Tesis Anibal Aguayo
Tesis Anibal Aguayo
Tesis Anibal Aguayo
TESIS DOCTORAL
2011
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported
A mi familia
Este proyecto fue financiado con ayudas del:
Proyecto TRIGR (Trial to Reduce IDDM in Genetically at Risk) National Institut
of Health 5UO1- HD040364-10
CIBERDEM. (Ciber de Diabetes y enfermedades metabólicas asociadas)
Proyecto: Evaluación del síndrome metabólico en niños obesos, estudio genético y
su relación con la enfermedad. Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco
(2005111059)
Beca del Departamento de Educación, Universidad e Investigación de la
Universidad del País Vasco IT-472-07
Fundación IKERTU
Hay que destacar la contínua y generosa ayuda económica de PFIZER. S.A.
Agradecimientos
Agradecimientos
En primer lugar a mis dos directores, al Profesor Luis Castaño y la Dra. Amaia
Vela, por sus consejos y sus enseñanzas en el campo de la Endocrinología Infantil y la
Investigación. Por su paciencia, amistad y preocupación por mi bienestar.
Al Profesor Pedro Martul por haberme permitido cumplir el sueño de estar aquí
y acogerme en el Hospital de Cruces para formarme en Endocrinología Infantil e
Investigación, además de su trato siempre amable, su amistad y su preocupación
constante hasta el día de hoy.
A Chus Sánchez que siempre tenia un café a mano para invitar y a quien recurría
cuando necesitaba las historias clínicas.
A Federico Vazquez por su predisposición para ayudarme con los problemas que
se presentaban para la edición del texto.
A Ramón Bilbao por su ayuda cuando daba los primeros pasos en el manejo de
las bases de datos y a quien recurría cuando tenia alguna duda sobre ellas.
A Teba González Frutos por su ayuda para la educación de los niños obesos y
sus familias, además de su predisposición permanente en todo lo referente a la obesidad
en los niños.
Agradecimientos
Por último a Gladys Reyes, Gorka Miranda, Nelson Quiñonez, Ana Araujo, mis
amigos y a toda mi familia por su apoyo, y comprensión para la realización de este
proyecto.
Índice
ÍNDICE..................................................................................................................... i
GLOSARIO ............................................................................................................. v
RESUMEN ........................................................................................................... viii
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 1
1.1. VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL ........................................ 2
1.1.1. MÉTODOS INDIRECTOS ...................................................................... 2
1.1.1.1. Antropometría..................................................................................... 2
1.1.1.1.1. Índice de masa corporal ................................................................ 2
1.1.1.1.2. Perímetro de cintura ..................................................................... 3
1.1.1.1.3. Pliegues cutáneos.......................................................................... 4
1.1.2. MÉTODOS DIRECTOS .......................................................................... 5
1.1.2.1. DEXA ................................................................................................. 5
1.1.2.2. Imagen de resonancia magnética ........................................................ 5
1.1.2.3. Análisis por bioimpedancia eléctrica .................................................. 5
1.1.2.4. Plestimografía por desplazamiento de aire ......................................... 6
1.2. LA OBESIDAD.............................................................................................. 6
1.2.1. Definición de la obesidad ......................................................................... 6
1.2.2. Epidemiología de la obesidad infantil ...................................................... 8
1.2.3. Etiología de la obesidad.......................................................................... 10
1.2.3.1. Factores genéticos............................................................................. 10
1.2.3.1.1. Genes de la vía de la señalización de la leptina.......................... 11
1.2.3.1.2. Variaciones alélicas comunes que pueden afectar el
balance energético ...................................................................... 13
1.2.3.1.3. Síndromes genéticos asociados con obesidad ........................... 15
1.2.3.2. Factores ambientales ........................................................................ 16
1.2.4. El Tejido adiposo como órgano endocrino ............................................ 18
1.2.4.1. Adiponectina..................................................................................... 19
1.2.4.2. Leptina .............................................................................................. 20
1.2.4.3. Resistina ........................................................................................... 23
1.2.5. El tejido adiposo y la inflamación .......................................................... 24
1.2.5.1. Proteína quimiotáxica de monocitos ................................................ 25
1.2.5.2. Factor de necrosis tumoral α............................................................. 25
1.2.5.3. Interleukina 6 .................................................................................... 25
1.2.5.4. Proteína C reactiva .......................................................................... 26
i
Índice
ii
Índice
iii
Índice
iv
Glosario
v
Glosario
vi
Glosario
vii
Resumen
RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo conocer la prevalencia del síndrome metabólico
y observar la relación que existe entre los componentes del síndrome con la resistencia a
la insulina, las adipoquinas y la ghrelina en una población de niños obesos del País
Vasco y observar si tras la disminución del IMC existen diferencias en la prevalencia
del SM y en los niveles plasmáticos de las adipoquinas, ghrelina e insulina.
Se han estudiado 136 pacientes con edades comprendidas entre los 6-15 años
con el diagnóstico de obesidad. El criterio de inclusión fue la presencia de una obesidad
primaria definida como un índice de masa corporal (IMC) ≥ 2 SDS expresado en Z-
score para la edad y el sexo, utilizando como referencia las tablas para la población del
País Vasco de la Fundación Orbegozo. La obesidad además se clasificó en obesidad
leve (≥ 2 y <3 SDS), obesidad moderada (≥ 3y <4 SDS) y obesidad severa (≥ 4SDS). Se
excluyeron los niños que presentaban una obesidad de causa secundaria. Para la
definición del síndrome metabólico se utilizaron los criterios propuestos por la
International Diabetes Federation (IDF) para la población pediátrica.
La edad media de los niños participantes fue de 10,3 ± 2,3 años (r: 6,2-14,5).
Con un IMC de 3,8 ± 1,4 SDS (r: 2-11,9). La distribución de los niños según la
severidad de la obesidad fue obesidad leve 31%, obesidad moderada 37% y obesidad
severa 32%. La distribución por sexo fue 57% varones (77 pacientes) con una edad
media de 10,5 ± 2,3 años (r: 6,2-14,2) y 43% mujeres (59 pacientes) con una edad
media de 10,1 ± 2,3 años (r: 6,2-14,5). No se observaron diferencias en la edad según el
sexo. La prevalencia del síndrome metabólico en la población estudiada fue del 2,9%
(cuatro pacientes). Aunque observamos que el 24,3% de los niños presentaron dos
criterios del SM, el 70% un criterio y el 2,9% ningún criterio. Cuando consideramos
viii
Resumen
ix
Resumen
presentaron obesidad leve, el 18% obesidad moderada y el 20% seguía con una
obesidad severa. Cuando existió una disminución del IMC ≥ 0,5 SDS observamos que
se modificaron favorablemente los criterios del SM. Así el número de niños con dos
criterios para el diagnostico disminuyó y aumentó el numero de niños sin criterios para
el SM. Además aumentaron los niveles plasmáticos de la adiponectina y disminuyeron
la leptina, ghrelina e insulina y no se observó diferencia con la resistina. En síntesis con
la modificación del estilo de vida en los niños se consigue la disminución del IMC-z y
la mejoría metabólica de los mismos.
