La Redacción de Textos Argumentativos en Educación Secundaria

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La redacción de textos argumentativos en educación secundaria

La argumentación está presente en la vida cotidiana de la humanidad. El


aprendizaje es visto como un conocimiento aplicable y sus escenarios son
diversos tanto que los individuos no pueden controlarlos como sostiene los
aportes del Conectivismo; sin embargo, todavía las instituciones de
educación básica no las han implementado adecuadamente y continúan
ejecutando acciones bajo una educación obsoleta.

Aparece cada vez que en la interacción comunicativa se encuentran


posturas opuestas respecto a un tema y alguien intenta convencer a otro
de que su propia forma de pensar es razonable, por lo tanto creíble y,
además, digna de adoptarse. La importancia de estudiar el texto
argumentativo radica en que puede capacitar al individuo para su
interacción en las diversas situaciones en que la argumentación es
esencial debates, discusiones, conferencias, editoriales, pero sobre todo
porque este dispositivo discursivo le sirve como regulador del propio
discurso y como base para resolver dificultades en las interacciones
comunicativas en las que participa.

Se relaciona con el texto persuasivo, ya que comparten la función


apelativa del lenguaje; este último pretende lograr que una persona o un
grupo de personas admita, por ejemplo, las ventajas de adquirir algún
producto de consumo para la vida, o adopte una posición que tal vez le
reportará beneficios. No obstante esta característica común, el texto
persuasivo posee algunas diferencias que conviene identificar para lograr
una mejor comprensión de los mecanismos que activa y, a partir de dicho
conocimiento, tener la posibilidad de asumir una posición crítica ante todo
texto oral o escrito que pretenda la manipulación personal o social.

Texto argumentativo

El texto argumentativo es de carácter breve, en él se presenta una idea


defendida con argumentos, pero centrados en una estructura determinada
con el propósito de estimular su desenvolvimiento y razonamiento crítico.
Asimismo, forma parte de la tipología textual basada en criterios de
informaciones o datos del contexto extralingüísticos y la estructuración de
las oraciones. Es aquel que tiene como fin o bien persuadir al destinatario
del punto de vista que se tiene sobre un asunto, o bien convencerlo de la
falsedad de una opinión previa (refutación), para lo cual le aporta
determinadas razones.

Aparte de su intención comunicativa, se caracteriza por una organización


del contenido que lo define como tal: se presentan unas premisas o datos,
que no se podrán aceptar si no se admite también una determinada
conclusión o tesis. Mediante este tipo de textos defendemos o
rechazamos, aportando razones diversas, alguna idea, proyecto o
pensamiento. El emisor usa esta forma discursiva para intentar convencer
al receptor y utiliza para ello distintos argumentos. Cuando argumentamos
tratamos de dar validez a nuestra opinión o a la de otros o, también,
podemos rechazar aquello que no nos interesa.

Por este motivo, este tipo de textos suele tener carácter subjetivo. La
publicidad o los artículos de opinión de la prensa escrita son ejemplos de
textos argumentativos. La intención de este tipo de textos se relaciona
directamente con la función apelativa del lenguaje: persuadir, convencer,
aconsejar, sugerir implican una respuesta por parte del receptor y,
dependiendo de la misma, el emisor verá o no cumplido su objetivo.

