01 T1 Introduccion A La Seguridad Industrial Ofi1
01 T1 Introduccion A La Seguridad Industrial Ofi1
01 T1 Introduccion A La Seguridad Industrial Ofi1
La seguridad y salud en el trabajo. Se refiere al estado de bienestar físico, mental y social del
trabajador, que puede resultar afectada por los diferentes variables factores de riesgo existentes en el
ambiente laboral, bien sea de tipo orgánico, psíquico o social
Pasando por los múltiples cambios que la concepción del trabajo ha experimentado a lo largo de la
historia del hombre, se llega a la situación actual en la que lejos de constituir exclusivamente un
medio de subsistencia, es un importante elemento de valoración social y de desarrollo de su actividad
creadora, formando por ello un derecho y un deber de la persona.
Con base en este concepto, la tendencia actual en este campo nos debe llevar a conseguir una mejor
calidad de vida y óptimas condiciones de trabajo a fin de evitar que la salud del hombre que labora
pueda resultar afectada por las situaciones que el mismo creó.
La seguridad y salud en el trabajo. Se refiere al “estado de bienestar físico, mental y social del
trabajador, que puede resultar afectada por las diferentes variables factores de riesgo existentes en el
ambiente laboral, bien sea de tipo orgánico, psíquico o social
Sin entrar en las múltiples consideraciones existentes para poder expresar ambos conceptos, no
podemos dejar de citar los dos términos como introducción a una materia como seguridad e Higiene
del Trabajo, cuyo objetivo se basa precisamente en las consecuencias de la interacción entre esos
vocablos; el trabajo, como origen de riesgo y la salud como bien preciado para el hombre que puede
verse alterado por el trabajo.
Pasando por los múltiples cambios que la concepción del trabajo ha experimentado a lo largo de la
historia del hombre, se llega a la situación actual en la que lejos de constituir exclusivamente un medio
de subsistencia, es un importante elemento de valoración social y de desarrollo de su actividad
creadora, formando por ello un derecho y un deber de la persona.
El concepto de la salud, a pesar de sus múltiples enfoques y tratamientos, se encuentra con una
concepción más generalizada que los restantes basada en la concepción médica del término de sus tres
aspectos: somático o fisiológico, psíquico y sanitario.
De estos tres aspectos a considerar, es precisamente la concepción semántica o fisiológica la que más
importancia ha ejercido en la sociedad, la cual, al considerar la salud como el bienestar del cuerpo y el
organismo físico, ha conducido hacia una definición negativa, generalmente utilizada, de ausencia de
enfermedad que sólo se conoce y valora cuando se pierde..
Otro aspecto importante a destacar es el concepto de salud humana, personal e individual, diferente
para cada tipo de persona, ligado a su aspecto subjetivo y difícil de valorar hasta que se pierde.
A la vista de lo expuesto se puede establecer, que cuando se habla de salud laboral nos estamos
refiriendo al estado de bienestar físico, mental y social del trabajador, que puede resultar afectada por
las diferentes variables o factores de riesgo existentes en el ambiente laboral, bien sea de tipo orgánico,
psíquico o social.
Dado que la salud se considera un derecho fundamental de la persona, el conseguir el más alto grado de
salud constituye un objetivo social de primer orden, siendo preciso para su logro el aporte de otros
sectores, sociales y económicos, además del de la salud.
El cada vez mayor conocimiento de los fenómenos físicos y químicos del planeta, ha permitido que
desde su origen, la humanidad haya ido en progresando y mejorando su nivel de vida, a partir del
mayor y mejor aprovechamiento de los recursos naturales disponibles.
El hombre que no se ha limitado a la utilización de las sustancias naturales, sino que en su espíritu de
superación ha logrado la síntesis de nuevos productos con mejores calidades y la aplicación de nuevas
formas de energía, dando lugar a la aplicación tecnológica de estos conocimientos científicos y
consecuentemente, al gran desarrollo industrial de nuestro siglo, sin embargo también ha contribuido a
aumentar los riesgos que estos procesos conllevan para la población en general y para el trabajador en
particular, causando deterioro de la salud y dando lugar a la aparición de nuevos daños derivados del
trabajo.
