Propuesta de Reforma Al Sistema de Salud

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PROPUESTA DE REFORMA

AL SISTEMA DE SALUD

SERGIO FAJARDO
Presidente de Colombia 2022 - 2026
Entendemos la salud como un derecho humano fundamental,
resultado de sus determinantes sociales, condición necesaria para el
bienestar y la producción de riqueza social, cuya atención debe ser
garantizada por el Estado para todos los habitantes del territorio
nacional. El país requiere un sistema en el que la institucionalidad se
guíe por un enfoque fundamentado en la salud pública, con
resultados que se derivan de políticas pertinentes y articuladas, que
eliminan la fragmentación sectorial y llevan a los actores a realizar
acciones colectivas en torno al cumplimiento de su objetivo
fundamental: mejorar la salud de la población. Un modelo de salud
territorial que reconozca la diversidad de Colombia en cada
departamento, municipio, vereda y barrio. Además, que dignifique al
talento humano, garantizando sus derechos laborales, salariales y su
formación, con oportunidades educativas que reviertan en brindar una
mejor calidad y el acceso efectivo a los diversas formas de atención
que requiera la comunidad.

En virtud de lo anterior, construyendo sobre lo construido,


consideramos necesario emprender una transformación del sistema en
la que prime la salud de las personas y no la atención de la
enfermedad, garantizando buenos resultados, mejorando la
experiencia en la atención de los usuarios y las condiciones de un
talento humano en salud dignificado, fortalecido y comprometido con
las colombianas y colombianos.
LA SITUACIÓN DE SALUD EN COLOMBIA

Barreras de acceso a servicios, tratamientos y medicamentos.


La Defensoría del Pueblo presentó un informe en el año 2019 que
evidenció la interposición de 207.368 acciones de tutela que
buscaban la protección al derecho fundamental a la salud, lo que
correspondió a un 33% del total de acciones presentadas durante ese
año en Colombia. Eso significa que cada 34 segundos un ciudadano
interpuso una acción de tutela relacionada con el sector salud. De
esas 207.368 tutelas, el 85% correspondió a la demanda de la
prestación de servicios que están incluidos en el Plan de Beneficios.

Modelo de salud centrado en la enfermedad. Es evidente la baja


capacidad resolutiva y de intervención del primer nivel de atención.
Esto conlleva a que los segundos niveles estén sobre ofertados, con
bajo acceso y oportunidad. Igualmente promueve una distribución
desigual de la red de prestadores, con una mayor concentración de
infraestructura, recursos humanos y tecnológicos en las zonas
urbanas y grandes ciudades en tanto que las rurales y distantes se
caracterizan por su insuficiencia y precariedad. Es evidente el
desarrollo asimétrico entre la red privada respecto a la pública, una
mayor concentración en servicios intrahospitalarios, deficientes
procesos de inspección, vigilancia y control en cabeza de la
Superintendencia Nacional de Salud y las entidades territoriales, así
como la falta de sistemas de información e infraestructura
tecnológica que faciliten en temas técnicos fundamentales tales
como la caracterización poblacional, el control de la intervención y la
afectación de los determinantes en salud, la gestión de los riesgos
colectivos e individuales, el mejoramiento de la incidencia y
prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles.
EPS sin sostenibilidad financiera. De las 32 EPS que existen en
Colombia, 18 incumplen con los indicadores financieros de la
Superintendencia Nacional de Salud (cifras de junio de 2021), con un
déficit que alcanza los 4,4 billones de pesos. Por otra parte, las 15 EPS
restantes registran un superávit de 2,4 billones de pesos. La reciente
liquidación de Coomeva EPS es sólo el último capítulo de un sector
pobremente controlado, que carga con las deudas que la larga lista
de EPS liquidadas tienen con la red pública y privada. Deudas que a
la fecha, cercana a los 10 billones de pesos, aún no se resuelve la
posibilidad de pago real a las entidades afectadas. De continuar por
este camino, seguiremos viendo clínicas y hospitales sin recursos
para garantizar servicios, con pacientes a la espera de tratamientos
oportunos y adecuados.

