Masoneria
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Años más tarde en una logia del rito nacional mexicano que trabajaba en
forma independiente llamada «Respetable Logia Simbólica Lealtad No. 15,» expresó sus ideas
revolucionarias el masón don Francisco Ignacio Madero González. Estos principios doctrinarios, para
derrocar a su hermano masón, el dictador, fueron fructificando con el paso del tiempo. Al llegar Francisco I.
Madero González a la Presidencia de la República varios masones formaron parte de su gabinete. Pero se dice
que algunos sabían que Victoriano Huerta lo iba a traicionar y no fueron capaces de avisarle, pisoteando los
juramentos de la orden. Veamos qué dice el juramento del segundo grado o grado de compañero: «…prometo
también servir a mis hermanos como leal compañero, defenderlos y socorrerlos y librarles de todo peligro
que les amenazare, avisarles y procurar librarles de todo peligro cuando sepa que están perseguidos
particular o judicialmente.»
La Constitución de 1917 fue obra de altos dignatarios masones, quienes dieron forma y contenido jurídico a
los ideales de la Revolución Mexicana y a las aspiraciones del pueblo; de los 118 diputados del congreso
constituyente, 74 eran masones. Fue así como la filosofía masónica, el pensamiento liberal y la doctrina de la
justicia social quedaron tristemente plasmados en nuestra Carta Magna. En la integración de la jauría
revolucionaria la influencia masónica es incuestionable; la consolidación del sistema político mexicano
obedeció a la presencia de la ideología liberal de militares y políticos.
LA CRISTIADA CONTRA LA MASONERÍA
Es innegable también que la masonería norteamericana ha metido las
manos en la conducción política en nuestro país. Los masones mexicanos han reconocido que si nada puede
hacerse contra los Estados Unidos, nada puede hacerse sin ellos. En la época de Emilio Portes Gil la
masonería y el Gobierno estaban tan estrechamente relacionados que era preciso ser masón para ocupar un
puesto de importancia.
Hasta la década de los treinta para ser político u oficial del ejército se tenía que ser masón. Para dar idea del
poder que la masonería tenía en la vida política del país recordemos que luego de los acuerdos tomados para
intervenir en el conflicto religioso de la Cristiada , la propia masonería recriminó públicamente al Presidente
de la República Lic. Emilio Portes Gil el haber dialogado con la Iglesia, a lo que el Presidente contestó
públicamente:
«y ahora, queridos hermanos, el clero ha reconocido plenamente al Estado, y ha declarado sin tapujos
que se someterá estrictamente a las leyes. Yo no podía negar a los católicos el derecho que tienen de
someterse a las leyes … la lucha es eterna, la lucha se inició hace 20 siglos … y mientras yo esté en el
Gobierno, yo protesto ante la masonería que seré celoso de las Leyes Constitucionales… en México, el
Estado y la masonería, en los últimos años, han sido una misma cosa.»
Desde la introducción de la masonería en México, hasta 1926, los ritos yorkino y escocés, estuvieron dirigidos
por extranjeros, principalmente norteamericanos. Esto explica que los dirigentes masones respondieron a los
intereses extranjeros antes que a los intereses mexicanos. El General Lázaro Cárdenas del Río que fue
iniciado en la Gran Logia Nacional Mexicana cuya fuerza había decaído considerablemente, decide fundar el
22 de junio de 1927 la Gran Logia Simbólica Independiente Mexicana, que a pesar de no ser bien vista ni
reconocida entre los ritos existentes, gozó de gran popularidad y se difundió por toda la república.
Cientos de talleres masónicos se establecieron lo que propició la difusión y penetración de la ideología
cardenista; fue la fuerza de estas logias cardenistas la que, verdaderamente llevó al poder a don Lázaro; desde
luego con la aprobación y apoyo del hermano mayor grado 33o., el dirigente masón, General Plutarco Elías
Calles. Con Lázaro Cárdenas del Río la masonería mexicana vivió su mejor época. La historia nos señala que
casi todos los funcionarios gubernamentales y altos oficiales del ejército eran masones. En ese tiempo se
acuñó una frase: ¿Quién que es, no es masón? Al llegar el cambio presidencial de don Lázaro, las luchas
políticas afloraron y los preceptos morales de la orden masónica, la obediencia a los juramentos y el amor
fraternal se esfumaron. Hubo zancadillas, traición, puñaladas por la espalda y difamación; las luchas
fratricidas fueron el orden de cada día; cientos de Caínes eliminaron de la política a sus hermanos Abeles y la
decadencia de la masonería hizo su aparición.
