La Chola Cuencana-Diego Arteaga
La Chola Cuencana-Diego Arteaga
La Chola Cuencana-Diego Arteaga
cultura popular
DIEGO ARTEAGA
LA CHOLA CUENCANA
RESUMEN
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La ciudad de Cuenca
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En sus inicios coloniales desde aproximadamente la dé-
fue organizada según el modelo cada del 40 del siglo XVI, serían
del cuadriculado. En el centro únicamente indios y blancos;
de la traza, los núcleos de poder sin embargo, cabe perfecta-
político y religioso, en los alre- mente dentro de aquellas urbes
dedores, las residencias de los andinas en donde se mantiene
blancos (sobre todo españoles, la expresión de “quien no tiene
algunos portugueses e italia- de inga tiene de mandinga”, en
nos); fuera de ella, los nativos. clara alusión a la presencia de
Pero en la práctica, reinaba en los tres grupos raciales: el ne-
buena medida la convivencia gro (negroide) proveniente de
racial que iría definiendo algu- África, el indio (mongoloide)
nos barrios desde mediados del nativo del continente ameri-
siglo XVII y que precisarían a cano, y el blanco (caucasoide)
su periferia; estos lugares luego que llegó de Europa, quienes se
serían sectores de población mezclarían biológicamente en-
mayoritariamente mestiza a tre sí como parte de un proceso
finales del XVIII y que, ya en espectacular, como no se había
la república, se convertirían en producido en ninguna otra parte
populares, hasta la actualidad del planeta, formando lo que
inclusive, constituyendo uno Vasconcelos ha denominado
de los límites geográficos de la Raza Cósmica.
su Centro Histórico.
Concomitante al mestizaje
biológico se dio el cultural. El
El mestizaje biológico y cultu- convivir diario de los diferen-
ral en América y en la región tes grupos étnicos permearon
de Cuenca: categorías sus usos y costumbres, unos
más que otros, de esta manera
A Cuenca se la ha etique- fueron mezclándose elemen-
tado como una ciudad blanco- tos culinarios, tradiciones,
mestiza. En ella los componen- idioma, religión, vestuario y
tes étnicos que la darían origen, muchos otros de la cultura,
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tanto material como de la no- cía a la nobleza, con lo cual el
material o cultura espiritual. blanco elevaba su situación en
la nueva sociedad.
En el inicio del proceso bio-
lógico y cultural del mestizaje, Pero al lado de estos aven-
jugó un papel fundamental la tureros también estuvo la mujer
presencia de la mujer aborigen. blanca y/o la negra, prueba de
Desde las primeras incursiones ello es la presencia en Cuenca
españolas en tierras americanas de Mary López, quien resultó
a partir 1.492, estuvo al lado beneficiada con la inicial repar-
del descubridor y conquistador tición de solares a los primeros
en calidad de, aunque como pobladores de la urbe (LCC; I;
excepción, lengua (intérprete); 19), así como pocos años más
también les acompañó como tarde, la de negras y mulatas,
concubina obtenida mediante personas con las cuales se iba
botín de guerra, regalos de je- afianzando en el área el pro-
fes aborígenes en señal de paz ceso biológico y cultural de la
y amistad, o como “simples” mezcla de razas y de sus dife-
compañías, tal como lo hicieron rentes categorías. Más rara era
las mujeres cañaris, allá por la pareja formada por un indio
1.547 (Cieza de León [1.553] y una blanca. Sólo la Iglesia
1.941; 145). católica tendría grandes repa-
ros en este proceso, pues con
Las relaciones sexuales él “surge un problema moral
entre los españoles y las indias de grandes proporciones en la
se daban de forma regular o medida en que el concubinato
esporádica. El ibérico no tenía se institucionaliza y la familia
escrúpulos raciales o morales se desarticula”, según Malo
para establecer esos encuentros, González (1.993; 215).
pero sí expresaba su rechazo a
ligarse a ellas mediante el ma- En términos generales, la
trimonio, excepto en algunos sociedad colonial de las Indias
casos cuando la india pertene- occidentales fue organizada le-
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galmente en forma asimétri- ca-, quien también intervendría
ca, desde la época misma de la en este proceso biológico y
conquista en dos repúblicas: cultural.
la república de españoles y
la república de indios; este Pronto empezaron a darse
ordenamiento se correspon- cruces biológicos entre estos
día con el que existía en la tres grupos raciales, cuyos
península: cristianos y moros resultados debían encasillarse
de la época de la reconquista, según el porcentaje de “sangre
sucesora de aquella de cristia- blanca” que tuvieran, de esta
nos y paganos, del medioevo manera asomarían las diferen-
europeo. tes categorías del mestizaje, en
donde también se aplicaría la
De otro lado, y según el asociación de ellas con anima-
Diccionario de Autoridades les, así tenemos: perros cholos,
-cuya primera edición data de toros pardos, vacas mulatas.
