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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO COMO PREMISA EN LA LEY SUBJETIVA


PENAL EN VENEZUELA.
Trabajo de Grado como Requisito para optar al Grado de Especialista en Penal y
Criminología

Autor: Rafael Grau.


Tutor: Msc. Jesús Antonio Urbáez

San Fernando, Agosto 2019.


ii

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

ACEPTACIÓN DEL TUTOR

Yo, JESÚS ANTONIO URBÁEZ PERALES, cédula de identidad Nº V-8.807.722,


hago constar que he leído el Anteproyecto del Trabajo de Grado, titulado:
ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO PREMISA EN LA LEY SUBJETIVA PENAL
EN VENEZUELA, presentado por el ciudadano: RAFAEL GRAU, para optar al
título de: Especialista en Derecho Penal y Criminología y acepto asesorar al
estudiante, en calidad de tutor, durante el periodo de desarrollo del trabajo hasta su
presentación y evaluación.
En la ciudad de San Fernando, a los 14 días del mes de agosto del año 2019.

Nombre y Apellido: Msc. JESÚS ANTONIO URBÁEZ PERALES

______________________ _

Firma de Aprobación del tutor

Fecha de entrega: _________________


iii

AGRADECIMIENTO

Dios, tú que siempre has sido mí guía te doy las gracias por estar a mi lado durante

todo el camino y haber hecho realidad una meta tan importante en mi vida.

A mi madre y familia, por darme su apoyo incondicional y quienes me guiaron en el

mejor de los caminos orientado hacia el progreso, por tal motivo le pido a Dios que

les de vida y gran felicidad.

A mis amigos, por el gran apoyo moral e incondicional en la realización de una mis

metas como es lograr el grado de Especialista como una formación académica en el

desarrollo y crecimiento del conocimiento.

A los Profesores, que por su gran aporte del conocimiento a la formación académica e

instrucción en los valores orientados al logro de las metas.

Al profesor Dr. Carlos Blanco, por ser mi guía en el desarrollo del trabajo y quien me

brindo todo el apoyo incondicional para el seguimiento de la investigación, basándose

en sus conocimientos y experiencias docentes.

Dios los bendiga a todos.


iv

DEDICATORIA.

En primer lugar a Dios todo poderoso, por ser quien me ha guiado y abierto

los caminos necesarios para el cumplimiento de tan valiosa meta, a ti mi Dios va

dedicado todo el esfuerzo materializado en este trabajo, Gracias Dios porque contigo

todo y sin ti nada.

A mis padres los cuales me han formado y son ellos quienes han logrado este

éxito, en especial a mi madre quien ha sido pilar fundamental de mi vida gracias a su

enorme sacrificio, a sus consejos, gracias por tanto padres amados, a ustedes debo lo

que tengo y quién soy.

A Mis hermanos quienes han cumplido un papel significante en todo este

camino, dándome fuerzas para seguir adelante, dándome apoyo y llenándome de

mucha paciencia y constancia, gracias a ellos por esto.

A mis hijos (as), por ser la fuente de inspiración para el logro de mis metas

A todos mis compañeros de la Especialización de Derecho Penal y

Criminología.

Rafael Grau.
v

ÍNDICE GENERAL
pp.
ACEPTACION DEL TUTOR…………………………………………….. ii
AGRADECIMIENTO………..…………………………………………….. iii
DEDICATORIA……………………………………………………………. iv
INDICE……………………………………………………………………… v
RESUMEN………………………………………………………………… vi
Introducción……………………………………………………………….. 01

Capítulo I
El Problema
Planteamiento del Problema……………………………………………….. 03
Objetivos de la Investigación……………………………………………… 07
Objetivos general……………………………………………………….. 07
Objetivos específicos…………………………………………………... 07
Justificación de la Investigación……………………………………… 07
Capítulo II
MarcoTeórico
Antecedentes de la Investigación…………………………………………... 09
Constructos Teóricos……………………………………………………...... 12
Principio de Legalidad……………………………………………………… 23
La Carga de la Prueba……………………………………………………… 30
Teorías que Sustentan la Investigación…………………………………….. 32
Bases Legales………………………………………………………………. 34
Capítulo III
Marco Metodológico
Tipo y Nivel de la Investigación……………………………………………. 38
Técnica e Instrumentos de Recolección de Información…………………… 39
Análisis e Interpretación de la Información………………………………… 40
Capítulo IV
Resultados de la investigación
Conclusiones …………………………………………………………………. 46
Recomendaciones……………………………………………………………. 50
Bibliografía…………………………………………………………………… 52
vi

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO PREMISA EN LA LEY SUBJETIVA PENAL


EN VENEZUELA.
AUTOR: Rafael Grau
TUTOR: Msc. Jesús Urbáez
FECHA:14 agosto2019

Resumen.
El presente trabajo especial de grado trata lo relacionado al delito de enriquecimiento ilícito
premisa en la ley subjetiva Penal Venezolana previsto en el Decreto con Rango, Valor, y
Fuerza de Ley de Reforma de la Ley contra la Corrupción del año 2014.La misma se
sustento en las teorías Tiene como objetivo el análisis de esta figura penal a la luz de la
doctrina, de la ley y de la jurisprudencia, lo que incluirá los antecedentes, definición,
características, examen sobre el bien jurídico y los inconvenientes que acarrea su
indeterminación, los requisitos del tipo, la presunción de inocencia, los principios que se
encuentran ligados a ésta institución, así como los problemas ligados con la inversión de la
carga de la prueba. La misma se sustentó en las siguientes teorías que corresponde a la
Ley Penal de Hassel 2004 y la Teoría del Delito de Franz von Liszt de 1990. La
metodología empleada fue estimada como atendiendo al propósito y en cuanto al nivel,
dogmatica jurídica donde se pormenoriza la materia objeto de la investigación. La estrategia
empleada por el investigador es de tipo documental; que permitió examinar la información
teórica legal sobre el delito de enriquecimiento ilícito, con técnicas como el arqueo
bibliográfico, el subrayado y el resumen, con lo que se concluye que el delito de
enriquecimiento ilícito previsto y sancionado en la Ley contra la Corrupción de 2014 es
inconstitucional por cuanto la persona acusada de enriquecerse ilícitamente no debe probar la
licitud de los bienes que integran su patrimonio. Se presenta como principal recomendación
tomar en cuenta el contenido de este trabajo por parte de las autoridades competentes, a los
fines de dar a conocer la importancia y urgencia que surge en cuanto a la reforma del delito de
enriquecimiento ilícito por ser violatorio de principios constitucionales.

Palabras claves: Enriquecimiento ilícito, corrupción, bien jurídico tutelado, presunción de


inocencia, carga de la prueba.
Introducción

El ejercicio de la función pública implica responsabilidades ante el Estado y


ante los ciudadanos, así como su actuación debe cumplirse con sujeción a principios
como la honestidad, la celeridad, la eficacia, entre otros valores, que desde tiempos
remotos se han visto vulnerados, en mayor o menor medida, por el fenómeno de la
corrupción, la cual es una de las situaciones más erosivas que afectan directamente al
Estado, de la cual padecen la mayoría de las naciones.
Venezuela ha firmado convenciones internacionales y emitido leyes para
reprimir los delitos que tengan que ver, en general, con el desempeño deshonesto de
la función pública; es lo que se conoce modernamente como la corrupción
administrativa. La última de esa legislación es el Decreto con Rango, Valor y Fuerza
de Ley de Reforma de la Ley Contra la Corrupción de 2014 que contiene el delito de
enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos. A pesar que la corrupción tiene la
misma antigüedad que la propia historia, este tipo penal nace con las características
actuales a mediados del siglo XX, siendo muy criticado y ha traído consigo ciertas
dudas con respecto a aspectos como el bien jurídico tutelado, a problemas con la
indeterminación de los elementos del tipo penal, la vulneración del principio de
inocencia y, consecuentemente, la inversión de la carga de la prueba.
Es por esto que en el presente trabajo , tuvo como propósito analizar el delito
de enriquecimiento ilícito, su definición, las características que presenta, el bien
jurídico tutelado, los elementos del tipo penal y su indeterminación, la definición de
lo que es el principio de presunción de inocencia a la luz de la Constitución Nacional
y del Código Orgánico Procesal Penal de 2012, la diferencia entre inocente e
inculpable, los principios que se encuentran relacionados, así como el significado de
la carga de la prueba en el sistema acusatorio venezolano.
Este trabajo contiene cuatro capítulos. El primero incluye el planteamiento del
problema, donde se analiza el enriquecimiento ilícito conforme a la doctrina, la
Constitución, las leyes y la jurisprudencia. Abarca también los objetivos de la
investigación y la justificación de la misma. El Capitulo II trata del marco teórico
constituido por los antecedentes, constructos teóricos, Bases legales. El Capítulo III
se refiere al marco metodológico relativo a la Corriente epistémica, el enfoque, el
método utilizado tipo de investigación, nivel de investigación, y al tipo quien fue
documental aplicada; se utilizó la técnica de la recolección de datos y arqueo
bibliográfico, el resumen y el subrayado. Finalmente, y finalmente el capítulo IV que
se refiere a las conclusiones y recomendaciones a que se llegó en la investigación

02
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema.

La Administración Pública en Venezuela abarca el campo total de las


actividades gubernamentales en todos sus niveles y manifestaciones. Su objetivo principal
es el servicio a los ciudadanos, fundamentando su organización y funcionamiento en los
principios y valores establecidos en la Constitución de 1999,
ensuartículo141elcualestableceque:
La Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y las
ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad,
participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición
de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública,
con sometimiento pleno a la ley ya el derecho.

También dispone en el artículo 139 de la CRBV (1999) que: “El ejercicio


del Poder Público acarrea responsabilidad individual por abuso o desviación de poder
o por violación de esta Constitución o de la ley”. Se entiende con esto que, la
actuación indebida del funcionario trae consecuencias negativas para éste, ya que
estos mandatos se encuentran plasmados en la legislación venezolana, a los fines de
garantizar mejor servicio a los ciudadanos. No es un secreto que la Administración
Pública es afectada y desprestigiada por la corrupción, porque lesiona el patrimonio
público con la pérdida de los recursos económicos que no son, entonces, dirigidos a la
población. Si no se combate adecuadamente, a futuro, algunas personas podrían
pretender ingresar a ella para realizar este tipo de actos, ya que representa una forma de
obtener o acceder, de manera deshonesta, a algo que no le corresponde, a lo que no
tiene derecho. En este sentido, Roche (1999) afirma que:

03
Existe la corrupción cuando un agente al que se le ha otorgado
capacidad de decisión utiliza ésta en perjuicio de su administración,
beneficiando a un tercero –el corruptor- con el que su actividad le lleva
a relacionarse, motivado porque el tercero beneficiado le ofrece algún
tipo de recompensa personal. La corrupción es pues, una traición del
agente a su administración (p.75).

En el caso de la Administración Pública, el corrupto es el funcionario


público quien traiciona la confianza en él depositada y consecuentemente a todos los
ciudadanos. Este funcionario obtiene un beneficio que no le corresponde, o beneficia
a un tercero indebidamente con su actuación. En la actualidad, Venezuela ocupa el
puesto 160 sobre 177 países incluidos en el estudio llevado a cabo el 2018 por la
Organización Transparente e International en atención al Índice de percepción de la
corrupción, obtuvo 20 puntos sobre 100, valoración que es una constante en los
últimos siete años. Dicho índice mide, en una escala de 0 los niveles de percepción de
corrupción en el sector público en un país determinado y consiste en un índice
compuesto que se basa en diversas encuestas a expertos y empresas. En comparación
con el resto de los países de América Latina, Venezuela es el penúltimo país con
mayor percepción de corrupción, solo por encima de Haití con 19 puntos.

En el ámbito internacional el Estado venezolano ratificó la Convención de las


Naciones Unidas contra la Corrupción el 02 de febrero de 2009 que consagra principios
fundamentales tales como la prevención y el04combate a la corrupción, la participación de
la sociedad, el imperio de la ley, la debida gestión pública, la integridad, la transparencia
y la obligación de rendir cuentas. También firmó la Convención Interamericana contra la
Corrupción (2014), la cual prevé un conjunto de figuras penales constitutivas de
corrupción, incluidos el soborno transnacional y el enriquecimiento ilícito, por lo tanto,
Venezuela es parte de un compromiso universal de lucha contra la corrupción.