Por otra parte, si por ecología se entiende, la ciencia que estudia las relaciones existentes entre
organismos y el medio en que viven, no cabe duda, que el sistema ecológico ocupacional, constituido
por el hombre-ambiente de trabajo, forma un subsistema de vital importancia en el supra sistema
ecológico total de la población, ya que el hombre permanece un cuarto de su vida en el ambienta de
trabajo y los empleados constituyen una parte importante de la población total.
En el anterior esquema se puede ver cómo el hombre, con su labor, modifica el ambiente que lo rodea y
que éste, una vez cambiado, actúa sobre la salud del mismo hombre, dando lugar a los daños derivados
del trabajo.
En este sentido, por ambiente o condiciones del trabajo no solo se debe entender los factores de
naturaleza física, química o técnica (materias utilizadas o producidas, equipos empleados y métodos de
producción aplicados) que pueden existir en el pues- to de trabajo, sino que también deberán
considerarse aquellos otros factores de carácter psicológico o social que pueden afectar de forma
orgánica, psíquica o social la salud del trabajador.
- Ambiente físico
- Ambiente psicológico
- Ambiente social
Se constituye por aquellos factores ambientales que pueden dañar la salud física y orgánica del
trabajador; comprende:
Consecuencia de las relaciones sociales externas a la empresa afectadas cada vez más por problemas
generacionales, cambio de esquemas de valores, etcétera o internos a la empresa, sistemas de mando,
política de salarios, sistemas de promoción y ascensos, etc.
Con independencia de que posteriormente, en el último punto de este capítulo se incluyen las
identificaciones de los términos más utilizados en prevención de riesgos laborales, de utilidad tanto
para completar el presente como para temas posteriores, vamos a estudiar brevemente este apartado la
terminología básica.
- Peligro: es todo aquello que puede producir un daño o deterioro de la calidad de mi vida
individual o colectiva de las personas.
- Daño: es la consecuencia producida por un peligro sobre la calidad de vida individual o
colectiva de las personas.
- Riesgo: si bien prevención de riesgos debemos entenderlo como la probabilidad de que ante un
determinado peligro se produzca cierto daño, pudiendo por ello cuantificarse.
- Prevención: técnica de actuación sobre peligros con el fin de suprimirlos y evitar sus
consecuencias perjudiciales. Suele englobar también el término protección.
- Protección: técnica de actuación sobre las consecuencias perjudiciales que un peligro puede
producir sobre un individuo, colectividad, o su entorno, provocando daños.
El trabajo produce modificaciones en el medio ambiente que pueden ser: mecanismos, físicos,
químicos, psíquicos, sociales, morales y lógicamente se puede pensar que estos cambios afectan la
salud integral de las personas que se dedican a una actividad. Es por ello que se hace necesario tomar
medidas con la aplicación de la higiene laboral y nos damos cuenta que actualmente en Bolivia,
muchas empresas, de acuerdo a sus necesidades, ya cuentan con un departamento independiente y
específico para la higiene industrial.
Se han creado nuevas industrias, que conllevan nuevos procesos, y por añadidura las ramas de la
Higiene Industrial aplicables, también se han extendido, como son:
- La seguridad industrial
- La medicina del trabajo
- La ergonomía
- La higiene general
- El control ambiental
- La Física.
- La psicología.
- La Química.
- La Toxicología.
- La Biología.
- La Anatomía.
- La Sociología.
- La Fisiología.
La higiene y Seguridad Industrial, trata sobre los procedimientos para identificar, evaluar y controlar
los agentes nocivos y factores de riesgo, presentes en el medio ambiente laboral y que, bajo ciertas
circunstancias, son capaces de alterar la integridad física y/o psíquica del ser humano; ya que éstos
procedimientos son reglamentados legalmente, considerando que la ley protege al trabajador desde su
hogar para trasladarse a su centro de trabajo, su acción recae en la vida cotidiana del trabajador, pues
también existen riesgos tanto en el hogar como en todos los servicios públicos. Por consiguiente, hace
uso de:
- La medicina del Trabajo, disciplina afín, cuya principal función es la de vigilar la salud de los
trabajadores, valiéndose de elementos clínicos y Epidemiológicos.
