Tipos de Fraude (TERMINDO)

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA


ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA

UNEFA-NÚCLEO GUARICO

INGENIERIA DE SISTEMAS

8TO SEMESTRE

AUDITORIA de FRAUDE

Docente: Bachiller(s):
Johanmy Brito Jesús Aquino; 28.442.449
Kevin Calcurian; 28.169.067
Doriana Goyo; 28.616.675

Qué es Fraude?
Fraude es sinónimo de engaño, contra una persona u institución para
obtener algún aprovecho, mientras que la otra parte es la perjudicada.
En el ámbito del derecho, fraude es un delito penado en los códigos
penales, por parte de quien se encarga de vigilar el cumplimiento de los
contratos públicos o privados. En este caso, en la materia civil, los fraudes
son cometidos con el fin de perjudicar a los acreedores ya que los
deudores enajenan sus bienes con el fin de no poder responder a sus
obligaciones.
Existen diferentes tipos de conductas fraudulentas que en el mundo
jurídico le ha tocado designarlas como fraude especifico o fraude
genérico. El fraude especifico, tal como lo indica su nombre, el delito se
encuentra establecido en el ordenamiento jurídico y, de lo contrario se
conoce como fraude genérico.
En el mundo informático, existe fraude informático consiste en una
serie de conductas como: alterar, suprimir o robar datos, archivos, alterar
los sistemas o software. Asimismo, el fraude informático se usa para robar
entidades o realizar extorsiones.
El término fraude no puede ser confundido con estafa, en virtud de
que el fraude procesal es un delito contra la administración de justicia, a
su vez, la estafa procesal es un delito contra el patrimonio de una persona.
Los sinónimos de la palabra fraude son: engaño, trampa, mentira,
falsificación, entre otros, todo con el objetivo de lograr un beneficio. Por
otra parte, el término fraudulento es utilizado como adjetivo de un
persona engañosa.

Tipos de Fraude
 Cohecho o soborno  Fraude de funcionario
 Corrupción (abuso de poder) público4
 Corrupción empresarial  Fraude de tarjetas de crédito
 Corrupción policial  Fraude bancario
 corrupción política  Fraude de ley
 Dolo - Mentira  Fraude fiscal (Fraude a la ley
 Engaño tributaria)
 Estafa  Fraude colectivo
 Falsificación  Fraude de acreedores
 Fraude electoral  Malversación o desfalco
 Fraude electrónico  Apropiación indebida
 Fraude telefónico  Malversación de caudales
 Fraude eléctrico públicos
 Fraude de paternidad  Sobrecobro
 Fraude inmobiliario  Pump and dump
 Timo

Condiciones de Fraude
Las condiciones de ejecución de los fraudes son como una
especie de trípode que sostiene el fraude y, por supuesto,
cualquiera de las patas del trípode es tan importante como las
otras. Estas tres condiciones son:

1. La Motivación como condición del fraude:


Se denomina Motivación de un fraude, a la causa, situación o
elemento que origina o provoca su ejecución, cualquiera que sea
esta causa: La motivación es la base o condición fundamental de un
fraude de cualquier tipo.
No existe un fraude sin un motivo para cometerlo.
Aunque pueden existir cientos o miles de motivos o causas
para ello. El concepto o esquema más simple o elemental de la
motivación es que una persona puede estar sujeta a situaciones que
pueden constituir causas para cometer fraude, como las siguientes:
 Carecer de recursos materiales, financieros o de cualquier tipo
que mejoren o resuelvan sus condiciones personales de vida o
sus problemas en general.
 Estar bajo presión financiera o de otro tipo, por cuestiones
personales, tales como deudas, compra de bienes duraderos de
alto costo, etc.
 Estar bajo presión laboral por cuestiones administrativas, como
cumplimiento de planes, presupuestos y tareas personales.
 Tener afectaciones financieras por cuestiones personales como
matrimonios, divorcios, pensiones alimenticias o de otro tipo,
 Estar bajo presión para garantizar cumplimientos de aportes
financieros, utilidades para obtener estímulos, etc.
Estas situaciones pueden constituir motivaciones o incentivos
suficientes para cometer un fraude de cualquier tipo. Se considera
que las motivaciones fundamentales en casi todos los fraudes
proceden de cuatro elementos fundamentales. A continuación se
presentan comentarios acerca de estas condiciones o elementos de
la motivación:
 La necesidad.
 El deseo.
 La ambición.
 El compromiso.

