El Derecho Societario. Su Ámbito Y Características Ambito E Importancia Del Derecho Societario Impacto de La Ley 26.994
El Derecho Societario. Su Ámbito Y Características Ambito E Importancia Del Derecho Societario Impacto de La Ley 26.994
El Derecho Societario. Su Ámbito Y Características Ambito E Importancia Del Derecho Societario Impacto de La Ley 26.994
SU ÁMBITO Y CARACTERÍSTICAS
Modificaciones:
- Sociedades unipersonales.
- Sociedades irregulares y, de hecho.
- Atipicidad societaria: hoy es un vicio menor.
Los cambios normativos no manifestaran plenamente sus efectos hasta que sean masticados por la jurisprudencia. Actualmente
paso un poco de tiempo, pero sabemos que los cambios en el derecho son un poco lentos.
El derecho societario es una rama jurídica con conceptos e instrumentos característicos y propios cuyo alcance y contenido fueron
modificados por la ley 26.994, bajo el régimen anterior se contaba con una figura general de sociedad comercial que convivía con
una figura amplia de sociedad civil y con otros tipos societarios incluidos en la ley de sociedades y leyes especiales. Las
sociedades no incluidas en alguno de los tipos establecidos eran atípicas y se las consideraba nulas.
Hoy hay una figura general única de sociedad (art. 1 LGS). Las sociedades atípicas no son nulas y ahora engloban las sociedades
de la sección 4ta. Siguen existiendo múltiples tipos específicos de sociedades algunos previstos en la LGS y otros en otras leyes.
Una característica perdurable es la distinción entre disposiciones generales (aplicables para todas las sociedades) y normas
especiales (aplicables a cada tipo de sociedad), esta estructura normativa se aplica inclusive a las figuras societarias no incluidas
en la LGS.
La sociedad es el principal instrumento jurídico para la organización empresarial, la cual supone una relación estable entre
factores de producción (están sujetos a una estructura única de control que dirige su funcionamiento y su inserción al sistema
productivo).
La mayor parte de las organizaciones empresarias se conforman societariamente, tan pronto pasen un mínimo tamaño. El derecho
societario nos da un marco jurídico de las organizaciones societarias, este marco jurídico rige su formación y funcionamiento; en
materia de formación por ej. la regla general es que la constitución de sociedades y la participación tiene un origen contractual, sin
embargo, mediante la modificación de la ley 26.994 ahora es posible conformar sociedades unilaterales; en ambos casos el
derecho societario nos provee de reglas que van a gobernar la forma de estos actos.
Las sociedades general un patrimonio y flujo de ingresos, el derecho societario sienta el marco sobre el cual se ejercen los
derechos del socio y acreedores sobre tales patrimonios e ingresos.
Las reformas introducidas por la ley 26.994 alteraron la ubicación del derecho societario dentro del orden jurídico.
Ámbito unificado basado en la ley 19.550 LSG, tiene una parte general y una parte especial.
El derecho societario al ser del ámbito privado, le son aplicables las reglas del CCyCN. También forman parte las normas relativas
a tipos societarios que no están incluidas en la LSG.
La ley 26.994 permitió dar una conformación más racionar a la inserción del derecho societario en el derecho argentino. Se
elimino la principal distinción entre sociedades civiles y sociedades comerciales. Posibilito destacar la posición del derecho
societario como una rama del derecho privado con características propias.
Normas aplicables
El art. 150 del CCyCN establece una jerarquía de normas aplicables a las personas jurídicas privadas, esta jerarquía esta ordenada
por: 1. Normas imperativas de la ley especial supletoriamente el CCyCN, 2. Normas del acto constitutivo y 3. Normas supletorias
de leyes especiales o en su defecto las del CCyCN. Por encima de las normas del acto constitutivo encontramos a las costumbres y
a las demás fuentes no legislativas en tanto tengan carácter imperativo, como así también podemos detectar los decretos y/o
normas reglamentarias imperativas.
Este conjunto normativo es aplicado utilizando los principios generales del derecho societario y del propio derecho privado.
El derecho societario argentino se caracteriza por el desarrollo de una parte general relativamente importante, a sus normas
aplicables generales se le suman las especiales de los tipos.
Las aplicaciones analógicas se utilizan en el marco del derecho societario por el disparejo desarrollo normativo de los tipos
previstos en la LGS. SRL analógicamente normas de la SA.
La LGS incluye en su art. 1 una figura general de sociedad que funciona como fundamento de todo el régimen, las sociedades que
encuadran en esa figura pueden comprenderse en un tipo de sociedad, cuando las sociedades encuadran en algunos de estos tipos
se rigen por las normas generales y especiales; cuando no encuadran son atípicas y se rigen por la sección 4ta cap. 1 de la LGS,
también rigen por esta sección las sociedades que son de hecho porque carecen de una instrumentación contractual escrita, las que
omiten los caracteres esenciales y las que incumplen con los requisitos formales que son propios de su tipo.
La inclusión de una parte general es una particularidad de la legislación argentina porque hay otras legislaciones que o bien no
incluyen la parte general o dan una extensión mucho menor a las disposiciones generales.
Hay determinadas cuestiones que no están establecidas en la parte general y por ej. si en la parte especial de la SA, con lo cual
obliga a aplicar analógicamente las reglas de la SA a los distintos tipos societarios.
El derecho societario se encuentra dirigido a la formación de organizaciones empresarias destinadas a llevar a cabo actividades
productivas, su sentido es esencialmente económico y esto incide en su interpretación.
La función económica lleva a que deba ser aplicado con las restantes normas que gobiernan la actividad económica, la aplicación
concreta del derecho societario está determinada por la relación con esas normas.
Una característica muy llamativa de la ley es que pese a haber modificado pocos artículos ha cambiado mucho el paradigma y
luego de esta reforma los principales lineamientos son:
Juega un papel importante en el régimen argentino de sociedades porque ese régimen tipifica ciertas especies de sociedades y la
inclusión en las categorías así creadas implican que las sociedades que quedan encuadradas de ese modo van a estar sujetas a
ciertas reglas imperativas o supletorias a ese tipo societario.
Las sociedades que no estén incluidas en algunos de los tipos legales se las llaman atípicas y quedan sujetas a la sección 4ta.
Hay que distinguir a los elementos que caracterizan a los tipos societarios como aquellos que aparecen como antecedente del tipo
societario (estructura del órgano de la sociedad, características de las participaciones de los socios y responsabilidad de los socios)
y aquellos que son consecuencia del tipo. Una vez que se eligió un tipo la ley aplica imperativamente cuestiones.
Para cumplir los requisitos de tipicidad la sociedad tiene que encuadrar en alguno de los tipos que la ley establece, el problema es
que la ley ha desarrollado subtipos (ej. SA art. 299).
La elección del tipo en que va a quedar comprendida una sociedad determina el régimen de normas imperativas y de normas
supletorias, pero esto tiene importancia no solo para los socios sino también para los terceros quienes hacen negocios con la
sociedad.
Tipos societarios
- Requisitos esenciales tipificantes: son aquellos que su incumplimiento tiene consecuencia que no se produzcan los
efectos jurídicos esperados de ese tipo societario a adoptar (ej. constituir una S.A. por cuotas o constituirla sin escritura
pública). El incumplimiento de dichos requisitos derivan a la sociedad a la sección IV.
- Requisitos esenciales no tipificantes: son los que comparten en general todos los tipos societarios. Están regulados por
el art. 11 de la LGS y su incumplimiento deriva a la sociedad a la sección IV.
- Requisitos ad solemnitatem: son requisitos en donde las solemnidades que exige la ley son indispensables para que el
acto produzca plenos efectos jurídicos.
- Requisitos ad probationem: son aquellos que la ley los dispone al simple efecto de la prueba, la ley las ejemplifica al
simple efecto probatorio. Se le dice requisitos, pero realmente no lo son.
-
- Sociedades de personas: SC, SCS, SCI. Me importa quien es el socio. Son sociedades intuito personae, debe tener
afectio societatis. Su elemento característico es que las participación de los socios están representadas por partes de
interés, esto tiene como consecuencia limitaciones sobre la transmisibilidad de estas participaciones, varían de acuerdo al
tipo adoptado.
Estas requieren una participación más activa y personal de los socios, implica una responsabilidad ilimitada de los socios.
No siempre es necesario ya que pueden presentar cláusulas contrarias. Ciertos socios de la sociedades de interés, como
los comanditados tienen injerencia limitada en las actividades de la sociedad pueden carecer de responsabilidad más allá
de sus aportes.
- Sociedades de capital: SA y SCA. El afectio societatis esta totalmente desdibujado. Solamente se quienes son los
societarios originarios. El aporte está integrado por acciones.
- Sociedades mixtas: SRL. Mezclan las reglas de las anteriores sociedades. El capital esta conformado por cuotas. Puedo
o no tener afectio societatis.
Afectio societatis: Vitolo dice que es una voluntad de colaboración del socio jurídicamente igualitaria e interesada.
CONCEPTO DE SOCIEDAD
La LGS nos define que habrá sociedad si una o más personas conforme a uno de los tipos previstos por esta ley se obliguen a
realizar un aporte para aplicarlo a la producción o intercambio de bienes y servicios, participando de los beneficios y soportando
las pérdidas. La sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad anónima, la sociedad unipersonal no puede
constituirse por una sociedad unipersonal. (art 1)
El hecho de realizar este contrato da vida a una nueva persona. La aptitud que otorga la ley de generar un sujeto distinto de esos
otorgantes le da al contrato una potencialidad mayúscula.
Pluralidad de socios
Al menos debe mantenerse una persona que brinde su consentimiento para constituir a este nuevo ente que se dará vida.
En si no es una exigencia legal, es una idea de que la sociedad era un contrato plurilateral para configurar varias hipótesis la
pluralidad de socios parecía que era algo esencial. Fue desdibujado con la reforma del nuevo código.
Autoriza que se dé vida a sociedad unipersonales bajo la sociedad anónima la cual se llama SAU esta tendencia de la
unilateralidad inicial, se intensificó de la ley 27.349 (apoyo del capital emprendedor). A su vez también incorporó a las SAS son
pasibles de ser constituidas por un solo sujeto (SASU).
Aportes comunes
Los celebrantes del contrato realizan aportes de naturaleza patrimonial. Con esto se forma un fondo común que será la herramienta
para procurar el objetivo económico y lucrativo que se configuraron los contratantes a celebrar el acuerdo de constitución. Este
fondo común recibe el nombre de capital social. El 100% de la suma de los aportes, y un importe surge de la proporción de cada
socio.
El derecho comercial comienza en la edad media, mientras que la sociedad en el derecho romano carecía de un cuerpo de normas
que regulará los comercios y comerciantes. Las relaciones mercantiles se regían por el derecho civil.
Se conforma como un derecho de clase, nacimiento en la época de las corporaciones y las decisiones de los cónsules basada en el
principio de equidad.
Pero en la revolución francesa, dejo de ser un derecho de los comerciantes y paso a ser un derecho de actos de comercio; restando
importancia a el sujeto que lo realiza. Las características particulares que poseen este tipo de sociedades ya se puede vislumbrar en
las compañías coloniales, la división del capital en acciones, la división de acciones surge la participación de cada socio,
limitación de cada socio de acuerdo a su tenencia accionaria y la posibilidad de que los títulos representativos de las acciones sean
fácilmente transferibles.
En concreto la compañía colonial y su vinculación con el dominio naval, permiten inferir que la responsabilidad limitada en
contraria su origen en la responsabilidad en el derecho mercantil (relacionado con el derecho marítimo)
Las compañías coloniales fueron fundadas por actos de la autoridad pública que realizó su estructura los reyes, que impulsan la
expansión y asociarse con la actividad privada. Se presentaban con rasgos públicos y privados de formación asociativa, como
mezcla de expansión colonial. A menudo con participación del estado con sus beneficios, como personas jurídicas y que su
patrimonio era diverso, contra quien los acreedores en principio no tenían una acción.
La emulsión de la economía de los últimos tiempos a nivel mundial muestra la necesidad de la confluencia de los capitales y
esfuerzos para dar respuesta a los mayores requerimientos de la población que crece exponencialmente. La propia comunidad
solicita que las prestaciones se realicen de manera eficaz, necesitan que las comunidades se conviertan en imprescindibles fuentes
de riqueza y de generación de empleo. En estos tiempos es impensable proveer bienes y servicios sin asociarse, en conjunto,
mancomunada y organizadamente para el consumo masivo.
Sociedad y empresa
La ley de sociedades incorpora la noción de empresa en su artículo 1, al indicar la producción e intercambio de bienes y servicios.
Es un texto en el que aparecen las ideas contemporáneas de las empresas, que impacta en la evolución histórica ya que surge como
contraste de la actividad simple de la persona.
Es así que la empresa es un objeto no un sujeto de derechos, no hay que confundir el objeto con el sujeto. Este concepto es único y
amplio, la organización de los factores de la producción y el intercambio con el propósito de obtener un resultado económico. La
empresa según su concepto económico es el organismo que realiza la coordinación de los factores económicos de la producción.
Es evidente que la introducción del criterio distintivo de empresa para la comercialización de ciertos actos civiles se debió a la
evolución social.
El término empresa en el art 320 del CC, es tomado con criterio económico. La ley alude a la empresa ya sea por su forma o como
su organización o su estructura. Dentro de la concepción objetiva o mixta empresa o comerciante expresan significados distintos
uno es la organización y el otro es el sujeto. Por otro lado, la concepción subjetiva es absolutamente opuesta por que el comercio o
el empresario se asimilan o se identifican.
Por eso hay que identificar de manera distinta las empresas que la subjetividad del empresario, ya que no responden de manera
igualitaria.
Descentralización
Esta refiere a la expansión de las empresas en mayor o menor descentralización por tal motivo hay dos maneras de encuadrar esta
temática. Una es vinculándola con la nacionalidad de las sociedades o sino con distintas modalidades de descentralización de una
sociedad matriz (habitual en el caso de los bancos)
La sucursal es la dependencia con cierto o limitada autonomía jurídica frente a la cual se celebran negocios, tiene domicilio
especial, puede ser llevada a juicio por el cumplimiento de estas obligaciones, no tiene personalidad jurídica por más que dependa
de una sociedad.
La agencia es una mera oficina administrativa, sin atribuciones para celebrar negocios de forma directa sino para administrar los
negocios ya celebrados o para facilitar la celebración del contrato.
El establecimiento es algo impreciso, genera polémica debido que no debe identificarse al establecimiento con la empresa ya que
son solo un factor de la empresa, suele llamarse así a la planta fabril o comercial donde está instalada esa unidad productiva; este
puede contar con varios establecimientos paralelos que conforman la totalidad.
La filial plantea problemas jurídicos esenciales, ya que se constituye con independencia jurídica y se presenta con capital propio
una persona jurídica autónoma, para sí misma y suele tener un objeto propio cuando actúa en la sede de la entidad madre.
También uno común o todo comparte cuando lo hace en otro país, teniendo una independencia formal más marcada cuando
funciona como sociedad independiente, generalmente se reconoce que aparece como una sociedad controlada.
La subsidiaria además de plantearse doctrinariamente como una denominación genérica derivada de una sociedad madre
susceptible de agrupar a todo lo anterior, aparte de las relaciones clásicas de la sociedad matriz o las filiales, es posible que los
lazos entre los distintos componente tengan la naturaleza meramente contractual (agencias/ franquicias). También se puede crear
sociedades de capital que pongan en manifiesto los vínculos de diferentes empresas entonces podemos encontrar instrumentos
asociativos filiales compartidos generados por empresas independientes o el control se puede ejercer mediante licencias o
prestación de avales
CONSTITUCIÓN DE SOCIEDADES
El régimen societario se conforma mediante normas dirigidas a dos momentos diferentes. El primero es el de constitución de la
sociedad y el segundo la sociedad funciona a través de distintos órganos y de sus representantes y empleados.
La constitución de sociedades se efectúa a través de un conjunto de actos que se conoce como “iter constitutivo”. Si se completa
ese conjunto de actos, generalmente a través de la inscripción en el Registro Público, la sociedad pasa a existir como sociedad
regular y se rige por las normas del tipo societario que a tal efecto se haya elegido. Pero, si se ha configurado el acto constitutivo
de la sociedad, pero no se completa el iter constitutivo, particularmente por no inscribirse la sociedad en el Registro Público, la
sociedad pasa a ser una sociedad irregular y se rige por las reglas que gobiernan a estas. El iter comienza con el perfeccionamiento
del consentimiento de los socios (en caso de la sociedad como contrato) o manifestación de la voluntad (en caso de los
unilaterales) y culmina con la inscripción. En el inter HAY sociedad, pero en formación. El plazo para concretar el trámite de
inscripción es de 20 días + 30 adicionales x prorroga (res. 7/2015 IGJ establece que son días hábiles administrativos), una vez
culminado el plazo, si no se ha inscripto, la sociedad cae en sección 4ta. Las sociedades en formación pueden llevar a cabo
actividades económicas, pero solamente lo que autoriza el instrumento constitutivo. Completar el iter es una condición de
regularidad de la sociedad, pero no de su existencia como tal.
La regla general es que la sociedad se constituye mediante un contrato. El contrato de sociedad es un contrato plurilateral de
organización con intereses yuxtapuestos.
- Contrato constitutivo: reúne todos los requisitos tipificantes y no tipificantes que sean necesarios para cada sociedad.
Hace nacer el ente societario, es decir, la nueva sociedad. Tiene elementos generales y específicos del contrato de
sociedad, los primeros son los propios del contrato: objeto, causa, forma, etc.
- Instrumento constitutivo: es el documento que da origen a la sociedad, incluye al contrato constitutivo, pero también
puede regular otras cuestiones ej.: integración de aportes. Puede existir como no, debido a que es una elección de las
sociedades para poder modificarla más fácilmente.
- Contrato social: es el contrato constitutivo más todas sus modificaciones, es decir, el contrato constitutivo + el
instrumento constitutivo. Se va actualizando, excepto en las SRL.
Las reformas introducidas por la ley 26.994 permiten la constitución de sociedades unipersonales. No existe en este caso un
contrato constitutivo, sino una declaración unilateral de voluntad.
Dado que se aplican al caso las reglas de la sociedad anónima, también rigen para esta sociedad las normas sobre sociedades
anónimas en formación.
No pueden existir sociedades unipersonales de hecho, atípicas y la declaración de voluntad debe tener elementos que la hagan
explicita y clara.
Introducción
el consentimiento presenta particularidades características en el caso del contrato de sociedad, derivadas del carácter plurilateral
de este contrato.
El art. 977 del CCyCN dispone que no hay contrato sin el consentimiento de todos los interesados, excepto que la convención o la
ley autoricen a la mayoría para celebrarlo en nombre de todos o permitan su conclusión solo entre quienes lo han consentido.
Un caso es aquel que dos o más partes convienen formar una sociedad, emitiendo luego, ofertas dirigidas a terceros, a fin de que
estos acepten su incorporación a la sociedad propuesta. En tales casos, tres hipótesis: que la oferta indique que la sociedad se
formara cualquiera sea el número de aceptaciones; que indiquen que la sociedad no se formara si no se llega a cierto número o que
no indique nada respecto de estos actos.
Si la oferta indica que la sociedad se formara con cualquier número de aceptaciones, se ha creado un marco contractual previo, la
falta de aceptaciones adicionales no invalida al contrato original ni afecta el cumplimiento. Las propias partes oferentes han
determinado que la incorporación de nuevos socios no es esencial para la formación de la sociedad.
Si la oferta señala que la sociedad no se formara si no se recibe cierto número de aceptaciones, la falta de tales aceptaciones dará
lugar a que no se perfeccione el contrato de sociedad.
Si la oferta nada indica respecto del número de aceptaciones, le régimen del art. 977 CCyCN no permite llegar a un resultado
preciso, pues la oferta no indica si autoriza o no el perfeccionamiento del contrato con la participación de una porción de los
destinatarios de la oferta. Debe concurrirse en analogía al art. 16 de la ley 19.550. deberá así determinarse si, a la luz del objeto y
propósitos de la sociedad que se intenta constituir, el número de aceptaciones es suficiente para que la misma sea viable.
- Error: el vicio de error es invalidante del consentimiento en materia societaria, conforme el régimen general de los
vicios de la voluntad. El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o
unilateral recepticio, el error debe ser reconocible por el destinatario para causar la nulidad. El error es reconocible
cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la naturaleza del acto y las circunstancias de persona,
tiempo y lugar.
En el ámbito societario, si el error vicia la voluntad, causa en principio la nulidad del vínculo del socio cuyo
consentimiento esta así viciado, y la de la sociedad si se dan las condiciones para el efecto adicional.
La parte que incurre en error no puede solicitar la nulidad del acto si la otra ofrece ejecutarlo con las modalidades y el
contenido que aquella entendió celebrar.
- Dolo: el dolo esencial causa la nulidad del consentimiento así viciado.
El régimen general del dolo se basa, implícitamente, en la existencia de ciertas obligaciones en materia de suministro de
información a la contraparte.
El efecto inmediato del dolo, en materia societaria, es similar al del error; el vínculo del socio que lo sufre queda afectado
por una nulidad relativa, que tendrá como efecto la nulidad del contrato en su conjunto si se reúnen los extremos
previstos en el art. 16 de la LGS.
- Violencia: la fuerza irresistible y las amenazas que generen el temor de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan
contrarrestar o evitar en la persona o bienes de la parte o de un tercero, causan la nulidad del acto.
En el ámbito societario, los principales casos de amenazas relevantes son los que inciden sobre aspectos económicos de
la persona presionada.
Un grupo de casos esta dado por supuestos en que una empresa utiliza su poder negociador frente al Estado para obligar a
otras a asociarse. Por ejemplo, al quedar estas fuera de un sistema de subsidios u otros beneficios necesarios para
operaren el mercado, el ingreso a cierta sociedad puede ser el único medio para llevar a cabo ciertas actividades.
- Lesión: debe existir explotación de la necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia de una parte por otra, y de ello debe
resultar una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Buena parte de los casos potencialmente constitutivos de lesión se encuentran comprendidos, en materia societaria, en la
figura de sociedad leonina.
La ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación consistirá en un desequilibrio en la relación de
aportes y otras obligaciones, por una parte, y participación en los beneficios y otros derechos, por otra. La teoría de la
lesión no busca castigar a quien se beneficia desproporcionadamente, sino resarcir a quien se perjudica sin justificación.
- Simulación: será ilícita cuando 1. Afecte los derechos de un tercero y 2. Cuando nada tenga de verdadero (art. 333
CCyCN). Ej. sociedades extranjeras que compraron inmuebles en el 2001, en el 2003 se hizo un relevamiento de los
inmuebles y eran de sociedades extranjeras que venían a hacer actos aislados.
EL OBJETO DE LA SOCIEDAD
Concepto
A efectos de analizar el concepto de objeto, en el contexto societario, deben distinguirse varios conceptos básicos:
- Actividad de la sociedad: se trata de los actos de personas humanas imputables a la sociedad. El objeto societario esta
constituido por un posible campo de actividades, ese campo, determinado por el contrato social o los estatutos, pueden o
no dar lugar a una actividad efectiva. Objeto y actividad difieren entre si no solo conceptualmente (pues uno es un
elemento normativo que fija los limites dentro de los que deben desarrollarse las actividades de la sociedad, y el otro es
un elemento factico, cuyos límites dependen del concepto de objeto) sino también en cuanto a su extensión. Puede haber
actividades de la sociedad que estén fuera de su objeto y actividades previstas en el objeto que no se materializan en los
hechos. No obstante, existen relaciones estrechas entre estos dos conceptos. El objeto social fija el ámbito dentro del cual
debe desarrollarse la actividad societaria. Asimismo, la actividad de una sociedad es tal porque los actos de sus órganos y
representantes le son imputables; para que juegue tal imputación es preciso, que la actividad de los órganos no sea
notoriamente extraña al objeto social.
- Finalidad de la sociedad: el propósito inmediato de una sociedad es desarrollar actividades que se desenvolverán dentro
de la esfera fijada por su objeto societario. No es ese, sin embargo, su propósito mediato. Los socios que constituyen una
sociedad lo hacen teniendo un objetivo común. Ese objetivo consiste en la obtención de beneficios. Pueden, sin embargo,
tener otras metas. El propósito de los socios de una sociedad cuyo objeto es la construcción de navíos no es la
construcción en sí, sino la obtención de utilidades derivadas de tal actividad. Entre el objeto societario y la finalidad de la
sociedad hay una relación de medio a fin; la realización del objeto es el medio para lograr las utilidades que constituyen
el fin de los socios. Además, los fines deben ser perseguidos dentro del campo de actividades que fija el correspondiente
objeto societario.
- Objeto del contrato de sociedad: objeto de un contrato son las prestaciones de dar, hacer o no hacer que constituyen a
su vez objeto de las obligaciones emergentes del correspondiente contrato. El objeto del contrato de sociedad es un
elemento contractual referido al contenido de ese contrato. Por el contrario, el objeto societario, si bien se encuentra
también incluido en el contrato de sociedad, esta destinado a regir la actividad de la sociedad con posterioridad a tal
contrato, en cuanto ente u organización.