Adicionalmente la política pública que regula los requisitos técnicos


de calidad, procesos y funcionamiento de las EPS se estableció
recientemente, hasta el año 2018 (planteada inicialmente en el año
2007 con el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad en Salud;
transcurriendo 14 años para su materialización) y la reglamentación
técnica se llevó a cabo hasta el año 2021, aumentando el plazo de
cumplimiento de los requisitos de habilitación financiera, siendo este
el factor de mayor impacto frente a la garantía de la atención al
usuario, la gestión de los aseguradores y la seguridad del pago a la
red de prestadores.

Pacientes crónicos y calidad de vida. A partir de los Registros


Individuales de Prestación de Servicios (RIPS), entre 2009 y 2019 en
el país las atenciones que se encuentran en primer lugar responden al
motivo de consulta de enfermedades no transmisibles y aportan el
65,6% de las atenciones realizadas, le siguen las condiciones
transmisibles y nutricionales que demandaron el 13,1% de las
atenciones.
Un sistema de salud orientado a curar y no a prevenir, no puede dar
abasto ante la demanda de servicios por enfermedades en su fase
crónica. En Colombia, las enfermedades hipertensivas pasaron a ser
la décima causa de muerte en Colombia en la década del 2000, a ser
la sexta causa de muerte en la década del 2010, y el número de
fallecidos aumentó de 4.679 casos a 8.309 (un 77,5%). Es importante
insistir en que muchos de estos casos pudieron prevenirse a través de
estrategias de salud colectiva, para la disminución del consumo de
tabaco y alcohol, la alimentación saludable, la actividad física, entre
otros.

Deficiente infraestructura, obsoleta tecnología y ciencia. La


pandemia evidenció con crudeza las brechas entre la infraestructura
en salud (por ejemplo, las Unidades de Cuidado Intensivo) de las
zonas rurales y las zonas urbanas, así como de la infraestructura entre
el centro del país y las regiones. Según el Ministerio de Salud y
Protección Social - SISPRO, Colombia tiene 11.126 Unidades de
Cuidado Intensivo actualmente, de las cuales 4.965
(correspondientes al 45%) se encuentran en Bogotá, Cali,
Bucaramanga, Barranquilla y Medellín. Otras zonas del país no
cuentan con este tipo de infraestructura o con capacidad tecnológica
para realizar pruebas, disponer de vacunas, medicamentos o
desarrollar biotecnología. Este es el resultado de la ausencia de una
política de Ciencia, Tecnología e Innovación que destine recursos
para la investigación e innovación en salud.

Poca participación y gobernanza. La baja participación ciudadana en


la construcción del Nuevo Plan Decenal de Salud Pública 2022-2032
da cuenta de la ausencia de procesos democráticos en el sector
salud. El Plan Decenal definirá el rumbo de la salud en el país por los
próximos años, y se está construyendo sin aprender de la crisis social
y de salud que provocó la pandemia. Al desconocer las expectativas
ciudadanas sobre su bienestar y la diversidad poblacional, se están
proyectando acciones de salud pública desconectadas de las
necesidades y expectativas de las y los ciudadanos en los distintos
territorios, lo que puede derivar en poca adherencia a los programas
de salud por parte de la población, y la vulneración a sus derechos.
Talento humano. En comparación con otros países de la OCDE,
Colombia está muy por debajo en el número de médicos (2,4) y
enfermeras (1,5) por cada mil habitantes. La informalidad y
precarización laboral del personal de salud son parte de los
problemas estructurales del sistema. Evidencia de ello es que el 82%
de los trabajadores de la Red Pública de Bogotá tienen una
vinculación laboral mediante la figura de la Orden de Prestación de
Servicios y tan solo el 18% del personal de salud tiene un cargo de
planta con todas las prestaciones de ley. Existen innumerables
falencias y problemáticas entre las que se resaltan las acciones
referentes a la formación del personal requerido y suficiente,
formalización laboral, regulación salarial, definición de competencias
y desarticulación existente entre las políticas de educación (Leyes 30
de 1992 y 115 de 1994) y las de salud (Ley 1751 de 2015 y Ley 100 de
1993) en los aspectos de la educación y competencias, conforme a las
necesidades del sector y del sistema.