x
Introducción
1. INTRODUCCIÓN
1
Introducción
1.1.1.1. Antropometría
2
Introducción
3
Introducción
4
Introducción
5
Introducción
1.2. LA OBESIDAD
6
Introducción
7
Introducción
8
Introducción
niños (1960 mujeres y 2277 varones) con edades comprendidas entre 6 y 13 años donde
se consideró como obesidad el espesor del pliegue tricipital izquierdo ≥ 2 DE
encontraron una prevalencia de 4,9% en niños de ambos sexos con variaciones entre
2,9-7,2% según el área geográfica estudiada51.
En el País Vasco en la encuesta de nutrición del año 2005 sobre los hábitos
alimentarios y estado de salud de la población vasca de 4 a 18 años realizado por el
departamento de sanidad del Gobierno Vasco, se encontró que la prevalencia de la
obesidad fue del 12,2% cuando se considero el percentil 97 como punto de corte53. Sin
embargo cuando se utilizaron los criterios de IOTF la prevalencia fue 5,4% para la
obesidad y de 22,9% para el sobrepeso en la población entre 4-18 años54. En Vizcaya en
una población de 188 niños entre 6-7 años de 1º y 2º grado de primaria que participaron
en el estudio Plan de intervención en la prevención de obesidad infantil “Erosotasuna
Zainduz” encontramos una prevalencia del 4,3%55.
9
Introducción
10
Introducción
En los últimos años se han producido grandes avances en el estudio de los genes
de la vía de la señalización de la leptina y las mutaciones que afectan a estos genes
pueden ser responsables de hasta un 3% o 4% de las obesidades severas de aparición
precoz58.
a) Leptina
11
Introducción
mutaciones del receptor de leptina en muchas ocasiones presentan niveles de leptina que
se superponen con la población general y las mediciones no permiten identificar a los
pacientes portadores de anomalías del receptor de la leptina66.
b) Proopiomelanocortina
c) Proconvertasa tipo 1
d) Receptores de la melanocortina
La α-MSH para ejercer sus efectos en la regulación del peso debe unirse a los
receptores MC3R y MC4R73. En los seres humanos, las mutaciones de MC4R tanto
12
Introducción
El BDNF (Brain derived neurotrophic factor) se piensa que actúa más allá de
MC4R en la vía de señalización de la leptina58. La haploinsuficiencia de BDNF se ha
sugerido como la causa de la obesidad infantil en pacientes con el síndrome WAGR
(tumor Wilms, aniridia, malformaciones genitourinarias y retraso mental) que resulta de
la deleción en heterozigosis de genes continuos 11p76. En un paciente que presentaba
obesidad, convulsiones, y retraso mental, se ha encontrado una mutación inactivadora
heterocigota en el gen que codifica para TrkB que es el receptor de BDN58, 77. También
se ha observado que la infusión cerebral de BDNF corrige la hiperfagia en los ratones
deficientes de MCR4.
a) Gen FTO
13
Introducción
los niños con dos copias de la variante A de un alelo tienen un mayor índice de masa
corporal y masa grasa58. Algunos datos también sugieren que estos niños pueden tener
una mayor ingesta de alimentos y disminución de la saciedad pero no hay diferencias
con el gasto energético83-85.
14
Introducción
UCP3 están asociados con el metabolismo graso, la obesidad y diabetes tipo 2, aunque
son necesarias aún más investigaciones en esas líneas91.
15
Introducción
16
Introducción
b) Lactancia materna
Los lactantes alimentados con leche materna tienen menos riesgo de presentar
obesidad en la infancia y adolescencia en comparación con los alimentados con
fórmulas adaptadas en la mayoría de los estudios98. El efecto protector de la lactancia
materna es más importante cuanto mayor sea la duración de la misma. Se piensa que
está relacionado con el aporte más bajo de energía y proteínas, la secreción de insulina,
la presencia de factores bioactivos en la leche materna que modulan el depósito de
lípidos y la diferenciación de los adipocitos, que influirán en el crecimiento y desarrollo
de los lactantes95, 99, 100. Se ha atribuido principalmente a la leptina presente en la leche
materna, los efectos beneficiosos en la regulación del peso en los lactantes101. Sin
embargo otros estudios no han confirmado estos hallazgos102.
c) Ambiente familiar
17
Introducción
El concepto del tejido adiposo como un tejido inerte que servía como depósito
de energía ha cambiado a lo largo de los últimos años. Los diversos estudios realizados
en los años 80 han demostrado que los adipocitos pueden secretar una serie de factores.
Sin embargo el concepto del adipocito como órgano endocrino ha sido aceptado
fundamentalmente con el descubrimiento de diferentes hormonas, principalmente la
leptina y la adiponectina110. Estos factores que derivan del tejido adiposo se denominan
18
Introducción
1.2.4.1. Adiponectina
19
Introducción
1.2.4.2. Leptina
20
Introducción
21
Introducción
22
Introducción
1.2.4.3. Resistina
23
Introducción
Los adipocitos liberan una variedad de factores que incluyen citoquinas, y otras
moléculas biológicas llamadas comúnmente adipoquinas. La secreción de estas
moléculas puede estar implicada en el desarrollo de un estado inflamatorio de bajo
grado que puede representar el terreno común para la patogénesis de las complicaciones
metabólicas y cardiovasculares de la obesidad. Los individuos obesos presentan niveles
elevados de marcadores inflamatorios.
24
Introducción
1.2.5.3. Interleukina 6
25
Introducción
26
Introducción
existen múltiples vías que interaccionan entre los marcadores inflamatorios. La PCR
además tiene una buena correlación con la IL-6 pero no con el TNF-α212.
27
Introducción
I) Señales de saciedad.