- OBJETO SOCIETARIO: se trata de una figura prevista en el art. 11 inc. 3 de la LGS. Su función es precisar el marco
de actividades que desarrollara la sociedad durante su existencia como tal. El objeto esta constituido por los actos o
categorías de actos que por el contrato constitutivo podrá realizar la sociedad, para lograr su fin mediante su ejercicio o
actividad. El objeto no es un acto ni una actividad ni una categoría de actos, sino un elemento normativo que fija los
limites dentro de los cuales deben desenvolverse los órganos societarios.
El art. 11 inc. 3 LGS establece que el instrumento de constitución contenga la designación del objeto de la sociedad, que debe ser
preciso y determinado.
- Delimitación de la conducta de los órganos societarios: la consecuencia principal de esta obligación es hacer
responsables a los integrantes de los órganos societarios que en ella incurran por la consecuencia de su accionar.
- Imputación de los actos de los miembros de los órganos a la sociedad: la existencia de una persona jurídica plantea
necesariamente la cuestión de determinar que actos de personas humanas le serán atribuidos. El objeto societario
contribuye a resolver esta cuestión. No todos los actos del representante de una sociedad inmobiliaria que tengan que ver
con el rubro inmobiliario serán imputables a tal sociedad; si el representante compra con su dinero una casa para su uso
personal el acto le será imputable personalmente y no a la sociedad.
- Protección de los intereses de los socios.
- Protección de los intereses de los acreedores.
El art. 11 inc. 3 LGS exige que el instrumento constitutivo incluya el objeto societario y lo constituye como elemento esencial. Si
bien no es un elemento definitorio del contrato de sociedad, si es necesario para que la sociedad funcione como persona jurídica u
organización.
Dado que el objeto no es requisito tipificante, su omisión coloca a la sociedad en la sección IV.
Por una parte, el objeto debe ser indicado con términos que indiquen con claridad cuales son los limites fijados para las
actividades de la sociedad el objeto no seria preciso si consistiera en “actividades que permitan una adecuada rentabilidad” o
“actividades compatible con el desarrollo económico de la empresa”. La delimitación del objeto debe ser tal que permita decidir
con facilidad si una conducta encuadra o no en este, sin requerir complejas averiguaciones de hecho o de derecho.
El objeto no debe ser de tal amplitud que pierda su función delimitativa de las actividades de la sociedad. No sería así aceptable un
objeto que comprendiera actividades comerciales o industriales de todo tipo, sin especificar cuáles de ellas constituirán el marco
de actuación de la sociedad.
Objeto único y objeto plural: la LGS no establece nada sobre si se puede o no tener objetos plurales, la res. 7/2015 IGJ
estableció el funcionamiento de la inspección art. 67. Establece que no puede existir la pluralidad de objetos. Res. 8/2016 IGJ
deroga art. 67 1 mes después de la ley 26.994 y se podían llevar a cabo objetos plurales. La res 8/2016 se deroga con la res.
5/2020, es decir, que volvimos a la res. 7/2015 en el ámbito de CABA se deben constituir sociedades con objeto único salvo que
los objetos sean conexos.
Objeto posible
El objeto de los actos jurídicos deberá estar formado por hechos posibles.
La imposibilidad puede ser material o jurídica. La primera es la que tiene lugar cuando el objeto determinado por las partes es
licito, pero físicamente imposible de realizar. La segunda, cuando el objeto es físicamente posible, pero ilícito o prohibido. En el
segundo caso estamos ante una situación regida por las reglas especificas aplicables a las sociedades de objeto ilícito o prohibido.
Objeto ilícito
El art. 18 LGS establece que las sociedades que tengan objeto ilícito son nulas de nulidad absoluta. Los terceros de buena fe
pueden alegar contra los socios la existencia de la sociedad, sin que estos puedan oponer la nulidad. Los socios no pueden alegar
la existencia de la sociedad, ni aun para demandar a terceros o para reclamar la restitución de los aportes, la división de ganancias
o la contribución a las perdidas.
Puede suceder que la sociedad, dentro de las actividades previstas abstractamente en su objeto, opte por su realización de manera
ilícita; por ejemplo, una sociedad importadora puede operar por vía de contrabando. Puede también ocurrir que la sociedad realice
actividades que, por no ser manifiestamente ajenas al objeto, le sean imputables conforme al art. 58 de la LSG; si las actividades
son ilícitas caerán dentro del marco del art. 19.
Las hipótesis precedentes deben distinguirse de aquellas en que los socios o administradores de una sociedad, realizan actividades
ilícitas ajenas al objeto societario y que son manifiestamente ajenas a tal objeto. Los actos no serian imputables a la sociedad, y no
pesarían sobre ella los efectos previstos en el art. 19.
Una cuestión de importancia practica se plantea cuando varias personas se asocian para realizar una actividad ilícita y dividirse las
ganancias derivadas de esta, sin instrumentar tal relación. En principio, se estaría ante una sociedad de hecho con objeto ilícito, y
como tal, comprendida en el art. 18. Pero es también posible que una sociedad de hecho tenga un objeto licito y que, como sucede
con las restantes sociedades, por un desvío respecto del objeto acordado o por optarse por una alternativa ilícita dentro de las
posibles formas de realización del objeto, se configure una actividad ilícita imputable a tal sociedad, la que quedara así
comprendida en el art. 19.
Estas sociedades son nulas de nulidad absoluta y las rige el art. 20 LSG. Se trata de hipótesis en que la actividad en si misma es
lícita, habiéndose sin embargo adoptado un tipo legal prohibido para realizar tal actividad.
Es incompatible cierto objeto con cierto tipo. Pero el motivo de tal incompatibilidad no es el evitar que cierto objeto se lleve a
cabo, sino impedir que se lo realice por sociedades cuya estructura se considera inconciliable con la organización requerida para la
realización de las actividades incluidas en el marco de tales leyes.
En materia de requisitos de forma deben distinguirse los que hacen al régimen general de contratos, los exigidos para todas las
sociedades y los específicos de casa tipo societario. Estos requisitos se refieren al acto constitutivo en si como el procedimiento
posterior, que culmina con la inscripción de la sociedad en el Registro Público. Este particular procedimiento lleva a que se
identifique un iter constitutivo; solo cumplido este se tendrán por cumplidos los requisitos formales de la sociedad.
La sociedad que incumpla con esos requisitos queda sujeta al régimen de las sociedades de sección IV.
Requisitos sustanciales de un acto son los que hacen a su contenido jurídico, o sea a las relaciones jurídicas que son objeto de ese
acto, mientras que requisitos formales son los que hacen a la expresión del acto y a las solemnidades que deben observarse con
relación al mismo.
Los requisitos formales dan lugar, en caso de inobservancia, a la irregularidad de la sociedad, y secundariamente a limitaciones
probatorias o en la oponibilidad del acto. En cambio, los requisitos sustanciales dan lugar en caso de incumplimiento a efectos tan
heterogéneos como la nulidad o anulabilidad de la sociedad, la nulidad de un vinculo o de una cláusula, entre otras.
También es de importancia la distinción en razón de que la figura de sociedad en sección IV, que junto con la de sociedad de
hecho engloba a las sociedades que no han cumplido con los requisitos formales exigidos respecto del acto constitutivo, supone la
existencia de una sociedad valida desde el punto de vista sustantivo.
El incumplimiento de los requisitos formales acarrean a la sociedad a la sección IV, normalmente, pudiendo la misma
regularizarse satisfaciendo los mismos. En cambio, el incumplimiento de los requisitos de tipicidad lleva a que la sociedad no se
rija por las reglas del tipo elegido, sino directamente por las de la sección IV.
Las formas en el derecho societario se caracterizan por su complejidad. En ese ámbito, el concepto de aquella no se limita a las
exigidas por el acto constitutivo, sino que abarca también al conjunto de exigencias necesarias para que, una vez otorgado el acto,
la sociedad quede regularmente constituida como tal. Ese conjunto de exigencias configura el llamado “inter constitutivo”.
Presupuesto de la existencia del iter constitutivo es la configuración de un contrato que reúna todos los requisitos no formales
exigidos para su validez. Si faltan tales elementos, no habrá siquiera sociedad de hecho, dándose a lo sumo una sociedad nula o
anulable, según sean los elementos faltantes o viciados.
Instrumentación de la sociedad
El contrato por el cual se constituya o modifique una sociedad se otorgará por instrumento público o privado.
Falta de instrumentación
Las sociedades carentes de instrumentación son llamadas “sociedades de hecho” y quedan sujetas al régimen de las sociedades de
sección IV.
Están sujetas al régimen especial del art. 12 LGS. Si no se inscriben, obligan a los socios otorgantes, pero son inoponibles a
terceros, quienes pueden, no obstante alegarlas contra la sociedad y los socios, salvo en las S.A. y S.R.L.
Las modificaciones del contrato social deben distinguirse de los contratos parasociales, o sea aquellos que son accesorios del
contrato social, pero sin formar parte de él. Estos contratos parasociales no están sujetos a requisitos de inscripción, y su
oponibilidad entre las partes y frente a terceros se rige por las normas comunes en materia de contratos.
En las sociedades que no son de hecho, la instrumentación del contrato de sociedad pone en marcha el iter constitutivo.
En el sistema societario argentino, la existencia de la sociedad no esta condicionada a su inscripción registral; tal inscripción es
tan solo un requisito para que la sociedad no caiga en sección IV. Tanto las sociedades en formación como las de la sección IV
tienen personalidad jurídica.
Configurado el contrato de sociedad en alguna de sus variantes, aun sin instrumentación, surge la persona jurídica societaria.
Desde este ángulo, es el contrato de sociedad, en cuanto acto constitutivo, lo que tiene “efectos constitutivos” sobre la entidad
societaria, y no la inscripción registral.
La sociedad en formación
Durante el iter constitutivo, la sociedad aun no inscripta configura una llamada “sociedad en formación”. Esta está sujeta a un
régimen especial en materia de su actividad, su organización y la responsabilidad de los socios.
- La sociedad en formación es tal desde que se configura el contrato de sociedad correspondiente, y hasta que la sociedad
se inscriba en el Registro Público. Pasados los 50 días que dispone la IGJ (20 + 30 de prorroga) si no se inscribió, pasa a
ser una sociedad de sección IV.
- Los socios responden por los actos realizados por cuenta o en nombre de la sociedad, por quienes hayan tenido su
representación y administración hasta el momento de iniciación de derechos y obligaciones de los socios fijados en el
contrato de sociedad.
- Los representantes de la sociedad tienen facultades para obligar a la sociedad respecto de los actos necesarios para su
constitución y los relativos al objeto social cuya ejecución durante el periodo fundacional haya sido expresamente
autorizada en el acto constitutivo. Los administradores, los fundadores y la propia sociedad son solidaria e
ilimitadamente responsables mientras la sociedad no este inscripta. Por los demás actos cumplidos antes de la inscripción
serán responsables ilimitada y solidariamente las personas que los hubieren realizado y los directores y fundadores que
los hubieran consentido.
- Inscripto el contrato constitutivo, los actos necesarios para la constitución y los realizados en virtud de expresa facultad
conferida en el acto constitutivo, se tendrán como originariamente cumplidos por la sociedad, aplicándose el régimen de
responsabilidad propio de su tipo. Los promotores, fundadores y administradores quedaran liberados frente a terceros de
las obligaciones emergentes de estos actos.
- La sociedad en formación es susceptible de adquirir derechos; los aportes societarios pueden ser inscriptos
preventivamente a nombre de la sociedad en formación.
El contrato de sociedad tiene un contenido mínimo que establece el art. 11 de esta ley. Las partes pueden agregar otros elementos
a los allí previstos.
Las normas societarias, como sucede en otros ámbitos contractuales, frecuentemente determinan supletoriamente el contenido del
contrato, por ejemplo, de la distribución de utilidades entre los socios.
La LGS incluye ciertas categorías relevantes aplicables a los elementos del contrato de sociedad. Por una parte, estos elementos
pueden ser esenciales o no esenciales. La falta de “requisitos esenciales” no anula la sociedad, pero la coloca bajo el régimen de
las sociedades de sección IV.
Los elementos esenciales pueden ser tipificantes o no tipificantes. Tipificantes son los que distinguen un tipo societario de otro y
se vinculan fundamentalmente con la estructura de órganos, la instrumentación de las participaciones de los socios y la
responsabilidad de estos. Así, la organización de una gerencia es un elemento tipificante de la sociedad S.R.L. en cambio, la
determinación de un domicilio es propia de todo tipo societario y es así, un elemento no tipificante.
El instrumento de constitución de una sociedad debe contener el nombre, estado civil nacionalidad, profesión, domicilio y numero
de documento de identidad de los socios. También aplica para los directores y síndicos.
Si faltan elementos identificatorios exigidos por la LGS, la autoridad de contralor o la de registro podrán negar la conformación
del acto o su inscripción. La sociedad quedara, así como sociedad en formación hasta que se cumplan con tales requisitos, o hasta
que el incumplimiento (50 días) la lleve a convertirse en sociedad de sección IV.
Si, no obstante, la falta de elementos identificatorios, la sociedad se inscribe en el Registro Público. Si los elementos
identificatorios son insuficientes para que los terceros puedan determinar sin necesidad de una investigación compleja quienes son
los socios, estaríamos ante un vicio relativo a elementos esenciales del contrato. Sin embargo, ese vicio no afectaría a la sociedad
en su conjunto, sino que incidiría inicialmente sobre el vinculo del socio cuya identificación es insuficiente y que daría lugar a la
aplicación del art. 16 de la LGS, es decir, la sociedad será nula si ese socio se considera esencial o si la sociedad es unipersonal.
Nombre de la sociedad
El instrumento constitutivo debe incluir la razón social o la denominación de la sociedad. El nombre social, que abarca tanto a la
denominación como a la razón social, constituye un signo verbal identificatorio de la sociedad en cuanto persona jurídica.
El nombre social debe reunir diversos requisitos para ser licito: no sebe ser violatorio de derecho de terceros, no debe ser contrario
a la ley, el orden publico y las buenas costumbres; no debe ser igual a otros preexistentes; no debe inducir a error o implicar
falsedad y debe tener aptitud distintiva.
Domicilio social
El domicilio corresponde a la jurisdicción de la autoridad registral correspondiente a la inscripción de la sociedad, mientras que la
sede es el lugar concreto, dentro de ese domicilio, donde la sociedad se considera ubicada a los fines legales.
El contrato social puede limitarse a expresar la ciudad o población en que la sociedad tiene su domicilio. Pero el juez solo
ordenara la inscripción en el Registro si la dirección precisa del domicilio social figura en el contrato o instrumento separado que
se presenta al tiempo de inscribir la sociedad.
Objeto social
El contrato constitutivo debe indicar el objeto de la sociedad que debe ser preciso y determinado.
Capital social
Se debe también incluir el capital social, que deberá ser expresado en moneda argentina.
- Fondo común: se distingue por cuanto este está constituido por los aportes comprometidos por los socios. El capital no
puede ser superior a esos aportes, pero si puede ser inferior.
- Patrimonio: el capital se distingue dado que incluye la totalidad de activos y pasivos de la sociedad, mientras que el
patrimonio solo comprende una porción del patrimonio neto de la sociedad.
- Patrimonio neto: el capital incluye no solo el valor del capital, sino todos los demás rubros que reflejan la diferencia
entre el activo total y pasivo debido a terceros de la sociedad.
Pueden constituir en obligaciones de dar o de hacer, pero en las S.R.L. y por acciones deben ser de bienes determinados,
susceptibles de ejecución forzada.
Puede también suceder que se determine el capital social, en su conjunto, pero no los aportes concretos de los diferentes socios.
En tal caso, puede presumirse que todos contribuyen en partes iguales.
Plazo de duración
Debe ser determinado. Normalmente, la falta de inclusión de este elemento conducirá a que la sociedad no sea inscripta, quedando
como sociedad de sección IV o en formación. Pero la sociedad no será nula.
Clausulas leoninas
- Que alguno o algunos de los socios reciban todos los beneficios o se les excluya de ellos, o que sean liberados de
contribuir a las perdidas.
- Que al socio o socios capitalistas se le restituyan los aportes con un premio designado o con sus frutos, o con una
cantidad adicional, haya o no ganancias.
- Que aseguren al socio su capital o las ganancias eventuales.
- Que la totalidad de las ganancias y aun de las prestaciones a la sociedad, pertenezcan al socio o socios sobrevivientes.
- Que permitan la determinación de un precio para la adquisición de la parte de un socio por otro, que se aparte
notablemente de su valor real al tiempo de hacerla efectiva.
Otras inclusiones
NULIDADES SOCIETARIAS
El contrato de sociedad es un contrato plurilateral, conformado mediante los vínculos que unen a cada uno de los socios con el
conjunto de los restantes. La relación entre los socios es distinta de la bilateral común a los restantes contratos. El contrato de
sociedad puede existir como tal y ser operativamente eficaz, aunque uno o más de los vínculos de cada socio sea anulado. Esto
esta dispuesto en el art. 16 LGS.
El régimen de la LGS en materia de nulidades no prevé como una categoría especifica la de nulidad del contrato en su conjunto.
Ello refleja el hecho de que tal régimen utiliza una metodología especifica, en el contacto de la cual los casos de nulidad del
contrato de sociedad en su conjunto se ven absorbidos por los restantes casos específicos de nulidades societarias.
Los vicios de los vínculos de los distintos socios con el conjunto societario afectan, a tales vínculos, y solo si se dan ciertas
condiciones dan lugar a la anulación del contrato en su conjunto. Esta metodología lleva a que los vicios en el consentimiento y en
la capacidad de los socios constituyentes de la sociedad no incidan inmediatamente sobre el contrato de sociedad en su conjunto,
sino a través de los vínculos de cada uno de los socios.
Otra manifestación de la mencionada metodología se encuentra en relación con los vicios de forma del contrato de sociedad. En
lugar de dar lugar a la anulación del contrato la LGS establece un régimen especial (sección IV).
En cuanto a los vicios en los elementos esenciales no tipificantes, en el sistema actual la LGS establece que las sociedades que
recaigan en ellos serán sociedades de la sección IV.
La nulidad que afecte el vinculo de alguno de los socios no producirá la nulidad o resolución del contrato, excepto que la
participación de ese socio deba considerarse esencial, habida cuenta de las circunstancias o de que se trate de una sociedad
unipersonal.
El régimen de nulidad vincular responde a la estructura plurilateral del contrato de sociedad. Este puede operar como tal pese a la
“caída” de alguno de los vínculos que le da origen, en tanto permanezcan elementos suficientes, sobre la base de los restantes
vínculos subsistentes.
Corresponde así determinar que se entenderán por una participación o prestación “esencial”. Debe entenderse como tal la que hace
imposible el cumplimiento del objeto social o los fines de la sociedad.
SOCIEDADES DE LA SECCION IV
Una de las principales reformas introducidas por la ley 26.994 unifica las reglas aplicables a distintas especies de figuras
societarias imperfectas.
Dado que el concepto de sociedad irregular cuenta ya con una larga tradición en el derecho argentino, no consideramos
conveniente utilizarlo para el conjunto de las sociedades de la sección IV. Preferimos la denominación “sociedad imperfecta”.
Ámbito de aplicación
El art. 21 LGS dispone que la sociedad que no se constituya con sujeción a los tipos previstos por esta, que omita requisitos
esenciales o que incumpla con las formalidades exigidas, se regirán por lo dispuesto sobre las sociedades de la sección IV.
- Sociedades atípicas.
- Sociedades irregulares.
- Sociedades de hecho.
- Sociedades respecto de las cuales se hayan omitido requisitos esenciales.
No son así sociedades imperfectas los actos nulos en virtud de las reglas generales en materia de actos jurídicos; en especial, no lo
son las sociedades nulas conforme a las normas del art. 16. Tampoco lo son los actos calificables como de constitución de
sociedades.
Los socios podrán reclamar a la sociedad el respeto y cumplimiento de sus derechos y exigirse, entre si y a sus administradores, el
cumplimiento de las obligaciones que impone toda relación asociativa.
Personalidad jurídica
Las sociedades imperfectas tienen personalidad jurídica, en virtud de las reglas generales aplicables a todas las sociedades.
Organización
El art. 23 dispone que las clausulas relativas a la representación, la administración y las demás que disponen sobre la organización
y gobierno de la sociedad pueden ser invocadas entre los socios.
Representación
En las relaciones con terceros cualquiera de los socios representa a la sociedad exhibiendo el contrato, pero la disposición del
contrato social le pueden ser opuesta si se prueba que los terceros la conocieron efectivamente al tiempo del nacimiento de la
relación jurídica.
Las disposiciones sobre representación organiza de la sociedad solo son oponibles a terceros si se prueba que los terceros las
conocieron efectivamente l tiempo del nacimiento de la relación jurídica. La sociedad queda obligada frente a terceros mediante la
actuación de un solo socio. Si un socio obliga así a la sociedad por si mismo, en violación a lo dispuesto por el contrato social,
particularmente cuando este requiere pluralidad de socios para representar a la sociedad, tal socio será responsable frente a los
restantes por el daño que así causa a la sociedad.
Si un socio invoca la representación de la sociedad, y no exhibe el correspondiente contrato, obligara sin embargo a la sociedad,
en virtud de la apariencia creada.
El objeto societario sigue cumpliendo la función delimitativa, de la imputación de los actos de los representantes a la sociedad.
Pero si el tercero con el que contrata la sociedad no conocía el contrato social, y particularmente el objeto allí incluido, los limites
derivados de tal objeto no le serian oponibles, salvo cuando deban resultar aparentes como consecuencia del propio accionar de la
sociedad.
Si los terceros tienen conocimiento tales requisitos les serán oponibles y la sociedad solo quedara obligada en la medida en que se
hayan cumplido las reglas contractuales en materia de representación.
Bienes registrables
Para adquirir bienes registrables, la sociedad debe acreditar ante el Registro su existencia y las facultades de su representante de
todos quienes afirman ser sus socios. Este acto debe ser instrumentado en escritura publica o instrumento privado con firma
autenticada por escribano. El bien se inscribirá a nombre de la sociedad, debiéndose indicar la proporción en que participan los
socios en tal sociedad.
Asimismo, debe determinarse que se entenderá por “proporción en que participan los socios, la misma hace referencia a la
participación en las utilidades en el capital, pero no siempre es de sencilla determinación en las sociedades imperfectas,
especialmente en las de hecho.
Prueba
Los socios responden frente a los terceros como obligados simplemente mancomunados y por partes iguales, salvo que la
solidaridad con la sociedad o entre ellos, o una distinta proporción resulten de una estipulación expresa respecto de una relación o
un conjunto de relaciones.
La posibilidad de modificar la proporción de responsabilidad de los socios requiere de una “estipulación expresa”, donde se
adopte tal modificación.
En cuanto a la responsabilidad que surja de las reglas del tipo, surge cuando este se ha adoptado expresamente, como será el caso
en las sociedades atípicas que no incluyen los elementos tipificantes propios del tipo elegido, en las sociedades a las que falten
elementos esenciales y en las sociedades irregulares. En cambio, las sociedades de hecho no están sujetas a esta regla pues no
implican la adopción manifiesta de un tipo.
Cuando existe una responsabilidad determinada conforme a las reglas del tipo, la responsabilidad no podría ser modificada
mediante una estipulación del contrato social.
Subsanación
En el caso de sociedades incluidas en la sección IV pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los socios en cualquier
tiempo o durante el plazo de duración previsto en el contrato. A falta de acuerdo unánime de los socios, la subsanación puede ser
ordenada judicialmente en procedimiento sumarísimo. El socio disconforme podrá ejercer el derecho de receso. La solución
judicial puede basarse en una propuesta previa de los socios, que no haya alcanzado apoyo unánime, los socios que oportunamente
impulsaron y aprobaron la propuesta no pueden incluirse entre los posibles “socios disconformes”.
Cualquiera de los socios pueden provocar la disolución de la sociedad cuando no media estipulación escrita del pacto de duración,
notificando fehacientemente. Los socios que deseen permanecer en la sociedad deben pagar a los salientes su parte social.
Las mencionadas normas implican que, si el contrato social prevé por escrito la duración de la sociedad, no es posible recurrir a la
disolución por decisión de uno de los socios.
SOCIEDADES ATIPICAS
La primera de esas especies está constituida por las sociedades atípicas. Estas son las que no se constituyen con sujeción a los
tipos del Capítulo II de la LGS, sea porque se han omitido requisitos esenciales tipificantes o porque hay elementos incompatibles
con el tipo legal elegido. Es decir, que no constituyen un tipo que este vigente en la LGS.
Los socios pueden establecer un marco contractual para sus relaciones, en cuestiones tan diversas como la determinación de los
derechos y obligaciones de los socios, la organización de la sociedad y su disolución y liquidación. Si las partes han elegido un
tipo, las reglas propias de ese tipo serán aplicables por corresponder a la intención expresa de las partes, salvo que sean
incompatibles con la conformación de la sociedad bajo el contrato social. Si las partes no han elegido un tipo, se aplicarán
supletoriamente las reglas del tipo más a fin a la sociedad de que se trate, siendo posible inclusiva aplicar a distintos tipos de
relaciones jurídicas normas societarias correspondientes a distintos tipos.