Hoy día está vigente el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de
Reforma de la Ley Contra la Corrupción de 2014, el cual reformó la Ley contra la
Corrupción promulgada en 2003, la cual a su vez derogó la Ley Orgánica de
Salvaguarda del Patrimonio Público de 1982. Hay que destacar que este Decreto en su
disposición final establece que: “En todo cuanto sea procedente se aplicará lo previsto en
la Convención Interamericana Contra la Corrupción, publicada en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela N°36.211 del 22 de mayo de 1997”. De este modo,
se asume y se ratifica en el orden interno la vigencia de los compromisos internacionales
relacionados en la lucha contra la corrupción en la función pública.
En este orden de ideas, son objetivos del Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley de Reforma de la Ley Contra la Corrupción de 2014: prevenir,
perseguir y sancionar aquellas conductas que lesionen o atenten contra el patrimonio
público y asegurar el manejo adecuado y transparente de los recursos públicos,
basándose en los principios constitucionales antes mencionados, así como la
tipificación como delitos contra el patrimonio público, las conductas que en ella se
contemplan y hacer efectiva la responsabilidad penal, civil, administrativa y
disciplinaria de los funcionarios y empleados públicos y demás personas que se
indican en la ley. Entre esas conductas delictivas está el enriquecimiento ilícito,
previsto en el artículo 75, el cual dispone lo siguiente:

El funcionario público que hubiere obtenido en el ejercicio de sus


funciones un incremento patrimonial desproporcionado con relación a
sus ingresos, que no pudiere justificar, y que haya sido requerido
debidamente para ello y que no constituya otro delito, será sancionado
con prisión de tres (3) a diez (10) años. Con la misma pena será
sancionada la persona interpuesta para disimular el incremento
patrimonial no justificado.

Por ello se puede evidenciar que el enriquecimiento ilícito se produce cuando el


funcionario, durante el ejercicio de su función, obtiene ingresos desproporcionados con
relación a sus ingresos por causa de las dádivas y aprovechamientos ilegales derivados de
su deshonestidad, que no los puede justificar al ser requerido y siempre que ese hecho no
constituya otro delito. Este delito se considerará realizado cuando el hecho se subsuma en
el tipo adecuado, como indica Arteaga (1998): “entendiendo por tipo, precisamente, la
descripción legal de las características externas y objetivas del hecho”. (p.156). La figura
penal del enriquecimiento ilícito nace a mediados
05 del siglo XX, siendo una conducta
repetida a lo largo del tiempo, cuya construcción ha suscitado discusiones, que tienen
que ver con las dudas acerca del bien jurídico tutelado, por la violación del principio
del debido proceso, por la presunción de inocencia y la inversión de la carga de la
prueba.
En Venezuela existe actualmente la percepción del auge de la corrupción,
todo esto a pesar de la promulgación de la Ley Contra la Corrupción del año 2003,
hoy en día el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de la Ley
Contra la Corrupción de 2014, ocurriendo que a pesar de la función preventiva de la
ley puede considerarse que las sanciones por la comisión de delitos previstos en dicha
ley e inclusive la derogada Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público, son
las de menos aplicación en materia de sanciones penales, lo que resulta atractivo y
fomenta la impunidad, para las personas que desean optar por un cargo público, por
cuanto observan las posibilidades de aprovecharse de las oportunidades de
enriquecimiento que el puesto puede dar; en tal sentido, la ley no cumple ninguna
función preventiva.

A pesar de todos los esfuerzos que en materia legislativa ha realizado el


Estado venezolano, sigue presente el fenómeno de la corrupción, específicamente en
el delito de enriquecimiento ilícito, el cual presenta dificultades en su determinación,
así como el aumento de actos fuera de la ley. Por lo tanto, se impone hacer
aclaraciones sobre el enriquecimiento ilícito y plantear las siguientes interrogantes:
¿Es importante indagar sobre el delito de enriquecimiento ilícito?, ¿Cuáles son las
características y elementos?, ¿Cuál es la importancia y alcance del bien jurídico
tutelado?

06
Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Analizar el enriquecimiento ilícito como premisa en la ley subjetiva penal en


Venezuela.

Objetivos Específicos

Indagar sobre los fundamentos teóricos orientadores del enriquecimiento


lícito como premisa en la ley subjetiva penal en Venezuela.

Describir las características y elemento del delito de enriquecimiento ilícito


como premisa en la ley subjetiva penal en Venezuela.

Determinar la importancia y alcance del bien jurídico tutelado en el


enriquecimiento ilícito como premisa en la ley subjetiva penal en Venezuela.
.

Justificación de la Investigación

La presente investigación se centra en el delito de enriquecimiento ilícito


contenido en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de la Ley Contra
la Corrupción de 2014 y se justifica, por cuanto es necesario investigar y analizar este tipo
penal, así como entender su génesis y los cambios que con el tiempo ha sufrido, además
de analizar el cumplimiento de principios constitucionales fundamentales vinculados con
el enriquecimiento ilícito y sus elementos. Esta investigación puede contribuir a
esclarecer dudas con respecto al enriquecimiento ilícito, por cuanto es escasa la
información en materia jurisprudencial, siendo necesario el pronunciamiento por
parte del Poder Judicial en cuanto a las interrogantes que se plantean al momento de
aplicar este tipo penal, específicamente a los ciudadanos que ejercen la función
pública, los cuales tienen en sus manos el manejo del patrimonio público.
Esta investigación se justifica también por la necesidad de contribuir en la
aportación y adquisición de los conocimientos necesarios que permitan la sanción de los
autores y partícipes del delito de enriquecimiento ilícito, así como de los que tienen el
deber de hacer cumplir las leyes, estando conscientes de la dificultad que para los órganos
de investigación representa comprobar la comisión del ilícito en estudio. Igualmente, está
dirigida a todos los ciudadanos que tienen el derecho de ser servidos por funcionarios
honrados.
Además de la utilidad que aportará la presente investigación a todos los
estudiantes, docentes, investigadores y profesionales del Derecho, por el material
documental de gran valor utilizado y por su aplicabilidad en los actuales momentos de
crisis en la Administración Pública, por lo que se considera que abrirá así las puertas a
investigaciones futuras que deseen ampliar el conocimiento con respecto al
enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos. Por último, es importante señalar que
este trabajo se encuentra ubicado dentro de la línea de investigación Derecho Penal.
Dogmatica Penal, la cual se encarga del estudio del Derecho Penal tanto de la parte
general como de la parte especial, con arreglo a principios y garantías, diferentes
teorías, tendencias y disposiciones jurídicas vinculadas con la regulación del ejercicio
preventivo y punitivo como presupuesto de la acción del Estado y la responsabilidad
del sujeto activo como consecuencia de un hecho ilícito, enmarcado en los valores de
justicia, igualdad, equidad y respeto de los Derechos Humanos.
Éste estudio tiene relevancia teórico-metodológica, ya que servirá de
antecedente y referencia para otros investigadores que trabajen con el tema en
cuestión.

08
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación

Según Arias (2006), Los antecedentes “reflejan los avances y el Estado


actual del conocimiento en un área determinada y sirven de modelo o ejemplo para
futuras investigaciones” (p.45). Con relación a lo expresado por el autor, se refiere a
todos los trabajos de investigación realizados por otros investigadores, es decir,
aquellos trabajos donde se hayan manejado las mismas variables o se hallan
propuestos objetivos similares; además sirven de guía al investigador y le permiten
hacer comparaciones y tener ideas sobre cómo se trató el problema en esa
oportunidad. Entre las investigaciones consultadas que sirvieron de sustento teórico
conceptual a la presente investigación, se encuentran los siguientes:

Internacional

El trabajo especial de grado realizado por Cárdenas en el año 2017,


presentado en la Universidad Sergio Arboleda . Bogotá Colombia titulado. “La
responsabilidad penal derivada de las decisiones emanadas de los administradores
ante la Administración Pública”. Como requisito para optar al título de Magister en
Derecho Penal Criminología. El propósito de la misma se enmarca en la práctica de
actos ilícitos de quienes ejercen la función pública administrando los dineros del
Estado. La situación problemática que se presenta consiste en el poco conocimiento
sobre la responsabilidad penal y la dificultad que surge al dar justa medida a la
misma; es por lo que su principal objetivo es estudiar la responsabilidad penal
derivada de las decisiones emanadas de los administradores ante la Administración
Pública y determinar las causas que implican la responsabilidad penal derivada de
las decisiones emanadas del los administradores. La metodología empleada consiste
en dos fases: una documental de diseño bibliográfico y método analítico deductivo
que permitieron la consecución del fin. La segunda fase fue un estudio de campo
utilizando el método dogmatico. El presente trabajo arrojo como conclusión que la
responsabilidad del administrador delincuente puede ser determinada tomando en
cuenta las conductas en las que se enmarca el hecho, aunque la dificultad siempre
está latente y el desconocimiento de los ilícitos contribuye a ello. De allí surge como
recomendación dar a conocer los ilícitos y la responsabilidad , para que así se
procure una cultura en la que prevalezca la búsqueda de la justicia, el orden y el bien
común por parte de los que manejan los dineros públicos. El mencionado trabajo se
encuentra en relación directa con la investigación presentada por cuanto busca dar
a conocer a los funcionarios públicos la gama de delitos contra la corrupción que se
pueden cometer durante el ejercicio del cargo y la responsabilidad penal que
acarrean, en el caso particular tratan sobre el delito de enriquecimiento ilícito,
principal objetivo de éste trabajo especial de grado.
Nacionales

En primer lugar, se tiene a Sotillo, del año 2016, el cual presento, un trabajo de
investigación que se titulo “La Presunción de Inocencia en el proceso penal
venezolano”. El propósito de dicha investigación fue describir las implicaciones de la
presunción de inocencia en el proceso penal venezolano. Para tal fin, la autora realizó
una investigación monográfica de tipo descriptiva, arrojando como conclusiones que la
presunción de inocencia no significa una prohibición u obstáculo para decretar medidas
de coerción personal, para valorar pruebas incriminatorias y mucho menos para que se
dicten sentencias condenatorias, por el contrario, la presunción de inocencia lo que
garantiza es que tales actuaciones jurisdiccionales se lleven a cabo con estricta sujeción a
determinados requisitos y características, tendientes a lograr que verdaderos inocentes no
sean condenados indebida y/o equivocadamente.
El trabajo hace ciertas recomendaciones como educar a la población
venezolana sobre la presunción de inocencia, a los fines no solo de dar a conocer su
postulado constitucional y legal, sino sobre todo hacer comprender su significado y
09
sus efectos o implicaciones en el proceso penal y poder lograr el cambio cultural
necesario para que se produzca una congruencia efectiva entre la
constitucionalización y legalización de la presunción de inocencia y las
representaciones y expectativas que de ella tengan los venezolanos; lo que en suma se
traduce en mayor reconocimiento y respeto de esta garantía procesal. La
investigación contemplada se encuentra directamente relacionada con la presente
indagación debido a que versa sobre la presunción de inocencia, por cuanto contiene
varias definiciones, su naturaleza jurídica, titularidad, existencia temporal, su
importancia y la diferencia con el principio de “in dubio, pro reo”, puntos que en su
mayoría se desarrollan en el presente estudio dentro del análisis del delito de
enriquecimiento ilícito.
Por otra parte, se encuentra el trabajo desarrollado por Matute (2015),
denominado “Análisis del Principio de Presunción de Inocencia en el proceso penal
venezolano”, el cual tuvo como propósito analizar el principio de presunción de
inocencia en la administración de justicia venezolana y destacar los derechos
inherentes a este principio procesal a la luz del Código Orgánico Procesal Penal
(2012) y de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), que lo
consagra como un derecho fundamental. La metodología fue de tipo documental,
concluyendo la autora que la presunción de inocencia en el proceso penal carece de
garantizadora actividad probatoria, por lo que no es posible admitir la conculcación
de este principio constitucional y procesal penal.
Entre las recomendaciones está la de implementar estrategias de actualización,
capacitación y concientización dirigidas a los funcionarios públicos para que conozcan
suficientemente los principios fundamentales. Por consiguiente, este trabajo guarda
relación directa con el trabajo especial de grado realizado por cuanto éste analiza el
principio de presunción de inocencia tanto en la carta magna como en el Código Orgánico
Procesal Penal de 2012.
Finalmente se tiene la investigación de Inciarte (2017), el cual lleva como
título “Los alcances criminológicos de la aplicación de la pena en la Ley contra la
Corrupción”, cuyo propósito fue establecer los alcances criminológicos de la

10
aplicación de la pena en la Ley Contra la Corrupción. Para el logro del objetivo
utilizó una metodología de carácter descriptivo y un diseño de investigación
denominado transversal descriptivo.
Con los resultados de la investigación, el autor concluyó que el objeto básico
de la Criminología es el estudio del delincuente, del delito y de la delincuencia, así
como que la sanción penal en la Ley Contra La Corrupción tiene un significado
preventivo que se evidencia en los principios que rigen dicha Ley donde se observa el
deber ser y las obligaciones a la que están comprometidos los sujetos activos, y un
significado sancionatorio que se refiere a la sanción penal que se aplica a los que
violen las disposiciones contempladas en esta Ley, y que representa la parte
represiva.
Se formulan como recomendaciones el desarrollo de un programa de
formación en valores dirigidos a los funcionarios públicos, promover la realización de
talleres sobre materias específicas contenidas en la Ley Contra la Corrupción;
establecer para los Juicios orales y públicos un Tribunal colegiado formado por tres
jueces profesionales; incluir materias del programa para la formación para optar al
cargo de policía la relativa a los delitos tipificados en la Ley Contra la Corrupción; así
como incluir esta materia en los pensum de estudios de los niños desde el inicio de la
educación básica.
Este trabajo de investigación se vincula con el trabajo realizado ya que busca
estudiar la Ley Contra la Corrupción desde el punto de vista criminológico, estableciendo
el sentido preventivo de la ley así como también la responsabilidad que poseen los sujetos
activos, en este caso los funcionarios públicos; lo que de manera individualizada se
desarrolla en la investigación realizada con respecto al tipo del enriquecimiento ilícito y el
establecimiento de la sanción a su autor.