Las señales de saciedad son secretadas por las células enteroendocrinas especializadas
en la pared del tracto gastrointestinal en respuesta a la digestión y absorción de las
comidas. En el modelo clásico de saciedad los péptidos intestinales por medio de las
señales neuronales informan al cerebro del contenido nutricional de la comida222.
a) Colescistoquinina
28
Introducción
CCK-1 próximos a las ramas sensoriales del nervio vago225, 226. La información sobre
los lípidos y proteínas ingeridas llega a la región posterior del cerebro e hipotálamo
donde se integra con el conjunto de señales sobre la homeostasis energética227, 228. En
los estudios clínicos sobre la acción de la CCK exógena, se ha visto que la
administración de la misma en las personas y animales disminuye el tamaño de la
ingesta que es dosis dependiente y cuando se administra un antagonista del receptor
CCK-1 antes de la visualización de la comida se produce una ingestión mayor que lo
habitual siendo también dosis dependiente229. Sin embargo la administración crónica de
la CCK no tiene efectos sobre el peso corporal, porque su acción a largo plazo se anula
por el balance energético global. Es decir, cuando existe menor cantidad de tejido
adiposo las señales de leptina e insulina en el cerebro disminuyen y los factores de la
saciedad, como la CCK, tienen menos efecto para restringir el tamaño de la comida222.
El Glucagón like Péptide-1 (GLP-1) deriva del proglucagón, es secretado por las
células L intestinales más frecuentes en íleon y colón. La secreción se produce como
respuesta a la ingestión de comida222. El mecanismo exacto por el cual las células L son
estimuladas parece requerir de señales neurohumorales que se inician en la región
proximal del intestino delgado230. El GLP-1 también presenta varias acciones en el
metabolismo de la glucosa: participa en la estimulación de la secreción de insulina que
es su acción más importante, inhibe la liberación de glucagón, inhibe la motilidad y las
secreciones gastrointestinales231. El GLP-1 es metabolizado en la circulación por la
proteasa dipeptidil peptidasa IV y su vida media en el plasma es de 1-2 minutos. El
producto de la acción de la DPP-IV es una GLP-1 truncada que es inactiva232.
29
Introducción
nivel del tallo cerebral y cuyas proyecciones llegan al hipotálamo y otras áreas del tallo
cerebral que son importantes en el control de la homeostasis energética241, 242. Dado que
GLP-1 reduce la ingesta de los alimentos y estimula la secreción de insulina ha sido
adaptada para el tratamiento de la diabetes tipo 2243-245.
c) Péptido YY
30
Introducción
asocian con un riesgo disminuido para la obesidad257. En conjunto, los estudios en los
seres humanos apoyan el papel del PYY en la regulación de la ingesta de alimentos y es
un factor de la saciedad implicada en la patogénesis de la obesidad222.
d) Oxintomodulina
g) Ghrelina
31
Introducción
32
Introducción
33
Introducción
a) Leptina
34
Introducción
b) Insulina
35
Introducción
peso. Esto sugiere que la insulina, a nivel central, no juega un papel crítico en la
regulación a largo plazo de la homeostasis energética290-292.
36
Introducción
Es decir que el ARC puede considerarse clave en la relación entre las áreas
aferentes y eferentes de la regulación de la homeostasis energética, es sensible a una
amplia variedad de señales en la regulación energética, como son la leptina e insulina y
recibe información sobre las comidas en curso, ya sea directa o indirectamente222. Los
circuitos neuronales también interconectan el núcleo arcuato y las áreas cercanas del
hipotálamo con el núcleo del tracto solitario y permiten al área hipotalámica estar
constantemente al tanto de la actividad gastrointestinal en curso y al mismo tiempo
influyen en las zonas autónomas del tronco cerebral que se proyectan hacia el tracto
gastrointestinal, el hígado, páncreas y otros tejidos227, 228, 302, 303. Aunque las neuronas
del ARC se proyectan por todo el cerebro, existen dos zonas de concentración próximas
especialmente importantes que son el núcleo paraventricular (PVN) y el área lateral del
hipotálamo (LHA)222. El PVN expresan MC3R/MC4R y receptores Y, además las
neuronas del PVN también sintetizan y secretan neuropéptidos que tienen acción
catabólica como la CRH y oxitocina304, 305
. Por lo tanto existe un circuito catabólico
donde el aumento de la grasa corporal está asociado con aumento de leptina, insulina, α-
MSH y disminución de la actividad del NPY y la AgRP. Como consecuencia se produce
mayor actividad de la CRH, oxitocina y otras señales catabólicas que llevan a disminuir
la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energetico222.
El área lateral del hipotálamo (LHA), en cambio, tiene un perfil opuesto, recibe
proyecciones del núcleo arcuato y contiene las neuronas que sintetizan y secretan
37
Introducción
38
Introducción
poblaciones de niños obesos, han demostrado que los niños ya presentan un elevado
riesgo de desarrollar diversas patologías a lo largo de la infancia (tabla 2).
Trastornos adaptativos
Psicológicas
Enfermedad depresiva
39
Introducción
a) Trastornos cardiovasculares.
40
Introducción
Una consecuencia bien conocida de la obesidad son los trastornos del sueño
asociados con alteraciones respiratorias que abarcan un amplio espectro incluyendo el
aumento de la resistencia en las vías aéreas, fuertes ronquidos, reducción del flujo aéreo
y apneas obstructivas del sueño que pueden producir hipertrofia ventricular derecha e
hipertensión pulmonar, y en la obesidad mórbida estas alteraciones pueden llevar al
desarrollo de miocardiopatias muy importante315. Estos disturbios del sueño pueden
desencadenar enuresis y además llevan a una disminución de la atención con un peor
rendimiento académico316. La apnea obstructiva del sueño es el problema más frecuente
que presentan los niños con obesidad severa y entre los adolescentes puede tener incluso
41
Introducción
una prevalencia mayor del 50%. Para el diagnóstico se requiere la realización de una
polisomnografia317, 318. Además si presentan hipertrofia adenoamigdalar, el tratamiento
de elección es la adenoamigdalectomía acompañado de control y disminución del peso.
Los niños con obesidad muy severa y síndrome de Pickwick tienen riesgo de sufrir
embolia pulmonar y muerte súbita en la infancia.
c) Trastornos respiratorios
d) Trastornos gastrointestinales
42
Introducción
43
Introducción
También debemos tener en cuenta que los niños con diabetes mellitus tipo 2 al
debut pueden no presentar síntomas como poliuria, polidipsia o polifagia. Por lo tanto la
American Academy of Pediatrics y la American Diabetes Association recomiendan el
estudio del metabolismo hidrocarbonado en aquellos niños que presenten un IMC ≥ p85
y otros dos factores de riesgos como: historia familiar de diabetes mellitus tipo 2 en
primer o segundo grado; pertenecer a determinado grupo étnico; presentar signos
asociados con resistencia a la insulina considerado factor de riesgo para el desarrollo de
DM tipo 2 (hipertensión arterial, dislipidemias, acantosis nigricans, síndrome de ovario
poliquístico)329. El screening se debe realizar a los 10 años o al inicio de la pubertad y
se debe repetir cada 2 años. Una glucemia en ayunas ≥ 126 mg/dl o un nivel casual ≥
200 mg/dl es diagnóstico de diabetes. El test de tolerancia oral a la glucosa es más
sensible que la glucemia en ayunas pero tiene el inconveniente de ser más invasivo,
ocasionar molestias y tener un costo mayor329.