Tratándose de sociedades atípicas, no existe en principio un tipo cuyas reglas sean directamente aplicables, por lo que deberán
aplicarse las reglas de los tipos definidos conforme se expuso en relación con el régimen contractual.
Si se han elegido expresamente un tipo, los socios responden frente a los terceros como obligados simplemente mancomunados y
por partes iguales, salvo que la solidaridad o una distinta proporción resulten de las reglas generales del tipo así elegido. Pero
puede también configurarse sin que se alija expresamente tipo alguno, en tales casos, los socios responden como obligados
simplemente mancomunados y por partes iguales, salvo que exista una estipulación expresa respecto de una relación o conjunto de
relaciones, o una cláusula del contrato social, que establezcan la solidaridad de los socios o una distinta proporción en la
responsabilidad de los obligados mancomunadamente.
SOCIEDADES IRREGULARES
Las sociedades irregulares son las que, conformadas mediante un contrato por escrito bajo uno de los tipos societarios previstos
por la ley, han incumplido con las formalidades exigibles respeto de ese tipo.
Hay que hacer una distinción entre sociedades irregulares y en formación. Las primeras son las que presentan un incumplimiento
definitivo de las formalidades exigidas, mientras que las segundas todavía no han cumplido plenamente esas formalidades, pero se
encuentran en vías de hacerlo.
Los socios podrán establecer en el contrato social el marco de sus relaciones societarias, incluyendo reglas relativas a la
organización de la sociedad y la conformación de sus órgano. Suponen un encuadramiento en uno de los tipos societarios
regulares, las reglas del tipo al que corresponda la sociedad irregular serán aplicables a la interpretación y aplicación del contrato.
Se encuentran en principio determinados por el contrato social, en conjunto con las normas del tipo al que corresponda, las reglas
del tipo pueden ser aplicables para determinar la responsabilidad de los socios, si tales reglas imponen la solidaridad de los socios
o modifican la proporción en que incide sobre ellos la responsabilidad mancomunada que prevé la LGS.
SOCIEDADES DE HECHO
Se caracterizan por carecer de instrumentación. El contrato se celebra verbalmente, o mediante la propia conducta de los
interesados, inclusive conforme a esta se manifiesta a lo largo de la existencia de la sociedad. Ese contrato no instrumentado
puede acreditarse por cualquier medio de prueba.
La unión convivencial no supone necesariamente la colaboración con fines económicos propia de las sociedades ni la
participación en beneficios económicos logrados conjuntamente. Los participantes en una unión convivencial pueden formar una
sociedad de hecho, si se reúnen los elementos propios de esta, lo mismo que pueden formar otras especies de sociedades
imperfectas o regulares.
El contrato social
El contenido del contrato social resulta por lo general del propio comportamiento de sus socios a lo largo de la vida de la sociedad.
Las modificaciones son posibles, pero resultan generalmente no de una decisión explicita de los socios, sino, nuevamente, de la
modificación en el comportamiento de los mismos.
La organización
Es el propio comportamiento de la sociedad de hecho lo que permite determinar lo convenido por sus socios en materia de
organización. Pero la conducta de los socios es generalmente demasiado imprecisa, deberá recurrirse al marco de las sociedades
en general y al de las colectivas para poder en su contexto atribuir un sentido jurídico preciso a las conductas de los socios y
demás participantes en la organización de la sociedad de hecho.
Los aportes surgen de la propia realización del aporte o bien de compromisos de efectuar tales aportes, sin que tales compromisos
lleguen a configurar la instrumentación de un contrato social.
Implica que las sociedades son una figura ideal susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones. La sociedad actúa en el
ámbito jurídico a través de sus órganos y representantes, y traba mediante ellos relaciones jurídicas con otras personas. El sujeto
de esas relaciones, desde el punto de vista de la sociedad, es la persona jurídica societaria. Es esta, y no los socios directamente.
Por otra parte, el art 148 inc a del Código Civil y Comercial reconoce expresamente como personas jurídicas, lo que coincide con
la amplitud del régimen de la ley 19.550 en la materia.
SUJETO DE DERECHO.
También la sociedad en formación tiene personalidad jurídica. Ciertamente, como en otras categorías societarias, existen reglas y
límites para determinar el alcance de esa personalidad.
Las sociedades en liquidación tienen personalidad jurídica. Durante ese período esas sociedades tienen un patrimonio, objeto de
realización mediante el proceso de liquidación, que recién se extingue al no quedar derechos u obligaciones atribuibles a la
sociedad.
Es común sostener que la personalidad jurídica societaria es limitada o condicionada. Por una parte, encontramos a la personalidad
jurídica en abstracto, esta es una aptitud para adquirir y contraer obligaciones que se tiene o no se tiene, y que da lugar a un
patrimonio conformado por los derechos y obligaciones atribuibles a una persona. Pero esa personalidad jurídica tiene límites.
También se ha sostenido que el art 141 del Código Civil y Comercial, al disponer que la personalidad jurídica de los entes ideales
se confiere “para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”, la doctrina de ultra vires, limitando la aptitud jurídica
de las sociedades a los actos incluidos en su objeto. El art 141 no exige que los actos atribuibles a la sociedad sean los incluidos en
el objeto, sino que deben guardar cierta relación funcional con el cumplimiento de tal objeto y los fines de la sociedad.
Depende del tipo de persona jurídica de que se trate, de las particularidades de su organización y de la clase de relación jurídicas
cuya atribución se busque determinar.
ARTÍCULO 141: Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.
ARTÍCULO 58. — El administrador o el representante que de acuerdo con el contrato o por disposición de la ley tenga la
representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social. Este régimen se
aplica aun en infracción de la organización plural, si se tratare de obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos
entre ausentes, de adhesión o concluidos mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere conocimiento efectivo de que el
acto se celebra en infracción de la representación plural.
Estas facultades legales de los administradores o representantes respecto de los terceros no afectan la validez interna de las
restricciones contractuales y la responsabilidad por su infracción.
El art 58 de la ley 19.550, tomó al objeto societario como uno entre muchos otros elementos para determinar las relaciones
jurídicas imputables a la sociedad. Por ejemplo, se tienen también en cuenta elementos tales como la coincidencia de
ciertos actos con la actividad de la sociedad- y no ya con su objeto-
También se encuentra una pluralidad de niveles normativos en materia de inoponibilidad de la personalidad jurídica. El art 54 de
la ley 19.550 dispone que la actuación de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios, constituya un mer o
recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputara directamente a los socios
o a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.
ARTICULO 54. — El daño ocurrido a la sociedad por dolo o culpa de socios o de quienes no siéndolo la controlen constituye a
sus autores en la obligación solidaria de indemnizar sin que puedan alegar compensación con el lucro que su actuación haya
proporcionado en otros negocios.
El socio o controlante que aplicará los fondos o efectos de la sociedad a uso o negocio de cuenta propia o de tercero está
obligado a traer a la sociedad las ganancias resultantes siendo las pérdidas de su cuenta exclusiva.
La actuación de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios constituya un mero recurso para violar la
ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los
controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.
INICIO DE LA PERSONALIDAD JURIDICA SOCIETARIA
El art 142 del Código Civil y Comercial dispone que la existencia de la persona jurídico privada comienza desde su constitución.
Esta comienza con el contrato o acto constitutivo y culmina en la inscripción registral de la sociedad. No lo es para que la
sociedad exista; mientras el iter constitutivo está en curso, la sociedad es en formación y tiene personalidad jurídica y también la
tiene si el iter se frustra y la sociedad finaliza siendo irregular. Es el contrato constitutivo, y no la conformación de una sociedad
regular, lo que da inicio a la personalidad jurídica societaria. El cambio de sociedad en formación a sociedad regular no implica la
creación de una nueva persona jurídica, sino la constitución, de la misma persona jurídica nacida con la constitución de la
sociedad.
Artículo 142: La existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución. No necesita autorización legal para
funcionar, excepto disposición legal en contrario. En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede
funcionar antes de obtenerla.
El elemento determinante para el comienzo de la personalidad jurídica es asi la configuración de un contrato de sociedad o de un
acto unilateral. El elemento dinámico de esa configuración es el consentimiento. El momento de perfeccionamiento de tal contrato
depende del mecanismo utilizado para dar y recibir los correspondientes conocimientos, así como del marco precontractual que se
haya establecido a los fines de la formación del contrato. A partir de que exista contrato de sociedad, conforme a esta regla,
existirá la correspondiente persona jurídica societaria.
En el caso de las sociedades anónimas unipersonales, será la declaración unilateral de voluntad constitutiva de la sociedad lo que
dará origen al inicio de la personalidad jurídica societaria, como en otros casos, la culminación del trámite registral.
Las sociedades así formadas tienen personalidad jurídica. El sentido de la personalidad jurídica, en estos casos, es puesto de
manifiesto en el artículo 143 del Código Civil y Comercial. La sociedad anónima unipersonal tiene una personalidad distinta a la
de su único socio, y este responde por las deudas de la sociedad limitadamente y conforme a las reglas del tipo adoptado, la
sociedad anónima.
Sin embargo, el carácter unipersonal de una sociedad puede incidir sobre diversos aspectos de sus relaciones jurídicas. En
particular, puede ser fundamento de la extensión de la quiebra.
Artículo 143: La persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros.
Los miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los supuestos que expresamente se prevén en
este Título y lo que disponga la ley especial.
ÓRGANOS
Actúa través de personas físicas, conformadas en órganos de esa persona jurídica, son calificados, tradicionalmente, como de
gobierno, administración, representación y fiscalización. La conformación y atribución de los distintos órganos varían en función
de los tipos societarios.
CAPACIDAD
En consecuencia, toda sociedad que tenga personalidad jurídica, tiene un mínimo de capacidad de derechos. Principio de
especialidad conforme a este principio, la persona jurídica sólo tiene capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones que
guarden una relación adecuada con su objeto.
La capacidad de derecho de las personas jurídicas estas también limitada en razón de que existen ciertas relaciones jurídicas que,
por su contenido, quedan excluidas a tales personas, las relaciones de familia, particularmente, son parte de las así excluidas.
Mayores son las diferencias existentes entre personas jurídicas y físicas en lo que hace a la capacidad de hecho. Las personas
jurídicas, estas deben necesariamente actuar por vía de sus representantes, sean estos orgánicos o voluntarios. Siempre cumplir
con los requisitos de las representación orgánica o de la representación voluntaria de que aquélla se derive.
El art 58 de la ley 19.559 fija reglas en materia de la posibilidad de los representantes orgánicos de obligar a la sociedad.
PATRIMONIO
La persona jurídica tiene un patrimonio propio, es una consecuencia necesaria de la personalidad de jurídica de aquella, ciertos
derechos y obligaciones de contenido patrimonial se imputan a la sociedad y forman su patrimonio.
El régimen de responsabilidad de los socios está construido sobre la base de esta distinción patrimonial entre la sociedad y sus
socios. En los casos en que existe responsabilidad de los socios por las deudas de la sociedad, esta responsabilidad no es directa ni
incide directamente sobre el patrimonio de los socios, sino que está sujeta a reglas que la diferencian de la responsabilidad de la
propia sociedad deudora. UN
LEGITIMACIÓN PROCESAL
Las personas jurídicas y entre ellas las sociedades, tienen legitimación procesal activa y pasiva. La legitimación pasiva alcanza
inclusive a acciones por responsabilidad civil y a las derivadas de regímenes penales especiales.
ARTICULO 32. — Es nula la constitución de sociedades o el aumento de su capital mediante participaciones recíprocas, aún por
persona interpuesta. La infracción a esta prohibición hará responsable en forma ilimitada y solidaria a los fundadores,
administradores, directores y síndicos. Dentro del término de tres (3) meses deberá procederse a la reducción del capital
indebidamente integrado, quedando la sociedad en caso contrario, disuelta de pleno derecho.
Tampoco puede una sociedad controlada participar en la controlante ni en sociedad controlada por esta por un monto superior,
según balance, ni de sus reservas, excluida la legal.
Las partes de interés, cuotas o acciones que excedan los límites fijados deberán ser enajenadas dentro de los seis (6) meses
siguientes a la fecha de aprobación del balance del que resulte la infracción. El incumplimiento será sancionado conforme al
artículo 31
Los socios no tienen un derecho o legitimación inmediatos para ejercer los derechos y atribuciones de la sociedad, inicialmente
corresponde a quienes ocupen el órgano de representación de la sociedad, que puede ser integrado por personas que no sean
socios, o por algunos socios y no por otros, dependiendo del tipo societario y de las disposiciones del contrato social.
El socio puede así ser acreedor privilegiado de la sociedad, o ser deudor en un concurso en el que la sociedad es acreedora, entre
otras posibles relaciones creditorias entre la sociedad y sus socios. Esta posición, puede verse alterada en los casos de
desestimación de la personalidad societaria, a ser examinados infra.
Adicionalmente, el socio puede ser acreedor de la sociedad como consecuencia directa de su carácter de tal. También estos
créditos son susceptibles de verse afectados por la desestimación de la personalidad societaria.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD
Las personas jurídicas, y entre ellas las societarias, gozan de ciertos atributos de la personalidad. Tienen así domicilio, nombre,
patrimonio y capacidad, todo ello con las particularidades que han sido examinadas precedentemente. Pero ciertos atributos de las
personas físicas no pueden extenderse a las personas jurídicas, o sufren modificaciones sustanciales cuando se produce tal
extensión.
LA DESESTIMACIÓN DE LA PERSONALIDAD
Uno de los instrumentos desarrollados para restringir los efectos de la personería jurídica, frente a las normas y principios del
orden jurídico, es la desestimación de la personería societaria. En ciertos casos el orden público no reconoce la personalidad
jurídica de la sociedad, y atribuye las relaciones jurídicas a las personas físicas o de existencia ideal, como pueden ser los socios u
otras personas que ejercen el control de la sociedad. Esta no desaparece ni se extingue, sino que se pierde parte de los efectos
jurídicos respecto de ciertas relaciones. La desestimación de la personalidad societaria está determinada por el artículo 144 del
CCYC; Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la persona
jurídica constituya un recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se
imputa a quienes, a título de socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la hicieron posible, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.
Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales de
que puedan ser pasibles los participantes en los hechos por los perjuicios causados y el 54 el daño ocurrido a la sociedad por dolo
o culpa de socios o de quienes no siéndolo la controlen constituye a sus autores en la obligación solidaria de indemnizar sin que
puedan alegar compensación con el lucro que su actuación haya proporcionado en otros negocios. El socio o controlante que
aplicará los fondos o efectos de la sociedad a uso o negocio de cuenta propia o de tercero está obligado a traer a la sociedad las
ganancias resultantes siendo las pérdidas de su cuenta exclusiva.
La desestimación de la personalidad societaria debe distinguirse de ciertas figuras afines. No equivale a la extensión de la
quiebra, pues tal extensión puede tener lugar como sanción respeto de los controlantes o de otras personas vinculadas con
una sociedad quebrada, o por otros motivos tales como la responsabilidad solidaria de ciertos socios, sin necesidad de
recurrir al marco conceptual de la desestimación de la personalidad societaria. Tampoco equivale a la responsabilidad de
los socios o controlantes por las obligaciones de la sociedad, aunque esa responsabilidad suele ser una de las
consecuencias de la desestimación de la personalidad societaria puede tener muy diferentes motivos jurídicos como las
reglas sobre responsabilidad de los socios aplicables a ciertas sociedades como las colectivas.
ART 144 CCYCN: La actuación que esté destinada a la consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para vio
ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes, a título de socios, asociados, miemb
controlantes directos o indirectos, la hicieron posible quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.
Lo dispuesto se aplica sin afectar los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales de que pueda
pasibles los participantes en los hechos por los perjuicios causados.
La desestimación societaria nace cuando surge un conflicto entre las normas que dan efecto a ficha personal, por una parte y a las restantes d
orden jurídico. Pueden ser reglas generales de derecho privado que el marco de aplicación es más amplio que la sola delimitación de la
personalidad societaria. Entre las utilizadas se puede hacer mención a las siguientes:
ABUSO DEL DERECHO: Ha sido una de las más utilizadas, tal desestimación sería la consecuencia del ejercicio
abusivo de los derechos emanada de la mencionada personalidad. Dicha desestimación no surge del abuso de ciertos
derechos, sino de la inexistencia de los mismos. Cómo desprende el art 54 el cual, frente a la utilización irregular de
normativa societaria, no aplica los criterios propios del abuso del derecho, sino que elimina ciertas consecuencias de
dichas normas, atribuyendo ciertas conductas directamente a los socios.
BUENA FE: La desestimación puede tener lugar con base en factores puramente objetivos, totalmente independientes de
la buena o mala fe que caracterice al accionar de los socios o controlantes, como en el caso de la desestimación extendida
a las sociedades unipersonales. En la regla general incluida en el art 4 de la ley 19550, la violacion de la buena fe es uno
entre diversos elementos a ser tenidos en cuenta para disponer la inoponibilidad de la personalidad jurídica.
OBJETO DE LOS ACTOS JURÍDICOS: La desestimación puede darse a que esa personalidad es un elemento
instrumental de un acto jurídico cuyo objeto es ilícito. Ej. Un socio controlante de una sociedad puede utilizar la
personalidad para eludir acreedores, transfiriendo bienes a tal sociedad. Pero el régimen de personalidad societaria
cuenta con elementos más precisos, que hacen generalmente innecesarios recurrir a las amplias normas generales en
materia de contenido y licitud del objeto de los actos jurídicos.
Normas en materia de inversiones extranjeras. Esta norma no establece la desestimación de la personalidad sino,
contrariamente, asís en que tal desestimación no se aplica. Se busca crear así un grado mayor de certidumbre en la
materia habida cuenta que los aspecto impositivos de los pagos de empresas locales de capital extranjeros a sus
controlantes han sido uno de los ámbitos de mayores dificultades han creado respecto de la desestimación de la
personalidad societaria.
Legislación laboral: La desestimación de la personalidad societaria responde frecuentemente a motivos basados en el
derecho laboral, y es en consecuencia prevista expresamente en varias disposiciones de la legislación respectiva. El
artículo 14 de la ley de contratos de trabajo dispone que será nulo todo contrato por el cual las partes hayan procedido
con simulación o fraude a la ley laboral. Además, EL ART 31 de la misma ley prevé la responsabilidad solidaria de
empresas vinculadas o relacionadas, cuando existan maniobras fraudulentas o conducción temeraria.
NORMAS IMPOSITIVAS: El ámbito tributario ha sido uno de los compases de desestimación de la personalidad
societaria ha presentado mayor aplicación. El art 2 de la ley 11.683, de procedimiento tributario, recoge el principio de la
realidad económica, y al requerir la consideración situación económica real encuadra en la situación del derecho privado,
da a lugar a conceptos e instrumentos de la desestimación de la personalidad jurídica.
NORMAS DE DERECHO ECONÓMICO; En el derecho económico es de aplicación predominante el principio de la
realidad económica, o sea de la interpretación de las relaciones jurídicas sobre la base de su contenido fáctico económico
y no en función de la forma normativa que adoptan. Este principio conduce a la utilización de la desestimación de la
personalidad societaria.
Cuando las condiciones económicas de las operaciones son alteradas para ajustarlas a la realidad económica y a los términos que
se aplican en operaciones entre partes independientes.
4. Extensión de la quiebra:
La legislación concursal prevé expresamente la extensión de la quiebra a los controlantes y otras personas cuya conducta ha sido
primariamente imputada a la sociedad quebrada. Se trata de una causal de quiebra anómala. Le ley 24522 disponer reglas
especiales.
5. Otros efectos
No es posible agotar los efectos atribuibles a la desestimación de la personalidad societaria, dada la enorme heterogeneidad de los
ámbitos en que pueden tener lugar. A título ilustrativo, la posibilidad de anular los actos entre la sociedad y quienes la controlan, a
eliminarse la diferencia de personalidad de una y otros.
SOCIOS
INTRODUCCIÓN
Las relaciones jurídicas derivadas del contrato de sociedad y las que se generan a partir del funcionamiento de la sociedad como
organización y persona jurídica tienen como uno de sus principales sujetos a los socios. Estos adquieren derechos frente a la
sociedad- como persona jurídica con identidad propia- frente a otros socios y frente a terceros, y tienen obligaciones y
responsabilidades derivadas de su carácter de socios. La figura del socio y el contenido de sus derechos, obligaciones y
responsabilidades, sean centrales para la elaboración del régimen jurídico societario.
Hay diferentes obligaciones y derechos, unas nacidas con origen legal y otras con origen contractual, la primera es por ej. la
responsabilidad que tienen los socios por pertenecer a un tipo social, en cambio, la segunda tiene que ver con las relaciones
contractuales que existen por ej. las prestaciones accesorias que no forman parte del aporte como el know how.
EL ESTADO DE SOCIO
El estado de socio se compone de relaciones jurídicas con la sociedad, con los restantes socios y con terceros. La obligación de
integrar los aportes comprometidos constituye al socio en deudor de la sociedad. Las acciones de exclusión, por su parte, pueden
ser dirigidas por uno de los socios contra otro de ellos, indicando que existe un derecho subjetivo de los socios, individualmente,
en esa materia. En cuanto a la responsabilidad que corresponde a los socios, según los tipos societarios, es un típico ejemplo de
una relación jurídica con terceros.
Cuando se transfieren participaciones sociales, se transmiten conjuntamente los derechos, obligaciones y responsabilidades
correspondientes al estado de socio, sin necesidad de cumplir otros requisitos que los correspondientes a la transmisión de
participaciones conforme al tipo societario que se trate.
El estado de socio puede tener distinto origen, por exigencia legal como consecuencia de la condición de socio, ejemplo la
responsabilidad frente a terceros derivada de la participación en ciertos tipos societarios. O por el contrario, los derechos,
obligaciones o responsabilidades de los socios surgen de cláusulas contractuales específicas dirigidas a hacer surgir tales
relaciones jurídicas, ejemplo cuando determinados socios se comprometen a efectuar ciertos aportes.
Halperín sostiene que “los derechos y obligaciones (de los socios) nacen con la constitución de la sociedad, pudiendo tener en
algún supuesto un momento posterior para hacerse efectivos”, ejemplo: el caso de la liquidación.
La mera formación de la sociedad da origen a derechos, obligaciones y responsabilidades para quienes participan en este contrato.
Por ejemplo, los socios tienen derecho a exigir una actitud de cooperación de los restantes socios, respecto de los actos tendientes
a la constitución regular de la sociedad, particularmente en lo que hace a su inscripción. Una vez constituida la sociedad mediante
el correspondiente contrato- y aunque la sociedad no esté inscripta- la realización de operaciones dará lugar a obligaciones y
responsabilidades para los socios, de conformidad con las reglas que rigen a las sociedades en formación. Estas obligaciones y
responsabilidades nacen con independencia de lo que los socios puedan acordar entre sí. En otros casos, será la inscripción en el
Registro Público lo que dará nacimiento a relaciones jurídicas constitutivas del estado de socio, al quedar plenamente configurada
una sociedad de uno de los tipos regulares previstos por la ley. Otras relaciones jurídicas podrán nacer al pasar la sociedad por
determinada evolución, como en los derechos que correspondan a los socios respecto de la liquidación de la sociedad. Otros- los
menos- quedarán condicionados en su nacimiento a lo que disponga el contrato de sociedad, como sucederá allí se fije fecha para
el cumplimiento de los aportes. Por último, existirán relaciones jurídicas que conforman el estado de socio. que nacerán a lo largo
de la vida de la sociedad como consecuencia de las operaciones de esta y de los actos de sus órganos, en forma totalmente
desligada del proceso de constitución de la sociedad.
En el caso de adquisición del carácter de socio por la participación en la constitución de la sociedad, la condición de socio se
adquirirá al perfeccionarse el contrato de sociedad, sin necesidad de que éste se encuentre inscripto. La inscripción incidirá sobre
la conformación de los derechos, obligaciones y responsabilidades de las partes, sólo con tal inscripción podrá existir una sociedad
regular plenamente constituida, y no una sociedad en formación o imperfecta. Sin embargo, el socio será tal en una sociedad en
formación o imperfecta, según el caso- aunque el iter constitutivo no haya llegado aún a su fin.
Desde el perfeccionamiento del contrato de sociedad, derechos patrimoniales y relativos al gobierno y administración de la
sociedad, obligaciones y responsabilidades, todos ellos derivados de su posición de socio.
ADQUISICIÓN DE PARTICIPACIONES SOCIETARIAS
Las participaciones representan una forma de fragmentación cuantitativa del estado de socio y de los derechos, obligaciones y
responsabilidades que lo integran. La adquisición de participaciones societarias equivale a la condición de socio.
Tipo de adquisiciones societarias:
En primer lugar, un socio puede como tal sin participar en el acto constitutivo y sin adquirir las participaciones de un anterior
socio- en estos actos, dentro de la función que cumple el concepto de capital en sistemas societarios como el argentino, estaremos
ante un aumento del monto atribuible a ese concepto. En el caso de las sociedades por acciones no será preciso, para tal aumento,
la modificación expresa del contrato social; sí lo es en las restantes sociedades.
