Juegos de Patio PDF
Juegos de Patio PDF
Juegos de Patio PDF
Rayuela
Avioncito, luche, tejo, caracol, bebeleche, descanso, mundo, tuncuna, peregrina, rayuela… Son
muchos los nombres con los que se conoce este juego en español e, incluso, hay países en los que
dependiendo de la región también cambia la forma en cómo es llamado, sobre todo en los países
plurilingües como España (xaranca, ratlleta, txingoka, mariola...). No solo es variado en cuanto a su
nombre, sino también en la forma de ser jugado aunque en la mayoría de los casos se juega así:
El juego consiste en que el jugador lanza un objeto aplanado, como una piedra, una chapa o un
trozo de teja, haciendo que aterrice en la casilla 1 y tiene que arrastrarla por todo el dibujo
empujándola con un pie a la pata coja y sin pisar las líneas.
En caso de conseguirlo, tirará la piedra a la casilla 2 para volver a completar el recorrido desde ese
punto y, así, sucesivamente hasta llegar a la casilla número 10. Quien consiga completar toda la
rayuela, gana.
Este juego es perfecto para hacer que los peques desarrollen equilibrio, puntería, coordinación
corporal, concentración y mucha paciencia.
2. La gallina y sus polluelos
La gallina y sus polluelos es un entretenimiento ideal para niños de 8 o más años, puesto que se
requiere de cierta coordinación motora para disfrutarlo y, también, así evitaremos menos peligro
de tropiezos y caídas puesto que es un juego bastante movidito.
Se forma una fila de ocho a diez jugadores y, cada uno de ellos, se agarrará de la cintura del que
tiene delante. El primero de la hilera es la gallina y los que están detrás de él los pollitos. Habrá un
niño o niña que tendrá que hacer el rol de lobo, el salvaje y hambriento animal que quiere cazar al
último de los pollitos de la fila.
Para conseguirlo, el lobo tendrá que tocar con la mano al último pollito. Este pollito deberá
moverse de un lado a otro para evitar ser comida del lobo feroz y, como no puede romperse la fila,
la gallina y los demás pollitos también deberán desplazarse con él sin soltarse. Todos, trabajando
en equipo, tratarán de evitar que el lobo se coma al pollito final.
El balón prisionero es un clásico, un ejercicio recurrente en las clases de educación física pero que,
aunque sea obligatorio y forme parte del currículum académico, no deja de ser un juego
tradicional bien divertido.
Se formarán dos equipos, uno a cada lado del campo del juego, que intentarán eliminar a los
jugadores del equipo contrario dándoles con el balón directamente, sin que lo atrapen con la
mano antes o rebote en el suelo primero.
Cada jugador que es eliminado pasa a la parte trasera del campo contrario, donde puede recibir la
pelota y atacar también. Si consigue eliminar a uno mientras está él muerto, vuelve a jugar a su
campo. El juego termina cuando un equipo se queda sin jugadores vivos.
Uno de los juegos más antiguos con el que los niños y niñas se divierten, apto para cualquier edad
y se puede jugar en cualquier lugar, aunque debemos hacerlo en un espacio en el que no haya
demasiado obstáculos para evitar caídas y accidentes.
Reglas de juego
Cogeremos un pañuelo, una bufanda, un antifaz o cualquier cosa que nos sirva para vendarle los
ojos a uno de los jugadores y asegurarnos de que no puede ver nada. Después, le haremos dar
vueltas sobre sí mismo mientras los demás cantan al unísono:
“Gallinita, gallinita, ¿qué se te ha perdido en un pajar? Una aguja y un dedal. Da tres vueltas y los
encontrarás”.
La gallinita ciega es una forma genial para hacer que los niños mejoren sus reflejos, la atención y,
sobre todo, la percepción del espacio.
5. El escondite inglés
Todo un clásico jugado tanto por niños como por adultos. El escondite inglés es un juego de patio
tradicional que goza de buena salud en los recreos de todos los colegios. Su popularidad se debe a
que sus reglas son fáciles de entender, lo puede jugar cualquiera a cualquier edad y en cualquier
sitio.
En su versión más conocida un jugador hace de cazador. Este cazador se tapará los ojos con las
manos y dará la espalda al resto de los participantes, situados de pie a una distancia prudencial. El
jugador deberá recitar en alto:
“Un, dos, tres, al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”
En casi cada región del mundo hispanohablante esta frase cambia, teniendo otras versiones como:
Los jugadores que tienen que tocar la espalda al cazador deben poner en práctica sus habilidades
de avanzar sigilosamente y, a la vez, ser más estáticos que la más rígida de las estatuas para poder
proclamarse vencedor.
Este ritual se repite una y otra vez, y quien logre tocarle la espalda al que decía la frase y huya de
él hasta llegar a la línea de salida sin ser tocado gana, convirtiéndose en el “cazador”.
Este juego es una muy buena forma para hacer que los chavales desarrollen la concentración, el
autocontrol y la agilidad.