44
Introducción
Las niñas obesas tienen además una mayor predisposición al inicio temprano de
la pubertad y el examen clínico requiere especial atención porque la acumulación del
tejido adiposo en la región mamaria hace difícil distinguir la presencia de la glándula
verdadera. En cambio los niños tienen predisposición a un inicio más tardío de la
pubertad, y la presencia de tejido graso en la región suprapúbica puede producir una
apariencia de falso micropene42.
f) Trastornos ortopédicos
La enfermedad de Blount (tibia vara) es más frecuente entre los niños obesos y
se caracteriza por el crecimiento anormal de la epífisis tibial proximal con progresiva
45
Introducción
g) Trastornos psiquiátricos
h) Trastornos neurológicos
i) Alteraciones dermatológicas
Los niños obesos son más susceptibles para presentar alteraciones a nivel
cutáneo en comparacion con los niños con peso normal La acantosis nigricans está
presente en el 10% de los niños obesos caucásicos y llega hasta el 50% en los negros.
Esta acantosis se asocia con la hiperinsulinemia, está fuertemente relacionada con el
46
Introducción
1.3. LA INSULINA
47
Introducción
48
Introducción
metabolismo de las proteínas y lípidos así como por su interacción con otros factores
del crecimiento (factor de crecimiento insulinoide tipo 1/2) y su receptor. Aunque
también hay evidencias que la insulina puede contribuir al desarrollo de varios tipos de
cáncer, como el de mama357 y el colorectal358, 359.
Por otra parte el receptor de la insulina y las proteínas del sustrato del receptor
de la insulina también pueden presentar fosforilación de la serina, que parecen actuar
49
Introducción
50
Introducción
51
Introducción
52
Introducción
examen clínico (acantosis nigricans, estrías, hipertensión arterial, acné, hirsutismo, etc.)
pero su confirmación necesita la presencia de marcadores bioquímicos388.
53
Introducción
Otro índice ampliamente utilizado propuesto por Katz y col.401 fue el índice
QUICKI (Quantitative insulin sensitivity check index) que refleja la sensibilidad de la
54
Introducción
insulina y al igual que el índice HOMA-IR puede realizarse con la glucosa e insulina en
ayunas. Ademas presentaba una buena correlación con el “clamp euglicémico-
hiperglucémico” y con el FSIVGTT y se podía utilizar en los estudios epidemiológicos.
1
Índice QUICKI-IS:
[log (Insulina en ayunas) + log (Glucosa en ayunas)]
55
Introducción
56
Introducción
1.4.1 DEFINICIÓN
Sin embargo fue Gerald Reaven414 en 1988 el primero que llamó la atención
suficientemente a los investigadores sobre la relación que existía entre la resistencia
insulínica, la intolerancia a la glucosa, el aumento de los triglicéridos, la disminución de
las lipoproteínas de alta densidad (HDL-c) y la hipertensión arterial. Todas estas
alteraciones actualmente están asociadas con el síndrome metabólico y lo denominó
entonces "síndrome X". Originalmente la obesidad no estaba incluida porque existían
individuos con IR que no eran obesos
57
Introducción
58
Introducción
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Introducción
60
Introducción
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Introducción
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63
Introducción
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Introducción
b)
Para las personas procedentes del sur o sudeste asiático, japoneses o grupos étnicos de
América Central y América del Sur se debe considerar, el perímetro de cintura ≥ 90 para
varones y ≥ 80 en mujeres.
65
Introducción
66
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67
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68
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70
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71
Introducción
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Introducción
73
Introducción
74
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75
Introducción
Las anomalías en el perfil lipídico que se observan en las personas adultas con
síndrome metabólico, que abarcan niveles elevados de colesterol total y LDL-c,
triglicéridos elevados y niveles bajos de HDL-c ya se pueden observar en los niños y
adolescentes con obesidad, en comparación con niños de peso adecuado313.Además se
ha observado que los adolescentes con niveles de triglicéridos ≥ 110 mg/dl y un
perímetro de cintura ≥ p90 según los criterios del APT-III modificado para la edad
pediátrica ya presentaron alteraciones metabólicas que se observan en el síndrome
metabólico504.
76
Introducción
Las personas obesas e inclusive las que tienen el mismo IMC, pueden presentar
diversos grados de resistencia a la insulina. Sin embargo no todos los obesos van a
desarrollar intolerancia a la glucosa. Aún no están claros los factores que predisponen a
77
Introducción
una persona para desarrollar DM tipo 2, pero indudablemente existe una predisposición
familiar500.
78
Introducción
79
Introducción
pediátrica y del 1,5% en los niños sin SM. Además los niños con síndrome metabólico
tenían un riesgo de 14,6 veces (4,8-45) para presentar enfermedad cardiovascular en la
vida adulta523. Igualmente en el Princeton Lipid Research Clinics Follow-up Study se
demostró que para el desarrollo de SM en la edad adulta fueron predictores en la
infancia, el diagnóstico del SM, el aumento del IMC, la presencia de diabetes en los
padres y los años de seguimiento, ademas cuando se consideró la raza blanca también
fueron predictores para la DM tipo 2 en la vida adulta524.
80
Introducción
elevada y los triglicéridos más elevados. Se demostró que el IMC es un fuerte predictor
en la niñez para el desarrollo del SM en la vida adulta. Por lo tanto la identificación de
los factores de riesgo en la niñez puede reducir el riesgo para el desarrollo de la
enfermedad cardiovascular arterioesclerótica en la vida adulta527.
81
Introducción
aumentaba entre aquellos que presentaron una historia familiar de diabetes, aumento del
IMC, alteración de la glucosa y de las lipoproteínas todos componentes del síndrome
metabólico533.
82
Objetivos
2. OBJETIVOS
83
Objetivos
3. Objetivar la relación que existe entre los componentes del SM, la resistencia a
la insulina, las adipoquinas y la ghrelina.
84
Población, diseño y métodos
85
Población, diseño y métodos
3.1. POBLACIÓN
Tabla 12. Hospitales que aportaron casos de niños con obesidad exógena
Hospital Número de casos %
Cruces 108 79,4
Zumárraga 12 8,8
Basurto 8 5,8
Mendaro 8 5,8
Total 136 100
86
Población, diseño y métodos
3.2. DISEÑO
87
Población, diseño y métodos
3.3. MÉTODOS
3.3.1 Antropometría
X - X`
Z:
DE
Donde:
Z: Standar Desviation Score
X: IMC del paciente
X`: IMC en el percentil 50 para sexo y edad cronológica
DE: Desviación típica o estándar para edad y sexo
88
Población, diseño y métodos
por percentiles utilizando las tablas de consenso del grupo colaborador de la AEP-
SENC-SEEDO19.