En cuanto al momento en que se adquiere la condición de socio en otros supuestos:
Sociedades anónimas: la existencia de nuevas participaciones requiere de un aumento de capital, aprobado con las condiciones
que correspondan conforme a la sociedad de que se trate y de un contrato de suscripción de acciones. Una vez que existen estos
elementos, y que se han cumplido las condiciones exigidas por el contrato de suscripción para adquirir las participaciones allí
previstas no es necesario para ser socio ni la emisión de los títulos correspondientes ni que el socio cumpla con las prestaciones a
su cargo, sin perjuicio de de que el incumplimiento de estas prestaciones dé eventualmente lugar a la pérdida de la condición de
socio-
En los restantes tipos societarios, el aumento de capital requiere la modificación del contrato social.
Un socio puede constituirse como tal, sin participar en el acto constitutivo, adquiriendo participaciones de un anterior socio.
Tal adquisición puede ser a título oneroso, a título gratuito o por sucesión mortis causa.
En las sociedades por acciones, el ingreso de nuevos socios por adquisición de acciones no requiere la modificación del contrato
social. Entre el transmisor y el adquirente, la transmisión de los derechos tiene lugar desde que se produce el hecho generador de
la transmisión, salvo los plazos o condiciones que allí se dispongan. Sin embargo, para determinar los efectos de la transmisión
frente a la sociedad y terceros, se aplican las reglas del régimen de transmisión de acciones. Ese régimen permite actualmente
acciones nominativas no endosables, acciones escriturales y acciones sometidas a regímenes de depósito colectivo. En todos estos
casos, la oponibilidad de la transferencia frente a la sociedad y frente a terceros depende de la inscripción de tal transferencia en
los registros, correspondientes al tipo de acción de que se trate, que lleva a la sociedad emisora o la entidad a cargo del régimen de
depósito colectivo pertinente.
En las sociedades de responsabilidad limitada, la transmisión de cuotas importa la modificación del contrato social; a ello se
suman reglas específicas respecto de tales transmisiones.
En las transmisiones mortis causa, la transmisión es efectiva contra la sociedad desde que se acredite frente a esta la condición de
socio, ello mediante la declaratoria de herederos o el testamento aprobado judicialmente. Sin embargo, ya antes de este momento
la transmisión tiene ciertos efectos frente a la sociedad, pues, acreditada la muerte del socio, actúa en representación de los
sucesores el administrador de la sucesión.
Frente a terceros la transmisión sólo será plenamente oponible una vez que se haya inscripto debidamente.
Las transferencias inter vivos tendrá efectos entre las partes desde que se perfeccione el acto que da origen a la transmisión, con
los plazos y condiciones que allí se fijen.
Frente a la sociedad, la transmisión de la cuota tiene efecto desde que el transmisor o el adquirente entreguen a la gerencia un
ejemplar o copia del título de la cesión o transferencia, con autenticación de las firmas si obra en instrumento privado.
Frente a terceros la transmisión de las cuotas es oponible desde su inscripción en el Registro Público, la que puede ser pedida por
la sociedad, o ser peticionada por el transmisor o por el adquirente exhibiendo el título de la transferencia y constancia fehaciente
de su comunicación a la gerencia.
En las sociedades de personas, las reglas en esta materia se conforman sobre la base de que la transmisión de partes sociales
implica la modificación del contrato social. Tratándose de la transmisión mortis causa, la misma tendrá efectos frente a la
sociedad y terceros una vez que se inscriba, modificando el contrato social, la transferencia emergente de la correspondiente
declaratoria de herederos o del testamento aprobado; por analogía con las reglas previstas para las sociedades de responsabilidad
limitada, actuará el administrador de la sucesión. En las transferencias entre vivos sus efectos entre las partes serán inmediatos,
con las modalidades que surjan del correspondiente acto y las participaciones. La transferencia tendrá efectos frente a la sociedad
una vez que se modifica el contrato social, y frente a terceros cuando la modificación queda debidamente inscripta.
La transmisión de participaciones societarias puede ser consecuencia de la ejecución forzada o de la expropiación, en tales casos
se aplican las reglas indicadas precedentemente para las transmisiones de participaciones entre vivos, pues no se trata sino de
distintas hipótesis de esa especie de transmisiones.
RESOLUCIÓN JUDICIAL
La participación como socio puede surgir de una resolución judicial que la ordene. Tal es el caso de los concursos, en que un
acreedor puede ser convertido en socio de la sociedad deudora, como consecuencia de un acuerdo aprobado judicialmente.
Para que la participación sea oponible a terceros, deberán cumplirse las reglas en materia de inscripciones descriptas
precedentemente.
LAS PARTICIPACIONES SOCIETARIAS
Las participaciones societarias son unidades cuantificadas mediante las que se representa el estado jurídico derivado de la
condición de socio.
Esta descripción de sociedades puede ser desde dos perspectivas:
1. Parte del conjunto de derechos, obligaciones y responsabilidades que configura el estado de socio. Algunos de estos derechos,
obligaciones y responsabilidades son independientes de toda cuantificación. Tal es el caso del derecho de información del socio o
del derecho a solicitar la intervención de la sociedad, o de la responsabilidad por las deudas sociales que en abstracto corresponde
á los socios de las colectivas. Otras obligaciones, responsabilidades y derechos por el contrario pueden depender de la
cuantificación de las participaciones del socio. Por ejemplo el derecho a voto en las distintas reuniones y asambleas de socios. La
cuantificación de las participaciones necesarias está así vinculada con la cuantificación de los derechos, obligaciones y
responsabilidades de los socios, y no es en realidad sino una forma de cuantificar esas relaciones jurídicas.
Segunda perspectiva; ver a las participaciones societarias como fracciones del capital social. Este enfoque tiene el grave defecto
de su circularidad. El capital social no tiene un valor propio independiente de las participaciones que lo componen, pues, aunque
existen reglas y límites para cuantificar ese capital, este no equivale al valor de los aportes, sino al de las participaciones
societarias generadas a partir de esos aportes.
La sustancia jurídica de los conceptos de participaciones y capital societarios está dada por los derechos, obligaciones y
responsabilidades que corresponden a los socios en función del contrato social y de las normas societarias pertinentes. Estos
derechos, obligaciones y responsabilidades constituyen, al ser cuantificados, participaciones societarias, y el conjunto de estas
participaciones societarias constituye el capital social.
Las participaciones societarias presentan características según el tipo societario de que se trate, lo cual es una consecuencia lógica
del hecho que en cada tipo societario son distintos los derechos, obligaciones y responsabilidades de los socios, englobados en las
participaciones societarias. La especie de participación societaria empleada es uno de los elementos que distingue a cada tipo
societario.
Las participaciones societarias se clasifican en tres categorías:
Partes de interés
Cuotas
Acciones
Partes de interés, existen en sociedades tales como la colectiva, la comanditaria y la sociedad de capital e industria. La parte de
interés representa la participación de un socio en la sociedad, de forma que cada socio cuenta con una parte de interés. Las partes
de interés son susceptibles de cuantificación y tal cuantificación es relevante para determinar los derechos del socio; así, en las
sociedades colectivas, la votación para la adopción de resoluciones sociales se toma en función de la proporción que cada parte de
interés representa en el capital de la sociedad. Además las partes de interés son susceptibles de fraccionamiento, como sucede en
el caso en que se transfiere una participación a un nuevo socio. En tales casos, el anterior valor imputable a la parte de interés se
divide entre el valor restante imputable a la parte de interés del socio preexistente y el valor correspondiente a la parte de interés
del nuevo socio.La transferencia de las partes de interés requiere la modificación del contrato social y generalmente, el
consentimiento de los restantes socios.
Las cuotas son características de las sociedades de responsabilidad limitada. A diferencia de las partes de interés, cada socio
puede tener una pluralidad de cuotas: cada cuota tiene el mismo valor nominal y es en virtud de la cantidad de cuotas
correspondientes a cada socio que se determinan sus derechos políticos y económicos.
Las cuotas son, en principio, libremente transmisibles, pero pueden estar sujetas a restricciones en cuanto a su transmisibilidad. Su
transmisión se perfecciona mediante la modificación del contrato social e inscripción registral de la misma.
Las acciones son propias de las sociedades por acciones; en las sociedades en comandita por acciones solo la participación de los
comanditarios se representa por acciones Las acciones emitidas por cada sociedad tienen el mismo valor unitario, y los derechos
políticos y económicos de los socios son función del número de acciones de las que son titulares. Las acciones pueden o no
representarse por títulos; su transferencia es plenamente oponible a terceros y a la sociedad mediante la inscripción en el registro
que corresponda según el tipo de acción, que será el registro de acciones que lleva a la sociedad cuando se trate de acciones
nominativas no endosables, el registro de acciones escriturales- que lleva a la sociedad o una entidad autorizada a tal fin-o, el que
lleve la entidad a cargo del registro de acciones sometidas a un régimen de depósito colectivo. Aunque las acciones no constituyen
estrictamente títulos valores, están sujetas supletoriamente al régimen correspondiente a esos títulos. Las acciones son, en
principio, libremente transmisibles, pero se las puede someter a restricciones estatutarias o no estatutarias que pesen sobre su
transferencia.
LA TRANSMISIÓN DE LA CONDICIÓN DE SOCIO
Dado que el estado de socio comprende un conjunto de derechos, obligaciones y responsabilidades, se infiere que la transmisión
de la condición de socio implica la de los derechos, obligaciones y responsabilidades que integran esa condición. Pero esta
conclusión está sujeta a diversos condicionamientos.
En ciertos casos y partícula cuando la transmisión tenga por causa un contrato, pueden especificarse cuáles son los derechos,
obligaciones y responsabilidades que se transfieren. Aun en estos normalmente no se efectuará una delimitación exhaustiva de los
derechos, obligaciones y responsabilidades que transmiten, lo que requerirá determinar cuáles son las consecuencias inherentes a
las transferencias de participaciones societarias, respecto de cada uno de los derechos, obligaciones y responsabilidades que no
hayan sido objeto de un tratamiento explícito. También en los casos en que exista una explicitación de los efectos de la
transmisión de la condición de socio, será preciso determinar cuáles son los efectos de esa transmisión respecto de terceros, por
ser estos, ajenos al contrato que da origen a la transmisión.
A fin de determinar las relaciones jurídicas que se transfieren como consecuencia de la transmisión de participaciones societarias,
el contenido de esas participaciones está fundado en el contrato social de la sociedad correspondiente. Las obligaciones derechos y
responsabilidades que pertenecen al socio como consecuencia inmediata del contrato social- en contraposición a las que requieren
la existencia de tal contrato pero que no resultan inmediatamente de este- se transmiten al adquirente de las participaciones.
Existirán ciertas relaciones jurídicas que, por su naturaleza, no serán transmisibles al adquirente.
El contrato social puede incluir disposiciones específicamente referidas a determinadas personas, en su carácter individual y no en
su condición de socios. El ejemplo típico está constituido por los casos en que el contrato social se designa gerente o
administrador. Si esta designación se formula a título individual, la transferencia de las participaciones societarias no legitimaría
al adquirente para ocupar el cargo de gerente o administrador que correspondía al enajenante; ello, a diferencia de los casos en que
se ocupa el cargo de gerente o administrador porque el contrato social prevé expresa o implícitamente que la condición de socio
da el derecho a ocupar esos cargos.
En segundo lugar, existen obligaciones que son intuitivas conforme al régimen general de derecho privado, las cuales tampoco
pueden ser transferidas, en virtud de ese régimen, a los nuevos socios.
En tercer lugar, el propio contrato social puede prever que ciertas relaciones jurídicas no pueden ser transmitidas; tal el caso, por
ejemplo, de las obligaciones relativas a las prestaciones accesorias, que contempla el art. 50 de la ley 19.550.
Existe un segundo grupo de relaciones jurídicas que no se derivan inmediatamente del contrato social, sino que son la
consecuencia de la participación como socio, a lo largo de la vida de la sociedad. Los socios verán nacer a su favor derechos
respecto de los dividendos, obligaciones frente a terceros emergentes de la responsabilidad solidaria que corresponde a los socios
bajo diversos tipos societarios, responsabilidades resultantes del accionar doloso o culposo de los socios, etc. La relación jurídica
se constituye en virtud de la preexistencia del contrato de sociedad, pero este no es autosuficiente para que nazca de la relación
Los socios verán nacer a su favor derechos respecto de los dividendos, obligaciones frente a terceros emergentes de la
responsabilidad solidaria que corresponde a los socios bajo diversos tipos societarios, responsabilidades resultantes del accionar
doloso o culposo de los socios, etc. En todos estos casos, la relación jurídica se constituye en virtud de la preexistencia del
contrato de sociedad, pero este no es autosuficiente para que nazca la relación jurídica. En todos estos casos, las relaciones
jurídicas que corresponden al transmisor no se transferirán al adquirente, salvo que el acto del cual surja la transferencia de las
participaciones societarias disponga tal transferencia. Podría decirse que en estos casos las relaciones jurídicas se desprenden del
estado de socio que les ha dado origen, y se incorporan al patrimonio personal de quien haya ocupado la posición de socio, en
forma escindida respecto de las relaciones jurídicas que componen el estado de socio, tal como este surge del contrato social. De
esta forma, si se ha declarado un dividendo, la venta de las acciones respecto de las cuales se haya producido tal declaración no
implicará no implicará la transferencia del crédito que como consecuencia de esa declaración haya ya nacido a favor del anterior
accionista, salvo que se acuerde lo contrario en el acto que da origen a la transmisión de las acciones.
Si un socio en las sociedades en que se es solidariamente responsable con la sociedad por las obligaciones de esta, transfiere sus
participaciones, a partir de que se perfeccione tal transferencia queda liberado de la responsabilidad que nazca con posterioridad a
dicho perfeccionamiento, pero el socio no podrá transmitir la responsabilidad que haya nacido antes del perfeccionamiento de la
transferencia, a diferencia de la posibilidad de liberarse, por medio de la transferencia de sus participaciones, de toda la
responsabilidad respecto de las obligaciones que contraiga la sociedad después de la transferencia. Si un socio tiene determinadas
obligaciones frente a la sociedad, como consecuencia de su actuación como tal, por ejemplo, las derivadas del art 54 de la ley
19.550, esas obligaciones no son asumidas por el adquirente de las participaciones societarias, salvo disposición en contrario del
acto mediante el que se transfieran las participaciones.
El socio que transfiere sus participaciones no quedará liberado de las obligaciones nacidas bajo el art 54, frente a los acreedores de
las mismas.
Las relaciones jurídicas que componen este segundo grupo tienen la particularidad que dejan de generarse al transmitirse la
condición de socio. Esas relaciones tienen como antecedente necesario a la citada condición, y quedan totalmente determinadas al
dejar de prolongarse en el tiempo la posición del socio en la sociedad.
Un tercer grupo de relaciones jurídicas está constituido por los vínculos que se constituyen fuera del marco del contrato social,
aunque teniéndolo como antecedente o causa. Se trata de un conjunto de gran amplitud, pues comprende desde los contratos
parasociales hasta aquellos contratos no societarios que los socios suscriben con la sociedad como un contrato de suministro, o
entre ellos mismos como consecuencia de la participación en la sociedad. La accesibilidad de las relaciones jurídicas respecto de
la participación societaria puede hacer, bajo ciertas circunstancias, que aquellas desaparezcan junto con la participación de que se
trate. Ejemplo contratos parasociales como los acuerdos de accionistas-, la extinción de la condición de socio hace que cesen las
obligaciones del socio, en su carácter de tal, bajo el acuerdo de accionistas. Las relaciones jurídicas que presenten esta
accesoriedad quedan normalmente extinguidas junto con la relación del socio con la sociedad, no transfiriendo al nuevo socio,
salvo que ello fuera expresamente acordado al transferirse las participaciones societarias y compatible con las relaciones jurídicas
que componen el segundo grupo antes descrito, el socio original no quedará liberado de las obligaciones s por la transmisión
acordada, aunque se obligue el nuevo socio, salvo que el acreedor de su consentimiento o que esas obligaciones pierdan su
contenido o función, como en el caso de los acuerdos de accionistas.
La transmisión de la condición de socio implica la transferencia de derechos y obligaciones, según resulta de la exposición
precedente, liberando al transmisor respecto de las obligaciones transferidas. En los casos incluidos en el primero de los grupos de
relaciones jurídicas antes descritas, se trata de vínculos que nacen inmediatamente del contrato social; los acreedores, que son los
restantes socios y la sociedad han dado ya su consentimiento implícito a las modalidades de transferencia de participaciones
societarias propias del tipo. Cuando se pasa a formar parte de una sociedad- participación que mediata o inmediatamente tiene un
origen contractual- se aceptan, entre los restantes elementos que rigen el funcionamiento de la sociedad la posibilidad de transferir
las participaciones societarias, conforme a las reglas de tipo y las que se deriven del contrato social.
FRAGMENTACIÓN DE PARTICIPACIONES SOCIETARIAS
Desde el punto de vista cuantitativo, las participaciones societarias están sujetas a limitaciones en cuanto a su fragmentación. No
es posible ejercer frente a la sociedad los derechos de titular de media acción o media cuota. Las participaciones societarias
representan conjuntos de derechos, y es posible dividir esos derechos entre distintos titulares, de modo que se produce una
fragmentación de los mencionados conjuntos, desde el punto de vista cualitativo.
CONDOMINIO
El condominio de participaciones societarias es reconocido por la ley 19.550 expresamente en relación con diversos tipos
societarios. Tal condominio puede tener lugar en relación con
Tal condominio puede tener lugar en relación con todo tipo de participación societaria. No existe respecto de las participaciones
societarias un derecho de condominio, por ser este un derecho relativo a cosas; mientras que las participaciones constituyen bienes
configurados por una serie de relaciones jurídicas no identificables como cosas.
La copropiedad de participaciones societarias implica que los distintos copropietarios revisten el carácter de socios de la sociedad.
La participación implica un conjunto de derechos, obligaciones y responsabilidades de los socios, que en virtud de la copropiedad
se comparten conforme a las reglas de esta. Los arts 156 y 209 de la ley 19.550, los copropietarios pueden verse sujetos a la carga
de unificar su representación para ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones sociales. En estos casos, no obstante, los socios
son los copropietarios, pues será en representación de ellos que actuará el representante.
PRENDA
La ley 19550 prevé la posibilidad de constituir prenda respecto a la participación societaria. Lo hace en el art 156 respecto a la
participación de responsabilidad limitada y en el 219 respecto de las acciones de sociedades anónimas. La prenda es incompatible
con el régimen de las participaciones de las sociedades de personas. El efecto principal de la prenda es dar al acreedor el derecho
a hacer vender la cosa prendada, ejerciendo su privilegio sobre el precio que se obtenga por tal venta. Pero el art 57 de la ley
19.550 establece que los acreedores del socio no pueden hacer vender la parte de interés, limitándose su derecho a cobrarse sobre
las utilidades y la cuota de liquidación. Esta disposición responde a la regla general de que la transmisión de participaciones de
sociedades de personas requiere consentimiento de todos los socios, salvo las disposiciones en contrario que presente el contrato
social.
La prenda no implica transferir la condición de socio, que permanece en cabeza del deudor. La constitución de prenda sobre
participaciones societarias tiene diversos efectos sobre las relaciones jurídicas entre el socio, la sociedad y los restantes socios. La
prenda implica que la condición de socio se ve sujeta a la posibilidad de que las participaciones que la representan sean
transferidas por la venta forzada que exija el acreedor prendario. El contrato de prenda puede prever expresamente la transferencia
de ciertos derechos a favor del acreedor prendario, por ejemplo, respecto de los dividendos que en principio corresponden al socio.
Por último, la constitución de prenda puede implicar que el ejercicio de ciertos derechos requiera la colaboración del acreedor
prendario.
Las acciones, estas prendas se constituyen mediante inscripciones registrales, que varían según sea el tipo de sociedad y de
participación. Se trata así de una especie de prenda con registro, con las particularidades en cuanto a su constitución y efecto que
prevé la legislación societaria.
USUFRUCTO - TOMA
La legislación prevé expresamente la posibilidad de que se constituya usufructo respecto de diversos tipos de participaciones
societarias. Esta previsión satisface los requisitos del artículo 2130, inc b del Código civil y comercial.
También es posible la constitución de usufructos respecto de partes de interés, por aplicación analógica de las reglas de la
sociedad de responsabilidad limitada. En las sociedades de personas, como en las de responsabilidad limitada, el usufructo se
constituye mediante inscripción en el Registro Público. El ejercicio de los derechos del socio por el usufructuario no es
contradictorio con la posición del socio en las sociedades de personas, ni está sujeto a las restricciones que pesan sobre los
acreedores prendarios.
El usufructo de participaciones societarias implica una fragmentación de tales participaciones. El nudo propietario retiene la
calidad de socio, pero el usufructuario recibe ciertos derechos inherentes a tal calidad, particularmente el de percibir las ganancias
atribuibles a las participaciones objeto del usufructo.
FIDEICOMISO
Las participaciones societarias son susceptibles de ser objeto de fideicomiso; ello es frecuente en materia de acciones, inclusive
como instrumento para la implementación de acuerdos de accionistas.
El fideicomiso implica que el fiduciario ejerce la titularidad de las participaciones frente a la sociedad, mientras que los
beneficiarios y fideicomisarios tienen respecto de esas participaciones los derechos resultantes de las respectivas relaciones
fiduciarias. Esto supone por lo general que los derechos económicos correspondientes al estado de socio redundaron en provecho
de esos beneficiarios y fideicomisarios y que estos podrán ejercer derechos políticos en la sociedad, a través del fiduciario,
conforme a los mecanismos que establezca la correspondiente relación fiduciaria.
EXTINCIÓN DE LA CONDICIÓN DE SOCIO
FORMAS DE EXTINCIÓN
EXTINCIÓN DE LA SOCIEDAD; Finaliza la sociedad con ella el estado de socio. Debe observarse que la disolución de la
sociedad no extingue su existencia ni el estado de socio y que la extinción de la sociedad recién se produce al finalizar la
liquidación de la sociedad; los socios tienen derechos, obligaciones y responsabilidades durante el período de liquidación de la
sociedad. La disolución de la sociedad modifica la posición jurídica de los socios, al cambiar el objeto y organización de la
sociedad durante el período liquidatorio.
TRANSMISIÓN DE LA CONDICIÓN DE SOCIO: la transmisión de participaciones societarias implica, correlativamente con la
adquisición de de la condición de socio incorporada a tales participaciones, su pérdida por quien las transfiere, quedando
desprovisto de participación en la sociedad.
Frente a terceros la transmisión se perfecciona como consecuencia de su inscripción en el Registro Público de Comercio, salvo en
el caso de acciones, en que se perfecciona frente a terceros y la sociedad al inscribirse en el registro de acciones o en los registros
que lleven las entidades a cargo de depósito colectivo
FALLECIMIENTO DEL SOCIO: La defunción de las personas físicas que tengan carácter de socias tienen diferentes efectos
según el tipo societario de que se trate.
En las sociedades anónimas pueden imponerse restricciones estatutarias a la transmisibilidad mortis causa de las acciones. Si no
existen tales restricciones o estas no impide nen un caso concreto la transmisión mortis causa de las acciones, la transferencia de
éstas, conforme a las reglas sucesorias aplicables al caso, es oponible a terceros desde la inscripción en los registros
correspondientes a las acciones transferidas; hasta esa inscripción las acciones correspondien a la sucesión en forma indivisa.
En las sociedades de responsabilidad limitada, los sucesores mortis causa del socio fallecido ingresarán a la sociedad como socios,
modificándose el contrato social, una vez que acrediten, mediante los instrumentos sucesorios correspondientes, el carácter de
tales; la adquisición de las cuotas es oponible a terceros desde su inscripción en el Registro Público. Pero el ingreso de los
sucesores puede estar limitado por el contrato social, para cuyo caso el art 155 de la ley 19550 prevé las reglas aplicables. El
contrato social puede también prever la incorporación de los herederos del socio; en tal caso el pacto será obligatorio para los
herederos y los socios.
En las sociedades colectivas, en comandita simple y de capital e industria, la muerte de un socio resuelve parcialmente el
contrato.
El efecto de esta resolución parcial es que los sucesores tienen derecho a percibir una suma de dinero que represente el valor de
las participaciones del socio fallecido, calculada en términos del valor real de esas participaciones a la fecha de deceso del
causante.
En las sociedades colectivas y en comandita simple puede pactarse que la sociedad continúe con los herederos. Tal pacto es
obligatorio para los herederos sin necesidad de nuevo contrato, pero los herederos pueden condicionar su incorporación a la
transformación de su parte en comanditaria,
En las sociedades de personas, la adquisición de las partes de interés por los sucesores es oponible a terceros desde su inscripción
en el Registro Público.
El fin típico y exigido por la ley para las figuras societarias es la participación en los beneficiarios de parte de sus socios.
Exige que el contrato social no excluya totalmente a algún socio de la participación en los beneficios. En el contrato social, en
consecuencia, la participación en los beneficios constituye un derecho irrenunciable de los socios.
