Anatomia y Fisiologia

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ANATOMIA Y FISIOLOGIA

Las nuevas técnicas de escaneado están cambiando el mundo del diagnóstico


médico, pues bombardean el cuerpo con energía para mostrar la estructura de los
órganos internos y extraer información sobre el funcionamiento privado y, hasta el
momento, secreto, de sus moléculas. Hasta hace unos 50 años, las radiografías,
mágicas pero borrosas, eran el único modo de poder ver un cuerpo vivo,
visualizando las estructuras óseas y duras, y localizando las estructuras con una
densidad anómala (tumores, nódulos de tuberculosis) en los pulmones. Los años
50 del siglo pasado vieron nacer la medicina nuclear, que utiliza radioisótopos para
explorar el cuerpo, y también las técnicas ultrasónicas; en la década de los 70 se
introdujeron las técnicas CT, PET y MRI. El dispositivo de obtención de imágenes
más conocido es la tomografía computarizada (CT), antes conocida como
tomografía axial computarizada o CAT), una versión refinada de los rayos X. Un
escáner CT confina su haz de rayos a un corte del cuerpo del grosor de un
centavo y elimina la confusión derivada del solapamiento de estructuras en las
imágenes obtenidas mediante rayos X tradicionales. A medida que el paciente
avanza por la máquina de CT circular, su tubo de rayos X gira en torno al cuerpo y
los diferentes tejidos absorben diferentes cantidades de radiación, cuya
información traduce el ordenador del dispositivo en una detallada imagen
transversal de la región del cuerpo escaneada, según se muestra en la figura (a).
Los escaneados CT se realizan de forma casi inmediata para la evaluación de la
mayoría de los problemas que afectan al cerebro y al abdomen, y su claridad ha
eliminado las operaciones exploratorias. Los escáneres CT ultrarrápidos han
desarrollado una técnica denominada reconstrucción espacial dinámica (DSR) que
ofrece imágenes tridimensionales de los órganos del cuerpo desde cualquier
ángulo. traste en una arteria. A continuación, el ordenador elimina la imagen
anterior de la imagen obtenida después de la inyección y elimina todo rastro de las
estructuras corporales que pudieran oscurecer la imagen del vaso. A menudo se
utiliza la técnica DSA para identificar la presencia de bloqueos en las arterias que
dan suministro a la pared cardíaca y al cerebro, según se muestra en la figura (b).
Al igual que los rayos X dieron lugar a nuevas tecnologías, la medicina nuclear
resultó en la tomografía por emisión de positrones (PET), una técnica excelente
para la observación de los procesos metabólicos en la que se administra al
paciente una inyección de radioisótopos de vida breve marcados para algunas
moléculas biológicas (como la glucosa) y, a continuación, se le coloca en el
escáner PET. Cuando las células cerebrales más activas absorben los
radioisótopos, producen rayos gamma de alta energía, cuya emisión es analizada
por el ordenador para producir una imagen de la actividad bioquímica del cerebro
en colores vívidos. El mayor valor clínico de la PET ha sido la posibilidad de
comprender mejor la actividad cerebral en personas afectadas por enfermedades
mentales, Alzheimer y epilepsia, puesto que uno de sus usos más emocionantes
es determinar qué áreas del cerebro sano se activan más durante algunas tareas
(hablar y escuchar música, entre otras). La ecografía, o ultrasonografía, ofrece
también ventajas diferenciadas en comparación con los enfoques que se han
descrito hasta el momento: el equipo es económico y emplea ondas sonoras de
alta frecuencia (ultrasonidos) como fuente de energía que, a diferencia de las
formas de radiación ionizan8 También permite la observación de sus movimientos
y de los cambios en sus volúmenes internos a velocidad normal, a cámara lenta y
en un momento determinado: su mayor logro ha sido la visualización de los latidos
del corazón y del flujo sanguíneo, lo que permite al personal médico evaluar los
