Eliane Escoubas. ¿A Qué Llamamos Traducir?
Eliane Escoubas. ¿A Qué Llamamos Traducir?
Eliane Escoubas. ¿A Qué Llamamos Traducir?
2006 (129-145)
Eliane Escoubas
1
«Beim übersetzen, handelt es sich aber nicht nur darum, was jeweils,
sondern aus we1cher Sprache in we1che Sprache, übersetzt wird»,
Der Satz vom Grund, Neske, Pfullingen - 1977, p 163. Trad. Le
Principe de raison, Gallimard, Paris - 1962, p 213.
2
«Gilt eine Ubersetzung den Lesem, die das Original nicht verstehen?» –Die
Aufgabe des Ubersetzers, in Illuminationen, Suhrkamp, Frankfurt– 1977,
p 50. Trad. La Tâche du traducteur, in recueil Mythe et violence, trad. M. de
Gandillac, Denoël, Paris - 1971, p 261; trad. modificada.
129
«En la lengua, la individualización al interior del acuerdo
general es tan admirable que es tan exacto decir que la
especie humana en su conjunto no posee sino una sola y
única lengua, como decir que cada hombre posee una
lengua particular»
Humboldt, Introducción a la obra sobre el Kavi, § 123
3
Uber die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbaues, llamada de
manera más común: Einleitung zum Kawi-Werk, in Werke - Cotta,
Stuttgart - Band III, 1979 - respectivamente p 424 et p 559. Trad. de
P. Caussat: lntroduction à l’oeuvre sur le Kavi et autres essais, Seuil,
París - 1974, respectivamente p 188 et p 322; trad. modificada.
Nuestras referencias de páginas son hechas en relación al texto
alemán; el lector podrá remitirse fácilmente a la traducción francesa
donde la paginación de la edición alemana aquí utilizada se indica en
los márgenes.
130
proximidad– que pone en el centro del pensamiento, de la
filosofía y su historia, un proceso de «traducción original»,
renovado en cada «época», tiene su raíz en la teoría humboldtiana
del «sentido de la lengua» y/o de la Bildung, esta es mi hipótesis
de trabajo.
4
Subrayemos que Heidegger se refiere explícitamente a Humboldt en
Sein und Zeit, § 34, así como, de manera más extensa, en el texto de
1959: Der Weg zur Sprache (in Unterwegs zur Sprache, Neske,
Pfullingen-1979, pp 246-249). Trad. Le chemin de pensée, in
Acheminement vers la parole, Gallimard, Paris-1976, pp 232-235. En
cuanto a Benjamin, él habla en diversos momentos, en su
correspondencia con Scholem (principalmente el 21 julio de 1925) y
con Hofmannsthal (el 2 agosto de 1925) del pedido que le hizo el
director de la Bremer Presse, de una edición de textos escogidos de
Wilhem von Humboldt. Ver Correspondance, Aubier, Paris - 1979, trad.
Guy Petitdemange, tome I, pp 363-364 et p 366.
131
Heidegger y Benjamin
1. HEIDEGGER
5
Heidegger: Parmenides - Gesamtausgabe, Band 54, Klostermann,
Frankfurt - 1982. Benjamin: Die Aufgabe der Ubersetzers, in Schriften
en 2 vol.: Band I, Suhrkamp, Frankfurt - 1955 - o bien en
Illuminationen (para este referencia así como para aquella de la
traducción francesa, véase nuestra nota 2 más arriba).
132
modo la «mutación de la esencia de la verdad». Traducción
deviene para Heidegger el nombre de la historia de la filosofía,
sucediéndose así al tema de la «destrucción de la historia de la
ontología», enunciado en Ser y Tiempo. Traducción nombra lo
impensado de la historia de la filosofía. En este despliegue hay
que resaltar 3 momentos: el Parménides (1942-43) en el que se
desarrolla la pregunta por la mutación de la esencia de la verdad:
Alêtheia / Veritas paso de la palabra griega a la palabra latina.
Este momento se repite a inicios de los años 50 en A qué
llamamos pensar (que reúne sintomáticamente un curso sobre
Parménides y un curso sobre Nietzsche); luego, nuevamente en
1956, en El Principio de Razón, en el seno de la articulación
«traducción-tradición» (UbersetzungUberlieferung), donde se
explicita la doble consideración (la lengua de la cual uno traduce
y la lengua en la cual uno traduce) en la que se plantea que ella
importa tanto como aquello que uno traduce. Lo que significa
que aquello que uno traduce no es en absoluto un «afuera» de
este «entre-dos lenguas».
133
su propia palabra. Hablar y decir son en sí un traducir
cuya esencia no se agota de ningún modo en el hecho que
la palabra a traducir y la palabra traducida pertenecen a
lenguas diferentes. En todo diálogo y todo monólogo reina
un traducir original (ursprüngliches Ubersetzen). Por ello,
nosotros no sólo comprendemos el proceso por el cual
reemplazamos (ersetzen) un giro por otro de la misma
lengua y usamos la «reformulación» («Umschreinbung»).
