Sentencia Suprema Corte Mendoza Castro Aysam
Sentencia Suprema Corte Mendoza Castro Aysam
Sentencia Suprema Corte Mendoza Castro Aysam
foja: 48
CUIJ: 13-01907202-3/1((010305-54700))
*105959194*
En Mendoza, a nueve días del mes de Marzo de dos mil veintidós, reunida la
Sala Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar
sentencia definitiva la causa N° 13-01907202-3/1(010305-54700), caratulada: “CASTRO
DIEGO GUSTAVO EN J° 250409/54700 CASTRO DIEGO GUSTAVO Y OTS. C/
AYSAM (AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA S.A.) Y OTS. P/ DAÑOS Y
PERJUICIOS P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL”.
ANTECEDENTES:
I. RELATO DE LA CAUSA.
1) A fs. 237 y ss. los Sres. Diego Gustavo Castro, Emilio José Castro y
María Laura Castro deducen demanda por daños y perjuicios en contra de AYSAM (Agua
y Saneamiento Mendoza S.A), en contra de la empresa Telefónica de Argentina S.A. y/o
contra quién resultare civilmente responsable por los daños sufridos en el inmueble ubicado
en calle Tucumán 379 (esq. Ituzaingó 2492) de la Ciudad de Mendoza, por la suma de $
350.000 o lo que en más o en menos surja de la prueba a rendirse en autos.
Relatan que a raíz de constatarse una serie de fisuras y grietas en las paredes
y columnas de ambas plantas de la casa, debieron contratar a distintos profesionales a
efectos de realizar un estudio de suelo, quienes recomendaron trasladar las fundaciones
correspondientes a los elementos estructurales dañados a la cota 3m en la que en el perfil de
suelos se encontraba menos degradado y con mayor cohesión.
Indican que cuando los albañiles iniciaron los trabajos, encontraron una
importante pérdida de agua, literalmente “un chorro” que salía de un conducto, por lo que
se realizó el correspondiente reclamo a AYSAM el día 3 de agosto de 2012. Que personal
de AYSAM alegó la inexistencia de caños de su propiedad en esa cuadra, sugiriendo que
sería de la empresa de Telefonía y comprometiéndose a informar a esta última para que
realizara la investigación correspondiente.
Aseveran que al día siguiente se presentó nuevamente personal de AYSAM
en el domicilio y les indicaron que la fuente del problema era la rotura de un caño madre de
agua en calle San Martín y que el fluido que llegaba al domicilio lo hacía a través de otro
conducto (a su vez también roto) que pertenecía a la empresa telefónica.
- No se advierte fundamento para apartarse del principio que indica que las
costas se aplican al vencido (arts. 35 y 36 del CPCCYT). En este aspecto el actor ya
denuncia en el escrito inicial (fs. 238) que a través de un caño de telefonía habría circulado
agua, sin precisar razones suficientes por las cuales pueda asistir responsabilidad a Esta
empresa toda vez que no se observa deficiencia en la prestación del servicio que le
corresponde.
Recuerda que el art. 53 de la Ley 24240 prevé que las actuaciones judiciales
cuyo objeto sea la realización de un derecho o interés individual en materia de consumo
gozan del principio de justicia gratuita y señala que su finalidad es tornar operativo el
derecho humano a la tutela judicial efectiva. Hace referencia a las normas constitucionales
y convencionales que resguardan los derechos del consumidor y las pautas rectoras
interpretativas que surgen de la ley especial y el Código Civil y Comercial.
Alega que las razones expuestas por el juez de primera instancia no justifican
la imposición de costas a su parte. En primer lugar, porque se limitó a citar un fallo sin
explicar por qué corresponde aplicarlo analógicamente. En segundo término, porque esa
deficiencia en el derecho se conecta con otra relacionada con la argumentación sobre los
hechos, en tanto la actividad previa a la notificación de la demanda -tendiente a establecer
los hechos y la eventual legitimación pasiva de Telefónica SA- fue numerosa. Sin embargo,
explica, dichas actuaciones no fueron tenidas en cuenta por el juzgador de la primera
instancia, como así tampoco se tuvo en cuenta el silencio injustificado de la codemandada,
a pesar de que era aplicable la perspectiva de la carga dinámica de la prueba.
Apunta que tales razones fueron motivo de agravios ante la Cámara, las que
fueron omitidas al resolver. Transcribe el párrafo de la sentencia de Alzada que se refiere a
las costas e indica que no se brindan razones de derecho que avalen la imposición,
refiriéndose por el contrario a cuestiones vinculadas con la responsabilidad de Telefónica y
no sobre la actividad previa de la actora, la que dota de contenido al enunciado “razón
probable para litigar y buena fe” inserta en el art. 204 ap. II del CPCCTM.