89
Población, diseño y métodos
Igualmente la leptina se determinó por medio de un RIA (Human leptin RIA KIT
-LINCO Research) con una sensibilidad de 0,5 ng/ml y un coeficiente de variación
intraensayo de 4,7% e interensayo de 3% para una concentración de 25,6 ng/ml.
90
Población, diseño y métodos
91
Población, diseño y métodos
1
QUICKI-IS:
[log insulina basal (µU/ml) + log glucemia basal (mg/dl)]
b)
Para las personas procedentes del sur o sudeste asiático, japoneses o grupos étnicos de
América Central y América del Sur se debe considerar, el perímetro de cintura ≥ 90 cm
para los varones y ≥ 80 cm para las mujeres.
92
Población, diseño y métodos
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Población, diseño y métodos
Para realizar las correlaciones entre las distintas variables, en aquellas que no
presentaban una distribución normal o gaussiana se realizó la transformación al
logaritmo neperiano y se comprobó nuevamente si estas variables presentaban una
distribución normal para la utilización del coeficiente Pearson. Las variables que no
presentaban distribución normal antes de la transformación fueron la resistina, ghrelina,
insulina, índice de HOMA-IR, índice de QUICKI-IS, IMC-z, triglicéridos, glucosa en el
minuto 120 del TTOG. Entre las variables que presentaron correlación, se realizó el
análisis de regresión lineal simple para las variables resultados y aquellas variables que
tenían una p < 0,200 en la regresión lineal univariante se incluyeron en un modelo de
regresión lineal multivalente para explicar el comportamiento en función de dichas
variables. En el modelo se fueron repitiendo sucesivamente los pasos, descartando las
variables que presentaron una p > 0,05 hasta que permanecieron sólo las que fueron
significativas (p < 0,05).
94
Resultados
4. RESULTADOS
95
Resultados
Se estudiaron 136 niños con una edad media de 10,3 ± 2,3 años (r: 6,2-14,5). El
IMC fue de 3,8 ± 1,4 SDS (r: 2-11,9). La distribución de la población según la severidad
de la obesidad fue obesidad leve (≥ 2 y < 3 SDS) 30,8%, obesidad moderada (≥ 3 y < 4
SDS) 36,8% y obesidad severa (≥ 4 SDS) 32,4% (fig. 5).
(44) (42)
32% 31%
(50)
37%
96
Resultados
La distribución de la población por sexo fue de 77 varones (56,6%) con una edad
media de 10,5 ± 2,3 años (r: 6,2-14,2) y de 59 mujeres (43,4%) con una edad media de
10,1 ± 2,3 años (r: 6,2-14,5). Entre ambos sexos no hubo diferencias en la edad.
97
Resultados
98
Resultados
ambos sexos con respecto a la glucemia basal, que en los varones fue de 77,2 ± 9,9
mg/dl y en las mujeres fue de 72,1 ± 8,8 (p<0,01). Sin embargo estos valores se
encuentran dentro del rango de normalidad
99
Resultados
cintura, en los niños prepuberales fue de 4,2 ± 1,6 SDS y en los puberales fue de 3,4 ±
1,2 (p<0,001) diferencias significativas. Cuando consideramos la población con un
perímetro de cintura igual o mayor a p97, encontramos que presentaron el 89% de los
niños prepuberales y el 84% de los puberales no existiendo diferencias significativas.
100
Resultados
101
Resultados
n:136
3% 3%
24%
70%
102
Resultados
obesidad, la distribución fue 2,4% en los niños con obesidad leve, 16% en los niños con
obesidad moderada y 9,1% en los niños con obesidad severa. Considerando el escaso
número de niños con intolerancia a la glucosa, cuando agrupamos la severidad de la
obesidad en dos categorías, obesidad leve (≤ 3 SDS) y severa (> 3 SDS) observamos
que existe mayor prevalencia de la ITG en el grupo con obesidad severa 12,8% frente al
2,4% en el grupo con obesidad leve (p<0,05) diferencias estadísticamente significativas.
14%
12%
10%
8%
HDL‐c
6% TAS
TRIGLICERIDOS
4%
TAD
2% AGA
0%
L‐c
D
S
OS
A
TA
AG
TA
HD
RID
ICE
IGL
TR
4.1.4.1. Prevalencia de los criterios del síndrome metabólico según el sexo y estadio
puberal.
103
Resultados
20,3% en los puberales (p<0,05). Con respecto a la tensión arterial como era de esperar,
la frecuencia de TAS mayor o igual a 130 mmHg fue mayor en los pacientes puberales
23,4% frente al 1,4% en los prepuberales (p<0,001), siendo estas diferencias propias del
estadio puberal (tabla 21).
Según los criterios propuestos por la IDF en los niños menores de 10 años no se
deberia diagnosticar el SM. Sin embargo cuando agrupamos los pacientes en mayores y
menores de 10 años. No observamos diferencias salvo con la tensión arterial sistólica,
104
Resultados
que se puede explicar porque los niños con mayor edad, fisiológicamente presentan una
mayor tensión arterial (tabla 22).
105
Resultados
106
Resultados
107
Resultados
108
Resultados
pg/ml vs. 934 ± 356 pg/ml) y aumentados los niveles de leptina (21,8 ± 9,2 ng/ml vs.
17,8 ± 8,4 ng/ml) (p< 0,05), de IGF-1 (352 ± 119 ng/ml vs. 236 ± 118 ng/ml) (p<0,001),
de IGF-BP3 (5,4 ± 0,9 μg/ml vs. 4,6 ± 0,9 μg/ml) (p<0,01) y de insulina (35,7 ± 19,2
μUI/ml vs. 11,6 ± 4,7 μUI/ml) (p<0,01). Sin embargo no había diferencias significativas
en relación con la resistina (7,6 ± 2,4 ng/ml vs. 7,5 ± 3,9 ng/ml) (tabla 26).
109
Resultados
4.1.6. Relación de los criterios del síndrome metabólico con las adipoquinas,
ghrelina e insulina.
