Ensayo Capítulo 22

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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario Metropolitano CUM

Escuela de Ciencias Psicológicas

Psicoterapia infantil

Lic. Mario Colli Alonso

Noveno Semestre

Ensayo: El niño en su familia

María José Mejicanos Díaz 202003993

Jornada: Matutina

Sección: A
Se reconoce que el primer acercamiento que tiene un niño con un entorno

específico es el entorno familiar, pues aquí es donde crece, donde tiene contacto

con su educación más cercana y dónde el niño se desenvuelve de forma más

auténtica ya que el contacto más cercano que posee son su madre, su padre y sus

hermanos. Esto aborda no solo al niño real, sino también al niño tal como existe en

el deseo y las fantasías de la madre y del padre.

El entorno familiar en el que crece un niño puede tener un impacto significativo en

su desarrollo y bienestar emocional, social y cognitivo. De esta forma, sabemos que

se tiene la idea de que si el niño crece en un entorno familiar sano, su conducta y

comportamientos serán más adecuados y guiados por lo considerado “normal”,

mientras que se reconoce también que cuando un niño no obtiene un buen entorno

familiar, que es núcleo principal, posee muchos problemas de conducta e incluso

esto puede llegar a afectar su aprendizaje y áreas educativas que se ven reflejadas

directamente en el área clínica también. Dadas sus múltiples facetas, se comprende

la complejidad de la función parental, profesión imposible según Freud. Existe la

distinción de 3 estructuras parentales que cada una de ellas está organizada en

torno a un eje relacional principal; sin embargo, en la realidad clínica estas tres

estructuras son profundamente interdependientes. Nos encontramos primero con la

estructura tecnocrática consiste en la educación del niño. La ciencia es la

puericultura y, hoy en día, especialmente la etología humana. Es el lactante real

interactivo al que el adulto se enfrenta en una relación diádica, cuyo prototipo sigue

siendo la relación madre-hijo. La estructura capitalista hace referencia al deseo o

necesidad de tener un hijo. Su ciencia primordial es la ginecología obstétrica,

incluyendo sus derivados más recientes como las técnicas «modernas» de


fecundación artificial. Aquí el adulto se enfrenta a un bebé fruto de su fantasía, que

ocupa un lugar en la neurosis edípica de cada individuo en una relación triangular

sincrónica cuyo prototipo es la relación padre-madre-hijo. La estructura simbólica

significa ser padre. La «ciencia» podría ser la etnología y la religión. Aquí, el

protagonista es el lactante y después el hijo imaginario, el que los padres proyectan

para inscribir en la historia familiar en una relación triangular diacrónica

transgeneracional cuyo prototipo es la relación entre abuelos-padres-hijo.

La parentalidad es algo muy complicado y nadie sabe exactamente como un buen

padre o buena madre, sin embargo se posee la conciencia de adultos que se

necesita para educar ya sea psicológicamente y moralmente a un niño. Estas

estructuras descritas son un apoyo para la labor parental, sin embargo no siempre

las dinámicas familiares son iguales para todos los niños, algunos poseen

solamente una figura materna y otros una paterna, algunos temas se tratan de

adopción, los cuales son con un contexto totalmente diferente, o incluso embarazos

de implantación. Son muchos factores importantes los que hacen que la paternidad

sea una experiencia completamente diferente para cada niño, incluyendo a los

padres y a los adultos en que se convertirán estos niños.

Es muy evidente que la familia más cercana desempeña un papel fundamental,

tanto en el desarrollo normal como en la aparición de condiciones psicopatológicas.

El capítulo hace mucha referencia a esto mismo, en cómo la familia implica y tiene

mucho papel en absolutamente todas las áreas del niño. La carencia afectiva

familiar puede tener un impacto significativo y negativo en el desarrollo psicológico

y emocional de un niño. Esta es múltiple, tanto en su naturaleza como en su forma.

Es imposible definirla de forma unívoca, puesto que en la interacción madre-hijo


deben considerarse tres dimensiones; 1. Insuficiencia maternal, que nos remite a la

ausencia de la madre o del sustituto maternal (situación institucional precoz). 2.

Discontinuidad, fruto de las separaciones, cualesquiera que sean las causas que las

hayan motivado. 3. Distorsión, que da cuenta de la calidad de la aportación maternal

(madre caótica, imprevisible). Es importante tener en cuenta que estos efectos

pueden variar según la duración, la intensidad y el contexto de la carencia afectiva

familiar, así como otros factores de protección presentes en la vida del niño, como el

apoyo de amigos, maestros u otros adultos significativos. Sin embargo, en general,

la falta de afecto en la familia puede tener consecuencias significativas en el

desarrollo emocional y psicológico del niño. En muchos casos, se requerirá

intervención profesional para abordar y superar estos desafíos.

Normalmente las familias violentas poseen grandes problemas de varias índoles,

entre estos, tener experiencias como rupturas, falta de comunicación,

distanciamiento, infidelidades y patrones de comportamiento en los que las

generaciones anteriores han afectado muchísimo la vida de los padres. Los niños no

siguen un desarrollo normal. Generalmente hay muchos hermanos y siempre hay un

corto tiempo entre un nacimiento y otro nacimiento y también los el hecho de que la

madre tenga tantos hijos. Los episodios somáticos y la falta de cuidados aparecen

en la primera infancia, mientras que, por el contrario, estos bebés parecen recibir la

aportación emocional necesaria. Es importante entender que estos efectos pueden

variar según la gravedad y duración del problema familiar y otros factores que

protegen la vida del niño. La intervención temprana y el apoyo adecuado pueden

ayudar a mitigar algunos de estos efectos y promover el bienestar del niño.

Así como las dinámicas directamente familiares poseen gran importancia y un


papel crucial en el desarrollo del niño, también tiene muchísimo que ver la genética

de los padres, ya que no se compara tener unos papás mentalmente estables como

el poseer padres con enfermedades mentales como por ejemplo esquizofrenia o

trastornos psicóticos como tal. Según Rosenthal, el riesgo de morbilidad en el niño

es del 10 % con un padre esquizofrénico y del 30 % con ambos padres

esquizofrénicos. El poseer una madre con problemas mentales puede verse muy

afectado en el desarrollo de un bebé ya que esta puede obtener alteraciones en

como cuidar correctamente al lactante y esto causarle daños irreversibles.

Hay muchas variaciones, factores, experiencias, vivencias y causas que afectan

directamente a las familias, todas y cada una de ellas posee una dinámica

completamente diferente en las cuales no se comparan unas de otras. Sin embargo

existen varias formas de poder dar un apoyo a todas esas familias que afectan

directamente la estabilidad de los niños y como psicólogos es bueno reconocer que

se necesitan de muchas herramientas y conocimientos para abordar el área familiar

del niño.
Bibliografía

- De Ajuriaguerra J. (1971), Psicopatología del niño, 3ra edición, Masson.

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