También pueden aparecer la función referencial (cuando se transmite una


información) y la expresiva, según sea el grado de implicación del emisor
en el planteamiento del tema. Argumentar significa “aducir, alegar, poner
argumentos, disputar, discutir”. Según la definición anterior se puede decir
que argumentar consiste en aportar razones para defender una opinión ya
sea en forma oral, visual o escrita. Argumentar es convencer a nuestro
receptor para que piense de determinada forma. A través de la
argumentación se expresan ideas fundamentales para defender o refutar
los pensamientos o ideas de otro. La argumentación es la base del
convencimiento, del razonamiento, de la persuasión, de la demostración y
del conocimiento humano. Pertenecen a ámbitos de uso muy diversos.
Predomina la argumentación en la discusión cotidiana, en las entrevistas
laborales, en los artículos de opinión, en los debates, en los anuncios
publicitarios, en las cartas al director, en textos jurídicos como la sentencia
o la demanda, y en géneros científicos como el artículo de investigación,
por ejemplo. En ellos a menudo la argumentación se combina con
la explicación. Para defender la tesis sostenida en un texto se recurre a un
conjunto de técnicas argumentativas características, entre las que
destacan las siguientes: aportar ejemplos, generalizar, citar a autoridades,
establecer analogías, hacer concesiones, definir, establecer las causas o
derivar consecuencias. Desde el punto de vista didáctico, se han descrito
los mecanismos lingüísticos y discursivos asociados a la estructura
argumentativa. Otras marcas lingüísticas características son las
referencias deícticas (pronombres personales en función de sujeto, por
ejemplo) y algunos mecanismos de modelización del texto (adverbios
modales, marcas de modalidad oracional, etc.).

Estructura de los textos argumentativos

Todo texto argumentativo, por lo general, se estructura de la siguiente


forma: -Introducción: Se enuncia el tema que se tratará y la postura que se
va a defender. Puede haber citas de personajes reconocidos por el público
o narrar hechos relacionados para llamar la atención de los receptores y
comprometerlos con la lectura. Suele partir de una breve exposición
(llamada “introducción o encuadre”) en la que el argumentador intenta
captar la atención del destinatario y despertar en él una actitud favorable.

A la introducción le sigue la tesis, que es la idea en torno a la cual se


reflexiona. Puede estar constituida por una sola idea o por un conjunto de
ellas. -Tesis: Es un enunciado breve a partir del cual se estructura la
argumentación, consiste en expresar lo que se quiere demostrar. Es una
afirmación que se pone en debate para ser aceptada o refutada
(rechazada). Puede ser explícita (está escrita en el texto o la dice el
orador) o implícita (no está expresada pero se la puede "leer" porque se la
insinúa).

Argumentación: Los argumentos conforman la serie de razones que el


emisor presenta para convencer al receptor de que la tesis es verdadera o
válida. Para esto, el emisor utiliza diversas estrategias discursivas como: la
ejemplificación, la analogía, la pregunta retórica, la cita de autoridad, etc.
Conclusión: Aquí se sintetizan las ideas principales del discurso, se
enuncian cuáles son las consecuencias de lo expresado, se propone una
determinada actitud o plan de acción a seguir y se señala cuáles son los
puntos que aún quedan pendientes con respecto al tema. Es la parte final
y contiene un resumen de lo expuesto (la tesis y los principales
argumentos).

Se trata de procedimientos que no son exclusivos de la argumentación


antes bien son compartidos por otros modos de organización textual, como
la exposición. La definición. En la argumentación se emplea para explicar
el significado de conceptos. En ocasiones, se utiliza para demostrar los
conocimientos que tiene el argumentador. La comparación (o analogía)
sirve para ilustrar y hacer más comprensible lo explicado. Muchas veces
sirve para acercar ciertos conceptos al lector común. Las citas son
reproducciones de enunciados emitidos por expertos. Tienen el objetivo de
dar autenticidad al contenido. Las citas se emplean como argumentos de
autoridad. La enumeración acumulativa consiste en aportar varios
argumentos en serie. Cumple una función intensificadora. La
ejemplificación se basa en aportar ejemplos concretos para apoyar la tesis.
Los ejemplos pueden ser el resultado de la experiencia individual. La
interrogación se emplea con fines diversos: provocar, poner en duda un
argumento, comprobar los conocimientos del recepto. Es muy importante
tener en cuenta que la estructura de los textos argumentativos es flexible.
Las partes que aquí indicamos suelen estar presentes en la mayoría de los
textos, pero en muchos casos su ubicación dentro de cada texto varía de
acuerdo a los intereses de su emisor. En un argumento, pueden
distinguirse siempre cuatro elementos: la pretensión, las razones, la
garantía y el respaldo. La pretensión viene a significar tanto el punto de
partida como el de destino de nuestro proceder en la argumentación. Las
razones no son, pues, teorías generales, sino los hechos específicos del
caso, cuya naturaleza varía de acuerdo con el tipo de argumentación. Uno
de los requerimientos principales del texto argumentativo es la correcta
disposición de las razones que se presentan en relación a una tesis.

