Aronson, Rovelli, Alach, Palermo - Los Múltiples Significados de La Interdisciplina y La Transdisciplina

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Aronson, Paulina Perla; Rovelli, Laura Inés; Alach,

Graciela; Palermo, Cecilia

Los múltiples significados de la


interdisciplina y la
transdisciplina

XXVII Congreso ALAS

31 de agosto al 4 de septiembre de 2009

Aronson, P.; Rovelli, L.; Alach, G.; Palermo, C. (2009). Los múltiples significados de la interdisciplina y la
transdisciplina. XXVII Congreso ALAS, 31 de agosto al 4 de septiembre de 2009, Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Argentina. Latinoamérica Interrogada. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.11056/ev.11056.pdf

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Los múltiples significados
de la interdisciplina
y la transdisciplina

Paulina Perla Aronson


[email protected]
Laura Inés Rovelli
[email protected]
Gabriela Alach
[email protected]
Cecilia Palermo
[email protected]
Proyecto UBACyT S411
Instituto de Investigaciones Gino Germani – Facultad de Ciencias Sociales – UBA

El trabajo que presentamos se sitúa en el marco de la relación entre el ejercicio epistémico-


metodológico y la perspectiva política de la actividad científica, vinculándose además con los fines
sociales atribuidos al conocimiento científico y al saber sociológico.

Desde diferentes enfoques, se cuestiona la adecuación de las conceptualizaciones teóricas clásicas


para explicar los procesos sociales contemporáneos. En ese escenario, no sólo las categorías
conceptuales están puestas en duda, sino que las disciplinas asociadas a teorías consagradas están
llamadas a dar razones de su condición y de su existencia. Luego, parece apropiado preguntarse no
sólo por la actualidad o caducidad de ciertos conceptos de la teoría social, sino también por la
articulación y organización disciplinar de ese saber.

-1-
Disciplinarización del modo moderno del conocimiento
Habitualmente, se considera que una disciplina es un artefacto intelectual heurístico, construido
para explicar y dar razones de cierto ámbito de la realidad que se desea estudiar, utilizando métodos
propios y reconociendo, al mismo tiempo, todo aquello que queda fuera de su alcance y de su
espacio de conocimiento. Decir qué es una disciplina es, al mismo tiempo, decir todo lo que no es.
En este punto, es conveniente preguntarse acerca de la conformación de las disciplinas dentro del
universo de las ciencias sociales. A lo largo de su desarrollo, las ciencias sociales y humanas se
diferenciaron entre sí y marcaron sus límites disciplinares según tres criterios: 1) el temporal –que
distinguía pasado de presente, dando lugar a la separación entre historia ideográfica, por un lado, y
economía, ciencia política y sociología en cuanto disciplinas nomotéticas, por otro–; 2) el identitario
–que procedía mediante la distinción civilizado-europeo/otro-no europeo–, que dio espacio para el
surgimiento de la antropología y los estudios orientales; 3) por último, la especialización sobre
cuestiones asociadas a la modernidad –mercado, Estado y sociedad civil–, las que constituyeron
ámbitos exclusivos de la economía, la ciencia política y la sociología, respectivamente 1. Las
separaciones coincidieron con el proceso de institucionalización iniciado en el siglo XIX; pero
desde 1945, los límites así definidos se vieron desafiados tanto por los cambios económicos y
políticos, como por la expansión del sistema universitario. Las fronteras comenzaron a
desdibujarse, al punto que varias de esas disciplinas ya no podían definirse según áreas de estudio
específicas o métodos diferentes 2.

Si durante el siglo XIX y la primera mitad del XX las ciencias sociales quedaron atrapadas en las
redes del modelo newtoniano, el cuestionamiento de ese patrón dio paso a una crisis paradigmática
que inauguró un campo de lucha entre “dos culturas”: la filosofía y la ciencia. La disciplinarizacion
de las ciencias sociales –en tanto espacio de saber “entre” las humanidades y las ciencias naturales, y
profundamente dividido entre las dos culturas–, comenzó a desintegrarse hacia 1945 3. El aumento
cuantitativo del número de científicos sociales en busca de nichos disponibles para investigar, se
manifestó en el cruce de fronteras disciplinares y en el borramiento de esos mismos contornos. De
ahí que en los años 70 “[...] la exigencia de inclusión académica de grupos antes ignorados (mujeres,
minorías, etc.) llevó a la creación de nuevos programas de estudio interdisciplinarios en las
facultades” 4. Surgieron entonces dos nuevas corrientes: las denominadas “ciencias de la

1
Wallerstein, Immanuel. El legado de la Sociología, la promesa de la ciencia social, Nueva Sociedad, Caracas, 1999;
p. 12.
2
Ibíd.; p. 13.
3
Wallerstein, I. Las incertidumbres del saber, Gedisa, Barcelona, 2006; p. 25.
4
Ibíd.; p.26.