2. La Oportunidad como condición del fraude:


Se denomina oportunidad para cometer fraude en una entidad
cualquiera, a la presencia o existencia en las operaciones o
actividades de la entidad de circunstancias, condiciones o
situaciones que ofrecen la posibilidad de cometer un fraude con
pocas o ninguna probabilidad de detección.
Tal vez el problema más grave de la oportunidad es que puede
minar la conciencia de los directivos y trabajadores. Si las
oportunidades existentes en una entidad son conocidas por
directivos o trabajadores, constituyen estímulos para el fraude La
oportunidad puede ofrecer impunidad o una probabilidad baja de
detección, lo que es atractivo a cualquier persona que tenga alguna
necesidad y se le presente la oportunidad de satisfacerla en
condiciones o riesgo razonable y una vez que una persona ha
violado las reglas y cometido fraude sin ser descubierto,
generalmente tiene la tendencia de volverlo a repetir, casi siempre
hasta que lo sorprenden en el delito.
La oportunidad es la causa de muchos fraudes. A veces una
persona no tiene intención de cometer un fraude y hasta no tiene
necesidades imperiosas, pero si se le presenta una oportunidad, por
ejemplo un sobrante de efectivo en una remesa y si su nivel de
conciencia es bajo, o es alto pero se le afloja con la oportunidad,
comete el fraude y se apropia del efectivo, tal vez con la intención
de hacerlo una sola vez para aprovechar la ocasión o para
devolverlo posteriormente.
3. La Conciencia como condición del fraude:
El nivel de conciencia que posea una persona de una empresa
es factor fundamental en la existencia o no de cualquier tipo de
fraude en esa entidad. El ser humano que tiene alta conciencia y
autoestima de su persona y de su posición, no comete un fraude, un
robo o una falsificación aunque exista la mejor oportunidad o
aunque tenga necesidad de algo que pueda obtener mediante la
ejecución o participación en un fraude o hecho delictivo en la
entidad en que presta sus servicios como directivo o trabajador
operativo.

Evaluación de Riesgo de Fraude


La evaluación de riesgos de fraude busca priorizar las distintas
modalidades de fraude que pueden afectar a la empresa, con el
objetivo de fortalecer los controles que permitan prevenir su
ocurrencia, detectar los eventos irregulares prontamente y preparar
los protocolos de respuesta para poder gestionarlos
adecuadamente si ocurren. En resumen, esta práctica es la piedra
angular para el diseño de programas de prevención que pueden
desarrollar las compañías para gestionar las potenciales inconductas
que podrían afectarlas.
Sin embargo, es importante tener en consideración que la
evaluación de riesgos de fraude tiene características diferentes a los
procesos de evaluación de riesgos tradicionales (como los
operacionales, financieros, entre otros). Ello se debe a la naturaleza
de este tipo de riesgos: la intencionalidad.