1.726-, el término mestizo sig- Esta práctica se dio en el vi-
nifica animal de padre y madre rreinato peruano, por ejemplo
de razas diferentes (Caillavet & en Lima, durante el siglo XVI
Minchom; 1.992; 129; nota 4); (Flores Galindo; 1.983; 340)
de esta manera se lo aplicó, en costumbre que en Cuenca se
un primer momento, al resul- extendió a lo largo del período
tado del cruce biológico entre colonial. Esta experiencia de
animales, luego se lo haría, y asociación de personas de di-
en este mismo sentido, al ser ferentes razas a la española con
humano, concretamente al re- animales para la gente ibérica
sultado de la mezcla del blanco no resultaba extraña, pues en
con el indio. Pronto asomaría su tierra hasta el comienzo del
en el escenario el negro -grupo siglo XVI el criterio religioso y
racial que ya había estado en étnico les había hecho asociar
contacto con el español en ca- a los judíos que residían en la
lidad de esclavo, incluso antes península con herejes, perros
del descubrimiento de Améri- y marranos, aunque había una
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contrapartida de los musulma- que, con seguridad, tenían que
nes: a los cristianos les decían ver con criterios locales sobre
“perros infieles”. este proceso, como el tresalbo
(fusión de indio con mestiza) y
Muy pronto este criterio de el coyote, resultado de iguales
pureza de sangre se aplicaría progenitores, hasta otros que
en las Indias; así el individuo únicamente han sido anotados
resultante del cruce del blanco sin que se mencione los grupos
con indio, empezó a conocerse que intervinieron en el cruce:
como mestizo, al del blanco hablamos de lunajero, mesqui-
con negro, mulato, etc. Pron- mixto, rayado.
to empezarían, asimismo, a
realizarse mezclas entre estos En el virreinato peruano
primeros cruces, que dieron estas categorías se dan en un
como resultado una gran varie- número mucho menor; así, el
dad de individuos a los cuales mestizo Garcilaso de la Vega
había que encasillarles con señalaba al comienzo del siglo
su respectivo nombre, de esta XVII para su terruño, Perú, la
manera empezaron a asomar presencia de cholo, mestizo,
distintas denominaciones para mulato, cuatralbo, y tresalbo;
las categorías de mestizaje. obviamente, las categorías
presentes en este país eran unas
En el virreinato de México cuantas más.
estas categorías llegaron a con-
tabilizarse en 53, según Pitt-Ri- En la Audiencia de Quito
vers. Iban desde aquellas como se tiene algunas de estas clases
mestizos (mezcla de blanco con que sumadas no llegan a la do-
india), zambo (mixtura de negro cena; en efecto, están presentes
con india) pasando por otras unas cuantas existentes tanto en
como el mestindio, palabra que México como en Perú, sumadas
resulta de la contracción de las a otras propias de la región
palabras mestizo e indio, sus como los cambayiyos (Orive
progenitores, hasta aquellos [1.557] 1.992; 62).
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De su lado, Cuenca no difi- La chola cuencana:
rió en gran medida en el número
de estas categorías: cholos, 1.- Lo biológico
“mestizo en hábito de indio”,
“mestiza en habito de india”, Una de las categorías que
“mestizo en hábito de español”, estuvo presente en Cuenca y en
zambo, mulato, pardo, moreno, la región andina, fue la chola,
montañés, a más de una regional término que se presenta bastan-
conocida como chazo. te complejo para su análisis.