Señala que el relato del recurrente omite destacar que lo que lo condujo a
extender la demanda en contra de Telefónica fueron las manifestaciones que le brindaron
de manera verbal empleados de la empresa AYSAM, sin que existieran elementos objetivos
que llevaren a tal decisión. Indica que a pesar de la evidente falta de pruebas para imputar a
Telefónica, desde la etapa previa al inicio de su demanda, el recurrente siguió insistiendo en
la responsabilidad que pretendía atribuir, generando gastos y costas procesales. Refiere que
además de la escasa actividad investigativa señalada en la sentencia de primera instancia, se
argumentó que "no existió razón valedera para litigar” contra Telefónica, es decir, que a
pesar de que el actor poseía las pruebas y conocimientos como para demandar sólo a
AYSAM, trajo a Telefónica a este proceso y jamás se pudo demostrar la legitimidad en
demandarla.
6) Denegado el pedido a fs. 289, la parte actora reiteró la solicitud a fs. 290,
explicando que “se autorizó practicar medida previa en las oficinas de Telefónica, a fin de
obtener el aseguramiento de prueba que brinde elementos indispensables para determinar la
legitimación pasiva de dicha empresa...”.
7) A fs. 292 el juez emplazó “al gerente y/o representante legal de Telefónica
S.A., en el término de TRES DÍAS a partir de su notificación, a presentar en autos la
documentación faltante, bajo apercibimiento de lo dispuesto en el art. 239 del Código
Penal.” Notificada mediante oficio glosado a fs. 294, recepcionado el 03/07/2014, y sin que
haya presentado respuesta alguna al requerimiento, el 08/08/2014 la parte actora solicita se
provea la demanda (fs. 297), lo que es proveído de conformidad a fs. 298.
Sabido es que los contornos de esta figura han variado desde la sanción de la
Ley 24.240 (1993). El estrecho horizonte del art. 1 de esa ley en su redacción originaria -
que circunscribía la protección al contrato de consumo en el marco de los supuestos que allí
se enumeraban- fue superado por la introducción del concepto de “relación de consumo” en
el art. 42 de la Constitución Nacional, consagrándose una perspectiva amplificada, capaz de
abrigar vínculos que encontrarían un cierto grado de dificultad de encuadre ante
interpretaciones restringidas del régimen tutelar. (Rusconi, Dante D., La confianza del
consumidor como factor de atribución de responsabilidad del proveedor aparente,
Jurisprudencia Argentina, JA 2007-IV, p. 201).
Por su parte, esa ley trajo consigo una figura novedosa, en tanto consideró
consumidor también a quien, sin ser parte de una relación de consumo, de cualquier forma
se encontraba “expuesto” a ella.
La disposición se refería a personas que sin tener la finalidad de consumir,
estaban expuestas, incluyendo a las víctimas de un daño derivado de un producto, de
publicidades, de prácticas comerciales, etc. En estos casos, sostenía Lorenzetti, “la relación
de consumo es un hecho lícito o ilícito que está vinculado causalmente con el daño sufrido
por una persona”.
Es dable recordar aquí el fallo dictado por esta Sala, en anterior integración,
en el que se analizaba un accidente sufrido por una persona al intentar ingresar a través de
las puertas vidriadas y automáticas de un supermercado. En el caso, no había existido la
contratación a título oneroso dispuesta como requisito legal vigente para la activación del
régimen tuitivo. No obstante, el tribunal sentenció que a pesar que el art. 5 de la Ley 24240
se refiere específicamente a los servicios prestados y a los productos enajenados, “es
también una pauta general, aplicable por analogía, relativa a la seguridad que deben prestar
las cosas a través de las cuales la relación de consumo se establece...”. (“Bloise de Tucchi”,
26/07/2002, LS310-058).
Alvarez Larrondo, en posición crítica, destaca que “la cita que se hace del
artículo 29 del Código de Defensa del Consumidor de Brasil resulta parcializada. Es que
dicha norma del vecino país establece: 'Art. 29. Para los fines de este Capítulo y del
siguiente, se equiparan a consumidores todas las personas determinables o no, expuestas a
las prácticas aquí previstas’”.