Vigilancia del Gobierno Corporativo para Reducir


los Riesgos de Fraude
En los últimos 20 años y a raíz de diversos escándalos
financieros que afectaron considerablemente la economía mundial
y sentaron los cimientos necesarios para que la crisis financiera
mundial 2008 – 2010 tuviera impacto considerable, los reguladores
de todo el mundo decidieron intervenir con mayor fuerza en las
compañías poniendo un énfasis especial en aquellas que cotizan en
bolsa y generar una regulación más sólida y eficaz, para prevenir,
entre otras cosas, una nueva crisis mundial y que las compañías
fueran blanco fácil para los delincuentes de cuello blanco.
Los delitos financieros, también conocidos como delitos de
cuello blanco, se caracterizan por tener un importante impacto en
la economía no sólo de los países afectados, sino en todo el sistema
financiero internacional. Por esta razón, la comunidad internacional
se ha dado a la tarea de mantener estándares que permitan un
combate frontal eficaz y eficiente, pero sobre todo, en desarrollar
documentos que permitan a los países y a sus entidades prevenir
estos delitos.
La Asociación de Especialistas Certificados en Delitos
Financieros (ACFCS), clasifica al lavado de dinero, el fraude, la
evasión fiscal y a la corrupción como los principales cuatro delitos
financieros al ser los que tienen un mayor impacto a nivel mundial.
Cuando hablamos sobre prevención del fraude, debemos de
considerar que éste, a diferencia del lavado de dinero o de la
evasión fiscal, tiene un componente psicológico muy fuerte que
juega un papel importante en la comisión de delito. Aun cuando
existan mecanismos de prevención de fraude predictivos, tales
como sistemas automatizados, siempre existe una ventana abierta
para su comisión.
Bologna, Lindquist & Wells (1993) en su estudio realizado y
plasmado en su libro, demostraron que el 20% de la población es
honesta y tiende a actuar siempre de esta manera, aunque nadie
esté observando; por otro lado, el otro 20% es deshonesta y
siempre actuará de esta manera, mientras que el 60% restante,
actuará de acuerdo a las circunstancias.
Este 60% “voluble” de la población es el que nos debe de
preocupar y en el que comienza a radicar la importancia del
gobierno corporativo para la prevención del fraude. Podemos inferir
que este 60% de la población necesita de un “vigilante”, necesita
saber que, si actúa de manera indebida, habrá consecuencias.
El estudio mencionado anteriormente se ve complementado
por Cressey (1973). En su libro Other’s people money, Cressey
afirma que:
Las personas de confianza se convierten en violadores de la
misma cuando se conciben teniendo un problema financiero que no
es compartible. Son conscientes de que este problema puede ser
resuelto en secreto, violando la posición de confianza financiera que
tienen y son capaces de aplicar su propia conducta en esa situación
a través de verbalizaciones que les permiten ajustar sus
concepciones de sí mismos como personas de confianza, son esas
concepciones de sí mismos como usuarios de los fondos o
propiedades encomendadas.
Por tales razones, la Asociación de Examinadores Certificados
de Fraude (ACFE), ha diseñado un modelo que permite explicar la
hipótesis de Cressey, llamado el triángulo del fraude.
Según la Asociación de Examinadores Certificados de Fraude
(2014), este modelo permite explicar los factores que hacen que
una persona llegue a cometer un fraude laboral. Consta de tres
elementos que en su conjunto, promueven un comportamiento
fraudulento:
 La Motivación
 La Oportunidad
 La Racionalización
Sin la existencia de los tres componentes del triángulo del
fraude, este ilícito no se puede perpetuar. Uno de los mecanismos
más efectivos para la prevención del fraude es aquel en el que las
organizaciones mitiguen la existencia de oportunidades, ya que de
los tres componentes antes mencionados, éste es el único que
radica en los controles de las entidades.
Derivado de las características psicológicas del ilícito, la ACFE
ha demostrado que el castigo y el regaño son elementos no
funcionales en materia de prevención del fraude; por el contrario,
cuando las organizaciones enfocan parte de sus recursos en
asegurar que no existan las oportunidades o “ventanas”, se logra en
gran medida reducir la probabilidad de ocurrencia del ilícito.
Otro de los elementos con mejores resultados demostrados
son las líneas de denuncia. Este mecanismo ha sido, según el
Reporte a las Naciones de la ACFE, el que mayores fraudes han
detectado en las organizaciones y dada la naturaleza del ilícito, no
es de extrañarnos que así lo sea.
Cuando las organizaciones dan un claro mensaje desde la junta
de accionistas y la alta gerencia sobre la no tolerancia de los ilícitos,
se crea un efecto panóptico en los colaboradores.
El efecto panóptico se refiere a la sensación de que “alguien
está vigilando” y tiene su origen en las torres de vigilancia que se
incorporan en las prisiones.
Puede parecer extraño que el castigo y el regaño no sean
mecanismos coercitivos; Sin embargo, el entendimiento del
comportamiento criminal nos puede ayudar a entender el por qué.
Según la Asociación de Examinadores Certificados de Fraude
(2016), gran parte del entendimiento del comportamiento criminal
la podemos atribuir a B.F. Skinner.
Es importante comenzar a pensar en el empleo como un
sistema de comportamiento ya que la mayoría de los fraudes se
cometen en el ambiente laboral, lo que resalta la conexión entre la
economía y las acciones de las personas. Para ambos, tanto el
ladrón como el empleado dedicado, el dinero ejerce una poderosa
influencia y es muy poco probable que esto cambie. [….] Entre
mayor sea nuestro entendimiento sobre cómo se comporta la
gente, estaremos mejor preparados para cambiar la manera en que
lo hacen.
Los estudios sobre comportamiento como aquellos efectuados
por Skinner, muestran que el castigo es el mecanismo menos
efectivo para cambiar el comportamiento. De acuerdo a Skinner, el
castigo trae consigo una supresión temporal del comportamiento,
pero únicamente con una constante supervisión y aplicación. En
repetidos experimentos, Skinner encontró que el castigo – ya sea
aplicando un estímulo negativo o llevándose uno positivo –
efectivamente extinguió el comportamiento del sujeto, pero ese
comportamiento regresó cuando se levantaba el castigo.
En el fraude ocupacional, el perpetrador generalmente comete
el ilícito por primera vez. Esta conducta puede ser evitada si el
gobierno corporativo de la organización, es lo suficientemente
robusto. La frase “es mejor prevenir que lamentar” resume de
manera concisa lo expuesto sobre el castigo y el fraude. De nada
servirá castigar al perpetrador, ya que será demasiado tarde.