Salud mental. En los últimos años el sistema de salud ha registrado


un aumento del 67% en las consultas por trastornos mentales y de
comportamiento. Aun cuando el mayor número de consultas con
especialistas las realiza la población masculina, la población femenina
ha señalado un incremento en la violencia doméstica y la carga de
cuidado durante la pandemia, lo que podría indicar que no están
siendo atendidas sus necesidades. Los grandes retos de la salud
mental están en abordar la depresión y ansiedad, como la siguiente
pandemia que enfrentará la sociedad en su conjunto.

Salud sexual y reproductiva: de acuerdo con la Defensoría del


Pueblo, entre enero y octubre de 2021 se presentó un incremento del
19,4% en el número de nacimientos por embarazos en niñas entre los
10 y 14 años de edad, comparado con en el mismo periodo de 2020.
Esta situación se suma a incrementos en el riesgo de mortalidad y
morbilidad materna, complicaciones derivadas de la práctica de
abortos en condiciones peligrosas y mayor riesgo de sufrir violencia
intrafamiliar. El sistema de salud debe volcarse a atender la situación
de las mujeres, especialmente niñas y adolescentes.
Lo expuesto en los puntos anteriores (la negación o demora de servicios
de salud por partes de aseguradores y prestadores, la liquidación
sistemática de EPS, la ausencia de coordinación y articulación territorial
de los actores para planificar la atención individual y colectiva de la
ciudadanía) da cuenta de la fragmentación y la ausencia de una debida
gobernanza y rectoría del sistema.

El actual modelo de salud se centra en la atención de la enfermedad,


privilegia el aspecto financiero, se encuentra fragmentado y cada actor
realiza sus funciones sin coordinación con los demás. Un Gobierno
Nacional que no convoca, lidera ni coordina a los actores públicos y
privados para garantizar los derechos, no está cuidando a su ciudadanía.

NUESTRA PROPUESTA DE SALUD EN DIEZ PUNTOS

1 Trabajaremos por una reforma al sistema que privilegie la salud


pública y la atención primaria en salud.

Nuestra prioridad será fortalecer los programas de promoción de la


salud y prevención de la enfermedad, de la mano de los centros de
primer nivel de atención, capaces de resolver hasta el 80% de las
necesidades. Lo anterior implica articular las políticas estatales para
fortalecer el cumplimiento de los determinantes sociales (agua
potable, vivienda, educación y autocuidado, entre otros factores), en
especial en los territorios más vulnerables.
A través de un modelo territorial en salud, vamos a garantizar una
2 mejor calidad en la prestación de los servicios y el acceso efectivo
para todos los habitantes.

La principal deuda del sistema es mejorar la equidad en salud, lo cual


se resume en llevar verdadera calidad de los servicios a los sectores
más desprotegidos de la sociedad, especialmente a los habitantes
que residen en los territorios más distantes del país. El actual modelo
de salud divide la atención de la población según la capacidad
adquisitiva entre los regímenes subsidiado y contributivo, iniciando
en este punto las diferencias en la calidad del goce efectivo del
servicio. El proceso de reforma que vamos a liderar logrará la
unificación total y definitiva de ambos regímenes.