Tipos de argumentos

Según su capacidad persuasiva Una argumentación no puede persuadir a


su destinatario si los argumentos que utiliza no son “adecuados”. Tres son
las características que definen su mayor o menor adecuación: pertinencia,
validez y fuerza argumentativa. Un argumento es pertinente si está
relacionado con la tesis y contribuye a reforzarla. Un argumento es válido
cuando, siendo pertinente, está bien construido y conduce a la conclusión
deseada. De lo contrario, será una falacia. Aun siendo pertinentes y
válidos, los distintos argumentos pueden tener diferente fuerza
argumentativa.

Ésta depende de que puedan o no ser rebatidos con facilidad. Así se


distinguen argumentos débiles, argumentos sólidos, y cuando no pueden
ser rebatidos, argumentos irrefutables (Ej. Nadie pudo ver a Pedro a las
diez, porque a esa hora lo estaban operando). Tipos de argumentos según
su finalidad En algunos casos el emisor busca una adhesión intelectual a
su tesis: mostrar al destinatario del texto o discurso que un hecho es real
(demostración), o que cierta idea es racionalmente válida y aceptable
(convicción); en otros, se busca una adhesión sentimental, es decir, mover
el ánimo del destinatario a favor de la tesis propia (seducción) y así
conseguir que realice una determinada acción (persuasión).

Demostrar y convencer se consiguen mediante los argumentos racionales,


basados en hechos analizados y valorados mediante la razón, de una
manera objetiva (como en la demostración científica), bien sea por
adaptación a los sistemas de creencias y valores de los interlocutores. En
cambio, para la adhesión sentimental se emplean argumentos afectivos
que tienen por objeto conmover al receptor.

Se distinguen dos formas: la argumentación lógica y la argumentación


analógica. La argumentación lógica es la que se basa en los principios
lógicos del razonamiento humano: las relaciones causa-efecto, concreto
abstracto, individual-general, acto-finalidad, condición-resultado, etc. La
forma básica del argumento lógico es el silogismo, un razonamiento que
consta de dos premisas (Los hombres son mortales; Sócrates es hombre)
y de una conclusión que se deduce necesariamente de ellas (luego
Sócrates es mortal). En los textos argumentativos no suele aparecer
completo, falta, por lo común, alguna de las premisas por considerarse que
el destinatario la acepta de modo implícito (Sócrates es un hombre y por lo
tanto es mortal).

Según la relación establecida entre las premisas y la conclusión, se


establecen diferentes argumentos; la causa puede servir de argumento
para demostrar una tesis que se enuncia como consecuencia.

Dentro de la argumentación lógica también se considera un procedimiento


muy usual: el argumento de autoridad. Se utiliza como apoyo a la tesis
testimonios de expertos conocidos, especialistas en el tema o simplemente
personas de prestigio. Se presenta de dos formas, mediante el
parafraseado o resumen de la idea expresada por la “autoridad”, y
mediante la cita literal o discurso directo, como la voz de la autoridad
dentro del texto argumentativo. La argumentación analógica supone el
establecimiento de una analogía entre dos asuntos, de forma que
presupone que, al tratarse del mismo tipo de relación, lo que es cierto para
uno es cierto también para el otro.

Importancia de la competencia argumentativa en el ámbito educativo: 

 Los textos argumentativos son muy usados actualmente porque son la


mejor forma de mostrar tus ideas. Este estilo es de enorme importancia
para la mercadotecnia digital por el hecho de que como te contábamos al
principio, su objetivo es el de seducir al lector para realice algo.