Un “socio” que participa como tal sin tener derecho sobre los beneficios que obtenga la sociedad se encuentra vinculado a esta por
razones que no son las propias de la participación societaria en sentido estricto: animus donandi, por ejemplo, en favor de otros
socios; contraprestaciones externas al contrato de sociedad; participaciones ocultas en los beneficios, etc.
Pese al carácter esencial que la participación de todos los socios en los beneficios tiene al constituirse la sociedad y acor dar el
contrato social. Durante la vida de la sociedad, los socios pueden disponer total o parcialmente de su derecho sobre los beneficios,
sin perder su condición de socios y sin que tal escisión sea nula bajo el art 13 de la ley 19.550.
El artículo 35 de la ley 19550 permite dar participación a terceros en los beneficios que corresponden al socio, y los arts. 156 y
218 de la misma ley admite el usufructo de cuotas o acciones, que implica transferir al usufructuario la participación en las
ganancias obtenidas durante el usufructo.
La regla incluida en el art 11, ic 7°, de la ley 19.550 en el sentido de que en caso de silencio del contrato social las utilidades se
distribuirán en proporción a los aportes, es de difícil o imposible aplicación cuando los beneficios de la sociedad no consisten en
utilidades líquidas sino en otro tipo de ventajas patrimoniales, por ejemplo, el desarrollo de tecnología que será compartida luego
entre los socios.
El derecho de los socios respecto de los beneficios no es un derecho inmediato sobre el patrimonio de la sociedad; no da derecho a
que el socio inmediatamente se apropie de los incrementos patrimoniales que supone la obtención de beneficios por la sociedad.
Los socios solo tienen derecho respecto de tales incrementos a través de los mecanismos de distribución de beneficios que en cada
caso correspondan según la sociedad de que se trate.
EL CONCEPTO DE BENEFICIOS
Los beneficios deben ser distinguidos de las utilidades líquidas y realizadas. En todos los casos en que hay utilidades o ganancias
líquidas y realizadas existen también beneficios, pero no a la inversa, existen beneficios que no constituyen ese tipo de utilidades.
Las utilidades líquidas y realizadas suponen una expansión en el patrimonio societario, determinable en dinero y definida sobre la
base de operaciones que, conforme a las reglas contables utilizadas, han dado lugar a la incorporación definitiva del incremento
patrimonial a la sociedad.
Existen beneficios que constituyen incrementos patrimoniales que no reúnen las condiciones propias de las utilidades líquidas y
realizadas. Los beneficios pueden consistir en ventajas patrimoniales que inciden directamente sobre los socios, como en el caso
en que la sociedad realiza una actividad de investigación cuyos resultados son apropiados directamente por los socios, o de una
obra, realizada por la sociedad, que implica un aumento en el valor de las propiedades inmuebles de los socios.
Cuando los beneficios no consisten en utilidades líquidas y realizadas; tal el caso, por ejemplo, cuando una sociedad realiza obras
que implican un aumento en el valor de sus inmuebles, valor que puede quedar en situación de no ser computable contablemente
hasta que se produzca la venta del correspondiente bien.
Cuando los beneficios no consisten en utilidades líquidas y realizadas no es posible aplicar a los mismos las reglas que rigen a
estas últimas. Ejemplo: las utilidades líquidas y realizadas sólo pueden ser distribuidas a los socios mediante dividendos basados
en las ganancias realizadas y líquidas resultantes de un balance confeccionado de acuerdo con la ley y demás normas vigentes.
Esta norma NO es aplicable a los beneficios que no consisten en utilidades líquidas y realizadas. Cuando, por ejemplo, los
beneficios derivados de una sociedad consisten en que esta suministra a sus socios electricidad en determinadas condiciones, los
beneficios resultantes de tal abastecimiento se producen a lo largo de la vida económica de la sociedad y mediante un
procedimiento completamente distinto al aplicable a la distribución de utilidades líquidas y realizadas.
El art 11, inc 7 de la ley 19.550, dispone que el contrato constitutivo incluirá las reglas para distribuir las utilidades de la sociedad
y que, en caso de silencio, la distribución será en proporción de los aportes.
En primer lugar, la distribución de beneficios mediante mecanismos distintos de la proporcionalidad en relación con los aportes
requeridos de algún elemento en el contrato que la fundamente. En segundo lugar cuando los beneficios no se incorporan
directamente al patrimonio de los socios, los mecanismos pueden constituir en la declaración de dividendos o en la distribución al
producirse la liquidación de la sociedad. En ambos casos, en supuesto de silencio, la distribución es la basada en la proporción
respecto de los aportes.
Por lo tanto, para que nazca el derecho a percibir distribuciones de utilidades en caso de silencio del contrato social, no será
preciso que los aportes estén integrados, siendo suficientes como tales o sea como obligaciones asumidas por los socios.
Debe entonces determinarse que valor se adjudica a los aportes para cuantificar las utilidades que se distribuirán en proporción a
los mismos. En principio, se distribuirán en proporción a los mismos. En principio, el valor atribuible será el que las propias partes
hayan previsto en el contrato social o el que resulte de las normas supletorias pertinentes.
Por lo tanto, cuando se emiten por ejemplo acciones con distintas primas de emisión, todas ellas tendrán los mismos derechos en
cuanto a la participación en las utilidades, aunque las distintas primas de emisión implican que los montos aportados varían en
función de esas primas. Las condiciones de emisión implican la adopción de una solución concreta en cuanto a la distribución de
utilidades, dejando sin efecto de los art 11 inc 7.
Aunque en las sociedades de interés lo común es que se asigne un aportación de capital a cada parte de interés, y que se incluyan
cláusulas estableciendo la proporcionalidad entre el capital y el derecho a las utilidades. A ellos se suman las reglas especiales en
materia de sociedades de capital e industria y cooperativas. Solo en las sociedades imperfectas queda un ámbito operativo de el art
11 inc 7.
LOS DIVIDENDOS
La participación en los dividendos viene determinada por el contrato social y por los instrumentos mediante los cuales se emiten
acciones establecen los derechos de estas. Se aplica el art 11 de la ley 19550.
Los dividendos son un mecanismo de distribución de utilidades. LA EXISTENCIAS DE ESTAS ES UN PRESUPUESTO DE
ESA distribución. En tal sentido, los dividendos no pueden ser aprobados ni distribuidos a los socios sino por ganancias realizadas
y líquidas resultantes de un balance confeccionado de acuerdo con la ley y el estatuto o contrato social, y aprobado por el órgano
social competente, salvo en caso de dividendos profesionales. Todo esto está previsto en el art 224 y en el 299 donde se determina
que son los directores miembros del consejo de vigilancia y síndicos, responsables ilimitadamente y solidariamente por tales
pagos y distribuciones.
Las utilidades disponibles para el pago de dividendos están sujetos a restricciones adicionales. Parte de las utilidades deben
destinarse para reservas, o cuestiones previstas en el contrato.
Las ganancias no pueden distribuirse hasta que se cancelen las pérdidas de ejercicios anteriores. No existen limitaciones en cuanto
a los bienes que pueden ser utilizados para el pago de dividendos. El pago puede ser en dinero o en especie.
ÓRGANO COMPETENTE PARA DECIDIR LA DISTRIBUCIONES DE UTILIDADES
ARTÍCULO 234. — Corresponde a la asamblea ordinaria considerar y resolver los siguientes asuntos: 1) Balance general,
estado de los resultados, distribución de ganancias, memoria e informe del síndico y toda otra medida relativa a la gestión
de la sociedad que le competa resolver conforme a la ley y el estatuto o que sometan a su decisión el directorio, el consejo
de vigilancia o los síndicos; 2) Designación y remoción de directores y síndicos miembros del consejo de vigilancia y
fijación de su retribución; 3) Responsabilidad de los directores y síndicos y miembros del consejo de vigilancia; 4)
Aumentos del capital conforme al artículo 188. Para considerar los puntos 1) y 2) será convocada dentro de los cuatro (4)
meses del cierre del ejercicio.
Una vez que el órgano social competente decide la distribución de dividendos, ello hace nacer un derecho creditorio, por el
monto de los dividendos, en favor de los socios. Se reducen las utilidades acumuladas de la sociedad, y nace un crédito
contra ella. Una vez pagado el dividendo, se reduce el activo y se cancela la deuda de la sociedad respecto de ese pago.
El derecho de los socios es irrevocable. Ese derecho puede desaparecer, sin embargo, si se demuestra que no han existido
los extremos necesarios para la distribución de dividendos. Si se constata, luego de declarado el dividendo, pero antes de
su pago, que el dividendo ha sido declarado ilegalmente, desaparecerá el derecho del socio respecto de tal dividendo.
REGLA GENERAL
Producida la disolución de la sociedad, el resultado de la liquidación del activo de la sociedad se destina a extinguir el
pasivo social, utilizando el remanente para reembolsar las partes de capital, y luego para ser distribuido entre los socios, en
proporción a su participación en las utilidades, salvo que el contrato social disponga una proporción diferente. Los socios
tienen así un derecho, de contenido netamente económico, a participar en el producido de la liquidación.
El art. 109 de la ley 19.550 establece que, extinguido el pasivo social, los liquidadores confeccionarán el balance final y el
proyecto de distribución, debiendo este prever el reembolso de las partes de capital. Además, establece una escala mínima
de prioridades respecto de la distribución del producido de la realización del activo social. La prioridad la tendrán los
acreedores de la sociedad. Desinteresados estos, se reembolsarán las partes de capital, y solo una vez satisfecho tal
reembolso podrá procederse a la distribución de ganancias.
Satisfecha esta escala mínima, las partes tienen libertad para determinar contractualmente sus derechos sobre el producido
de la liquidación.
Si las partes nada establecen, en caso de que el producido de la liquidación no alcanzará para el reembolso de todas las
partes de capital, el reembolso se producirá a prorrata.
Las partes pueden acordar preferencias, tales preferencias no pueden extenderse, respecto de reembolso de las partes de
capital.
El derecho de receso permite operar sobre la base de la imposibilidad en que se encontraran las minorías para impedir la reforma
de elementos fundamentales de la organización societaria, pero dando esas minorías, en caso de considerar inconveniente su
permanencia en la sociedad, el derecho a retirarse.
CONTENIDO Y CARACTERES DEL DERECHO DE RECESO
El derecho de receso permite a los socios disidentes dejar de pertenecer a una sociedad, obteniendo una contraprestación
equivalente al valor de sus participaciones.
El derecho de receso implica una solución al conflicto entre tres grupos de interés: los socios mayoritarios, los socios minoritarios
y los acreedores. Quienes ponen en funcionamiento el ejercicio del derecho de receso son los socios mayoritarios, al adoptar una
resolución que implica una modificación sustancial en la estructura jurídica de la sociedad. Sobre esa premisa, los socios
minoritarios pueden tener interés en no continuar perteneciendo a una sociedad. Pero el receso de los socios minoritarios implicará
disminuir el capital y el patrimonio, ello en detrimento de los acreedores.
Frente al conflicto entre estos intereses, la ley se inclina por los de los socios minoritarios, permitiendo su receso de la sociedad.
CASOS EN QUE ES APLICABLE EL DERECHO DE RECESO
Solo bajo ciertas condiciones la ley da prioridad a los socios disidentes, respecto de los intereses de los socios mayoritarios y de
los acreedores, permitiéndoles el ejercicio del derecho de receso. El marco de ese ejercicio no puede ser ampliado por el
contrario social, y si este permite el retiro voluntario de los socios lo será bajo el régimen general de tal retiro, o sea debiendo
cumplirse los requisitos en materia de reducción de capital. Tampoco es admisible la limitación contractual del derecho de receso
o de su contenido.
El derecho de receso se encuentra expresamente previsto por la ley 19550 en relación con las sociedad anónimas y de
responsabilidad limitada.
En las sociedades de personas tienen derecho de receso los socios disconformes con la remoción del administrador cuyo
nombramiento fue condición expresa de la constitución de la sociedad.
RECESO Y REDUCCIÓN DE CAPITAL
El receso implica un pago de la sociedad al recedente, que obliga a determinar a qué partidas del patrimonio se imputará tal pago.
La sociedad no tiene libertad en tal sentido, pues el receso supone el retiro de un socio y la consiguiente eliminación de las
participaciones societarias correspondientes al socio saliente; se configura, por lo tanto, una reducción de capital, sin perjuicio de
que además se castiguen otras partidas del patrimonio neto en función de la magnitud de los pagos que se efectúen a favor del
recedente.
La reducción de capital por receso no da derecho a la oposición de los acreedores, por razones que se derivan de la función y
encuadre sistemático del derecho de receso. El art 89 de la ley 19550 prevé la posibilidad de que el contrato social autorice
causales de resolución parcial no establecidas por la ley. En estos casos, sin embargo, la sociedad opta por un mecanismo
preestablecido de resolución parcial y de consiguiente reducción de capital, no puede evitar en tal caso la oposición de los
acreedores, conforme al régimen de reducción de capital. Pero en el caso del receso es la propia ley la que exige la posibilidad de
resolución parcial, estableciendo un procedimiento que no deja lugar para la oposición de los acreedores. Es esta restricción
implícita en los derechos de los acreedores lo que impide extender contractualmente las causales de receso; si se las extiende es en
el marco del art 89 y rige entonces el derecho de oposición de los acreedores.
Otorgado el derecho de receso para asegurar un mínimo de protección a los socios minoritarios, la sociedad no tiene posibilidad
de evitarlo una vez configurados sus causales. No estamos, por lo tanto, ante una reducción voluntaria de capital, sino ante una de
las múltiples hipótesis en que el capital se reduce con independencia de la voluntad de la sociedad y sin que los acreedores tengan
derecho alguno de oposición-
Los acreedores se ven perjudicados por la reducción del patrimonio de la sociedad implícita en el receso, pero el equilibrio entre
sus derechos y los de los socios recedentes está dado por las limitaciones de las causales de receso y de la posibilidad de receder a
partir de la cesación de pagos de la sociedad.
Desde el punto de vista de la efectividad del derecho de receso, sería incongruente con el ejercicio de ese derecho que el mismo se
viera subordinado a una decisión adicional del órgano de gobierno de la sociedad de la que se recede, determinando la reducción
del capital social. Esta decisión haría, en los hechos, imposible toda la mecánica del art 245 de la ley 19550.
El art 245 y las demás normas de la ley 19550 en la materia crean un sistema autosuficiente de receso que quedaría
sustancialmente alterado en caso de incorporársele los mecanismos de oposición aplicables en las reducciones voluntarias de
capital.
EL DERECHO DE PREFERENCIA RESPECTO DE LA SUSCRIPCIÓN DE ACCIONES U OTRAS
PARTICIPACIONES SOCIETARIAS
El derecho de preferencia respecto de la suscripción de acciones u otras participaciones societarias se manifiesta al aumentar la
sociedad su capital. De no poder participar los socios preexistentes en tal aumentó, su participación proporcional en el capital se
verá disminuida, y así también su participación en las utilidades y en el poder de voto. en ciertos tipos societarios, los socios
minoritarios se ven protegidos de esta dilución de su participación en virtud de sus derechos a oponerse a modificaciones del
contrato social y del capital. pero en las sociedades por acciones y por cuotas, el poder de los socios minoritarios, respecto de esas
modificaciones, es limitado, y la ley les ha otorgado un derecho de preferencia respecto de la suscripción de nuevas acciones y
cuotas. Solo una vez que se ha agotado el plazo para el ejercicio del derecho de preferencia puede la sociedad ofrecer las nuevas
acciones o cuotas a otros socios o terceros.
CONTENIDO DEL DERECHO DE PREFERENCIA
El derecho de preferencia tiene un contenido complejo. Implica un derecho inicial a suscribir las acciones o cuotas integrantes de
un aumento de capital, y a continuación un derecho de acrecer, respecto de las acciones no suscriptas en el periodo inicial de
ejercicio del derecho de preferencia.
El derecho de preferencia otorgado por la ley no puede ser eliminado o restringido por el contrato social. Sin embargo, una vez
nacido el derecho de preferencia respecto de un aumento de capital concreto, puede ser transferido a otros socios o a terceros, o
ser objeto de renuncia, o desaparecer por su no ejercicio dentro de los plazos legales.
En las sociedades en comandita simple, la representación es ejercida por los socios comanditados o por los terceros que se
designe a tal fin. Dado que se aplican supletoriamente las reglas de las sociedades colectivas, en caso de silencio actúan como
representantes, indistintamente, los socios comanditarios.
En las sociedades de capital e industria, la representación puede ejercerse por cualquiera de los socios, en el contrato social
puede disponerse otra composición del órgano de representación y que si se prevé una pluralidad de representantes se aplican las
reglas expuestas en relación con las sociedades colectivas.
En las sociedades de responsabilidad limitada, la representación corresponde a uno o mas gerentes, socios o no, designados por
tiempo determinado o indeterminado en el contrato constitutivo o posteriormente. Cuando el contrato prevé una gerencia plural,
puede establecer las funciones que a cada gerente competen en la administración o imponer la administración conjunta o
colegiada.
En las sociedades anónimas la representación corresponde al presidente del directorio, pudiendo el estatuto autorizar la actuación
de uno o mas directores. Los estatutos no pueden limitar las atribuciones del presidente para obligar a la sociedad actuando por si
solo. El vicepresidente puede ejercer las funciones de representación que le corresponden al presidente.
En las sociedades en comandita por acciones, el contratos social puede designar un representante único, sea un socio
comanditado o un tercero. Si se han designado varios administradores y el contrato social no especifica cuales son sus
atribuciones, cabe entender que todos ellos pueden representar a la sociedad.
MARCO JURIDICO PARA EL EJERCICIO DE LAS ATRIBUCIONES DEL ORGANO DE REPRESENTACION
Normalmente, el órgano tiene cierto ámbito de libertad para el ejercicio de sus funciones, y el poder de decisión que ello implica
debe ejercerse atendiendo el interés de la sociedad y actuando con la diligencia de un buen hombre de negocios.
El órgano está obligado a instrumentar las decisiones que, dentro de sus respectivas orbitas de competencia, emiten los distintos
órganos de la sociedad.
Las funciones de fiscalización se orientan a detectar las irregularidades que presenta el accionar societario y a poner en marca los
mecanismos destinados a prevenirlas o sancionarlas.
En las sociedades en comandita simple tampoco existe un órgano permanente de fiscalización, salvo previsión expresa en el
contrato social. Todos los socios ejercen las funciones de fiscalización que corresponden a su carácter de tales.
Las sociedades anónimas deben contar con una sindicatura, si reúnen los extremos del art. 299, salvo que se opte por organizar
un consejo de vigilancia. En los restantes casos, se puede optar por prescindir de la sindicatura, si el estatuto así lo autoriza. La
sindicatura puede ser individual o colegiada, salvo en las sociedades comprendidas en el art. 299.
En las sociedades en comandita por acciones, son aplicables las reglas de la SA.
INTERVENCION JUDICIAL
El órgano de administración se encuentra dotado de las facultades inherentes a sus funciones, prendiendo un doble aspecto: la
gestión y la representación.
Del acierto o desacierto de esas funciones dependerá el cumplimiento o no del fin social previsto.
Peri este régimen de administración, en la practica, llevar al abuso, la negligencia y la violación de las normas que guiaron su
concepción, mediante la realización de actos o incurrencia en omisiones que pongan en peligro grave a la sociedad, son un
significativo perjuicio, potencial o efectivo, para ella y los socios.
Es así que, la ley ha conocido un régimen que consiste en la intromisión de un tercero en la esfera de actividad ese órgano a fin de
que informe sobre las pretendidas irregularidades concurra a la administración o lo sustituya por decisión judicial.
Sin embargo, no pueden ignorarse otros casos en donde la medida en estudio resulta viable como sucedería en el caso de total
vacancia en la administración y fiscalización de la sociedad, por fallecimiento o ausencia de sus integrantes, situación que define
un supuesto de extrema gravedad para el ente societario y sus órganos, que solo puede ser remediada por vía jurisdiccional.
La medida, tal como fuera señalado anteriormente, reviste el carácter de cautelar, por lo que su procedencia deberá ser acreditada
inaudita parte, es decir, sin necesidad de oír a la sociedad sobre el particular.
LOS SOCIOS
El art. 114 exige la acreditación, por el peticionante, de su calidad de socio, pues no se encuentra habilitado para pedir una
intervención judicial, quien carece de un interés legitimo en la remoción de los administradores.
La prueba de la calidad de socio variará confirme al tipo, resultando sumamente difícil en las sociedades de hecho.
LA SINDICATURA
Al respecto, se ha afirmado, negándole legitimación activa que ese funcionario solo puede vigilar que los órganos sociales den
acabado cumplimiento de las disposiciones legales o estatutarias, o las decisiones asamblearias correspondientes, e incluso
efectuar denuncias ante el órgano de contralor.
Pero no existe alguna que autorice a presumir facultades del órgano de contralor para pedir medidas cautelares como las aquí
consideradas.
Dichos argumentos, deben dejarse de lado, en caso de vacancia en la administración de la sociedad, cuando el órgano de gobierno
no adopte decisiones al respecto para corregir esa anomalía.
No podría cuestionarse la facultad del sindico o consejo de vigilancia para solicitar la intervención judicial, aunque más no sea al
solo efecto de solicitar la disolución y posterior liquidación de la sociedad intervenida.
Adviértase que no puede sostenerse, que la posibilidad que la ley otorga a la sindicatura de efectuar las denuncias a la autoridad de
contralor pueda suplir los efectos de intervención judicial.
La ley exige que se acredite el haber agotado los recursos acordados por el contrato social.
La accesoriedad deriva de la imposibilidad de solicitar la intervención judicial sin haber accionado por remoción.
Nos encontramos frente a una accesoriedad originaria, pero no frente a una accesoriedad sustancial.
DIVERSAS CLASES DE INTERVENCION JUDICIAL
INTERVENTOR ADMINISTRADOR
La primera de las formas es la más grave y procede cuando el patrimonio de la sociedad corre inmediato peligro y es el supuesto
en el cual los administradores han realizado maniobras fraudulentas o cometido delitos en perjuicio del ente, en cuyo caso el
interventor judicial pasa a ejercer idénticas funciones que las desempeñadas por aquellos.
COADMINISTRADOR
La designación de un coadministrador es procedente cuando la urgencia en la suspensión del administrador no resulta tan
claramente de la presentación judicial, o cuando se han menoscabado los derechos de los socios minoritarios sin afectarse el
patrimonio de la sociedad. En este caso el coadministrador lleva adelante la administración en forma conjunta con los
administradores naturales del ente.
Cuando se trata de una sociedad en la cual el órgano de administración es un cuerpo colegiado, como en el caso de los directorios
de sociedades anónimas, el voto del coadministrador judicial tiene el mismo valor que el voto del resto de los directores en su
conjunto. En estos casos la coadministración funciona como mecanismo de veto.
VEEDOR
La tarea del veedor consiste en observar y fiscalizar las tareas del órgano administrador; para ello tiene indudablemente el derecho
de asistir a las reuniones correspondientes y el deber de pedir todas las informaciones que sean necesarias para llevar a cabo su
cometido. El veedor no desplaza a los integrantes del órgano de administración ni suple los derechos de las partes, así como
tampoco realiza pericias contables, en cuanto a los hechos invocados.
Las funciones del interventor judicial no pueden ser mayores a las concedidas por el contrato social a los administradores
naturales. Tratándose de gastos extraordinarios, deben ser autorizados por el juez, previo traslado a las partes, salvo cuando la
demora pudiera causar perjuicios, en cuyo caso el interventor deberá informar al juzgado, dentro del tercer día de realizados.
FUCION Y ESCISIÓN
FUSION DE SOCIEDADES
La fusión existe cuando dos o más sociedades se disuelven sin liquidarse, para constituir una nueva; o cuando una ya existente
incorpora a otra u otras que, sin liquidarse, son disueltas. Nissen la define como “el instrumento jurídico más idóneo para la
concentración empresarial”.
La fusión supone así, una pluralidad de sociedades preexistentes, que combinan sus patrimonios formando una única sociedad.
Cuando mediante la fusión se constituye una nueva sociedad, se habla de fusión propia, por creación, por constitución o por
amalgama. Cuando en la fusión una sociedad preexistente absorbe a otra, se habla de fusión por absorción y también de fusión
impropia o por incorporación.
Debe distinguirse de la transferencia de fondos porque esta no implica una alteración en las identidades de las personalidad
societarias, también de la constitución original de una sociedad, ya que, siempre la fusión es consecuencia de la disolución de
una o mas sociedades preexistentes y de la formación de grupos societarios, por la misma razón que la transferencia de fondos.
La fusión impropia son aquellas operaciones que tienen efectos empresariales similares a las fusiones sin ser jurídicamente tales.
Ej. una sociedad adquiere el patrimonio de otra, y entrega a cambio, a los socios de esta, dinero u otros bienes.
En la fusión de hecho, dos o mas sociedades combinan sus actividades o bienes, sin llevar a cabo los actos y procedimientos
propios de una fusión. Jurídicamente no hay fusión.
