no tiene sentido todo el trabajo hecho anteriormente y,
consecuentemente, no logrará con el objetivo final que es obtener orden y paz social.
Si bien para las personas inmersas en el proceso las perspectivas pueden ser
opuestas, toda vez que la parte favorecida efectivamente se llevará el concepto de
que –en razón a una sentencia favorable- el proceso fue eficaz y óptimo; sin embargo,
la parte contraria –que no ganó el proceso- se llevará consigo la idea de que no hubo
eficacia procesal; sin embargo, dichas posiciones no generan mayor relevancia si es
67
que el proceso se efectuó respetando todo lo explicado en los párrafos anteriores,
toda vez que es perfectamente entendible el conflicto de intereses dentro de un litigio.
Sin importar cuál de las partes termina ganando, sino, que el proceso sea llevado con
las garantías que la ley establece.
En este punto daremos un breve alcance acerca del segundo aspecto a ponderar en
el presente acápite, que viene a ser el Derecho de Defensa que, tal como ya se explicó
anteriormente, consiste en el derecho que tienen ambas partes para presentarse a un
proceso y ser escuchadas por los órganos impartidores de justicia, en condiciones de
igualdad para expresarse y defenderse, debiendo aportarle a la parte imputada los
medios –en el caso que no los tenga- necesarios para que pueda contar con una
defensa eficaz desde el inicio del proceso hasta su culminación.
68
A.- Análisis de idoneidad.
La idoneidad consiste en la relación de causalidad, de medio a fin, entre el medio
adoptado, a través de la intervención legislativa, y el fin propuesto por el legislador.
Se trata del análisis de una relación medio-fin.
El establecimiento de una norma que permite al fiscal para que este (de manera
facultativa) valore la declaración de un menor (supuestamente) víctima de violación
sexual como prueba anticipada con la participación del Juez y el Abogado Defensor
“a fin de no vulnerar el Derecho de Defensa” no constituye un medio adecuado para
lograr el objetivo. Se produce inevitablemente la suspensión temporal y potencial de
la garantía procesal del imputado frente al proceso, toda vez que este no cuenta con
el tiempo suficiente para preparar una defensa eficaz (teoría del caso).
Tal como se ha podido observar, a primera vista, podemos decir que estamos frente
a una norma inidónea; sin embargo, para tener un criterio más concienzudo acerca
de esta facultad otorgada al Fiscal, continuaremos analizando los demás criterios del
test de ponderación.
69
B.- Análisis de necesidad.
Bajo este test ha de analizarse si existen medios alternativos al optado por el
legislador que no sean gravosos o, al menos, que lo sean en menor intensidad. Se
trata del análisis de una relación medio-medio, esto es, de una comparación entre
medios.
Dado que se está analizando una norma que trata acerca de la Prueba Anticipada en
un delito de tan alto impacto debemos tener presente que la pena igualmente es alta.
Por tanto, el iniciar un proceso haciendo uso de un medio que desde el primer
momento se constituye como prueba, estamos frente a un caso en el que el imputado
pasa a tener un mayor estado de vulnerabilidad, restringiéndose o limitándose aún
más la posibilidad de que este pueda defenderse de manera idónea.
En consecuencia, si del análisis resulta que (1) existe al menos un medio hipotético
igualmente idóneo que (2.1) no interviene en la prohibición de discriminación o que
(2.2), interviniendo, tal intervención es de menor intensidad que la adoptada por el
legislador, entonces, la ley habrá infringido el principio-derecho de defensa y será
inconstitucional.
70
Entonces, concluimos que no es necesaria la norma porque esta impone una
obligatoriedad que implica un menoscabo al Derecho de Instituciones procesales que
fundamentan todo el sistema penal. En consecuencia, no es necesaria la existencia
de la norma (art. 242° d) del Código Procesal Penal) tal cual se encuentra en el
ordenamiento procesal, máxime si tenemos en cuenta de todos modos, (haciendo uso
o no de dicha norma) se llegará a un resultado, ya sea condenatorio o absolutorio.
