El Niño en La Familia

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2° CUATRIMESTRE

ENSAYO
3.2 EL NIÑO EN LA FAMILIA

INTRODUCCION
En la presente investigación se realiza un análisis sobre el
niño en la familia. Para el mismo se presenta como objetivo
general identificar cuanto afecta la familia en la vida de un
niño, ya que se reconoce que el primer acercamiento que
tiene un niño con un entorno específico es el entorno familiar,
pues aquí es donde crece, donde tiene contacto con su
educación más cercana y dónde el niño se desenvuelve de
forma más auténtica ya que el contacto más cercano que
posee son su madre, su padre y sus hermanos. Esto aborda no
solo al niño real, sino también al niño tal como existe en el
deseo y las fantasías de la madre y del padre
La familia juega un importante papel en el fomento de esta
habilidad a lo largo de años de infancia y adolescencia,
contribuyendo de forma sustancial a la adquisición de
habilidades sociales necesarias para un buen
desenvolvimiento social de los hijos, siendo un espacio de
mayor relevancia para este aprendizaje debido a que dentro
de las interrelaciones personales en las que se desenvuelve la
familia se viven a diario diversas emociones que expresan
posiciones frente a las circunstancias específicas, lo cual
requiere de un aprendizaje en cuanto a su manejo con el fin
de no afectar el funcionamiento familiar.

DESARROLLO
El entorno familiar en el que crece un niño puede tener un impacto
significativo en su desarrollo y bienestar emocional, social y
cognitivo. De esta forma, sabemos que se tiene la idea de que, si
el niño crece en un entorno familiar sano, su conducta y
comportamientos serán más adecuados y guiados por lo
considerado “normal”, mientras que se reconoce también que
cuando un niño no obtiene un buen entorno familiar, que es núcleo
principal, posee muchos problemas de conducta e incluso esto
puede llegar a afectar su aprendizaje y áreas educativas que se
ven reflejadas directamente en el área clínica también. Dadas sus
múltiples facetas, se comprende la complejidad de la función
parental, profesión imposible según Freud. Existe la distinción de 3
estructuras parentales que cada una de ellas está organizada en
torno a un eje relacional principal; sin embargo, en la realidad
clínica estas tres estructuras son profundamente
interdependientes.
Nos encontramos primero con la estructura tecnocrática consiste
en la educación del niño. La ciencia es la puericultura y, hoy en
día, especialmente la etología humana. Es el lactante real
interactivo al que el adulto se enfrenta en una relación diádica,
cuyo prototipo sigue siendo la relación madre-hijo. La estructura
capitalista hace referencia al deseo o necesidad de tener un hijo.
Su ciencia primordial es la ginecología obstétrica, incluyendo sus
derivados más recientes como las técnicas «modernas» de
fecundación artificial. Aquí el adulto se enfrenta a un bebé fruto de
su fantasía, que ocupa un lugar en la neurosis edípica de cada
individuo en una relación triangular sincrónica cuyo prototipo es la
relación padre-madre-hijo. La estructura simbólica significa ser
padre. La «ciencia» podría ser la etnología y la religión. Aquí, el
protagonista es el lactante y después el hijo imaginario, el que los
padres proyectan para inscribir en la historia familiar en una
relación triangular diacrónica transgeneracional cuyo prototipo es
la relación entre abuelos-padres-hijo. La parentalidad es algo muy
complicado y nadie sabe exactamente como un buen padre o
buena madre, sin embargo, se posee la conciencia de adultos que
se necesita para educar ya sea psicológica y moralmente a un
niño. Estas estructuras descritas son un apoyo para la labor
parental, sin embargo, no siempre las dinámicas familiares son
iguales para todos los niños, algunos poseen solamente una figura
materna y otros una paterna, algunos temas se tratan de
adopción, los cuales son con un contexto totalmente diferente, o
incluso embarazos de implantación. Son muchos factores
importantes los que hacen que la paternidad sea una experiencia
completamente diferente para cada niño, incluyendo a los padres y
a los adultos en que se convertirán estos niños. Es muy evidente
que la familia más cercana desempeña un papel fundamental,
tanto en el desarrollo normal como en la aparición de condiciones
psicopatológicas. El capítulo hace mucha referencia a esto mismo,
en cómo la familia implica y tiene mucho papel en absolutamente
todas las áreas del niño. La carencia afectiva familiar puede tener
un impacto significativo y negativo en el desarrollo psicológico y
emocional de un niño. Esta es múltiple, tanto en su naturaleza
como en su forma. Es imposible definirla de forma unívoca, puesto
que en la interacción madre-hijo deben considerarse tres
dimensiones;
1. Insuficiencia maternal, que nos remite a la ausencia de la madre
o del sustituto maternal (situación institucional precoz).
2. Discontinuidad, fruto de las separaciones, cualesquiera que sean
las causas que las hayan motivado.
3. Distorsión, que da cuenta de la calidad de la aportación
maternal (madre caótica, imprevisible).