Constructos Teóricas
11
Comprenden un conjunto de conceptos y proposiciones que constituyen según
Méndez (2009), “un punto de vista o enfoque determinado, dirigido a explicar el
fenómeno o problema planteado” (p.56). Esta sección puede dividirse en función de
los tópicos que integran la temática tratada que serán analizadas. Así como también,
tienen que ver con las teorías que brindan al investigador el apoyo inicial dentro del
conocimiento del objeto de estudio, es decir, cada problema posee algún referente
teórico, lo que indica, que el investigador (a) no puede hacer abstracción por el
desconocimiento, salvo que sus estudios se soporten en investigaciones puras o bien
exploratorias, pero al tratarse de un enfoque cualitativo se hace una exhaustiva
revisión de sus constructos. Estas se presentan a continuación:

Enriquecimiento Ilícito

Los ilícitos de funcionarios públicos para enriquecerse, valiéndose del ejercicio del
cargo, de las influencias, del abuso de poder en todas sus formas para obtener ventajas
para sí mismo o para terceros, ha sido una constante en la historia republicana venezolana,
a tal punto que Simón Bolívar proclama en Decreto del 12 de enero de 1824 citado por
Arteaga (2010) lo siguiente:

Que una de las principales causas de los desastres en que se ha


visto envuelta la República ha sido la escandalosa dilapidación de
sus fondos por algunos funcionarios que han intervenido en ello, que
el único medio de extirpar radicalmente este desorden es dictar
medidas fuertes y extraordinarias. Por todo lo cual todo funcionario a
quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o
tomado para sí fondos públicos de 10 pesos arriba, queda sujeto a la
pena capital (p.101).

A mediados del siglo XX, por vez primera, hay un atisbo normativo
específico para la sanción del enriquecimiento ilegal por parte de funcionarios que
hacían mal uso de los dineros del Estado. Por ello, en 1945 se ordenaron medidas
preventivas sobre los bienes de las personas sospechosas de haberse enriquecido en la
función pública. En 1948 se presentó ante 12
la Cámara de Diputados el Anteproyecto de la
Ley que tutelaba la Propiedad Administrativa.
El Anteproyecto de la Ley se convirtió en la Ley contra el Enriquecimiento
Ilícito de Funcionarios o Empleados Públicos pero el enriquecimiento ilícito no fue
considerado como delito sino como ilícito civil. Más tarde, dentro de este proceso de
instrumentación normativa fue creado el Jurado de Responsabilidad Civil y
Administrativa, encargado del cumplimiento de la norma.

En el año 2003 se promulgó la Ley Contra la Corrupción la cual modifica la


fórmula del delito de enriquecimiento ilícito de la ley derogada, introduciendo
cambios en dicha figura penal que serán explicados posteriormente. Actualmente,
mediante Decreto N° 1.410 de fecha 13 de noviembre de 2014, publicado en Gaceta
Oficial N° 6.155 Extraordinario, se dictó el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de
Ley de Reforma de la Ley contra la Corrupción, modificando 06 artículos, incluyendo
04 artículos y una disposición transitoria, manteniendo la misma estructura del delito
de enriquecimiento ilícito de la Ley contra la Corrupción de 2003.
El enriquecimiento ilícito consiste en el aumento patrimonial
desproporcionado y disconforme con los ingresos de un funcionario público, cuya
licitud no pueda justificar. Este aumento patrimonial no significa necesariamente el
aumento de activos o de bienes; también comporta una disminución
desproporcionada del pasivo del funcionario público. En este punto, es importante
definir lo que se conoce como patrimonio; al respecto Gorrondona (2008) lo precisa
como:

El conjunto de las relaciones jurídicas de una persona, valorables


en dinero, consideradas como una universalidad jurídica y ligadas
entre sí por estar sujetas a la voluntad de una misma persona. En
consecuencia, para la teoría clásica el patrimonio comprende tanto
un activo como un pasivo.

El citado autor también explica lo que se conoce como activos y pasivos al


mencionar que “El activo está formado por todos los derechos presentes y futuros,
valorables en dinero, de los que puede ser titular una persona”. Por ejemplo, dinero,
13 los pasivos “lo constituyen tanto las
muebles, inmuebles etc. En el caso de
obligaciones como las cargas o gravámenes que pesan sobre los bienes de la persona
que se trate” (p.458). Ejemplo de esto son las deudas, hipotecas, cuentas por pagar,
etc.
Al hablar de un aumento patrimonial el legislador se refiere al incremento
cuantitativo en el valor del patrimonio, ya sea por aumento de sus activos o
disminución de sus pasivos en el ejercicio de la función pública y que no pudiere
justificar. De todo lo anterior se extrae que, se trata no de un patrimonio moral o de
otra naturaleza, sino del patrimonio económico. El delito de enriquecimiento ilícito en
otros países como Colombia, también incluye a los particulares, en tanto no se
necesita el ejercicio de una función pública. El artículo 1º del decreto 1.895, del 24 de
agosto de 1989, dispone lo siguiente:

Mientras subsista turbado el orden público y en Estado de Sitio


todo el territorio nacional, el que de manera directa o por
interpuesta persona obtenga para sí o para otro incremento
patrimonial no justificado, derivado, en una u otra forma de
actividades delictivas, incurrirá por ese solo hecho, en prisión de
cinco (5) a diez (10) años y multa equivalente al valor del
incremento.

Desde el punto de vista del derecho comparado, dentro de la Organización


de las Naciones Unidas (ONU), específicamente la Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción (2003), firmada y ratificada por Venezuela, en su
artículo 20 insta a los Estados firmantes a examinar la posibilidad de establecer en su
derecho interno el delito de enriquecimiento ilícito. La Convención define este delito
de la siguiente manera:

Con sujeción a su constitución y a los principios fundamentales de su


ordenamiento jurídico, cada Estado Parte considerará la posibilidad de
adoptar las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias
para tipificar como delito, cuando se cometa intencionalmente, el
enriquecimiento ilícito, es decir, el incremento significativo del
patrimonio de un funcionario público respecto de sus ingresos
legítimos que no pueda ser razonablemente justificado por él.

14
Características del delito de Enriquecimiento Ilícito

En el enriquecimiento ilícito el sujeto activo es calificado, referido en este caso,


a la cualidad de funcionario público. Es un delito de acción y consiste en que el agente
obtenga un incremento patrimonial que debe ser desproporcionado. Algunos doctrinarios
lo consideran como de omisión simple y consiste en la negativa de entregar la información
acerca de dónde proviene aquello que incrementó el patrimonio. Sin embargo, de ser un
delito de omisión, el funcionario, que a pesar de haber obtenido un aumento
desproporcionado de su patrimonio, justifique la procedencia del aumento ante el
requerimiento de la autoridad, no sería autor del delito, ya que no habría realizado la
acción típica del enriquecimiento, sino la de la omisión de la información.
Respecto al sujeto pasivo, el principal afectado por la conducta delictiva
desplegada por el sujeto activo, en un sentido estricto, viene siendo la Administración
Pública y, en sentido amplio, la sociedad. El enriquecimiento ilícito es un delito
doloso ya que el funcionario actúa voluntariamente y con el conocimiento que
aumenta o ha aumentado su patrimonio mediante actos de corrupción en ejercicio de
su cargo.
Este delito, en consecuencia, no es posible que se realice culposamente, por ello
Velásquez (1995) define que “Hay dolo cuando el agente realiza la conducta tipificada en
la ley sabiendo que lo hace y queriendo llevarlo a cabo, de donde se desprende que está
conformado por dos momentos: uno intelectual, cognitivo o cognoscitivo; y otro
voluntario” (p.362). El dolo en sí, requiere de un conocimiento efectivo, actual o
actualizable. Con respecto al enriquecimiento ilícito, opina Haddad (2014) que:

El funcionario actúa con dolo y por ello debe tener el conocimiento


exacto, y en su elemento volitivo, de la procedencia ilícita de lo que
constituye el incremento de su patrimonio. La persona interpuesta
contribuye dolosamente en un delito
15
doloso ajeno al disimular,
ocultar o hacerse aparecer como dueño o dueña de un incremento
patrimonial. (p.364)
Respecto al bien jurídico, lo define Velásquez (ob. cit.) como “la exigencia
según la cual todo tipo penal contiene en su aspecto objetivo un determinado objeto de
protección” (pp. 350,351). Se entiende que para que exista una conducta típica, ésta debe
lesionar o amenazar de alguna manera el bien jurídico que es objeto de protección por el
legislador mediante el tipo. Cabe destacar que, existe una amplia discusión en torno al
bien jurídico tutelado, por lo que están quienes sostienen que el bien jurídico protegido es
la buena fama; otros que es la confianza pública y otros la transparencia de las fuentes de
ingresos.
Con base a lo expuesto, si se inicia la búsqueda del bien jurídico tutelado a
partir de la Constitución del 1999, se tienen los principios contenidos en el artículo 141
de la vigente Constitución a los que queda sujeta la conducta de todos los funcionarios:
honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de
cuentas y responsabilidad. Por esta razón, considera Haddad (ob.cit) que:

El bien jurídico protegido con este tipo penal denominado


enriquecimiento ilícito es la publica honestidad del funcionario que
debe expresarse como valor permanente de la relación entre
administración pública y ciudadanos, lo que se concreta en
comportamientos de probidad, honradez o rectitud de cada
funcionario en particular, como órgano del Estado, tal como reza la
norma constitucional.(p.353)

Pese al desacuerdo en cuanto a cuál es el bien jurídico protegido en el delito


de enriquecimiento ilícito, lo cierto es que las normas penales deben construirse sobre
la base de consideraciones de variada índole para la protección de la sociedad, de un
individuo en particular, de un grupo de individuos, y sobre la base de valores que son
importantes para toda la sociedad o para individuos en particular, o para un grupo de
ellos; es por lo que el legislador no puede emitir una norma que no tenga como mira la
protección de un bien jurídico con apego a las nociones fundamentales de la
antijuridicidad material, porque de otro modo constituiría un acto arbitrario e injusto, ya
que el creador de la ley no puede incriminar conductas por el solo hecho de estar en
desacuerdo con las mismas.
En cuanto a la relación o nexo causal, con el resultado producto de la conducta
16
desplegada por el agente, comenta Velásquez (op. cit.) que: “Para poder atribuir un
resultado a una persona como producto de su acción, es necesario determinar si aquel
aparece ligado a esta por una relación de causalidad” (p. 344). El resultado debe darse
para que haya relación de causalidad y se configure, con este elemento objetivo, todo el
tipo penal. Generalmente se entiende como resultado el efecto o consecuencia de la acción
que se manifiesta en el mundo exterior. Sin embargo, las discusiones confluyen en admitir
la existencia de un resultado en sentido normativo o jurídico y no necesariamente como
una manifestación exterior sensorialmente perceptible, por lo que en todos los tipos hay un
resultado. En este sentido existen delitos sin resultado externo.
Si existe indeterminación en cuanto al bien jurídico, no podría haber
resultado y tampoco habría nexo causal entre la acción desplegada por el agente y el
efecto que esta produce, por lo que no se configuraría el tipo penal establecido. No
todas las consecuencias de un comportamiento punible son las que ha tomado en
cuenta el legislador; éste se limitó a valorar negativamente un concreto actuar
humano y un concreto resultado, es decir, la vulneración o destrucción del bien
jurídico que tutela con la norma emitida. He aquí, entonces, la importancia de la
determinación del bien jurídico. En el caso del enriquecimiento ilícito habría un
resultado jurídico ya que el funcionario público como sujeto activo posee bienes que
superan desproporcionalmente lo que por su cargo debería tener.