El cambio (Wechsel) en la elección de una palabra es la
consecuencia de que, lo que está por decir, aquello ya se
ha trans-puesto (über-gesetz) para nosotros en otra verdad,
otra claridad y otra capacidad de cuestionamiento. Esta
transposición puede producirse sin que la expresión verbal
cambie. La obra de un poeta, el ensayo de un pensador
depende de su palabra propia, única y singular. Esta
novedad de la palabra nos trans-pone (setzt...über) cada
vez sobre una nueva ribera. La así llamada traducción
(Ubersetzen) y reformulación no es sino la continuación
de la transposición (Ubersetzen) de nuestro ser en su
totalidad en el dominio de una verdad que ha cambiado.
No es sino cuando nos hemos prestado a esta transposición
(Ubersetzen) que nosotros nos preocupamos por una
palabra. Es solo a partir de esta atención así establecida
frente a la lengua que nosotros podemos emprender la
tarea mucho más fácil y mucho más limitada de traducir
una palabra extranjera en una palabra propia.
Por otro lado, la traducción de nuestra propia lengua, en
su palabra más propia, es siempre lo más difícil. Así por
ejemplo, la traducción de una palabra de un pensador
alemán en la lengua alemana es particularmente difícil,
porque aquí un prejuicio tenaz supone que nosotros
comprenderíamos de por sí la palabra alemana porque
ella pertenece a nuestra propia lengua, mientras que, por
el contrario, en la traducción de una palabra griega,
nosotros debemos antes que nada comenzar a aprender
la lengua extranjera. Pero en qué medida y por qué todo
hablar y todo decir es un traducir original (ursprüngliches
Ubersetzen) al interior de su propia lengua y qué significa,
134
en este contexto, propiamente «traducir» («Ubersetzen»),
no puede ser discutido aquí de forma más detallada. Tal
vez nosotros encontraremos en algún momento en la
continuación de esta lección introductoria sobre la
alêtheia, la ocasión de tener un poco de esta experiencia»
135
Segundo Motivo. Las tres figuras de la traducción,
expresadas en tres temas:
- Ubertragung: paso de una lengua a otra lengua,
transferencia que apela a la substitución y
equivalencia - donde la lengua es considerada como
un soporte separable. Aquí prevalece la función de
significación de la lengua y su repetibilidad,
idealmente indemne de toda pérdida o
transformación, en la traducción «entre-dos-
lenguas».
- Umschreibung: paso de lo propio a lo figurado,
reformulación donde lo figurado puede a su vez
devenir lo propio de un otro figurado; es el modo
retórico de la lengua.
- Umdeutung: reinterpretación; citemos: «es a través
de la reinterpretación (Umdeutung) romana de la
esencia del hombre, tal como ella aparece en la
experiencia griega, que, a partir del logos, es decir
de la palabra, la ratio ha acontecido» (p.101) La
lengua es aún aquí un soporte separable, pues
cambia (wandelt) el sentido mientras que las
«expresiones» permanecen comparables y
substituibles (por ejemplo: alêthéia, en griego,
veritas en latin, Warheit en alemán). Es aquí que
se articula la «mutación de la esencia de la verdad»,
que Heidegger designa como «el acontecer
propiamente dicho» (das eigentliche Ereignis) de la
historia de la ontología.
136
una doble distinción: aquella entre designación y significación,
de un lado, y significación e intuición, por otro. Siempre atrapada
en esta doble desproporción, la significación deviene en Husserl
ideal, a tal punto que es en el soliloquio, descrito por Husserl
como aquel momento en el cual la expresión es inútil, que la
significación encuentra su lugar privilegiado (cf. Investigaciones
lógicas)). En oposición a este análisis husserliano, encontramos
la fórmula ya citada de Heidegger en El principio de razón:
«Cuando traducimos, se trata de saber, no solo aquello que se
traduce, sino también de qué lengua y en qué lengua se lo
traduce». Lo que quiere decir: no existen significaciones ideales,
sino significaciones inscritas en una lengua.
2. BENJAMIN
137
Así la relación lengua-traducción, como relación de las lenguas
«entre ellas», es inaugurada con la desaparición de la idea de
expresión y comunicación.
138
otro modo: la traducibilidad es la esencia del original, es decir,
que ella es la esencia de todo texto. No existe texto sin
traducibilidad. Al mismo tiempo, con la traducibilidad esencial,
el texto conlleva su parte esencial de intraducibilidad, sin la
cual no se distinguiría de ningún otro texto, ni se distinguiría el
texto original de su traducción. La ley de la traducción expresa
así la conexión de las lenguas -que es conexión de vida
(Zusammenhang des Lebens). Las lenguas no están entre ellas
en una relación de equivalencia y de substitución, sino en una
relación de conexión: ésta es la diferencia de las lenguas. Esta
conexión es parentesco, proximidad, en una palabra: historia -y
ella responde a un principio de «continuación» (Fortleben) y no
a un principio de conservación; la traducción es operador de
historicidad. Así, la tarea del traductor se presenta, podría
decirse, como la tarea del historiador; ella consiste en medir la
separación (proximidad o lejanía) entre las lenguas: ella también
está siempre desgarrada entre fidelidad y libertad.