-2-
complejidad” y los “estudios culturales”. Si bien en alguna medida ambas mantienen la distinción
entre ciencia y filosofía, las primeras adscriben metodológicamente a la incertidumbre y consideran
que el equilibrio es una condición excepcional; los segundos, en cambio, atacan el determinismo y
el universalismo del modo tradicional de abordaje de los estudios humanísticos.

Emergencia de la interdisciplina y la transdisciplina


En ese marco, las nociones de interdisciplina y transdisciplina dan la pauta de una transformación
que refiere a cuestiones tanto intra como extracientíficas. Absorbidos por el proceso de
globalización y la consideración del conocimiento como una fuerza productiva de primer orden,
ambos conceptos dan cuenta de formas diversas de entender el trabajo de investigación. La
interdisciplina –surgida en la segunda posguerra para poner orden en el conjunto de disciplinas
autónomas– pretende superar la dispersión y la concepción de la ciencia como “unidad del saber”.
No renuncia a las especialidades, aunque se define como una síntesis superadora que busca tender
puentes de reflexión metodológica en aras de la dinamización de las diversas áreas del
conocimiento. Lo que mejor la define es la idea de interfecundación, es decir, la capacidad para
suplir los defectos de una disciplina mediante la utilización de principios, métodos y
generalizaciones de otra, condición deseable para contribuir al progreso de la ciencia. La
construcción conjunta del objeto de estudio asegura un grado más elevado de comprensión, una
selección más adecuada de los instrumentos analíticos, un lenguaje común y un enriquecimiento de
la comunicación entre especialistas. En suma, interdisciplina significa la resolución de problemas
epistemológicos a través del diseño de una metodología integrada y del desarrollo de vínculos
interpersonales orientados a la colaboración y la interdependencia de metas y tareas5. Su
caracterización reconoce antecedentes en la crítica del cientificismo realizada por Varsavsky en la
década del 60, cuyo planteo hacía hincapié en la necesidad de comenzar por el eslabón empírico-
decisorio, sin excluir la descripción, la explicación y la predicción 6.

En cuanto a la transdisciplina, pueden identificarse al menos dos posiciones: la que procede del
modelo de la “nueva producción del conocimiento” 7, y la fundada en valores de carácter
existencial 8. La primera, se organiza en torno a la resolución de problemas, única guía atinada para
la actividad científica. Su contenido definidamente práctico se rige por la urgencia y la necesidad, de

5
En el plano de las prácticas universitarias, dichas transformaciones redundarían positivamente siempre que las
disciplinas que se imparten coexistan en igualdad de condiciones y con el mismo valor científico.
6
Cfr. Varsavsky, O. Ciencia, política y cientificismo, Centro Editor de América Latina, Bs. As., 1969.
7
Cfr. Gibbons, M. et al. La nueva producción del conocimiento, Pomares-Corredor, Barcelona, 1997.
8
Cfr. Nicolescu, B. “La transdisciplinariedad. Desvíos y extravíos”, www.complejidad.org/transdisciplinariedad-
1994.pdf; Morin, E. Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona, 1995; “Carta de la
Transdisciplinariedad”, Convento de Arrábida, 1994.

-3-
modo que los grupos de investigación deben reunir actores con saberes teóricos y prácticos. La
incorporación de conocimientos extracientíficos (los de los decisores políticos), garantiza la rapidez
y funcionalidad de las actividades en virtud de la importancia concedida a los “contextos de
aplicabilidad”. El conocimiento cobra la forma de “saber hacer” y es valorado por su utilidad más
que por su contenido de verdad. La otra perspectiva, en cambio, radica en la recuperación de la
unidad del saber por medio del tratamiento conjunto de la interioridad y la exterioridad del ser
humano, con lo que la ciencia no es en absoluto la única vía de acceso al conocimiento de la
realidad. La índole a-tópica de la transdisciplina (un lugar sin lugar) presupone el rescate de las
cualidades humanas: la dimensión histórica, la biológica y la relativa a los nexos entre las diversas
especies. Ante el avance de la tecnociencia y la eficacia, se propugna la vuelta a una mirada global
del hombre, la rehabilitación del saber no-científico y la asociación entre ciencia, arte, religión y
tradición.

Cuando se contrasta esta configuración con la de los teóricos del nuevo modo de producción del
conocimiento, se observan notables diferencias: la segunda subraya el definitivo desmoronamiento
de una comprensión común del mundo, por lo que cualquier proyecto de unificar el conocimiento
especializado es pura nostalgia; luego, se trata de desarrollar estrategias comunes –que sin renunciar
a los saberes desciplinares– conduzcan a una teoría transdisciplinar homogénea, o a un modelo de
fusión adecuado a la temporalidad contemporánea y a la creación de contextos de aplicación; la
primera, en cambio, con su voluntad de reconciliar mundo interior y exterior en una entidad
unitaria, se desliza irremediablemente hacia la construcción de una nueva disciplina, en este caso
transdisciplinar.