Consecuentemente y de manera gradual buscaremos conformar a lo


largo de todo el territorio nacional lo que denominamos un modelo
territorial en salud. En cada municipio y departamento de Colombia
se trabajará por la adecuada prestación de los servicios y la
articulación real entre los actores del sistema: EPS, IPS y secretarías
municipales y departamentales. Para lograr este objetivo, nos
enfocaremos en el cumplimiento de estándares de calidad,
funcionamiento técnico, administrativo y financiero de las EPS, según
las condiciones que establecerá el Ministerio de Salud a nivel
nacional. Estas incluirán el fortalecimiento de los planes territoriales
de salud y la aceleración de los procesos de consolidación de EPS,
con la pronta liquidación de las que no sean viables. Así mismo las
EPS se territorializarán, buscando su especialización según la gestión
del riesgo en salud de su población asignada y garantizando la
existencia de redes integradas e integrales de servicios de salud con
participación público-privada suficiente, para llevar servicios con
calidad a todas las regiones del país. El gobierno regulará los
mecanismos de contratación entre EPS e IPS, los cuales deberán
alinearse con las definiciones establecidas por los planes territoriales
de salud, mediante modelos de riesgo compartido donde el incentivo
sea el mantenimiento de la salud y no la promoción de la enfermedad.

La gestión del aseguramiento vendrá acompañada de una rectoría


fortalecida en los niveles nacional y territorial. En aras de aumentar la
eficacia del sistema, promoveremos una gestión que aproveche los
esquemas de asociatividad entre entidades territoriales, para dar
cuenta de similitudes étnicas y sociales y facilitar una gobernanza
integrada del aseguramiento en salud y la prestación de servicios.
Avanzaremos en la habilitación de las direcciones territoriales en
salud, en particular de las secretarías de salud departamentales, para
contar con ellas como garantes del sistema y ordenadores del
aseguramiento y la prestación de servicios en sus jurisdicciones. La
habilitación territorial de un número menor de aseguradores,
adecuadamente coordinados y supervisados por las secretarías de
salud, el ministerio y la Superintendencia, permitirá tener un mayor
control y vigilancia a la garantía del derecho fundamental de la salud.

Con el fortalecimiento de las competencias de los diversos agentes, el


modelo territorial en salud se guiará por los planes territoriales en
salud definidos de conformidad con la reglamentación nacional, para
obtener modelos de atención y prestación entre EPS e IPS donde será
tangible la articulación de los planes de intervención colectivos e
individuales en el marco de acciones intersectoriales y transectoriales
con las políticas públicas estatales.

Este esquema, además, incentivará la transferencia de conocimiento


y experiencias exitosas obtenidas dentro del actual sistema de salud
por parte de EPS, IPS y secretarías municipales y departamentales en
salud, para que los territorios con los indicadores menos favorables
puedan beneficiarse y garantizar una mejor prestación de los
servicios de salud a sus poblaciones.

Continuaremos en la reestructuración y liquidación de EPS que no


cumplan los indicadores de sostenibilidad y calidad. Para evitar el
desequilibrio financiero de las entidades afectadas por su liquidación,
constituiremos el Fondo de garantías económicas del aseguramiento,
con aportes de las EPS, con el fin de prevenir el no pago de las
obligaciones y se materialice un porcentaje del total de las acreencias
reconocidas. Avanzaremos en mecanismos transparentes y
meritocráticos para la elección de agentes interventores y
liquidadores que garanticen la ética, pertinencia y ejecución efectiva
de estos procesos.

Garantizaremos la unificación definitiva de la UPC del régimen


contributivo y subsidiado permitirá avanzar en equidad.
Impulsaremos una política nacional de calidad que articule de manera
homogénea a todos los actores que constituyen al sistema. Se
actualizará el Sistema Obligatorio de Garantía de Calidad en
consonancia con las exigencias de dicha política y se establecerán
metas de cumplimiento que serán verificadas y cumplidas mediante
un sistema de evaluación que integre a todos los actores y que cuente
con un sistema de información que evidencie la gestión y resultados
durante los cuatro años del periodo presidencial.
Con el modelo territorial en salud impulsaremos la capacidad del
3 primer nivel de atención, el más cercano y con mayor capacidad
resolutiva frente a las necesidades de las comunidades.