Elementos del Tipo de Enriquecimiento Ilícito

El tipo penal se podría definir como la descripción de una conducta


sancionable que el legislador, por considerar que esas conductas son social y
políticamente reprochables o intolerables, con todos sus elementos objetivos,
subjetivos, descriptivos y normativos. Lo define Velásquez (ib) así: “el tipo es la
descripción de la conducta hecha por el legislador” (p.324).Son elementos objetivos
del tipo los que están fuera de la esfera psíquica del autor y comprende todo aquello del
tipo que tiene que encontrarse en el mundo exterior. En otras palabras, es la realidad
perceptible por los sentidos, porque todo lo demás pertenece a la esfera interna del
17
individuo, es decir sus pensamientos, por los cuales un individuo no puede ser castigado.
Así se expresa en latín “Cogitationispoenamnemopatitur”, lo que significa que “Nadie
debe ser castigado por sus pensamientos", porque lo que no es perceptible
sensorialmente no puede ser perseguido por el Derecho Penal.
Por su parte, los elementos subjetivos están relegados al aspecto interno del
supuesto de hecho, son características y actividades que dependen del fuero interno del
agente. Hay elementos subjetivos que se parecen al dolo y que se configuran cuando el
individuo tiene una finalidad. Por ejemplo el caso del delito del hurto tipificado en el
Código Penal venezolano (2005) en su artículo 451: “Todo el que se apodere de algún
objeto mueble, perteneciente a otro para aprovecharse de él quitándolo, sin el
consentimiento de su dueño, del lugar donde se hallaba, será penado con prisión de un
año a cinco años” (negrillas propio). El hurto se configura cuando el sujeto activo tiene
como finalidad el provecho de la cosa mueble. Basta la finalidad del aprovechamiento, no
es necesario que el provecho se obtenga.
Los elementos descriptivos se definen como los estados o procesos del
mundo real, corporal o anímico, que cualquier persona está en capacidad y
posibilidades de conocer y comprender sin esfuerzo, por ejemplo: matar, dañar,
lesionar. El empleo vago o impreciso de este elemento puede ocasionar inseguridad
jurídica.
Por último, están los elementos normativos, los que para determinarse o ser
comprendidos, precisan de una valoración jurídica o extrajurídica del supuesto de hecho,
labor que corresponde al juez. Son casos en los que al requerirse una interpretación,
puede implicar un margen de indeterminación y subjetivismo, por ejemplo: los
conceptos de ajeno, indecente, fines libidinosos, decencia pública, etc. Mediante una
interpretación, se le asigna a los términos empleados por el legislador un significado que
debió venir especificado en la ley para mayor seguridad jurídica ya que al haber
indeterminación se estaría violando el principio de legalidad, debido a que los tipos
deben estar elaborados de manera precisa y concisa.
18
En los hechos de comisión dolosa, se encuentran elementos tanto objetivos
como subjetivos. Sin embargo, el tipo es predominantemente descriptivo porque para
poder ser construidos, el legislador emplea vocablos “descriptivos” del idioma natal, con
los que pretenden expresar del modo más preciso y comprensivo los límites y alcance de
la pretensión punitiva que encierra el tipo. Estas descripciones son fácilmente captadas
por los sentidos y entendida por la generalidad de las personas. A veces, el legislador no
es tan preciso y emplea vocablos que encierran juicios de valor como por ejemplo
“mujer honesta”, “aprovechamiento”. Estos son los elementos normativos.
En el artículo 75 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de
Reforma de la Ley contra la Corrupción de 2014, el primer elemento es descriptivo:
la cualidad de funcionario público, definido en el artículo 3° de la mencionada ley,
por lo cual, como se mencionó con anterioridad, es un tipo penal con sujeto
calificado. En consecuencia, este delito no puede ser realizado por persona que no
tenga la cualidad de funcionario público. Esta extensa disposición especifica quienes
se consideran funcionarios públicos sujetos a la Ley Contra la Corrupción, y abarca
no solamente los que quedan investidos con tal cualidad por obra de un acto
administrativo por nombramiento, contractual o electoral, sino también los directores
y administradores de las personas jurídicas de las que forman parte (de acuerdo con
las modalidades que establezca la Ley) las diversas instituciones del Poder Nacional,
Estadal y Municipal.
El segundo elemento es “hubiere obtenido”, lo que constituye el verbo rector
del tipo “haber obtenido”. Esta es una locución compuesta por dos verbos:“haber” en
forma infinitiva y “obtenido” en forma de participio pasado. Este es el verbo rector del
tipo y constituye la conducta que debe desplegar el agente.
El tercer elemento es un elemento descriptivo con una referencia o
circunstancia temporal y está representado por la frase: “en el ejercicio de sus
funciones”. Las palabras empleadas por el legislador suscitan la interrogante de saber
si es punible el enriquecimiento solamente durante el desempeño de la función
19 la persona ha cesado en el desempeño de
pública, o si también lo es después de que
esa función. No se refiere la ley a que el enriquecimiento se haya producido con
ocasión o con motivo del ejercicio de la función pública, como debió ser, sino “en el
ejercicio de sus funciones”, lo que hace creer que el bien jurídico queda desprotegido
cuando el funcionario obtiene ilícitamente un enriquecimiento desproporcionado
después que ha cesado en la función pública.
El cuarto elemento es un elemento descriptivo referido al “incremento
patrimonial desproporcionado con relación a sus ingresos”. Puede haber un
incremento patrimonial desproporcionado en relación a sus ingresos como
funcionario público, pero el tipo se refiere a la relación con el total de sus ingresos
como funcionario público. El agente podría tener otros ingresos distintos a la función
pública: por ejemplo, los ingresos por inversiones, o ingresos por trabajo acordes con
la función pública, como la de la docencia, investigaciones para terceros no
incompatibles, dictar ponencias en congresos, ejercer actos de comercio, juegos de
azar lícitos y comprobables, entre otros. Este incremento patrimonial no
necesariamente se refiere al aumento de los activos, sino que podría referirse a una
disminución sustancial –injustificada- de los pasivos del funcionario público.
Cabe destacar que, el enriquecimiento al que se refiere el artículo 75 del
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de la Ley contrala Corrupción
de 2014, es aquel que no proviene de bienes públicos - inclusive los que el
funcionario haya administrado-, porque, en este caso constituiría el delito de peculado
previsto en el artículo 54 del mencionado Decreto. El origen del enriquecimiento
debe provenir de dineros o bienes de terceras personas y no de la Administración
Pública. En la medida en que el incremento sea “desproporcionado”, se configurará el
tipo penal, porque de no serlo –aunque haya sido producto de corrupción-, ello no
significa que sea un incremento desproporcionado. Así, pues, la desproporción es un
elemento fundamental del enriquecimiento ilícito.
Ahora bien, se está ante un elemento normativo porque el adjetivo
“desproporcionado” es impreciso al existir indeterminación en referencia a lo que se
entiende por “desproporcionado”. Una cosa es desproporcionada, de acuerdo con el
20 (2014), cuando “no tiene la proporción
Diccionario de la Real Academia Española
conveniente o necesaria”, lo que lleva a buscar lo que se entiende por
“proporcionado”. Según el mismo diccionario, “proporcionado” significa “Que no es
demasiado grande ni demasiado pequeño”, es decir, que tiene una dimensión justa o
adecuada. Por lo tanto, el término “desproporcionado” es aquello que no tiene o
guarda proporción.
Si se habla de desproporción es porque se coloca una cosa en relación con
otra. En este caso, el legislador no establece el parámetro, el margen o los puntos de
partida por los que se deben regir los órganos encargados de verificar dicho
incremento para medir lo “desproporcionado”, lo cual trae como consecuencia la
violación de la seguridad jurídica, ya que el juez libremente –es decir, de acuerdo
con su real saber y entender- calificará cuándo un incremento patrimonial será o no
proporcionado a los ingresos del funcionario. Hay menoscabo del principio de
legalidad penal.

Como quinto elemento, se encuentra el que: “no pudiere justificar y que


haya sido requerido debidamente para ello”. Estos dos aspectos son descriptivos de la
conducta típica. Si los ingresos son justificados o anteriores a la persecución penal y
no ha sido requerida dicha justificación, se estará ante un defecto de adecuación con
los elementos del tipo, por lo cual, si no hay previo requerimiento, no se configura el
delito.
La fórmula para que un funcionario público sea “debidamente requerido” se
encuentra establecida en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de
la Ley contra la Corrupción de 2014, conjuntamente con la Ley de Contraloría
General de la República y del Sistema Nacional del Control Fiscal. En efecto, la Ley
contra la Corrupción establece en su artículo 23:

Sin perjuicio de lo establecido en la Ley Orgánica de la Contraloría


General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal,
las personas señaladas en el artículo 3° de este Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley deberán presentar declaración jurada de su
patrimonio dentro de los treinta (30) días siguientes a la toma de
posesión de sus cargos y dentro de los treinta (30) días posteriores a
la fecha en la cual cesen en el ejercicio de empleos o funciones
públicas. El lapso para presentar la declaración jurada de
patrimonio de las personas señaladas
21 en el numeral tercero, del
artículo 3° de este Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, se
establecerá mediante resolución motivada que dicte el Contralor
General de la República, a fin de exigirles la presentación de la
situación patrimonial. La declaración jurada de patrimonio estará
exenta de todo impuesto o tasa.

Como se observa, el funcionario público debe presentar al ingresar a la


función pública, declaración jurada de su patrimonio, es decir, un documento que
refleje su situación patrimonial en ese momento, el cual debe contener el total de sus
ingresos y pasivos, especificados y valorados. De la misma manera, debe presentar
una declaración al egresar del cargo público. Esta declaración jurada ha de
presentarse, según Resolución Nº 01- 00-000122 de fecha 19 de junio de 2009,
publicada en Gaceta Oficial Nº de la República Bolivariana de Venezuela, en fecha
22 de junio de 2009, a través de la página web de la Contraloría General de la
República. Dicha resolución en sus artículos 1 y 2, crea un mecanismo denominado:
“Sistema para la Presentación de la Declaración Jurada de Patrimonio en Formato
Electrónico” a todos los funcionarios especificados en la Ley Contra la Corrupción en
su artículo 3, siguiendo el procedimiento establecido en el instructivo dictado a tal
efecto, el cual se encuentra disponible en la página webreferida.
Finalmente, especifica el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de
Reforma de la Ley contra la Corrupción de 2014, en su artículo 32 lo siguiente:

De las actuaciones realizadas con motivo del procedimiento de


verificación patrimonial previsto en este Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley, se formará expediente y se dejará constancia de sus
resultados en un informe, con base en el cual, la Contraloría General
de la República, mediante auto motivado, decidirá si admite o no la
declaración jurada de patrimonio, procediendo al efecto de la manera
siguiente:

1. Si del análisis realizado se concluye que los datos contenidos en la


declaración jurada de patrimonio son veraces, será admitida y se
ordenará el archivo del expediente.
2. Si por el contrario se determina que la declaración jurada de
patrimonio no es veraz, por existir disparidad entre lo declarado y el
resultado de la auditoria patrimonial, la Contraloría General de la
22
República remitirá las actuaciones al Ministerio Público para que
sea ejercida la acción pertinente, a fin de hacer efectiva la
responsabilidad del declarante.
3. Si el Ministerio Público considera necesarias otras diligencias a las
efectuadas por la Contraloría General de la República, podrá
comisionar a ésta para que las practique, en cuyo caso actuará bajo
la rectoría y dirección del Ministerio Público.