- La Ergonomía, se dedica a procurar la implementación de lugares de trabajo, diseñadas de tal
manera que se adapten a las características anatómicas, fisiológicas y psicológicas de las
personas que laboren en ese sitio.
- La Psicología Laboral, se ocupa de lograr una óptima adaptación del hombre a su puesto de
trabajo y así mismo, estudiar las demandas psicológicas y cargas mentales que el trabajo
produce al trabajador.
- La Psicología, se encarga de prevenir los daños a la salud causados por tareas monótonas y
repetitivas, y por la propia organización del trabajo cuando ésta no toma en cuenta al
trabajador como humano que es.
- La Administración del trabajo, disciplina clave para el buen funcionamiento de cualquier
centro de trabajo, ya que son de su responsabilidad las políticas generales y la organización del
trabajo.
Se incluyen en este grupo las condiciones materiales que influyen sobre la accidentabilidad: pasillos y
superficies de tránsito, aparatos y equipos de elevación, vehículos de transporte, maquinas,
herramientas, espacios de trabajo, instalaciones eléctricas, etc.
Del estudio y conocimiento de los citados factores de riesgo se encarga la seguridad del trabajo,
técnica de prevención de los accidentes de trabajo.
Se incluyen en este grupo los denominados contaminantes físicos (ruido, vibraciones, iluminación,
condiciones termo higrométricas, radiaciones ionizantes rayos X, rayos gamma, etc., y no ionizantes
ultravioletas, infrarrojos, microondas, etc, presión atmosférica, etc.). los denominados contaminantes
químicos presentes en el medio ambiente de trabajo constituidos por materias inertes presentes en el
aire en forma de gases, vapores, nieblas, aerosoles, humos, polvos, etc., y los contaminantes biológicos
constituidos por microorganismos (bacterias, virus, hongos, protozoarios, etc.) causantes de
enfermedades profesionales.
Del estudio y conocimiento de los citados factores de riesgo se encarga la higiene del trabajo, técnica
de la prevención de las enfermedades profesionales.
Incluyendo las exigencias que la tarea impone al individuo que las realiza (esfuerzos, manipulación de
cargas, posturas de trabajo, niveles de atención, etc.) asociadas a cada tipo de actividad y
determinantes de la carga de trabajo, tanto física como mental, de cada tipo de tarea, pudiendo dar
lugar a la fatiga.
Del estudio y conocimiento de los citados factores de riesgo se encarga la Ergonomía, ciencia o
técnica de carácter multidisciplinar que estudia la adaptación de las condiciones de trabajo al hombre.
Se incluye en este grupo los factores debidos a la organización del trabajo (tareas que lo integran y su
asignación a los trabajadores, horarios, velocidad de ejecución, relaciones jerárquicas, etc.) se
consideran:
Puede originar problemas de insatisfacción, estrés y otros, de cuyo estudio se encarga la psicología.
Como se ha visto, el trabajo por medio de las modificaciones ambientales del mismo o las
condiciones anteriormente definidas, ejerce sobre el individuo una notable influencia, pudiendo dar
lugar a la pérdida del equilibrio de la salud y originar lo que se ha de llamar patología del trabajo o
daños derivados de este como ya se ha visto.
En el siguiente esquema se indica los principales daños derivados del trabajo a los que habría que
añadir una serie de nuevas patologías, consecuencia generalizada de las de- nominadas nuevas
tecnologías, NT (información robótica, empleo de productos tóxicos etc.) y de las nuevas formas de
organización del trabajo, NFOT.
Los factores de seguridad señalados pueden dar lugar a diferentes tipos de accidentes de trabajo como
consecuencia de:
- Lesiones originadas en el trabajador por elementos móviles de las maquinas (golpes, cortes,
atrapamientos), materiales desprendidos (pieza que se mecaniza o elementos de la máquina),
etc.
- Lesiones originadas por herramientas manuales o mecánicas (golpes y cortes), lesiones
oculares, esguinces, etc.
- Lesiones originadas por golpes con objetos, máquinas o materiales, atrapamientos, etc.
- Lesiones originadas por aplastamientos, caídas de o desde aparatos eleva- dores, vuelco de
vehículos, etc.
