2.-Principales Corrientes Pedagógicas Contemporáneas
2.-Principales Corrientes Pedagógicas Contemporáneas
2.-Principales Corrientes Pedagógicas Contemporáneas
Jesús A. Cerda. Santo Domingo, enero 22, 2011. Universidad Abierta Para Adultos
Introducción
Actualmente la educación, la escuela y sus principales actores, han estado en la mira de muchas
críticas pedagógicas, sociales, políticas, culturales, etc. Las cuales han reorientado la actividad
de docentes, estudiantes y padres de familia. Esto debido a que durante mucho tiempo se tuvo la
nefasta y cerrada idea de que la escuela tenía como misión la transmisión de conocimientos más
que la comprensión y aplicación de ellos. A esto se une el hecho de que en los últimos años se está
revalorando el aprendizaje como condición necesaria de todo el proceso educativo.
En la época contemporánea se han desarrollado diversos sistemas educativos que presentan
diversas alternativas para aquellos que desean recibir educación, estas propuestas presentan
algunas características que es conveniente considerar para comprender la evolución de la
educación hasta el momento actual, donde se considera al constructivismo como uno de
los modelos educativos preferidos en muchos países e instituciones. Para ello haremos una muy
breve reseña de las particularidades de los diversos sistemas o modelos educativos y señalaremos
una muy breve crítica de los mismos.
González y Alfonso (s/a) señalan que la pedagogía, ciencia eje de la educación, tiene como principal
finalidad que el alumno se encuentre con el conocimiento, lo asimile y lo traslade a la práctica, y
para ello considera la aplicación de acciones y procesos que permitan un aprendizaje eficiente
inducido por el maestro. La pedagogía considera las formas que permiten el máximo aprendizaje de
una manera eficiente, de tal manera que se tenga una garantía de la educación recibida en vistas a
su futuro desempeño laboral.
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Las corrientes pedagógicas contemporáneas y sus implicaciones
en las tareas del docente y en el desarrollo curricular.
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La Educación, como práctica social, se promueve como compleja y diversa, gracias a las demandas
del contexto socio cultural y a las interpretaciones de la creciente y
deslumbrante producción pedagógica que se ha venido desarrollando en los últimos tiempos.
Estas corrientes constituyen los discursos actuales sobre el problema de la formación del hombre,
objeto central de la acción pedagógica. La formación, en palabras de Flórez (1994), "es el proceso de
humanización que va caracterizando
el desarrollo individual aquí y ahora, según las propias posibilidades; la formación es la misión de la
educación y de la enseñanza, facilitar la realización personal, cualificar lo que cada uno tiene de
humano y personal, potenciarse como ser racional, autónomo y solidario" . En este trabajo se
tratará de abordar, con sentido didáctico y de forma sucinta, algunas de esas "Corrientes
Pedagógicas". Además, se expondrán sus implicaciones en la profesión docente, en la escuela, en el
currículum y en el aula de clase.
• El Paradigma Ecológico,
• El Constructivismo.
Además, empiezan a definirse algunas tendencias pedagógicas desde otros ámbitos tocan aspectos
puntuales desde el punto de vista curricular, didáctico y organizativo, como es la calidad de
la educación, globalización y transversalidad curricular, y el uso de las nuevas tecnologías de
la información y comunicación en la educación, cuyo denominador común es la formación humana.
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El paradigma ecológico
El Paradigma Ecológico, también denominado "Emergente" en el campo pedagógico, viene a ser una
forma específica de explicar los fenómenos y situaciones educativas o formativas de la realidad
según los principios de la ecología.
Ésta se deriva de la tesis del biólogo alemán Haeckel (1869), quien estudió las formas y desarrollos
de la organización de los seres vivos (ecosistemas). La escuela es interpretada desde el paradigma
ecológico como un ecosistema social humano, ya que expresa en la realidad un complejo
entramado de elementos (población, ambiente, interrelaciones y tecnología) y de relaciones
organizativas que la configuran y determinan como tal. Bronfenbrenner (1987) establece que un
ecosistema es una realidad permanente, dinámica, con una red de significaciones, un sistema de
comunicación y tipos de encuentro entre sus miembros y el ambiente.