EL PROCEDIMIENTO DE FUSIÓN
Para concretar la fusión, las sociedades deben cumplir con las siguientes etapas (o requisitos):
1. Compromiso Previo de fusión: los representantes de las sociedades que quieran fusionarse deben suscribir un
“compromiso previo” de fusión, el cual deberá contener:
a. Los motivos y finalidades de la fusión;
b. Los balances especiales de fusión de cada sociedad (con idénticos criterios de valuación y cerrados con
no más de 3 meses de anticipación al “compromiso previo”).
c. La relación de cambio de las participaciones sociales, cuotas o acciones (para que cada socio conozca
cuál será su futura participación).
d. El proyecto de contrato de la nueva sociedad- en la fusión propiamente dicha- o las modificaciones
proyectadas en el contrato de la sociedad incorporante- en la fusión por absorción-.
e. Las limitaciones en los negocios de cada una de las sociedades, durante el lapso que transcurra hasta
que la fusión se inscriba.
Este compromiso sienta formalmente las bases de la operación. A partir de este acto, la fusión solo puede ser dejada sin
efecto unilateralmente cumpliendo ciertas condiciones.
2. Resoluciones aprobatorias: el compromiso previo de fusión y los balances especiales deben ser aprobados por las
sociedades participantes (a través de sus órganos de gobierno).
3. Publicidad: deberán publicar por 3 días un aviso (edicto) en el diario de publicaciones legales- en la jurisdicción de cada
sociedad- y en uno de los diarios de mayor circulación del país. El aviso debe contener:
a. Los datos de cada sociedad, inscriptos en el Registro Público (razón social o denominación, sede
social, etc.).
b. El capital de la nueva sociedad, o el aumento de capital de la sociedad incorporante- según el caso-.
c. La valuación del activo y pasivo de las sociedades que se fusionan,
d. La razón social o denominación, el tipo social y el domicilio de la sociedad a constituirse,
e. Las fechas del compromiso previo y de las resoluciones aprobatorias.
4. Oposición de acreedores: la publicidad (punto anterior) tiene como principal objetivo informar sobre la fusión a los
acreedores de cada una de las sociedades intervinientes. Es por eso por lo que, a partir del último día de publicación, los
acreedores contarán con 15 días para ejercer su “derecho de oposición” a la fusión. La oposición del acreedor tiene por
finalidad:
a. Que las sociedades fusionantes le satisfagan su crédito, o
b. Que, al menos, le garanticen el pago del crédito.
Si no logra ninguno de estos supuestos, tendrá 20 días más (que se suman a los 15) para obtener un embargo judicial sobre los
bienes de la sociedad deudora. Por lo tanto, la oposición del acreedor no impide el progreso de la fusión, pero las sociedades
recién podrán firmar el acuerdo definitivo de fusión una vez transcurridos esos 35 días desde la publicación (15 más 20).
5. Acuerdo definitivo de fusión: en caso de que no hayan acreedores oponentes (o transcurrido el plazo de 20 días), los
representantes de las sociedades podrán suscribir el acuerdo definitivo de fusión. Este deberá contener:
a. Las resoluciones sociales aprobatorias de la fusión,
b. La lista de socios que hayan ejercido el derecho de receso y el capital que representaban en cada
sociedad.
c. La nómina de acreedores que se hayan opuesto. tanto los garantizados como los que hubieran obtenido
embargo judicial,
d. Los balances especiales y un balance consolidado de las sociedades que se fusionan.
6. Inscripción: debe inscribirse el acuerdo definitivo de fusión en el Registro Público. Sólo a partir de ese momento, la
fusión será oponible para la sociedad, sus socios y frente a terceros.
ADMINISTRACIÓN
En principio, la administración de las sociedades intervinientes se regirá de acuerdo a lo estipulado en el compromiso previo.
Si no hubieran convenido nada al respecto, el art 84 da una solución: a partir del acuerdo definitivo, la administración y
representación de las sociedades disueltas estará a cargo de los administradores de la nueva sociedad o de la sociedad
incorporante. Quienes hasta entonces las administraban, quedan suspendidos en sus funciones.
EFECTOS
La fusión de sociedades produce los siguientes efectos:
1. La nueva sociedad o la sociedad incorporante -depende de la clase de fusión- adquiere la titularidad de los derechos y
obligaciones de las sociedades disueltas, produciéndose la transferencia total de sus patrimonios. Para ello deberán
inscribir en el Registro Público:
2. El acuerdo definitivo de fusión, y
3. El contrato o estatuto de la nueva sociedad- fusión propiamente dicha; o el aumento de capital de la sociedad
incorporante- fusión por absorción.
En base a esta transferencia, gran parte de la doctrina considera que la fusión implica una sucesión a título universal.
2. Quienes eran socios en las sociedades disueltas adquieren la calidad de socios en la nueva sociedad o sociedad
incorporante.
Derecho de receso
Los socios que han votado en contra de la fusión, o han estado ausenten en la reunión, tienen derecho de receso.
Derecho de preferencia
Los derechos de preferencia de los socios de las sociedades fusionantes se mantienen en la entidad resultante de la fusión.
Revocación del compromiso previo de fusión y de las resoluciones sociales
El art. 86 otorga a las sociedades intervinientes la posibilidad de dejar sin efecto su decisión de fusionarse, siempre y cuando no
hayan celebrado todavía el acuerdo definitivo. Las oportunidades para hacerlos son 2:
a. Antes de las resoluciones aprobatorias: el compromiso previo de fusión puede ser dejado sin efecto
por cualquiera de las partes, si no se han obtenido todas las resoluciones aprobatorias en el término de 3
meses.
b. Después de las resoluciones aprobatorias: las resoluciones sociales pueden ser revocadas, mientras
no se haya otorgado el acuerdo definitivo (siempre que no causen perjuicios a las sociedades, los socios
y los terceros).
Rescisión del acuerdo definitivo de fusión
El acuerdo definitivo de fusión es obligatorio y vinculante para las sociedades fusionantes, sin embargo, cualquiera de las
sociedades interesadas puede demandar la rescisión de ese acuerdo por justos motivos, hasta el momento de su inscripción
registral.
ESCISIÓN DE SOCIEDADES
CONCEPTO
La escisión es “una forma de organización de la actividad económica de una o varias sociedades, mediante la adopción de
una nueva organización jurídica, que supone un desprendimiento patrimonial”.
Nissen la define como un “supuesto de agrupación de empresaria”.
En general, los autores no dan una definición de “escisión”. Esto se debe a que existen diversas clases de “escisión”, como
veremos a continuación.
CLASES DE ESCISIÓN
El Art 88 establece:
“Hay escisión cuando:
i. Una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para fusionarse con sociedades existentes o para
participar con ellas en la creación de una nueva sociedad; sociedades existentes o para participar con ellas en
la creación de una nueva sociedad;
ii. Una sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para constituir una o varias sociedades nuevas;
iii. Una sociedad se disuelve sin liquidarse para constituir con la totalidad de su patrimonio nuevas sociedades”.
En base a este artículo, podemos distinguir 4 clases de escisión:
1. Escisión con absorción. Se produce cuando una sociedad sin disolverse (sociedad escindente) destina parte de
su patrimonio para fusionarse con otra sociedad ya existente (“sociedad escisionaria”) Art 88, inc. primera
parte.
De esta forma, la sociedad escisionaria absorbe (o incorpora) una porción del patrimonio de la sociedad
escindente. Como consecuencia, aumentará su capital social, y deberá atribuirles participantes a los socios de la
sociedad escindente. Por su parte, la sociedad escindente no se disuelve, sino que sigue existiendo con un
patrimonio menor al que tenía.
2. Escisión- fusión: se produce cuando dos o más sociedades (“sociedades escindentes”) destinan parte de sus
respectivos patrimonios para crear una nueva sociedad (“sociedad escisionaria”)- Art 88, inc. I segunda parte-.
De esta forma, las sociedades escindentes no se disuelven, sino que siguen funcionando con un patrimonio
menor. Los socios de éstas adquieren la calidad de socios en la nueva sociedad (escisionaria).
3. Escisión propiamente dicha. Se produce cuando una sociedad (“sociedad escindente”), sin disolverse, destina
parte de su patrimonio para la creación de una o varias sociedades nuevas (“sociedades escisionarias”)- Art 88,
inc. I.
Este tipo de escisión es decidida en forma unilateral por la sociedad escindente, la cual deberá confeccionar el
contrato constitutivo de la nueva o nuevas sociedades (escisionarias). Por su parte, las sociedades escisionarias
tendrán su propio capital, pero sus socios serán los mismos que en la escindente.
4. Escisión división. En este caso, una sociedad se disuelve sin liquidarse (“sociedad escindente”), para destinar
todo su patrimonio a la creación de nuevas sociedades (“sociedades escisionarias”). Art 88, inc. III.
Al igual que en la escisión propiamente dicha, la decisión será adoptada en forma unilateral por la sociedad
escindente. Las sociedades escisionarias están integradas por los mismos socios que la escindente; y tendrán su
propio capital social.
Sin embargo, esta clase de escisión se diferencia de las anteriores por el hecho de que la sociedad escindente se
disuelve, transfiriendo la totalidad de su patrimonio a las nuevas sociedades (escisionarias).
EFECTOS
La escisión, por lo general, produce los siguientes efectos:
1. A diferencia de la fusión, las sociedades escindentes no transfieren todo su patrimonio a las sociedades escisionarias, sino
parte de él (exceptuando el caso de la escisión división).
2. Los socios de la sociedad o sociedades escindentes pasan también a ser socios de la sociedad o sociedades
escisionarias.
Requisitos
La escisión, exige el cumplimiento de los siguientes requisitos:
1. Resolución aprobatoria: las sociedades involucradas deben aprobar:
a. La escisión,
b. El contrato social de la escisionaria,
c. La reforma del contrato social de la escindente- en su caso-, y
d. El balance social de escisión.
Esta resolución social aprobatoria también debe incluir la atribución de las partes sociales- o acciones de la sociedad
escisionaria a los socios de la sociedad escindente. Será en proporción a la participación que tengan en esta última.
Balance especial
Deberán confeccionar un balance especial de escisión, el cual no podrá ser anterior a 3 meses de la resolución que lo apruebe
(puto 1).
Publicidad
Deberán publicar por 3 días un aviso (edicto) en el diario de publicaciones legales - en la jurisdicción de la sociedad escindente- y
en uno de los diarios de mayor circulación del país. El aviso debe contener:
a. los datos de la sociedad que se escinde, inscriptos en el Registro Público (razón social o denominación.
sede social, etc.).
b. La valuación del activo y pasivo de la sociedad- indicando la fecha-,
c. La valuación del activo y pasivo que componen el patrimonio destinado a la nueva sociedad;
d. La razón social o denominación, el tipo social y el domicilio que tendrá la sociedad escisionaria.
Oposición de acreedores
De acuerdo al régimen de la fusión (remitimos).
Instrumentación
Vencidos los plazos correspondientes al derecho de receso, y la oposición y embargo de los acreedores, se confeccionarán:
el instrumento de constitución de la sociedad escisionaria, y
el instrumento de modificación de la sociedad escindente.
Inscripción
Los instrumentos a los que nos referimos en el punto anterior deben ser inscriptos en el Registro Público. Con respecto a la
inscripción son aplicables- en su caso- las disposiciones del Art 84.
SOCIEDADES EXTRANJERAS
Las sociedades pueden actuar de manera ocasionar o permanente fuera del ámbito geográfico del Estado donde fueron
constituidas. Tal actuación requiere de la aceptación por parte de un tercer Estado de la personalidad esgrimida por el ente
constituido en el extranjero, o al menos de alguna forma de imputación diferenciada de sus actos respecto de los de sus socios y
representantes.
AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD
Basadas en la idea de la autonomía de la voluntad, ciertas doctrinas reconocen a los contratantes la libertad de elegir como punto
de conexión normativo el lugar que deseen, lo que equivale tanto como otorgarles la facultad de atribuir nacionalidad al ente que
conforman.
LUGAR DE CONSTITUCION
Según la teoría de la incorporation, a cada sociedad le corresponde la nacionalidad del Estado donde se constituye o incorpora. La
Corte Suprema de los Estados, resolvió que “la existencia legal, el hogar, la casa, el domicilio, el hábitat, la residencia, la
ciudadanía de una sociedad, solo puede estar en el Estado donde fue creada, aunque tengan alguna sede en otro Estado”.
Aun Argentina procedió por primera vez a vigilar e incluso confiscar sociedades lisa y llanamente calificadas como Alemanas,
Japonesas o Italianas. Creo la “Junta de Vigilancia y Disposición Final de la Propiedad Enemiga, con facultades para intervenir y
liquidar sociedades.
ACTO AISLADO
Las sociedades constituidas en el extranjero se encuentran habilitadas para realizar en el país actos aislados, sin que para ello se
requiera su inscripción ni el cumplimiento de previsiones especiales, quien contrata con la sociedad extranjera que realiza actos
aislados se halla mayormente desprotegido, debiendo confiar en su propia diligencia para cercionarse acerca de su existencia,
condiciones organizas y responsabilidad.
Acto aislado sería el que no requiere para su ejecución la asignación de un representante permanente, y consiste en una actuación
ocasional en el sentido de que no es habitual o permanente, sin fijación de asiento o sucursal.
En cuanto a la adquisición de inmuebles en la República por parte de una sociedad extranjera la Camara Civil resolvió que no
constituye un acto aislado.
Mediante el Registro se procura posibilitar la correcta calificación de sus actos (aislados o habituales) y en salvaguarda del interés
general del tráfico, dando mayor seguridad y eficacia a las inversiones. El registro de Actos Aislados también se orienta a evitar la
evasión de impuestos, entre otras cosas. Cuando la IGJ constatara la inscripción de más de un acto en los que hubiera participado
la misma sociedad habiendo denunciado estos como aislados, podrá solicitar judicialmente 1) la liquidación de los bienes
involucrados o 2) para el caso de tratarse de actos que revelen que el objeto principal de la sociedad se cumple en el país, su
disolución y liquidación por considerar local a la sociedad.
Para el caso de que la IGJ determinara que la sociedad debe ser encuadrada dentro de los arts. 118 tercer párrafo o art. 124, debe
intimarla para que inscriba dentro de los 180 días corridos. Incluso peticionar la declaración de la inoponibilidad de la
personalidad jurídica.
EJERCICIO HABITUAL
Para la práctica habitual de los actos comprendidos en su objeto, la sociedad constituida en el extranjero debe registrarse. La
habitualidad se mire con la actividad profesional y cuyo propósito es obtener beneficios mediante el ejercicio constante, normal,
regular, reiterado y frecuente de actos de comercio suficientemente ligados entre sí.
La habitualidad cabe tenerla como la actividad permanente, no ocasional, continuada y no interrumpida del ente, que se manifiesta
a través de la participación originaria o derivada en sociedades locales; la contratación de agrupaciones o reuniones transitorias; la
adquisición de inmuebles para conservarlos, alquilarlos o, explotarlos; la participación en concesiones de obras públicas; etc.
Las sociedades que hagan ejercicio habitual de actos comprendidos en su objeto social o establezcan sucursal deben llevar en la
República contabilidad separada y someterse al contralor que le corresponda según el tipo.
Para el caso de que se requiera la constitución de sociedad filial en la República, se deberán cumplir estos extremo:
1) Acreditar ante el juez de Registro la existencia del ente extranjero con arreglo a las leyes de su país, acompañando para
ello la documentación pertinente debidamente traducida y legalizada.
2) Inscribir su contrato social, reformas y demás documentación habilitante.
3) Inscribir la documentación relativa a sus representantes legales. No se trata de la designación de un representante a cargo
por lo que tal tramite no causa establecimiento de representación permanente.
4) Fijar domicilio en la República cumpliendo con la publicación e inscripción exigida a las sociedades nacionales.
5) Justificar la decisión de crear una representación designando personas a cargo.
Sin perjuicio de que el art. 123 alude exclusivamente a la constitución de sociedades, omitiendo toda referencia a la adquisición de
participaciones en sociedades locales, esta forma de concurrencia también debe considerar:
La filial es una sociedad que guarda independencia jurídica respecto de otra a cuyo control eventualmente se someta.
La agencia es una mera oficina administrativa, que no cuenta con atribuciones para celebrar negocios directamente, sino que se
establece para administrar los ya celebrados o para facilitar su celebración.
En todos los casos, la IGJ se ha reservado el derecho de requerir a las sociedades inscriptas la adecuación de sus estatutos o
contratos a las disposiciones de la ley 19.550, si en virtud de los elementos presentados o de otra información obtenida en el
ejercicio de sus atribuciones o recibida de tribunales de justicia y organismos administrativos resultare al menos uno de los
siguientes supuestos: 1) que la sociedad careciera de activos en el exterior; 2) que el valor de sus activos no corrientes en el
exterior careciera comparativamente de significación respecto del valor de su participación en la sociedad o sociedades locales, de
los bienes existentes en el país o respecto de la magnitud de las operaciones informadas; 3) que a partid de verificaciones en la
sede social, la misma resultara ser el centro efectivo de dirección o administración general de la sociedad.
El termino sede debe interpretarse como el lugar donde se encuentra el asiento efectivo de la administración social, o sea, el centro
de su dirección general y que se corresponde con el domicilio estatutario.
DEBERES Y ATRIBUCIONES
La dinámica del tráfico mercantil exige la existencia en la Republica de un representante permanente de la sociedad constituida en
el extranjero. Al efecto, la LGS regula la responsabilidad y facultades de tales representantes.
Estos representantes contraen las mismas responsabilidades que para los administradores de las sociedades locales. Cuando se
tratara de sociedades de tipos no reglamentados, su responsabilidad es igual a la prevista para los de sociedades anónimas, es
decir, solidaria e ilimitada, en razón del daño que ocasionaran por culpa o dolo en su accionar.
En cambio, no resulta claro que tal responsabilidad sea, además, orgánica. Ello por cuanto la remisión que efectúa la LGS a las
responsabilidades de los administradores societarios no habilita la aplicación plena de su régimen, los que se asemejan mas a
mandatarios convencionales cuya función es ejercida en nombre y en representación de la sociedad que a órganos sociales.
Pero aun cuando mayormente se dé al representante permanente el carácter de un mandatario, que no reviste carácter orgánico, le
cabe la atribución de una responsabilidad análoga a la de estos en relación con los terceros, lo que lo hace sujeto pasivo de la
acción individua de responsabilidad en los supuesto de daño directo sufridos por causa de su gestión.
En cuanto a la renuncia del representante legal de la sociedad extranjera, es improcedente, la IGJ ha denegado su inscripción
frente a la ausencia de reemplazante. En todo caso, la renuncia solo surtirá efectos frente a terceros desde su registración.
En cuanto al modo de emplazamiento de la sociedad constituida en el extranjero, debe hacerse del modo siguiente:
1) Si se origina en un acto aislado, en la persona del apoderado que intervino en el acto o contrato que motive el litigio, el
emplazamiento deja de ser posible cuando el representante fallece. Tampoco es posible si el apoderado se ausenta de la
Argentina. Es irrelevante que el apoderado contestar la demandada, pues no se trata de que efectúe tal contestación, sino
de que comunicarlo a los responsables dentro de la organización societaria correspondiente.
2) Si la sociedad contara con sucursal, asiento o cualquier otra especie de representación, en la persona de su representante.
La norma privilegia el domicilio del representante, dejando de lado el del ente constituido en el extranjero, lo que apunta
a la seguridad del trafico mercantil en general, por cuanto siempre podrá requerirse y emplazar a la sociedad facilitando
además el ejercicio por el Estado de sus funciones de fiscalización y control.
Frente a tales antecedentes, no es de extrañar que la LGS impusiera la registración de las sociedades extranjeras, a fin de ponerlas
en paridad con aquellas constituidas en la República y respetar la igualdad ante la ley.
Para la inscripción prevista por el art. 118, la IGJ establece que la sociedad extranjera debe:
1) Acreditar su existencia con arreglo a las leyes de su país mediante la entrega al Registro Publico de constancias
documentales debidamente traducidas y autenticadas.
2) Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscripción.
3) Acompañar constancia de la resolución del órgano social competente de la sociedad que decidió crear el asiento, sucursal
o representación permanente en la República Argentina.
4) Acompañar documento proveniente del extranjero suscripto por un funcionario social, cuyas facultades representativas
consten en ella, justificadas ante notario o funcionario público.
5) Escrito con firma del representante designado, con certificación notarial o si fuese profesional abogado o contador con su
firma y sello profesional previo a la inscripción.
La res. 7/2015 de IGJ dispone que, una sociedad constituida en el extranjero en los términos del art. 123 debe presentarse
1) Escritura pública de adecuación y sujeción de la sociedad a la ley argentina a todos sus efectos.
2) Balance especial de adecuación cerrado a una fecha que no excesa los tres meses anteriores a la fecha de la escritura de
adecuación, confeccionando en moneda nacional y conforme a las disposiciones reglamentarias y técnicas aplicables en
ámbito de CABA.
3) Informe de contador público independiente.
4) Elementos que acrediten la realización de su aporte de capital por parte del socio o socios que se incorporen como tales a
la sociedad.
FALTA DE REGISTRACIÓN
La LGS no prevé que sucede cuando la sociedad constituida en el extranjero actúa de manera habitual en la República sin cumplir
los recaudos impuestos por el art. 118, o si omite registrarse.
Mayormente se aplica la postura de que lo actuado por las sociedades extranjeras que no estén registradas o no cumplan con el art.
118 son inoponibles.
EL CAPITAL SOCIAL
SUSCRIPCION E INTEGRACION
La LGS dispone que el capital social suscripto en las SA no puede ser inferior a la suma que el Poder Ejecutivo determina para el
tipo. Este importe, que es regularmente actualizado según la política económica imperante, mayormente se relacionan con la
intención de restringir el uso de la SA exclusivamente para negocios de envergadura.
El capital debe suscribirse totalmente al tiempo de la celebración del contrato constitutivo. En cambio, cuando se tratara de dinero
en efectivo, su integración puede hacerse de manera diferida y siempre que se inicial el 25% del total suscripto. El cumplimiento
de la integración restante debe hacerse en un plazo de 2 años.
De todos modos, en el caso de las SAU, el capital debe ser suscripto e integrado en su totalidad al tiempo de la constitución.
Cuando se trata de aportes no dinerarios, estos deben integrarse totalmente al tiempo de su suscripción. Solo pueden consistir en
obligaciones de dar y su cumplimiento debe justificarse al tiempo de presentarse el contrato a la autoridad de controlar la
verificación del cumplimiento de los requisitos legales y fiscales.
Mora en la integración
incurre en mora por el mero vencimiento del plazo convenido o en defecto del mismo, desde la inscripción de la sociedad
debe resarcir los daños e intereses que su cumplimiento genere
sufre la suspensión automática del ejercicio de los derechos inherentes a las acciones en mora
La suspensión consiste en la imposibilidad de asistir a asambleas, percibir dividendos, suscribir preferentemente u obtener su
cuota al tiempo de liquidación. Esta opera exclusivamente respecto de las acciones en mora, por lo que el accionista continúa en
ejercicio de los derechos que le otorga aquellas efectivamente integradas.
Procurar la ejecución del contrato de suscripción, intimando por un plazo no mayor de 30 días al moroso e integrar el
saldo, con más sus intereses y la reparación de los daños y perjuicios ocasionados al ente.
En los casos en que el estatuto lo prevea, el accionista puede ser sancionado, de lo contrario, la única penalidad que le
cabe es la de la suspensión de los derechos de las acciones en cuestión. En tal supuesto el art 193 de la LGS, prescribe
que la sociedad puede disponer que los derechos de suscripción correspondientes a las acciones en mora sean vendidos
en remate público o si se trata de acciones cotizables, por medio de un agente de bolsa.
El estatuto también puede establecer que se produzca la caducidad de los derechos del moroso (políticos y económicos)
transcurrido un plazo no mayor de treinta días desde que hubiera sido intimado a integrar sus aportes, con la pérdida de
las sumas abonadas
AUMENTO DE CAPITAL
Consideraciones generales
razones de índole económica, financiamiento a baja tasa mediante aportes dinerarios de los socios
garantía indirecta, impedir la distribución de beneficios que no correspondan a utilidades realizadas y líquidas
de disminución de pasivos, incorporación de acreedores
recomposición de deudas fiscales
recaudos reglamentarios
la necesidad del pago de dividendos en acciones
Todo aumento no consentido genera un riesgo para el accionista, no solo porque puede afectar su derecho a la integridad
patrimonial de su participación sino también la importancia de los derechos políticos. Por tal motivo es que le corresponde a la
Asamblea Extraordinaria, salvo el supuesto excepcional en que el estatuto revela su aumento dentro del quíntuplo en que es
competente la Asamblea Ordinaria. En ambos casos el aumento debe inscribirse en el Registro Público.
Aumento de capital dentro del quíntuplo
El estatuto puede prever la posibilidad de aumentar el capital social hasta su quíntuplo, decisión que corresponde a la Asamblea
Ordinaria, no requiere de conformidad administrativa y no es necesaria la modificación del estatuto.
Se debe realizar en concordancia con el art 245 que sanciona la nulidad la decisión que excluya el derecho de receso de los
accionistas disconformes o agrave las condiciones de su ejercicio. El receso sólo podrá invocarse en el caso de que una asamblea
Extraordinaria resolvió modificar el estatuto social introduciendo la posibilidad de aumentar el capital social hasta el quíntuplo, lo
que difiere en caso de que ya existiera tal previsión estatutaria.