- Quemaduras, asfixia, paro respiratorio, tetanización o fibrilación ventricular, consecuencias de
contactos con corriente eléctrica.
Los factores de origen físico ambientales pueden dar lugar a diferentes tipos de enfermedades
profesionales o accidentes como consecuencia de:
- Permanencia del trabajador durante prolongados periodos de tiempo a ni- veles de presión
sonora excesivos (sordera profesional), que pueden dar lugar a otras repercusiones fisiológicas
(aumento de ritmo cardíaco, aceleración del ritmo respiratorio, reducción de la actividad
cerebral, etc.).
- Permanencia del trabajador durante largos periodos de tiempo a elevadas temperaturas
(deshidratación, golpe de calor, etc.).
- Exposición a radiaciones ionizantes (quemaduras, hemorragias, cánceres, etc.) o radiaciones no
ionizantes (cataratas, conjuntivitis, inflamación de la córnea, etc.).
Los factores ambientales de origen químico pueden dar lugar a diferentes tipos de enfermedades
profesionales como consecuencia de exposición a contaminantes tóxicos, los cuales pueden producir
efectos:
Los factores ambientales de origen biológico pueden dar lugar a diferentes tipos de enfermedades
profesionales como consecuencia de exposición a contaminantes biológicos:
La carga de trabajo puede dar lugar a accidentes y/o fatiga física o mental, manifestada esta última por
los síntomas de irritabilidad, falta de energía y voluntad para trabajar, depresión, etcétera, acompañada
frecuentemente de dolores de cabeza, mareos, insomnios, problemas digestivos, etc.
Los factores de organización pueden dar lugar a una serie de efectos para la salud (fatiga,
insatisfacción, estrés, etc.) Algunas consecuencias concretas son:
De todos los daños derivados del trabajo citados, el accidente de trabajo y la enfermedad profesional
constituyen la denominada patología específica del trabajo, por su indudable relación causa-efecto,
mientras que la insatisfacción, el estrés, la fatiga y el envejecimiento prematuro constituyen la
denominada patología inespecífica del trabajo, por su relación de casualidad no tan clara y
específica, a la que habría que añadir las nuevas patologías emergentes consecuencia de la NT y
NFOT (somatizaciones, siniestrosis, etc.).
Con independencia de que los daños profesionales señalados sean posteriormente analizados con
mayor profundidad, en este punto vamos a definir de forma simple cada uno de ellos, en relación a su
patología y tipo de ambiente que los origina.
La prevención de riesgos laborales trata del conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas,
en todas las fases de actividad de la empresa (incluida la concepción, diseño y proyecto de procesos,
lugares de trabajo, instalaciones, dispositivos, procedimientos, etc.) dirigidas a evitar o minimizar los
riesgos, en este caso, laborales o derivados del trabajo.
Prevención primaria, dirigida a evitar los riesgos o la aparición de los daños (materialización de los
riesgos) mediante el control eficaz de los riesgos que no pueden evitarse. Esta prevención,
obviamente es la más eficaz, incluso, atendiendo a lo expuesto con anterioridad, es la más
eficiente. A su vez puede implicar distintos tipos de acciones, que se describen a continuación por
orden decreciente de eficacia:
En este apartado se van a defenir no solo los conceptos relacionados con este capitulo sucesivos. Se
utilizarán para ello las normas que permitan definirlos.
Definiciones Generales:
Definiciones Especificas
- Prevención
- Protección
- Medicina del trabajo
- Seguridad del trabajo
- Higiene del trabajo
- Leyes
- Reglamentos
- Decretos y otros.
1.6.1. RIESGOS
En el contexto de la seguridad y salud en el trabajo, se define riesgo laboral como la posibilidad de que
un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo. Se completa esta definición
señalando que para calificar un riesgo, según su gravedad, se valorará conjuntamente la probabilidad
de que se produzca el daño y su severidad o magnitud.
Se consideran daños derivados del trabajo a las enfermedades, patologías o lesiones producidas con
motivo u ocasión del trabajo. Se trata de lo que en términos más comunes o tradicionalmente se habla
como enfermedades o patologías laborales o accidentes laborales, aunque con un sentido más
amplio y menos estricto. Es decir, cualquier alteración de la salud, incluidas las posibles lesiones,
debidas al trabajo realizado bajo unas determinadas condiciones.