71
Tal es el caso que, si el Estado faculta al Fiscal para que este pueda presentar la
declaración de los menores supuestas víctimas de violación sexual, estamos
vulnerando el Derecho de Defensa del investigado, quien muchas veces no tiene
tiempo para escoger un abogado defensor de su libre elección (imponiéndosele un
Defensor Público) con la finalidad de ejercer una defensa eficaz; desarrollar un
interrogatorio preparado (contradictorio); por ende, no cuenta con el tiempo suficiente
para desarrollar una estrategia de defensa (buscar testigos u otras pruebas para
contradecir la declaración de la víctima, etc.), lo cual, a nuestro parecer si bien no
constituye una manifiesta expresión del Derecho Penal del Enemigo propiamente
dicha, sin embargo, sí se restringen las garantías mínimas del Derecho de Defensa y
por ende, se afecta el Debido Proceso. En suma, pesa más el Derecho de Defensa
frente a la eficacia procesal, es decir, esta última se subyuga al primero, porque
en efecto, una autentica eficacia procesal implica un irrestricto respeto a los
derechos del imputado, especialmente, de su defensa eficaz.
72
1.- Denuncias por delitos de violación sexual a nivel nacional: 2013-2018.
Del gráfico se observa que la comisión de los delitos de violación sexual se ha venido
incrementando progresivamente; así, se tiene que las víctimas menores de edad son
las más afectadas, pues los delitos cometidos en agravio menores entre 0 a 12 años,
constituyen el 28.5% y los agraviados entre 13 a 17 años constituyen el 28.5%,
sumando un total de 83.4% del total, cifra que es por demás alarmante.
Por otro lado, el 79.4% de los imputados son personas conocidas o que pertenecen
al entorno familiar de la víctima.
73
2.- Denuncias por delitos de violación sexual en Lambayeque: 2013-2017.
74
3.- Declaración de menor de edad en el delito de violación sexual como prueba
anticipada, aplicada en las Fiscalías Penales Corporativas del Distrito Fiscal de
Lambayeque.
Distrito Fiscal de
Lambayeque-Fiscalías
Penales
En esta muestra se advierte que en el año 2018, a las tres Fiscalías Penales
Corporativas ingresó un total de 34 denuncias por el Delito de Violación Sexual de
menor de edad. De dicha cantidad, en 27 de los casos ingresados se tomó la
declaración de los menores en Cámara Gesell. Finalmente, se observa que 19
declaraciones fueron ofrecidas por el Fiscal, como Prueba Anticipada.
75
CONCLUSIONES
76
En vista de que en nuestro ordenamiento jurídico el único medio para
salvaguardar la declaración de las menores víctimas de violación sexual
es la Cámara Gesell, podemos concluir que mientras no se implementen
otros mecanismos más modernos que la reemplacen, debe utilizarse para
el juzgamiento de los delitos de violación sexual en menor de edad, pues
de lo contrario se llegaría a colaborar con la impunidad, la misma que debe
ser erradicada. En todo caso, es actualmente, necesario su uso, pero bajo
ningún supuesto debe ser arbitrario, pues se estaría llegando a lindar con
el concepto del Derecho Penal del Enemigo.
En este sentido, es viable que para que la aplicación del Art. 242° d) del CPP no
se haga de manera indiscriminada y desproporcional, se establezcan parámetros
para su aplicación, esto es, solo en ciertos casos el Fiscal estará facultado para
solicitar que la declaración de las víctimas de violación sexual (solo en delitos de
violación sexual) sea ofrecida como Prueba Anticipada; para lo cual,
consideramos conveniente proponer los siguientes parámetros:
77
de los padres de esta; en este caso también existe un riesgo de cambio
de testimonio toda vez que al tratarse de una persona que tiene un grado
superior y que de una u otra forma genera una dependencia laboral con
los progenitores de la víctima quienes muchas veces cuentan con escasos
recursos, entonces podrían optar por dejarse manipular y desistir del
proceso.
78
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