Los propulsores de este paradigma en el ámbito educativo son: Doyle, quien promueve la idea de
paradigma ecológico como espacio favorecedor para el desarrollo e intercambio de significados
críticos en el alumno; Bernstein (1971), quien estudia las relaciones de saber y poder que se
producen en las instituciones escolares, y Tikunoff, que en 1979 propone un modelo explicativo
de construcción de cultura experiencial en la escuela como espacio ecológico (Pérez Gómez, 1998).
Este paradigma es un modelo integrador en torno a lo educativo. Ayuda a comprender los hechos
pedagógicos y educativos partiendo del estudio de la realidad cultural, las demandas del entorno y
las respuestas de los elementos de ella, así como las maneras múltiples de adaptación de los
individuos al contexto.
Las características del "paradigma ecológico" constituyen, según Paniker (1984), un marco general
paradigma de la complejidad organizada que da sentido a la mayoría de fenómenos conocidos, entre
ellos la escuela, de tal manera que puede ser vista como la consecuencia de procesos históricos
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complejos y nunca neutrales; siempre benefician a unos y marginan a otros. Una construcción social
pensada y constituida por grupos sociales en un momento determinado y no algo connatural, innato
a la vida en sociedad. Además, es un espacio que cumple funciones patentes o explícitas (educar,
socializar, enseñar, orientar, culturizar) y otras ocultas (reproducción de clases, dominación y
domesticación).
Esto lleva a pensar a la escuela como un ecosistema, por lo que puede ser abordada por el paradigma
de la complejidad (Colom y Sureda, 1981).
Los principales representantes de esta corriente pedagógica son: Bronfenbrenner, Doyle, Bernstein,
Tikunoff, Paniker, Pérez Gómez, Santos Guerra, Colon y Sureda, Lorenzo Delgado, Medina, Hawley,
Miracle, Odum, Evans. Los elementos que se indican a continuación dan sentido orgánico y
totalizador a la escuela como ecosistema, los cuales se caracterizan por su interdependencia y son:
Estos elementos se interrelacionan a través del curriculum que es el medio o correa enlazante de
cultura, objeto de asimilación pedagógica por los alumnos dada la mediación de docentes y padres.
Este representa la razón que define las relaciones en la escuela, además es el generador de
tecnología mediante el cual se configura de forma concreta la escuela como ecosistema. Finalmente,
es el dinamo de innovación, enriquecimiento, cambio y transformación escolar.
Implica una visión global, holística, compleja e interdependiente de la escuela y los procesos que se
llevan a cabo en ella. Permite concebir la complejidad del cambio y transformación de los procesos
formativos de manera cualitativa. Esto da como resultado concebir la escuela como una unidad
compleja de cambio e innovación educativa, donde se han de formar los docentes de manera
colaborativa. Reconoce la diferencias, diversidades y complejidades de las representaciones
orgánicas que se suceden en la escuela donde se producen y recontextualizan los procesos de
enseñanza y de aprendizaje. Por último defienden la existencia de la tecnología (instrumentos
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y herramientas) desde la dinámica energética del currículo como engranaje decisivo y fundamental
para el desarrollo de la cultura.
Esta corriente abre las posibilidades a una escuela en directa relación con la comunidad, sus
necesidades e intereses cotidianos, bajo una visión de trascendencia social. Según Pérez Gómez
(1998), se deben ver "las posibilidades de la escuela como centro de vivencia y recreación de la
cultura utilizando la cultura crítica para provocar la reconstrucción personal de la cultura
experiencial de los estudiantes" (p. 267). Esta perspectiva viene ganando espacio dentro del
proyecto de reforma educativa que viene desarrollando el Estado venezolano, el cual se expresa en
algunos documentos oficiales como el Currículo Básico Nacional (1999) y el Proyecto Educativo
Nacional (2001), para estructurar la sociedad y el país que se quiere construir.