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A decir de la estudiosa más bien, en las parroquias de
Bouysse Cassagne -según indios, especialmente en San
el Diccionario de Ludovico Sebastián, y algo menos en la
Bertonio de 1.612-, el término de San Blas; también lo hace en
chola se origina en el idioma su sector suburbano de Todos
aymará, en la palabra chhullu, los Santos.
que designa al producto de la
mezcla de animales de diferen- En la ciudad cuencana, a
tes razas; por su lado, el cronista más de esta expresión, presente
indio Felipe Guamán Poma de desde el comienzo del siglo
Ayala en su Nueva Corónica y XVII, se tiene que -aproxima-
buen Gobierno, de 1.613, indica damente un siglo más tarde-
que chola sería aquella india cholita hacia alusión a las
que ha roto el orden jerárquico indias de servicio doméstico,
de su grupo racial, viniendo a según el visitador español
menos. Martínez de Arizala; por esta
misma época, y un poco más
En verdad, existen algunas al norte de Cuenca, según,
otras “definiciones” de chola, Manuel Rendón en 1.778,
que no muestran grandes varia- cholo “es [-era- la persona]
ciones en cuanto significado, que accedían al mestizaje por
relacionados sobre todo con la vía del desplazamiento de su
mezcla de grupos raciales en indumentaria tradicional indí-
donde siempre interviene el gena, al incorporar prendas de
indio. origen español” (Fuentealba;
1.992: 74)
Por su parte, el investigador
Saignes anota que a la chola A lo largo de la historia
durante la colonia se la cono- local colonial y republicana, las
cía como mestiza en ábito de menciones de cholo o chola en
india. La mestiza en ábito de Cuenca son bastante escasas.
india por esta época se con- En todo caso, existe con mayor
solida en la urbe cuencana, o frecuencia la que refiere a la
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mujer. Así, Enrique Festa, testi- suele manejar con economía y
go de las acciones militares que tino” (Aguilar Vázquez; 1.940;
se dieron en 1.896 al producirse 143).
el “paso” del periodo llamado
progresista al que dio origen la En la mayoría de los casos,
revolución liberal, durante el no es posible conocer las carac-
tránsito del siglo XIX al XX, terísticas fenotípicas de cholas
señala “que las cholas cuen- o cholos aunque hay excepcio-
canas habían declarado que en nes: hoy en día el término cholo
caso de derrota masacrarían a suele ser utilizado en el cantón
los partidarios de [Eloy] Alfa- Cañar -provincia homónima-,
ro que estaban encerrados en para indicar que un indio ha
las cárceles” ([1.896], 1.983, dado el “primer paso” hacia el
141-142); mestizaje cultural (Fock; 1.980;
413); en otros, incluso ha sido
De hecho, el término chola peyorativo; otros, expresan
ha variado en cuanto a su sig- muestras de un trato familiar,
nificado de una ciudad a otra y especialmente cuando esta
aun dentro de éstas, con el paso dirigido a niños y niñas y en
del tiempo. Así, al comienzo del diminutivo: cholito o cholita,
siglo XX se manifestaba que a respectivamente.
la india que llegaba a la urbe,
a veces, ésta le ofrecía mejores
rumbos que a la mayoría de sus 2.- Lo cultural: indumenta-
congéneres: “Amante de un ria
hacendado o de un empleado
de la ciudad [quien] comienza Paralelo al mestizaje bioló-
por modificar el vestido: zapato gico ocurrido en las Indias con la
chillón, pollera de bayeta fina, participación de indios, negros
polca de seda y paño de Gua- y blancos, se dio el proceso de
laceo y, por fin una modesta mezcla cultural; en este sentido,
pulpería que, casi siempre, la existen varios elementos como:
india transformada en chola comidas, mobiliario, lenguaje,
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indumentaria, entre otros, que cllas, pasando por alçaanacos,
permiten conocer el mayor o patacusmas hasta “camisetas
menor grado de fusión. de borrachera”, posiblemente
prendas rituales.