La salud es un término que todo el mundo asocia al estado o condiciones en que se encuentra el
organismo de la persona con relación a su capacidad o ejercicio de las funciones que le corresponden
normalmente. Cuando se utiliza este término como ese estado o condiciones cuando permiten el
desarrollo pleno, normal, de las funciones o potencialidades del organismo, se habla de la salud plena,
de la buena salud, se piensa en la ausencia de enfermedades. Sin embargo, para entendernos hace falta
una referencia o fijar qué se entiende por normalidad. Quizás sirva la definición de la OMS: La salud
no es una mera ausencia de afecciones y enfermedad, sino el estado de plena satisfacción física,
psíquica y social.
Hay que tener en cuenta de que se conjugan dos variables de probabilidad. Una es la probabilidad de
que se produzca el accidente, y otra la probabilidad de que ocurrido el accidente éste dé lugar a
mayores o menores daños.
Habrá, por ejemplo, una probabilidad de desprendimiento de objetos desde una cierta altura y una
probabilidad de que lleguen a producir lesiones graves. Tanto una posibilidad remota de que se
desprenda un objeto, aunque sea pesado y desde una altura apreciable, aunque si llegara a producirse
sería muy probable que ocasionara graves lesiones, como la muy probable caída de un pequeño objeto
elástico desde una baja altura que sería improbable que produjera lesión alguna, podrían, ambos
riesgos, calificarse como leves o irrelevantes.
Existe otra clase de riesgos además de los de accidente. Se suelen denominar riesgos ambientales o
riesgos de sufrir una alteración de la salud (enfermedad o patología). Pueden ser desencadenados por
uno o varios factores de riesgo ambientales, (agentes químicos o físicos, por ejemplo) o de
organización del trabajo.
En el caso de los factores de riesgo ambientales, la probabilidad de que se produzca el daño viene
representada por la dosis del agente contaminante recibida por el organismo. Esta dosis puede medirse
como energía recibida por unidad de tiempo, si se trata de un agente físico, o como cantidad de
sustancia que penetra en el organismo por unidad de tiempo, si se trata de un agente químico.
Si se trata de agentes físicos hay que considerar el área, zona u órgano del cuerpo afectado o que pueda
verse afectado por la exposición a según qué tipo de agente y tener en cuenta además determinadas
características propias del mismo de agente. Así por ejemplo, para una radiación ionizante es muy
diferente si se expone el ojo o una parte de la piel, o todo el cuerpo, o si se trata de una sustancia
emisora que ha penetrado en el interior del organismo.
En la exposición a agentes químicos hay que considerar las vías de penetración en el organismo. Con
ocasión del trabajo, la vía más común es la respiratoria, aunque existen muchos casos en los que el
agente se absorbe, además, a través de la piel. Cualquier otra vía, oral, parenteral, resulta altamente
improbable con relación al trabajo.
La severidad del daño que puede producirse por exposición a los agentes químicos ambientales, se
suele determinar mediante el porcentaje de casos que se presentan para una dosis determinada y se
denomina respuesta. La relación entre ambos parámetros se denomina relación dosis-respuesta y es de
difícil obtención. En la práctica común para evaluar un riesgo ambiental se mide el nivel promediado
en el tiempo de la presencia del contaminante en el puesto de trabajo (intensidad o concentración
media, según se trate de un agente físico o químico) y se compara con los valores límite (intensidades
o concentraciones promediadas) de referencia. Para ciertos agentes físicos, como el ruido o las
radiaciones ionizantes es relativamente sencillo medir la dosis recibida, por lo que los valores límite se
suelen dar en términos de dosis.
Llegados a este punto, en relación con los riesgos ambientales, es decir, debidos a agentes ambientales,
conviene distinguir dos clases de efectos: los inmediatos y los diferidos en el tiempo.