Vamos a centrar los esfuerzos en robustecer los centros de salud


primaria y en impulsar la práctica de la medicina familiar y
comunitaria a lo largo del todo el territorio nacional. Fortaleceremos
a las Empresas Sociales del Estado, mediante subsidios a la oferta e
integración con entidades privadas. Trabajaremos en la coordinación
entre los centros de primer nivel y los de mayor nivel de complejidad,
permitiendo la transferencia del conocimiento de los profesionales
que laboran en los centros hospitalarios a los que realizan las
atenciones en los centros primarios y rurales.

Ampliaremos los equipos extramurales e interdisciplinarios, a partir


de la caracterización poblacional y los determinantes que se deban
intervenir para gestionar los riesgos primarios de personas, familias y
comunidades. La telesalud y la telemedicina nos han enseñado en la
pandemia por COVID-19 cómo se puede reducir la brecha en la
calidad de prestación en los servicios de salud, y serán fortalecidas en
nuestro gobierno.

Vamos a transformar la infraestructura en salud. Se mejorarán y


modernizarán las instalaciones ya existentes y terminaremos las que
están en construcción para evitar elefantes blancos, partiendo de un
diagnóstico que permita la identificación de las necesidades
territoriales y una caracterización de oferta y demanda, sustentada en
el perfil epidemiológico de las poblaciones y el reconocimiento de la
diversidad territorial.

4 Control, vigilancia y lucha contra la corrupción y el clientelismo.

El compromiso con la lucha contra la corrupción y el clientelismo se


materializa con la llegada de un gobierno capaz de generar valor
social con ética, honestidad, conocimiento técnico y pedagogía.
Vamos a trabajar en promover el nombramiento de personal idóneo
del sector salud, en las entidades del orden nacional, las secretarías
municipales y departamentales y hasta los gerentes de los hospitales,
rompiendo con el clientelismo que se ha colado en el sector. Nos
comprometemos, en conjunto con las instituciones académicas, con
impulsar el nombramiento meritocrático y paritario de los gerentes
de las ESEs municipales y departamentales, con el fin de disminuir la
corrupción pública del sector.
Seguiremos fortaleciendo el rol de la Superintendencia Nacional de
Salud. Para ello su función se articulará con las entidades territoriales
para desconcentrar su función, democratizar la participación y
facilitar el control, en el marco del modelo territorial en salud.

Para lograr estos objetivos es imprescindible fomentar la


implementación de procesos de transparencia, prácticas y
reglamentos de gobierno corporativo y la activa participación de la
sociedad civil, ejerciendo veeduría sobre el cumplimiento de las
acciones e iniciativas en las estrategias que se diseñen. Así mismo, a
través de los mecanismos contemplados en la normatividad,
impulsaremos la rendición de cuentas de todos los actores con
procesos transparentes y al alcance de toda la población.

5 Sostenibilidad financiera del sistema.

Trabajaremos por el manejo eficiente de recursos, optimizando el giro


directo a la red prestadora y fortaleciendo las funciones de ADRES,
incluyendo su presencia territorial. Vamos a enfrentar las necesidades
de la red hospitalaria, pagando las deudas acumuladas que deben ser
sufragadas por el Gobierno Nacional, previa evaluación de los logros
y dificultades en la implementación del Acuerdo de Punto Final.
Igualmente se continuará con procesos fundamentales como la
regulación de precios de medicamentos y tecnologías.

Estableceremos impuestos saludables (a las bebidas azucaradas, la


comida chatarra, elevando las tarifas al impuesto a los cigarrillos) que
contribuirán, desde la prevención, a disminuir la carga de enfermedad
que impacta directamente en la prevalencia de enfermedades
cardiovasculares, el incremento del riesgo de desarrollar algunos
tipos de cáncer y la mayor prevalencia de diabetes, entre otras,
desestimulando su consumo. Esto permitirá también incrementar los
recursos que se recaudan para la atención en salud.

Realizaremos un plan financiero de mediano y largo plazo para


determinar las necesidades de recursos del sector hacia futuro.
6 Vamos a dignificar la labor del talento humano en salud, así como
también su adecuada distribución a lo largo del territorio nacional.