Aumento de capital sin previsión estatutaria del quíntuplo o por encima del quíntuplo
En ausencia de la cláusula del quíntuplo o en caso de aumento por sobre este, corresponde a la Asamblea Extraordinaria disponer
el aumento del capital. La asamblea también debe resolver sobre su conveniencia, magnitud, clases de acciones a emitirse y modo
de integración, pudiendo delegar en el directorio únicamente la época de emisión, forma y condiciones de pago.
La decisión de aumentarlo es una decisión político empresaria reservada al directorio, por tanto, no es justiciable.
el aumento de capital que oculte la intención principal y licuación de las participaciones accionarias minoritarias
el aumento que, en apariencia justificado, luego se tradujo en un reparto de utilidades por idéntico monto tres meses
después de realizado
En las SA autorizadas a hacer oferta pública de sus acciones, la asamblea ordinaria puede aumentar el capital sin límite alguno ni
necesidad de modificar el estatuto. El directorio puede efectuar la emoción por delegación de la asamblea, en una o más veces,
dentro de los dos años a contar desde la fecha de su celebración. Debe comunicarlo al Registro Público.
Para el caso de que el aumento se efectúa mediante la oferta pública de acciones la emisión debe ejecutarse, bajo pena de nulidad
absoluta.
Emisión de acciones
La LGS autoriza la emisión de nuevas acciones cuando las anteriores se encuentran suscritas.
Busca que la sociedad haga frente a situaciones económicas o financieras particulares mediante posteriores aumentos de capital,
en caso de emociones destinadas a atender fines económicos ineludibles como el pago de dividendos en acciones, la capitalización
de reservas, revalúo u otros fondos especiales inscriptos en el balance, así como cuando se trate de acciones a integrarse con
aportes en especie o que se den en pago de obligaciones preexistentes.
Aun cuando el aumento del capital puede no ser suscripto en su totalidad en el término previsto en las condiciones de emisión, los
suscriptores y la sociedad no se liberan de las obligaciones asumidas. Empero, la ley prevé la exención de ambos de existir
disposición en contrario de las condiciones de emisión, de los que colige que, de que no haberse suscrito la totalidad del aumento
de capital, la sociedad tiene derecho a renunciar al mismo y restituir a los suscriptores las sumas aportadas, lo que no importa una
reducción de capital.
La ley obliga a respetar la proporción de cada accionista en la capitalización de reservas y otros fondos especiales inscriptos en el
balance, en el pago de los dividendos con acciones y en todo procedimiento similar por los que deban entregarse acciones
integradas. De esta forma se procura evitar que mecanismos de aumento dispuestos para solvente de manera eficiente y más
económica al desarrollo del ente se transformen en herramientas de dilución de las participaciones sociales
La capitalización de las reservas facultativas (constituidas por decisión asamblearia). Este supuesto no implica un
incremento en el patrimonio de la sociedad, sino un engrosamiento de su cuenta capital con cargo en las reservas, es
decir, un movimiento de fondos entre partidas del patrimonio neto con la imposibilidad definitiva de su distribución en
virtud de la capitalización.
Los fondos especiales son una especie del género reserva, su constitución obedece a necesidades concretas. Por lo que
una vez satisfecha la obligación si hubiera remanentes, esos fondos sin destino específico son de libre disponibilidad.
A través de la capitalización de utilidades, la sociedad se autofinancia, emitiendo para ello acciones en proporción a las
tenencias ya existentes.
Emitir bajo a la par es hacer oferta pública de acciones por un precio inferior a su valor nominal. La LGS declara la nulidad de
toda emisión bajo la par, en el caso de sociedades que hacen oferta pública de sus acciones, sociedades cerradas.
Su procedencia en caso de sociedades que cotizan en bolsa obedece a razones de colocación masiva de los títulos a fin de obtener
grandes ingresos de dinero que solventen los proyectos.
Cuando la emisión se hace por encima del valor nominal, esta será con prima, denominándose “ prima de emisión” al sobreprecio
entre el valor nominal y el valor de emisión que cada suscriptor debe pagar a la sociedad.
La LGS autoriza la emisión con prima o sobreprecio, de monto tal que el suscriptor pague un valor superior al nominal de los
títulos. Mediante la inclusión de la prima de emisión se procura compensar el mayor valor que hubieran adquirió las acciones,
producto del giro social, confrontando con el valor nominal que consignan los títulos, equiparando la situación de los nuevos
socios con la posición de los antiguos accionistas en relación con las reservas acumuladas y las inversiones beneficiosas hachas
por la sociedad antes del aumento del capital. De caso contrario traería un enriquecimiento gratuito a los nuevos accionistas.
Corresponde a la asamblea extraordinaria fijar el valor de la prima, cuidando de conservar la igualdad en cada emisión. En caso de
sociedades autorizadas para hacer oferta pública, la decisión compete a la asamblea ordinaria, la que puede delegar en el directorio
la facultad de fijar su importe siempre dentro de los límites que aquella establezca.
El reintegro de capital es el acto por el cual los socios efectúan nuevos aportes, sin aumentar el pasivo social y sin recibir a cambio
nuevas acciones. Mediante este mecanismo se busca sanear el patrimonio social afectado por pérdidas, restableciendo la
integridad de la cuenta capital, concebida esta como una mera cifra contable que no sufre así modificación y continúa siendo
nominalmente lo que era.
Por otra parte, los socios pueden voluntariamente resolver la reducción del capital cuando éste excediera las necesidades del ente
para la consecución de su objeto o cuando como cifra de retención se torne en un impedimento para una distribución racional de
las utilidades, Esta reducción voluntaria es real, por cuanto importa también una disminución patrimonial, lo que no sucede en los
casos de reducción forzosa, en lo que resulta meramente nominal, ya que lo que se reduce es la cifra capital para acompañar
pérdidas ya sufridas.
Introducción
Derecho de preferencia es la facultad o atribución de la que goza el accionista de suscribir en primer término, y dentro de las
categorías a que correspondan sus tenencia, toda emisión de acciones que por aumento de capital, realice la sociedad. Tiene como
finalidad preservar las proporciones en las tenencias anteriores al aumento del capital.
El derecho de suscripción preferente, emper, no rige para las acciones con preferencia patrimonial, salvo que el estatuto o la
asamblea así lo resuelvan, restricción que obedece a la particular naturaleza de esta clase de acciones, a las limitaciones de sus
derechos y a la distinta finalidad que lleva al suscriptor a vincularse con la sociedad independientemente de su desarrollo.
La LGS dispone que las acciones dinerarias, sean de voto simple o plural, otorgan a sus titulares preferencia sobre las nuevas
acciones de la misma clase en proporción a las que posean. Las acciones preferidas también pueden contar con derechos de
preferencia en caso de privación estatutaria. Los socios también tienen derecho preferente a la suscripción de debentures
convertibles en acciones.
La preferencia es un derecho individual e indelegable, que no puede ser suprimido estatutariamente ni condicionado. Está previsto
en tutela del interés del acciona, por cuanto resguarda la proporcionalidad de las presentaciones y su consistencia patrimonial.
Empero autoriza en el art 244 a la asamblea extraordinaria, con las mayorías, a resolver en casos particulares y excepcionales, y
cuando el interés de la sociedad lo exija, la limitación o suspensión del derecho de preferencia en la suscripción de nuevas
acciones. Para ellos es necesario su consideración se incluya en el orden del día y que se trate de acciones a integrarse con aportes
en especie o que se den en pago de obligaciones preexistentes.
DERECHO DE ACRECER
Introducción
Se reconoce a los accionistas el derecho de acrecer para el caso de que alguno de los socios no ejerciera su preferencia y por la
cantidad de acciones que se hubieran correspondido.
El derecho de acrecer es la extensión del pedido de suscripción de aquellas acciones que no hayan sido suscriptas por otro
accionistas, de tal forma que, si llegaran a quedar acciones sin suscribir, aquellos accionistas que hubieran ejercido el derecho de
opción podrá suscribir a prorrata el remanente de las nuevas acciones. Este derecho personal del accionista, que es inderogable, no
susceptible de ser limitado ni aun por vía estatutaria, negociable u de prelación, es irrenunciable de forma anticipada.
Corresponde a los antiguos accionistas por las acciones ordinarias de nueva emisión, salvo que el estatuto o la asamblea lo
extiendan también a las acciones preferidas. Puede ejercer incluso si las acciones se encontraran prendadas, embargadas o dadas
en usufructo, pero no cuando se hallen en mora su integración. Los bonos de participación no otorgan derechos preferente para la
suscripción de nuevas acciones por no tratarse de acciones y se los emite para participar en las ganancias del ejercicio.
Resuelto el aumento de capital, la sociedad a través del directorio debe ofrecer su suscripción a los accionistas mediante avisos
por tres días en el diario de publicaciones legales. Si se trata de una sociedad comprendida en el art 299, debe anunciarse en
diarios. Estos pueden ejercer su derecho de opción dentro de los 30 días siguientes al de la última publicación si los estatutos no
establecieran un plazo mayor, tratándose de sociedades que hagan oferta pública, la asamblea extraordinaria se encuentra
facultada para reducir este plazo hasta un mínimo de diez días. Vencido el plazo sin que el accionista hubiera ejercido la opción, o
aun antes si este hubiera renunciado a su ejercicio, aquella causa, por lo que la sociedad queda habilitada para dirigir la oferta a
terceros indeterminados o a otros accionistas que pudieran querer suscribir la nueva emisión.
El derecho de suscripción preferente y aquellos relacionados con su ejercicio no pueden ser suprimidos o condicionados, salvos
los dispuesto en el art 197, y si en cambio extendido por estatuto o resolución asamblearia a la emisión de acciones preferidas.
El accionista a quien se lo privó de su derecho puede exigir judicialmente que se cancelen las suscripciones que le hubieran
correspondido. Tiene por finalidad obtener la declaración de nulidad que conlleve la cancelación de las suscripciones efectuadas
con inobservancia de la preferencia y la atribución al actor de esas acciones para su suscripción. Si son acciones entregadas, el
socio tendrá derecho a que la sociedad y los directores solidariamente lo indemnice por los daños causados. Estas acciones deben
ser promovidas en el término de seis meses a partir del vencimiento del plazo de suscripción.
La normativa establece requisitos para la validez de las asambleas accionistas. Esto lo distingue de otros órganos de gobierno en la
LGS.
EL DERECHO DE VOTO
El modo previsto para que la asamblea de accionistas decida es a través de votaciones.
El voto es un derecho subjetivo de los accionistas. Consiste en una manifestación de voluntad respecto de una moción que es
puesta a consideración en la asamblea de accionistas. En primer lugar, los accionistas suelen ser los titulares del derecho de voto,
aunque esto no siempre es así. En segundo lugar, hay accionistas que pueden carecer del derecho de voto para la mayoría de las
decisiones o para algunas cuestiones puntuales.
El interés social es un parámetro que se debe considerar para evaluar la validez del voto, pero como límite de la libertad de
ejercicio del derecho. Si el voto es ejercido en cualquier sentido que no transgreda el interés social, no habrá ningún reproche. No
obligación de emitirlo con un contenido en particular.
El titular del derecho de voto no esta obligado a ejercerlo, podrá ausentarse de las asambleas y no será sancionado por ello.
El voto es un acto jurídico al cual se le aplican todas las reglas de estos, pero, por ejemplo, el vicio de la voluntad no anula el acto
si el voto no fue imprescindible para lograr la mayoría.
El titular de más de un voto no podrá ejercerlos en sentido contrario uno con otro, es decir, que no puede fraccionar sus votos.
El titular del derecho puede votar positiva o negativamente. También puede abstenerse de emitir su voto. Las mociones son
aprobadas cuando tienen los votos afirmativos de la mayoría. Esta es computada sobre los votos presentes en el acto. La moción
queda aprobada si, sobre el total, la mayoría vota positivamente. En consecuencia, el voto del socio que se abstiene integra los
votos no positivos. En cambio, los votos de los ausentes no son computados para calcular la mayoría.
PROHIBICIONES Y LIMITACIONES
TIPOS DE ASAMBLEAS
Las asambleas de accionistas pueden ser generales o especiales. En las primeras participan todos los accionistas. En las asambleas
especiales solo lo hacen los titulares de acciones de una clase. En consecuencia, para que la asamblea sea especial, tiene que haber
clases de acciones y el tema que debe resolver la asamblea general tiene que afectar los derechos de esas acciones.
ASAMBLEA ORDINARIA
Asamblea ordinaria es la que tiene competencia para resolver aquellas cuestiones relacionadas con la gestión de la sociedad
conforme a lo que se establece en la ley a lo que pudiera incluirse en el estatuto, como así también tiene competencia para resolver
cualquier medida relativa a la gestión de la sociedad que sometan a su consideración el directorio, el consejo de vigilancia o los
síndicos.
a. El balance general.
b. El estado de resultados.
c. La distribución de ganancias.
d. La memoria e informe del síndico.
e. La designación de directores, síndicos y miembros del consejo de vigilancia.
f. La fijación de la retribución de estos órganos.
g. La responsabilidad de los directores, síndicos y miembros del consejo de vigilancia.
h. Aumentos de capital conforme art. 188.
ASAMBLEA EXTRAORDINARIA
La asamblea extraordinaria tiene competencia para el tratamiento de aquellos asuntos que no sean de competencia de la asamblea
ordinaria, así como los relativos a la modificación del estatuto social.
Sin perjuicio de ello, el art. 235 establece en forma específica que será competencia de la asamblea extraordinaria resolver:
La asamblea extraordinaria puede resolver la reducción del capital en razón de pérdidas sufridas por la sociedad, para restablecer
el equilibrio entre el capital y el patrimonio social.
CONVOCATORIA
LEGITIMACION
Directorio
La convocatoria al órgano de gobierno de la sociedad es una típica tarea de gestión encomendada al órgano de administración del
ente. El directorio lo puede hacer siempre que lo juzgue necesario. Por otra parte, puede ser instado a realizar la convocatoria por
los socios.
En todos los casos debe haber una resolución del directorio que ordene la convocatoria. No obstante, cualquier director podría
convocar al órgano para decidir la convocatoria al órgano de gobierno. De ser plural el directorio, ya resuelta la convocatoria, el
presidente es el que la formaliza y cumple los actos materiales para producirla.
El consejo de vigilancia tiene la atribución de convocar a asamblea cuando lo estime conveniente o cuando lo requieran
accionistas que representen por lo menos el 5% del capital social, si es que los estatutos no fijaran un porcentaje menor.
Accionistas
Los accionistas no pueden convocar a las asambleas; lo que si pueden hacer es solicitar a los órganos de administración y
fiscalización que hagan la convocatoria. Los requisitos son los siguientes:
a. Deben presentar no menos del 5% del capital social. Este mínimo puede ser reducido en el estatuto.
b. Tienen que indicar los temas a tratar.
Parece razonable que la solicitud sea dirigida al directorio en primera instancia. Sin embargo, el pedido puede ser simultaneo o
incluso realizado solo al órgano de fiscalización (salvo que se considere que este órgano solo podrá intervenir ante omisión del
órgano de gobierno).
¿los órganos requeridos están obligados a realizar la convocatoria? De la literalidad de la norma podría concluirse que sí. No
obstante, es irrazonable creer que, sea cual sea el pedido realizado, el directorio tendría la obligación de hacer la convocatoria.
Llevado al absurdo, podría tener que convocar constantemente a asambleas si un socio cuenta con el mínimo de acciones exigido.
O si le hacen pedidos reiterados distintos socios. También estaría obligado a convocar para considerar temas ajenos a la sociedad
o incontundentes para esta.
El órgano tiene el deber de analizar la validez del requerimiento y en su caso, denegar el pedido fundamentadamente.
En el caso de que ambos órganos omitan cumplir con la petición, la asamblea podrá ser convocada por la autoridad de contralor y
aun judicialmente.
Convocatoria judicial
Cuando los accionistas no logran que los órganos convoquen a la asamblea, pueden dirigir su pretensión a la autoridad
administrativa o judicial.
El accionista que insta la convocatoria judicial tiene que demostrar que su requerimiento en la sociedad fue valido. Para ello, debe
acreditar:
a. Que es socio y representa no menos del 5% del capital social.
b. Que dirigió una notificación al órgano habilitado para hacer la convocatoria.
c. Que en la notificación indico los puntos del orden del día de la asamblea.
El tribunal tiene que decidir si hace la convocatoria, el mismo debe evaluarla y eventualmente si tiene motivos fundados y así lo
considera, podrá denegarla. Si la aprueba, designará a quien presidirá la asamblea.
El art. 65 de las normas de la IGJ señalan que el organismo podrá convocar a asambleas de accionistas en los siguientes casos:
a. De oficio, cuando constatare graves irregularidades y estimare conducente la medida de resguardo del interés público.
b. A solicitud de accionistas que acrediten ser titulares de al menos 5% del capital social o del porcentaje fijado por los
estatutos. Quienes, además, deberán demostrar que citaron fehacientemente a la administración y a la sindicatura sin
respuesta alguna.
c. A pedido de uno o más directores de la sociedad.
NOTIFICACION
La notificación de la asamblea es un requisito elemental para que el accionista pueda ejercer debidamente sus derechos. La
normativa establece disposiciones imperativas al respecto:
a. Las notificaciones tienen que practicarse a través del diario de publicaciones legales
b. La publicación debe ser hecha durante cinco días
c. La última publicación tiene que ser hecha, como mínimo, diez días antes de la asamblea y, como máximo, treinta días
antes de la asamblea.
d. Si es una sociedad anónima prevista en el art. 299, además de la publicación en el diario de publicaciones legales, debe
haber otra en uno de los diarios de mayor circulación general de nuestro país.
e. En la publicación debe constar el carácter de la asamblea; la fecha, hora y lugar de reunión; el orden del día, y los
recaudos especiales exigidos por el estatuto para la concurrencia de los accionistas.
Estos recaudos son los mínimos, el estatuto puede agregar otros a su gusto.
Los días establecidos se computan de corrido. El día de la asamblea no cuenta para calcular la antelación de la publicación.
El carácter de la asamblea hace referencia a si es especial o general y, en este último caso, si es ordinaria o extraordinaria.
FECHA DE CELEBRACIÓN
En las sociedades anónimas, hay una asamblea que tiene que desarrollarse anualmente, dentro de cierto lapso; por ej. tratamiento
del balance general, estado de los resultados, la distribución de ganancias, etc. En los otros temas, el directorio puede meritar la
conveniencia de realizar la asamblea en un momento o en otro.
a. Los accionistas: son los partícipes principales. Asistir a las asambleas es un derecho con el que cuentan todos ellos,
aunque no tengan derecho de votar o su participación sea mínima. Al ser transmisible el derecho a voto, quien este
habilitado puede ejercerlo.
b. Los directores, síndicos y gerentes generales: de la LGS surge que están obligados a concurrir con voz. Es un derecho
y una obligación. Sin embargo, su ausencia, no es causa suficiente para impugnar una asamblea.
c. Los miembros del consejo de vigilancia
d. Los inspectores de justicia: en las sociedades englobadas en el art. 299.
e. Los funcionarios de la CNV: en el caso de que sea una SA con autorización a hacer oferta pública de sus acciones o
cotizar en bolsa.
f. Otros terceros
REPRESENTACION
Los accionistas de la sociedad pueden ser representados en las asambleas. El mandatario puede ser una persona humana o jurídica.
No pueden ser mandatarios los directores, los síndicos, los integrantes del consejo de vigilancia, los gerentes y demás empleados
de la sociedad. Es suficiente el otorgamiento del mandato en instrumento privado, con la firma certificada en forma judicial,
notarial o bancaria, salvo disposición en contrario del estatuto.
El poder conferido en términos generales solo incluye los actos propios de administración ordinaria y los necesarios para su
ejecución.
El titular del derecho de voto puede otorgar lo que se denomina un “mandato imperativo”. Sabedor del orden del día, el mandante
daría instrucciones precisas sobre el sentido del voto. Si el orden esta expresada en el poder, un voto contrario a ella seria nulo.
Otra posibilidad son los poderes “en blanco” que no contienen ni mandatario ni objeto, los mismos a los fines de ser completados
antes de presentarlos.
Un mismo sujeto puede ser mandatario de más de un titular del derecho de voto.
Mandato irrevocable
El mandante de un mandato irrevocable no puede dejarlo sin efecto con su simple expresión de voluntad. Está obligado a
respetarlo y cumplirlo, salvo que haya alguna causa justificada para extinguirlo.
Vale apuntar que el mandato irrevocable tiene que tener un plazo. Por lo tanto, el socio siempre recuperaría el derecho.
REQUISITOS
El mandato para ser valido tiene que:
Deben dar aviso con anticipación no menor a tres días hables de la fecha fijada para hacer la asamblea.
Los accionistas con acciones nominativas o escriturales cuyo registro es llevado por la propia sociedad. No tienen que depositar o
presentar documento alguno; solo deben comunicar que asistirán.
PRESIDENCIA DE LA ASAMBLEA
Las reuniones de los órganos colegiados suelen contar con un presidente que las conduce, y así ocurre con la asamblea. Algunas
de sus atribuciones-deberes mas importantes son las siguientes:
Con respecto a quien ocupa el cargo de presidente de la asamblea, el art. 242 de la LGS establece un orden de prelación:
El órgano que realiza la convocatoria es el que define el orden del día. La sindicatura tiene una disposición particular en este
sentido, puesto que, aunque no sea el órgano que hace la convocatoria, tiene la facultad de hacer incluir los puntos que considere
procedentes. En el caso en el que los accionistas requieren la convocatoria, si bien tienen que informar los puntos que desean
tratar en la asamblea, el órgano que convoca puede modificarlos, si tiene razones para hacerlo.
Ya en la asamblea, hay que respetar el orden del día. Esto implica que todos los puntos tienen que ser considerados. Para alterarlo,
basta con proponer una moción de orden y que sea aprobada.
Es nula toda decisión sobre materias extrañas a las incluidas en el orden del día. Hay tres excepciones:
a. Decisión tomada cuento está presente la totalidad del capital y por unanimidad de las acciones con derecho a voto.
b. Las excepciones previstas en “este título”: el art. 267 de la LGS establece que la asamblea puede resolver el inicio de la
acción de responsabilidad contra los directores, aunque no figure en el orden del día. No obstante, tiene que ser como
consecuencia directa de la resolución de un asunto incluido en el temario.
c. La elección de los encargados de suscribir el acta.
Finalmente, las mociones de orden son cuestiones puestas a consideración de la asamblea que hacen a un desarrollo correcto y
ordenado del acto. No tienen que estar incluidas en el orden del día. Todo participe del acto puede proponerlas, pero el presidente
es el que define si las somete a consideración del órgano. Un ejemplo es el paso a un cuarto intermedio.
QUORUM
El quorum es el porcentaje o numero de participes necesario para que un órgano se constituya y sesione válidamente.
En las sociedades anónimas, el calculo del quorum es distinto según si la asamblea es ordinaria o extraordinaria, como así también
si es en primera o segunda convocatoria.
DELIBERACIÓN
Reunido el quorum, el presidente pone a consideración los puntos del orden del día. Los accionistas tienen el derecho de deliberar
respecto de cada uno de ellos.
Aunque es un derecho (y no respetarlo puede dar lugar a la nulidad del acto), deliberar no es obligatoria. De haberlo, debería
constar en el acta.
El presidente de la asamblea es quien ordena la deliberación y quien asigna el tiempo para tratar cada tema. Entre otras, son reglas
elementales para los oradores las siguientes: a) que todos los participes puedan manifestarse; b) que hable uno a la vez; c) que
hablen sobre el tema de punto del orden del día; y d) que usen el tiempo en forma prudente, de acuerdo con la relevancia del tema
y al tiempo asignado a los restante oradores. El presidente cuenta con la facultad de apercibir o, incluso, expulsar a quien impida o
pretenda impedir el desarrollo de la asamblea.
Los partícipes pueden presentar manifestaciones escritas respecto de los punto del orden del día, también podrán hacerlo los
ausentes.
VOTACIÓN
El voto define la aprobación o el rechazo de las mociones consideradas en la asamblea.
El titular de mas de un voto no puede fraccionar su decisión. Todos sus votos deben ser emitidos en el mismo sentido o abstenerse
de emitirlos.
El presidente debe computar los votos, anunciarlos y definir si son suficientes para tener por adoptada la decisión del caso. Por
supuesto, la cuestión no puede ser votada nuevamente por la misma asamblea.
MAYORIAS
Las asambleas de las sociedades anónimas toman decisiones por mayoría, que se computan en función de los votos. En este
sentido, tanto para las asambleas ordinarias como para las extraordinarias, en principio, la mayoría requerida es la mayoría
absoluta de los votos presentes que puedan emitirse en la respectiva decisión. En ambos casos, el estatuto puede establecer una
mayoría que no sea la absoluta, sino una superior. Incluso, puede prever mayorías mas agravadas para ciertas resoluciones.