LA ERA MODERNA
Con la llegada al poder del General Manuel Ávila Camacho, masón grado 30º, y del Lic. Adolfo López
Mateos, masón grado 18º, hubo acciones en favor de la masonería.
En una entrevista por televisión llevada a cabo hace alrededor de un cuarto de siglo Luis Spota preguntó a
Alfonso Sierra Partida: «¿la masonería tenía una gran importancia, por lo menos a nivel de hombres políticos,
de hombres públicos; o ha decrecido, en términos generales, el interés por la masonería en México, o por el
contrario, ha aumentado? El Presidente Vitalicio de la Confederación Nacional de Grandes Logias Regulares
de la República Mexicana contestó lo siguiente: » yo no estoy autorizado para denunciar a mis hermanos;
pero lo puedo hacer. Los secretos masónicos son en realidad sumamente relativos. La masonería ha tenido
en México, venturosamente, para el desarrollo social, político y filosófico de nuestro país, preponderancia en
todas sus etapas que consideramos positivas, como la Independencia , La Reforma y la Revolución. Hombres
de la masonería intervinieron en forma definitiva en el logro de estos cambios sociales en épocas anteriores,
pues entre ellos podríamos citar en la Independencia al mismo Hidalgo, a Morelos, a Vicente Guerrero, a
Nicolás Bravo, a Mina, a Guadalupe Victoria; de la Reforma casi no tendríamos tiempo de hablar, están
Juárez y la pléyade extraordinaria de hombres que le siguieron como Ramírez, Ocampo, Prieto, Arriaga,
Mata, Zarco y Gómez Farías. Y en la Revolución Mexicana : Madero, Carranza, Belisario Domínguez,
Serapio Rendón, Calles, Obregón, Portes Gil, Mújica, Jara, Abelardo Rodríguez, Lázaro Cárdenas, en fin no
acabaríamos nunca con la lista de masones».
Desde el punto de vista histórico y sociológico, la masonería mexicana es poco conocida por el pueblo. La
bibliografía existente nos habla de ritos, de anécdotas, o nos refiere ciertos aspectos de algunos masones. Es
por ello que, escribir sobre la participación directa de masones en la política es difícil ya que la fuente
principal de información está representada por opiniones de masones autorizados.
Opinión de Alfonso Sierra Partida: » la masonería es un sistema moral, velado por alegorías e ilustrado por
simbolismos que tienden fundamentalmente a superar a los hombres impartiéndoles un conocimiento y
forjándoles una ética altísima con objeto de que sepan vivir con los demás hombres, sin distinción de razas,
de ideologías o de religión. Siempre tras la dignidad humana, que es la máxima aspiración. Por encima de
las leyendas negras que a su alrededor se han forjado, tiende a transformar hombres, en el estricto y buen
sentido de la palabra, entregándoles una ética que los convierta en individuos útiles a la sociedad y a sí
mismos».
Opinión de José Esquivel Pren: «la masonería está considerada, por mucha gente que desconoce su
trayectoria y su conformación interna, como una institución anacrónica, fuera de época. Pero lo
extraordinario es que la masonería ha logrado supervivir, desde el medioevo, hasta nuestros días.» Opinión
de Mario Sales Rovira: «en 1975 había 19 Grandes Logias regulares, algunas de las cuales agrupaban, cada
una, a grandes conjuntos de afiliados, once Grandes Logias Escocesas irregulares e infinidad de talleres en
el Rito Nacional Mexicano.
En la Gran Logia «Valle de México» se cuenta ahora con más de 140 talleres
jurisdiccionados y con un territorio que abarca 10 Estados de la República. Deben mencionarse también las
Grandes Logias Regulares y Estatales de Nuevo León y Tamaulipas; así como la Gran Logia Occidental
Mexicana que, activamente ha venido trabajando y a la cual le dio sobresaliente impulso su ex Gran Maestro
José Guadalupe Zuno Hernández». Opinión de Vicente Lombardo Toledano: «desdeñar la política en la
masonería mexicana es cercenarse el 80% de lo que la masonería debe significar en la vida activa del país».
Opinión de un representante del Rito Escocés: «nosotros no vamos a ser espectadores pasivos de nuestro
momento histórico, sino que hemos decidido colaborar activamente con los hombres que guían a nuestro
país en la solución de los grandes problemas que nos aquejan, fundamentalmente con toda la fuerza de
nuestra organización nacional».
Opinión de un representante del Rito Nacional Mexicano: «consideramos a la política como una ciencia
social que nos permite manejar los instrumentos para dar la solución más concreta y acertada al problema
de nuestro país. Consideramos que la Reforma del Poder Ejecutivo es la solución más concreta y atinada a
los actuales problemas de decisión del Gobierno de la República y de nuestro pueblo».