Con la denominación efectos inmediatos, se quiere expresar que el daño se produce nada más se
desencadena el suceso que lo causa, pudiendo evolucionar a partir de esta acción de una manera
continuada tanto a un agravamiento como a una mejoría. Este es el caso, por ejemplo, de un accidente
de caída de altura con resultado de lesiones. Pero también la exposición a un ruido de impacto (un
disparo) con resultado de perforación del tímpano, o la salpicadura de un líquido corrosivo sobre la
piel con resultado de una quemadura química (destrucción de los tejidos). A esta posibilidad se
refieren los riesgos de accidente, mencionados en el epígrafe anterior, pudiendo intervenir también los
agentes físicos y químicos mencionados en éste, cuando actúan produciendo efectos de carácter
inmediato, como los de los ejemplos, efectos éstos denominados efectos agudos.
Sin embargo, los daños o efectos a los que se refieren los riesgos ambientales son diferidos en el
tiempo. Es decir, que la exposición continuada o repetida a unos determinados niveles o dosis de uno o
más agentes ambientales, supone la posibilidad de sufrir al cabo de un cierto tiempo una alteración de
la salud. En este sentido, una pérdida de la capacidad auditiva por exposición a altos niveles de ruido
durante un prolongado espacio de tiempo o un cáncer por haber estado expuesto a un agente
cancerígeno años atrás (exposición por vía respiratoria a fibras de amianto, hasta treinta años o más).
Tales efectos, que pueden manifestarse tiempo después, meses y hasta muchos años, se denominan
efectos crónicos y son característicos de los riesgos ambientales. Aunque no exclusivos de ellos, puesto
que existen patologías debidas a otras causas como las malas posturas o los movimientos no adecuados
y repetidos, (métodos y organización de la tarea inadecuados, mal diseño y adaptación defectuosa del
puesto de trabajo a la persona) que pueden dar lugar con el tiempo a patologías en músculos y huesos.
Caso aparte, aún más complicado por su especial índole, son los riesgos ambientales en los que están
implicados agentes biológicos. En general, tanto estos últimos como los demás riesgos ambientales,
por la dificultad de advertir sus efectos y relacionarlos con sus causas, que incluso pueden haber
desaparecido cuando se ponen de manifiesto los primeros signos que los delatan, por la complejidad y
gran diversidad de tales riesgos así como por las técnicas de identificación y evaluación, necesitan de
una reglamentación técnica y metodología específica, y de profesionales especializados para su
tratamiento.
En cuanto a los factores de riesgo relacionados con la ordenación del trabajo se puede hablar de
riesgos psicosociales. La dificultad de su evaluación estriba en que las posibles alteraciones de la salud
suelen ser inespecíficas siendo también muy difícil discernir en qué medida se deben a factores de
riesgo laborales y a factores extra laborales. Lo cual no quiere decir que carezcan de importancia o
que no se deban tomar medidas preventivas. Es más, estos problemas que surgen de la organización del
trabajo, pueden ser determinantes en la productividad y en la calidad final del producto o servicio que
se ofrece, por lo que la adopción de medidas para su detección y de las soluciones idóneas debe ser
prioritaria en la gestión de la empresa.
Tal es su importancia, que debe ser la primera actividad preventiva a emprender para, partiendo de sus
resultados, planificar adecuadamente, o en su caso, modificar el plan existente, el resto de la actividad
preventiva. Hay que advertir que la actividad preventiva incluye la información y la formación de los
trabajadores y necesita su participación.
Es conveniente lo siguiente:
- Realizar una evaluación inicial en la empresa, con carácter general, teniendo en cuenta la
naturaleza de la actividad e incluyendo aquellos trabajadores que sean especialmente sensibles
a determinados riesgos.
La evaluación de riesgos es en sí misma una actividad preventiva, la primera, puesto que se dirige a
identificar los factores de riesgo y prever los posibles daños y su magnitud, para poder elegir los
medios para eliminarlos o minimizarlos. Por lo tanto, se trata de tomar las medidas adecuadas a
tiempo, de actuar con anticipación, preventivamente, para no tener que lamentar que se produzcan
daños y que su análisis, entonces a posteriori, nos delate los factores de riesgo que los han
desencadenado y tener que actuar, ya a destiempo, corrigiendo las incorrectas o defectuosas
condiciones de trabajo.