La indumentaria de los po-
bladores del área cañari, tanto Según el Derecho español,
de hombres como de mujeres, los habitantes de sus colonias
ha sido “reducida” por los cro- americanas debían usar diferen-
nistas a camisetas y mantas. Los tes tipos de trajes, de acuerdo
incas, de su parte, introdujeron con su grupo étnico; a estas
en la zona otras prendas como disposiciones deben sumarse
las yacollas; además, algunos otras, locales, que iban a ca-
indios usaban ojotas. Com- racterizar de alguna manera
pletaban los atuendos cañaris a ciertas urbes y pueblos. A
femeninos topos, brazaletes. manera de ejemplo, señalamos
En cambio, la indumentaria que el Libro VII, Título Quinto
incásica de la región puede de la Recopilación señalaba
ser mejor conocida mediante en la ley xxviij que: “Ningu-
los extensos estudios que han na Negra libre, ó esclava, ni
desarrollado algunos etnohisto- mulata, trayga oro, perlas, ni
riadores como Murra, incluso seda; pero si la negra, ó Mulata
es posible conocer sus diseños libre fuere casada con Español,
a través de obras como la del pueda traer unos zarcillos de
cronista indio de comienzos oro con perlas, y una gargan-
del siglo XVII, Guamán Poma tilla, y en la saya un rivete de
de Ayala. terciopelo, y no puedan traer
ni traigan mantos de burato, ni
En la Cuenca colonial, so- de otra tela, salvo mantellinas,
bre todo en la segunda mitad de que lleguen poco más debajo
la centuria del dieciséis, se me- de la cintura, pena de que les
joran las fuentes para conocer quiten, y pierdan las joyas de
las prendas indígenas, así van oro, vestidos de seda, y manto
asomando moropachas, moroli- que traxeren”; práctica que
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se confirma en algunas ciu variaba entre ellos en gran
dades coloniales (Rosemblat; medida y estaban en relación
1.954; II; 156, nota 1). Nada directa con su estatus social y
se conoce de su acatamiento en económico. Los indios del co-
Cuenca para el siglo XVI; en mún contaban con prendas que
todo caso, durante el siguiente iban desde apenas una camisa
había un reconocimiento a una y un calzón, pasando por indi-
indumentaria únicamente para viduos que poseían: camisas,
mestizas. mantas, camisetas, calzones;
hasta los que contaban con:
Sin embargo, la vesti- capotes, “capotones”, capas,
menta que llevaban los indios y sombreros.
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Por encima del indio del En el caso de las indias
común estaban los dirigentes cañaris, resulta un tanto fácil
y entre quienes, asimismo, anotar su ropa; sin embargo,
habían notorias diferencias en durante la segunda mitad de
cuanto a vestimenta. Los ha- la centuria del dieciséis se co-
bía desde aquellos que apenas noce un número mayor de sus
tenían: vestidos, camisetas, y prendas: alçaanacos, moropa-
sombreros; pasando por otros chas, morolicllas, patacusmas,
que contaban con: camisetas, chumbes, mamachumbes, entre
calzones, y capas; hasta aque- otras; así como complementos
llos que disponían solamente para el atuendo tales como to-
de ropa elaborada con telas pos, y joyas como brazaletes y
importadas de Europa: tur- zarcillos.
cas, capas, capotillos, sayos,
jubones, “çeregüelles”, ynpi- La indumentaria de la mes-
riales, borceguíes. Entre los tiza durante el siglo XVI se la
mestizos, se tiene prendas de conoce únicamente a través de
estilo europeo elaboradas con las donaciones que recibía de
telas provenientes de Europa mujeres blancas y/o indias, lo
y América, e incluso cintillos cual habría condicionado el uso
de clara procedencia aborigen de estos estilos o de una mezcla
o con sombreros de alas, estilo de ellos. Para esta época su ropa
español, pero confeccionadas también habría dependido del
con lana de vicuña. ambiente étnico y social donde
se criaba, haciéndola inclinar
A diferencia del varón co- por el estilo europeo o, en otras
lonial perteneciente al sector ocasiones, por el indígena, o si
indio y mestizo, sus mujeres no, por su mezcla.
tuvieron, y por muchas razo-
nes, una mayor participación Durante el XVII, se aclara
en el proceso de mestizaje y en mucho más el ámbito del traje
donde la indumentaria fue un de la mestiza en Cuenca. Visten:
elemento muy importante. basquiñas de raso, mantos de
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lana y seda, corpiños, vestidos, -algunas con nueve vueltas de
sayas, jubones, tocas y chapi- cintas amarillas, otras con tres
nes, prendas de estilo europeo, guarniciones de sevillaneta, de
aunque representan una mezcla la ancha, de oro; polleras de
de las destinadas a las clases bayeta con vueltas de tafetán;
baja y alta; algunas cuentan con polleras de cataluña -tela usada
ropa labrada, es decir tejida, para tejer alfombras- con tres
de la región de los quijos, otras guarniciones de sevillaneta de
con anacos, ligllas, “ropas”, oro; polleras de estameña de
y, muy rara vez, fajas. Con la tierra con vueltas de cintas
gargantillas, chaquiras” -estas amarillas; ligllas de bayeta de
últimas, piezas de auténtico castilla, algunas con guarnición
estilo aborigen-, brazaletes de
corales con perlas, y zarcillos,
complementan algunas mesti-
zas su atuendo.