Pedagogías críticas
• Educación-Escuela-Sociedad.
• Conocimiento-Poder-Subjetivación.
• Institucionalización-Hegemonía
Estos temas fundados en el estudio sobre la sociedad, la escuela, la educación y los procesos
hegemónicos y totalizadores que ocurren en ella, permiten delinear a las Pedagogías Críticas.
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Carr y Kemis, 1988, "...se mostraban preocupados por el predominio de la ciencia positiva y el grado
en que esta se había convertido en un elemento poderoso de la ideología del siglo XX " .
b) La génesis del proceder de los discursos, que van desde lo académico hasta los discursos
teóricos críticos construidos en y desde la escuela (génesis de producción discursiva).
• Paulo Freire, pedagogo brasileño, desarrolló como línea de investigación la tesis de una
educación emancipadora, focalizando su atención en torno a la educación en comunidad, la
praxis educativa (como acción evaluada críticamente).
• Henry Giroux, filósofo norteamericano, destaca como investigador el papel del docente en
el proceso formativo en la sociedad actual, concibiendo al profesor como un intelectual
crítico reflexivo y transformador, y dándole a la educación un sentido relevante en la
transformación y cambio de la sociedad. Profundiza en la investigación sobre
el carácter político de la educación y la naturaleza ideológica de la escuela.
• Wilfred Carr, filósofo inglés, junto a Sephem Kemis, investigador australiano, han
desarrollado estudios profusos sobre la investigación-acción como un examen
hermenéutico crítico de la práctica de los propios prácticos, es decir, la formación del
teórico emancipador. Asumen, por lo tanto, la intencionalidad política del educador,"
emancipadora" y con voluntad colaborativa y dialógica.
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norteamericano, trabaja en un plano más amplio, profundizando sobre el tema del
alfabetismo mediático crítico contra el mundo y las implicaciones del neoliberalismo en el
campo educativo, político y social, y reflexionando sobre las nuevas funciones de las
escuelas en la sociedad actual.
Estos y otros investigadores de la pedagogías críticas expresan interés por diversos campos de
investigación que se cruzan en torno a la idea de construir una sociedad más pluralista,
verdaderamente democrática y enmarcada en la formación de un ciudadano crítico y transformador
de la realidad. Las "Pedagogías Críticas" cuestionan a la escuela tradicional, al enfoque tecnocrático
de la educación y a todos los agentes que intervienen en ella, y a la vez, proponen una educación
progresista y crítica, donde se pueda formar el individuo con una amplia perspectiva cultural,
liberadora y consciente del mundo donde actúa, para transformarlo en procura de un pleno
desarrollo de la humanidad, en permanente dialogo con el entorno.
Entre sus grandes aportes, se destaca la visión del profesor como líder de un movimiento crítico en
sus prácticas que establece un diálogo con los estudiantes y con el mundo, atendiendo a las
preocupaciones sociales, culturales y fundamentalmente políticas de la comunidad para con la
escuela. El alumno es partícipe de su conformación cultural y social, producto de la dialéctica del
proceso formativo en el cual se ve envuelto, donde se compromete al igual que el maestro en la
lectura del mundo y de la palabra, procurando su transformación y desarrollo intelectual (Flórez,
1999; Martínez, 1996).
El constructivismo
Esta corriente surge bajo el influjo de enfoques epistemológicos renovados, ante la pregunta:
¿Cómo aprende el hombre?