Los enfoques críticos


Entre los diversos cuestionamientos, sobresale el que hace foco en la abolición de toda noción de
totalidad social, especialmente la proclamada por los “estudios culturales”. Su reemplazo por una
variedad de fragmentos donde predomina la laxitud de todos los géneros junto con sus límites,
provoca una polifonía inédita de diferencias y de acentos. Lo inter o transdisciplinar opera como
“[…] callada repetición del (des)orden de lo real, al pretender captarlo sin la intermediación del
ordenamiento epistémico” 9. La advertencia se dirige a la pérdida de posiciones críticas como
resultado de la mimetización con las tendencias culturales que analizan, lo que resulta en el
quebranto de las ineludibles bases científicas y metodológicas. La consecuencia no sería más que

9
Follari, R. (a), “La Interdisciplina Revisitada”, en Andamios. Revista de Investigación Social, Año 1, número 2, junio
2005, p.10; http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/628/62810201.pdf

-4-
una propuesta a mitad de camino entre la reivindicación de los estudios culturales y el
reconocimiento de los problemas que enfrenta cada disciplina para ofrecer, por sí misma, una
interpretación de lo social. De ese modo, el surgimiento de la interdisciplina cobra la forma de una
entelequia propagada a Latinoamérica por las teorías filosóficas deconstructivas y los estudios
culturales al estilo estadounidense. Sus efectos se traducen en la progresiva literaturización de las
ciencias sociales, en las que predomina la retórica sobre el análisis empírico, y la libre reflexión por
sobre las constricciones y exigencias de las teorías científicas 10.

A su vez, el desvanecimiento de los límites disciplinares en el campo de las ciencias sociales, parece
responder a las necesidades de quienes distribuyen los recursos financieros: frente al recorte de
fondos, autoridades universitarias, gobiernos nacionales, agencias estatales y fundaciones públicas y
privadas, proponen reconsiderar la relevancia de las estructuras existentes. En esa línea,
corresponde subrayar que las actividades de investigación así definidas, plantean serios problemas
de coordinación, lo que indica que lo interdisciplinar no resulta una tarea sencilla, ni ofrece los
resultados inmediatos buscados 11.

Desde la teoría del conocimiento, la disciplinariedad es objeto de críticas dada la excesiva


compartimentación de saberes a que da lugar 12. No obstante, enjuicia la propuesta interdisciplinar
por las limitaciones para alcanzar un conocimiento abarcador e interactivo. En la misma dirección,
los matices de la interdisciplinariedad son vistos como la tentativa de la globalización neoliberal por
“[…] coser lo incosible de una fragmentación histórica de los saberes” 13. En contraste con la
perspectiva arborescente, se propone otra centrada en la transversalidad rizomática entre distintas
áreas del saber 14: fundada en la cláusula del respeto por las diferencias y en la habilitación de
tránsitos posibles por los múltiples saberes, la fórmula consiste en la habilitación de
policomprensiones infinitas, pero sin forzar su integración.

10
Follari, R. ¿Literaturización de las ciencias sociales?,
www.clacso.org/wwwclacso/espanol/html/biblioteca/sala/sala2.html
11
Follari, R. “La Interdisciplina Revisitada”, op. cit.; p. 15.
12
Según se afirma, la organización disciplinar no sólo delimita campos específicos de conocimiento, sino que los
jerarquiza.
13
Gallo, S. “Conocimiento y Transversalidad”, Paideia Project, 1998; p. 6, www.bu.edu/wep/Papers/TKnoGall.htm
14
Retomando los análisis de Foucault sobre producción/organización del saber, lo que se pone en duda es la metáfora
según la cual el conocimiento es un gran árbol con raíces afirmadas en la verdad y con un tronco que se ramifica por la
realidad. Esa imagen presenta una concepción mecánica y fragmentada del saber. En la línea propuesta por Deleuze y
Guattari (cfr. Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, Pretextos, Madrid, 1995), el pensamiento humano se acerca más
a sistemas caóticos que a sistemas jerárquicamente ordenados. De allí deriva el paradigma rizomático, cuya
especificidad remite a la multiplicidad: la propuesta consiste en pensar el saber como el entrelazamiento de
innumerables líneas que forman conjuntos complejos y de referencias múltiples.

-5-
La resignificación del los conceptos por parte de los organismos internacionales de crédito
Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial, hacen uso de las nociones de
transdisciplina e interdisciplina. Aunque aparecen reiteradamente en documentos sobre temas
diversos, no es posible identificar una definición que las distinga, pues se usan indiscriminadamente
como sinónimos.