110
Resultados
Tabla 27. Correlaciones entre los parámetros clínicos del SM con las adipoquinas, ghrelina, insulina y el ácido úrico
IMC-z IMC PC TS TD ADIPO LEPTINA RESISTIN GHRELIN INSULINA HOMA QUICKI A. ÚRICO
IMC-z Corr. 1 0,662c 0,389c 0,372c 0,236a 0,276c 0,245b 0,242b 0,197a
IMC Corr. 1 0,834c 0,315c 0,351c -0,262b 0,476c 0,202a -0,194a 0,372c 0.392c -0,391c 0,344c
Perímetro
Corr. 1 0,370c 0,409c -0,193a 0,374c -0,217a 0,375c 0,389c -0,383c 0,397c
cintura
Tensión
Corr. 1 0,503c -0,275b -0,286b 0,231a 0,257a -0,261b 0,186a
sistólica
Tensión
Corr. 1 -0,186a
diastólica
Adipo
Corr. 1 0,241b -0,291b -0,291b 0,298b -0,241c
nectina
Á. úrico Corr. 1
IMC-z: índice de masa corporal en z-score; PC: perímetro de cintura; TS: tensión sistólica; TD: tensión diastólica; ADIPO: adiponectina;
Significación estadística: a: p<0,05; b: p<0,01; c: p<0,001
111
Resultados
Tabla 28. Correlaciones entre los parámetros bioquímicos del SM con las adipoquinas, ghrelina, insulina y el ácido úrico
GLUCOSA HDL-c TG TTOG ADIPO LEPTINA RESISTIN GHRELIN INSULINA HOMA QUICKI A. ÚRICO
Triglicé
Corr. 1 0,294c -0,252b 0,212a -0,202a 0,388c 0,377c -0,375c 0,205a
ridos
Adipo
Corr. 1 0,241b -0,291b -0,291b 0,298c -0,241b
nectina
Á. úrico Corr. 1
TG: triglicéridos; TTOG: test de tolerancia oral a la glucosa en el minuto 120; ADIPO: adiponectina
Significación estadística: a: p<0,05; b: p<0,01; c: p<0,001
112
Resultados
Tabla 29: Correlaciones entre los componentes del SM, insulina, índice de insulinoresistencia y el ácido úrico
IMC-z IMC PC TS TD GLUC TTOG HDL-c TG INSULINA HOMA QUICKI A. URICO
IMC-z Corr. 1 0,662c 0,389c -0,227b O,170a 0,276c 0,245b -0,242b 0,197a
IMC Corr. 1 0,834c 0,315c 0,351c 0,174a -0,220a 0,250b 0,372c 0,372c -0,391c 0,344c
Perímetro
Corr. 1 0,370c 0,409c 0,165a 0,171a -0,183a 0,274b 0,375c 0,389c -0,383c 0,397c
cintura
Tensión
Corr. 1 0,503c 0,173a 0,180a 0,267c 0,231b 0,257b 0,261b 0,186a
sistólica
Tensión
Corr. 1 0,224b
diastólica
TTOG-120´
Corr. 1 0,294b 0,234b 0,274b -0,267b 0,252b
Triglicé
Corr. 1 0,388c 0,377c -0,375c 0,205a
ridos
IMC-z: índice de masa corporal en z-score; PC: perímetro de cintura; TS: tensión sistólica; TD: tensión diastólica; GLUC: glucosa; TG: triglicéridos
TTOG: test de tolerancia oral a la glucosa minuto 120
Significación estadística: a: p<0,05; b: p<0,01; c: p<0,001
113
Resultados
114
Resultados
4.2.1. Evolución del IMC de los niños a los seis meses y en el control anual
5
3,82 ± 1,4
4
3,11 ± 1,6
2,85 ± 1,5
IMC ‐ SDS
0
Basal Seis meses Doce meses
IMC ‐ SDS
115
Resultados
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Basal Seis meses Doce meses
Peso adecuado Sobrepeso Obesidad leve
Obesidad moderada Obesidad severa
Cuando sólo consideramos el seguimiento de los niños que asisten a lo largo del
año (n:115) en el control de los seis meses encontramos que el 14,2% de los niños tenía
un peso adecuado y el 11,5% presentaba sobrepeso. En los niños con obesidad, el
29,2% seguía con obesidad leve, el 24,8% con obesidad moderada y el 20,4% con
obesidad severa. En el control anual comprobamos que la población de niños con peso
adecuado fue del 13,9%, el 15,7% presentaba sobrepeso, el 32,2% obesidad leve, el
18,3% obesidad moderada, y sólo el 20% seguía con obesidad severa. Cuando
comparamos la frecuencia de la severidad de la obesidad al inicio con el control anual
observamos que las diferencias son significativas con relación a la obesidad moderada
(p<001) y la obesidad severa (p<0,05) (figura. 9).
Cuando definimos una variación del IMC ≥ 0,5 SDS para considerar una
disminución significativa del IMC, observamos que en los primeros seis meses el 62%
de los niños disminuyó su IMC, el 30% de los niños mantuvo y sólo en el 8% de ellos
116
Resultados
aumentó. En los seis primeros meses se produjo el abandono del 9,6% de los niños,
cuando se analizó el IMC al inicio del estudio no se encontraron diferencias
significativas entre los niños que siguen en el estudio 3,82 ± 1,35 vs. 3,89 ± 1,53 SDS
en los niños que abandonaron.
117
Resultados
4.2.3. Variación de los criterios del SM, las adipoquinas, ghrelina e insulina en
el control anual
118
Resultados
4.2.4. Variación de los criterios del SM, las adipoquinas, ghrelina e insulina tras la
disminución del IMC
119
Resultados
120
Resultados
121
Discusión
5. DISCUSIÓN
122
Discusión
123
Discusión
124
Discusión
uno de ellos o ambos eran obesos, Malindretos y col.549 encontraron una fuerte
correlación entre el IMC de los niños y de sus padres, además el 40% de los padres
obesos tenían niños obesos. Igualmente Broedsgaard y col.550 observaron que si uno de
los padres era obeso el niño tenía 40% más de probabilidad de ser obeso y en el caso de
que ambos padres fueran obesos el riesgo aumentaba hasta el 80%.