Retorno a Humboldt
139
texto de Humboldt no es un texto que trate explícitamente sobre
la «traducción»; su temática explícita es la «comparación de las
lenguas». Así pues, es de otra forma, bajo otro nombre, y que
gobierna en toda su extensión el análisis, que la traducción
aparece en el texto humboldtiano: ella aparece como «el principio
de vida de la lengua» (das Lebensprinzip der Sprache). La
«traducción» coincide con «el principio de vida de la lengua».
140
2) La paradoja de la traducibilidad y de la intraducibilidad
se desprende de ello. Traducibles en esencia, las lenguas son
insustituibles (intraducibles). De ahí la refutación humboldtiana
de una sinonimia entre las lenguas: de una lengua a otra, no
existen sinónimos; por ejemplo: hippos no es equus, lo que no es
Pferd, que no es cheval. Esto quiere decir que la diversidad de
las lenguas no puede ser «reconducida» o «superada» a partir de
la noción de significación; el concepto constitutivo de la «lengua»
no es la significación sino la Bildung como «formación del
hombre». El texto humboldtiano invalidada, de este modo, una
doble función instrumental de la lengua: una función de
comunicación (la lengua, escribe Humboldt, no es ni un útil-
Werkzeug-ni un medio de intercambio -Austauschungsmittel), y
una función de designación: la lengua no es una nomenclatura.
Él invalida, pues, toda estrategia de traducción concebida como
un sistema de equivalencias. Este es el porqué la lengua, en
Humboldt, no duplica, para designarlo, un mundo ya dado; ella
misma es un «mundo»: un «verdadero mundo», escribe Humboldt
(§ 31, p.567). El «verdadero mundo» es el mundo de una lengua.
Así, una lengua se relaciona con otra lengua, y no en primera
instancia con un afuera-lingüístico que sería común a las dos
lenguas.
141
todos estos pasos que se instaura la noción de «traducción» como
esencia de la lengua. Replegada sobre aquello que le es propio
(el idioma: aquello mismo que Humboldt designa como la
«individualidad» o mónada) cada lengua se expone, sin embargo
a otra lengua, se expone a la traducción. La traducción
(Ubersetzung) es esta exposición (Darstellung) que tiene lugar
como Versetzung (desplazamiento-transposición). El juego de
Versetzung-Ubersetzung implica una definición de la lengua como
movilidad esencial, como no-substancialidad: «captada en su
esencia real, la lengua es algo que, permanentemente y a todo
momento, es transitoria» -etwas Vorübergehendes (§ 12, p.418).
Es por eso que una lengua siempre es «móvil», siempre en
actividad: ella es energeia y no ergon (obra acabada, fijada). Tal
es el «principio de vida» de las lenguas, a lo que Humboldt
denominará: «el trabajo de desplazamiento-transposición del
espíritu» (die versetzende Arbeit des Geistes).
142
lengua particular» (§ 12 - p.424). Es aquello que Humboldt llama
el «sentido de la lengua» (Sprachsinn): Humboldt habla de un
«presentimiento instintivo» –ein instinctartiges Vorgefuhl– que
hace que un hablante reconozca sin duda, ante una lengua
completamente desconocida para él, una lengua y no simples
vociferaciones. Y el mismo «sentido de la lengua» capta
paradójicamente también una inagotable diversidad de las
lenguas. De aquí las dos propiedades opuestas de una «misma»
lengua: de dividirse (sich teilen) y de unificarse (sich vereinigen)
que explica la cita que he puesto en mi epígrafe: «Las dos
propiedades opuestas de una lengua: dividirse, en tanto que una
sola y misma lengua de una misma nación, en una pluralidad
indefinida; y, en tanto dicha pluralidad, de unificarse, frente a
las lenguas de otras naciones, en una sola y misma lengua con
un carácter determinado» (§ 31, p.559)
DOS PRECISIONES:
143
de las lenguas en Benjamin? Particularmente cuando Humboldt
escribe: «la individualidad completa del locutor es, pues, a través
de la lengua transferida a otro, no para reprimir la
individualidad propia de este, sino para formar a partir de la
individualidad extranjera y de la suya propia una oposición
nueva y fructífera» (§ 31, p. 569)
144
Retorno pues de Heidegger y Benjamin hacia Humboldt.
¿Que significa este retorno?
- lo impensado en Heidegger
- la historia en Benjamin
- la Bildung o cultura en Humboldt
145