Aronson, Rovelli, Alach, Palermo - Los Múltiples Significados de La Interdisciplina y La Transdisciplina
Aronson, Rovelli, Alach, Palermo - Los Múltiples Significados de La Interdisciplina y La Transdisciplina
Aronson, Rovelli, Alach, Palermo - Los Múltiples Significados de La Interdisciplina y La Transdisciplina
Aronson, P.; Rovelli, L.; Alach, G.; Palermo, C. (2009). Los múltiples significados de la interdisciplina y la
transdisciplina. XXVII Congreso ALAS, 31 de agosto al 4 de septiembre de 2009, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Argentina. Latinoamérica Interrogada. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.11056/ev.11056.pdf
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Disciplinarización del modo moderno del conocimiento
Habitualmente, se considera que una disciplina es un artefacto intelectual heurístico, construido
para explicar y dar razones de cierto ámbito de la realidad que se desea estudiar, utilizando métodos
propios y reconociendo, al mismo tiempo, todo aquello que queda fuera de su alcance y de su
espacio de conocimiento. Decir qué es una disciplina es, al mismo tiempo, decir todo lo que no es.
En este punto, es conveniente preguntarse acerca de la conformación de las disciplinas dentro del
universo de las ciencias sociales. A lo largo de su desarrollo, las ciencias sociales y humanas se
diferenciaron entre sí y marcaron sus límites disciplinares según tres criterios: 1) el temporal –que
distinguía pasado de presente, dando lugar a la separación entre historia ideográfica, por un lado, y
economía, ciencia política y sociología en cuanto disciplinas nomotéticas, por otro–; 2) el identitario
–que procedía mediante la distinción civilizado-europeo/otro-no europeo–, que dio espacio para el
surgimiento de la antropología y los estudios orientales; 3) por último, la especialización sobre
cuestiones asociadas a la modernidad –mercado, Estado y sociedad civil–, las que constituyeron
ámbitos exclusivos de la economía, la ciencia política y la sociología, respectivamente 1. Las
separaciones coincidieron con el proceso de institucionalización iniciado en el siglo XIX; pero
desde 1945, los límites así definidos se vieron desafiados tanto por los cambios económicos y
políticos, como por la expansión del sistema universitario. Las fronteras comenzaron a
desdibujarse, al punto que varias de esas disciplinas ya no podían definirse según áreas de estudio
específicas o métodos diferentes 2.
Si durante el siglo XIX y la primera mitad del XX las ciencias sociales quedaron atrapadas en las
redes del modelo newtoniano, el cuestionamiento de ese patrón dio paso a una crisis paradigmática
que inauguró un campo de lucha entre “dos culturas”: la filosofía y la ciencia. La disciplinarizacion
de las ciencias sociales –en tanto espacio de saber “entre” las humanidades y las ciencias naturales, y
profundamente dividido entre las dos culturas–, comenzó a desintegrarse hacia 1945 3. El aumento
cuantitativo del número de científicos sociales en busca de nichos disponibles para investigar, se
manifestó en el cruce de fronteras disciplinares y en el borramiento de esos mismos contornos. De
ahí que en los años 70 “[...] la exigencia de inclusión académica de grupos antes ignorados (mujeres,
minorías, etc.) llevó a la creación de nuevos programas de estudio interdisciplinarios en las
facultades” 4. Surgieron entonces dos nuevas corrientes: las denominadas “ciencias de la
1
Wallerstein, Immanuel. El legado de la Sociología, la promesa de la ciencia social, Nueva Sociedad, Caracas, 1999;
p. 12.
2
Ibíd.; p. 13.
3
Wallerstein, I. Las incertidumbres del saber, Gedisa, Barcelona, 2006; p. 25.
4
Ibíd.; p.26.
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complejidad” y los “estudios culturales”. Si bien en alguna medida ambas mantienen la distinción
entre ciencia y filosofía, las primeras adscriben metodológicamente a la incertidumbre y consideran
que el equilibrio es una condición excepcional; los segundos, en cambio, atacan el determinismo y
el universalismo del modo tradicional de abordaje de los estudios humanísticos.