En este punto, se ha indicado que “las acciones por reparación de los daños
causados en las relaciones de consumo con anterioridad al 1 de agosto de 2015 se rigen, en
cuanto a los elementos constitutivos de la relación obligatoria reparatoria, por la Ley de
Protección de los Consumidores 24.240”. (CNCiv., sala C, febrero de 2016, citado
por Kemelmajer de Carlucci, A., ob. cit, p. 218)
En este aspecto, recuerdo que el art. 204 apartado II.- del CPCCTM
establece que en los procesos de consumo “rigen las reglas generales dispuestas en los arts.
35 y 36. Por excepción el Tribunal podrá eximirlas, total o parcialmente, cuando el
consumidor vencido por circunstancias especiales demuestre haber litigado con razón
probable y buena fe.”
Las actuaciones procesales hasta aquí detalladas dan cuenta de que los
accionantes llevaron adelante numerosas diligencias –las que por otra parte lucen
necesarias y razonablemente adecuadas- en orden a obtener elementos de juicio que les
permitieran establecer la legitimación de la demandada Telefónica.
foja: 48
CUIJ: 13-01907202-3/1((010305-54700))
*105959194*
En Mendoza, a nueve días del mes de Marzo de dos mil veintidós, reunida la
Sala Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar
sentencia definitiva la causa N° 13-01907202-3/1(010305-54700), caratulada: “CASTRO
DIEGO GUSTAVO EN J° 250409/54700 CASTRO DIEGO GUSTAVO Y OTS. C/
AYSAM (AGUA Y SANEAMIENTO MENDOZA S.A.) Y OTS. P/ DAÑOS Y
PERJUICIOS P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL”.
ANTECEDENTES:
I. RELATO DE LA CAUSA.
1) A fs. 237 y ss. los Sres. Diego Gustavo Castro, Emilio José Castro y
María Laura Castro deducen demanda por daños y perjuicios en contra de AYSAM (Agua
y Saneamiento Mendoza S.A), en contra de la empresa Telefónica de Argentina S.A. y/o
contra quién resultare civilmente responsable por los daños sufridos en el inmueble ubicado
en calle Tucumán 379 (esq. Ituzaingó 2492) de la Ciudad de Mendoza, por la suma de $
350.000 o lo que en más o en menos surja de la prueba a rendirse en autos.
Relatan que a raíz de constatarse una serie de fisuras y grietas en las paredes
y columnas de ambas plantas de la casa, debieron contratar a distintos profesionales a
efectos de realizar un estudio de suelo, quienes recomendaron trasladar las fundaciones
correspondientes a los elementos estructurales dañados a la cota 3m en la que en el perfil de
suelos se encontraba menos degradado y con mayor cohesión.
Indican que cuando los albañiles iniciaron los trabajos, encontraron una
importante pérdida de agua, literalmente “un chorro” que salía de un conducto, por lo que
se realizó el correspondiente reclamo a AYSAM el día 3 de agosto de 2012. Que personal
de AYSAM alegó la inexistencia de caños de su propiedad en esa cuadra, sugiriendo que
sería de la empresa de Telefonía y comprometiéndose a informar a esta última para que
realizara la investigación correspondiente.
Aseveran que al día siguiente se presentó nuevamente personal de AYSAM
en el domicilio y les indicaron que la fuente del problema era la rotura de un caño madre de
agua en calle San Martín y que el fluido que llegaba al domicilio lo hacía a través de otro
conducto (a su vez también roto) que pertenecía a la empresa telefónica.
- No se advierte fundamento para apartarse del principio que indica que las
costas se aplican al vencido (arts. 35 y 36 del CPCCYT). En este aspecto el actor ya
denuncia en el escrito inicial (fs. 238) que a través de un caño de telefonía habría circulado
agua, sin precisar razones suficientes por las cuales pueda asistir responsabilidad a Esta
empresa toda vez que no se observa deficiencia en la prestación del servicio que le
corresponde.
Recuerda que el art. 53 de la Ley 24240 prevé que las actuaciones judiciales
cuyo objeto sea la realización de un derecho o interés individual en materia de consumo
gozan del principio de justicia gratuita y señala que su finalidad es tornar operativo el
derecho humano a la tutela judicial efectiva. Hace referencia a las normas constitucionales
y convencionales que resguardan los derechos del consumidor y las pautas rectoras
interpretativas que surgen de la ley especial y el Código Civil y Comercial.