Se promoverá la contratación directa con el empleador sin la


tercerización de las empresas que actualmente contratan a cerca del
80% del personal de salud. Se proveerán cargos de planta en las
instituciones públicas de salud que no estén provistos y se crearán
cargos de planta de acuerdo con la sostenibilidad financiera. Además,
se construirá una política de incentivos al talento humano para
promover la suficiencia y calidad para trabajadores de salud en zonas
rurales y zonas rurales dispersas y que, además, fortalezca el
bienestar laboral en todas las instituciones del sector. Así mismo, se
avanzará en la homologación de saberes en salud para la
formalización de títulos técnicos.

Nuestro compromiso con todos los trabajadores y trabajadoras será


lograr que en los primeros dos años de gobierno implementemos la
formalización laboral en el sector. Este será nuestro reconocimiento a
todos los héroes y heroínas que salvaron miles de vidas en la
pandemia, exponiendo su integridad física y mental.

7 Daremos un rol central a las instituciones académicas y a las


sociedades científicas.

El talento humano en salud debe estar en continua actualización y


formación para garantizar la calidad en la prestación de los servicios.
Aprovecharemos el rol social de la academia y de las sociedades
científicas para mejorar las capacidades técnicas y científicas del
talento humano en salud, especialmente de aquellos que ejercen en
los territorios más distantes; es por esto que con actividades de
educación virtual ofreceremos la oportunidad de que los diferentes
profesionales de salud estén a la vanguardia de los más recientes
avances y tecnologías en salud.
8 Salud mental.

Se realizarán acciones pedagógicas para la transformación de hábitos


y modos que cuiden el bienestar emocional, que permitan una mayor
comprensión del proceso de determinación territorial de la salud
mental, y que garanticen la atención a nivel individual, familiar,
comunitario e institucional. Crearemos un programa que tendrá como
pilar los centros de escucha, con líneas de primeros auxilios
psicológicos para atender la ansiedad, la depresión y la violencia. Así
mismo, se fortalecerán los servicios de salud mental en las redes de
prestación de servicios de salud.

9 Salud sexual y reproductiva.

En articulación entre el Ministerio de Salud y el Ministerio de las


Mujeres, vamos a promover todas las acciones necesarias desde el
Estado, en sus diferentes niveles y escalas, para reducir el embarazo
de niñas y adolescentes en Colombia. Conectaremos al sector
educativo para que sea la primera prioridad en todas las sedes
educativas del país, de la mano del liderazgo de maestras y maestros.
Reglamentaremos de manera integral la práctica del aborto, de
acuerdo con las instrucciones y lineamientos de la Corte
Constitucional, desde un enfoque preventivo. Además, combatiremos
la mortalidad materna en las regiones más vulnerables del país, una
de las mayores expresiones de la desigualdad en Colombia.
Finalmente, ampliaremos la oferta actual del esquema PAI para toda
la población.

10 Política de ciencia, tecnología e innovación:

los colombianos y las colombianas estamos pagando con nuestra


salud la decisión de haber abandonado la política de ciencia,
tecnología e innovación. Crearemos el Centro Nacional de
Investigación en Salud, como uno de los cinco centros que impulsarán
el desarrollo en el país, para fomentar la investigación, producción y
comercialización de biotecnológicos, inmunoterapias y tratamientos;
la capacidad de detectar enfermedades y acompañar a pacientes, en
consonancia con las recomendaciones de la Misión de Sabios. Este
centro aprovechará la experiencia de los cinco centros de
investigación públicos del nivel nacional con los que cuenta el país.
Fortaleceremos el Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud y
la difusión constante de sus hallazgos para propiciar el control social
y el conocimiento de los riesgos y beneficios de la tecnología por
parte de la población, así como la incorporación de nuevos
medicamentos en los planes de beneficios. Esto es imprescindible
para avanzar en la legitimidad de las decisiones a tomar y para
controlar la presión tecnológica de la industria de medicamentos.

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