En cuanto a la transdisciplina, pueden identificarse al menos dos posiciones: la que procede del
modelo de la “nueva producción del conocimiento” 7, y la fundada en valores de carácter
existencial 8. La primera, se organiza en torno a la resolución de problemas, única guía atinada para
la actividad científica. Su contenido definidamente práctico se rige por la urgencia y la necesidad, de
5
En el plano de las prácticas universitarias, dichas transformaciones redundarían positivamente siempre que las
disciplinas que se imparten coexistan en igualdad de condiciones y con el mismo valor científico.
6
Cfr. Varsavsky, O. Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América Latina, Bs. As., 1969.
7
Cfr. Gibbons, M. et al. La nueva producción del conocimiento, Pomares-Corredor, Barcelona, 1997.
8
Cfr. Nicolescu, B. “La transdisciplinariedad. Desvíos y extravíos”, www.complejidad.org/transdisciplinariedad-
1994.pdf; Morin, E. Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona, 1995; “Carta de la
Transdisciplinariedad”, Convento de Arrábida, 1994.
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modo que los grupos de investigación deben reunir actores con saberes teóricos y prácticos. La
incorporación de conocimientos extracientíficos (los de los decisores políticos), garantiza la rapidez
y funcionalidad de las actividades en virtud de la importancia concedida a los “contextos de
aplicabilidad”. El conocimiento cobra la forma de “saber hacer” y es valorado por su utilidad más
que por su contenido de verdad. La otra perspectiva, en cambio, radica en la recuperación de la
unidad del saber por medio del tratamiento conjunto de la interioridad y la exterioridad del ser
humano, con lo que la ciencia no es en absoluto la única vía de acceso al conocimiento de la
realidad. La índole a-tópica de la transdisciplina (un lugar sin lugar) presupone el rescate de las
cualidades humanas: la dimensión histórica, la biológica y la relativa a los nexos entre las diversas
especies. Ante el avance de la tecnociencia y la eficacia, se propugna la vuelta a una mirada global
del hombre, la rehabilitación del saber no-científico y la asociación entre ciencia, arte, religión y
tradición.
Cuando se contrasta esta configuración con la de los teóricos del nuevo modo de producción del
conocimiento, se observan notables diferencias: la segunda subraya el definitivo desmoronamiento
de una comprensión común del mundo, por lo que cualquier proyecto de unificar el conocimiento
especializado es pura nostalgia; luego, se trata de desarrollar estrategias comunes –que sin renunciar
a los saberes desciplinares– conduzcan a una teoría transdisciplinar homogénea, o a un modelo de
fusión adecuado a la temporalidad contemporánea y a la creación de contextos de aplicación; la
primera, en cambio, con su voluntad de reconciliar mundo interior y exterior en una entidad
unitaria, se desliza irremediablemente hacia la construcción de una nueva disciplina, en este caso
transdisciplinar.
9
Follari, R. (a), “La Interdisciplina Revisitada”, en Andamios. Revista de Investigación Social, Año 1, número 2, junio
2005, p.10; http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/628/62810201.pdf
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una propuesta a mitad de camino entre la reivindicación de los estudios culturales y el
reconocimiento de los problemas que enfrenta cada disciplina para ofrecer, por sí misma, una
interpretación de lo social. De ese modo, el surgimiento de la interdisciplina cobra la forma de una
entelequia propagada a Latinoamérica por las teorías filosóficas deconstructivas y los estudios
culturales al estilo estadounidense. Sus efectos se traducen en la progresiva literaturización de las
ciencias sociales, en las que predomina la retórica sobre el análisis empírico, y la libre reflexión por
sobre las constricciones y exigencias de las teorías científicas 10.
A su vez, el desvanecimiento de los límites disciplinares en el campo de las ciencias sociales, parece
responder a las necesidades de quienes distribuyen los recursos financieros: frente al recorte de
fondos, autoridades universitarias, gobiernos nacionales, agencias estatales y fundaciones públicas y
privadas, proponen reconsiderar la relevancia de las estructuras existentes. En esa línea,
corresponde subrayar que las actividades de investigación así definidas, plantean serios problemas
de coordinación, lo que indica que lo interdisciplinar no resulta una tarea sencilla, ni ofrece los
resultados inmediatos buscados 11.