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de sevillaneta de hilo de oro; europeo -del siglo V antes de
ligllas de lana de la tierra; ligllas Cristo-, llevadas por mujeres
de chamelote; camisas de ruán; indias, blancas, y pardas. En
camisas de lienzo de la tierra, Quito el ambiente para el uso
labradas con lana de diferentes de la pollera era diferente, en
colores, enaguas de lienzo de efecto, por 1.647 la pragmática
la tierra; paños de cabeza de de su Majestad ordenaba entre
rengo con sus puntas grandes de otras cosas: “que las mestizas
Flandes; anacos de ormesí con no traigan guardainfantes, ni
su guarnición de sevillaneta de polleras debajo, ni puños con
oro; piezas de “medio anaco” puntas de Flandes, so pena de
de castilla con cinco vueltas de pedimiento de lo que así tra-
sevillaneta de hilo de plata y una jeren en contravención a este
guarnición pequeña de punta de auto” (Peñaherrera de Costales;
hilo de plata; pechos bordados 1.979; 31) lo cual, a su vez
con seda carmesí e hilo de oro explicaría la razón por lo cual
y lentejuela; enaguas de ruán; en la época que visitaron a esta
medias de seda de mujer. ciudad los marineros españoles
Juan y Ulloa las blancas no
Un análisis algo detenido usaban pollera (1.740] 748;
de algunas de estas prendas nos 368). También las sayas fueron
va a permitir conocer de mejor prendas usadas por blancas a
manera su situación entre las partir del siglo XVIII con ca-
cholas. sacas. Otras prendas como los
anacos, de tradición indígena,
Los faldellines usados en el caso de las indias se com-
por esta cholas también lo plementaban con camisas que a
fueron por blancas o “señoras veces presentaban pechos (¿las
de distinción” según Juan & actuales pecheras?) bordados, y
Ulloa ([1.748] 1.978; I; 368), de diferentes telas de las cami-
e indias. Mucho más amplio sas; los anacos por el siglo XVII
en la sociedad resulta el uso de ya habían adquirido en Cuenca
las polleras, prendas de estilo una connotación peyorativa
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y de distintivo étnico: sólo al rígenes, aunque en la segunda
comienzo del siglo XVIII se mitad del sigo XIX, una que
menciona los “medio anacos” otra señora también la usaba
que suponemos serían prendas en la zona urbana de Cuenca,
de menor longitud que los de tanto las “interiores” como
épocas anteriores. Peñaherrera las “exteriores”: la primera
de Costales señala en su estudio quizá se trata de un bolsicón1,
sobre la mestiza quiteña (siglos prenda que se usa por fuera
XVI-XVIII) un asunto que de la pollera -y entre ellas la
puede empatar con los “medio denominada centro-, tal como
anacos” cuencanos: la mujer se mantiene por costumbre
de esta categoría en Quito - hasta la actualidad en ciertas
dice-, aquella que pertenecía comunidades indígenas de la
“a una clase social intermedia provincia del Cañar, según la
en ocasiones se veía impedida a estudiosa Meisch (1.980), y
vestir a la usanza aborigen [...]
Por eso -añadía- lucía anaco a
media pierna, abierto al lado
izquierdo, dejando libre paso
a reluciente camisa-túnica
blanca” (1.979; 31).