6. Las cuatro esquinas
El juego de las cuatro esquinas es un clásico jugado a nivel internacional, ideal para practicarlo
tanto en espacios cerrados como en abiertos y, si bien se suele jugar con 5 jugadores, se puede
adaptar para que jueguen tantos como quieran.
Reglas de juego
Para jugar a las cuatro esquinas solo necesitamos un espacio con cuatro esquinas y ganas de correr
un poco. Si no tenemos un lugar con esas cuatro esquinas podemos improvisar con cuatro árboles
dispuestos en forma similar a un cuadrado, cuatro sillas o cuatro puntos señalados con un objeto
cualquiera. Un jugador se sitúa en medio y otros cuatro se tienen que colocar de pie en cada una
de las esquinas del espacio.
El jugador en la posición central tiene que intentar ocupar cada una de las esquinas, aprovechando
que los otros cuatro se desplazan corriendo de una a otra para intercambiarse con sus respectivos
compañeros. Si lo consigue, se instala en esa esquina y el que se queda sin esquina pasa a ser el
nuevo jugador central.
El juego se llama cuatro esquinas porque en su versión original se juega con solo cuatro, pero esto
no es impedimento para añadir más y hacer que sean más jugadores los que puedan participar. Si
se quiere incrementar la dificultad del juego y la emoción, lo que se puede hacer es añadirle
esquinas. ¡Se añaden puntos para más jugadores y listo!
Policías y ladrones, o más coloquialmente llamado polis y cacos es un juego ideal para que niños y
niñas se diviertan en el aula y en el patio. Y tiene la ventaja de que cuanta más gente participe,
¡más divertido es!
El juego consiste en que hay dos equipos, uno de policías y otro de ladrones. Para jugarlo es
necesario disponer de un espacio lo suficientemente amplio como para poder correr a toda prisa,
puesto que vamos a hacer una verdadera persecución policial, como en las películas. Los policías
tendrán que intentar atrapar a los ladrones y meterlos en la cárcel, la cual puede ser un árbol, una
esquina, un banco…
Los ladrones que estén entre rejas se podrán salvar si sus compañeros logran llegar hasta ellos
despistando a los policías. Cuando los ladrones tocan a los que están presos con la mano,
automáticamente quedan liberados.
El juego termina cuando los policías logran aplicar la ley consiguiendo encerrar a todos los cacos
en la cárcel. Una vez termina, se cambian los roles.
Se trata de una de las múltiples versiones del clásico pilla-pilla, ideal para niños de entre 3 y 8 años
pero que pueden jugar cualquiera que se sienta animado para ello.
Todos los participantes se tendrán que colocar un pañuelo a la espalda, enganchado a la cintura de
la falda o pantalón. Al momento de dar la señal, cada jugador tendrá que intentar robar las colas
de los demás, pero intentando a la vez evitar que los demás les cojan sus colas. El jugador que
consiga más colas se convertirá en el ganador.
El juego del pañuelo es un entretenimiento ideal tanto para el patio como para otros contextos,
como por ejemplo la clase de educación física, unas colonias o un cumpleaños. Para poder jugarlo
necesitamos muchos jugadores, alguien que haga de árbitro y un pañuelo.
Un jugador levanta un pañuelo, bufanda, trapo o cualquier otra tela y se coloca entre dos equipos
de jugadores. A cada uno de los jugadores de los dos equipos rivales se les asigna un número,
repetido entre ellos. Es decir, hay un jugador de un equipo que tiene el 1 y otro del otro equipo
que también tiene el 1, otros dos con el 2, otros dos con el 3 y así hasta cuanto sean necesarios.
Cuando el jugador que tiene el pañuelo grita uno de los números que ha asignado, el jugador
correspondiente de cada equipo debe salir corriendo al centro para coger el pañuelo. Quien lo
consiga debe regresar a la base de su equipo a toda velocidad para evitar que el contrincante no le
atrape. Cada victoria de un jugador supone un punto para su equipo.
Quienes practican este juego desarrollan habilidades tales como la atención, la agilidad, la
velocidad, los reflejos y la concentración.
10. El juego de las sillas
El juego de las sillas es otro clásico, jugable tanto para chicos como adultos y aunque lo suyo es
jugarlo con estos muebles, se puede practicar con unos cojines en el suelo o cualquier cosa que
sirva para sentarse.
Para jugar, debe disponerse de tantas sillas como participantes haya al principio del juego y, a
medida que va progresando el juego, se quitará una silla antes de empezar el siguiente turno.
También se necesitará algo que haga sonar un poco de música.
Se colocan las sillas formando un círculo con los respaldos hacia dentro. Los participantes se
situarán de pie, dando vueltas alrededor de las sillas, uno detrás de otro. Quien se encarga de la
música hará que suene una canción y, mientras toque la música, los jugadores tendrán que ir
girando alrededor de las sillas.
En el momento en el que se detenga la canción, cada jugador deberá sentarse en una silla. Quien
se quede sin silla se queda eliminado.