Algunas decisiones requieren una mayoría que no esta relacionada con los votos presentes, sino con el total de las acciones. La
mayoría exigida para todos estos casos es la de la mayoría de las acciones con derecho a voto. Por consiguiente, todas las acciones
con derecho a voto valen por un voto. Además, votan los titulares de las acciones con preferencia patrimonial que, por disposición
del estatuto, carezcan de voto. ‘cuales son las resoluciones a las que se aplica esta mayoría especial?
a. Transformación
b. Prorroga y reconducción
c. Disolución anticipada de la sociedad
d. Transferencia del domicilio al extranjero
e. Cambio fundamental del objeto
f. Reintegración total o parcial del capital
g. Fusión y escisión
h. Etc.
En estos casos, la mayoría es imperativa y no puede ser reducida.
No cuentan los accionistas que no pueden emitir su voto respecto de una decisión concreta. En cambio, si se computan los
accionistas presentes que deciden abstenerse voluntariamente. Supongamos una asamblea en la que hay 11 accionistas con una
acción con derecho a voto cada uno. De los 11, 5 votan a favor, 4 en contra y 2 se abstienen voluntariamente. En tal supuesto, la
resolución no habría obtenido la mayoría. No porque los abstenidos cuenten como negativos, sino porque la mayoría se computa
sobre el total. En consecuencia, eran necesarios 6 votos afirmativos. En cambio, si las 2 abstenciones no son voluntarias, sino por
una disposición legal o estatutaria, la mayoría se computa sobre 9 acciones presentes. Por consiguiente, la decisión habría sido
aprobada.
Por último, puede suceder que, para cada punto del orden del día, haya dos opciones: aprobar o no. Sin embargo, no todas las
decisiones son de este tipo. En ocasiones, las propuestas son tres o mas. Solo estará aprobada una de esas propuestas si alcanza la
mayoría absoluta. El punto es que, en ocasiones, es necesario tomar una decisión. Quizá la opción menos cuestionable para
resolver esta situación sea que el estatuto prevea una nueva votación entre las propuestas mas votadas. En tal caso, el ganador,
lograría la mayoría. En definitiva, al igual que con otras decisiones, si una moción no encuentra la mayoría, no es aprobada. Y si
la decisión es necesaria para la sociedad, y los socios no pueden llegar a un acuerdo, deberán buscar algún tipo de solución para
evitar la disolución.
SUSPENSIÓN DE LA ASAMBLEA
Distintas circunstancias pueden justificar que se suspenda la reunión para reiniciarla y concluirla posteriormente. El cuarto
intermedio implica solo sus suspensión. De allí que el temario a tratar sea el mismo y que solo puedan concurrir los accionistas
que cumplieron con todos los requisitos del art. 238 LGS.
ARTICULO 238. — Para asistir a las asambleas, los accionistas deben depositar en la sociedad sus acciones o un
certificado de depósito o constancia de las cuentas de acciones escriturales, librado al efecto por un banco, caja de
valores u otra institución autorizada, para su registro en el libro de asistencia a las asambleas, con no menos de tres
(3) días hábiles de anticipación al de la fecha fijada. La sociedad les entregará los comprobantes necesarios de
recibo, que servirán para la admisión a la asamblea.
Comunicación de asistencia.
Los titulares de acciones nominativas o escriturales cuyo registro sea llevado por la propia sociedad, quedan
exceptuados de la obligación de depositar sus acciones o presentar certificados o constancias, pero deben cursar
comunicación para que se los inscriba en el libro de asistencia dentro del mismo término.
Libro de asistencia.
Los accionistas o sus representantes que concurran a la asamblea firmarán el libro de asistencia en el que se dejará
constancia de sus domicilios, documentos de identidad y número de votos que les corresponda.
Certificados.
No se podrá disponer de las acciones hasta después de realizada la asamblea, excepto en el caso de cancelación del
depósito. Quien sin ser accionista invoque a los derechos que confiere un certificado o constancia que le atribuye
tal calidad, responderá por los daños y perjuicios que se irroguen a la sociedad emisora, socios y terceros; la
indemnización en ningún caso será inferior al valor real de las acciones que haya invocado, al momento de la
convocatoria de la asamblea. El banco o la institución autorizada responderá por la existencia de las acciones ante
la sociedad emisora, socios o terceros, en la medida de los perjuicios efectivamente irrogados.
Cuando los certificados de depósito o las constancias de las cuentas de acciones escriturales no especifiquen su
numeración y la de los títulos, en su caso, la autoridad de contralor podrá, a petición fundada de cualquier
accionista, requerir del depositario o institución encargada de llevar el registro la comprobación de la existencia de
las acciones.
La suspensión de la asamblea esta regulada bajo la denominación de “cuarto intermedio”. De la norma surgen sus características:
a. Es la asamblea de accionistas la que decide pasar a cuarto intermedio, no el presidente (aunque puede proponerlo).
b. No es necesario justificar la decisión.
c. Solo puede haber una suspensión por asamblea.
d. La reanudación tiene que realizarse dentro de los 30 días corridos siguientes a la suspensión.
e. Los únicos habilitados para participar en la asamblea reanudada son los accionistas que cumplieron con todos los
requisitos del art. 238 LGS.
f. Tanto la primera como la segunda reunión tendrán un acta propia.
La decisión de pasar a cuarto intermedio requiere la mayoría absoluta de los votos presentes.
Dos cuestiones importantes. La primera es que la previsión de labrar un acta para cada reunión apunta a que las definiciones ya
tomadas puedan ser ejecutadas (amen de la función probatoria propia del acta). La segunda, que la forma no prevé un tiempo
mínimo de suspensión para que califique como cuarto intermedio, pero es bastante intuitivo, por ejemplo, es obvio que los
descansos breves o las autorizaciones para conferenciar en privado entre los accionistas no tendrían que se considerados como
cuarto intermedio.
ASAMBLEA UNANIME
Las numerosas reglas previstas para las asambleas de las sociedades anónimas tienden, fundamentalmente, a proteger los derechos
de los accionistas. Sin embargo, en muchas sociedades hay pocos socios o existe entre ellos la familiaridad suficiente como para
no cumplir con todo el trámite típico de estas reuniones. Para atender a estas u otras circunstancias, están previstas las asambleas
unánimes.
La asamblea podrá celebrarse sin publicación de la convocatoria cuando se reúnan accionistas que representen la
totalidad del capital social y las decisiones […] se adopten por unanimidad de las acciones con derecho a voto (art. 237,
último párrafo).
De acuerdo con la norma, para que la resolución sea valida tienen que darse dos condiciones: a) que estén reunidos todos los
accionistas y b) que la decisión sea aprobada por la totalidad de los accionistas titulares de acciones con derecho a voto.
En cuanto al requisito mencionado en a), la norma demanda que estén todos los socios presentes. Eso incluye tanto a los que
carecen de votos, como también los que tienen sus derechos en suspenso.
En una asamblea de la que participan todos los accionistas, estos pueden tratar mas de un punto. No es imprescindible aprobar
cada uno de ellos por unanimidad para la validez del acto.
La asamblea unánime es valida para tomar cualquier tipo de decisión. Por lo tanto, es aplicable a las asambleas ordinarias o
extraordinarias.
La validez de la asamblea unánime no implica que también lo sea la asamblea convocada por la propia asamblea de accionistas.
Si un accionista debe abstenerse de votar, no es computado entre los votos necesarios para obtener la unanimidad. Si cuando la
abstención sea voluntaria.
1. Una sostiene que la convocatoria es necesaria. Literalmente, la norma referida a la asamblea unánime solo exime de
publicar la convocatoria. Por lo tanto, algún órgano habilitado tendría que realizar la convocatoria. Si no, la asamblea
unánime no será válida. Además, hace hincapié en la idea de que la asamblea no es soberana. Por consiguiente, no puede
involucrarse en competencias que la ley asigna a otros órganos de la sociedad.
2. Otra sostiene que la asamblea puede autoconvocarse. La convocatoria en este supuesto seria un excesivo e inútil
formalismo. No tendría sentido invalidar el acto porque no hay perjuicio. Se añade, además, que el art. 158 del ccycn
permite la autoconvocatoria.
Los integrantes de los otros órganos según el art. 240 tienen derecho y obligación de asistir con voz a todas las asambleas.
Nuevamente caeríamos en excesos si invalidásemos la asamblea a pesar de que los mismos accionistas consideraron que podían
prescindir de la presencia de los integrantes de los otros órganos.
Supongamos, que la presencia de estos sujetos es relevante para que puedan cumplir acabadamente sus funciones o por el bien de
la sociedad. Aunque no sea necesario notificarlos, si hay que adecuar sus derecho su obligaciones a esta situación particular. La
otra, es exigir que sean notificados antes de la asamblea. De estar notificados, no parece que pueda haber perjuicio alguno para la
sociedad o cualquiera de sus integrantes.
ASAMBLEAS ESPECIALES
El estatuto puede prever acciones con derechos diferentes (por ejemplo, que algunas tengan una preferencia patrimonial, otras un
privilegio en el voto y otras ninguna de estas características particulares), siempre que confieran los mismos derechos dentro de la
misma clase. El medio por el cual los accionistas titulares de las acciones de una determinada clase dan la conformidad es a través
de una asamblea especial. Un supuesto de asamblea especial previsto legalmente es el de la elección de directores por categoría.
No solo hay asambleas especiales cuando una decisión del órgano de gobierno afecta las acciones; algunas tienen por objeto que
los accionistas de la clase puedan ejercer sus derechos, como es el caso de la elección de los directores de clase o para la elección
de síndicos.
El art. 250, se establece que el presupuesto para que proceda una asamblea especial es que una decisión del órgano de gobierno de
la sociedad afecte los derechos de una clase de acciones. Aunque no haga indirecta o mínimamente.
Por otra parte, no es necesario que la conformidad sea previa a la asamblea general de accionistas que tomara la decisión que
afecta a la clase. En su caso, esta resolución quedaría condicionada a la ratificación de la asamblea especial. En todos los casos, la
conformidad de la asamblea especial es esencial para la validez de la decisión de la asamblea general. De allí que un vicio en
aquella anula esta también.
ACTAS
La asamblea de accionistas es un acto presencial y verbal. Por diversos motivos, es conveniente tener una constancia escrita de
ella. Son instrumentos privados, formales, escritos y no solemnes que establecen una relación escrita de las deliberaciones y
resoluciones sociales. De los arts. 73 y 249 de la LGS surgen las siguientes previsiones:
a. La sociedad tiene que tener un libro especial en el que asentar las actas de las deliberaciones de los órganos colegiados.
b. El libro de actas debe contar con las formalidades de los libros de comercio.
c. Las actas tienen que estar confeccionadas y firmadas dentro de los 5 días de terminado el acto asambleario.
d. Las actas deben tener la firma del presidente y de los socios designados a tal efecto.
e. En las actos tienen que constar un resumen de las manifestaciones hechas en la deliberación, las votaciones y sus
resultados, con expresión completa de las decisiones tomadas.
f. Todo accionista puede solicitar una copia firmada del acta, a su costa.
Las actas se incorporarán en orden correlativo según la fecha de celebración y no pueden tener raspaduras, enmiendas o
agregados, a menos que estén expresamente salvados. Además, el libro de actas, pueden sustituirse por ordenadores u otros
medios mecánicos, magnéticos o electrónicos.
En cuanto al contenido del acta, es razonable que no haya una transcripción textual de todo lo hablado, pero si debe estar claro lo
dicho, en esencia, por cada participe del acto. También es posible anexar escritos presentados por los intervinientes o recurrir a
otros mecanismos que constaten lo ocurrido. Estos últimos no suplantan al acta, aunque pueden servir como prueba del acto.
Los responsables de confeccionar y firmar las actas son los accionistas designados al efecto y el presidente de la asamblea. El
tema suele incluirse como primer punto del orden del día. No obstante, no es imprescindible que figure en este para la validez de
la decisión.
DERECHO DE RECESO
El derecho de receso es dado a los accionistas disconformes con una resolución de la asamblea. Mediante una manifestación
unilateral de voluntad, esos accionistas pueden extinguir su vinculo social, con derecho al reembolso del valor de su participación.
Si, por cualquier motivo, el derecho de receso es inconveniente para la sociedad, la decisión que lo provoco puede ser revocada.
Esto conlleva que la manifestación de voluntad de retiro quede sin efecto.
Es nula toda disposición que excluya el derecho de receso o agrave las condiciones de su ejercicio. La renuncia genérica al
derecho de receso es invalida.
Supuestos especiales.
Cuando se tratare de la transformación, prórroga o reconducción, excepto en las sociedades que hacen oferta
pública o cotización de sus acciones; de la disolución anticipada de la sociedad; de la transferencia del domicilio al
extranjero, del cambio fundamental del objeto y de la reintegración total o parcial del capital, tanto en la primera
cuanto en segunda convocatoria, las resoluciones se adoptarán por el voto favorable de la mayoría de acciones con
derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad de voto. Esta disposición se aplicará para decidir la fusión y la escisión,
salvo respecto de la sociedad incorporante que se regirá por las normas sobre aumento de capital.
Derecho de receso.
ARTICULO 245. — Los accionistas disconformes con las modificaciones incluidas en el último párrafo del
artículo anterior, salvo en el caso de disolución anticipada y en el de los accionistas de la sociedad incorporante en
fusión y en la escisión, pueden separarse de la sociedad con reembolso del valor de sus acciones. También podrán
separarse en los pasos de aumentos de capital que competan a la asamblea extraordinaria y que impliquen
desembolso para el socio, de retiro voluntario de la oferta pública o de la cotización de las acciones y de
continuación de la sociedad en el supuesto del artículo 94 inciso 9).
Titulares.
Sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 244 para la determinación de la mayoría, el derecho de receso sólo
podrá ser ejercido por los accionistas presentes que votaron en contra de la decisión, dentro del quinto día y por los
ausentes que acrediten la calidad de accionistas al tiempo de la asamblea, dentro de los quince (15) días de su
clausura. En los supuestos a que se refiere el párrafo anterior, el plazo se contará desde que la sociedad comunique
la denegatoria o el desistimiento mediante avisos por tres (3) días en el diario de publicaciones legales y en uno de
los que tenga mayor circulación en la República.
Caducidad.
El derecho de receso y las acciones emergentes caducan si la resolución que los origina es revocada por asamblea
celebrada dentro de los sesenta (60) días de expirado el plazo para su ejercicio por los ausentes; en este caso, los
recedentes readquieren sin más el ejercicio de sus derechos retrotrayéndose los de naturaleza patrimonial al
momento en que notificaron el receso.
Las acciones se reembolsarán por el valor resultante del último balance realizado o que deba realizarse en
cumplimiento de normas legales o reglamentarias. Su importe deberá ser pagado dentro del año de la clausura de la
asamblea que originó el receso, salvo los casos de retiro voluntario, desistimiento o denegatoria de la oferta pública
o cotización o de continuación de la sociedad en el supuesto del artículo 94, inciso 9), en los que deberá pagarse
dentro de los sesenta (60) días desde la clausura de la asamblea o desde que se publique el desistimiento, la
denegatoria o la aprobación del retiro voluntario.
Por último, el estatuto puede prever otros motivos que den lugar al derecho de receso.
El accionista tiene que realizar una manifestación fehaciente de que ejerce el derecho de receso. Es un acto no solemne. Incluso
podría ser verbal.
Por último, el derecho de receso es indivisible. El accionista, de usarlo, tiene que hacerlo con el total de sus acciones.
El plazo es de días corridos y empieza a contarse desde el día siguiente al de la clausura de la asamblea.
Una situación particular es la de la asamblea que es suspendida y pasa a un cuarto intermedio. En tal circunstancia, es probable
que la decisión que motiva el receso haya sido tomada en la primera reunión. ¿El plazo corre desde esta o desde que termina la
segunda? La cuestión no esta aclarada en la ley, pero ambos actos son una unidad, con lo cual, el plazo empieza a correr desde la
clausura de la segunda asamblea.
Llevando a un caso concreto, el accionista recedente no tiene derecho de asistir a la asamblea que considerará el balance con el
cual se valuarán sus acciones. Si podrá, en su caso, impugnar la validez de esa resolución.
Una situación particular es la de las resoluciones tomadas por el órgano de gobierno antes de que la sociedad revoque la decisión
que dio lugar al receso. De acuerdo con lo dicho, el accionista no puede participar en ellas. Sin embargo, puede suceder que los
otros accionistas aprovechen esta situación para tomar decisiones que afecten al socio recedente. En su caso, si hubiese una
vinculación entre la revocación de la decisión que dio pie al ejercicio del derecho de receso y la decisión tomada durante el lapso
en el cual el socio recedente no pudo asistir a las asambleas, habría que evaluar la licitud de la primera.
El accionista que ejerce el derecho de receso tiene derecho a que le paguen el valor de sus acciones.
El criterio adoptado por la ley es que hay que reembolsar la participación por el valor resultante del ultimo balance realizado o que
deba realizarse en cumplimiento de normas legales o reglamentarias. La sociedad tiene que pagar dentro del año de la clausura de
la asamblea que origino el receso. Como excepción, en los casos de retiro voluntario, desistimiento o denegatoria de la oferta
pública o cotización o de continuación de la sociedad en el supuesto del art. 94, el pago tiene que ser hecho dentro de los 60 días
desde la clausura de la asamblea o desde que fue publicado el desistimiento.
La forma de valuar las acciones y el pago puede ser regulado de otro modo en el estatuto, pero nunca en detrimento del accionista
que ejerce el derecho de receso.
En principio, el pago tiene que ser en dinero en efectivo, salvo una previsión distinta del estatuto o un acuerdo con el accionista.
Los intereses corren desde que se notifica el ejercicio del derecho de receso.
Hasta vencidos los 60 días para que la sociedad revoque la decisión asamblearia, el accionista no puede reclamar el pago.
La norma descarta la idea de que los accionistas puedan exigir balances especiales para hacer la valuación.
Entonces, el balance realizado es el confeccionado en fecha inmediatamente anterior al ejercicio del derecho de receso, cualquiera
sea su naturaleza. Si los estados contables están al día, de allí surgirá el valor de las acciones. No obstante, es posible que no sea
así. En tal caso, el valor resultara del balance que debe realizarse para regularizar la situación.
La formula actual tiene aspectos positivos. Los estados contables reflejan la situación patrimonial de la persona jurídica y
permiten tener una idea razonable del valor de la empresa. Particularmente, al accionista insatisfecho, que puede analizar la
conveniencia de ejercer su derecho de receso a sabiendas del valor de sus acciones. Otro tanto para el resto de los accionistas, que
pueden evaluar la revocación de la decisión con conocimiento del valor que pagara la sociedad.
a. Los legitimados activos son los accionistas que no votaron favorablemente, los integrantes de otros órgano de la sociedad
y la autoridad de contralor.
b. La legitimada pasiva es la sociedad.
c. La resolución de la asamblea puede ser suspendida preventivamente mediante una medida cautelar si no hay perjuicios a
terceros.
d. Todas las acciones de impugnación tienen que acumularse.
e. Hay un plazo de tres meses para instar la acción de impugnación.
f. Responden por las consecuencias dañosas de la asamblea impugnada los accionistas que votaron favorablemente y los
integrantes de los otros órganos que no hayan obrado debidamente para evitar el perjuicio.
g. La resolución impugnada puede ser revocada por otra asamblea de accionistas.
CAUSAS DE NULIDAD
Literalmente, la acción de impugnación solo procedería cuando hay una resolución que viola la ley, el estatuto o el reglamento.
Las distintas causas de impugnación se pueden ordenar en las siguientes categorías:
a. Vicios en la convocatoria.
b. Vicios en la constitución.
c. Vicios en la deliberación.
d. Vicios en la votación.
e. Vicios en el contenido de la decisión.
LEGITIMACION
Legitimación activa
Los accionistas son los principales interesados en impugnar las asambleas. Sin embargo, no todos ellos están legitimados para
hacerlo. Puntualmente, el accionista que voto a favor de la resolución impugnada no puede iniciar la acción social de
impugnación, salgo que su voto haya sido motivado por un vicio de la voluntad.
Quienes si pueden impugnar son los accionistas que no votaron favorablemente y los ausentes que pueden acreditar la calidad de
socios a la fecha de la decisión impugnada.
El texto legal establece que el derecho de impugnación es personal e intransmisible. Por consiguiente, el sucesor de las acciones
no puede impugnar la asamblea.
Además de los accionistas, pueden impugnar los directores, síndicos y consejeros, y la autoridad de contralor.
Aunque no haya un perjuicio, el incumplimiento de sus deberes puede justificar una remoción con causa.
Los órganos de la sociedad, cuando son plurales, actúan de acuerdo con lo decidido en sus reuniones. No obstante, en la
impugnación, la legitimación es individual.
Es claro, que la acción podría ser iniciada por la minoría de los directores o consejeros.
Legitimación pasiva
La asamblea es un acto de un órgano de la sociedad. Es lógico que la demanda sea dirigida contra esta, el directorio es el que
defenderá la validez del acto. Sin embargo, cuando la acción es promovida por la mayoría de los administradores o miembros del
consejo de vigilancia, los socios que votaron favorablemente deben designar por mayoría un representante ad hoc en una asamblea
especial convocada a tal efecto.
PLAZO
El plazo corre desde la clausura de la asamblea. Cuando hay un cuarto intermedio, la clausura se produce al finalizar la segunda
reunión. Cuentan los días corridos.
PROCEDIMIENTO
El juez competente es el del domicilio de la sociedad y el juicio tramita por el procedimiento sumario.
Ante una asamblea nula, muchos pueden ser los interesados en lograr que así sea declarada. Para unificar el juzgamiento de la
licitud del acto, está prevista una acumulación obligatoria de todas las causas.
SUSPENSIÓN DE LA RESOLUCION
Las resoluciones de las asambleas son obligatorias para todos los accionistas y deben ser cumplidas por el directorio. Dado que la
ejecución de lo resuelto puede provocar perjuicios irreparables la ley societaria establece la medida cautelar de suspensión
preventiva.
a. Los legitimados activos, obviamente, son los mismos que están autorizados para iniciar la acción principal de
impugnación.
b. Dos requisitos típicos de las medidas cautelares son la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora.
c. Otro aspecto que debe ponderar el tribunal es que la suspensión no produzca perjuicios a terceros.
d. El último requisito previsto en la norma es típico de las medidas cautelares: la prestación de una contracautela para
asegurar el pago de los posibles daños provocados por la suspensión de a asamblea.
EFECTO DE LA NULIDAD
La regla general es que la nulidad vuelve las cosas al mismo estado en que se hallaba antes del acto declarado nulo y obliga a las
partes a restituirse mutuamente lo que han recibido.
La nulidad del acto tiene efecto retroactivo para la sociedad, los socios y todos los integrantes de sus órganos. Sin embargo, la
nulidad no puede efectuar a los terceros de buena fe que adquirieron derechos por la ejecución del acto impugnado. Si no es
posible la restitución por este motivo, solo quedara la posibilidad de la reparación de los daños.
Es posible declarar la nulidad parcial, esto sucede, por ejemplo, cuando un socios con interés contrario voto un punto del orden del
día, y es impugnado solo este y no los restantes.
LEGITIMACION ACTIVA
Los accionistas que votaran favorablemente las resoluciones que se declaren nulas, responden ilimitada y solidariamente de las
consecuencias de las mismas, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponda a los directores, síndicos e integrantes del
consejo de vigilancia.
Cuando se ve agravado el accionista que inicia la acción de impugnación el daño puede ser particular o de la sociedad. Si el daño
es de la sociedad puede ir contra los mencionados en el art. 254 parr. 1. Si es particular, contra todos estos y la sociedad, ya que el
acto nulo le es imputado porque fue realizado por su órgano.
Sobre los terceros damnificados por la asamblea nula responden los socios por las consecuencias de la sociedad. El daño a un
tercero es una consecuencia de la resolución nula y la disposición no tiene las limitaciones en materia de legitimación activa del
art. 251 de la LGS.
LEGITIMACION PASIVA
En cuanto a los accionistas, el responsable es el titular del voto. No es la calidad de socio lo que define la responsabilidad, sino el
acto de votar.
Con respecto a los integrantes de otros órganos, la disposición es amplia y permite abarcar cualquier motivo por el cual, sus
acciones u omisiones han colaborado para que la asamblea nula provocase perjuicios.
Las acciones contra los legitimados pasivos pueden acumularse. No obstante, deben estar claramente delimitadas y fundadas en
cada caso.
PRESCRIPCION
El plazo de prescripción de las acciones de responsabilidad es de 3 años.
REVOCACION DE LA RESOLUCION
La sociedad no esta obligada a defender la validez de la asamblea. El paso del tiempo puede agravar los daños de la resolución
nula. A tal efecto, esta puede ser revocada por una resolución posterior del mismo órgano de gobierno. En tal caso, la pretensión
del juicio será abstracta. Por lo tanto, no precedería la iniciación o continuación del proceso.
La revocación de la resolución tiene efecto desde que es dictada. No obstante, todo perjuicio provocado por la resolución nula
tiene que ser reparado. De allí que la disposición establezca que subsiste la responsabilidad por los efectos producidos o que sean
su consecuencia directa.