defectos cardiacos, la constricción de los vasos sanguíneos y el estado de los
injertos de derivación coronaria (bypass). Otra técnica radiográfica asistida por
ordenador es la angiografía de sustracción digital (DSA) (angiografía = imagen de
los vasos sanguíneos), se trata de una técnica que ofrece una visión clara de los
vasos sanguíneos enfermos, según muestra la figura (b). Para ello, se toman
radiografías tradicionales antes y después de la inyección de un medio de con tes,
no producen (que sepamos) efectos dañinos en los tejidos vivos. El cuerpo se
sondea con pulsos de ondas sonoras que causan ecos al reflejarse y dispersarse
por los tejidos corporales y un ordenador analiza esos ecos para elaborar las
imágenes visuales de los órganos corporales de interés. Gracias a su inocuidad, la
ecografía es la técnica de obtención de imágenes de elección en ginecología, por
ejemplo, para determinar la edad y posición fetales y la colocación de la placenta.
Puesto que las ondas sonoras tienen una potencia de penetración muy baja y se
dispersan con rapidez en el aire, la ecografía apenas tiene valor para visualizar las
estructuras llenas de aire (como los pulmones) o las que están rodeadas de
hueso, como pueden ser el cerebro y la médula espinal. Otra técnica que depende
de la radiación no ionizante es la obtención de imágenes mediante resonancia
magnética (MRI), que utiliza campos magnéticos hasta 60.000 veces más fuertes
que el de la tierra para obtener información sobre los tejidos del cuerpo. El
paciente permanece tendido en una sala dentro de un gran imán donde las
moléculas de hidrógeno giran como peonzas en el campo magnético y su energía
se ve multiplicada por las ondas de radio. Cuando las ondas de radio se apagan,
la energía se libera y se traduce en una imagen visual en el ordenador. La MRI es
muy popular porque ofrece muchas posibilidades que se encuentran fuera del
alcance de la CT: puesto que las estructuras densas no se muestran en las MRI,
los huesos del cráneo o de la columna vertebral no impiden la visión de tejidos
blandos como el cerebro y resulta especialmente útil para la detección de
enfermedades degenerativas de diferentes tipos. Las placas de esclerosis
múltiple, por ejemplo, no aparecen claras en las CT, pero sí lo hacen muy bien en
las MRI. Los estudios mediante MRI también se utilizan para investigar el
desarrollo cerebral y los cambios en el comportamiento con el crecimiento o la
experiencia. Una variación más reciente de la RM se denomina espectroscopia
mediante resonancia magnética (MRS), que elabora un mapa de la distribución de
elementos diferentes al hidrógeno para desvelar más información sobre los
cambios en la química corporal derivados de la enfermedad. En 1992, la
tecnología de MRI dio un gran paso hacia delante con el desarrollo de la MRI
funcional, que permite el seguimiento del flujo sanguíneo en el cerebro en tiempo
real. Hasta entonces, la correspondencia de los pensamientos, acciones y las
enfermedades con la actividad cerebral había sido dominio exclusivo de la PET,
pero, ya que la MRI funcional no necesita inyecciones de elementos rastreadores,
ofrece una alternativa quizá más deseable. A pesar de sus ventajas, los potentes
imanes de la MRI presentan algunos problemas espinosos: por ejemplo, pueden
“absorber” objetos de metal, como marcapasos y empastes sueltos, por el cuerpo.
Además, no hay ninguna prueba convincente de que tales campos magnéticos
estén exentos de riesgo. Como puede apreciarse, la ciencia médica moderna
dispone de gran número de herramientas notables. La CT y la PET se utilizan en
un 25 por ciento de todas las imágenes; la ecografía, gracias a su inocuidad y a su
bajo coste, es la nueva técnica más extendida y las radiografías tradicionales
continúan siendo el caballo de tiro de las técnicas de obtención de imágenes
diagnósticas, pues constituyen más de la mitad de las imágenes obtenidas en la
actualidad.

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