Respuestas al Riesgo de Fraude


El enfoque y el propósito de la respuesta ante el fraude se
expresan con claridad en la política anticorrupción de la
organización. También se indican las decisiones que se deben tomar
ante una sospecha o una denuncia, y una orientación sobre el
procedimiento a seguir en tales casos.
Todo ello conforma el plan de respuesta al fraude. Se trata de
un documento que indica la forma sistémica de proceder ante la
sospecha, denuncia o hecho comprobado de fraude, y la forma en
que se ha de conducir la investigación, la recolección de pruebas, y
la posibilidad o no de llevar el caso a los estrados judiciales.
Tener claridad sobre cómo proceder es un objetivo. Pero,
exhibir un plan de respuesta es también un mecanismo de disuasión
eficaz. Sin duda, el empleado que esté considerando cometer un
fraude, lo pensará una vez más si tiene la certeza de que la
organización tiene preparado un plan de respuesta que entrará en
acción ante la menor sospecha de comisión del delito.
Otro objetivo por el cual es importante contar con un plan de
respuesta ante el fraude, es garantizar la integridad de la evidencia
recopilada, lo cual, además de ser muy útil en un eventual proceso
judicial, envía un mensaje de confianza para el mercado, socios de
la organización, clientes, proveedores y otras partes interesadas.
Para que el plan de respuesta ante el fraude resulte eficaz para
alcanzar estos objetivos, debe reiterar el compromiso de la
organización con las mejores prácticas éticas y legales en todas las
actividades. Pero, además, el plan debe ser comunicado a todos los
empleados en todos los niveles y áreas de la organización.
Todos dentro de la organización deben saber que existen
reglas y que es preciso cumplirlas, además de las razones morales,
porque existe un plan de respuesta que se activará de inmediato
ante la presunción de comisión de un delito.
Responsabilidades Cuando se Sospecha de un
Fraude
Algunos profesionales desempeñan puestos en los que tienen
una visión privilegiada para detectar conductas sospechosas o actos
irregulares, estos profesionales, asumen roles y responsabilidades
antisoborno, y por ello, resultan esenciales para el buen
funcionamiento de un programa anticorrupción.
 Gerentes y supervisores:
Usualmente, los gerentes y supervisores asumen la
responsabilidad de detectar fraudes y otras irregularidades en su
área, asistidos por los empleados que deben dar aviso oportuno
sobre cualquier sospecha de irregularidades, gerentes y
supervisores deben recibir una guía sobre cómo deben responder a
una incidencia de fraude informada. Esta guía, debe incluir listas de
contacto con números telefónicos.
 Director financiero:
El director financiero tiene la responsabilidad general de la
respuesta de la organización al fraude, lo que incluye coordinar la
investigación y el diseño y actualización de cualquier plan de
respuesta ante incidentes de fraude y corrupción. En las
organizaciones que no disponen de un Oficial de Cumplimiento u
Oficial de Fraudes, el director financiero será responsable de
mantener un registro de investigaciones, que reúna todos los
informes de sospechas reportadas, aunque posteriormente sean
descartadas. El registro contendrá detalles de las acciones tomadas
y las conclusiones alcanzadas. Es una herramienta importante para
gestionar, informar y evaluar las lecciones aprendidas.
 Oficial de fraude u Oficial de Cumplimiento:
Las organizaciones complejas y de gran tamaño suelen tener
una persona encargada de la gestión anticorrupción. El oficial de
fraude u Oficial de Cumplimiento, tendrá la responsabilidad de
iniciar y supervisar todas las investigaciones de fraude, de
implementar el plan de respuesta al fraude y de cualquier acción de
seguimiento. La persona que desempeñe este cargo también estará
autorizada para recibir consultas y denuncias del personal de
manera confidencial y anónima, y debe tener autoridad para actuar
y / o brindar asesoramiento de acuerdo con las circunstancias
individuales, y sin recurrir a la Alta Dirección para su aprobación. En
el caso de que el superior del oficial de fraude sea un
sospechoso, debe informar a un gerente superior o director no
ejecutivo, tal vez al presidente del comité de auditoría. En las
organizaciones que puede disponer de este cargo, el Oficial de
Fraude u Oficial de Cumplimiento es la persona que cumple con más
roles y responsabilidades antisoborno, por lo que su designación
requiere especial atención.
 Recursos humanos:
Usualmente es responsable de cualquier procedimiento
disciplinario interno, como resultado de una investigación. Pero
también es el área responsable de seleccionar y reclutar al personal,
lo que convierte al director de esta área en la primera línea de
defensa en la lucha contra la corrupción.
 Comité de auditoría:
El papel del comité de auditoría en la prevención y detección
del fraude ahora está más definido, en las organizaciones que
cuentan con esta figura. Los miembros del comité de
auditoría tienen la responsabilidad de revisar los sistemas de
control interno y gestión de riesgos de la organización, incluido el
diseño y la implementación de programas antifraude.