Por último, en sexto lugar, se encuentra el elemento descriptivo del tipo de que
el hecho “no constituya otro delito”, ya que si el enriquecimiento proviene de otro tipo
penal, no podrán imputársele al agente ambos delitos por el mismo hecho.

Principio de Legalidad

Este principio se encuentra enunciado así: “Nullum crimen, nullapoena,


sine lege”, que significa que “no hay delito, no hay pena sin ley previa”. Para
Fernández (2000):

Es la exigencia constitucional e internacional, dirigida al legislador,


para que no autorice la imposición de penas criminales sin la
existencia previa de una ley debidamente promulgada en que se
defina con claridad y precisión el hecho amenazado con pena y se
determine igualmente la clase y medida de la pena criminal que le
corresponde (p.127).

La Carta Magna contiene expresamente éste principio en su artículo 49,


numeral 6: “ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren
previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes”. El principio de
legalidad contiene una garantía criminal, ya que “no hay delito sin ley previa”. Esto quiere
decir que los únicos actos que pueden ser considerados como delitos son los previstos en
la ley penal dictada antes del hecho. A su vez, al expresar que “no hay pena sin ley
previa”, existe una garantía penal por cuanto una persona que haya cometido un acto
previsto en la ley penal como delito, puede tener la seguridad de que no se le aplicará
sanción penal distinta a la establecida para23
el hecho delictivo que cometió. Finalmente, el
principio de legalidad también contiene una garantía procesal, según la cual el individuo
que cometa un delito será juzgado por sus jueces naturales, es decir, aquellos que posean
competencia en materia penal.

Es importante mencionar que éste principio se encuentra ligado al bien


jurídico tutelado. Toda norma se debe orientar hacia la protección de los bienes o
valores jurídicos como se mencionó con anterioridad, siendo la determinación de
éstos lo que constituye la razón de ser de las normas, es decir, el requisito esencial
para que una conducta pueda ser considerada como delito. Como se mencionó
anteriormente, al haber cierta problemática con la determinación del bien jurídico
tutelado, se estaría en presencia de la violación del principio de legalidad, por lo que
no se puede consentir que el legislador, para garantizar la transparencia de la función
pública, pase por encima de la doctrina penal referida a los elementos del delito.

Presunción de inocencia.

Al considerar la definición de presunción de inocencia, se tiene que toda


persona acusada de la comisión de un delito, ha de ser considerada como inocente en
tanto no se establezca legalmente su culpabilidad, mediante una sentencia
definitivamente firme. Vizenzo (1951), citado por Estévez 2012, considera que “la
presunción de inocencia establece la calidad jurídica de no culpable penalmente, es
inherente a la persona. Su pérdida debe ser acreditada con elementos empíricos y
argumentos racionales, por los órganos que ejercen la función represiva del Estado”
(p.180).
Esta presunción tiene valor en todas las fases del proceso penal, hasta que
éste culmine con una decisión definitivamente firme. Antes de la sentencia el estado
de inocente no puede ser disminuido. Es así como la presunción de inocencia es una
de las garantías constitucionales-procesales fundamentales del individuo, cuya
importancia destaca Vecchionacce (2008) de la siguiente manera:

24

El significado y la trascendencia de la presunción de inocencia no


se queda en la mera enunciación negativa de la prohibición de no
ser el individuo objeto de prejuicios de culpabilidad, sino que es
como una especie de compendio de todas las garantías procesales de
que está provista la persona, porque esta presunción es la máxima
garantía del imputado y uno de los pilares fundamentales del
proceso penal acusatorio” (p.35).

Partiendo de lo anterior, la presunción de inocencia se ha considerado como


una de las columnas del ordenamiento jurídico de todo Estado democrático, al
proclamar que la responsabilidad penal del individuo solo es posible cuando esté
debidamente acreditada su culpabilidad. Todo esto obedece a la seguridad jurídica: la
necesidad de garantizar a toda persona inocente que no será condenada sin que
existan pruebas suficientes que destruyan tal presunción, esto es, que demuestren su
culpabilidad en una sentencia condenatoria.
Este principio se encuentra consagrado en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), en el artículo 49, numeral 2: “Toda persona se
presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. Además, se encuentra consagrada
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 11, numeral 1:
“Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le
hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”, en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (P.I.D.C.P) del año 1976, en su artículo
14 numeral 2: “Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley”.
Así mismo en la Convención Americana de Derechos Humanos
(C.A.D.H)delaño1969enelartículo8numeral2:“Toda persona inculpada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad”, y en el Código Orgánico Procesal Penal (C.O.P.P 2012) en su artículo 8:
“Cualquiera a quien se le impute la comisión de un hecho punible tiene derecho a que
se le presuma inocente y a que se le trate como tal, mientras no se establezca su
culpabilidad mediante sentencia firme”
25
En el sistema acusatorio es fundamental que el imputado se presuma
inocente. Por lo tanto, éste no debe probar, es decir, no tiene la carga de la prueba de
su inocencia, sino que el acusador es el que tiene la carga de la prueba de la
culpabilidad del imputado y de este modo destruir la presunción que ampara al
ciudadano. En este caso, por ser el Ministerio Público el titular de la acción penal, es
éste quien debe comprobar, la intervención del imputado en la comisión del ilícito
penal que se le atribuye. El imputado está eximido, con el principio de presunción de
inocencia, de la obligación de probar su inculpabilidad.
El ciudadano tiene dentro del proceso penal una cualidad mediante la cual
adquiere compromisos, deberes y derechos entre los que primordialmente se
encuentra su estado jurídico de inocencia. Por esta razón, para Vélez citado por
Paolini (1993), no se trata de “una presunción sino de un estado jurídico del
imputado, el cual es inocente hasta que no sea declarado culpable por una sentencia
firme” (pp.44, 45). La presunción opera, de acuerdo con la Constitución, a favor de
los imputados y de los investigados; pero se considera que, en general, toda persona,
sin necesidad de que tenga la cualidad de investigada o de imputada, goza de esta
garantía.

Inocente e Inculpable

Es importante diferenciar entre inocencia e inculpabilidad. Guardan


relación, pero no tienen la misma connotación. Vecchionacce (ob. cit) afirma que se
entiende como inocente“…aquel que está absolutamente y sin margen de dudas
desvinculado de un cierto suceso; que carece de relación alguna con él y sobre el cual
no existe ninguna posibilidad de atribuirle vinculación que lo saque de ese estado de
inocencia” (p.33). Dicho estado es inherente a todo individuo, pues abarca a todas las
personas. A ningún individuo que se le considere inocente de acuerdo con lo expuesto,
se le puede atribuir la realización de un hecho punible sin haberle sido probado el
mismo.

26
En cuanto a la inculpabilidad, esta, como su nombre lo indica, es la
ausencia de culpabilidad. Opina Fernández (ob. cit) que “El concepto de culpabilidad
supone la comprobada preexistencia de una acción típicamente antijurídica” (p.300).
Se considera inculpable aquella persona a la cual no se le pudo comprobar la
comisión de un hecho punible, de lo que resulta que no fue desvirtuada la presunción
de inocencia. Es importante aclarar que un inculpable no siempre es un inocente. Una
persona puede ser absuelta por no ser suficiente el acervo probatorio o por defectos
procesales que le favorecieron, como por ejemplo: la nulidad del medio de prueba
más importante. Desde el punto de vista procesal se puede ser inculpable, mas no
inocente, es decir, una persona puede ser inculpable y no por ello es inocente, A
menos que posea una absoluta y total desvinculación con el hecho, como se mencionó
con anterioridad.
La Presunción de Inocencia en el texto constitucional y en el Código
Orgánico Procesal Penal (2012)
La definición de presunción de inocencia establecida en la Carta Magna
(Art. 49, numeral 2), y la contenida en el Código Orgánico Procesal Penal (Art. 8),
tienen una diferencia. Desde el punto de vista constitucional, la persona goza de la
presunción de inocencia hasta que se pruebe lo contrario. De esto se desprende que
no hay tiempo durante el cual se garantiza al interesado ese estado de inculpabilidad.
Por su parte, el Código Orgánico Procesal Penal, en su artículo 8 expresa que:
“Cualquiera a quien se le impute la comisión de un hecho punible tiene derecho a que
se le presuma inocente y a que se le trate como tal, mientras no se establezca su
culpabilidad mediante sentencia firme.” Opina el profesor Vecchionacce (op. cit) con
respecto al artículo antes mencionado lo siguiente:

El investigado y acusado goza de los efectos de la presunción de


inocencia hasta que se dicte un pronunciamiento que “establezca su
culpabilidad mediante sentencia firme”, de lo que se desprende que
sólo la conclusión del proceso mediante la sentencia es el único
momento en el que se puede afirmar que la presunción ha sido
desvirtuada.(p.38).

27
La formulación del Código Orgánico Procesal Penal es más garantista que
la de la Constitución, ya que la vigencia y efectividad de la presunción de inocencia
en el Código se encuentra delimitada en cuanto al tiempo de validez y eficacia,
abarcando desde el inicio del proceso hasta su culminación mediante sentencia que
quede definitivamente firme y esto le resulta más favorable en cuanto a la
proclamación de su condición de inocente, si fuere este el caso. No es igual tener la
condición de inocente sin una sentencia que lo establezca, que ser considerado
inocente, ciertamente, por obra de un pronunciamiento judicial, poniéndose así fin a
la persecución penal.
También en el Código Orgánico Procesal Penal (2012), en su artículo 119,
numeral 4, se encuentra inmerso el principio de presunción de inocencia, ya que se
establecen los principios de actuación de toda autoridad de policía de investigaciones
penales al momento de la detención de una persona. Opina Vecchionacce (ib) los
siguientes:

No hay mayor tratamiento como culpable y violación de la


presunción de inocencia, que la violencia moral o física, cualquiera
que sea ella, que se ejerza contra un investigado o enjuiciado, así
como la presentación ante el público o de los medios de
comunicación de la persona detenida o sujeta a las actuaciones
policiales o judiciales, o a tolerar a que dichos medios tengan
acceso o alcancen a ver o a identificar al detenido o sujeto al
proceso, sin que haya habido previamente la necesaria anuencia del
afectado.(p.36)

Ahora bien, cuando se discurre sobre el principio de presunción de


inocencia, también se habla de una serie de principios de gran importancia, entre ellos
el principio del “favor rei” y el principio del “in dubio, pro reo”, los cuales se
procederán a examinar de la siguiente manera:
Principio del “Favorrei”
El principio “favor rei” o, como se le conoce, principio de favorabilidad,
consiste en la aplicación e interpretación de la norma penal que más favorezca al
acusado. Dicho principio está relacionado con la formulación latina: “odiosa
suntrestringenda, favorabiliasuntamplianda” que significa “Lo que es favorable se
debe ampliar, lo que es desfavorable se debe restringir” .Las normas favorables han de
ser objeto de interpretación extensiva, en la que el intérprete va más allá del texto legal y
se sitúa en el mundo de la prueba procesal. En sentido contrario, las normas
desfavorables deben interpretarse restrictivamente. De acuerdo con Fernández (op. cit), el
principio “favor rei” es aquel “…invocado para resolver problemas de otro modo
insolubles en el tránsito de leyes penales o conflictos de normas coexistentes…” (p.421).
Así mismo, el precitado autor afirma que:
El juez ha de aplicar, en todo caso, la ley penal más benigna de
entre todas las vigentes entre el tiempo del hecho y del juicio, a
condición, claro está, de que todo el hecho se haya perpetrado bajo
una u otra ley, pues si se perpetró bajo ambas sólo cabe
racionalmente preferir la última, bien sea porque resulta ser la más
favorable, ya porque fue la que debió motivar o disuadir finalmente
al agente. También señala que, cuando el juez se encuentra ante
“casos dudosos”, o sea ante leyes en conflicto insoluble o ante
textos legales confusos de los que no logra precisar su sentido
objetivo, debe apelar a la interpretación benigna como último y
legitimo criterio de interpretación (pp.421-422)

Es importante acotar que éste principio se encuentra consagrado en el


Código Penal colombiano (2000), en su artículo 6, donde claramente se establece su
definición y la manera en la que opera:
Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al
acto que se le imputa, ante el juez o tribunal competente y con la
observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio.
La preexistencia de la norma también se aplica para el reenvío en
materia de tipos penales en blanco. La ley permisiva o favorable,
aun cuando sea posterior se aplicará, sin excepción, de preferencia
a la restrictiva o desfavorable. Ello también rige para los
condenados. La analogía sólo se aplicará en materias permisivas.