El concepto de evaluación de riesgos difiere según el objeto que se persigue, el motivo por el que se
hace, quién la realiza, sobre qué elementos, en qué sector y en qué actividades. Así es diferente la
efectuada en relación con el medio ambiente que la relativa a prevención de riesgos laborales, por
imperativo legal o con objetivos de calidad, si la realiza un actuario o un higienista industrial, si se
refiere a equipos o productos que se van a comercializar o a lugares de trabajo, si se trata de una
instalación radiactiva o una sala de espectáculos o un establecimiento hotelero. Se debe añadir los
diferentes enfoques según la tradición en los diferentes Estados, sectores, culturas, etc.
El objeto de este trabajo impide la extensión sobre las distintas opciones, ni siquiera centrándose
exclusivamente en la prevención de riesgos laborales, por lo que se ceñirá, como referencia, a la
orientación de la Comisión Europea basada en un documento sobre Directrices para la evaluación de
riesgos en el lugar de trabajo, en el que los autores han participado.
Identificación de los factores de riesgo (también denominados peligros, si bien este término puede
tener otra acepción diferente, relacionada con la inminencia de la materialización del riesgo)
Valoración, cualitativa o cuantitativa, de los riesgos (Evaluación) existentes. Análisis de las posibles
medidas para eliminar o controlar el riesgo. Decisión sobre las medidas más adecuadas, implantación
de las mismas, su mantenimiento y control.
La evaluación debe referirse a los riesgos que pueda entrañar la actividad laboral y que puedan tener
una cierta entidad, tanto por una cierta probabilidad de que se materialice como por la significación del
daño esperado. En general, no hay porqué tener en cuenta los riesgos comunes de la vida ordinaria que
no son motivo de preocupación, salvo que otros factores de las condiciones de trabajo los acrecienten.
La evaluación de riesgos debe afectar a todos los puestos de trabajo. Podrán omitirse otros puestos
equivalentes a uno ya evaluado, con el fin de evitar evaluaciones repetidas sin utilidad alguna.
En general deberán atenerse a las características básicas descritas anteriormente. Se pueden adoptar
diferentes enfoques siempre que, en general, se lleven a cabo las siguientes actuaciones:
Estudio del entorno del puesto de trabajo (condiciones termos higrométricos, iluminación,
instalaciones, equipos, suelo, accesos, ruido, etc.)
Estudio de las pautas de trabajo y de la ejecución de las tareas, así como de su adecuación a los
métodos establecidos. Análisis de los factores externos que puedan influir en los riesgos (por ejemplo:
condiciones meteorológicas en trabajos al aire libre). Análisis de factores fisiológicos, psicológicos y
sociales, que puedan interaccionar. Análisis del sistema de prevención implantado.
Se adoptará un determinado enfoque en función de: el tipo del puesto de trabajo (en un lugar estable,
provisional, móvil, etc.) la clase de proceso (en cadena, repetitivo, nuevo, etc.) las características de la
tarea (monótona, ocasional, de alto riesgo, en espacios confinados, etc.) la complejidad técnica. En
ocasiones con un único procedimiento se podrá evaluar el conjunto de todos los riesgos. En
otras, sin embargo, será más adecuado adoptar enfoques diferentes para distintos aspectos de la
actividad.
A veces es útil realizar la evaluación de riesgos como una sucesión de diferentes etapas, en las que se
avanza hacia un conocimiento más preciso o más profundo. De esta manera, se puede comenzar por
una evaluación global que agrupe los riesgos en dos clases: aquellos conocidos que requieren medidas
de control también conocidas, que pueden adoptarse de inmediato y son fácilmente comprobables, y
aquellos otros que necesitan de un análisis más detallado. En esta evaluación global, cuando sea
posible, se determinarán los riesgos cuya eliminación es factible.
A menudo, la fuente de información más completa se obtiene mediante una entrevista con los
trabajadores involucrados en la actividad que se pretende evaluar. Ellos pueden describir todos
los detalles de las tareas y funciones que desempeñan, hábitos y precauciones que toman, pueden
opinar sobre los posibles problemas que presentan, señalar factores de riesgo y fallos del sistema de
prevención, y proponer mejoras.
Las evaluaciones más detalladas se abordarán siguiendo las etapas señaladas con ocasión de la
descripción de las características básicas de la evaluación de riesgos. Estas etapas se tratan con mayor
amplitud más adelante.
CUESTIONARIO