 Auditores internos:
Cuando una organización tiene su propio departamento de
auditoría interna, es probable que la tarea de investigar cualquier
incidencia de fraude recaiga sobre ella. Puede ser apropiado
designar auditores específicos como especialistas en fraude y
asegurarse de que tengan las habilidades y los conocimientos
adecuados para llevar a cabo la tarea.
 Auditores externos:
Las organizaciones que carecen de un departamento de
auditoría interna pueden considerar consultar auditores externos si
descubren un fraude, aunque solo sea para obtener la experiencia
necesaria para establecer el nivel de pérdida. Sin embargo, la
decisión de llamar a auditores externos debe ser considerada
cuidadosamente, ya que siempre existe la posibilidad de adelantar
la investigación al interior de la organización, sin necesidad de
exponer la marca y la imagen a un escrutinio público y a un posible
deterioro.
 Asesores legales:
Ante la evidencia de un fraude, es preciso contratar asesoría
legal, cuando no se dispone de esta dentro de la organización. El
asesoramiento específico incluiría cuestiones tales como
orientación sobre respuestas civiles, internas y penales, y
recuperación de activos.

 Personal de TI:
El personal de TI puede brindar asesoramiento técnico sobre
seguridad, capacidad y acceso a las TI. Si se han utilizado
computadoras para cometer el fraude, o si se requieren con fines
probatorios, se debe buscar el asesoramiento de un especialista de
inmediato.
 Relaciones públicas:
Las organizaciones con un perfil alto, como las grandes
empresas, las organizaciones del sector público o las organizaciones
benéficas, pueden considerar informar a su personal de relaciones
públicas, para que puedan preparar un informe para la prensa en
caso de que la noticia de un fraude se haga pública.

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