Principio “in dubio, proreo”


El principio “in dubio pro reo”, como él mismo lo expresa: “en caso de duda,
se favorece al reo” es aquel que se aplica al momento de valorar las pruebas; en caso de
existir dudas, debe el juzgador tomar la decisión que favorezca al acusado. Afirma
García (1999) sobre el principio que éste “pertenece al momento de la valoración o
apreciación probatoria y se aplica cuando, habiendo prueba, existe una duda racional
29
sobre la concurrencia de los elementos objetivos y subjetivos que integran el tipo penal
de que se trate” (p.498).Los principios señalados, conjuntamente con el principio de
presunción de inocencia, están enfocados directamente a beneficiar al ciudadano al
cual se le atribuye la comisión de un hecho punible. Pero no menos ajeno, está la
carga de la prueba, a la que se refiere de inmediato.
La carga de la prueba.
El concepto de prueba tiene que ver con la demostración de la verdad de
una afirmación o bien de la existencia de una cosa, o la realidad de un hecho, según
Delgado (2014) “El término prueba viene del latín probatio, probationis, que a su vez
proviene del vocablo pro bus que significa bueno, por lo cual se sostiene que lo que
resulta probado es bueno, se ajusta a la realidad” (p.30). Por su parte, Echandia
(1981) distingue la noción de prueba de la del medio de prueba, así:

En sentido estricto, por pruebas judiciales se entiende las razones o


motivos que sirven para llevarle al juez la certeza sobre los hechos;
y por medios de prueba los elementos o instrumentos (testimonios,
documentos, experticias, etc.) utilizados por las partes y el Juez,
que suministran esas razones o motivos (p.29).

En sentido general, agrega el mencionado autor que “...se entiende por prueba
judicial, tanto los medios como los motivos contenidos en ellos y el resultado de éstos”
(p.29). Al sintetizar los conceptos anteriores, se tiene que prueba es todo aquello que lleva
a las partes y al juez al convencimiento acerca de la veracidad o falsedad de un hecho
dentro del proceso, sustentando así las decisiones judiciales. Como se mencionó antes, la
persona que goza de la presunción de inocencia no debe probar nada, por cuanto la
carga de la prueba no le corresponde a ella sino al Estado, quien posee el
onusprobandi (carga de la prueba), a cargo de quien está la persecución penal, el cual
debe desvirtuar la presunción de la cual goza el individuo sospechoso. Según Delgado
(ob. cit)que:“…loúnicoquesetienepor«probado»esqueelimputadoes«inocente», porque
debe ser tratado como tal.” (p.36). La persona que es acusada o se le atribuye la
30
realización de un hecho punible, es considerada tan solo sospechosa bajo indicios que
aún no han sido probados por el ente respectivo.
Sobre este punto se ha pronunciado la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia al resolver que “la carga de la prueba corresponde al Estado y
por tanto es a éste a quien corresponde demostrar la existencia del hecho, la
infracción a una norma penal, la autoría, culpabilidad, y responsabilidad penal del
imputado o acusado” (Sentencia del 21 de junio del 2005, Nº 397, Nº de
expedienteC05-0211).

Opiniones en contrario

El monopolio de la acción penal en los delitos de acción pública recae en el


Ministerio Publico de acuerdo a lo establecido en el artículo24 del Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal de 2012 el cual establece que:
“La acción penal deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio Público, salvo las
excepciones establecidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y
en la ley”. Es por lo que éste debe recabar toda la evidencia que demuestre la autoría o
participación del sujeto activo ante la comisión de un hecho punible, es decir, posee la
carga de la prueba, que en el caso del enriquecimiento ilícito se pone en duda tal proceder.
Sin embargo, existen opiniones doctrinarias y jurisprudenciales que expresan que no existe
violación del principio de presunción de inocencia y consecuentemente, no entra la
inversión de la carga de la prueba. Arteaga (2003)considera que:

La presunción de inocencia no se afecta, sino que por el contrario,


el núcleo del injusto consiste en la “no justificación del incremento
patrimonial desproporcionado obtenido durante el ejercicio del
cargo, formulado previamente el requerimiento debido”, por lo que
el objeto de la sanción no es, agrega, el enriquecimiento durante el
desempeño del cargo, sino la no justificación ante el requerimiento
del órgano competente del incremento patrimonial (p.101)

Al respecto se ha pronunciado la jurisprudencia colombiana, en fecha18 de


julio de 1996, la Corte Constitucional en la sentencia C-319/96 al establecer que:

31
No supone la inversión de la carga de la prueba porque el Estado
debe demostrar que el enriquecimiento es real e injustificado
además, de probar que ha tenido lugar por razón del cargo. Así
pues, una vez establecida la diferencia real y su no justificación,
opera el fenómeno de la adecuación típica que va a permitir el
desarrollo del proceso en sus etapas sumariales y de juicio. Es
entonces la falta de justificación el elemento determinante para dar
origen a la investigación y, por tanto, la explicación que brinde el
sindicado del delito, no es otra cosa que el ejercicio de su derecho a
la defensa frente a las imputaciones que le haga el Estado en
ejercicio de su función investigativa.

A pesar de la justificación referida a la inversión de la carga de la prueba,


es difícil soslayar este hecho, en ordenamientos jurídicos que se precian de ser
garantistas y respetuosos de los derechos humanos.

Teorías que sustentan la investigación


De acuerdo a Villegas (2006) y colaboradores, “Las teorías ayuda al
investigador a ver de una manera amplia y en perspectiva el objeto de investigación”.
(p.37), Estas deben estar relacionadas con el tema en estudio, por ejemplo se tienen
las siguientes.

Teoría de la Ley Penal (Hassel 2004)


La teoría concibe las normas jurídicas que se relacionan con las dictadas por
el legislador, es un precepto dictado por la autoridad competente en que se manda o
prohíbe algo y su incumplimiento trae una sanción. La norma es dictada por una
autoridad pública que a todos ordena, permite o prohíbe, y a la cual todos deben
obediencia. Esta teoría considera a la vez las declaraciones de la voluntad soberana
que manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite.
Entonces se puede decir que se asume el control externo que existe para la conducta
humana, es decir, son las normas jurídicas que rigen la conducta social, estos
aspectos son vinculantes a la intervención de la a víctima en la fase preparatoria en el
código orgánico procesal penal, donde se debe observar las conductas de los
intervinientes.

32
Es desde esa perspectiva que la fuente del derecho, según Hassel (2004),”
es aquella de donde el mismo emana, de donde y como se produce la norma jurídica.
entonces, la única fuente del Derecho Penal en los que impera el principio de la
legalidad es la ley, de la cual emana el poder para la construcción de las demás
normas y su respectiva aplicación, por lo tanto, solo esta puede ser la creadora y
fuente directa del derecho penal”. En ese sentido la Teoría de la Ley Penal define las
conductas derivadas de los delitos y las faltas, que determinan las responsabilidades
específicas de las penas o mediadas de seguridad que a las distintas figuras delictivas
o de peligro social correspondan.

En relación a lo anterior, esta teoría para Hassel (2004) expresa la voluntad


soberana de un Estado es esencialmente territorial, es decir, rige solamente para los
delitos cometidos en el territorio del Estado que la dicta. Sólo es el Estado el que
dicta y aplica las leyes en virtud del principio de soberanía. En consecuencia, la ley
penal sólo puede regir en el Estado en que se dictó. La ley penal como expresión de la
voluntad soberana de un Estado es esencialmente territorial, es decir, rige solamente
para los delitos cometidos en el territorio del Estado que la dicta. Sólo es el Estado el
que dicta y aplica las leyes en virtud del principio de soberanía. En consecuencia, la
ley penal sólo puede regir en el Estado en que se dictó, estos aspectos se relacionan
con analizar el enriquecimiento ilícito como premisa en la ley subjetiva penal en
Venezuela.

Teoría del Delito (Franz von Liszt y Ernst von Beling 1990)

Para la teoría del delito, la conducta se expresa como la actividad o


inactividad voluntaria misma que a su vez estará compuesta por un elemento físico y
otro psíquico o psicológico. Por elemento físico debemos entender un hacer o no
hacer una cierta actividad, cabe destacar que en el caso del no hacer u omitir el sujeto
que no haya realizado la conducta debe haber estado obligado a realizarla. En el caso
33 diferentes formas en las cuales la conducta
del Sistema Jurídico Mexicano, existen
puede ser expresada para la Teoría del Delito: delitos de acción y delitos de
omisión. En cuanto a los delitos de acción refiere, en estos se exige que el sujeto
activo del delito realice algún movimiento físico, de tal forma que el mismo encuadre
en el tipo penal descrito por el legislador.

En los delitos de omisión, la comisión del delito podrá ser por omisión
simple o comisión por omisión, siendo la omisión simple si se da solamente un
resultado jurídico o formal, mientras que si hay algún resultado material será un
delito por comisión por omisión. La teoría del delito se fundamenta en aspectos
teóricos que le permiten desarrollarse plenamente en el campo práctico, al determinar
con precisión si existen o no elementos constitutivos del tipo penal en los
comportamientos humanos gestados en la sociedad.

Al respecto, Zaffaroni señala en su obra:”La teoría del delito atiende al


cumplimiento de un cometido esencialmente practico, consistente en la facilitación de
la averiguación de la presencia o ausencia del delito en cada caso concreto”. Por ello,
“la teoría del delito es la parte medular del Derecho penal. Conocerla, adentrarse en
ella, constituye el mecanismo más adecuado para familiarizarse con el ilícito, renglón
fundamental del universo jurídico.

Bases Legales

Las bases legales están constituidas por un conjunto de instrumentos


jurídicos, es decir, contentivos de normas jurídicas de distintas jerarquías o rangos,
los cuales, dentro de esta investigación, comienzan por el nivel supremo que ocupa la
Constitución y terminan en las resoluciones dictadas por la Contraloría General de la
República. También se ha incluido algunos instrumentos desde el punto de vista de
Derecho comparado. La reseña de esos instrumentos se hace del siguiente modo:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) según Gaceta


Oficial No 5.453 Extraordinario 24 de Marzo del 2000, recoge la presunción de inocencia
(art. 49, numeral 2), el principio de legalidad (art. 49, numeral 6) así como los principios

34
fundamentales de actuación de la función pública(arts.139y141).
El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico
Procesal Penal (2012): también habla acerca de la presunción de inocencia (art. 8 y
119, numeral 4) y el ejercicio de la acción penal (art.24).
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 11, numeral 1), el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 14, numeral 2) y la Convención
Americana de Derechos Humanos (art.8, numeral 2), recogen la presunción de inocencia.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (art. 20), insta
a los Estados a examinar la posibilidad de consagrar en sus legislaciones el delito de
enriquecimiento ilícito.
La Convención Interamericana contra la Corrupción, exhorta a la inclusión
deltipodeenriquecimientoilícitoenlosordenamientosjurídicosinternos.(Art.9).
En Colombia, el Decreto 1895 promulgado el 24 de agosto de 1989 (art. 1º)
crea el delito de enriquecimiento ilícito que incluye a los particulares, así como el
CódigoPenalcolombianodelaño2000, el cual consagra el principio del “Favorrei”.
El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de la Ley Contra la
Corrupción de 2014 que consagra el delito de enriquecimiento ilícito en su artículo.
También en su artículo 3 establece quienes son considerados funcionarios públicos,
refiriéndose así a la declaración jurada de bienes(arts.23,30y32).
La derogada Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público
contemplaba el enriquecimiento ilícito (art. 66), el cual sufrió cambios en la Ley
Contra la Corrupción de 2003, hoy en día El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de
Ley de Reforma de la Ley Contra la Corrupción de 2014, el cual mantuvo la
estructura del delito antes mencionado.
Es importante destacar la relación existente entre el conglomerado de
estamentos legales y sus artículos antes mencionados con mi trabajo de investigación
, ya que todos buscan el mismo fin, el de investigar y analizar el delito de
enriquecimiento ilícito que tanto daño le ocasiona al Estado y al bien tutelado, es por
ello que el presente trabajo servirá de vía a otros investigadores que indaguen sobre
este tópico.
Además existen tres resoluciones de la Contraloría General de la República
relacionadas con la mencionada declaración jurada de bienes: 1) Resolución Nº 01-
00-000122, de fecha 19 de junio de 2009 (arts. 1 y 2). 2) Resolución Nº 01- 00-
000055, de fecha 17 de abril de 2013 (arts. 3, 4 y 5) y 3) Resolución Nº 01- 00-
000144 de fecha 27 de junio de2007.
La jurisprudencia venezolana sobre el delito de enriquecimiento ilícito es
escasa, por no decir inexistente. En cuanto a la Presunción de Inocencia, la carga de la
prueba y el principio de “in dubio, pro reo”, se encuentra la sentencia del 21 de junio
de 2005, Nº 397, expediente Nº C05-0211, de la Sala de Casación Penal
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

La epistemología desde la visión trabajo de investigación, es conocida


como la ciencia que busca plantear el hecho de que sí se puede llegar al verdadero
conocimiento y está contemplada según Ríos (2016), como el “estudio de la
producción y validación del mismo en forma científica y que se ocupa de problemas y
circunstancias históricas, psicológicas, sociológicas” (p.66). Así mismo, acota que
diversos autores franceses e ingleses identifican el término epistemología con lo que
en español se denomina gnoseología o teoría del conocimiento, rama de la filosofía
que se ocupa del conocimiento en general, el ordinario, el filosófico, el científico
entre otros. En este sentido, dicho autor, define la epistemología como la:

Filosofía de la ciencia contribuye fundamentalmente a la formación del


espíritu científico, creando en el investigador las condiciones necesarias
para una mejor objetividad, análisis crítico y valorativo de su
mejoramiento investigativo (p. 97).