La primera entidad concibe la transdisciplina como uno de los componentes básicos del desarrollo
sustentable 15. Tanto las disciplinas académicas como los conceptos de espacio y tiempo se
consideran límites tradicionales que es necesario trascender a fin de lograr un análisis adecuado de
los conflictos contemporáneos. Ante una situación en la que tanto los problemas como sus
soluciones han dejado de respetar las divisiones convencionales, el análisis transdisciplinar resulta
esencial pues implica el quiebre de las fronteras entre las disciplinas y de las divisiones de tiempo y
espacio.

El Banco Mundial emplea el concepto de un modo similar: resalta la necesidad de un esfuerzo


transdisciplinar para lograr un equipo básico de habilidades que abarque determinadas áreas:
económica (recursos naturales y ambientales, agricultura, finanzas, intercambio y macroeconomía),
sociológica, demográfica, administrativa, educativa y de gestión del conocimiento 16, lo que
desemboca en la construcción de la “sociedad del conocimiento”. Ante la fragmentación y
compartimentación del saber, plantea la necesidad de un conocimiento global mediante la
generación de contactos internacionales y la creación de un sistema 17 basado en redes de trabajo e
investigación que se formarán, disolverán y reagruparán al ritmo de la complejidad de los
problemas 18. Así, la investigación ya no dependerá pura y exclusivamente del dominio de las
universidades, sino que se convertirá en un hecho interactivo con la participación de distintos
productores de conocimiento. El criterio para medir el rango de interdisciplinariedad, radica en el
recuento de citas provenientes de otras disciplinas mencionadas en los textos de los autores 19.

15
Mohan Munasinghe. “Incremento de la temperatura, incremento del riesgo”,
http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/2008/03/munasinghe.htm
16
“Mantenimiento del capital natural”, http://info.worldbank.org/etools/snc/doc/SNC_PPT.pdf
17
“Construcción de capacidad institucional y preparación de la autonomía”,
http://info.worldbank.org/etools/docs/library/244632/IndAnandakrishnan.pdf
18
“Educación terciaria a distancia y tecnología en África subsahariana”
http://siteresources.worldbank.org/EXTAFRREGTOPDISEDU/Resources/tertiary.pdf
19
“La separación de las ciencias sociales y la cooperación entre ellas”,
http://siteresources.worldbank.org/INTDECCAPBUIECO/Resources/Janos.PDF

-6-
Conclusión
En síntesis, las propuestas inter y transdisciplinarias postulan que las fronteras disciplinares son tan
“porosas” que los tránsitos de información y conocimiento entre ellas parece un proceso inevitable
que, tarde o temprano, podría producir la definitiva desaparición de las disciplinas tal como las
conocemos. Cabe señalar que en este contexto, la llegada al vocabulario de las ciencias sociales del
concepto de complejidad, cuyo propósito persigue dar cuenta de nuevos actores, nuevas
disyuntivas, realidades fragmentadas, multiformes y descentradas, tiene toda la apariencia de operar
como conjuro del cambio y el conflicto.

Sin embargo, su advenimiento no anula la operación propiamente científica de desenmarañar la


intrincada trama que da forma a las sociedades contemporáneas. Es decir que más allá de la
irrupción de los novedosos procesos que se hallan a la espera de explicación, las ciencias sociales
siguen atadas al esclarecimiento de la interacción y de las instituciones, por más complejas que sean,
ciñendo su quehacer a reglas y procedimientos de carácter epistemológico y metodológico.
Interdisciplina y transdisciplina, entonces, no son “panaceas” que resuelvan los innumerables
obstáculos que se interponen en la labor de conocer; y menos aun, remedios para el complicado
trabajo de construir herramientas analíticas capaces de captar adecuadamente los problemas
sociales. Ninguna parece obturar el peligro de la falta de rigor teórico de científicos muy formados
en una especialidad, “[...] que con poco pudor y notable inconsciencia se atreven a dictaminar en
otra, creando una nueva Babel de discursos inconfrontables” 20. Luego, la reunión de disciplinas
colma las exigencias de objetos complejos a condición de que se desarrollen vínculos
interpersonales, colaboración profesional, confianza mutua y una relación democrática entre las
disciplinas que participan de la tarea. La cuestión parece difícil de lograr, cuando sigue creyéndose
que las ciencias sociales están más cerca de la teología que de verificación empírica 21.

20
Gei, I. “Presupuestos para el diseño de una legislación aplicable y eficaz”,www.farn.org.ar/p32/contenidos. html
21
Entrevista de L. Moledo y N. Veiras a Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, en Página 12, 7
de febrero de 2008.

-7-

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