Alega que las razones expuestas por el juez de primera instancia no justifican
la imposición de costas a su parte. En primer lugar, porque se limitó a citar un fallo sin
explicar por qué corresponde aplicarlo analógicamente. En segundo término, porque esa
deficiencia en el derecho se conecta con otra relacionada con la argumentación sobre los
hechos, en tanto la actividad previa a la notificación de la demanda -tendiente a establecer
los hechos y la eventual legitimación pasiva de Telefónica SA- fue numerosa. Sin embargo,
explica, dichas actuaciones no fueron tenidas en cuenta por el juzgador de la primera
instancia, como así tampoco se tuvo en cuenta el silencio injustificado de la codemandada,
a pesar de que era aplicable la perspectiva de la carga dinámica de la prueba.
Apunta que tales razones fueron motivo de agravios ante la Cámara, las que
fueron omitidas al resolver. Transcribe el párrafo de la sentencia de Alzada que se refiere a
las costas e indica que no se brindan razones de derecho que avalen la imposición,
refiriéndose por el contrario a cuestiones vinculadas con la responsabilidad de Telefónica y
no sobre la actividad previa de la actora, la que dota de contenido al enunciado “razón
probable para litigar y buena fe” inserta en el art. 204 ap. II del CPCCTM.
Señala que el relato del recurrente omite destacar que lo que lo condujo a
extender la demanda en contra de Telefónica fueron las manifestaciones que le brindaron
de manera verbal empleados de la empresa AYSAM, sin que existieran elementos objetivos
que llevaren a tal decisión. Indica que a pesar de la evidente falta de pruebas para imputar a
Telefónica, desde la etapa previa al inicio de su demanda, el recurrente siguió insistiendo en
la responsabilidad que pretendía atribuir, generando gastos y costas procesales. Refiere que
además de la escasa actividad investigativa señalada en la sentencia de primera instancia, se
argumentó que "no existió razón valedera para litigar” contra Telefónica, es decir, que a
pesar de que el actor poseía las pruebas y conocimientos como para demandar sólo a
AYSAM, trajo a Telefónica a este proceso y jamás se pudo demostrar la legitimidad en
demandarla.
6) Denegado el pedido a fs. 289, la parte actora reiteró la solicitud a fs. 290,
explicando que “se autorizó practicar medida previa en las oficinas de Telefónica, a fin de
obtener el aseguramiento de prueba que brinde elementos indispensables para determinar la
legitimación pasiva de dicha empresa...”.
7) A fs. 292 el juez emplazó “al gerente y/o representante legal de Telefónica
S.A., en el término de TRES DÍAS a partir de su notificación, a presentar en autos la
documentación faltante, bajo apercibimiento de lo dispuesto en el art. 239 del Código
Penal.” Notificada mediante oficio glosado a fs. 294, recepcionado el 03/07/2014, y sin que
haya presentado respuesta alguna al requerimiento, el 08/08/2014 la parte actora solicita se
provea la demanda (fs. 297), lo que es proveído de conformidad a fs. 298.
Sabido es que los contornos de esta figura han variado desde la sanción de la
Ley 24.240 (1993). El estrecho horizonte del art. 1 de esa ley en su redacción originaria -
que circunscribía la protección al contrato de consumo en el marco de los supuestos que allí
se enumeraban- fue superado por la introducción del concepto de “relación de consumo” en
el art. 42 de la Constitución Nacional, consagrándose una perspectiva amplificada, capaz de
abrigar vínculos que encontrarían un cierto grado de dificultad de encuadre ante
interpretaciones restringidas del régimen tutelar. (Rusconi, Dante D., La confianza del
consumidor como factor de atribución de responsabilidad del proveedor aparente,
Jurisprudencia Argentina, JA 2007-IV, p. 201).
Por su parte, esa ley trajo consigo una figura novedosa, en tanto consideró
consumidor también a quien, sin ser parte de una relación de consumo, de cualquier forma
se encontraba “expuesto” a ella.
La disposición se refería a personas que sin tener la finalidad de consumir,
estaban expuestas, incluyendo a las víctimas de un daño derivado de un producto, de
publicidades, de prácticas comerciales, etc. En estos casos, sostenía Lorenzetti, “la relación
de consumo es un hecho lícito o ilícito que está vinculado causalmente con el daño sufrido
por una persona”.
Es dable recordar aquí el fallo dictado por esta Sala, en anterior integración,
en el que se analizaba un accidente sufrido por una persona al intentar ingresar a través de
las puertas vidriadas y automáticas de un supermercado. En el caso, no había existido la
contratación a título oneroso dispuesta como requisito legal vigente para la activación del
régimen tuitivo. No obstante, el tribunal sentenció que a pesar que el art. 5 de la Ley 24240
se refiere específicamente a los servicios prestados y a los productos enajenados, “es
también una pauta general, aplicable por analogía, relativa a la seguridad que deben prestar
las cosas a través de las cuales la relación de consumo se establece...”. (“Bloise de Tucchi”,
26/07/2002, LS310-058).