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En el campo de la Pedagogía y la didáctica, no es un cuerpo dogmático que admita una sola y única
interpretación; lo importante radica en que su discurso asume elementos claves del eclecticismo
racional. Las principales corrientes constructivista son promovidas por Piaget, Vygotsky, Novak,
Bachelard, Driver, Postner, Gertzog, Watss, Porlán, Kelly, Ausubel, Gallego-Badillo y otros
investigadores en el mundo. Se considera que las ideas de Piaget y Vygotsky son referentes básicos
en la estructuración de un pensamiento constructivista en el ámbito educativo.
Este proceso depende de la interacción cognitiva que logra el sujeto con la realidad en donde actúa,
potenciado por los procesos mentales básicos o superiores (cognitivos) de que goza como ser
inteligente.
El constructivismo plantea que los seres humanos, en comunidad, construyen sus conocimientos
sobre el mundo, los cuales evolucionan y cambian; así mismo, que todas estas elaboraciones, en el
transcurso de la historia, han servido para regular las relaciones del ser humano consigo mismo, con
la naturaleza y con la sociedad. (Pérez Miranda, Gallego-Badillo, 1996).
El constructivismo pedagógico, según Flórez (1994), asienta sus bases en el aprendizaje como una
construcción interior, individual e intersubjetiva; por ende, el educador debe orientar la enseñanza
hacia el logro del entramado que se forma de los conceptos propuestos (saberes sociales) con los
conceptos previos de los alumnos, abordando sistemáticamente la transformación y desarrollo
intelectual del sujeto humano. De manera sintética se indican, en la siguiente matriz, algunos de los
enfoque perspectivas más representativos del constructivismo, elaborados desde diferentes
campos de acción humana (Gráfico 3).
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Otras tendencias pedagógicas
La globalización y la transversalidad
Ventura (1996) señala: "Las bases de esta noción globalizadora se centran en la manipulación del
medio y suponen que con ello se genera una recreación de los esquemas mentales y la
interiorización conceptual de los objetos que se estudian. Una de las ideas básicas de la
globalización y la transversalidad en la práctica educativa tiene que ver con la oposición de esta
concepción epistemológica y curricular a la tradicional, basada en la linealidad del conocimiento, el
carácter acumulativo de la ciencia y la especialización del saber, que ha permanecido en la escuela
y se pretende erradicar, al contradecirse con la cultura de la época.
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Pedagógicamente se entiende la transversalidad como el proceso que permite crear unos hilos
conductores o ejes transversales para dar un enfoque globalizador o interdisciplinario a
determinados contenidos que se imparten en diferentes áreas, dotando la acción educativa de la
visión de unidad. La transversalidad debe contemplar las diferentes vías de comunicación que la
escuela puede establecer con el exterior para ofrecer respuestas compartidas con otras
instituciones sociales, cuya función educativa adquiere cada vez mayor importancia.
Dado que la transversalidad ha venido desarrollándose dentro de los procesos de reforma educativa
en diversas partes del mundo, se ha creado un entramado critico en torno a ella, fundado en la
posible sospecha de ser un nuevo mecanismo de dominación cultural desde la escuela, al proponer
una racionalidad ordenadora, que, a pesar de visualizarse multívoca, dialógica y centrada en el
problema axiológico, puede quedar en una simple instrumentación del currículo. No obstante, la
globalización como principio epistemológico-curricular y la transversalidad como medio de
organizar el currículo, en función de la anterior, potencian lo que se denomina pedagogía por
proyectos (Reforma Parcial al Reglamento de la Ley Orgánica de Educación, 1999; Currículo Básico
Nacional, 1999), que permite al docente ajustar los procesos de aprendizaje y enseñanza al
contexto, a las ideas e intereses de los jóvenes, ya lo propuesto en el currículo, dirigidos en particular
a la formación de valores de los alumnos en la escuela por la mediación del profesor.
