Capacidad Contributiva y Confiscatoriedad

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Con respecto a la supuesta violación al principio constitucional de la capacidad

contributiva, este Superior Jerarca debe aclarar que el mismo constituye un


elemento rector de la actividad fiscalizadora, en el cual la Administración Tributaria
debe agotar todos los recursos a su alcance para determinar con precisión, sobre
datos ciertos y veraces, la renta imponible de los contribuyentes, teniendo siempre
presente que su misión es la de fijar en sus justos límites la capacidad contributiva
de aquellos.

Es así, como el principio de la capacidad contributiva sirve a un doble propósito o


fin, por una parte como un presupuesto legitimador de la distribución del gasto
público y por la otra, como un límite material al ejercicio de la potestad tributaria, y
que siendo una sola, única e indivisible, debe ser respetada por cada esfera de
imposición, es decir, por el poder público nacional, estadal o municipal. Este
principio puede ser definido como la aptitud del contribuyente para ser sujeto
pasivo de obligaciones tributarias y dicha aptitud, viene dada por la presencia de
hechos reveladores de riqueza o de ca++++++++++pacidad económica que luego
de ser valorados por el legislador, son elevados como hechos o categorías
imponibles en el ordenamiento jurídico. Sin embargo, establecer la vinculación que
pueda haber entre el presupuesto de hecho o hecho imponible contemplado en la
norma y la existencia de capacidad económica y la proporción de riqueza en que
debe contribuir cada persona, es una cuestión que debe determinarse caso por
caso.

Se observa en el caso de marras, que el rechazo de los créditos fiscales no se


corresponde a una violación a la capacidad contributiva, por cuanto no ha previsto
la aplicación de efectos impositivos más gravosos que los que correspondieren al
contribuyente, sino que por efecto del rechazo de facturas que no cumplen con los
requisitos, el valor del impuesto determinado es mayor. De este modo, puede
claramente observarse que la actuación el rechazo a los créditos fiscales no
violenta la capacidad contributiva, pues éste se constituye como un
principio rector para el establecimiento de gravámenes.

Al respecto señala Fraga1, lo siguiente:

“El principio de la capacidad contributiva exige que los tributos afecten solo
aquella parte de la riqueza del sujeto pasivo que puede ser entregada a título
de tributo sin que se toque el mínimo vital necesario para subsistir
decorosamente (primum vivere dende tributum solvere), pero además, sin que
se frustren las lógicas y razonables expectativas que se derivan de la
propiedad privada, de la libertad de empresa y del legitimo deseo de prosperar
económicamente en una sociedad que persigue el progreso de todos”

Como puede observarse, la capacidad contributiva constituye un factor limitante


para no afectar sustancialmente la capacidad económica del contribuyente, de
manera que subsista y pueda continuar en el ejercicio de sus actividades u
operaciones.
1
FRAGA, Luis. Principios constitucionales de la Tributación – Jurisprudencia. Edit. Torino. 2006.
Aplicado lo anteriormente explicado en el caso de marras, la defensa del
recurrente no demuestra sustancialmente cómo se ha cercenado el principio de
capacidad contributiva en su caso, limitándose a objetar la posesión de la factura
como el elemento base para el reconocimiento de los créditos fiscales.

Siendo así, esta Alzada debe señalar que en el presente caso, no se ha


conculcado el principio de capacidad contributiva de la contribuyente, pues la
actuación fiscal no procedió a efectuar recargas impositivas o la aplicación
métodos determinativos ajenos al sistema tributario vigente, sino a limitar el valor
de las créditos fiscales declarados por el contribuyente, por no estar soportadas
con los requisitos mínimos para su valoración en la determinación de la renta, de
acuerdo al régimen de facturación dispuesto por la Administración Tributaria
Nacional.

Por todas las razones expuestas, esta Alzada Administrativa desestima el alegato
presentado por la defensa del recurrente, en materia de violación al principio
constitucional de la capacidad contributiva por el rechazo a los créditos fiscales
soportados en documentos que no cumplen los requisitos previstos en el régimen
de facturación. Así se declara.

En lo que deviene a la supuesta violación al principio constitucional de la no


confiscatoriedad, este Superior Jerarca procede a analizar la naturaleza del
mencionado precepto, descrita por la Doctrina en los siguientes términos:

“En general, la confiscación evoca una acción mediante la cual el Estado priva
de manera forzada a un individuo de bienes de su propiedad, sin que medie
indemnización alguna. No cabe la menor duda de que la confiscación, junto con
las penas corporales, es una de las formas más graves en las que el Estado
puede incidir en la esfera jurídico-subjetiva de los ciudadanos, de suerte que sin
mayores análisis podemos anticipar que su uso es muy excepcional y debe
estar, en cualquier caso, detalladamente arreglado y limitado por la Constitución
y en ningún supuesto y en ninguno de sus aspectos, librado a la
discrecionalidad administrativa.

Esta acción tiene su origen, normalmente, en la comisión de un delito de tal


gravedad que justifica su apoderamiento coactivo de bienes, generalmente
vinculados al delito mismo y por eso es que la confiscación tiene un indudable
carácter sancionatorio, siendo su origen más remoto es el de una pena,
principal o accesoria, destinada a castigar cierta categoría de infracciones
graves.
…Omissis…

En el derecho administrativo sancionatorio encontramos una forma de


confiscación, aunque en verdad ello obedece a una confusión terminológica,
pues se trata de los casos en que se aplican sanciones administrativas que
llevan aparejado comiso de los bienes, como ocurre en materia de
contrabando.”2

Como puede observase, la doctrina ha determinado que la confiscatoriedad en las


actuaciones administrativas, deriva principalmente en la restricción a la disposición
de bienes, y general de la propiedad.

Ahora bien, visto que en el caso de marras la Administración Tributaria no ha


efectuado, materializado o incoado medida alguna que restrinja el uso y
disposición de bienes, como tampoco la confiscación o apoderamiento de los
mismos; resulta claro que no estamos en presencia de vulneración de los
principios constitucionales de propiedad y no confiscatoriedad.

De conformidad con lo anteriormente expuesto, este Superior Jerarca procede a


desestimar el alegato esgrimido por la defensa de la recurrente SHOGUN
MOTORS, C.A. por la supuesta violación al principio de no confiscatoriedad,
previsto en el artículo 316 de la Constitución Nacional, respectivamente. Así se
declara.

2
FRAGA P., Luis. Principios Constitucionales de la Tributación. Pp.61, 62.

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