En la época republicana,
en cambio, se conoce menor
número de materiales con los
cuales eran elaboradas las
polleras. En ellas prima el uso
de la bayeta que ha permane-
cido siendo manejada hasta la
actualidad, fundamentalmente
para gente de los sectores rura-
les, ya que su uso ha quedado
restringido a las mujeres abo-
230
que son elaboradas con bayeta, Las prendas de estilo in-
bayetilla, “bayeta pellón”. dígena de estas mestizas no
pertenecen a ninguna etnia en
Estas mestizas completa- particular, sean liquidas (más
ban el atuendo con enaguas, tarde denominadas ligllas),
prendas interiores que estila- anacos y, más raramente, fajas;
ban, aunque de diferentes telas, tampoco las joyas que usan son
también indias y blancas. Asi- de exclusiva procedencia india,
mismo, es digno de destacar en sino más bien una mezcla de
estas mestizas el uso de paños estilos; como excepción a
de cabeza -las denominadas esto quizá puede señalarse
ñañacas, en Bolivia- ropas el uso de los aretes de media
que también las llevaban las luna conocidos hasta la actua-
indias de la nobleza y que con- lidad como candongas, y los
trastarían con los ceñidores de “cintillos. No deja de causar
cabeza, de las blancas. En este extrañeza entre estas piezas
punto es importante señalar la ausencia de los topos que
que en un cuadro de fines del
sujetarían las ligllas.
siglo XIX atribuido al artista
ecuatoriano Manosalvas, el
En verdad, no debe llamar
mismo que habría sido pintado
la atención el hecho de que en
durante su estancia en Cuenca
el siglo XVIII, una época de
y que retrata a una mujer de
la región, muestra el paño de proliferación de mestizas en
cabeza, elemento que, como se Cuenca y sus alrededores, sean
ve, ha pervivido como signo de quienes, por un lado, manten-
distinción femenino aunque, en gan algunas prendas de tradi-
verdad, este caso no se conoce ción aborigen que, dicho sea de
el estatus social y económico, paso, eran las de más frecuente
o el grupo étnico de la repre- uso entre las indias y, por otro,
sentada. que prácticamente sean quienes
231
empiecen a poner de moda la las diferentes categorías de
pollera, aunque algo parecido mestizaje. En este último punto
ocurría por esta época en La quizá el ejemplo más evidente
Paz (Barragán; 1.992). son los distintos “cuadros del
mestizaje” de la sociedad me-
En términos generales, jicana ofrecidos por Rosenblat
durante la época colonial las (1.954; 168-173). A parte de
Leyes señalaban, entre otros ello, obviamente el tipo de
asuntos, el tipo de indumenta- vestimenta también dependía
ria y complementos para cada de la condición social y econó-
grupo étnico, así como para mica del individuo. A lo largo
232
de la época republicana, en la polca -incluso en el cantón
cambio, las Leyes ecuatoria- Cañar del siglo XIX están pre-
nas señalaban únicamente la sentes simultáneamente estas
categoría de ciudadanos, pero dos piezas-; en las polleras, los
en la práctica continuaban variados números de vueltas
las diferencias entre blancos de cintas de variados colores y
e indios -también se legisló telas desaparecen; asimismo se
de manera particular para pierden en la indumentaria local
estos últimos-, así como la y regional los anacos, mientras
existencia de algunas cate- que en ciertas zonas rurales de la
gorías de mestizaje “flotando provincia del Cañar únicamente
en el ambiente” y que, de vez perduran las ligllas...
en cuando, asoman en los
documentos públicos; pero En la actualidad, la indu-
continuaban los criterios mentaria de la chola cuencana
respecto de que la vestimenta es señalada así: “dos polleras:
era un buen indicador de la la de adentro, bellamente bor-
condición social y económica dada con flores y guirnaldas
de la persona. de colores, y sobre ésta, otra
de un solo color, festoneada;
Con los datos disponibles la blusa lleva también ador-
no es posible, aún, señalar una nados de alforzas, bordados y
evolución de la indumentaria lentejuelas”, a más de paño de
indígena en Cuenca y sus re- ikat y sombrero de paja toquilla
gión, mucho menos de la que (Martínez Borrero & Sojos de
ha usado la mujer mestiza, y Peña; 1.982; 19), amén de las
la chola en particular, pues a candongas. Algo en lo que no
manera de ejemplo, la saya se ha hecho hincapié por parte
pasará a ser identificada, con el de los estudiosos respecto de la
paso del tiempo, con el bolsicón indumentaria de la chola es el
(Arteaga; 1.999; 100); la blusa uso de medias de seda y zapatos
tendrá sus variedades, a veces, de charol; estos últimos, hasta
incluso, se la identificará con hace unas décadas, se compraba
233
en el prestigioso almacén de ¿si habrá arbitrio para
calzado “Corona”. quitar algunas libras de
los quintales de paciencia
que tienen ciertos Alcaldes
La chola en la sociedad local: en escuchar demandas
figura emblemática sobre insultos y dicterios?