Apropósito de esto, Jordi (1997) expresa que la interpretación sobre las tecnologías en la educación
es reducida comúnmente al campo didáctico, considerándolas como medio o recurso del docente,
sin asumir su importancia en el cambio del mundo en el que se educan niños y jóvenes, por lo que
se hace necesario redefinir las prioridades en cuanto a la educación. Una de las preocupaciones de
la escuela es el debilitamiento progresivo en las tareas de transformación y desarrollo intelectual
del hombre ante las Nueva s Tecnologías de la Información y Comunicación, debido a la gran
capacidad interactiva y significante de estas, competencia generada por la contradicción: "Escuela
moderna, alumnos posmodernos" (Filkierkraf, en Colom, y Mélich, 1994).
Aun así, la enseñanza se ve motorizada por las nuevas tecnologías, gracias a que la sociedad ha
venido adquiriendo paulatinamente una cultura tecnológica que ha arropado gran parte de
los productos culturales que el hombre ha realizado. Los aportes novedosos a las necesidades
educativas y formativas de los ciudadanos en la sociedad actual vienen de discursos revolucionarios,
pensados y diseñados por hombres que tiene diversas concepciones políticas, sociales y
económicas, pero que se caracterizan fundamentalmente por el manejo y uso de tecnologías de
punta. El conocimiento y la información tienen una profunda importancia económica en el mundo
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actual (Gervilla, 1993), que debe superar los espacios de la escuela, por demás trasnochada y
descontextualizada de los ritmos de transformación social y cultural que vive la humanidad.
Así, televisión por cable o satelital, Internet, radio, cine, vídeo y
los sistemas multimedia representan para muchos la solución a los problemas de enseñanza, a
pesar de las dificultades económicas, políticas y sociales que puedan traer a la sociedad.
Conclusiones
Las corrientes pedagógicas contemporáneas responden al reclamo social de una formación que les
permita a los sujetos resolver problemas de diferente índole de forma autónoma, esto significa,
poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre
ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan implican encontrar
respuestas nuevas a preguntas también nuevas. Por ejemplo, en la educación tradicional, las viejas
soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales: a mayor número de
solicitudes de ingreso de estudiantes, más instalaciones construidas y, por ende, más burocracia.
Con esta lógica se sigue reproduciendo un modelo que ha mostrado su insuficiencia al concebir la
enseñanza más para sí misma que para apoyar los requerimientos de formación de la sociedad, en
lo general, y de cada una de las personas.
Los paradigmas educativos no han tenido un desarrollo sencillo, de hecho, su tránsito entre los
actores educativos ha sido en cierto sentido tortuoso por las posturas polares siempre presentes en
el campo pedagógico. Por una parte, se encuentran las instituciones escolares, que siguen
observando hacia el pasado y que se erigen como defensoras de las tradiciones, con una manera
segura y aceptada de hacer las cosas, y por otra, surgen precisamente estas corrientes innovadoras
en diversos campos, direcciones y visiones, no obstante, las prácticas y la investigación educativa no
necesariamente avanzan a la par.
Las repercusiones de las corrientes pedagógicas contemporáneas van más allá de lo convencional,
quizás su mayor aporte, y a riesgo de cometer una sobre simplificación, la pregunta más importante
que han planteado estas tendencias es considerar ¿si la educación debe dedicarse a transmitir los
saberes científicos establecidos?, o bien ¿debe preocuparse por desarrollar una nueva forma de
concebir y representar el mundo, más allá de la forma en que inicialmente los alumnos lo ven?.
Tenemos ahora una nueva cultura pedagógica, un nuevo consenso en torno a la idea superada en
el sentido de una pedagogía de corte burocrático, instrumental, procedimental y meramente
técnico o simplemente didáctico. Se han abierto otras nuevas formas de pensar referente a la
pedagogía. Nos hemos contagiado de postmodernidad y hemos asumido el reto de pensar en la
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pedagogía desde la pedagogía, La bienvenida de las corrientes pedagógicas contemporáneas han
obtenido acuse de recibido, en tanto no se hace un planteamiento crítico o se fomenta la
investigación pedagógica autónoma a esta recepción inicial.
Consideraciones finales
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