Es decir, la epistemología es el estudio del paso de los estados del mínimo


conocimiento a los estados de conocimiento más rigurosos, traducidos a saberes. Esta
permite emprender problemas desde una postura investigativa crítica y a su vez es
abordada, experimentando y validando los conocimientos, fundamentalmente
partiendo de los constructos científicos que van a acceder a la vía del conocimiento.
En correspondencia a los aportes descritos, se asumirá epistémicamente en la presente
investigación el post positivismo, que para Leal (2011), es:
Interpretativo, holístico, naturalista, humanista, se basa en la credibilidad y
transferibilidad, su validez es más interna que externa, a diferencia del
paradigma cuantitativo que busca la generalización de los hallazgos, éste se
37
sumerge en inducir la transformación local y sus descubrimientos sólo
son transferibles en escenarios semejante. El investigador desarrolla conceptos,
interpretaciones y comprensiones partiendo de los datos (p.28)
Es decir este paradigma señala la conveniencia de captar los eventos con el
significado que tiene para quienes están en su medio, se supera el esquema que
considera la percepción como simple reflejo de las cosas reales y el conocimiento
como copia de esa realidad, vinculándose a enriquecimiento ilícito premisa en la ley
subjetiva penal en Venezuela.
Corpus Documental
En la investigación documental, se define como corpus documental, para
Montero (2007), “es el conjunto de datos, textos u otros materiales sobre determinada
materia que pueden servir de base para una investigación o trabajo”, en el caso de la
presente investigación corresponde a la intervención de la víctima en la fase
preparatoria el proceso penal venezolano.

En este sentido, según (ob cit 2007), es la “cantidad de documentos


impresos y digitalizados de existencia universal” (p123). Es decir la cantidad de
textos, tesis, artículos, publicaciones, fuentes electrónicas, que existen en el mundo
sobre el tema abordado, para la citada autora, es el arqueo preciso que realiza el
investigador para sintetizar la información que necesita para desarrollar su
investigación documental, selecciona los documento físicos y electrónicos pertinentes
al tema en estudio.

Tipo de Investigación.
La investigación se ubicó metodológicamente en el método denominado
jurídico-dogmático, sustentado en una revisión bibliográfica documental. En función
de lo jurídico-dogmático, Giraldo (2011), refiere que ésta “es la que se resuelve en las
fuentes del derecho formal, las cuales se encuentran siempre consignadas en
38
documentos escritos” (p.77). Además, se sustentó en una revisión bibliográfica y
documental, según los objetivos previstos, a fin de describir los procedimientos
necesarios a incluir en el sistema. A tal efecto con relación a la investigación
documental, es entendida como el estudio de problemas, con el propósito de ampliar
y profundizar el conocimiento de su naturaleza, con apoyo principalmente, en
trabajos previos, información y datos divulgados por medios impresos, audiovisuales
o electrónicos. De acuerdo con lo expuesto Sabino (2000), define la investigación
documental como:
Una indagación bibliográfica a través de la cual se puede cubrir
una amplia gama de fenómenos, debido a que no sólo tiene que
basarse en los hechos a los cuales el investigador tiene acceso sino que
puede extenderse para abarcar una experiencia inmensamente mayor
(p. 91).
Es decir, la investigación se apoyó en la revisión, intento y análisis de
textos, revistas, folletos, trabajos de grado, medios electrónicos y otros documentos
de naturaleza primaria y secundaria. Igualmente, Ramírez (2007), indica que es “Una
variante de la investigación científica, cuyo objetivo fundamental es el análisis de
diferentes fenómenos (de orden histórico, psicológico, sociológico) de la realidad
a través de la indagación exhaustiva, sistemática y rigurosa, utilizando técnicas muy
precisas de la documentación existente” (p. 66). Este tipo de investigación permitió la
revisión y análisis de datos de fuentes provenientes del derecho contenidas en los
diferentes textos, trabajos de investigación y disposiciones legales relacionadas
directamente con el tema objeto de estudio.

Técnicas de Recolección de Datos

Las técnicas de recolección de datos son el conjunto de mecanismos


utilizados para llevar a cabo una actividad de manera sistemática, ordenada y racional.
El objetivo de estas técnicas es adquirir la información útil para lograr la
comprobación de los objetivos y desarrollo del tema. En este caso, la técnica empleada
para recoger la información en la presente39investigación es la observación documental,
Navas (2004) define este tipo de observación “Cuando las unidades de observación
están constituidas por documentos” (p.148). En la investigación se emplearan las
siguientes técnicas:
Arqueo bibliográfico: es aquella revisión bibliográfica que facilita´ el
desarrollo y la comprensión de la temática a tratar. A partir de esta técnica, se procede
a la selección y organización de la información jurídica de las fuentes, surgiendo así,
el marco teórico del trabajo de investigación que se llevará a cabo. Según
Sánchez(2006):

Consiste en indagar sobre la bibliografía que será consultada. La


revisión literaria se inicia con la búsqueda de fuentes bibliográficas
relacionadas con el problema planteado. Encontramos fuentes
primarias (trabajos de investigación pertinentes al problema),y
fuentes secundarias (doctrina, jurisprudencia y leyes especializadas
sobre el tema) (p. 64).

La Técnica del Subrayado: como su nombre lo indica, resalta las ideas más
importantes dentro de los textos consultados para una mayor comprensión del material
documental seleccionado. Según Sánchez (ob. cit) “Se puede hacer uso de diferentes
tipos de Subrayado como: doble línea, para resaltar las ideas principales, una línea, para
las ideas secundarias. El Subrayado sirve de guía para la realización de resúmenes y
esquemas” (p.91).
La Técnica del Resumen: teniendo como guía el subrayado, esta técnica
consiste en resaltar las ideas más importantes de la observación documental realizada,
al abreviar el contenido plasmado, utilizando las mismas ideas del autor. Sánchez (op.
cit) señala que “Su extensión suele ser variada de acuerdo a la fuente que se trabaje,
puede ser un párrafo, hasta un libro, sentencia, tratados y leyes, ya que su objetivo es
lograr abreviar en lo posible el contenido de un texto” (pp.91-92).

Técnicas de Análisis
Una vez que se ha realizado la recopilación y registro de datos, estos deben
someterse a un proceso de análisis o examen crítico que permita precisar las causas
que llevaron a tomar la decisión de emprender el estudio y describir todas aquellas
dudas dentro del tema que se estudia, con el fin de llegar a conclusiones que aporten
40
aspectos positivos al problema planteado.
En virtud de ello, se tomó en cuenta el análisis cualitativo, el cual se realizó
para expresar la calidad de los hallazgos de la investigación, efectuándose en función
de la praxis para así evaluar los resultados y facilitar la comprensión global de la
información, para emitir juicios críticos y conclusiones.
CAPÍTULO IV

ANÁLISIS CRITCO

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Como parte de los esfuerzos legislativos en la lucha contra la corrupción y


en el fomento de la probidad y la transparencia en el funcionamiento de la
Administración Pública, en el año 2004 fue promulgada la Ley N° 8422, con la
finalidad –como señala su artículo 1°– de “prevenir, detectar y sancionar la
corrupción en el ejercicio de la función pública”. La llegada de este cuerpo
normativo, dados los diferentes tópicos sobre los cuales introdujo una serie de
limitaciones, prohibiciones, sanciones y algunos mecanismos de control, ha suscitado
múltiples inquietudes, primordialmente por parte de los servidores públicos, pero
también en la ciudadanía en general.

En virtud de que estas dudas e inquietudes han venido siendo canalizadas


fundamentalmente por la vía consultiva, a esta fecha existe ya un importante acervo
de jurisprudencia administrativa, emanada tanto de la Contraloría General de la
República como de la Procuraduría General, respecto de la cual se ha advertido sumo
interés de parte de los usuarios por obtenerla y analizar sus alcances y aplicación
práctica. Justamente atendiendo este llamado es que en ambas instituciones, mediante
un esfuerzo conjunto, se trabajó para publicar esta ley anotada que hoy con agrado
presentamos, a fin de poner a disposición y difundir entre los operadores jurídicos la
jurisprudencia emitida por ambos órganos con relación a las disposiciones Ley N°

42
8422, pudiendo encontrarse respecto de cada uno de sus artículos, un extracto –con
sus correspondientes descriptores– de los principales pronunciamientos emitidos
desde la entrada en vigencia de esta normativa hasta setiembre del 2007.

A modo de concordancia, las citas del expediente legislativo del entonces


proyecto tramitado en el expediente N° 13715, así como de los artículos de su
Reglamento Ejecutivo (Decreto Ejecutivo N° 32333-MP-J). Cabe mencionar que la
celebración del Día Internacional contra la Corrupción, en atención a la iniciativa
generada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 58/4 del
31 de octubre de 2003, constituye un momento propicio para la presentación de esta
publicación, cuyo contenido esperamos sirva –con una verdadera utilidad práctica– de
fuente de consulta a todas las instituciones, servidores públicos y los sujetos privados
vinculados con su aplicación.

También resulta importante resaltar que, además de las citas


jurisprudenciales, legislativas y reglamentarias, se incluyen en el presente Trabajo
varios artículos de opinión relacionados con temas abordados en la Ley, en los cuales,
desde una perspectiva personal, sus autores formulan una serie de consideraciones y
reflexiones sobre cada tema.
En este capítulo se aborda una serie de aspectos que han sido tratados durante el
desarrollo de la investigación; en primer lugar los objetivos que han sido formulados
los cuales responden al punto central de la investigación; y en segundo lugar se
abordan algunos criterios manejados en derecho penal que conllevan a una mejor
interpretación de este análisis, como por ejemplo la insubordinación y el dolo que son
elementos esenciales en la tipificación del delito manejado.