Es conocido que los seres humanos tenemos un lenguaje comunicativo a


través del cual nos expresamos libremente en frente de los demás y
conseguimos nuestros propósitos. La argumentación es una parte muy
importante de esa comunicación, puesto que como veremos es mediante
ella que establecemos conclusiones lógicas y conseguimos seducir o
persuadir a el resto. Por consiguiente, el interés por estudiar todo lo
relacionado con la argumentación es muy importante. En verdad, el
estudio de la argumentación hoy en dia está resurgiendo gracias a la
predominación de los medios de comunicación, donde está singularmente
que se encuentra en la publicidad y en la política. Los elementos que
forman el cuerpo argumentativo se denominan pruebas, inferencias o
argumentos y sirven para apoyar la tesis o refutarla.

Los ejemplos pueden ser el resultado de la experiencia individual. La


CITAS son reproducciones de enunciados emitidos por expertos. Ahora
que ya sabes qué es y cuáles son las unas partes de un artículo
argumentativo, te animamos a que redactes los tuyos propios. El criterio
queda definido y expresado desde el comienzo, para después desarrollar
el artículo que defienda esa situación hasta llegar a la conclusión final. Ten
en consideración las opiniones, opiniones y valores del destinatario para
elegir esos razonamientos que mejor logren persuadirle y desestimar los
restantes. Hemos actualizado su política de privacidad para cumplir con las
alterables normativas de intimidad de todo el mundo y para ofrecerle
información sobre las limitadas formas en las que usamos sus datos.
Se basan en la opinión de una persona de reconocido prestigio. (o
estructura analítica) se inicia con la proposición y acaba en la conclusión.
El planteamiento, la refutación o la justificación y la conclusión se
desarrollan a lo largo de réplicas consecutivas. La capacidad
argumentativa es esencial en el ámbito educativo, ya que es una
competencia que el alumnado necesitará desarrollar para desenvolverse
en su vida diaria y transmitir sus pensamientos, defender sus ideas,
mantener diálogos abiertos y comprensivos con los demás, etc. Por ello
resulta esencial que el profesorado también la adquiera y la sepa poner en
marcha en el aula, ayudando a sus estudiantes a adquirir dicha capacidad.
Desde la formación universitaria se persigue que los alumnos, como
futuros docentes, desarrollen esta competencia a través de las distintas
asignaturas a cursar durante la carrera. Sin embargo, en la educación a
distancia no resulta tan sencillo poner en práctica esta habilidad, ya que se
carece de un entorno físico presencial que favorezca las interacciones
síncronas. En este artículo se examinan las ventajas e inconvenientes que
presentan algunas de las posibilidades que existen para trabajar la
competencia argumentativa en dichos entornos, presentando finalmente el
role playing como estrategia de aprendizaje para experimentarla tanto en
la formación del profesorado como en el aula. La importancia de estudiar el
texto argumentativo radica en que puede capacitar al individuo para su
interacción en las diversas situaciones en que la argumentación es
esencial –debates, discusiones, conferencias, editoriales–, pero sobre todo
porque este dispositivo discursivo le sirve como regulador del propio
discurso y como base para resolver dificultades en las interacciones
comunicativas en las que participa. El texto argumentativo se relaciona con
el texto persuasivo, ya que comparten la función apelativa del lenguaje;
este último pretende lograr que una persona –o un grupo de personas–
admita, por ejemplo, las ventajas de adquirir algún producto de consumo
para la vida, o adopte una posición que tal vez le reportará beneficios. No
obstante esta característica común, el texto persuasivo posee algunas
diferencias que conviene identificar para lograr una mejor comprensión de
los mecanismos que activa y, a partir de dicho conocimiento, tener la
posibilidad de asumir una posición crítica ante todo texto oral o escrito que
pretenda la manipulación personal o social.

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