10
Follari, R. ¿Literaturización de las ciencias sociales?,
www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/biblioteca/sala/sala2.html
11
Follari, R. “La Interdisciplina Revisitada”, op. cit.; p. 15.
12
Según se afirma, la organización disciplinar no sólo delimita campos específicos de conocimiento, sino que los
jerarquiza.
13
Gallo, S. “Conocimiento y Transversalidad”, Paideia Project, 1998; p. 6, www.bu.edu/wep/Papers/TKnoGall.htm
14
Retomando los análisis de Foucault sobre producción/organización del saber, lo que se pone en duda es la metáfora
según la cual el conocimiento es un gran árbol con raíces afirmadas en la verdad y con un tronco que se ramifica por la
realidad. Esa imagen presenta una concepción mecánica y fragmentada del saber. En la línea propuesta por Deleuze y
Guattari (cfr. Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, Pretextos, Madrid, 1995), el pensamiento humano se acerca más
a sistemas caóticos que a sistemas jerárquicamente ordenados. De allí deriva el paradigma rizomático, cuya
especificidad remite a la multiplicidad: la propuesta consiste en pensar el saber como el entrelazamiento de
innumerables líneas que forman conjuntos complejos y de referencias múltiples.
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La resignificación del los conceptos por parte de los organismos internacionales de crédito
Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial, hacen uso de las nociones de
transdisciplina e interdisciplina. Aunque aparecen reiteradamente en documentos sobre temas
diversos, no es posible identificar una definición que las distinga, pues se usan indiscriminadamente
como sinónimos.
La primera entidad concibe la transdisciplina como uno de los componentes básicos del desarrollo
sustentable 15. Tanto las disciplinas académicas como los conceptos de espacio y tiempo se
consideran límites tradicionales que es necesario trascender a fin de lograr un análisis adecuado de
los conflictos contemporáneos. Ante una situación en la que tanto los problemas como sus
soluciones han dejado de respetar las divisiones convencionales, el análisis transdisciplinar resulta
esencial pues implica el quiebre de las fronteras entre las disciplinas y de las divisiones de tiempo y
espacio.
15
Mohan Munasinghe. “Incremento de la temperatura, incremento del riesgo”,
http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2008/03/munasinghe.htm
16
“Mantenimiento del capital natural”, http://info.worldbank.org/etools/snc/doc/SNC_PPT.pdf
17
“Construcción de capacidad institucional y preparación de la autonomía”,
http://info.worldbank.org/etools/docs/library/244632/IndAnandakrishnan.pdf
18
“Educación terciaria a distancia y tecnología en África subsahariana”
http://siteresources.worldbank.org/EXTAFRREGTOPDISEDU/Resources/tertiary.pdf
19
“La separación de las ciencias sociales y la cooperación entre ellas”,
http://siteresources.worldbank.org/INTDECCAPBUIECO/Resources/Janos.PDF
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Conclusión
En síntesis, las propuestas inter y transdisciplinarias postulan que las fronteras disciplinares son tan
“porosas” que los tránsitos de información y conocimiento entre ellas parece un proceso inevitable
que, tarde o temprano, podría producir la definitiva desaparición de las disciplinas tal como las
conocemos. Cabe señalar que en este contexto, la llegada al vocabulario de las ciencias sociales del
concepto de complejidad, cuyo propósito persigue dar cuenta de nuevos actores, nuevas
disyuntivas, realidades fragmentadas, multiformes y descentradas, tiene toda la apariencia de operar
como conjuro del cambio y el conflicto.
20
Gei, I. “Presupuestos para el diseño de una legislación aplicable y eficaz”,www.farn.org.ar/p32/contenidos. html
21
Entrevista de L. Moledo y N. Veiras a Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, en Página 12, 7
de febrero de 2008.
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