Por ello, en atención a éstos se puede afirmar en cuanto a la práctica penal


quela evidencia de la figura del delito Enriquecimiento ilícito ha sido producto de las
diferentes decisiones emanadas de los tribunales que han sido impuestas en los
distintos países ante la necesidad urgente de una sistematización dentro del Cuerpo
Normativo Subjetivo Penal. A diferencia del resto de las figuras tipo que surgen
primigeniamente en la legislación, Esta controversial figura ha nacido en el plano

43
jurisprudencial, puesto que originariamente carecía de toda cobertura en la Ley Por
razones evidentemente prácticas de un lado y por otro por razones de dogmática penal
se fue creando toda una doctrina, emanada de las resoluciones de los Tribunales
Supremos de los distintos países que llevan a jurisconsultos y doctrinarios, a ocuparse
del tema.
Esta problemática del delito continuado como evolución jurisprudencial, ha
devenido en una práctica del principio de la continuidad en forma vacilante,
contradictoria y caprichosa. Esta construcción se ha admitido a veces, en lo que la
doctrina llama in malanpertem contra el delincuente, a quien se aumenta el grado de
la infracción, se le agravan las penas, se le excluye de la aplicación de beneficios,
entre otros y en otros casos se le aplica como delito único y sin ningún tipo de
agravación de pena.
Buscar en la aplicación del delito de enriquecimiento ilícito razones
vinculadas al tipo y a la realización de la justicia, va más allá de considerar político-
criminalmente conveniente la introducción de una regla que permita la acumulación
de cuantías parciales en la valoración del injusto y la culpabilidad, pues ello debe ser
independiente de la relación de continuidad.
Ahora bien, si en algo no hay discusión es que la actual regulación del
delito de enriquecimiento ilícito en el derecho positivo venezolano, presenta serios
problemas en su interpretación y por consiguiente en su aplicación; así se observa
como la agravación de la pena que el legislador ha previsto para los casos de delito de
enriquecimiento ilícito equivale al aumento de una sexta parte a la mitad, lo cual por
jurisprudencia reiterada (se ha determinado que cuando el legislador mande a agravar
o atenuar la pena entre dos límites, lo normalmente aplicable es el término medio
resultante de los extremos), se convierte en un aumento de una tercera parte, única y
exclusivamente.
En cambio, el aumento previsto para los casos de concurso real resultaría
mucho más gravoso para el sujeto activo del delito, pues el legislador tomó en cuenta
la agravación en consideración a cada una de las conductas delictivas desarrolladas
partiendo de la pena aplicable para el delito más grave (tomando en consideración

44
para la gravedad no el mayor daño que reporte para la víctima o la sociedad, sino
laque tenga establecida una pena privativa de libertad de más larga duración), con lo
cual no existe límite para la agravación sino el límite establecido por vía legal y
constitucional, esto es el límite de 30 años.
Ante estas consideraciones críticas de la realidad forense venezolana, surge
entonces la necesidad de la formulación de un modelo de política criminal, que
contrastado con la prescrita en los textos legales, intente dar respuesta a toda la
panorámica de posiciones ambiguas y contrapuesta en la cual se ha convertido de la
figura del delito de enriquecimiento ilícito en Venezuela.

45
Conclusiones

Uno de los problemas principales que padece Venezuela –lo cual viene
reflejado en todos los estudios que se han realizado por diversos sectores del país-,
junto con la delincuencia, la violencia y la falta de seguridad jurídica, es sin duda el
fenómeno de la corrupción. Éste es un mal que aqueja a nuestras sociedades y que
mina la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes y en sus instituciones, pero
también –por sus efectos- en la democracia como modelo político. En el caso del
delito de enriquecimiento ilícito.
De acuerdo con el concepto de un derecho penal garantista, pareciera que
éste tipo penal representa un retroceso con respecto a las garantías penales y
procesales que posee el derecho penal constitucionalmente establecido, por cuanto
contiene elementos normativos que colocan en peligro la seguridad jurídica del
ciudadano ante la norma, ya sea por su indeterminación o por la necesidad de un
juicio de valor por parte de un operador jurídico para su definición o concreción
punitiva. Desde el punto de vista de lo expuesto, se puede decir que este tipo penal
viola el principio de legalidad, con lo que, a su vez, incurre en la vulneración del
principio de presunción de inocencia por la inversión de la carga de la prueba.
En definitiva y en función de los objetivos de la investigación, se
formularon las siguientes conclusiones:

A pesar de que la Ley Contra la Corrupción de 2014, como antes se


mencionó, cumple una función preventiva, la mayoría de las sanciones penales por la
comisión de delitos previstos en ésta e inclusive en la derogada Ley Orgánica de
Salvaguarda del Patrimonio Público son las de menos aplicación en Venezuela en su
aspecto cuantitativo, lo que viene reflejado en el escaso número de condenas. Lo
mismo sucedió con la Ley Contra la Corrupción de2003.
El delito de enriquecimiento ilícito, como casi todos los delitos
contemplados en la Ley Contra la Corrupción, es un delito doloso ya que el
funcionario actúa voluntariamente y con el conocimiento de que aumenta su
patrimonio mediante actos de corrupción en ejercicio de su cargo y que se produce

46
con su actuar una lesión al patrimonio público.
Existe disparidad en la doctrina acerca del bien jurídico tutelado en el delito
de enriquecimiento ilícito. Con base en un derecho penal garantista que se halla
presente en la Constitución vigente, un tipo penal como el contemplado en la Ley
Contra la Corrupción parece ser un retroceso respecto de las garantías conseguidas a
lo largo del tiempo. Se considera que el bien jurídico tutelado con la persecución del
delito en examen, no es más que la pública honestidad del funcionario público, como
un valor fundamental que debe regir la conducta de todo servidor público.

Con respecto a la referencia o circunstancia temporal del delito de


enriquecimiento ilícito referido a “en el ejercicio de sus funciones”, no se encuentra
una delimitación con respecto al tiempo posterior al cese de la función pública, en el
cual podrá ser objeto de persecución penal. Esto se encuentra claramente en el
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma de la Ley Contra la
Corrupción (2014) en su artículo 100, el cual dispone que “Las acciones judiciales no
prescribirán, cuando estén dirigidas a sancionar delitos contra el patrimonio público”.
Con base en esto, se estaría en presencia de una pena potencialmente aplicable a
perpetuidad, violando así derechos humanos como la libertad y la seguridad jurídica
de las personas a vivir en paz. El artículo 44, numeral 5, de la Constitución de 1999,
establece que “La pena no puede trascender de la persona condenada. Las penas
privativas de la libertad no excederán de treinta años”. Con todo y el contenido y
propósito de impedir la impunidad y conseguir un efecto moralizante, en esta especie
de delitos, la imprescriptibilidad de la acción penal lleva en sí misma la perpetuidad
de una persecución aún más allá de la máxima pena constitucionalmente imponible.
De igual manera, dicha referencia temporal crea desprotección al bien jurídico
tutelado por el legislador en este tipo penal por cuanto el funcionario podría recibir
dinero de terceros luego del cese de sus funciones como servidor público para no
incurrir en el delito, a diferencia de delito de enriquecimiento ilícito previsto y
sancionado en la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público, en el que se
especifica que la persecución penal se dará dentro de los dos años siguientes su cesación
en el cargo público.
47
No se podría llamar un tipo penal en blanco, pero si existe una
indeterminación en referencia a lo que se entiende por el vocablo desproporcionado,
lo cual tiene como consecuencia una violación a la seguridad jurídica y, por ende, al
principio de legalidad porque el delito no está correctamente descrito.

Ante la frecuente incapacidad del Estado de probar la imputación relacionada


con el delito de corrupción marras, se cae en el juego de que sea el funcionario quien
debe probar la licitud del incremento patrimonial, dando lugar a la vulneración del
principio de presunción de inocencia, por la inversión de la carga de la prueba. Este es un
tipo penal de los que suele llamarse comodín (al igual que el tipo penal de la asociación
para delinquir o el delito de lesiones genéricas o menos graves), ya que ante la
imposibilidad del Estado de probar un acto de peculado, concusión, corrupción, tráfico de
influencias, etc., se imputa entonces el delito de enriquecimiento ilícito para que el
funcionario demuestre su inocencia, invirtiéndose así la carga de la prueba.
Hay violación del artículo 49 de la Constitución, disposición que consagra
el debido proceso, dentro del cual está tanto la presunción de inocencia (2°), como el
derecho a no ser obligado a confesarse culpable o a declarar contra sí mismo (5°),
como el propio principio de legalidad (6°), el cual postula la sanción por un hecho
concreto y no por una simple sospecha de enriquecimiento a costa del Estado (6°).
El principio de presunción de inocencia significa que toda persona debe ser
considerada inocente hasta tanto sea condenado mediante sentencia firme. De acuerdo
con este principio constitucional, sólo podrá exigirse al ciudadano lo que derive de un
juicio definitivo de culpabilidad. Mientras esto no se produzca, el tratamiento que
debe recibir por las instituciones del Estado y de toda la sociedad es el de inocente, se
le debe presumir inocente. Así, la presunción de inocencia trae consigo que el
imputado no tenga nada que probar y que esta carga probatoria corresponda al
acusador, al Ministerio Público. A esta institución corresponde probar la existencia
del delito y la culpabilidad. La comprobación de estos extremos del delito desvirtuará
la presunción de inocencia. Por consiguiente, toda deficiencia en el cumplimiento de
dicha función, o la falta de certeza, debe acarrear una sentencia favorable al acusado,
en razón del principio universal in dubio pro reo y con base en la presunción de
48
inocencia que lo ampara.

Definitivamente se está en contra de que tenga el servidor público que


demostrar la licitud de los bienes que integren su patrimonio cuando se le ha acusado
de enriquecerse ilícitamente. Se asume una posición clara y terminante en contra de la
fórmula contenida en el artículo 75 de la Ley contra la Corrupción de 2014. Dicha
posición no se opone a la obligación, en el sistema venezolano, de la declaración
jurada del patrimonio, la cual responde a una exigencia lógica de transparencia por
parte de la Administración (artículo 141 de la Constitución), que no puede prohibir el
incremento patrimonial del funcionario y considerarlo delincuente cuando no prueba
su inocencia al no justificar el cuestionado incremento.
Desde el punto de vista aquí asumido, el delito de enriquecimiento ilícito
adolece de inconstitucionalidad porque viola el principio de inocencia, pero aquí se llega
a un punto de reflexión relativo a cuánto del garantismo puede menoscabarse o
sacrificarse en aras de evitar la impunidad de conductas reprochables como el delito de
enriquecimiento ilícito. Se piensa que no puede transgredirse principios constitucionales
estrechamente vinculados con los derechos humanos, como el de progresividad, para que
el Estado se asegure la posibilidad de la sanción de esa conducta. También se considera
que no se puede consentir ese avance de la punibilidad para garantizar la trasparencia de
la función pública. No puede admitirse retrocesos históricos para favorecer la
inefectividad de la persecución penal, a pesar del enorme poder del Estado. Es este quien
debe hacer sacrificios mejorando su capacidad investigativa y no sacrificándose el
derecho a la libertad.

49
Recomendaciones

Tomando en consideración las conclusiones de la presente investigación, se


sugieren las siguientes recomendaciones pertinentes:

La legislación en materia de delitos contra el patrimonio público, contra la


administración pública y contra el deber de honestidad del funcionario público, debe
tomar en cuenta toda la estructura de la sociedad venezolana, desde el núcleo
fundamental que es la familia hasta los organismos públicos.

Debe crearse los cimientos de una cultura de la honestidad, tan necesaria


para el bien común. Esto debe realizarse también en las instituciones educativas,
especialmente las de formación básica y diversificada con destacada incidencia en los
valores.La educación superior no puede escapar de este proceso sobre todo los
estudiantes de Derecho.
La población venezolana debe ser informada y formada sobre la presunción
de inocencia. Esta debe estudiarse en todas las aulas de clases de todos los niveles y
especialidades.
Debe ponerse de relieve la Constitución y la significación de la presunción
de inocencia como parte del debido proceso.
Deben desarrollarse programas de formación en valores dirigidos a los
funcionarios públicos, cuyo contenido esté relacionado con la divulgación de los
tipos de delitos contra el patrimonio público contemplados en la ley Contra la
Corrupción, destacando la importancia de la responsabilidad y la honestidad en el
manejo de los fondos públicos, así como la creación de una cultura de prevención a
los fines de evitar la comisión de estos delitos.
Se recomienda que las autoridades públicas a las que corresponde,
reflexionen acerca de la importancia y urgencia de una reforma legislativa en cuanto al
delito de enriquecimiento ilícito por ser violatorio de principios constitucionales.

50
Una reforma constitucional y legislativa relativa de la perpetuidad de la
persecución penal en cuanto al delito de enriquecimiento ilícito deberá consistir en
una configuración diferente de los elementos objetivos y temporales del tipo, así
como de la pena para hacerla compatible con el propósito ejemplarizante de la
persecución, y una modificación puntual en cuanto a los lapsos para la
prescripción de la acción penal.
Se sugiere a los departamentos de reclutamiento y selección de las
direcciones de recursos humanos de los organismos públicos, analizar la probidad
de los candidatos a los cargos públicos que cumplan con los requisitos necesarios
para el ejercicio de la función pública, cuya formación y vocación sea el servicio
de la sociedad y no de otros intereses, con énfasis en la transparencia.
Se recomienda a los estudiantes, docentes, investigadores y
profesionales del derecho hacer uso de este material de investigación. En los
actuales momentos puede resultar útil en muchos aspectos.

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