Es importante tener en cuenta que estos efectos pueden variar


según la duración, la intensidad y el contexto de la carencia
afectiva familiar, así como otros factores de protección presentes
en la vida del niño, como el apoyo de amigos, maestros u otros
adultos significativos. Sin embargo, en general, la falta de afecto
en la familia puede tener consecuencias significativas en el
desarrollo emocional y psicológico del niño. En muchos casos, se
requerirá intervención profesional para abordar y superar estos
desafíos. Normalmente las familias violentas poseen grandes
problemas de varias índoles, entre estos, tener experiencias como
rupturas, falta de comunicación, distanciamiento, infidelidades y
patrones de comportamiento en los que las generaciones
anteriores han afectado muchísimo la vida de los padres. Los niños
no siguen un desarrollo normal. Generalmente hay muchos
hermanos y siempre hay un corto tiempo entre un nacimiento y
otro nacimiento y también el hecho de que la madre tenga tantos
hijos. Los episodios somáticos y la falta de cuidados aparecen en la
primera infancia, mientras que, por el contrario, estos bebés
parecen recibir la aportación emocional necesaria. Es importante
entender que estos efectos pueden variar según la gravedad y
duración del problema familiar y otros factores que protegen la
vida del niño. La intervención temprana y el apoyo adecuado
pueden ayudar a mitigar algunos de estos efectos y promover el
bienestar del niño. Así como las dinámicas directamente familiares
poseen gran importancia y un papel crucial en el desarrollo del
niño, también tiene muchísimo que ver la genética de los padres,
ya que no se compara tener unos papás mentalmente estables
como el poseer padres con enfermedades mentales como por
ejemplo esquizofrenia o trastornos psicóticos como tal. Según
Rosenthal, el riesgo de morbilidad en el niño es del 10 % con un
padre esquizofrénico y del 30 % con ambos padres esquizofrénicos.
El poseer una madre con problemas mentales puede verse muy
afectado en el desarrollo de un bebé ya que esta puede obtener
alteraciones en cómo cuidar correctamente al lactante y esto
causarle daños irreversibles. Hay muchas variaciones, factores,
experiencias, vivencias y causas que afectan directamente a las
familias, todas y cada una de ellas posee una dinámica
completamente diferente en las cuales no se comparan unas de
otras. Sin embargo, existen varias formas de poder dar un apoyo a
todas esas familias que afectan directamente la estabilidad de los
niños y como psicólogos es bueno reconocer que se necesitan de
muchas herramientas y conocimientos para abordar el área
familiar del niño.
BIBLIOGRAFIA

https://licrenebarrios.wordpress.com/wp-content/uploads/
2017/04/3-ajuriaguerra-psicopatologia-del-nic3b1o.pdf

https://espanol.libretexts.org/Ciencias_Sociales/Libro
%3A_Crecimiento_y_desarrollo_infantil_(Paris_Ricardo_Rymond_y_Jo
hnson)/12%3A_Infancia_Media_Desarrollo_Social_Emocional/
12.05%3A_El_nino_y_la_familia

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