Cuando agrupamos los niños según el género encontramos que el 57% son
varones y el 43% mujeres. Observamos diferencias significativas con respecto al avance
de la edad ósea, de la IGF-1 e IGF-BP3 siendo superior en las mujeres con respecto a
los varones. El avance de la edad ósea puede deberse a la conjunción de varios factores
como son: el crecimiento más intenso que presentan las mujeres en los estadios
tempranos de la pubertad, la influencia de los andrógenos libres tanto de origen adrenal
como gonadal que están aumentados en la obesidad, la presencia de resistencia a la
insulina y los niveles aumentados de IGF-1 que podría ser la principal causa del avance
de la maduración ósea310, 554. El efecto de la IGF-1 en el crecimiento y la maduración
ósea también puede ser potenciados por la leptina310. La leptina habitualmente presenta
un dimorfismo sexual y se encuentra más elevada en las mujeres inclusive antes del
inicio de la pubertad según algunos investigadores555, 556. Nosotros no encontramos una
diferencias significativas en relación al sexo, otros investigadores sólo han encontrado
diferencias en los estadios IV y V de la clasificación de Tanner557, 558
. En nuestra
población de niños puberales, la mayor parte de ellos se encontraban en una etapa
puberal temprana que dificulta las comparaciones, considerando que las diferencias se
125
Discusión
126
Discusión
La variación del colesterol total en los varones se produce por el descenso del
HDL-c que es mayor en las etapas intermedias de la pubertad y por el aumento del
VLDL-c ambos influenciados por la testosterona. En las mujeres se produce
principalmente por la variación del LDL-c y en menor medida del VLDL-c, además de
la fluctuación del HDL-c por acción de los estrógenos564. Por lo tanto en la pubertad se
inician cambios que en el sexo masculino favorecen la aterogénesis, mientras en el sexo
femenino son antiaterogénicos. Además la dislipidemia asociada con la obesidad puede
presentar características diferentes en relación a la elevación del LDL-c. Cuando existe
especialmente insulinoresistencia, los niños obesos tienden a presentar niveles de HDL-
c disminuidos, triglicéridos aumentados, pero con frecuencia no se observan elevaciones
del LDL-c565.
Brufani y col.567 con su trabajo en una población de 309 niños italianos obesos
entre 4-19 años nos ilustra claramente sobre las variaciones que se producen con las
adipoquinas según el estadio puberal. Ellos no encontraron diferencias significativas
entre los niños prepuberales y puberales. Sin embargo cuando agruparon los niños
según los estadios de Tanner observaron que los niños puberales presentaron una
127
Discusión
128
Discusión
129
Discusión
edad media de 14,2 ± 1,8 años (r: 11-18) la prevalencia fue del 28,1%. En otros trabajos
la prevalencia fue menor a los citados, aunque siguen siendo más elevada en
comparación con nuestra población. Así Braga y col.545 en Portugal en una población de
237 niños y adolescentes con rango de edad entre 10-20 años (89% obesos y 11% con
sobrepeso) encontraron una prevalencia del SM del 8,9% a pesar de que un 13% de la
poblacion considerada eran de raza negra. Por su parte Mesa y col.577 en Cataluña en
345 pacientes obesos de raza caucásica entre 6-20 años, encontraron una prevalencia del
SM del 10,7% según los criterios de la IDF.
130
Discusión
131
Discusión
percentil 85 (82% con un IMC ≥ p95) encontraron que sólo el 62% de ellos tenía un
perímetro de cintura igual o mayor al percentil 90.
132
Discusión
HOMA-IR. En cambio fue negativa con el HDL-c y el índice QUICKI-IS que están
asociados con un menor riesgo metabólico. Estas relaciones fueron descritas en
diferentes trabajos. Así Lee y col.11 encontraron que el perímetro de cintura es un
predictor independiente de la insulinoresistencia y permite identificar los niños obesos
con riesgo metabólico aumentado por el exceso de tejido adiposo a nivel abdominal y
por lo tanto se debería incluir en la evaluación clínica de los niños obesos. Savva y
col.483 demostraron que el perímetro de cintura se correlaciona mejor con los factores de
riesgos metabólicos como la tensión arterial, HDL-c, LDL-c en comparación con el
IMC. Flodmark y col.484 de manera similar a nuestro trabajo ha encontrado relación
entre el perímetro de la cintura con los triglicéridos y negativa con el HDL-c es decir
con un perfil lipídico desfavorable. Por su parte Maffeis y col.23 en niños prepuberales
demostraron que el perímetro de cintura también se asocia con la tensión arterial
sistólica y diastólica. Igualmente Hirschler y col.10 describieron que la sensibilidad a la
insulina está disminuida en los niños obesos que presentaron un aumento del perímetro
abdominal. Es decir que en múltiples trabajos, se ha demostrado que el perímetro de
cintura es un factor de riesgo para la hipertensión arterial, la disminución del HDL-c y
la insulinoresistencia en los niños obesos.
133
Discusión
134
Discusión
Lógicamente los trabajos que utilizaron los criterios NCEP-ATP III adaptados
para la edad pediátrica encontraron una prevalencia más elevada de triglicéridos. Tapia
Ceballos y col.539 y López-Capape y col.547 por su parte encontraron los triglicéridos
aumentados aproximadamente en el 16% de los casos, aunque con el HDL-c disminuido
había diferencias 15,5% y 27% respectivamente. Sin embargo, Cook y col.429
encontraron los triglicéridos elevados 52% y el HDL-c disminuido en el 50% más del
doble que otros estudios, donde se utilizaron criterios similares. Estas diferencias
pueden estar relacionadas con la población considerada. En nuestra población si
utilizamos los criterios del NCEP-ATP III encontramos los triglicéridos aumentados en
135
Discusión
el 15% de los casos y el HDL-c disminuido en el 15%, muy parecidos a los hallazgos de
Tapia Ceballos y col539.
136
Discusión
Aunque algunos trabajos encontraron que la AGA fue más frecuente que la ITG,
en general observamos que la prevalencia de la alteración de la glucemia en ayunas y la
diabetes mellitus tipo 2 en la población de niños obesos es baja. Sin embargo ya existe
una población de niños obesos que presentan AGA y principalmente ITG y por lo tanto
tienen un mayor riesgo para desarrollar diabetes mellitus tipo 2506. Además las personas
con alteración de la glucemia en ayunas o con intolerancia a la glucosa, pertenecen a
dos grupos distintos y sólo una parte de ellas presentan ambas características507. Por lo
tanto sería muy importante la realización de un TTOG en los niños obesos con factores
de riesgos ya que la detección de la AGA sólo puede identificar una pequeña parte de
los niños. Aunque las limitaciones para la realización del mismo siguen siendo
principalmente logísticas y económicas.
También entre los múltiples parámetros metabólicos que se han relacionado con
el síndrome metabólico se encuentra el ácido úrico que habitualmente está elevado en
los pacientes con SM, aunque no forma parte de los criterios propuesto por las
diferentes organizaciones. En nuestra población el ácido úrico presentó niveles más
elevado, en los niños con SM y con IR. Además se observó correlación con la insulina,
el índice HOMA-IR y con algunos componentes del SM.
137
Discusión
úrico. Además los niveles de ácido úrico estaban asociados con la prevalencia del SM y
con algunos de los criterios, fundamentalmente con el perímetro de cintura. Sin
embargo en nuestro caso como la frecuencia es muy baja, no podemos observar si los
niveles de ácido úrico están asociados con una mayor prevalencia del SM. Igualmente
Yeste y col.590 observaron que los niños obesos con SM tenían niveles más elevados de
ácido úrico. Además presentó correlación con los componentes del SM.También
observaron que los niveles plasmáticos mayores de 5,39 mg/dl podían identificar los
niños con SM (sensibilidad del 57% y especificidad del 75%). La relación que une el
SM y el ácido úrico podría ser la IR, ya que es el sustrato fisiopatológico para el
desarrollo del mismo y está asociada a la elevación del ácido úrico en los niños, ya sea
por el aumento de la producción y/o por la disminución del aclaramiento de los uratos a
nivel renal.