Alvarez Larrondo, en posición crítica, destaca que “la cita que se hace del
artículo 29 del Código de Defensa del Consumidor de Brasil resulta parcializada. Es que
dicha norma del vecino país establece: 'Art. 29. Para los fines de este Capítulo y del
siguiente, se equiparan a consumidores todas las personas determinables o no, expuestas a
las prácticas aquí previstas’”.
En este punto, se ha indicado que “las acciones por reparación de los daños
causados en las relaciones de consumo con anterioridad al 1 de agosto de 2015 se rigen, en
cuanto a los elementos constitutivos de la relación obligatoria reparatoria, por la Ley de
Protección de los Consumidores 24.240”. (CNCiv., sala C, febrero de 2016, citado
por Kemelmajer de Carlucci, A., ob. cit, p. 218)
En este aspecto, recuerdo que el art. 204 apartado II.- del CPCCTM
establece que en los procesos de consumo “rigen las reglas generales dispuestas en los arts.
35 y 36. Por excepción el Tribunal podrá eximirlas, total o parcialmente, cuando el
consumidor vencido por circunstancias especiales demuestre haber litigado con razón
probable y buena fe.”
Las actuaciones procesales hasta aquí detalladas dan cuenta de que los
accionantes llevaron adelante numerosas diligencias –las que por otra parte lucen
necesarias y razonablemente adecuadas- en orden a obtener elementos de juicio que les
permitieran establecer la legitimación de la demandada Telefónica.
En definitiva, por los motivos expuestos, es que considero que el caso debe
quedar subsumido en la norma procesal mencionada (art. 204 ap. II), y en consecuencia,
corresponde que las costas por el rechazo de la acción en contra de Telefónica se impongan
en el orden causado.
Así lo establecido este Tribunal, entre otros, en los autos “Méndez”, del
16/12/2020, “Arias”, del 08/02/2021, “Preciado”, del 10/02/2021, “Díaz, Vanesa”, del
10/05/2021, “Forconesi”, del 22/06/2021, “Matar”, del 18/08/2021, y los precedentes allí
citados.
Así voto.
Así voto
Así voto.
Sobre la misma cuestión el DR. JULIO RAMON GOMEZ, adhiere al voto
que antecede.
SENTENCIA:
Y VISTOS:
RESUELVE:
“I.- Rechazar los recursos de apelación de fs. 958 (AYSAM) y fs. 968 (art.
40) en contra de la sentencia de fs. 946/952, confirmándose en lo que fue motivo de
agravios.”
“III.- Imponer las costas por el rechazo del recurso de fs. 958 al apelante
vencido. No imponer costas por el rechazo del recurso de fs. 968 (art. 40 CPCCTM).
Imponer las costas por la admisión parcial del recurso de fs. 963 en el orden causado.”
NOTIFIQUESE.
Ministro Ministro
CONSTANCIA: La presente resolución no es suscripta por la Dra. MARIA TERESA DAY, por
encontrarse en uso de licencia (Art. 88 ap. III del CPCCTM). SECRETARIA, 09 de marzo de 2022.
En definitiva, por los motivos expuestos, es que considero que el caso debe
quedar subsumido en la norma procesal mencionada (art. 204 ap. II), y en consecuencia,
corresponde que las costas por el rechazo de la acción en contra de Telefónica se impongan
en el orden causado.
Así lo establecido este Tribunal, entre otros, en los autos “Méndez”, del
16/12/2020, “Arias”, del 08/02/2021, “Preciado”, del 10/02/2021, “Díaz, Vanesa”, del
10/05/2021, “Forconesi”, del 22/06/2021, “Matar”, del 18/08/2021, y los precedentes allí
citados.
Así voto.
Así voto
Así voto.
SENTENCIA:
Y VISTOS:
RESUELVE:
“I.- Rechazar los recursos de apelación de fs. 958 (AYSAM) y fs. 968 (art.
40) en contra de la sentencia de fs. 946/952, confirmándose en lo que fue motivo de
agravios.”
“III.- Imponer las costas por el rechazo del recurso de fs. 958 al apelante
vencido. No imponer costas por el rechazo del recurso de fs. 968 (art. 40 CPCCTM).
Imponer las costas por la admisión parcial del recurso de fs. 963 en el orden causado.”
NOTIFIQUESE.