¿Si merecerán una seria
En la ciudad de Cuenca atención las ridiculas ex-
la chola asoma aisladamente. presiones de pu.... Cho....,
Es así que esta categoría no y otras de este jaez? ¿Qué
conformó agrupaciones que es lo que prescribe la ley
identificaran a sectores de la en estos casos? ¿Viven
urbe como las choladas de al- aun entre nosotros algunos
gunos barrios limeños (Cahill; decendientes de D. Qui-
1.994; 337, nota 35); tampoco jote? ¿Qué pretenden con
constituyó un grupo o personas semejante conducta estos
que se distinguieran demasia- bravos republicanos?
do en los estratos bajos de la Un Cholo
sociedad local, a diferencia de
otros sitios americanos, como En lo gráfico, es menos lo
el pueblo de Pory de Santa Ana, que se puede decir de la chola,
cercano al Cusco, en donde los al no existir imágenes o des-
cholos eran considerados como cripciones de ella; únicamente
indios sujetos a tributo, según Soruco Sologuren, señala que,
Cahill (1.994; 337; nota 34); fechada en torno al año 1.900,
aparte de esto, a comienzos del hay una foto de un grupo de
siglo XIX, El Eco del Asuay, en personas cuencanas titulada
un Remitido de fecha Domingo “La creencia y la solemnidad”,
24 de febrero de 1.828 muestra en donde se observan “por los
el siguiente texto: sombreros de paja toquilla y las
mantas, a indígenas y cholos
Sr. editor: dignese V. satis- urbanos” (¿respectivamente?)
facer á estas pregunticas: (2.003; 37): en verdad, señalar
234
a una persona como cholo sólo Tampoco existen criterios
porque lleva una manta, es algo que señalen algunas caracterís-
simple. ticas de la personalidad de los
cholos o de las cholas como
sí los hay, por ejemplo, de la
cholita paceña boliviana, vista
como una mujer trabajadora,
que cuida de sus hijos, mientras
el cholo, su esposo, es borracho,
pendenciero, despreocupado
de sus obligaciones para con
su hogar; en cambio, en la
cercana villa decimonónica de
Azogues, la chola es considera-
da como una mujer bravucona,
aunque no se menciona con
claridad su condición étnica
ni social (Arteaga; en prensa).
La única excepción en Cuenca
a esta situación puede ser la
existencia de la famosa chola
Cusinga2-Manuelita Queza-
da-, mujer capaz de provocar
grandes pasiones en el médico
Senierges, miembro de la Mi-
sión Geodésica Francesa que
llegara a Cuenca, allá por 1.735,
provocando incluso la muerte
de éste.
235
En todo caso, la chola a lo incluso, disputas entre las juntas
largo de la historia cuencana de parroquiales y el municipio
la segunda mitad del siglo XX, local, pues cada uno considera
se ha ido convirtiendo en su que es “dueño de la verdadera
figura emblemática, luego de chola cuencana”; además,
que el Centro Agrícola Can- puede ser considerada como
tonal, procediera a elegirlas figura de cuerpos profesionales
para presidir las fiestas de a través de sus canciones, como
aniversario de la fundación la “Cholita doctora”, entre los
española de la urbe. De otro médicos.
lado, no sabemos en qué medi-
da fue considerada la tapada3 Hoy en día, por un lado, es
cuencana, de mediados del siglo vista y, por otro, se considera a
dieciocho como representativa sí misma como una mujer que se
de las mujeres locales. Hoy en siente orgullosa de su piel blan-
día, a más de ser el icono de ca, pero al mismo tiempo, de su
Cuenca, se la elige para las fes- indumentaria, de procedencia
tividades de abril provocando, indígena en su mayoría. n
3 Según Castañeda León (1.981; 57) “Un traje que sin lugar a dudas puede
considerarse como manifestación típicamente limeña de la etapa colonial es la
tapada (...) .apareció a raíz de la fundación de Lima (y duró) hasta comienzos de
la segunda mitad del siglo XIX”, convirtiéndose en su figura emblemática.
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