138
Discusión
Por otra parte el índice HOMA-IR presentó correlación positiva con los
componentes del síndrome metabólico y con el IMC-z. Además en un modelo de
regresión lineal múltiple se observó que las variables que más influencia tuvieron sobre
el índice HOMA-IR fueron el perímetro de cintura, los triglicéridos, la ghrelina y la
leptina. Estos hallazgos están en relación con otros trabajos donde observaron que en
los niños obesos, el perímetro de la cintura es más preciso que el IMC para predecir el
síndrome metabólico y además es un predictor independiente de la IR en la edad
pediátrica11. Por otra parte el aumento de la IR hace que el riesgo de aparición del SM
en los niños y adolescentes obesos sea mayor427.
139
Discusión
140
Discusión
141
Discusión
142
Discusión
143
Discusión
144
Discusión
En el control anual de nuestro estudio siguen 115 pacientes es decir que han
abandonado a lo largo del año el 15% de los niños que es superior a los resultados de
Reinehr y col.628. donde el abandono fue del 10% y de Kelishadi y col.629 donde fue del
13%. Consideramos que el abandono se produjo entre los niños que no han conseguido
una buena respuesta a las modificaciones del estilo de vida. Porque en nuestro trabajo
no observamos diferencias en el IMC de los niños que abandonaron en los primeros seis
meses, aunque en la mayoría de los casos solo asistieron a una consulta, en cambio los
niños que abandonaron en el segundo semestre presentaron una menor disminución en
el IMC-z en comparación con los que siguen.
145
Discusión
También debemos considerar que debe existir una variación en el IMC, tras la
intervención para que se puedan observar los efectos beneficiosos de las medidas sobre
los criterios del SM628. Así Monzavi y col.620 encontraron que los factores de riesgo del
SM se modificaron favorablemente con la disminución de IMC. De la misma forma
Chen y col.619 observaron la modificación de los criterios del SM. Incluso con la
pérdida de peso en un período de dos semanas después de una dieta rigurosa y actividad
física intensa. Sin embargo este tipo de intervenciones en los niños es difícil que se
pueda sostener en el tiempo. Reinehr y col406, 540 por su parte encontraron que existía
una mejoría en la sensibilidad a la insulina y de otros criterios del SM metabólico
cuando el IMC presentó una disminución ≥ 0,5 SDS. En la población infantil todavía
146
Discusión
existen pocos estudios que evalúen los cambios metabólicos y las variaciones en las
adipoquinas, que se producen después de la disminución del IMC.
Con relación a la ghrelina Reinehr y col574, en 37 niños obesos tras una dieta con
bajo contenido en grasa y alta en hidratos de carbono, en el control anual de la
147
Discusión
población que disminuyó su IMC ≥ 0,5 SDS, no encontraron un aumentó en los niveles
de la ghrelina. Sí observaron disminución de la insulina, del índice HOMA-IR, de la
leptina y un aumentó de la adiponectina. En cambio Zou y col.634 en 45 niños obesos en
un campamento de verano de un mes de duración, observaron que la ghrelina aumentó
cuando se produjo una disminución del IMC. Igualmente Kelishadi y col.629 en 92 niños
iraníes obesos que disminuyeron su IMC encontraron un aumento significativo de la
ghrelina, disminución de la leptina y del índice HOMA-IR en los primeros seis meses,
sin embargo cuando el peso se mantuvo o aumentó en el segundo semestre la ghrelina
fue disminuyendo nuevamente.
En el control anual de los niños que habían perdido más de 0,5 SDS la ghrelina
disminuyó. Este hallazgo en nuestra población podría deberse, a la suma de varios
factores: por una parte a las normas de alimentación de los niños, donde se restringió los
alimentos con alto contenido de grasa e indirectamente aumentó el aporte de hidratos de
carbono aunque no hemos cuantificado específicamente el porcentaje de este aporte. De
manera similar Reinehr y col.635 habían observado en los niños obesos que
disminuyeron su IMC ≥ 0,5 SDS que no existían diferencias significativas con relación
a la ghrelina, en cambio si disminuyeron la insulina y la leptina cuando la dieta tenía un
mayor contenido de hidratos de carbono. En otro trabajo parecido el mismo autor había
observado un comportamiento similar de la ghrelina y se atribuyó a que la dieta tenía un
alto contenido de hidratos de carbono y bajo en grasa574. Otro factor a tener en cuenta en
nuestro trabajo, fue que la disminución más importante del IMC se produjo en los
primeros seis meses del seguimiento, siendo menor en el segundo semestre lo que
podría llevar a una disminución de los niveles de ghrelina en la fase de mantenimiento
148
Discusión
Para finalizar debemos destacar que este estudio a pesar de ser prospectivo
presenta limitaciones, algunas propias del estudio en sí mismo. Una limitación puede
ser la falta de homogeneidad en el numero de niños puberales que se encontraban en los
distintos estadios de la clasificación de Tanner, a pesar de los intentos que los grupos
fueran lo más homogéneo posible. La ausencia de algunos datos recogidos en forma
estructurada en la historia clínica de los niños y en algunos casos la falta de material
para las determinaciones analíticas principalmente en el seguimiento y por ultimo la
utilización del índice HOMA para la determinación de la resistencia a la insulina en
lugar de la realización de un clamp de glucosa para determinar la sensibilidad y/o
resistencia a la insulina in vivo. También encontramos limitaciones que son propias de
los resultados por la imposibilidad de sacar conclusiones epidemiológicas, considerando
la prevalencia muy baja del síndrome metabólico en nuestra población de niños obesos.
149
Conclusiones
6. CONCLUSIONES
150
Conclusiones
El análisis de los resultados del presente trabajo conduce a las siguientes conclusiones:
2. Existe una población de niños con riesgo para desarrollar el síndrome metabólico si
no se implantan las medidas preventivas adecuadas.
5. Con la modificación del estilo de vida en los niños se consigue la disminución del
IMC-z y la mejoría en los criterios del síndrome metabólico.
6. Con la disminución del IMC-z observamos que disminuyen los niveles de la leptina
e insulina y aumentan los niveles de la adiponectina, lo que indican la mejoría
metabólica de estos pacientes.
151
Bibliografía
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Anexo
8. ANEXO
198
Anexo
199
Anexo
200
Anexo
201
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202
Anexo
203
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